Por: Ariel Dacar (profesor del Centro Memorial Martin Luter King Jr.)
La lección capital del fracasado intento socialista del siglo XX estuvo en no comprender que de lo que se trata no es de sustituir al capitalismo sino de superarlo. La adulteración del objetivo socialista estuvo en reducir la socialización del poder y la propiedad con la estatalización, limitándose así la complejidad y profundidad de lo que Marx había entendido como superación del modo de producción capitalista (producción material y apropiación subjetiva)
En materia política el modelo soviético no superó al capitalismo. No se dio paso a un mecanismo más eficiente de participación ciudadana en la toma de decisiones políticas en los distintos espacios de realización, ni tan siquiera en el debate respecto a la conformación de estas. La clase trabajadora se constituyó en objeto y no en sujeto de la actividad económica y política de la sociedad.
El modelo autoritario aplicado en el socialismo histórico y su expansión mimética a otras experiencias, obnubiló el intento de un verdadero poder de los trabajadores y del pueblo, no ya como fuerza motriz en la toma del poder sino como sujeto activo en su reproducción. La monopolización del poder por el partido-Estado negó los avances que, mediante sus luchas, los oprimidos habían logrado dentro del capitalismo en diferentes niveles y períodos, incluida de modo imprescindible la propia experiencia de los soviets que pasaron de órgano espontáneo de lucha de las masas a adquirir funciones de Estado.
La lenta muerte dela Revolución de Octubre comenzó cuando los soviets (órgano de poder del pueblo) pasaron a ser un espacio decorativo dentro del sistema político soviético. Con el advenimiento del stalinismo la oportunidad de lograr la participación política de las masas, incluyendo los mecanismos de movilización, real y autónoma, fue cercenada. En ese proceso, las organizaciones políticas de los trabajadores y ciudadanos sufrieron una considerable atrofia que generó un tipo específico de cultura política (pasiva, reproductiva) entre los ciudadanos en general y entre los trabajadores en particular.
Como elemento distintivo del modelo político del socialismo real el sistema requirió de una extrema supremacía del Partido Comunista, mediante la supresión de todas las fuerzas sociales que no estaban controladas y subordinadas a él, o al menos de sus posibilidades de acción autónoma, creativa, crítica y propositiva dentro de los diferentes sectores y espacios sociales. El partido fundió en su actividad práctica al aparato administrativo y sus instituciones, se hizo del gobierno y cumplió las funciones de éste (razón por la cual se le conoce como el partido-Estado). A esto se añade que la dinámica interna del partido se estructuró en estamentos jerárquicos verticalistas. Funcionaba como una pirámide de poder que generaba desde la cima las decisiones que se abrían al resto de la estructura partidista y social.
En la sociedad política y civil no hubo una instancia de carácter masivo que estuviera fuera del alcance del partido-Estado; todas eran reproductoras de los dictámenes políticos y seguían al pie de la letra las directrices de éste sin que hubiera el más mínimo asomo de presión o contraposición al régimen. Indiscutiblemente, fueron efectivos dispositivos de control político en lugar de funcionar como fuerzas autónomas de la sociedad civil. Se violentó de manera errática y costosa la función social del partido y el Estado dentro de la sociedad en edificación.
Esta práctica dio como resultado que los órganos y las instituciones estatales se convirtieron en simples ejecutores de las directrices centrales sin ser responsables de lo que sucedía en el proceso productivo y político.
Desde este modelo de relaciones de poder se intentó diluir la individualidad en un colectivo cada vez más abstracto, con enmarcado irrespeto a lo distinto, se esquematizó un modelo de ciudadano recio, inflexible, como si el hombre “nuevo” pudiera realizarse por decreto. Todo lo que tuvo de fondo una concepción demasiado simplista del ser humano, que ignoraba completamente la psicología y sus modificaciones en atmósferas diversas que desatendía la diversidad misma.
Otra prueba aberrante de esta práctica fue el espíritu de autocrítica —otra deformación del ideal inicial— a la que se sometían individuos e instituciones. Siempre y en todas partes, la autocrítica acusaba a los organismos de ejecución de la escala inferior, a los que vituperaba como indignos de los organismos superiores de decisión. El método era efectivo pues distrajo durante décadas la atención a los problemas estructurales y de principio que presentaba el régimen, y ponía en manos de las masas la “solución” a problemas de baja escala, más bien a solucionar consecuencias mientras las causas permanecían intocables.
La unidad poder-verdad que tipificó el modelo socialista de matriz stalinista tuvo nefastos resultados. La falta de diálogo y de construcción conjunta, en lugar de la cual prevaleció la revelación de justezas en el discurso oficial y la adecuación de los planteamientos que sustentaban dicho discurso, trajeron como resultado un profundo resentimiento hacia valores antes compartidos, desesperanza en la posibilidad de influir en el cambio y la apatía desmovilizadora.
Tampoco se trata de asumir el debate como vehículo de escape en espacios periféricos a las decisiones políticas, sino como revelación de las distintas aristas de la verdad, entendida como proceso permanente de penetración en el complejísimo mundo social contemporáneo y su transformación.
La cultura socialista sin participación se atrofia y genera contradicciones contraproducentes a las posibilidades de cambio del sistema, lo cual contiene un nuevo orden para las relaciones de poder. La experiencia socialista del siglo XX tuvo como corolario en los años ochenta que la población supiera lo que no quería, pero no lo que quería, pues no estaba “entrenada” en organizarse, formarse y movilizarse para la consecución de sus intereses.
Consecuente con la desnaturalización del proyecto socialista, el marxismo se desnaturalizó y se esgrimió como una doctrina rígida, inmutable, justificadora más que aclaradora. El pensamiento social se metió en una camisa de fuerza, se impidió la confrontación con otras corrientes (de modo científico) y el propio enriquecimiento de las teorías desarrolladas por Marx. Se cercenó el carácter científico de la teoría, valga decir su inmanencia.
El pensar de otra manera fue un peligro para los privilegiados del socialismo del siglo XX. La dirigencia no solo reveló su incapacidad de mantener con vida el espíritu revolucionario en el proceso de enfrentamiento a las circunstancias históricas en que interactuaron, sino que imposibilitó cualquier vestigio de pensamiento divergente, crítico, desafiante de la autoridad. Por esa razón, como ha señalado el filósofo cubano Jorge Luis Acanda, la consigna de la libertad de pensar de otra manera le era indigerible.
Mientras la lógica del capitalismo se manifiesta en la concentración de la propiedad en pocas manos, a la par que socializa los sueños de alcanzar la prosperidad, aun a quienes viven en las peores condiciones, es un hecho que, sin omitir su contra lógica, devela eficiencia en el ejercicio hegemónico de la clase dominante. Sin embargo, en la experiencia del socialismo del siglo XX se socializaron los bienes materiales y se privatizaron los sueños, de ese modo se redujo a un grupo de personas la capacidad de construir la alternativa social.
Una visión de conjunto de las razones expuestas hasta aquí conduce a concluir que no existió una sustitución cultural en el nuevo sistema, pues no superó los aspectos distintivos del capitalismo circundante, dominador, jerárquico, excluyente, elitista, donde la política estaba “privatizada” por un grupo social reducido.
En resumen, los elementos esenciales del modelo político del socialismo de matriz stalinista fueron: a) la centralización estatal extrema; b) la deformación de la función del partido en la sociedad; c) la capacidad de decisión sobre todos los aspectos de la sociedad quedó en manos de una reducida élite, d) la inmovilidad de los conceptos por la atrofia del pensamiento social crítico, y e) la anulación de los criterios divergentes, incluso mediante la violencia. Por tanto no se dio paso a un mecanismo más eficiente de participación de los trabajadores y los ciudadanos en la toma de decisiones políticas en los distintos espacios de realización, locales y sectoriales, ni tan siquiera en el debate respecto a la conformación de estas.
Aunque se establecieron nuevas estructuras económicas, nuevas tendencias políticas y éticas no hubo una sustitución histórica real del modo de producción capitalista, lo que hizo posible que, al menor descuido de los “preservadores del régimen” las fuerzas del capitalismo subyacentes por décadas vieran la luz y se adueñaran del poder político para cambiarlo todo a su alrededor. En realidad, el “socialismo real” no solo fue incapaz de revertir al sistema antagónico, sino también de resistir a su desafío económico, tecnológico y cultural en sentido general.
La lucha por el socialismo, que implica no la sustitución sino la superación del modo de producción capitalista, adquiere una demanda histórica inmanente: el socialismo desde abajo contra el socialismo desde arriba. En otros términos, los trabajadores en particular y el pueblo en general, dado el mecanismo sistémico erigido en su nombre, no fueron los creadores de su propia emancipación. Los trabajadores fueron despojados del poder, su participación política no se hizo efectiva, sufrieron una enorme atrofia política por los años dictadura de la burocracia, caracterizada por la incapacidad para articular sus propios intereses mediante la organización conciente y poder realizar una revolución política desde abajo.
A la vuelta de la historia, como resultado totalizador del sistema y concepción del socialismo del siglo XX, se reiteró la conducción política en nombre de los oprimidos sin la participación directa y creciente de estos. Marx había develado este problema como un desafío esencialmente revolucionario: Los trabajadores del mundo han esperado durante demasiado tiempo que algún Moisés les conduzca fuera de su cautiverio. Tal Moisés no ha llegado ni llegará. Yo no os sacaría de él, aunque pudiera; pues si pudierais ser sacados, también podríais ser llevados de nuevo a él. Yo aspiro a convenceros de que no hay nada que no podáis hacer por vosotros mismos.
230 comentarios
Rodolfo estás pasando por alto los pedidos que te hacemos para que no pongas enlaces de copies post de otros blog.
Si el enlace lo utilizas para reforzar una idea pues no hay problemas pero los pones solos.
¿Estás haciendo promoción a otros blog? ¿Nos estás poniendo a prueba?
Saludos
Queridos jóvenes:
Como estoy llegando tarde al reparto…¡de opiniones!, aquí les pego lo que envié hace unos días:
Alexis Mario Cánovas Fabelo. | noviembre 16, 2011 en 11:17 pm | Responder
Queridos jóvenes:
Perdónenme la tardanza, aquí les envío mi pobre opinión sobre economía.
RESPUESTA A UN economista VIEJO.
Sí tenemos que rectificar…¡en todo!… Comenzando por reconocer lo señalado como defecto a los Mencheviques, en 1908, en el Congreso clandestino del PSDR, en Francia: “Quien aborda los problemas particulares sin resolver previamente los generales, habrá de chocar ciegamente con estos y chocar, en cada oportunidad, es condenar a la propia política a la peor de las vacilaciones y falta de principios”.
Es imprescindible abordar descarnadamente los errores, pero, evitando mentir.
Soy discrepante, desde antes de que se fueran a aplicar los errores que ahora se reconocen, y que se argumenta querer reparar, a tal extremo, que un vocero oficial me denominó “gusano de izquierda”… Soy Licenciado en Comunismo Científico.
Esto es una verdadera BATALLA DE IDEAS, y en cualquier guerra lo primero que garantiza el triunfo es evitar la guerra:
¿Tenemos o no tenemos la razón histórica?
¿Es o no es el futuro de la humanidad el comunismo… CIENTÍFICO?
¿Es o no verdad que cultura es todo lo existente creado por las personas?
¿Es verdad o no que el factor subjetivo influye en la transformación de la realidad?
¿Que la política es la expresión concentrada de la economía?
¿Que salvo excepciones (que reafirman la regla) el hombre piensa como vive?
¿Que la situación actual es como dijo Hamlet, de SER O NO SER?
¿Que estamos abocados a la desaparición de la especie humana, creadora de la cultura?
¿Lo primero no es salvar la cultura?
Y para salvar la cultura hay que salvar a la humanidad toda, que es la que la produce y disfruta.
¿Pensamos o no, somos Homo Sapiens Sapiens, o no?
Si se siguen con divorcios entre información y realidades nos hundimos. O no es verdad que se nos pide incorporación a la producción, y productividad, que es ser rentables.
En el trabajo que publiqué en este sitio hace un poco de tiempo dije:
Todos reconocen y temen la encrucijada apocalíptica en la que se encuentra la humanidad: la falta de equiparación que predomina en todos los ámbitos del meso sistema llamado Tierra; de que el Sistema Capitalista, a pesar del alto desarrollo a que ha arribado, en vez de garantizar el futuro de la humanidad, lo que lo ha hecho totalmente incierto; que el Sistema Socialista, tal y cómo lo han conocido, por su práctica, no garantiza el sueño que encierra el término utilizado para el trabajo propagandístico de los partidos de izquierda; y que las amplias mayorías de la población mundial se encuentra sin asidero a qué agarrarse, ni ve futuro. No reconocer esta realidad es hacer como los avestruces. Por ello el título de aquel trabajo ¿Qué enseña ña Realidad?
Se tiende a endilgar los “fracasos” en las aplicaciones de los postulados de doctrinas, ¡y hasta de ciencias!, a la caducidad de esos postulados, o por haberse descubierto, o diseñado en otros momentos históricos.
¡Craso error!… Desde antes de que Arquímedes gritara ¡EURECA!, ahora, y en el futuro, la ley que descubrió al botarse el agua de la tina en que se bañaba es vigente.
El talón de Aquiles en nuestra sociedad ha sido la violación de las Leyes Generales del Socialismo, en especial, la Ley de Distribución Con Arreglo al Trabajo, tal y como lo esclareció magistralmente Karl Marx, en la “Crítica al Programa de Gotha”, cuando explica que “ante hombres desiguales, la distribución tiene que ser desigual, y para que sea justa, el medidor debe ser el trabajo, por ello debe inscribirse en nuestras banderas la consigna de que cada cual aporte según su capacidad y reciba según la cantidad y calidad de su trabajo.”
Si ello se hubiera cumplido, ni hubiera desmotivacin productiva, ni los vagos proliferaran, ni hubiera tantos individuos capaces emigrados.
Si se hubiera cumplido la Ley del Desarrollo Planificado y Proporcional, no tuviéramos el meñique de nuestro puño (el deporte) desarrollado como si fuera un pulgar, y el pulgar (la economía) como si fuera un meñique distrófico.
Ni se tendría el desatino de publicar trabajos sobre el estar tristes por haber perdido un equipo deportivo, mientras que las deficiencias que tenemos en la producción de bienes materiales y espirituales resbalan indolentemente, siendo un problema ético tan grave.
Sobre este tema he pedido que se me viabilice cooperar como colaborador en este sitio, porque hay mucho que se puede demostrar con los clásicos del Marxismo, que discrepa diametralmente con las “interpretaciones” que nos tiene en este Cuento de la Buena Pipa, o Del Nunca Acabar.
Alexis Mario Cánovas Fabelo. | noviembre 17, 2011 en 8:02 am | Responder
Regina Coyula:
Tienes toda la razón en TODOS LOS ASPECTOS que abordaste. Desde que triunfamos, la coyuntura, propició que a pesar de solamente contar con 15 años de edad, me utilizaran en las tareas más importantes para la construcción de la nueva sociedad que argumentaron se aspiraba; aparte del llamado, posteriormente, Programa Mínimo, que fueron los argumentos demostrativos de “La Historia Me Absolverá”, se le unió lo planteado en un pequeño libro impreso en La Habana, en febrero de 1959, titulado “Pensamiento Económico, Político y Social de Fidel Castro Ruz”; de la necesidad de un cambio profundo, pero, aplicando la forma de Capitalismo Monopolista de Estado, tal y como lo oriento Lenin, al vencer la guerra civil y a los ataques que hicieron las potencias imperialistas por sus fronteras.
Por ello el primer gobierno que se estableció, con Urrutia de presidente y Fidel de primer ministro, y que las traiciones de sus representantes políticos de la derecha y el centro estuvieron saboteado, hasta la renuncia magistral de Fidel, y las acciones agresivas de los EE.UU. desde el mismo día del triunfo.
A toda acción hay una reacción… Esas acciones, empeoradas con los ataques militares mediante infiltrados creando focos “guerrilleros” asesinos, y los desembarcos mercenarios, el efectuado totalmente por Playa Girón y el frustrado, por los resultados negativos para ellos del anterior, que fue enviado desde Santo Domingo, hizo que se respondiera extremistamente, aplicando el modo de construcción socialista utilizado en la desunida URSS y el mal llamado Campo Socialista de Europa del Este.
Los resultados nefastos de las concepciones pequeño burguesas sobre el Socialismo, que Lenin le criticó duramente a Stalin y a Trotski, se copiaron y se sigue, con sus enfoques, actuando queriendo paliar los estragos producidos por ello.
Hay que APLICAR A RAJA TABLAS LAS LEYES GENERALES DEL SOCIALISMO, como lo demostraron teóricamente los padres fundadores del Marxismo-Leninismo, y que la práctica demostró que los resultados que alertaron que se iban a producir, se produjeron por haberlas violado voluntaristamente.
1°- Gobierno desde abajo, como la Comuna de París, con Parlamento legislativo y ejecutivo a la vez: “¡TODO EL PODER PARA LOS SOVIETS!”
2°- De cada cual según su capacidad, a cada cual según la cantidad y calidad de su trabajo, A RAJA TABLAS: Porque Marx tiene la razón cuando alertó que “El derecho no puede estar por encima del grado de desarrollo económico alcanzado por la sociedad la cultura por él generado.”
Es la única manera de crear una sociedad de TRA-BA-JA-DO-RES.
Alexis Mario Cánovas Fabelo. | noviembre 17, 2011 en 8:05 am | Responder
NO SE SI LO PUEDAN LEER.
PERDÓNENME.
LOS PROBLEMAS FAMILIARES GRAVES QUE ESTOY ENFRENTANDO ME IMPIDIERON HACERLO A TIEMPO.
En la Wikipedia hay una lista de los paises socialistas y ex-socialistas. Si nos limitamos a los socialistas marxistas, estilo Cuba, de la lista de los ex se puede decir que el socialismo marxista (mas o menos unipartidista) se ha ensayado 34 veces en el mundo y ha fallado, sido derrocado o abandonado explícitamente 29 veces, o sea un 85% de las veces y de los 5 que quedan (Cuba, Corea del Norte, Laos, VietNam y China) sólo dos son realmente estados unipartidistas con economía estatizada, los demás han introducido la economía de mercado. Estos últimos no se pueden considerar ya dentro del modelo cubano ni verdaderamente socialistas marxistas sino que son mas bien capitalistas unipartidistas.
De esta forma solo han quedado dos países socialistas marxistas: Cuba y Corea del Norte. Esto implica que el estado unipartidsita con economía estatizada ha fallado en aproximadamente el 94% de los casos y el 6% donde aún se mantiene está en una permanente crisis estructural.
Claro que estas son cifras muy generales y cada caso es distinto pero, ¿Cuántos más experimentos hay que hacer para demostrar que el sistema no funciona?
Amel Rodríguez:
¿No te da a pensar esas cifras?
¿No será que se ha violado los postulados de los creadores del Marxismo-Leninismo?
¿Qué lo que ha fracasado son las “interpretaciones pequeño burguesas sobre esos postulados, tal y como lo alertaron esos grandes pensadores?
Precisamente lo que le critican al Socialismo es lo que los clásicos del Marxismo dijeron que no se debía hacer, y que si se hacía era malo y llevaba al fracaso.
El problema es que cansa enredarse con los clásicos, al duro y sin guantes. Por ello conocieron al Marxismo-Leninismo por manualitos normados por Stalin. Revisionista de izquierda del Marxismo y traidor a Lenin.
INVESTIGUEN.
Alexis:
La cifras me dan de pensar que un estado unipartidista con economía estatizada es la peor combinación posible para el desarrollo social sostenido. No sé si habrán violado las recomendaciones de los clásicos o no, pero si sé que no funcionan.
¡Traigan otro cubo de m…… que estamos construyendo el socialismo!
interesante texto… ¿hay alguna forma de intercambiar opiniones con el autor en forma directa a través de correo?
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