Repositorio de resúmenes de noticias nacionales
De diplomático injerencista a agente cubano
La noticia es que el exdiplomático de EEUU Manuel Rocha fue arrestado en Miami por acusaciones del FBI de servir a la inteligencia cubana como agente. Su carrera incluyó una designación como subdirector de Asuntos Interamericanos en el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU., cuya responsabilidad se centró en los temas relacionados con Cuba, además de subdirector principal de la Sección de Intereses de EE.UU. en La Habana y embajador de Estados Unidos en Bolivia.
La detención se da luego de que Rocha, de 73 años, estuviera varios años bajo investigación. Se le acusa de promover los intereses del gobierno cubano durante su servicio diplomático y se vale de una confesión realizada por el imputado a un agente encubierto del FBI, en varias reuniones celebradas entre 2022 y 2023.
La ley federal norteamericana exige que las personas que cumplen órdenes políticas de un gobierno o entidad extranjera dentro de Estados Unidos se registren en el Departamento de Justicia, y en los últimos años se ha intensificado su aplicación penal. Por tanto, el acusado puede ser procesado por conspiración, por actuar como agente de un gobierno extranjero y por usar un pasaporte obtenido mediante una declaración falsa.
«Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero», señaló el fiscal general de EE.UU., Merrick B. Garland, según la BBC.
De ser cierta la acusación, Rocha sería el segundo funcionario más importante del gobierno norteamericano —después de Ana Belén Montes— que los organismos de inteligencia cubana hayan podido captar.
Por tanto, significaría que el Estado cubano —que aún no se ha pronunciado al respecto—, al menos en la época de Fidel Castro, tenía una influencia y habilidad sin precedentes en un país pequeño, para insertar agentes en una de las potencias más importantes del mundo, la cual además es conocida por el buen funcionamiento de su sistema de inteligencia y contrainteligencia.
Por otro lado, confirmaría que las estrategias políticas de los agentes encubiertos cubanos pueden ser más complejas de lo que parecen.
En 2002 fueron muy polémicas unas declaraciones de Manuel Rocha durante su servicio diplomático en Bolivia, cuando afirmó que Estados Unidos cortaría cualquier ayuda al país andino si elegían a Evo Morales como presidente. Algunos analistas consideran que dichas palabras fueron entendidas por parte del pueblo boliviano como una confirmación de los intereses injerencistas de Estados Unidos en la región y que al final tuvieron el efecto contrario, el de fortalecer movimientos y pensamientos anticolonialistas que llevaron a Morales a la silla presidencial en 2006.
Por último, pudiera tener un efecto negativo en un escenario futuro de normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Nuestra opinión es que Cuba no es el único país que intenta utilizar sus servicios de inteligencia para penetrar las filas de aquellos Estados que considera enemigos. Es común que los Estados hagan este tipo de operaciones, tanto para obtener información, como para influir en las políticas que les pueden ser convenientes. No obstante, paradójicamente, la mayoría de los Estados también establecen fuertes penalizaciones contra los funcionarios que trabajen en favor de un servicio de inteligencia extranjero.
La noticia pudiera convenirle a quienes no ven con buenos ojos la desescalada de tensiones entre Cuba y Estados Unidos, pues aunque el exdiplomático lleve tiempo jubilado y sea poco probable que haya podido realizar alguna operación favorable al Estado cubano en los últimos años, siempre podrá usarse como pretexto para que la administración Biden no mueva un dedo en su política hacia la Isla.
Para concluir, pudiera servirle de enseñanza a quienes, sin trabajar para el FBI, acusan constantemente de agentes de la Seguridad del Estado cubana a todo aquel que expresa una visión no radicalizada en cuanto al diálogo con el gobierno cubano. Muchas veces los agentes están en quién menos lo parecen ser.
Una gira por el Medio Oriente
La noticia es la gira del presidente cubano Miguel Díaz-Canel por tres países del Medio Oriente: Emiratos Árabes Unidos, Qatar e Irán.
La visita a Emiratos Árabes Unidos tuvo el objetivo de participar en la 28va. Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, en la cual, además de encabezar la delegación cubana, dirigió la Reunión de Líderes del Grupo de los 77+China (G-77), convocada por Cuba en su condición de presidenta de ese grupo de naciones.
Díaz-Canel también sostuvo un encuentro con los residentes cubanos en la nación árabe y con Mohamed Bin Zayed Al Nahyan, presidente de Emiratos Árabes Unidos y emir de Abu Dhabi. Sobre la conversación con el emir, declaró que además de constatar el buen estado de las relaciones diplomáticas, ambos mandatarios expresaron «interés de ampliar y diversificar los vínculos económicos, comerciales, de inversión y de cooperación, en correspondencia con las potencialidades que existen en áreas como la biotecnología, las energías renovables, el turismo, la agricultura, entre otros».
La colaboración económica se concretó en la firma de un Acuerdo para la Promoción y Protección Recíproca de Inversión (APPRI), y un Convenio para la evitación de la doble imposición. La viceministra de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (MINCEX) Déborah Rivas Saavedra señaló que estos dos acuerdos normalmente son requisito de muchos inversores para empezar a dar pasos en otro país y subrayó la importancia de un Memorando de Entendimiento entre los bancos centrales de ambos países, para establecer relaciones bancarias y financieras directas.
La próxima parada del presidente cubano fue Qatar, donde uno de los objetivos principales fue analizar el conflicto en Gaza entre Israel y Palestina, ya que Doha está en el centro de las negociaciones, junto con Egipto y Estados Unidos. Los medios cubanos resaltaron asimismo el diálogo con una selección de los 1 232 médicos cubanos que ofrecen sus servicios en el país. En cuanto a las relaciones económicas, la agencia Prensa Latina afirmó que en la visita «ambas partes ratificaron la voluntad de diversificar y ampliar los nexos económicos, comerciales y de cooperación», sin dar más detalles.
La última escala fue la que más repercusión ha tenido en la prensa cubana e internacional. Se trata de Irán, una de las naciones más fuertes de Medio Oriente y también una de las más enemistadas con las potencias occidentales, y que no había sido visitada por un presidente cubano desde que Fidel Castro viajara a Teherán en 2001. La llegada también constituye una reciprocidad a la estancia que tuvo el actual mandatario iraní, Ebrahim Raisi, en La Habana, en junio del presente año.
«Aspiramos a que Irán se convierta en un actor económico importante dentro del modelo de desarrollo de Cuba» afirmó el presidente cubano, quién además tuvo un encuentro con un grupo de empresarios iraníes en el cual destacó «las oportunidades de negocios en Cuba y nuestra oferta exportable». Dos momentos importantes fueron su llegada al Instituto Pasteur de Teherán, que colabora con Cuba en proyectos médicos, y el anuncio de que vacunas producidas en este lugar podrían ser empleadas en la Isla.
Lo más relevante de todo es la firma de siete instrumentos de colaboración en diversas áreas, que incluye agricultura, ganadería, pesca, minería y energía. Según la página oficial de la presidencia:
- memorando de entendimiento entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) y la vicepresidencia para la Ciencia, la Tecnología iraní;
- memorando de entendimiento en la esfera de la cooperación energética y minas;
- memorando de entendimiento sobre cooperación agrícola, ganadera y pesquera;
- memorando de entendimiento entre el Instituto Pasteur de Irán y el Instituto Finlay de Vacunas
- memorando de entendimiento entre el grupo BioCubafarma y la Compañía de Inversiones Farmacéuticas Tamin;
- plan de acción para la implementación de la cooperación en el campo de la Salud y las Ciencias Médicas;
- plan de acción sobre cooperación en los campos de las telecomunicaciones, tecnologías de la información, comunicaciones y servicios postales;
Esto significa que Miguel-Díaz Canel intenta darle continuidad a la estrategia política de Fidel Castro de establecer relaciones con países de Medio Oriente, que en muchos casos también han sido aliados de Cuba en su diferendo con Estados Unidos. Dicen que en política el enemigo de tu enemigo es amigo, y el ejemplo más claro de esto es Irán, que comparte con la Isla ser objeto de sanciones por sucesivas administraciones norteamericanas e integrar la cuestionada lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Nuestra opinión es que Cuba, en condición de Estado soberano, tiene derecho a establecer relaciones diplomáticas y comerciales con quien crea necesario. Geográfica y culturalmente, la Isla está mucho más cercana de cualquier país occidental que a naciones islámicas, pero la clave de la diplomacia es el respeto al otro. Asimismo, las medidas coercitivas norteamericanas empujan al Estado cubano a buscar relaciones con cualquier país que quiera comerciar bajo condiciones de riesgo. Quedará por ver si estas alianzas podrán contribuir a levantar la dañada economía cubana.
Otra vez la lista de marras
La noticia es que Estados Unidos decidió mantener un año más a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Los argumentos prácticamente no cambian a los utilizados en 2021. Según la agencia swissinfo, «la Administración del demócrata Joe Biden considera en su informe publicado este jueves que “el Gobierno cubano no respondió formalmente a las solicitudes de extradición” de los líderes del ELN Pablo Tejada y Pablo Beltrán presentadas por Colombia [y que] “Cuba también continúa albergando a varios prófugos de la justicia estadounidenses buscados por cargos relacionados con violencia política”»
La designación implica la prohibición de venta de armas, un mayor control a sus exportaciones, restricciones en la ayuda exterior, mayores requisitos para los visados y diversas sanciones económicas. Un efecto concreto es que los visitantes provenientes de la Unión Europea tienen que pedir un permiso para visitar Estados Unidos luego de pisar suelo cubano. Asimismo, las transacciones que tengan la palabra «Cuba» pueden ser bloqueadas en pasarelas de pago como PayPal.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, como es habitual, rechazó la inclusión afirmando que «las autoridades gubernamentales estadounidenses, en especial sus agencias vinculadas con la aplicación y el cumplimiento de la ley, cuentan con información más que suficiente para constatar el firme y limpio compromiso de Cuba en el enfrentamiento a ese flagelo. Los intercambios bilaterales oficiales realizados entre los dos países sobre el tema específico del terrorismo así lo confirman».
El comunicado también calificó la lista de «arbitraria y desprestigiada», cuyo objetivo es «imponer medidas de coerción económica contra países con los cuales el gobierno de los Estados Unidos tiene discrepancias políticas».
Esto significa que la administración Biden, al menos por el momento, no piensa dar señales contundentes de continuar la política de deshielo iniciada por Barack Obama. Cuba ha estado incluida desde 1982, salió en 2015 durante la etapa de acercamiento que impulsó el anterior presidente demócrata y fue reinsertada por el republicano Donald Trump en 2017, una decisión que mantiene el actual gobernante a pesar de militar en el partido opuesto.
Nuestra opinión es que los argumentos para mantener al Estado Cubano en la lista son bastante endebles. El propio presidente colombiano, Gustavo Petro, se ha opuesto a la presencia de Cuba en la enumeración de marras. Asimismo, la fluctuación de la Isla en el informe —en dependencia de la administración de turno— es una prueba de que está más condicionado por designios políticos que por argumentos concretos.
Biden y su equipo siguen enfrascados en mantener acciones que no provoquen demasiado rechazo en sectores opositores al gobierno cubano, radicalizados y residentes principalmente en el sur de la Florida. Si esto responde al temor a perder votantes, se trata de una estrategia condenada al fracaso; estos grupos nunca estarán conformes, cualquier «mano dura» les parecerá poca. Por otro lado, Obama ganó dos veces el mencionado estado con una política totalmente diferente, solo apuntamos el dato.
Provocar sufrimiento en una población con asfixia económica, justificado con argumentos poco creíbles, nunca será una forma sana de promover la democracia; tendrá el rechazo de muchos cubanos honestos, más allá de su forma de pensar o su vínculo con el gobierno en la Isla.