Estabilizar sin soberanía alimentaria, y más

Estrategia económica / Juicio ejemplarizante / Accidente en Santiago de Cuba / Política ambiental / Fármaco Jusvinza

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Estabilizar, ¿pero cómo?

Fue noticia esta semana que el Consejo de Estado se reunió para analizar la estrategia gubernamental de estabilización de la economía.

Lo más relevante de la reunión fue la aclaración que ninguna de las medidas anunciadas se implementará hasta que no existan las condiciones apropiadas, con foco en «las personas en situación de vulnerabilidad».

El presidente Díaz-Canel insistió en la importancia del sector no estatal, cuyo papel debe ser potenciado en el programa de desarrollo concebido por las autoridades.

Por estos días, en el marco del programa gubernamental para sortear la crisis económica, el gobierno ha estado enfatizando un discurso sobre la eficiencia. Díaz-Canel ha visitado empresas estatales en varias provincias y ha hecho señalamientos sobre la producción, la urgencia de ser rentables y la sostenibilidad.

Esta misma semana, el gobierno admitió en una reunión de trabajo del sector de la agricultura, que la Ley de Soberanía Alimentaria, aprobada en 2022, no ha tenido resultados a la altura de las expectativas.

Esto significa que el gobierno cubano se está pensando detenidamente la implementación de su plan de estabilización macroeconómica, por el costo político que tendría un fracaso como el del llamado «ordenamiento».

Opinamos que el gobierno se encuentra en una difícil encrucijada. Algunas de las medidas, como han alertado expertos, podrían empeorar el contexto de crisis. Los administradores del país, obviamente, no han estado ajenos a esos criterios.

El programa de estabilización anunciado a fines de 2023 se implementa lentamente y con vaivenes, a pesar de la urgencia de los problemas que enfrenta la sociedad cubana.

Dar en el blanco, en medio de una crisis estructural con numerosas connotaciones políticas, es casi una tarea imposible. Todo indica que el plan gubernamental será modificado sobre la marcha y no traerá soluciones definitivas.

En el caso de la soberanía alimentaria todo parece más sencillo, pues se trata de un problema puntual. La reforma que demanda el campo cubano, en beneficio de todos sus actores económicos, es un retraso imperdonable.

La corrupción «ejemplarizante»

Fue noticia también que varios funcionarios y clientes de la Empresa Eléctrica de La Habana resultaron sancionados por fraude en un juicio «público y ejemplarizante».

En total fueron sancionados siete funcionarios y 14 clientes del municipio Plaza de la Revolución, por rebajar el consumo eléctrico a cambio de dinero y bienes.

«La recuperación de la afectación económica ya se realizó, y en algunos casos sobrepasó los 100 000 pesos por cliente», dijo a la Televisión Cubana Mario Castillo Salas, el director general de la empresa.

Las sanciones estuvieron entre los seis y ocho años de privación de libertad.

En una reunión de balance de la Fiscalía General de la República, ocurrida esta misma semana, el presidente Díaz-Canel se refirió a la abundancia de casos de corrupción en el país.

«La corrupción puede ser tan devastadora, que puede llevar a un país a la pobreza; a la pobreza moral y a la pobreza material», observó. «La corrupción puede destruir un país».

Esto significa que el gobierno tiene la voluntad de frenar la corrupción generalizada y está apelando a todos los recursos, tanto jurídicos como discursivos, para contenerla.

Nuestra opinión es que este no es un problema fácilmente soluble para una sociedad que ha normalizado el desvío de recursos, el soborno y el clientelismo durante décadas.

El fenómeno, que parece endémico, no desaparecerá con sanciones. La estrategia debe ser integral e incluir una fiscalización cuidadosa. Por otra parte, resulta contraproducente en términos de credibilidad jurídica, el concepto de «juicios ejemplarizantes» al que no quieren renunciar las autoridades.

Las sanciones no pasarán de ser un mero parche sobre un problema que atraviesa a toda la sociedad y que no desaparecerá mientras el modelo mental esté determinado por la precariedad y el descontrol.

Un accidente

Esta semana fue noticia además que tres estibadores del puerto de Santiago de Cuba murieron asfixiados mientras descargaban arroz y respiraron un gas tóxico.

Los medios oficiales informaron que distintos expertos están investigando las causas del accidente.

Esto significa que los accidentes laborales cada vez son menos raros en Cuba y las autoridades se están viendo obligadas a informarlos y argumentar cómo se produjeron, bajo presión de la opinión pública.

Opinamos que se requiere, para mantener la credibilidad política y mediática, que estos accidentes sean explicados adecuadamente en cuanto los expertos puedan esclarecer lo sucedido y queden establecidas las responsabilidades.

En este caso murieron 3 personas, pero algunos accidentes más grandes, como el del Hotel Saratoga, ocurrido en 2022, siguen sin explicarse apropiadamente. La transparencia y las correspondientes imputaciones, en los casos en que estos hechos trasciendan a la opinión pública, son indispensables.

La política ambiental

Fue noticia que Cuba, por primera vez, retribuirá con un pago el servicio ambiental de sustracción de carbono vegetal, como parte de la política ambiental del país.

La norma, establecida en una resolución publicada en la Gaceta Oficial de la República, entró en vigor el 21 de febrero.

La prensa oficial destacó que «la remoción de carbono de la atmósfera tributa a contrarrestar los efectos del cambio climático, por tanto, debe abogarse por la práctica generalizada y sostenida».

Esto significa que el gobierno continúa profundizando su política medioambiental, incluso con incentivos económicos.

Nuestra opinión es que se trata de una excelente noticia, en perfecta coherencia con la legislación y la voluntad política de llevar adelante, a pesar de la crisis, una estrategia de sostenibilidad con claros términos ambientales.

A los incentivos para el uso de la energía solar y la importación de vehículos eléctricos, se suma esta medida que merece aplausos. Aunque se trate de facilidades que no significan un gran beneficio económico en general, Cuba deja claro su interés en ajustarse a la aspiración internacional, y por ahora inalcanzable, de un medioambiente más sano y viable para el disfrute humano.

Un nuevo medicamento

Por último fue noticia esta semana que se realiza un estudio sobre el fármaco Jusvinza, concebido para el tratamiento de la artritis reumatoide.

La prueba, que se realizará en Camagüey y las provincias orientales, involucra a 80 pacientes en total y abarca 28 semanas de tratamiento con el nuevo producto.

En septiembre pasado, Jusvinza fue aprobada por la Autoridad Reguladora Cubana (Cecmed). Este medicamento, producido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), se usó durante la epidemia de covid-19 por su efecto antinflamatorio.

Esto significa que la industria farmacológica cubana sigue operativa, a pesar de la crisis económica.

Opinamos que la voluntad de seguir investigando nuevos medicamentos es una de las más grandes hazañas cubanas y una singularidad de nuestro país, en el contexto del tercer mundo, a la que no deberíamos renunciar nunca.

En un mercado internacional dominado por grandes farmacéuticas, ubicadas casi siempre en países desarrollados, donde a Cuba le resulta complicado producir y difundir sus hallazgos farmacológicos, el país ha logrado situar medicamentos en muchas ocasiones exclusivos.

Se trata, idealmente, de un rubro rentable, aunque las sanciones específicas que afectan al país y las complejidades de un mercado ocupado por grandes productores complican muchísimo el éxito de los productos cubanos a gran escala.

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3 COMENTARIOS

  1. Ustedes saben lo primero que escasea en la administración del país, Vergüenza, hablar de lograr Soberanía Alimentaria en un país que importa el 80% de los alimentos que consume es simplemente delirante, y la opinión de ustedes es que “En el caso de la soberanía alimentaria todo parece más sencillo, pues se trata de un problema puntual. La reforma que demanda el campo cubano, en beneficio de todos sus actores económicos, es un retraso imperdonable.”, la reforma la comenzó Raúl en el 2008 sin los resultados esperados, inclusive en los 10 años que tomo hasta el “cambio generacional” los resultados fueron discutibles porque siendo el campo cubano, la más privada de las bases productivas de consumo, en donde el peso del campesino privado en productos siempre ha tenido altísimo peso en lo que los cubanos logran poner sobre la mesa, se incumplió con la creación de un banco de fomento agrario y medidas destinadas a aligerar las fuentes de suministros de recursos que desde el significativo bloque de concreto de Boyero y Tulipán los burócratas todavía hoy siguen definiendo como “paquete tecnológico” para la producción, se persisten en demostrar el rotundo fracaso a todos los niveles sin remover la mata.
    “Dar en el blanco, en medio de una crisis estructural con numerosas connotaciones políticas, es casi una tarea imposible.” Para esta administración hasta dar en el negro es imposible, las crisis son cíclicas y cada día con periodos más cortos muestran incapacidad concluyente, si la efectividad se mide por resultados, ese muy pequeño grupo de históricos que realmente dominan el país e inclusive ocupan los puestos del jefe en reuniones de los que mandan, deberían muy seriamente replantearse como dar un giro definitivo y creíble a esta concatenación de errores politicos y de política económica de este equipo de gobierno por ellos elegidos.

  2. Un estado es una empresa monopolística con carácter mafioso porque se lucra de impuestos adquiridos por la fuerza. Por tanto, es imposible que no exista corrupción en un estado. Pero cuando se trata de un estado de partido único, donde no existe lucha del voto con acusaciones cruzadas de corrupción, entonces la corrupción es mucho mayor.

    En Cuba hay mucha corrupción. Es lo lógico y es inevitable.

    Respecto al «plan de estabilización», hay que estabilizar la economía porque antes se desestabilizó a través del endeudamiento público y la emisión monetaria sin respaldo. Estos últimos son dos trucos que permiten a corto plazo que el estado oferte más servicios de los que pueda pagar con lo recaudado. A largo plazo, no funcionan. Al contrario, hacen que el estado adquiera una deuda que hay que devolver ofreciendo menos servicios públicos.

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Redacción
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