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El tratamiento negativo de la propiedad privada no es reciente en Cuba. Los argumentos para oponerse al crecimiento y fomento de este sector continúan siendo los mismos: precios abusivos, enriquecimiento, ilegalidades, inequidad. Sin embargo, no es responsabilidad exclusiva de las mipymes que esos problemas existan, sino también —y sobre todo— de la naturaleza de un modelo económico estructuralmente débil, cuyos mecanismos de adaptación a impactos son insuficientes.
El problema no se trata de la mera existencia de mipymes en la economía nacional, sino de las condiciones y el contexto en el que se han creado, modificado, expandido y regulado estas formas de propiedad. Las mipymes privadas se convierten entonces en chivo expiatorio de los efectos de un entramado de políticas públicas que carecen de procedimientos formales para su evaluación en Cuba.
Confiar en que la empresa privada voluntariamente antepondrá el bien colectivo a la obtención de utilidades es de una ingenuidad casi absurda. Los mecanismos regulatorios como impuestos, las leyes antimonopolios, y otros muchos existen para «estimular» la participación de la propiedad privada en la vida social y económica de una forma justa —por ejemplo, redistribuir ingresos, mantener y ampliar derechos civiles, y financiar servicios y bienes públicos.
En Cuba debemos abandonar la filosofía radical y dicotómica de un extremo o el otro: o tenemos propiedad privada o no, o tenemos mercado o no, o descentralizamos o no. Llevamos décadas de vaivén entre plan o mercado, centralización o descentralización, y en ese ciclo que ya es un bucle infinito, las mipymes continúan en el ojo del huracán.
No se trata de que existan o no estas formas de propiedad sobre los medios de producción, porque ya están aquí, hacen falta, y negar su existencia cuando es claro que los gobiernos por sí mismos son incapaces de satisfacer todas las necesidades de la ciudadanía, sería condenar la situación de crisis y escasez a un escenario aún más crítico. La discusión debe moverse ahora hacia otros derroteros: qué mipymes queremos y en qué condiciones las queremos.
La regulación de la pequeña propiedad privada cubana no depende de la cantidad de leyes sino de su contenido. Las legislaciones deben facilitar la integración de mipymes al entramado productivo nacional de bienes y servicios, de manera que contribuyan al desarrollo económico y social. Pero la implementación y evaluación de esas regulaciones tienen que ser transparentes para permitir a la ciudadanía —y a las propias mipymes— el reclamo de que se cumplan los objetivos de políticas públicas. Falta mucho por hacer todavía en este terreno.
Corresponde a la ley de empresas homogeneizar el sistema empresarial cubano, y es un paso esencial que no debe demorar más. Además, se hace necesaria, entre otras cosas, una política consistente sobre la inversión privada, en lugar de sostener un sistema que todavía beneficia a la inversión extranjera sobre la privada nacional, en muchos sentidos.
Hay que permitir la asociación de empresarios privados cubanos, como ellos mismos reclaman, pero también hay que adaptar el Código del Trabajo a las nuevas circunstancias, transformar y exigir a los sindicatos que jueguen su papel de protección a trabajadores, combatir la violación constante de derechos laborales esenciales como las jornadas reguladas y los descansos remunerados, prevenir tratos discriminatorios y sobre todo velar por la protección a los más vulnerables en el entorno laboral. Asimismo, prevenir la evasión del fisco, la contaminación ambiental, y garantizar transparencia cuando se otorgan facilidades financieras, productivas, y de gestión de forma selectiva.
Las mipymes privadas son necesarias, y como todo en sociedad, no vendrán libres de contradicciones. El debate sobre los costos y beneficios del crecimiento de las mipymes privadas en Cuba debe hacerse desde lo objetivo y con mesura.
Los precios altos no son responsabilidad exclusiva de la mipymes nacionales privadas. De hecho, los precios de los alimentos y las bebidas han liderado la inflación en Cuba, y la razón se encuentra, además de en causas exógenas al país, en la caída sostenida de la producción de alimentos, del deterioro de la agricultura y la ganadería, la carencia y precios altísimos de insumos y materiales necesarios, y las limitadas protecciones y facilidades otorgadas a productores cubanos. Si de precios altos se trata, el Estado cubano controla mayoritariamente el mercado minorista en moneda libremente convertible y, por lo tanto, sus precios; como también controla el mercado de exportación e importación de insumos para empresas estatales y privadas.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/elcomercio/BT6ZJUMJFFH5VACBFYBHDLO5HY.jpg?resize=580%2C330&ssl=1 "La encrucijada de las pymes y la propiedad privada en Cuba 3")
Desde el 2011, los lineamientos se plantearon el objetivo de expandir los mercados mayoristas para satisfacer demandas del sector privado nacional, lo cual aún está lejos de cumplirse. Si de precariedad laboral se trata, el sector estatal cubano lidera también ese renglón en bajos salarios, condiciones laborales deficientes, plantillas infladas y desestímulo al trabajo y la productividad.
Entonces, fue la Tarea Ordenamiento, una reforma gubernamental, la que resultó en políticas monetarias y cambiarias deficientes que han derivado en devaluaciones sostenidas del peso cubano, con el deterioro en el poder adquisitivo de la moneda nacional (y salarios y pensiones) que eso conlleva.
Las mipymes privadas están aprovechando ventajas nacidas de problemas que son sistémicos, y que no han creado ellas, aunque ahora participen en perpetuarlos. La respuesta, sin embargo, no es desaparecerlas, porque bajo esa lógica tendríamos que cerrar la economía nacional.
Los problemas sistémicos llevan respuestas holísticas. Centrar la atención en las mipymes sin estudiar el organismo en donde ellas crecen y se reproducen es un análisis simplista y limitado que no llevará a respuestas acertadas. Sobre todo, es un análisis que, de usarse para informar políticas públicas, puede impactar desproporcionadamente a los más vulnerables.
Los excesivamente optimistas o pesimistas deben entender que las mipymes privadas, por sí solas, no tienen capacidad ni para salvar la economía ni para destruir el sistema. Este debate tiene que ser abarcador, multidisciplinario, y dirigirse hacia la causa de los problemas, no limitarse a su manifestación.
Que buen artículo!!
Cuántas de las MIPYMES (sobre todo, privadas) están dedicadas a la producción de bienes o servicios y que no sean meras comercializadoras? Muy pocas.
Las MiPYMES en Cuba solo son un espejismo.
La propiedad estatal sobre los medios de producción es casi absoluta y la empresa estatal, mayoritariamente es ineficiente cuando no son irrentables o dan solo pérdidas.
Por otro lado, el comercio interior y exterior en Cuba es también estatal y de ser la rueda motriz que hable la esfera productiva, es su principal freno refrendado por numerosas normas jurídicas que tienen aherrojada la economía.
Ya los principales dirigentes en este país reconocen que este país NO es un país de productores, sino de consumidores como consecuencia de la terquedad económica e ideológica que hemos sufrido durante más de 60 años y tanto Spencer como Martí lo pronostican en el artículo «La futura esclavitud».
Esas dicotomías que usted enuncia en su artículo aparentemente reales, son falsas, y siempre ha prevalecido la centralización, la «planificación centralizada», crear riquezas con la conciencia (Cultivar Con-Ciencia) y haciendo caso omiso al Materialismo Histórico crean el divorcio -cada vez más profundo – entre los medios de producción (en manos del Estado) y la fuerza de trabajo (en manos de la población cada vez más decepcionada de las promesas, medidas, planes, etc. del propietario que en Cuba es el Partido Único)
Esa es la realidad. Las MiPYMES no van a cambiar, ni pueden, el panorama económico del país.
Plenamente coincido con sus criterios sobre el tema. Soy codueño de una MIPYME y he estado abordando el tema en mi cuenta de facebook
Dejando de lado el daño del nefasto bloqueo a Cuba. Es extremadamente importante en Cuba la evolución del sector privado con todos los requerimientos para el éxito. Cuba supera a otros países por su desarrollo humano y es imperativo sacar provecho de estas características. Además, los pequeños negocios son la columna vertebral de un país porque crean puestos de trabajo para la población local, son parte esencial de la comunidad y fomentan el crecimiento económico. Este artículo hace más énfasis en los obstáculos que las oportunidades y posibilidades como muestran las fotos de VeloCuba y Mandao. Ojalá exista en Cuba una entidad que apoye con crédito o capital según el tipo de negocio, pues el apoyo a las MIPYMES es esencial para el despunte de la economía local y nacional.
Las MiPymes son solo un intento de actor mas en nuestra ya vetusta tragicomedia económica. Serán ensalzadas y loadas- las escogidas-, y vitupereadas vilipendiadas y culpadas con carácter oportunista las menos favoritas. Todo depende de «los factores claves» (dueños o prestafei) y envueltos.
Hasta que no se cree un sistema juridico transparente, una infraestructura y garantías parejas para todos, con licitaciones accesibles, convocatorias visibles, argumentaciones de otorgamiento de espacios por criterios economicistas o sociales y otros estamentos serios, no pasarán de ser un capítulo mas de Macondo jugando a las casitas construyendo un oligarcado. Ya Liborio se llevo el pase hace rato.
Ahora adoran al sector privado pero antes no pensaban así. Nos avisan con tiempo para ver en qué palo se van a ahorcar. Por lo que observo al señor Taran le quitaron el bloqueo que tenía en LJC.
¿ Tendré suerte en este viaje ?
Así que sería mejor no hacer nada en absoluto porque de todos modos, es solo un intento? Y el dinero para sobrevivir cae del cielo?? Siempre me pregunto cuando oigo a alguien denigrar a los propietarios de mipymes como „burgueses“, de qué vive esta gente.. Porque el único sitio en Cuba donde te dan un sueldo que te asegura más o menos la supervivencia son las mipymes.. La igualdad nunca ha existido en este mundo y antes de esforzarnos por alcanzar ese objetivo, primero deberíamos garantizar la mera supervivencia de todos.
Este artículo es realmente muy bueno y el campo de estudio de la autora (desarrollo local) en lugar del antes omnipresente «banca y finanzas», cuyos graduados fueron responsables de varias crisis financieras mayores y menores, me da esperanzas de un futuro mejor. También para Cuba..
Las Mypimes son de funcionarios del propio estado que actúan igual bajo otros rostros.
Es que la MIPYME funciona como fachada tapando el descalabro de lo que existe detrás de ella y para su mal se sigue apostando por la empresa estatal socialista que porsupuesto si coge fuerza es donde van a parar todas ellas porque nadie quiere algo distinto porque están acostumbrado al río revuelto.
Creo que es asi,ahora mismo estan regulando el precio de los taxi,pero no regulan el precio de los restaurantes,donde cuatro croquetas pueden costar hasta mil pesos,y un pescado con una salsa verde hasta diez mil pesos,y no regulan los precios por que los duenos estan ligados al gobierno
Como actor económico son necesarias pero acaso no sería una medida economica efectiva que propiciaria una disminución de la creciente inflación y una disminución progresiva de los precios el limitar a estas a vender al por menor. Es abusivo el ver como en vez de ser una ayuda se están convirtiendo en una fuente de enriquecimiento iluso en un país donde el valor del dinero cada día es menor y no tendría nunca sentido tener millones cuando estos no valen nada.
Han propiciado el surgimiento de intermediarios por doquier. Como se dice en cubano gente lista para raspar lo que sea do de sea y al costo del que sea. Venden a precios minoristas y obligan que comprar al por mayor.
Buen o entonces que son mipimes o falsos mayoristas vendiendo a precios que superan el costo muchas veces
Desaparecer las mipymes sería como tirar el sofá por la ventana. Excelente artículo.
En Cuba hace muchos años que hay muchos economistas que saben lo que «hay que hacer», lo que «urge implementar», lo que «de ninguna manera debe permitirse», lo que «debe erradicarse»… pero
Los Decisores o bien hacen lo exactamente opuesto, o lo que les conviene personalmente, o lo primero que se les ocurre, o no hacen nada. Ejemplos sobran.
Mientras los pobres mortales tengamos que desgastarnos en rogarles encarecidamente a los Decisores un poco de cordura, en lugar de disponer de instrumentos jurídicos para exigirles eficacia y resultados palpables en su gestión, lo más lógico seguirá siendo poner pies en polvorosa y continuar filosofando desde allende los mares. El último trabajador de la última mipyme que apague la farola… o no, la falta de corriente la apaga sola.
En cuanto a los precios es discutible. El Estado es el primero que vende tan caro que estimula los altos precios. Pero además el Estado se ha covertido en un parásito: compra a las Mipymes y revende a precios más altos que estas. Ej aceite comestible, vino seco, vinagre, puré de tomate, cerveza importada, etc tengo ejemplos concretos como Comercio, Mercabal, Gastronomía, Acopio etc
Dejar que el mercado se autorregule, que el estado proteja a la sociedad, no la dirija, dar luz verde a la iniciativa privada, sin traba e imposiciones que el individuo pueda emprender en lo que quiera y desarrollar su negocio libre de obstáculos y sin intermediarios estatales. Que las empresas estales de Comercio, gastronomía y servicios a la población pasen a privada todos, disminuir al máximo las estructuras estales en todas sus ramas y con esas medidas iniciales veremos en poco tiempo un auge económico positivo en beneficio de toda la sociedad.
Las Mipymes no producen bienes y servicios, por eso no contribuyen al desarrollo.
Todo lo contrario, crean más inflación por la sencilla razón de realizar un contrabando autorizado. Compran barato en el exterior y revenden caro, muy caro en el País.
Para que haya desarrollo hay que producir bienes y servicios.
Las Mipymes sólo deberían comercializar o materias primas baratas o productos elaborados con materias primas.
Muy certera su publicación, es mucho sabiendo que la voz de la verdad o lo que difiera, suele ser enjuiciado y censurado. De cualquier modo no depende de quienes suelen pensar, si no de quienes deciden sin apenas detenerse a hacerlo, de los vitalicios que para nada temen errar, nada les costará de forma directa, a veces a rio revuelto, más corrupción. Esa que solo beneficia a los ‘inmóvibles»
Muy de acuerdo con todos los comentarios,creo q las MIPIMES llegaron para quedarse, sólo darles tiempo y ir soltando todo lo q tiene comercio y gastronomía q dan penas y quitarnos ese lastre de arriba,con faltante,mermas,producto ocioso,lento movimiento,trabajadores de más ineficiencia, inventario inflados,y darle oportunidad a los privados y venderles lo q le venden a comercio a los TCP y así crear un mercados MAYORISTA,con más eficiencia, dónde no hallan faltante, productos echados a perder,robos, inventario inflado, maltrato al cliente,vallan aún Restaurantes particular y uno del estado, excluyendo algunos pocos y verán la diferencia
Excelente artículo
El principal problema de Cuba es que más del 90/100 de los dirigentes del país a todos los niveles incluidos los militares viven del sistema y no para el sistema y si eso no se invierte del hueco no se puede salir
En el contexto actual de Cuba, las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) han adquirido relevancia económica, sin embargo, es importante destacar que muchas de las MIPYMES más prósperas están controladas por altos dirigentes del gobierno, permitiéndoles vivir como capitalistas en un país que se considera socialista. Además, resulta llamativo que algunas de estas empresas mantengan relaciones comerciales y negocios con Estados Unidos, a pesar del bloqueo que ha sido ampliamente anunciado.
Control de las MIPYMES por altos dirigentes: En los últimos años, ha surgido un grupo de MIPYMES en Cuba que ha logrado un éxito económico notable. Sin embargo, es importante destacar que muchas de estas empresas están en manos de altos dirigentes del gobierno, lo que les permite obtener beneficios económicos y disfrutar de un nivel de vida similar al de los empresarios capitalistas. Este fenómeno demuestra una contradicción evidente dentro del sistema socialista, donde la élite gobernante tiene privilegios económicos y acceso a recursos que la mayoría del pueblo cubano no tiene.
Relaciones comerciales y negocios con Estados Unidos: A pesar del bloqueo económico y comercial impuesto por Estados Unidos, algunas de estas MIPYMES controladas por altos dirigentes han logrado establecer relaciones comerciales y negocios con empresas estadounidenses. Esto es sorprendente, ya que estas empresas encuentran formas de sortear las restricciones impuestas por el bloqueo y aprovechar las oportunidades económicas que provienen de la relación con el país vecino. Esta situación plantea interrogantes sobre la coherencia del discurso oficial que denuncia el bloqueo, pero permite que estas MIPYMES controladas por dirigentes se beneficien de las relaciones comerciales con Estados Unidos.
La dualidad económica y social en Cuba: El control de las MIPYMES por parte de altos dirigentes y su relación con Estados Unidos reflejan una dualidad económica y social en Cuba. Mientras la mayoría de la población cubana lucha por subsistir en condiciones económicas difíciles, algunos dirigentes se benefician del sistema capitalista mediante el control de empresas y la explotación de relaciones comerciales con países como Estados Unidos. Esta desigualdad económica y social pone en tela de juicio los principios igualitarios del socialismo cubano y genera descontento y frustración entre aquellos que no tienen acceso a estas oportunidades económicas.
La situación actual de las MIPYMES en Cuba, donde muchas de ellas están en manos de altos dirigentes y mantienen relaciones comerciales con Estados Unidos, evidencia una contradicción en el sistema socialista. Esto refleja cómo algunos líderes se benefician del control económico y mantienen un estilo de vida capitalista en un país que se declara socialista y que denuncia el bloqueo económico estadounidense. Esta dualidad económica y social genera desigualdad y contradice los principios igualitarios del sistema. Para alcanzar una verdadera igualdad y justicia social en Cuba, es necesario abordar esta contradicción y garantizar que las oportunidades económicas estén disponibles para todos los ciudadanos, sin importar su posición política o afiliación con los altos dirigentes.
El control de las MIPYMES por parte de altos dirigentes en Cuba revela una estrategia de estos líderes para adueñarse del país y consolidar su poder económico. A pesar de que el socialismo cubano se presenta como un sistema igualitario, la realidad muestra una contradicción flagrante, donde ciertos dirigentes se benefician del capitalismo y mantienen un control económico y político sobre las MIPYMES.
Estas empresas, que en teoría deberían ser el motor de desarrollo económico y la oportunidad para el pueblo cubano, se convierten en instrumentos para el enriquecimiento y la concentración de poder de los altos dirigentes. A través del control de las MIPYMES, estos líderes aseguran una ventaja económica y una posición privilegiada, mientras que el pueblo cubano se ve relegado a un papel secundario, con MIPYMES pequeñas y sin poder de gestión.
Este fenómeno es comparable a lo que se vio en la antigua Unión Soviética, donde la élite gobernante se apropiaba de los principales rubros económicos y mantenía un sistema socialista empobrecido para el pueblo. En Cuba, los altos dirigentes socialistas utilizan las MIPYMES como una fachada para mantener el discurso revolucionario, mientras disfrutan de los beneficios del capitalismo y la explotación de relaciones comerciales con países como Estados Unidos.
Para lograr un desarrollo económico genuino y una verdadera igualdad en Cuba, es esencial cuestionar y abordar la concentración de poder económico en manos de los altos dirigentes. Se debe fomentar un entorno empresarial justo y equitativo, donde todas las MIPYMES tengan la oportunidad de crecer y contribuir al desarrollo económico del país, en beneficio de toda la sociedad. Esto implica romper con la estrategia de los altos dirigentes de adueñarse del país a través del control de las MIPYMES y garantizar que las oportunidades económicas estén al alcance de todos los cubanos, sin distinción política ni privilegios injustos.