En las últimas semanas, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Díaz-Canel ha estado muy activo. Su discurso en la clausura del Congreso de la UNEAC fue bastante duro contra las dinámicas del inmovilismo, el pensamiento colonizado y la corrupción. Entre las medidas que ha anunciado está una transformación en la manera de concebir el plan de la economía; ahora se plantea que debe construirse de abajo hacia arriba, aunque por el momento esto se concreta solo en una mayor participación de las empresas en la elaboración de las propuestas iniciales. Sacó adelante la promulgación del Decreto 373 de medios audiovisuales, nuevas medidas encaminadas a otorgar una mayor autonomía financiera a las empresas estatales, y el bien recibido aumento salarial al sector presupuestado.
Con estas acciones, el Presidente muestra su disposición a escuchar al pueblo, y a tomar las medidas necesarias para sacar al país de la situación actual, a pesar de que las circunstancias externas no son las más favorables. Es interesante la manera en que decidió romper el círculo vicioso de baja productividad y bajos salarios: ya que no podemos esperar por un aumento de la productividad que parece imposible que ocurra mágicamente, pues aumentamos el salario, y primero para aquellos que más desfavorecidos han estado en los últimos años.
Por supuesto, ninguna de estas decisiones las sacó el Presidente de debajo del sombrero, son el resultado de sus contactos con la población, de escuchar las inquietudes que se manifiestan en los diferentes espacios, incluyendo las redes sociales, de tomar en cuenta la opinión de los especialistas en cada materia. Porque ahí se ve otro de los aciertos del estilo de gobierno colectivo que él ha promovido:
Su capacidad para aunar los esfuerzos y las capacidades de muchos en busca de una solución.
Ahora bien, es cierto que todo esto nos hace ser optimistas acerca de la gestión de quien ostenta el más alto cargo en la jefatura del Estado, pero sería un grave error poner todas nuestras esperanzas en él. El presidencialismo, el poner toda la carga en una persona, es una forma de alienación. Por definición, y mucho más en una sociedad de transición socialista, ningún individuo puede por sí mismo transformar una sociedad. Se necesita la participación de todos para que el desarrollo sea efectivo.
Por eso me gustó tanto un simpático hashtag que circula en estos días por las redes sociales:
#ElSóloNoPuede
En efecto, sólo no puede. Todavía puede hacer mucho más, de eso no hay duda. Pero en última instancia será la participación activa de la sociedad civil lo que podrá garantizar una verdadera regeneración del socialismo cubano. Para ello, es necesario dejar de tener una concepción fetichista del Estado.
En cualquier sociedad, y más en una que pretende ser de transición socialista, el Estado es una construcción social, una institución en la que se expresan las correlaciones de fuerza a lo interno de la sociedad civil. Existen siempre fuerzas que empujan en una dirección progresista y fuerzas conservadoras. Las fuerzas que predominen a nivel social tendrán su expresión en el Estado.
Si llevamos esta manera de pensar a Cuba, nos servirá para entender que si Díaz-Canel hoy toma estas medidas, es porque ha habido un acumulado de demandas, de pugnas por parte de la población, de reclamos a lo largo de los años, que han condicionado este viraje.
La lucha definitoria ocurre dentro de la sociedad civil.
Por eso, no es momento para la desmovilización, para dejarnos caer suavemente en la confianza en el líder. Esa es una posición muy cómoda. Lo que hay que hacer es arreciar la lucha contra lo mal hecho, contra el inmovilismo burocrático allí donde se encuentre. Una lucha que empieza para cada cual en su entorno más cercano, que puede ser el centro de trabajo, el barrio o la escuela. Debemos ser conscientes de que la batalla por Cuba es de todos, que el Presidente no puede sólo, sino que es el impulso del pueblo el único verdaderamente transformador.
A fin de cuentas, la voluntad popular es la soberana, y el Presidente no es más que un representante de esa voluntad popular.
También, hemos de concientizar que, si no respondemos y avanzamos juntos, todo caerá en saco roto. No podemos subestimar el poder de la inercia, del burocratismo y el oportunismo para contrarrestar cualquier esfuerzo positivo. La gran legión de los acomodados puede convertir los esfuerzos de cualquier individuo, no importa el cargo que ostente, en un simple ejercicio de arar en el mar.
Esta es una batalla de todos, y debemos alegrarnos de tener un Presidente que interprete correctamente la voluntad popular, pero la batalla debe continuar sobre la base de su propio impulso.
12 comentarios
Comparto 100 % esta reflexión..ahora nosotros desde los niveles bajos hacer lo que nos toca y hacerlo bien y no cansarnos en la movilizacion entre todos..en la unión está la fuerza..si cumplimos este principio de seguro nuestro país cambiará pronto y para bien.
Es cierto, él solo no puede.
Pero está dando el ejemplo y no sólo el ejempllo. Está denunciando como lo hizo tanto en la clausura del Congreso de la UNEAC, como en la de la Asamblea Nacional recien concluida. Pero además de las denuncias y su ejemplo personal, está implantando el estilo de trabajo que debió ser siempre el de nuestros órganos de dirección colectiva (y no me estoy refiriendo sólo a las más altas esferas de la direccion de la sociedad y el Estado, sino hasta los Consejos de Dirección de las Empresas, OSDE, Ministerios, etc. pasando por los CAM y los CAP.
Dijo el Papa Francisco que “quien no vive para servir, no sirve para vivir” y sin ser católico o religioso, ese lema bien le vale a todo aquel que ostenta (o detenta?) un cargo público y más en un Estado que se dice Socialista.
Es tan importante que se exija que a quien se debe rendir cuentas, no es a los que están “arriba”, sino a los que están abajo y que son los que producen las riquezas materiales y espirituales para que toda la sociedad viva, se desarrolle y crezca, que apenas crecemos.
Es en ellos, los de “abajo”, en los cuales reside la unidad como baluarte fundamental para la sobrevivencia de la Revolución. Son ellos, los de “abajo” los que deciden nuestro futuro. Son ellos, los de “abajos” los que han hecho la Revolución. Son ellos, los de “abajo” por quienes se hizo y se hace la Revolución, para quienes se hace la Revolución y el Presidente lo sabe muy bien y está queriendo que los demás lo entiendan. Pensar a Cuba significa eso, todos, los de “arriba” y los de “abajo” y preguntarse cada día “qué más puedo hacer para ayudar”, aunque no me corresponda hacerlo o pensarlo o plantearlo…
A eso nos convoca el Presidente y tanto él como todos sabemos que él solo no puede, pero no ceja en el empeñño de que transformemos a nuestra sociedad, más inclusiva, más democrática, con más apoyo y unidad del pueblo entorno a ella….
Los burócratas, dejen los buroes y acerquense al pueblo y no vean al pueblo como “los pichones abirendo el pico para que el Estado les eche la comida”. A fin de cuentas, el pueblo es el que la produce, no los de “arriba”.
El autor del articulo asume que el presidente actual cumple la voluntad del pueblo, pues escucha y se reúne con las masas…. Así las cosas en la isla, sueños y sueños. Dentro de 60 años estarán en lo mismo, perfeccionamiento, continuidad, etc.
Mientras tanto la calidad del pan diario es peor cada día, el café contiene mas chicharos, el vaso de leche prometido no llega, y los cubanos emigrando para donde sea.
Es cierto, él solo no puede.
Pero está dando el ejemplo y no sólo el ejemplo. Está denunciando como lo hizo tanto en la clausura del Congreso de la UNEAC, como en la de la Asamblea Nacional recién concluida. Pero además de las denuncias y su ejemplo personal, está implantando el estilo de trabajo que debió ser siempre el de nuestros órganos de dirección colectiva (y no me estoy refiriendo sólo a las más altas esferas de la dirección de la sociedad y el Estado, sino hasta los Consejos de Dirección de las Empresas, OSDE, Ministerios, etc. pasando por los CAM y los CAP.
Dijo el Papa Francisco que “quien no vive para servir, no sirve para vivir” y sin ser católico o religioso, ese lema bien le vale a todo aquel que ostenta (o detenta?) un cargo público y más en un Estado que se dice Socialista.
Es tan importante que se exija que a quien se debe rendir cuentas, no es a los que están “arriba”, sino a los que están abajo y que son los que producen las riquezas materiales y espirituales para que toda la sociedad viva, se desarrolle y crezca, que apenas crecemos.
Es en ellos, los de “abajo”, en los cuales reside la unidad como baluarte fundamental para la sobrevivencia de la Revolución. Son ellos, los de “abajo” los que deciden nuestro futuro. Son ellos, los de “abajo” los que han hecho la Revolución. Son ellos, los de “abajo” por quienes se hizo y se hace la Revolución, para quienes se hace la Revolución y el Presidente lo sabe muy bien y está queriendo que los demás lo entiendan. Pensar a Cuba significa eso, todos, los de “arriba” y los de “abajo” y preguntarse cada día “qué más puedo hacer para ayudar”, aunque no me corresponda hacerlo o pensarlo o plantearlo…
A eso nos convoca el Presidente y tanto él como todos sabemos que él solo no puede, pero no ceja en el empeño de que transformemos a nuestra sociedad, más inclusiva, más democrática, con más apoyo y unidad del pueblo entorno a ella….
Los burócratas, dejen los buróes y acérquense al pueblo y no vean al pueblo como “los pichones abriendo el pico para que el Estado les eche la comida”. A fin de cuentas, el pueblo es el que la produce, no los de “arriba”.
El culto a la personalidad aburre mucho.
Además demuestra una debilidad capital en el carácter. Quienes admiran demasiado a unos tienen tendencia a despreciar en exceso a otros como una perversa manera de equilibrar la balanza. Ese es el marchamo de los temperamentos poco maduros.
En fin, en cuanto se caiga del pedestal lo vais a fulminar por traición. Y responderéis con un exceso a la contra mayor del que presentáis ahora a favor.
Los problemas no se se resuelven viajando de provincia en provincia diciendo que hay que trabajar mas,acabar con la corrupcion o subiendo los salarios,eso se puede hacer por televisión,lo que hace falta y urgente,son tractores, semillas,fertilizantes,materiales de construcción, equipos para trabajar la tierra, regadíos, fábricas,no se puede pretender que un campesino produzca más trabajando con bueyes y sin fertilizantes,es prioridad liberar las fuerzas de trabajo,bajar los impuestos,permitir la importación y exportación a privados,lo que hace Díaz Canel lo hizo Fidel y Raúl,y las cosas no mejoraron.
No creo en las ” brujerías ” Díaz Canel, su alboroto responde a una economía que no da señales de vida. En mi concepto y cada cual puede tener el suyo y mirarlo con el cristal que le acomode, son sencillamente pataditas de ahogado; sesenta años lo comprueban. Siempre recalcando lo mismo, arengas que se las lleva el viento y una falta de abastecimientos como nunca se había visto. Un pensamiento lo define todo : A otro con ese hueso.
“Lo que hay que hacer es arreciar la lucha contra lo mal hecho, contra el inmovilismo burocrático allí donde se encuentre.”
¿Cómo se logra arreciar la lucha contra lo mal hecho? ¿Cómo se logra arreciar la lucha contra el inmovilismo burocrático? Por ejemplo ¿Cómo se puede evitar que en los puntos de vertimiento de residuos urbanos la etapa de acumulación predomine sobre la que corresponde a la eliminación? ¿Cómo evitar que la Dirección de Comunales de los distintos municipios deje de emplear métodos de eliminación de residuos urbanos que agreden el entorno? ¿Cómo arreciar la lucha contra el mal gusto de las acciones constructivas y de restauración? ¿Cómo arreciar la lucha contra las constantes violaciones de las regulaciones urbanísticas que se establecen desde el punto de vista constructivo? ¿Cómo puedo arreciar la lucha contra la humillante burocracia. Los “cómo” pueden ser infinitos pero me gustaría saber cómo puedo colaborar en las acciones de “arreciar la lucha” siendo un simple ciudadano de este país.
A pesar de ser un detractor del sistema imperante en Cuba, en opiniones de artículos anteriores en este mismo foro con tema relacionado, he reconocido positivamente el estilo y la cercanía de Diaz Canel con el pueblo, porque esa cualidad es exigua en los políticos actuales de cualquier país y color político.
No tengo dudas que va a costar y tardar mucho en sacar de la inercia y la inoperancia a los dirigentes y pueblo cubanos que durante 50 años debían esperar que el señor Castro dijera que había que hacer, cuando había que hacerlo y cómo había que hacerlo, de lo contrario no se hacía. Hoy día en su ausencia se pagan las catastróficas consecuencias no percibidas por él.
Si algún dirigente osaba opinar que veía algo negativo o que se debía mejorar lo que Castro estaba planteando o decidiendo, este dirigente no duraba mucho en el cargo, lo echaban y no se volvía a saber más de él.
Ojalá que al señor Diaz Canel le resulte su estilo de trabajo y mejore la escasez y la calidad de vida del pueblo cubano, es la única esperanza.
Recordando una frase que se la escuche a Facundo dicha hace mucho tiempo, la comparto con los cubanos “nunca dejes que tus problemas te los resuelva el estado, porque siempre te devuelve menos de lo que te ha quitado”. Cada uno tiene que lograr que sus cosas funcionen o al menos intentarlo.
Aunque filosofando con mayor profundidad el problema no es el humano, el problema es el sistema. Tiempo al tiempo.
Saludos.
Por aca en Québec …..hay un provervio que dice: que una golondrina no compone un verano………bien por el estilo personal del Presidente Canel……y el apoyo del Sec.del PCC central……los cambios de cuadros del Partido se dieron en Provincias visitadas por el presidente ……donde la burocracia partidista gubernamental sin dudo trato de dibujar una fantasia de la cruda realidad.
La situacion economica es dificil para el Pais ,el contexto politico dominante de las Americas es contrario a los preceptos cubanos , la poliburocracia interna se resite y en ese contexto ajustado ………………..el Presidente tiene que buscar nuevos paliativos y soluciones a problemas cronicos y canceres que han metastisado a la soceidad cubana.
No hay soluciones magicas si el pueblo no se entusiama con su gobierno y para eso hace falta que el Partido y el gobierno trabaje por cambiar las realidades de hoy .
Empoderar al pueblo ……terminando por eliminar el entramado de politicas fallidas que imperar hoy.
El nuevo sistema de votaciones se parece mucho al viejo . S ecrean nuevos cargos con las estrusturas de ayer. ^Porque para elegir el presidente del Pais …..solo las personas de su circuncripcion votan direcatmente por él ?
Mientras la gente para alimentarse aunque sea mediocremente tenga que ir a comprar en una tienda o en un supermercado donde la moneda que paga es distinta y mucho mas valorada que la que recibe en su salario todo lo que se habla es un globo inflado. Creo que la medida de subir el salario a los trabajadores del sector estatal, maestros y jubilados es buena por razones humanitarias y sociales pero triplicar el de los periodistas solo por no reflejar la realidad en sus escritos es una verguenza.
[…] (Translated from the original) […]
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