Cuarentena, pan y circo

Como casi todo lo que llega de improviso –sea bueno o malo-, a Cuba el coronavirus y su consecuente cuarenta le ha traído cosas nuevas. Además del nasobuco –esa asfixiante mascarita que hace que parezcamos asaltantes de trenes del viejo oeste-, nos trajo cada mañana al Doctor Durán, que ahora es querido casi como a un pariente, pero a quien pocos conocían antes; nos mostró, aunque siempre cubiertos, algunos de los rostros del preparado personal de la biotecnología, y también nos enseñó que las colas, al igual que el universo, están en constante expansión, pues si ya pensábamos que eran largas y permanentes, el pollo ha redefinido nuestros conceptos al respecto.

Pero el coronavirus vino acompañado de más cosas, algunas con un visillo de misterio sumamente interesante, que ha desplazado a Tras la huella del lugar cimero donde lo tenían los amantes del género detectivesco: cada noche el pueblo espera que la voz grave de Yunior Smith –digno sucesor temporal de Rafael Serrano- anuncie el caso policíaco de turno.

Desde grandes desvíos de recursos del Estado -confituras, productos comestibles destinados a población vulnerable, pinturas, materiales de la construcción-, hasta pesca de más de una tonelada de vedadas langostas, los casos son la respuesta añorada y necesaria a la especulación y la ilegalidad que durante años –demasiados, muchísimos- ha campeado a sus anchas entre nosotros, como una sanguijuela que succiona el magro contendido de los bolsillos de la gente y de las arcas de la República y que pende sobre nosotros, como espada de Damocles dispuesta a partirnos el cráneo en dos ante cualquier fluctuación, por mínima que esta sea, de la economía o la política.

Sin embargo, desde el comienzo hasta ahora los casos de la nueva sección del NTV –que nadie sabe si llegó para quedarse o se irá con el nasobuco al hombro cuando la cuarentena acabe- han transitado por el camino incierto de las modas. Algunos han sido sonoros y justificados, por lo que se ganaron la aprobación de las mayorías; otros, sin embargo, parecen excesivos y casi ridículos, con ese aire que tienen las cosas hechas por cumplir para montarse en el tren de lo que está en boga. Algo sí tienen en común: motivan más preguntas que respuestas.

Parece ser que una de las cosas traídas por el coronavirus a Cuba, procedente de nadie sabe dónde, es el nutrido cuerpo de jefes de sector, policías, peritos e investigadores, que de pronto encontraron a la ilegalidad acampando bajo sus narices y se lanzaron entusiastas a erradicarla. ¿Dónde estaban hasta ahora que no vieron nada? ¿Qué pasaba antes con el “pueblo revolucionario” que solo ahora se decidió a denunciar a sus vecinos? ¿Acaso el sentido de los informantes se agudizó como efecto secundario de la cuarentena?

Devenidos por obra y gracia de la COVID-19 en diligentes y eficaces, estos Sherlocks Holmes tropicales se han quitado la modorra con la que hasta entonces habían obrado y cabalgan al combate, protegidos por sus nasobucos y las cámaras del espectáculo, contra algo que ya estaba ahí desde hacía tiempo y utilizan al noticiero de pared para mostrar las cabezas disecadas de lo cazado.

Sus aliados en esta cruzada son los periodistas, cuya virulencia y ligereza varía dependiendo de la provincia. Las cámaras que habían estado destinadas a los hombres y mujeres que continúan en el trabajo y a los que cuidan y atienen a las personas afectadas, ahora también se dedican a hacer estas crónicas, auténticos monumentos casi todas a la superficialidad investigativa.

Van al lugar, graban el espectáculo, apuntan con sus lentes a los acusados –al principio, sin proteger su privacidad-, hacen algunas preguntas de escasa profundidad y predecible respuesta, y montan el show para servir cada noche, como una alegría de sobremesa. Generalmente, no buscan más, lo lanzan y ahí lo dejan, al final todo esto pasará y la vida seguirá igual, como dice la vieja canción española.

¿Ninguno de esos periodistas se ha preguntado –seriamente- de dónde salían los recursos incautados y que solo el Estado posee? ¿De verdad creyeron que esas enormes cantidades de cosas diferentes y valiosas fueron sacadas de los centros estatales por obreros sencillos, ladrones intrépidos o coleros insistentes?

¿Por qué faltan en esos reportajes los directores de las empresas afectadas, los encargados del comercio, los administradores, no como simples declarantes, sino asumiendo las culpas que les corresponden, siendo interpelados como debe ser, pues esos recursos estaban bajo su cuidado? ¿Qué sucede que ninguna de esas investigaciones va contra una entidad del sector estatal o un dirigente que no protegió lo que le fue confiado y que quizás – ¡Dios nos libre!- se mojó también con las salpicas de estas ilicitudes?

¿Por qué no giran su cámara hacia el entusiasmado policía o jefe de sector que dirige el operativo para cuestionarlo sobre su trabajo hasta el momento, pues en la mayoría de los casos los delitos llevaban años cometiéndose? ¿A ninguno le llama la atención esas cosas que una parte del pueblo, los que no se contentan con ver arder las hogueras y disfrutar del olor a carne chamuscada, pregunta cada noche y comenta en las colas al otro día? Parece que esos periodistas también llegaron hace poco.

¿Por qué se quedan satisfechos con mostrar cómo la soga se parte por el lado más débil, por el final de la cadena? Quizás sería recomendable, para ganar en seriedad y transparencia, recorrer toda la cuerda y ver qué es lo que mora en el otro extremo, pues el reino de las leyes no establece distingos entre sus súbditos, por lo que debe aplicarse a todos y no solo a algunos. Si decidimos bañarnos, debemos estar dispuestos a mojarnos, no solo la punta de los pies.

Que las investigaciones aún están en proceso, dirán algunos. Que seguro los corruptos y malversadores también caerán en todos los casos y no solo en unos poquísimos, dirán otros.

Que en el noticiero no se puede decir otra cosa, pensará alguien. Bien, entonces en defensa la integridad, los periodistas a quienes se ha dado la tarea de acompañar esta cruzada, como los servidores públicos dedicados a la verdad que son, deben ser transparentes o guardarse las ganas para luego, esperar a que todo esté claro y dar seguimiento real a los casos –no engavetarlos como casi siempre se hace por estos lares-, porque la falta de transparencia y la parcialidad traen a ellos y al gremio, rechazo y pérdida de credibilidad.

No solo han sido culpables –y lo son, de eso no hay dudas- los nombres y las caras que muestra el NTV. Las investigaciones deberían continuar hasta llegar a la raíz más profunda y, del mismo modo que hoy se muestra cómo suben al cadalso estos ciudadanos que han infringido las leyes de nuestra República, debe mostrarse también cómo los acompañan quienes han sido sus cómplices, esos que es fácil inferir, se esconden, seguros de su suerte como si a una casta superior pertenecieran, tras mesas de oficina y cargos de cualquier tipo.

Son estos días difíciles, lo sabemos. Se hacen grandes esfuerzos por garantizar noblemente y con trabajo, el pan de la gente; también hace falta el circo –diría el poeta romano Juvenal-, pero no de este tipo y no a costa de la integridad, ni sobre la base del espectáculo. Hágase a todos, sin excepciones de tipo alguno, cumplir la ley, con ética y verdad.

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39 comentarios

Castellanos 2 junio 2020 - 7:43 AM
Los periodistas oficiales cubanos no son "servidores públicos" como dice el articulista, sino parte de la maquinaria del partido único. Su función no es la información veraz sino la propaganda a favor de un sistema que no funciona. Algunos de ellos, una vez fuera de Cuba, han contado como funciona la cosa de verdad, la presiones que reciben, los filtros que pasan sus artículos antes de ser publicados y cómo aprendieron la autocensura. Si los periodistas oficiales de verdad quisieran informar irían directamente a las oficinas del presidente o del primer secretario del PCC. Es allí donde están todas las respuestas a la miseria material que viven los cubanos de la isla día tras día. El presidente Díaz Canel ha demostrado un especial gusto por los baños de masas y los monólogos frente a una cámara. Cuando es "entrevistado" las "preguntas" que se le hacen son rectas por el medio a 80 mph para que las pueda batear con facilidad, todo un show para que "brille". A lo largo de estos 61 años todo aquel que ha decidido hacer periodismo de verdad ha ido a parar a una cárcel, al exilio o ha sido asesinado moralmente porque en Cuba no hay libertad de expresión. Y ahora, para darle un viso de "legalidad" a la cosa, largaron el decreto ley 370. El show televisivo de presentar públicamente a los ladrones y malversadores no es más que la vieja maniobra del gobierno cubano de limpiar su incompetencia culpando a otros. Nada nuevo. El cuartico está igualito.
Rafael Perez 3 junio 2020 - 10:34 AM
Totalmente de acuerdo.
Gilberto Pupo 2 junio 2020 - 7:59 AM
De acuerdo, muy bueno, pero falta lo principal. ¿Por qué suceden estos hechos ahora, antes y después? No son las personas los principales culpables, el mal es sistémico.
Lola 2 junio 2020 - 8:26 AM
Muy de acuerdo, José Manuel. Con esos shows televisivos rememoran los actos de justicia medievales o mucho más antiguos, donde se impartía justicia públicamente. Constituyen una franca agresión a los acusados que sin haber sido juzgados y representados justamente por un abogado, ya son llevados a la picota pública. Es una transgresión de lo acordado en la Constitución sobre los derechos personales. Personalmente siento mucho dolor por las víctimas que además de ser juzgadas, son parte de un show televisivo, que no será nunca un medio eficaz para acabar con la ilegalidad en Cuba, aunque algunos sientan satisfacción en ello.
Azul 2 junio 2020 - 9:24 AM
Más que el daño que causan los acaparadores y revendedores, habría que buscar las causas de su existencia,ellos son consecuencia. Entonces vemos que nos guste o no,son muchísimos más eficientes que todo el comercio estatal sea manual o electrónico. Y vemos entonces que mucha población encuentra en ellos la solución a la precariedad de la oferta "por la derecha". Y no se denuncia porque todos sabemos que al momento que perdamos esa fuente de abastecimiento, vamos a sufrir una carestía mayor y que además en un tiempo razonable aparecerá otro que aduciendo el factor riesgo tendrá precios más elevados.
Luis Enrique 2 junio 2020 - 9:26 AM
¡Excelente escrito! Es como una elegante memo de lo que los cubanos de a pie nos preguntamos sin respuesta ni indicio de respuesta. Como dice @Lola este es solo un show de ejecución pública dónde el objetivo principal y tal vez único, es mostrar al "pueblo" trabajador que la única manera de "tener mucho" y vivir cómodamente, es robar; y quizás también decirle a los jefes que pueden seguir robando pero con más cuidado.
Xiomara Suárez Morers 2 junio 2020 - 11:07 AM
Excelentídima reflexión. Siempre que leo los artículos de la JovenCuba, me siento satisfecha de que en mi país trabajan personas sabiendo que otras también piensan. Muchas felicidades y que sigan así por los años que sea necesario.
Alejo 2 junio 2020 - 1:49 PM
¡Vergüenza! Es la primera palabra que me viene a la mente después de leer este artículo. Vergüenza sí, aunque preciso es repartirla: La primera dosis sería para los comisores de estas infracciones que han encontrado en el acaparamiento y en el desvío de recursos un cuestionable modo de vida dónde el esfuerzo personal y el emprendimiento son sustituidos por el tráfico de influencias, la especulación y la insensibilidad, acentuada en estos momentos de penurias económicas y desabastecimiento. El segundo lote en la repartición sería para los periodistas: Que un profesional de la prensa se preste para este papel de "verdugo público", sometiendo al escarnio popular sin ningún límite legal y con tanta superficialidad investigativa a sus conciudadanos; ignorando principios del Estado de Derecho consagrado en la Constitución como la presunción de inocencia, el derecho a la privacidad, la imparcialidad de la ley, el secreto sumarial entre otros, no deja de provocar un profundo malestar por más justa que sea la causa que se pretenda denunciar. Estas personas que son mostradas no quepa duda, en un mecanismo bien pensado de escarmiento popular como barba de vecino ardiente, son seres humanos que tienen vecinos, hijos, padres, cónyuges y amigos, que desde ese fatídico día y quizás por el resto de su existencia quedarán marcadas por el estigma de haber sido exhibidas en la televisión nacional como unos delincuentes más. Hemos criticado hasta el cansancio a esa prensa amarillista internacional que se ceba en la desgracia ajena y en el morbo de lo noticioso sin reparar en la dimensión humana de los sucesos; hoy por desdicha la estamos emulando, con el agravante de que en este caso la intencionalidad viene desde la omnipotencia del Estado donde no habrá derecho a réplica ni a desagravio. Debe de publicarse sí, todo aquello que sea de interés público y que se constituya en atentado contra la propiedad y los bienes del pueblo; venga de individuos o de instituciones del Estado; como parte de una estrategia de transparencia informativa que implique la exhaustividad investigativa, el respeto a la privacidad y a los derechos de los implicados y la integralidad informativa. Lo demás, lo que está ocurriendo no es más que un "reality show" a la cubana. La tercera carga de vergüenza la debiera llevar el Estado. Si como dijera el presidente esta ofensiva contra las ilegalidades llegó para quedarse, quiere decir que en algún momento no estuvo. Durante años millones de cubanos fuimos testigos de la proliferación de mercados informales que utilizaban como fuente mayorista los desvíos de recursos de las empresas estatales y los inventarios ocultos de las TRD y los establecimientos de Comercio y todo con la pasividad cómplice de las instituciones que supuestamente debían de impedirlo. Este laissez faire estatal creó una sensación de impunidad y convivencia cómplice entre los jerarcas de estos mercados informales. La Ley debe aplicarse siempre y a todos; si el Estado la relativiza y la aplica a discreción, a ratos si y a veces no, entonces es también responsable de la laxitud ciudadana a la hora de respetarla. Por otra parte resulta curiosa la estrategia informativa que se utiliza. Los malhechores son detectados gracias a llamadas telefónicas que oportunamente informan de su existencia. No sabemos quién llamó, por qué decidió hacerlo ahora y no antes, qué dijo y si de alguna manera se procedió a verificar la información antes de llegar con todo el aparataje periodístico- policial. Sería interesante conocer cuántas llamadas de este tipo recibe diariamente la PNR, si todas ellas son procedentes y si acuden a verificarlas una por una. La idea que se nos transmite es que ahora es el pueblo quien ha decidido denunciar; que si antes no se capturaba a estas personas es porque el pueblo se callaba y no porque el Estado no actuara. En esta manera de informar hay mucha falta de sinceridad informativa. El Estado cubano tiene una buena dosis de responsabilidad en estos fenómenos y lejos de aceptarla, hace caer en el pueblo todo el protagonismo.
Leandro Daniel Quesada Almenares 2 junio 2020 - 2:02 PM
El mal es sistémico!,pan y circo y la plebe está contenta como en los tiempos del imperio romano!
Castellanos 2 junio 2020 - 2:44 PM
El circo está garantizado, pero el pan ...
Tamara Dovale Moisés 2 junio 2020 - 3:11 PM
Este artículo tiene todo el veneno posible y nadie cuestiona que tenga algo de razón , pero tiene mas odio y crítica destructiva, que deseos de ayudar. Dice el dicho, más vale tarde que nunca, es más fácil criticar que hacer y yo al menos reconozco la labor del gobierno y del MINNT, que está cogiendo a esos corruptos, delincuentes y acaparadores que destruyen nuestra economía y hacen más difícil la vida del pueblo. Tal vez es un momento oportuno para reaccionar y sumarnos a esta batalla contra las ilegalidades y luchar por un país mejor. Viva la REVOLUCIÓN y # Yosigoamipresidente, confío en que todos los cambios son para mejor y #Vamospormas.
Jack 2 junio 2020 - 3:50 PM
Sin palabras, gracias por la decepción del día
Luis Enrique 2 junio 2020 - 5:11 PM
Interesante... ¿Podría usted indicarme dónde está ese odio y crítica destructiva del artículo? Creo que me han pasado gato por liebre, porque lo he leído dos veces y no aparece nada ¡Gracias!
Alina Lopez 3 junio 2020 - 12:08 AM
Tamara, la vida del pueblo es difícil desde hace mucho y no se hacían este tipo de puestas en escena televisivas donde jamás, jamás, un periodista sigue la huella para saber de dónde procede la corrupción y los desvíos, se limitan a intervenir con preguntas, que las más de las veces, solo insisten en pedir cuentas al supuesto o real delincuente, como si fueran jueces o fiscales, ese no es su trabajo, al César lo q le toca. Aquí el veneno es querer callar opiniones fundamentadas como las del autor esgrimiendo consignas, de eso ya hemos tenido demasiado.
Rafael Perez 3 junio 2020 - 10:48 AM
Si usted hace un poco de memoria, recordará que estos linchamientos públicos no son nuevos. Desde los finales de los 70, quiza no tenga edad para saberlo, se hace este tipo de reportajes. Aquellas operaciones e "Pitirre en el Alambre", contra los artesanos de la Plaza de la Catedral, lo los "Bandidos de Río Frío" contra los que vendían en los Mercados Libres Campesinos, son de aquella época y la prensa se dedicó a exaltarlas, diciendo que ahora sí se iba a organizar todo y el pueblo recibiría los beneficios de haber erradicado a esos "maleantes". Resultado: cada día se ha ido a peor, con lo que dan por la libreta hace rato no se puede contar y el colmo es que haya que hacer colas para comprar en una moneda n la que a los cubanos no le pgan y eso, incluso, con limitaciones. Convénzanse que el rey está desnudo y desde hace rato.
Junior Jr 2 junio 2020 - 3:13 PM
Deja Vu. Por desgracia, esto es repetitivo y tiene el mismo objetivo que ha tenido otras tantas veces, culpar a otro de la crisis del momento. No hay pintura, es que se la roba aquel que tiene 15 tanques, no hay cebolla es aquel que acaparo 10 camiones, no hay transporte es aquel que compra las piezas a escondidas. Y para aquellos que piensan que los presuntos acaparadores pueden pedir justicia, si realmente en algun momento logran demostrar que todo venia por una via autorizada (cooperativa, importacion por mulas etc) no recibiran nada de vuelta, las cosas que le fueron quitadas y almacenadas a la espera de esclarecimiento habran desaparecido y ellos tendran que dar gracias que estan sueltos, que historias de estas se sobran.
Rafael Perez 3 junio 2020 - 10:57 AM
Incluso suponga usted que el individuo robó los diez camiones de cebolla y es descubierto y castigado. Con esos diez camines vas a darle cebolla a los 11 millones de habitantes? Todo eso es una astracanada, un espectáculo para engañar a inocentes..
Jose A Huelva G. 2 junio 2020 - 3:55 PM
Muy buen artículo. Necesitamos mas de esta calidad. Cuento además con los profes Alina y Mario. Nuestra prensa debe ser sometida al escarnio público por su pobre papel defendiendo al pueblo y apoyando al gobierno en cosas como estas. Tal parece que le han dado ahora la tarea de limpiar el nombre de los órganos de represión ante la tan mala reputación adquirida con los videos en las redes sociales, pero la pregunta que me hago es si alguien en esos órganos de prensa piensa con cabeza propia? No lo parece.
Alex 2 junio 2020 - 4:15 PM
Excelente!
Armando Gómez 2 junio 2020 - 4:39 PM
No es primeras vez que se muestran por TV redadas policiales contra el robo,una de las más sonadas fue la del administrador de la heladería la Ward,unos días antes de su detención competía con su moto Honda contra las moto Guzzi de la policia,corrían por la calle 114 en Marianao,yo vivia al frente,Fidel hablo de el,pero algo sabía este administrador,no estuvo un año en la cárcel,su hermano era del MININT,también están los grandes robos en la Tropical,todas aquellas pipas de cervezas de gestionaban como propiedad privada,el desfalco en los trenes,los puertos,lo que se presenta en TV hoy son delitos menores comparados con los que se hacía por los 80;después de tantos años de robo sería interesante saber cuánto ha perdido Cuba por estos desfalcos,todos los años te dicen que el país perdió X cantidad de dinero en el transporte por el bloqueo,pero nunca dicen a cuánto asciende las pérdidas por los robos.
Rafael Perez 3 junio 2020 - 11:03 AM
Esos robos inmensos existen. Pero ahora los pejes gordos tienen más impunidad. Solo se atrapan los peces pequeños. Qué más decir que GAESA, la que administra los negocios más rentables, no pued eser fiscalizada por la Asamblea Nacional
Dayron Duanes 2 junio 2020 - 5:13 PM
Excelente de acuerdo con todo
Cuarentena, pan y circo - CódigoAbierto360° | CódigoAbierto360° 2 junio 2020 - 6:46 PM
[…] Por: José Manuel González-Rubines — Fuente: La Joven Cuba […]
Diógenes 2 junio 2020 - 7:02 PM
Una tangencial a propósito de robo-fraude-desvío de recursos: ayer me puse en modo hipotético cuando transmitieron el capítulo enésimo de la razzia-TV en el noticiero, parte del cual versaba sobre UN TORNO que el cuentapropista-en-desgracia de turno (que trabajaba con metales parcialmente por la izquierda) cambió –según dijo- por una tonelada de chatarra. Habida cuenta que UN TORNO para metales puede pesar una tonelada más o menos el hombrín lo que hizo fue cambiar chatarra por “chatarra organizada” en forma de torno roto, pues seguramente éste estaba descontinuado y sin función alguna para la empresa ¿de materias primas? que lo tenía tirado por ahí. Lo que hizo el hombre fue quizá restaurarlo para que volviera a servir. Que haya sido para su beneficio personal, está claro. Nadie invierte plata y trabaja sin esperar algo a cambio. Pero ¿para qué servía el torno-chatarra sino para chatarra? Y si el hombre lo reparara y le diera uso para fabricar algo ¿no es eso encomiable? Va y estuvimos (sigo hipotético pero verosímil) ante una potencial pequeña industria, frustrada porque el potencial empresario va y fue a dar por un tiempo con sus huesos “al tanque”. O al menos fue marcado para sufrir un poco… Esto me vino a la mente porque pude recordar aquellas máquinas de hacer “frozen”, importadas por el Estado en gran número, y que, una vez desechadas, fueron conseguidas y reparadas por diligentes individuos que HOY POR HOY -¿30? ¿40? años después- venden helados hechos con ellas.
Omar 2 junio 2020 - 8:13 PM
👏🏻👏🏻👏🏻
Javier el otro 2 junio 2020 - 10:32 PM
El desvio de recursos y la revendedera no es nada nuevo. En un pais con un mercado de bienes y servicios con desabastecimiento cronico y ademas, con una gran franja de poblacion poco solvente, el mercado negro ha sido la tabla de salvacion para muchos. Obviamente en tiempos de crisis, se agudiza. Si bien es cierto que la publicacion de medidas ejemplarizantes puede tener un efecto disuasivo a corto plazo, la vida ha demostrado que no es posible acabar con este problema solo con operativos policiales. Simplemente, es insostenible. Hay que ver el origen de esos recursos, quienes tienen acceso a ellos, etc. Hay desvio de recursos o robo en el sector privado? Claro q lo hay. No hace mucho un administrador de una paladar me contaba que cogio a uno de sus cocineros echando en la basura una bolsa con colas de langosta para despues sacarla del tanque al salir del turno. Y no es el unico caso. No es porque les paguen mal. Es que vienen deformados del sector estatal donde hacen innumerables triquinuelas para "resolver". Esta claro que si hubiese un nivel de oferta sostenible, no habria esas colas ni los coleros. Yo me acuerdo que incluso en los 80's, cuando teniamos aquella libreta de productos industriales, se armaban tremendas colas con gente marcando desde la madrugada porque iban a sacar ciertos zapatos o cualquier otra cosa que no estaba disponible normalmente. A mi no se me olvida que en aquellos dias, los pocos cubanos que viajaban al extranjero, se llevaban la plantilla de los familiares para comprarles zapatos. A mi no se me ha olvidado.
Jagger Zayas Querol 2 junio 2020 - 10:35 PM
Es una pena que un post de este tipo tenga que salir a la luz pública, o medio pública, porque no llega a la mayoría de la poblacion aunque a las "autoridades" no se les escapa ni una coma. Pero el autor confunde algo importante: aquí no hay periodismo, sólo propaganda y los llamados "periodistas" solo son meros divulgadores de la propaganda que les ordenan publicar. Cuando algún periodista que se respeta ha tratado de profundizar en una investigación de este tipo, tanto en las secciones "A vuelta de correo", "Cartas a la Dirección" de la prensa plana o Hablando Claro y otras de la televisiva, chocan con el muro del "secretismo", que no por denunciado hasta por las altas esferas, ha dejado de existir como manto sagrado para proteger "el prestigio de cuadros" que por corruptos y malversadores han hecho metástasis en la columna vertebral de la Revolución. Eso es Vivir del Cuento.
Mario Martínez López 3 junio 2020 - 1:32 AM
Abajo el delito. Castigo para los delincuentes. Repudio para quienes intentan defenderlos. Náuseas por los que se ponen de su lado. Viva Cuba Libre.
Revenge 3 junio 2020 - 2:57 AM
Queda muy poco por decir; da pena exponer a la verguenza publica al ladronzuelo -que a veces no es mas que un mero receptor temporal o transportador- sin llegar al final de la cadena. Diez rastras cargadas de cebolla no salen del incumplimiento de un productor de los compromisos contraidos por el Estado, sino de Acopio o de cualquier otro almacen estatal. Por que no ponen igualmente ante las camaras a quien justifica estas ausencias en los documentos de control de almacen y estibaje; a quien les firma la hoja de ruta a estas rastras, a quien da la mentirosa explicacion al 'nivel central' sobre estos faltantes masivos, y hasta a los agentes del orden que saben que estas mercancias son robadas, pero hacen de la vista gorda. No se debe presentar como delincuentes a personas a quienes no se les ha hecho un proceso legal que demuestre su culpabilidad... o es que las actividades de estos ciudadanos eran conocidas de antemano, pero se les estaba dejando hacer para no darle lo que en aquel momento era 'presion a la olla'? Hay un fenomeno mas grave detras de estos decomisos, que no son mas que la punta del icebberg del crimen organizado en Cuba, con abierta y vasta complicidad desde dentro de las estructuras estatales. Lo vimos cuando en un momento dado los precios de los productos del agro del mercado de oferta y demanda eran los mismos en Sibanicu y en Miramar. Lo vemos cuando comprobamos que la unica manera de acceder a productos para la construccion -que no los traen las mulas en sus equipajes- es acudir al bien surtido y caro mercado negro. Lo estamos viendo ahora cuando son la Habana, Cardenas y Varadero casi que los unicos territorios donde sin ofrecer ninguna explicacion valida, las autoridades se niegan a vender los productos esenciales utilizando la tarjeta de abastecimiento como medio de control. La mirada deber ser no solo en la direccion correcta, sino tambien en todos los sentidos.
Manuel* 3 junio 2020 - 6:09 AM
En esas ilegalidades se mezclan delitos obvios que se persiguen en cualquier país, con delitos que no deberían serlo porque representan las fuerzas del mercado pugnando contra prohibiciones que estrangulan el desarrollo económico de Cuba. Por poner un ejemplo, matar una vaca no debería de ser delito, como tampoco debería de ser delito vender su carne al precio que sea. Los precios altos de la carne de res son una señal del mercado para aumentar su producción, lo cual conduciría a un exceso de demanda que haría bajar los precios. Ese círculo virtuoso de aumento de producción y bajada de precios lo estrangula el sistema cubano con normas de precios que paralizan la economía. Por eso me preocupa tanto ese alarde de persecución de ilegalidades, porque muchas de esas ilegalidades son la tabla de salvación para preservar la alimentación de millones de cubanos. Van a venir tiempos difíciles y como se prime la ideología sobre temas prácticos, se puede comprometer la seguridad alimentaria de millones de cubanos.
Manuel* 3 junio 2020 - 6:21 AM
Se habla de la vulneración de los derechos de los acusados. Es cierto. La justicia no debe ser ejemplar sino justa. Y es cierto que se usan a los acusados para culpabilizarlos de males generados más arriba.
Atanasio 3 junio 2020 - 6:38 AM
Doble moral. La gente está descontenta con tanta escasez y esta es una forma perfecta de darles la aspirina, pero no se profundiza, no se sube un poquito más en cuanto a quien promueve y se beneficia de tanta corrupción. La corrupción es como el marabú : crece y se ramifica porque sus raíces se hacen más fuertes. De nada vale cortarles las ramas sino se arranca de cuajo la planta. Hay múltiples ejemplos en la red sobre ejemplos de corrupción más graves y que el noticiero jamás va a mostrar.
Rafael Perez 3 junio 2020 - 10:31 AM
Pero es que estas muestras de "circo" son recurrentes en los medios noticiosos cubanos. A partir de los 80 comenzaron a aparecer artículos o reportajes sobre gene que lo mismo tenia una rellenadora clandestina de cerveza en la casa hasta aquellos "Shogunes del Cemento", artículo donde se revelaba la corrupción en la fábrica de Santiago de Cuba, investigación que se publicó en Granma y que el propio Castro, me enteré después, ordenó parar porque cada vez iba implicando a más altos cargos, casi tods militantes del Partido.En aquellos años, los lectores nos quedamos con las ganas de ver el final de la historia, como mismo se quedarán los televidentes de conocer el final de esos repñortajes y toda la ramificación que hay detrás de los hechos mostrados. Ese régimen se ha caracterizado por dar mucho circo y poco pan cada vez que la soga se le aprieta. Pro después de tantos años de usar la misma táctica, la gente ya está curada de espanto y lo que quieren son soluciones a sus problemaas, no propaganda barata.
Armando G. Munoz 3 junio 2020 - 4:07 PM
Quizás la cámara y el periodista no se voltea hacia la otra punta de la soga porque la sostienen los intocables.
Ivan 3 junio 2020 - 5:53 PM
Los acaparadores y revendedores tienen tantos ejemplos paradigmáticos de egoísmo sin límites fuera de la isla que deben considerarse unos desgraciados por vivir en un sistema con propiedad pública de los medios de producción, derechos universales garantizados y la solidaridad con los que son condenados a la pobreza y la exclusión de quienes pueden acumular ilimitadamente bajo las leyes de otros sistemas. Cierto es que está lacra social es un palo en la rueda de un sistema inspirado en valores como la cooperación y principios como la asignación de recursos en función de las necesidades que hay que combatir sin cuartel en cualquier escenario dentro del socialismo, pero sobre todo en las condiciones de escasez y bloqueo que ha creado el imperialismo para que sean los contravalores que inspiran esas conductas los que crezcan como hongos tóxicos hasta matar a la víctima. Ayudemos a las autoridades cubanas a combatir el egoísmo sin límite de quienes se creen con derecho a apropiarse de lo que otros necesitan, sobre todo en los sistemas que lo permiten fuera de la isla y que consideran a esta parte del botín. Estos son sus aliados naturales y la punta de lanza que podría crear el escenario que buscan para el cambio de régimen, fenómeno que también se está produciendo en el mundo del cuentapropismo y sobre el que se debería escribir aquí al hablar de acaparadores y revendedores.
Luis Enrique 4 junio 2020 - 12:48 AM
@Ivan "Ayudemos a las autoridades cubanas a combatir el egoísmo sin límite..." El revendedor inescrupuloso, el jefe irresponsable y el imperio malvado son factores importantes y degradantes de la calidad de vida. Pero tal vez le sorprenda que no es el egoísmo lo que hay que combatir, sino la escasez y la ineficiencia junto con el elitismo y el secretismo. ¿Se ha preguntado de dónde se nutren los revendedores que adquieren productos de manera ilegal? ¿Se ha preguntado cómo es posible que muchos "pinchos" exploten para arriba? Digamos que el NTV llega a mostrar 2 casos diarios durante todo un año ¿De verdad cree que 730 revendedores están hundiendo la "economía" cubana? ¿En serio afecta al pueblo que 100 personas tengan cada una en sus garages 100 neumáticos y 50 cajas de cambio? ¿De verdad le parece que aquel que tiene una fábrica de jamón y chorizo atenta contra el bienestar de la población? ¡Qué fácil es atribuir a la ilegalidad y al egoísmo los problemas crónicos que tenemos como país! ¿Se le ha ocurrido pensarlo al revés, que por los problemas económicos crónicos que tenemos se facilita o se potencian las ilegalidades y el egoísmo? ¿Qué pasaría si tiramos de la cadena de esos hipotéticos 730 casos? ¿Hasta dónde podría llegar y a cuántos más inconscientes ladrones encontraríamos? Después de meterlos a todos a prisión y recuperar parte de lo robado ¿Qué obtendríamos para mejorar la vida de los cubanos?
Manuel* 4 junio 2020 - 3:43 AM
Iván, los acaparadores y revendedores ejercen una función social útil en una economía de mercado. Te voy a poner un ejemplo. En un sistema de mercado de precios libres, el precio del pan es prácticamente constante a lo largo del año. En principio no parece lógico, ya que después de la cosecha de trigo, el precio de la harina debería de hundirse por exceso de oferta. Mientras que antes de la cosecha, el precio de la harina debería de dispararse por falta de oferta. El precio de la harina se aplana gracias a los acaparadores y revendedores que compran la harina después de la cosecha al "especular" —son especuladores— que más tarde el precio subirá. De ese modo hacen aumentar la demanda de harina cuando hay más harina y hacen subir su precio. Después cuando hay escasez de harina, liberan la harina al mercado, con lo que producen bajada de precio. Es decir, los especuladores, acaparadores y revendedores hacen una función social útil al regular los precios, ya que aumentan la demanda cuando hay exceso y aumentan la oferta cuando hay escasez. Por otra parte asumen gastos de almacenamiento y el riesgo a "especular" mal y encontrarse con que no aparece la subida de precios que esperan. Cuando a pesar de todo se producen precios excesivos, no es porque sobren "especuladores". Al contrario sucede porque hay pocos especuladores. Por eso, contra la intuición, la persecución de los acaparadores y revendedores conduce a la escasez y subida de precios. La ventaja de estos foros es que permiten elaborar unas ideas poco intuitivas que son difíciles de presentar en una discusión de taberna. La otra idea "difícil" en la economía es el principio de ventaja competitiva formulado por Ricardo. Hay que llenar un encerado de cálculos para entender esa idea tan poco intuitiva.
Karla Duarte 4 junio 2020 - 3:20 PM
Es verdad lo que dice, la información no está completa. Pienso que no está completa porque el periodista se contenta con lo que tiene o no le queda más que contentarse, no sé si me hago entender.
Quarantine, bread and circuses – La Joven Cuba 7 junio 2020 - 2:01 PM
[…] Translated from the original […]

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