El destacado pensador marxista y revolucionario Antonio Gramsci le dedicó, en su multifacética obra, algunas líneas al problema que representa la lógica del Estado para un proceso de transición socialista. Él vislumbró, desde su experiencia histórica, las deficiencias que sufriría el socialismo soviético, sobre todo por la preponderancia desproporcionada que se le otorgaba al Estado en ese sistema.
A esa actitud deformada Gramsci la llamó estatolatría, y la definió como una “determinada actitud respecto del ¨gobierno¨ de los funcionarios o sociedad política, que, en el lenguaje común, es la forma de vida estatal a la que se le da el nombre de Estado y que vulgarmente se entiende como la totalidad del Estado”. También dijo que, en un proceso de transición, “esta estatolatría no tiene que dejarse entregada a sus propias fuerzas, ni tiene, sobre todo, que convertirse en fanatismo teórico y concebirse como ¨perpetua¨; tiene que ser criticada, precisamente para que se desarrolle y produzca formas nuevas de vida estatal en las cuales la iniciativa de los individuos y de los grupos sea ¨estatal¨, aunque no debida al gobierno de los funcionarios”.
Estas reflexiones gramscianas podrían ser muy útiles para los revolucionarios cubanos, que cada día nos esforzamos en la búsqueda de soluciones para enrumbar nuestro proyecto político. Sucede que en Cuba también existe una fuerte estatolatría, visible en todos los aspectos de la vida social. Esto se debe tanto a la influencia que tuvo sobre nuestro socialismo el modelo soviético como a causas endógenas relacionadas con nuestra historia. Y lo peor es que parece no haber conciencia del peligro que eso representa para el desarrollo del socialismo y para la supervivencia del propio proyecto nacional.
A estas alturas nadie podría negar que la revolución cubana, en su etapa insurreccional y en su etapa de radicalización durante la década de los sesenta, fue un proceso esencialmente liberador. Los individuos y los grupos participaron espontáneamente, algunas veces ofreciendo su vida por el triunfo de la causa. Sin embargo, un elemento central que no debe olvidarse es que, a partir de 1959, el proceso de liberación y de subversión cubano se desarrolló en los marcos de la creación de un nuevo Estado. La lógica que prevaleció en aquellos años fue la lógica de la vanguardia, tal y como queda tácitamente reconocido en el brillante texto El socialismo y el hombre en Cuba.
El quid de la cuestión está en que, en aquellos primeros años de la Revolución, era posible hacer coincidir la liberación de los sujetos con la estricta obediencia a la vanguardia política. El nuevo poder surgido de las luchas era popular en su proyección y en sus acciones. Desde que se promulgaron las primeras leyes revolucionarias se desarrolló una dialéctica en la que las masas reaccionaban a cada medida popular del gobierno con una mayor participación en el proceso de transformación. El país entero se vio sacudido por un cambio en los hábitos y en los esquemas valorativos. Entre los sucesos que ayudaron a consolidar el sujeto revolucionario estuvo la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias, en las que mucha gente interiorizó una imagen épica, combativa y militar de la Revolución. Se puede decir que en aquellos momentos el Estado cubano estuvo bastante cerca del ideal marxista de un Estado que no es más que la sociedad civil organizada, sin que ello estuviera reñido con la existencia de una vanguardia política que centralizaba la toma de decisiones.
Esa luna de miel entre libertad y centralismo, no obstante, no podía durar para siempre. Solamente fue posible mientras existieron elementos de la antigua sociedad que subvertir, enemigos internos e invasiones que derrotar, grandes transformaciones que realizar, etc. Existe un momento en las revoluciones en el que se agotan aquellas tareas para las cuales es necesaria una movilización extraordinaria de las masas. Y si no faltan posibles tareas, por lo menos terminan aquellas que el pueblo puede proyectar como de perentoria necesidad. En fin, llega, después de la tormenta, el momento en que la sociedad regresa a un proceso de reproducción relativamente estable. En ese momento, ante la falta de un enemigo común visible y presente, la libertad de los actores sociales tiene que manifestarse como conflictividad interna. Entonces, la lógica de la vanguardia se convierte en un obstáculo.
Uno de los principales problemas que han tenido los proyectos socialistas está en no haber captado el momento en que era necesario pasar de una lógica de vanguardia a una lógica del poder popular. Además, han sido refractarios a aceptar la necesidad de que dentro del poder popular se despliegue un debate y una lucha entre posiciones divergentes. Libertad es siempre libertad para los que piensan diferente, diría Rosa Luxemburgo. La libertad es lo mismo que la negatividad, diría Hegel. El deseo de no mostrar ninguna fisura y pretender que es posible vivir sin conflictos, es una muestra de inmadurez política y de incomprensión de nuestras características antropológicas, sociológicas e históricas. Si a la conflictividad interna no se la reconoce y no se le da un espacio dentro del nuevo sistema, el Estado se convertirá en lo mismo que ha sido desde hace siglos: la expresión coercitiva de una falsa unidad social. La lógica de la vanguardia, cuando se la utiliza más allá del período en que está justificada históricamente, se transforma en la lógica del Estado.
Algunos responderán a esto que ese paso fue justamente lo que se dio en Cuba con la creación de los órganos del poder popular. En parte tienen razón. Yo no puedo olvidar de niño aquellas reuniones del CDR, muchas veces con una bandera de Cuba presente, donde la gente tiraba “al duro y sin guante” contra los problemas, a pesar del calor, la muela y la inminente novela. Pero todo el mundo sabe que esa lógica no fue la que predominó, solo hace falta ver cuánto presupuesto se le dio a los órganos locales para atender los problemas de la población. Lo que ha predominado ha sido una lógica del Estado, que se preocupa por la “seguridad del Estado”, que alega “razones de Estado”, que se preocupa por las relaciones con otros Estados. Ejemplos sobran de esta deformada praxis.
Las causas de esta estatolatría son muy variadas. Sin embargo, una de las principales hay que buscarla en la falta de madurez política tanto de la vanguardia como del pueblo, que les hace confiar excesivamente en que son “los de alante”, los preparados, los más valientes, los que deben dirigir. Es muy cómodo para mucha gente poner toda la responsabilidad por su bienestar en el Estado, y así no tener que cargar consigo mismos. En el caso de Cuba, es necesario destacar la manera inmadura en que las masas rodearon a Fidel con una veneración excesiva y acrítica, poniendo su destino en sus manos como si se tratase de un salvador mítico. De este modo, las masas fueron- como lo siguen siendo- el principal cómplice de la estatolatría.
Aunque no se puede decir aún que la Revolución Cubana llegó a su fin, ni que las relaciones de dominación sean irreversiblemente las predominantes en nuestra sociedad, el futuro del socialismo cubano depende íntegramente de la medida en que sea capaz de combatir la estatolatría. La lógica del poder popular debe pasar a ser la fundamental en nuestra sociedad, aunque ciertas condiciones reales- como la guerra cultural contra un capitalismo que posee hegemonía mundial- hagan necesaria la existencia de una vanguardia organizada. La dictadura del proletariado, ante la imposibilidad de triunfar a escala mundial, debe ceder paso a la república socialista.
Sin embargo, a pesar de la urgencia de la situación, es difícil creer que exista una verdadera conciencia de lo que está en juego por parte de nuestros dirigentes, que son los únicos que pueden emprender las transformaciones necesarias. Por un lado, algunas modificaciones de la Constitución, como las referidas a los derechos y la autonomía municipal, nos hacen tener esperanzas. Por otro lado, nos encontramos con que se dice en el nuevo Proyecto de Constitución: “ARTÍCULO 21. Se reconocen las formas de propiedad siguientes: a) socialista de todo el pueblo: en la que el Estado actúa en representación y beneficio de este como propietario…” Mientras más estatal sea una empresa menos socialista será. Increíble: después de tantos años criticando la democracia representativa, ahora queremos que el Estado nos represente como propietario. En nuestra concepción de la empresa estatal deberían tomarse en cuenta experiencias de democracia obrera como la autogestión yugoslava, así como las nuevas ideas sobre economía social y solidaria. Son los trabajadores los que deben dirigir la empresa, porque los trabajadores deben tener el poder estatal.
Una Revolución que se hizo para conquistar toda la justicia no tiene que sufrir el triste destino de otros procesos revolucionarios. Nosotros tenemos a Martí, quien nos enseñó que la patria es ara, no pedestal. No basta con un Estado libre, necesitamos una sociedad libre.
17 comentarios
Excelente. Cuando hablo de la necesidad de críticas a Fidel como símbolo de una apertura al debate en Cuba, me refiero exactamente a esto que dice el texto aquí publicado: “En el caso de Cuba, es necesario destacar la manera inmadura en que las masas rodearon a Fidel con una veneración excesiva y acrítica, poniendo su destino en sus manos como si se tratase de un salvador mítico.”
Yassel, si hubieran seguido las ideas de nuestro apostol Jose Marti, Cuba no estuviera hoy en la situacion que esta. Pero no, la Revolucion empezo a demerengarse bien temprano, cuando no siguieron lo expresado en el programa del Moncada, despues con lo del Pacto de Mexico y para culminar El Pacto de la SIerra.
Carlos:
Esto que te cito de la carta inconclusa de Martí a Manuel Mercado contradice tu suposición:
“…ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber- puesto que lo entiendo y tengo fuerzas con qué realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso. En silencio ha tenido que ser y como indirectamente, porque hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas, y de proclamarse en lo que son levantarían dificultades demasiado recias para alcanzar sobre ellas el fin. Las mismas obligaciones menores y públicas de los pueblos- como ese de Ud. y mío,- más vitalmente interesados en impedir que en Cuba se abra, por la anexión a los imperialistas de allá y los españoles, el camino que se ha de cegar, y con nuestra sangre estamos cegando, de la anexión de los pueblos de Nuestra América, al norte revuelto y brutal que los desprecia,- les abrían impedido la adhesión ostensible y ayuda patente a este sacrificio, que se hace en bien inmediato y de ellos. Viví en el monstruo y le conozco las entrañas,- y mi onda es la de David.”
Carlos, olvidas los desmanes de los EE.UU. antes de 1959.
Y las traiciones y los traidores que violaron los compromisos de esos esfuerzos del M-26-7 de lograr la unidad revolucionaria de las fuerzas que enfrentaban a Batista… ¿No serás de esos traicionaron los pactos?
El Programa del Moncada delineado y hecho publico en el alegato de Fidel, en el juicio por los hechos del Moncada fue el Programa Mínimo a cumplir… Que desde el propio 1° de enero de 1959, LA DERECHA que integramos en el Gobierno Provisional, en nuestro afán de lograr la unidad de todas los factores sociales a la Revolución comenzaron a obstaculizarla y sabotearla bajo las órdenes de los EE.UU.
Canovas:
Por favor no trate de poner a Marti y a los demas en la misma mesa, pues el Apostol si puso la patria primero, durante toda su vida si lo demostro.
“Yo quiero que la ley primera de nuestra república sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”
¿Derecha? Entonces desde el 1ro de Enero ya molestaban los hombres que dieron su sangre y lucharon para restaurar la democracia en Cuba. Gobierno provisional que prometio elecciones y nunca cumplio.
No estaba vivo cuando se firmaron esos pactos.
Vamos, una traición. Una puñalada trapera en toda regla.
Y con el orgullo con que lo dice. Todo un caso de disonancia cognitiva.
Muy bien dicho Yassel. Esa era una de mis inquietudes favoritas en mis años mosos. Me decían que con esta gente nos liberamos de los amos gringos, y quien nos libra ahora de esta gente, de estos nuevos amos. ¿Que hemos ganado saliendo de unas manos para caer en otras?
La estatisacion llego a Cuba bajo el manto del socialismo y es para quedarse …………toda la organisacion partidista y gubernamental en revolucion , se ha desarrollado sobre la base del control total del estado ………….las llamadas aperturas economicas fueron obligadas por las complejas condiciones que creo la perdida del campo socialista europeo y el bloqueo yanqui con un gran objetivo central : sobrevivir con el mismo sistema y sobre la misma base organisativa dirigente .
Esas aperturas ……..son tratadas todavias como un experimento de laboratorio y muchos sabemos cuanto de diferente es la experimentacion “en vitro” y la aplicacion practica .
Las deformaciones de la estatisacion estan ahi…………y seguiran ahi porque es la gran base sobre la que se sustenta todo lo que es hoy, el funcionamiento del pais .
Al PCC ……se le hace imposible cambiar esa base porque cambiaria TODO y no estan preparados para dirigir en otras condiciones .
Con la aprobacion de la nueva constitucion de la Republica de Cuba se sellara el proceso de estatisacion actual al dejar al estado como representante de TODAS las riquezas de la nacion .
Aparentemente algo cambiara ……………….para que TODO quede igualito.
Un feo con cosmetico…………………es un payaso.
100% de acuerdo con lo que expresa Yassel.
Cuando las guerrillas derrocan al tirano y llega la Paz,,,,,,es en ese momento donde desaparecen las causas comunes.
Mientras que el enemigo era el mismo no importaban las diferencias de opinion toda diferencia pasaba a un segundo plano.
Pero con el triunfo llegan las opiniones,los deseos y los derechos de cada individuo.
Muchos se dieron cuenta de que no estaban luchando por una Cuba libre,,,,,,””estaban luchando por Fidel””
es solo mi opinion…..
Otro artículo de Yassel que “cava a fondo” y amerita un bravo. Pero expongo aquí algunas cosas en las cuales discrepo con el autor.
1) Yassel señala acertadamente el peligro del Estado socialista que consiste en engendrar en sus entrañas clases, o quasi-clases que tienden a hacerse clases (y demoler dicho Estado socialista). La cuestión es qué otro tipo de organización social debe sustituir al Estado socialista, sucederle (y cómo). (Aquí hablo de una situación ideal, en la que el Estado socialista no tenga enemigos externos.) Yassel habla del “poder popular” – pero ¿qué es eso? ¿Una absurdidad donde el objeto del poder coincida con el sujeto del mismo? A mi parecer, ese es uno de los puntos más débiles del proyecto comunista: el modo nuevo de institucionalización del poder.
2) **Son los trabajadores los que deben dirigir la empresa**
En Rusia, si mal no recuerdo, entendieron que eso no funcciona en los primeros dos años de la Revolución.
El proyecto comunista presupone una concientización social (e individual) más alta que en el capitalismo. Esta concientización, en lo económico, está llamada a sustituir la anarquía del mercado por un organismo económico integral. Solo en este caso las ventajas económicas del socialismo se despliegan cabalmente. La autogestión (fuera de lo necesario) de la empresa socialista por sus trabajadores (lo que en realidad quiere decir “por sus administradores”), ya sea del tipo yugoslavo, soviético o cualquier otro, a fin de cuentas conduce a la atomización económica, la resurrección de las relaciones del mercado y el desmerengamiento del Estado socialista.
3) Libertad de expresión no siempre es para bien, no hay que absolutizar sus ventajas y seducciones. O digamos de otra manera, no siempre es para bien al nivel grupal.
alexiscanovas:
HAGO CONSTAR QUE ESTA OPINIÓN NO LA EXPRESÉ YO.
Sí RENUNCIÉ a las filas del Partido, en carta dirigida a Raúl Castro Ruz; que dudo haya llegado a sus manos… Pero, reitero, esto que se publicó con mi identidad NO LO EXPRESÉ YO.
Alexis Mario Cánovas Fabelo.
NO ES DE HOMBRE UTILIZAR ESTOS MÉTODOS DIFAMATORIOS.
Queridos jóvenes:
Por e-mail le envié esto:
Queridos jóvenes:
Cuando pude levantarme de la cama; estoy enfermo; para ir al Cuerpo de Guardia del Consultorio en que me atienden vi esta “opiniones” ¡QUE NO SON MÍAS!, (hasta la ortografía lo indica), no he tenido, ni tengo, ni tendré miedo a expresar lo trazado por la Teoría Marxista-Leninista, pero, no acepto que otro u otros hablen a mi nombre:
alexiscanovas el agosto 15, 2018 a las 10:32 am Responder
Tuvimos que ocultar el comunismo para poder avanzar y tomar el control del país y sus instituciones. La creación del hombre nuevo revolucionario, y el camino a seguir trazado por nuestro partido y líder Fidel era nuestra máxima prioridad.
alexiscanovas el agosto 15, 2018 a las 11:12 am Responder
otrocesar:
Traidor es todo aquel que se oponga a la construcción del socialismo/comunismo en mi Patria.
alexiscanovas el agosto 15, 2018 a las 11:24 am Responder
Nos liberamos del capitalismo cruel y explotador para abrazar de manera unánime el socialismo prospero y justo que hemos construido en nuestro país.
alexiscanovas el agosto 15, 2018 a las 10:30 am Responder
La idolatría me llevo a renunciar a mi carnet del Partido. Para mi eso fue fulminante
Alexis Mario Cánovas Fabelo.
Quien seas:
Es imposible que: “Tome un poco de su propia medicina.” Ya que, en primer lugar, lo que opino lo hago con mis nombres y apellidos; segundo, lo que expreso es cotejable con la bibliografía Marxista-Leninista, no con manualitos stalinistas; tercero, soy directo con la persona a la que le aclaro sus errores conceptuales y sus deformaciones de la Historia.
ALEXIS: AL NO PODER ESTAR CONTINUAMENTE MONITORIZANDO EL BLOG, PUEDE OCURRIR LO QUE HAS DENUNCIADO. DESDE EEUU, COMO NO, UNA PERSONA HA USADO TU ID, TU CORREO, Y TE HA SUPLANTADO. DE PASO HA INSULTADO A OTRO COMENTARISTA CON TU NOMBRE. LO SENTIMOS.
Queridos jóvenes:
He comprobado cómo la prensa chilena está atenta a los debates en La Joven Cuba, prueba que debatimos aspectos medulares, no solo para Cuba y NUESTRO proceso revolucionario, sino, por la utilidad en la lucha en Chile y todo el Cono Sur Americano.
No casual que una de las intromisiones finales, se solicita, en mayúsculas todas,que borren mis intervenciones de los últimos meses.
Ahora si. La culpa de la idolatría a Fidel la tuvo el pueblo. Fantastica conclusión.
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