Bibamus, edarnus, cras moriemur

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A mi papá

-I-

El 2 de junio del 2012, motivado por el prólogo de Vicente Feliú a un cancionero sobre la Nueva Trova, publiqué un texto dedicado a dos trovadictos de pura sangre. Al revisarlo, diez años después, siento que no pierde actualidad. Al contrario, se han fortalecido las células de mis preocupaciones.

En aquel momento no conocía aún el alcance de las manipulaciones en redes sociales, ni me preocupaban los contenidos que aparecían en la blogósfera. Hoy Cuba es otra, profundamente desigual y explosiva. El pueblo expresa su descontento y el gobierno actúa del modo en que interpreta las justas manifestaciones populares de insatisfacción. Como sociedad, nos vamos pareciendo al mundo, al mismo tiempo que exhibimos nuestro universo particular.

El sordo enfrentamiento entre grupos de poder con intereses de dominación, estimula la polarización y conduce el enfrentamiento pueblo vs pueblo y pueblo vs gobierno. Si bien el gobierno cubano se involucra afectivamente con sus pares de otras naciones que alcanzan el poder después de profundas y violentas luchas populares, no respeta asimismo al pueblo de la Isla en su derecho constitucional a manifestarse.

Las universidades y centros de información o de estudios sociales especializados, propician a las instituciones que cuidan de la seguridad nacional, diversos programas de estudio e investigación que facilitan un retrato eficiente de sus adversarios políticos e ideológicos. Cuba no es la excepción.

Por eso los intelectuales interesados en la política y las ciencias sociales, sobre todo aquellos académicos, investigadores, y periodistas cuya formación se relaciona directamente, con ese tipo de instituciones, continúan atrapados en la denuncia y la exposición pública del aparente contrario. De la relación entre el pensamiento especializado y la información privilegiada, surgen las teorías, hipótesis y decisiones políticas de las que se nutren todas las plataformas mediáticas, oficiales o no, legitimando la fragmentación social, la violencia y la guerra.

Las redes sociales, la televisión y la prensa escrita, potencian o anulan los diferentes eventos en que se va desenvolviendo nuestra realidad. Las recientes protestas en diferentes lugares del país son caldo de cultivo para la manipulación mediática activa. La oposición le llama «pueblo en las calles» a un número determinado de personas que ejerce su, repito, derecho constitucional a protestar. El gobierno, en los escasísimos momentos en que se refiere a las mismas protestas, utiliza términos descalificadores: «delincuentes», «mercenarios», «contrarrevolucionarios», etc.

Es la cultura de la manipulación, y es en ese espacio virtual en que transcurre la verdadera guerra. No existen límites para mentir. Tampoco existen límites para ocultar los verdaderos motivos por los cuales el pueblo cubano comienza a expresarse en las calles. La cultura de la manipulación se convierte en ataque y respuesta entre un poder mediático y su enemigo, movilizando al pueblo según su conveniencia.

Cuba ha dejado de ser una causa, para convertirse en dos bandos.

Bibamus
Habitantes en La Habana salieron a las calles a manifestarse de forma pacífica. (Foto: CNÑ)

-II-

El 1968 fue un año tremendo, que bien pudo comenzar en el otoño de 1965; pero el Che salió físicamente ileso del Congo y vivió hasta el 7 de octubre de 1967, día en que fue ejecutado en la escuelita de La Higuera, República de Bolivia, porque intentó la imprescindible utopía de cambiar las reglas del juego e invertir para siempre el orden de los acontecimientos históricos, de las relaciones humanas y los relojes de arena. Creo que a un hombre como él, en algún momento del año 1972 lo hubieran tronado en Cuba. Pero esto último no pasó. Y pasó el siglo XX.

Fue el año en que el senador Robert Kennedy, entusiasmado después de ganar las primarias de California, expuso ante un auditorio que lo vitoreaba en el salón Coconut Grove del hotel Ambassador: «Lo que creo que es claro en el último análisis, y lo que ha estado sucediendo en los Estados Unidos en el período de los últimos tres años —la violencia, el desencanto con nuestra sociedad, las divisiones, ya sea entre negros y blancos, entre los pobres y los ricos o entre grupos de diferentes edades, o por la guerra de Viet Nam—, es que podemos comenzar a trabajar juntos». Pero esto último no pasó. Lo asesinaron. Y pasó el siglo XX.

También ocurrieron el mayo francés, el verano europeo, la matanza de Tlatelolco, la muerte del reverendo Martin Luther King Jr., la Primavera de Praga, la Ofensiva Revolucionaria y la asignada cuota de sovietización que se nos impuso.

Esto último salvo en aquellos detalles que pudieran deteriorar el liderazgo que, desde marzo de 1964, permaneciera como único interlocutor entre las tres principales organizaciones que participaron en la etapa final de la lucha revolucionaria: el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario y, en franco oportunismo y menor participación, el Partido Socialista Popular. Para soldar el liderazgo se desarrollaron alianzas, fundieron organizaciones y crearon nuevas instituciones que reforzaron el libre albedrío de Fidel Castro.

Hoy los jóvenes inquietos buscan entre montañas de publicaciones, testimonios, confusión, las huellas borradas de aquella vanguardia dentro de la Revolución, condenada al pisa-papeles de la historia: el Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana y la revista Pensamiento Crítico.

Bibamus

¿Un sueño recurrente? ¿El sueño de toda la vida materializado en escena? No sé. Ya no tengo la curiosidad que me carcomía desde niño. El simple acto de ponerse espejuelos y evitar la luz ha dañado, profundamente, los estudios sobre el tema.

Las nuevas generaciones se caracterizan por heredar el sentimiento y la necesidad de recordar, sufrir o festejar asuntos que escapan de sus manos; igual que escaparon de las nuestras y de las de sus abuelos, salvo para un ínfimo porciento entre alrededor de doce millones de cubanos. Semejante castración los convierte en lo que son, aun siendo felices.

Da igual si son de izquierda o de derecha, viviendo en la calle 8 o pugilateando en La Habana Vieja; continúan a la sombra. Gran parte de su espiritualidad es un fragmento importado de varias generaciones anteriores con las que todavía comparten tradiciones, dioses, y el mismo gobierno durante casi el total de sus vidas. No tienen país. No tienen ciudad. No tienen mártires importantes.

En la escena de la película polaca Yesterday, en la que el director de la escuela pregunta al imitador de Ringo por qué tanto lío con el pelo, este responde algo así: «Porque es lo único que es mío».

Probablemente los intelectuales de la nueva generación se enfrentan a dudas similares, que resuelven con similar naturalidad, desgarrados y solos. Igual que sus padres, dedican canciones a las grandes causas históricas, políticas y sociales. Inclusive, le cantan al amor de un modo diferente y eterno, transformando para siempre el lenguaje de las palabras y los símbolos. Escriben oraciones increíbles tocando el alma de un modo parecido al que describe Martí. Pero abandonan las calles cuando se dedican a las grandes causas. Las grandes causas funcionan como la realidad virtual, como la representación tecnológica de la imaginación.

A través de las grandes causas se dificulta la comprensión de por qué nuestra sociedad ha llegado a este punto de inanición e inercia, y por qué por estos días intentamos recomenzar a reconstruir una (otra) sociedad, estando al borde del desastre: La pérdida absoluta del sentido que tendría formar parte de otra (una) sociedad.

No solo somos una isla en la grandeza.

Bibamus
(Foto: ADN Cuba)

-III-

Mi ídolo es mi papá, a quién por suerte no le gustaba la política y mucho menos los políticos. Hombre de vasta cultura, desplegó su sabiduría para comprender y expresar, a través de su obra, las inquietudes de los jóvenes en épocas diferentes. Soñó y trabajó para un mundo mejor desde el más absoluto desprendimiento, desde la más rampante ingenuidad.

A los 38 años, casado, con tres hijos pequeños, sin haber subido a la guerrilla, ni participado en la lucha clandestina, sin amistades políticas que lo protegieran, apoyó de palabra y de hecho a un trovador de 23 años conocido por un apreciable grupo capitalino de jóvenes artistas, intelectuales, y pensadores ligados a instituciones políticas o de seguridad, quienes después fueron estigmatizados por iluminarse y abrirse a todo el pensamiento marxista y descolonizador que alborotaba la época.

Nunca he conversado con el trovador sobre qué aportó mi padre al impulso de sus inquietudes juveniles. En qué medida, más allá de lo práctico, pudo influenciar en él un hombre que estuvo diez años sin filmar, castigado por haberlo comprendido.

Actualmente, las instituciones culturales cubanas están dirigidas por el pensamiento conservador que, con formas diferentes, condenó a mi padre y a parte de la vanguardia de aquellos años, al ostracismo o al exilio. Las diferentes agendas de inteligencia que utilizan las redes sociales para estimular el lado conservador de nuestra sociedad, encuentran un liderazgo pobre, sin la menor empatía con los tiempos que corren, que premia la subordinación política y facilita la corrupción, porque no existe nada más corruptible que un mediocre.

Solo tengo que observar el fracaso que representa la carta de la UNEAC; como mismo observo, aterrado, la proliferación de otros textos habilitados para derrocar el gobierno cubano, no para resolver los problemas de Cuba.

La cultura cubana, cuyo día se conmemora hoy, peligra por la falta de espacio al disenso político. Y esa falta de espacio continuará erosionando la fortaleza que representa, en el mundo por venir, ser una nación soberana e independiente.

*Bebamos, comamos, mañana moriremos.

22 COMENTARIOS

  1. La intelectualidad de un país es quizás el grupo de pensamiento más agudo que ofrece luz y por ende refracta sombras de la sociedad que se vive, está capacidad de iluminar se logra, si, y solo si, se debaten esas ideas diferentes diferentes para el beneficio de la mayoría del pueblo, porque no escapa de estar también poblado de mediocres que desde el poder real, intereses políticos y migajas económicas los convierten en los más visibles de un grupo de «comprometidos» para favorecer o invisibilizar a los que rompen lo políticamente correcto, esto siempre a interés del grupo de poder que modera las instituciones del país.
    En mi opinión personal para resolver hoy el problema de Cuba inexorablemente tiene que cambiarse el gobierno, y fíjese que no digo derrotar, porque de eso se están encargando ellos mismos, ese grupo de funcionarios elegidos desde el poder real para pongan la cara, que muy acertadamente anunciaron desde el primer día «ser continuidad» y ya vemos cómo va la cosa, que ante el cúmulo de fracasos continuados de su gestión y la errática política económica están convenciendo al pueblo que «socialismo próspero y sostenible» representa, como siempre ha sido pero algo más disimulado, lo ancho pa mi y lo estrecho pa ti, que la resistencia creativa es inútil porque no los llevará a ningún lado, que en medio de la desolación y el desespero seguir viendo pasar una cadena de autos oficiales levantando los brazos esperando respuesta, representa la realidad más cruda de ese gobierno para nada revolucionario que les pasa prácticamente por encima sin dar siguiera la cara.

    • Livio ocurre que Cuba necesita una nueva «Intelectualidad», porque la actualmente existente, carece en su mayoría de valores como la honestidad. Constantemente están tratando de sobrevivir y para eso son capaces de ir en contra de su misma esencia. ¿No es el ejemplo el mejor método de enseñanza? ¿Cómo se podría confiar en las «enseñanzas» de gente ambivalente?
      Simple: ¡No se puede!, sin honestidad, no.
      Nuestros Intelectuales están «educados» para responder a la Tiranía y es eso lo que hacen a cada paso sin muchos remilgos. ¿Qué educan en las universidades?, ¿Qué exoresan en sus libros?, ¿No apoyan a la Tiranía cada vez que hay algún hito (medida cumbre que afecta a la población de la que dicen ser parte)? Pues si canta, nada, vuela y camina como pato, ¡es un pato!, no hay que buscarle otras explicaciones.

    • Señor Vilar, la única manera de resolver el problema de Cuba es cambiando ese gobierno. Si usted tiene alguna solución o tiene otro punto de vista para que esto ocurra sin que existan consecuencias inevitables, le ruego que las exponga. Tenemos que cambiar lo que necesariamente hay que cambiar. Beba y siga comiendo
      pero si no toma el toro por los cuernos,irremediablemente morirá de viejo, pero sin oír las campanas de la libertad. Le saludo.

  2. Dice Juan Vilar: «Solo tengo que observar el fracaso que representa la carta de la UNEAC; como mismo observo, aterrado, la proliferación de otros textos habilitados para derrocar el gobierno cubano, no para resolver los problemas de Cuba». ¿Venga acá señor, y si no salimos de ese “gobierno” (para utilizar su término, y no régimen totalitario, satrapía, dictadura mafiosa o banda de reverendos hijos de puta) entonces como empezamos a arreglar los problemas de Cuba? Por favor, déjeme saber, ¡porque estoy en shock!

  3. Si algo ha sabido hacer el régimen es haber minado y neutralizado el tejido vital de la nación, de la que formaban parte la sociedad civil y la intelectualidad como vanguardia de pensamiento. A esta última la anularon, la apresaron, la expulsaron, la conminaron al exilio o la doblegaron y pusieron de rodillas. Hay excepciones honrosas, que prefirieron un virtual inxilio, el alejamiento de los medios, la no difusión de sus obras o en casos casi unicos, tener una obra consagrada y mantener la frente en alto. Para solo mencionar dos nombres, Fernando Perez y Pedro Luis Ferrer, cada cual con sus ideales propios e insobornables, mas a la izquierda o no, pero honestos. Muy pocos, pero imprescindibles para salvar el honor de su gremio. La opción de salvar a Cuba sin intentar derrocar o cambiar el gobierno, dígase mejor el poder innoble, no existe, es absolutamente inviable, desde siempre y todavia más evidente ahora. La carta de la UNEAC es un excremento que prueba la degeneración extrema de esa intelectualidad sumisa y del propio poder intolerante que les convoca. No nos quejemos ahora de esa estridente oposición en las redes, los que debieron asumirla por ser quizas mas cultos o instruidos, desde dentro o desde fuera, no tienen ya ni la ética o credibilidad necesaria o prefieren quedar a la espera de que le avisen de que la libertad ha llegado. Hoy ese es nuestro vino y tendremos que tomarlo, antes que el néctar de los sumisos o el brebaje del opresor infame.

  4. Sólo una observación: para resolver los problemas de Cuba SI hay que derrocar al gobierno de Cuba, culpable principal de esos problemas. Sin un cambio de sistema y una apertura económica y política real, Cuba seguirá siendo un país bananero, tercermundista, dividido y en ruinas.

  5. Señor Vilar, con medias tintas y tapándose con un manto de imparcialidad en momentos en que lo que hay que tomar partido contra una dictadura que usted la llama » gobierno», no se resolvera nada, hay un solo problema en Cuba y usted es lo suficientemente inteligente para ignorarlo, y es libertad, ese otro extremo al que usted menciona es producto de la falta de libertad que hay en el pais, es producto de ese grupo de mentirosos, manipuladores , demagogos y criminales que se apoderaron del pais, que han cometido todo tipo de atrocidades por mantenerse en el poder.
    Si existe el otro extremo es porque ese grupo que se apodero del poder corto , elimino, borro todo tipo de posibilidad democrática de retar e increpar ese poder absoluto y unipotentente, al que no se le puede tocar ni con el petalo de una rosa.
    Los culpables de que el pueblo de Cuba este como este hoy por hoy es solamente la dictadura, nadie de los que se fue de Cuba, a tenido nada que ver en las decisiones que a tomado ese grupo de delincuentes , que ha engaño a varias generaciones.
    Tratar de ser neutral o árbitro en una cuestión donde un pequeño grupo reprime a un pueblo y le impone una miseria por años , aparte de ser una cobardía es una posición de apoyo al victimario.

  6. Tratando de entender de lo que va el tema lo único que me ha venido a la mente es la famosa frase de «Es mejor permanecer callado y parecer un tonto, que hablar y despejar todas las dudas.»

  7. «Queridos amigos: debido al estado precario de mi salud y a la terrible depresión sentimental que siento al no poder seguir escribiendo y luchando por la libertad de Cuba, pongo fin a mi vida. En los últimos años, aunque me sentía muy enfermo, he podido terminar mi obra literaria, en la cual he trabajado por casi treinta años. Les dejo pues como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que pronto Cuba será libre. Me siento satisfecho con haber podido contribuir aunque modestamente al triunfo de esa libertad.

    Pongo fin a mi vida voluntariamente porque no puedo seguir trabajando , Ninguna de las personas que me rodean están comprometidas en esta decisión. Solo hay un responsable: Fidel Castro. Los sufrimientos del exilio, las penas del destierro, la soledad y las enfermedades que haya podido contraer en el destierro seguramente no las hubiera sufrido de haber vivido libre en mi país.
    Al pueblo cubano tanto en el exilio como en la Isla le exhorto a que siga luchando por la libertad. Mi mensaje no es un mensaje de derrota , sino de lucha y esperanza.

    Cuba será libre. Yo ya lo soy.»

    Reinaldo Arenas
    New York

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    Pienso que los intelectuales cubanos (por suerte no todos) deberían ser más más honestos y valientes. Se nota en ellos el miedo y la falta de compromiso con el pisoteado pueblo de Cuba. Se les ve por ahí en constante estado de genuflexión ante el oprobioso régimen que malgobierna Cuba y que también a ellos pisotea.
    Hablan de Martí pero doblan sus rodillas temblorosas en vez de intentar comprender qué quiso decir el Apóstol cuando escribió ‘con los pobres de la Tierra quiero yo mi suerte echar’; quizá alguno mencione de pasada a Rubén pero no dicen que como nunca antes ‘hace falta una carga para matar bribones’; se les ve «preocupados» por el estado actual de la sociedad cubana pero le pasan por encima a la necesidad urgente que tiene nuestro país de deshacerse del grupito mafioso que lo ha destruido todo; hablan de «diálogos nacionales inclusivos» y corren a firmar cartas infames venidas de «arriba».
    Da pena verlos y duele la manera en que han alquilado sus plumas y sus almas al poder. Esa «intelectualidad» no le sirve para nada al pueblo si no a la dictadura.
    Esos intelectuales son la antítesis esos otros que siendo verdaderamente libres por dentro hablan de libertad públicamente y sin medias tintas en esta hora amarga de la historia nacional a riesgo de todo. Esos son los intelectuales que nos sirven y que necesitamos.
    Descansa en paz Reinaldo Arenas. ¡Cuba será libre!

  8. Juan la cultura del disenso que esta en cuba y aún no se ha ido para Miami es la cultura del apendice a estados unidos tiene poco de cubana y de nuestra identidad

  9. «Solo tengo que observar el fracaso que representa la carta de la UNEAC; como mismo observo, aterrado, la proliferación de otros textos habilitados para derrocar el gobierno cubano, no para resolver los problemas de Cuba.»

    No sé exactamente qué textos son esos, pero sí le puedo decir que derrocar a la nefasta dictadura que ha provocado una crisis humanitaria en Cuba debe ser el primer paso para resolver los problemas. Es así. Simplemente no se puede confiar en resolver nada mientras exista un régimen totalitario en el poder. Quien no lo entienda está dando un espaldarazo al régimen. Ciertamente preocupa que métodos autoritarios y extremistas permanezcan arraigados en muchos cubanos una vez caiga la tiranía, eso es parte del legado de un régimen político que proscribe todo disenso y ejercicio de la libertad de expresión por parte de la ciudadanía, pero lo que sí está claro es que si continúa Cuba como está, probablemente no tendremos ni país, ni nación: solo en este año se han ido 200 000 cubanos y lo más probable es que la cifra siga creciendo. La dictadura, torpe, inepta, soberbia, mentirosa, fallida y fracasada es el mayor obstáculo para un mejor país.

  10. No sé, pero yo percibo cierta nostalgia de Juan por los tiempos en que nadie se manifestaba en las calles, en que el pueblo no expresaba su descontento y hartazgo y en que, según dice, «no conocía aún el alcance de las manipulaciones en redes sociales, ni me preocupaban los contenidos que aparecían en la blogósfera». Señores, vamos a dejar claras las cosas: el pueblo de Cuba no se manifestaba no porque no tuviera motivos, no porque no hubieran razones de peso para lanzarse a las calles como en otros países con una situación económica mil veces mejor que la nuestra, sino porque no había forma de organizar convocatorias y que la ciudadanía se enterara de ellas; tampoco, de ocurrir alguna protesta, era posible enterarse de ello pues el régimen controlaba los medios de información masiva y la penetración de Internet en Cuba era mínima. Todos debemos estar orgullosos de que esos tiempos hayan quedado atrás, tiempos en que la dictadura se podía dar en el pecho y decir que tenía el apoyo del pueblo, tiempos en que monopolizaban los estados de opinión y controlaban toda la información que el pueblo consumía, tiempos en que, según afirmó, con total desparpajo, un anciano comandante, «éramos dueños de la noticia». Esos tiempos quedaron atrás para siempre, y ahora tienen que acostumbrarse a un pueblo que no los aguanta y cada vez los aguantará menos, y así se los hace saber cada día en las calles.

    • Tiene usted razón amigo Daniel Torres. Tal parece que la culpa de todo es de las redes sociales y del dolor que los cubanos vierten en ellas.
      Por primera vez la gente se puede expresar sin filtros, decir lo que siente y encontrar que muchos piensan de igual manera. Ese progreso tan natural de estos tiempos preocupa a algunos nostálgicos por los tiempos en que solo el felizmente desaparecido dictador Fidel Castro podía decir y desdecir. Algunos le tienen miedo a la libertad de expresión y la combaten desde sus miedos.
      Otros se están preocupando por el día después y qué pasará, como si hoy los cubanos ya no estuvieran viviendo bajo un régimen violento que apalea, encarcela y destierra a quienes le señalan como el culpable de la degeneración moral y material de Cuba. Esos hablan de «diálogos inclusivos» con una dictadura que no va a dialogar, que cree en nada ni en nadie salvo en conservar el poder a como de lugar incluso si tienen que enviar paramilitares a enfrentar a pacíficos cubanos que protestan en las calles de toda Cuba porque no dan más de tanta miseria que hay.

  11. Hoy hace 42 años que todos los 20 de octubre celebramos el Día de la Cultura Cubana. Hoy hace 152 años que se cantó por primera vez el himno que compuso Perucho Figueredo. (Desconozco la fecha en que se reconoció como Himno Nacional).
    De niños en las escuelas nos enseñan su letra y música, mi abuela y mi madre lo cantaron, yo y mi hijo lo cantamos, mis nietos en la escuela les enseñan el himno de los EEUU y aprenden la historia de ese país y no precisamente como me la explicaron a mi.
    Cuba está perdiendo lo que debió salvar por encima de todo: su gente que emigra por decenas de miles.
    Queda en manos de los padres emigrantes que los hijos se identifiquen con sus raíces y lleguen amarlas,tarea difícil porque nos han inculcado que patria y gobierno es lo mismo y no lo son, es común amar a la patria y detestar al gobierno, la historia de Cuba nos narra precisamente de las luchas del pueblo cubano contra el gobierno de turno.
    Los niños criados y educados fuera de Cuba aprenderán a amar la historia del país de acogida y los hijos de estos niños amaran otros himnos, otra bandera y escudo, sabrán de otros héroes y otras fechas patrias, vivirán con otras costumbres y así acabará por romperse el vínculo familiar entre generaciones. No retornaran porque no son cubanos, mis nietos no se sentirán cubanos y mis bisnietos ya no lo serán. ¿lo imaginó Martí?, ¿lo imaginó el Consejo de Ministro cuando aprobó el Decreto en 1980? Es más, ¿lo habrá llegado a imaginar Fidel que veía el futuro y volvía para contárnoslo?

  12. ¿Qué se sabe de la ayuda humanitaria de Estados Unidos a Cuba?

    La asistencia que ofrece «al pueblo cubano» el Gobierno de EE. UU., a través de su agencia de cooperación internacional USAID, se traducirá en «provisiones y suministros», detalló una alta funcionaria gubernamental a la agencia AP. Y se canalizará a través de “organizaciones independientes de confianza”, entre las que se menciona especialmente a la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja (IFCR, por sus siglas en inglés).

    Hasta ahora, los daños provocados por el huracán Ian en la isla solo han sido cuantificados paulatina y parcialmente. Pero la IFRC ya lanzó un Llamamiento de Emergencia que —basado en reportes de la Oficina del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba— evalúa en 9 millones de dólares los fondos requeridos para asistir a unas 25.000 personas (5.000 familias), cuyas viviendas sufrieron “daños significativos” en la provincia de Pinar del Río.

    Una ayuda condicionada
    «Es la primera vez que el Gobierno cubano acepta ayuda de EE. UU. ante un desastre natural», señala a DW el economista isleño Ricardo Torres, de la American University, en Washington D.C. Pero el medio independiente El Toque precisa que la oferta de socorro no es inédita.

    El Gobierno de la isla rechazó antes ofrecimientos del Ejecutivo de George W. Bush, tras huracanes como Michelle (2001), Charley (2004), Dennis, Wilma (2005) y Gustav (2008). Pero, en 2001, pidió que se le permitiera, en cambio, realizar una compra única de alimentos, que derivó en una relación comercial, por la que Cuba continúa adquiriendo cientos de millones de dólares en alimentos estadounidenses (pagando al contado, pues el embargo prohíbe ofrecerle créditos financieros).

    Otras ayudas ofrecidas, tras desastres naturales, por los sucesivos Gobiernos de Barack Obama y Donald Trump también fueron declinadas. Y la razón siempre fue la misma: EE. UU. exigía, como ahora, entregar la ayuda a ONG independientes que la hicieran llegar directamente a los afectados, sin intervención de las instituciones oficiales.

    ¿Cómo funcionaría esta «ayuda humanitaria crítica»?
    Tras el paso de Ian por Cuba, las autoridades estadounidenses se comunicaron con las cubanas para identificar las principales necesidades: restauración de viviendas y alimentación, precisó la fuente de AP. Pero las condiciones de la ayuda que ofrece EE. UU. y que Cuba ahora ha aceptado son las mismas: no entregarla al Gobierno de la isla.

    El Llamamiento de la IFRC busca “que Estados, individuos y corporaciones puedan aportar a un plan de respuesta” a implementarse en 15 meses, explica a DW Susana Arroyo, su directora de comunicación para las Américas. Esta asistencia “incluye refugios de emergencia, servicios de salud y asistencia, agua potable, suministros de higiene y servicios de protección”, detalla el documento.

    Y será coordinada en el terreno por las sedes municipales y provinciales de la Cruz Roja Cubana (CRC), junto a Gobiernos y consejos de defensa locales, así como organizaciones de la sociedad civil.

    ¿Cómo garantizará efectivamente la IFRC que las ayudas lleguen a todos los afectados, y no solo, por ejemplo, a los más fieles simpatizantes del Gobierno-Estado-Partido único, en un país donde las organizaciones de la sociedad civil reconocidas están supeditadas al aparato estatal? Ese podría ser un tema por aclarar entre USAID y la IFRC.

    ¿Oxigenar a la dictadura?
    Otros países y organizaciones internacionales han enviado o anunciado otras ayudas para los afectados por Ian en la isla: la ONU presentó un plan de acción de 42 millones de dólares, la UE donó un millón de euros y Gobiernos como el de de México, Bolivia, Venezuela, Argentina, Japón y Canadá han enviado donaciones.

    ¿Hasta qué punto estas ayudas llegan también a «oxigenar a la dictadura», que sigue reprimiendo con violencia y cárcel el ejercicio de la protesta y otras libertades políticas y civiles, en medio de una aguda crisis económica y política, como advierte una parte de la oposición, especialmente en el exilio?

    “No soy de la opinión de que las ayudas humanitarias ‘oxigenen’ al Gobierno. Considero que es un tema humanitario y de elemental solidaridad humana todo lo que pueda contribuir a aliviar las penurias de la población”, responde el economista cubano Mauricio De Miranda, de la Universidad Javeriana de Cali.

    USAID y la propaganda oficial
    De hecho, el Gobierno cubano acusa de “mercenarios” a ciudadanos y organizaciones que reciben financiamiento de la USAID en el país, pero no es la primera vez que recurre a los servicios de esta agencia, recuerda El Toque. Y ejemplifica con los equipos de protección para bomberos donados tras el reciente incendio de depósitos de combustibles en Matanzas.

    “El problema lo tendrá ahora la propaganda oficial para explicar que USAID puede hacer ‘cosas buenas’ como ayudar ante una tragedia o ‘cosas malas’ como apoyar a grupos opositores”, apunta De Miranda. Aunque la Cancillería isleña se ha cuidado de agradecer la ayuda que EE. UU. ofrece a través de la IFRC, sin mencionar a la USAID.

    “Hay un clima caldeado, por razones obvias”, coincide su colega Torres: “Pero creo que debemos tener cuidado con los extremos. En Cuba hay mucha gente golpeada, desesperada, que ha perdido lo poco que tiene, en medio de una crisis económica profunda. Con las garantías correspondientes, lo correcto es apoyar a esas personas, familias, comunidades”.

    DW.COM

  13. Que diría Nicolasa Guillen sentado en cualquiera de los hoteles construidos desde 2020 hasta hoy para no decir en 63 años ? Que dirá su alma cultivada en Re In volución ?

    ¿Cuán libre es el acceso de los cubanos a los hoteles?
    ‘Como todas las jovencitas que frecuentan el restaurante y la piscina del hotel Manzana Kempinski, Dalia está sujeta a una regla de oro.’

    Jorge Enrique Rodríguez21 Oct 2022 – 13:20 CEST
    Turismo

    La Habana

    Entrada del Hotel Grand Aston, en El Vedado, La Habana.
    Entrada del Hotel Grand Aston, en El Vedado, La Habana. Diario de Cuba
    Aunque las ofertas gastronómicas en un conjunto de lujosos hoteles habaneros suelen ser menos costosas que en la mayoría de los restaurantes privados de primer nivel, poquísimos cubanos logran acceder a los servicios de estas instalaciones. Las respuestas a cuán libre es el acceso para los cubanos a estas ofertas hoteleras se revelan en los testimonios de una familia, de un trabajador, y de una joven estudiante que aseguró hacer «vida social», casi diariamente, en uno de ellos.

    Luego de varios días intentando vía telefónica, Arletis Castro logró reservar una mesa en el restaurante San Cristóbal, del hotel Manzana Kempinski.

    «Según me había explicado un portero del hotel, el acceso al restaurante era exclusivo por reservación, y dicha reservación debía hacerse exclusivamente por vía telefónica. El límite de personas por cada reservación era de seis, y debíamos llegar con puntualidad pues 15 minutos después se perdía el derecho a la reserva», relata Castro quien, al llegar al restaurante con sus cinco familiares, se percató de que entre clientes y comensales no ocupaban siquiera la mitad de su capacidad.

    La mayoría eran extranjeros, siempre acompañados de cubanas muy jóvenes. Resaltaban otras jóvenes cubanas solas que, entre selfies y risas mantenían sus miradas atentas ante la llegada de nuevos clientes o comensales. Sus mesas bien atendidas y la confianza en el trato con los trabajadores, denotaban que eran habituales.

    «El restaurante nunca se llenó mientras estuvimos allí. Una de las dependientes que nos atendió, ya en confianza, me corrigió que no había limitaciones de personas en una reservación, y que tampoco era obligada la reservación para acceder a los servicios de ese restaurante, pero igual me dejo su teléfono personal para cualquier ‘contingencia’ que surgiera con los porteros. Supongo que estas discrepancias sobre cómo es el proceso de acceso para cubanos al restaurante, es que podemos pagar en moneda nacional según los precios fijados en la carta. En general, los precios son altísimos para cualquier cubano, pero la mayoría de las ofertas son mucho más baratas que en cualquier restaurante particular de La Habana. Quizás mucha clientela cubana no da ganancias al restaurante ni al hotel», añade Castro, negándose a extenderse en declaraciones sobre cuáles otras «discrepancias evidentes» pudieran restringir el acceso de cubanos a los servicios de hoteles como el Manzana Kempinski.

    «Considero que no es de mi incumbencia lo que percibí mediante una mirada medio atenta a lo que sucedía. Prefiero creer que para nosotros es obligado reservar vía telefónica, al igual que la piscina [a un costo de 250 dólares por persona, unos 6.000 pesos para cubanos], o en depender del buen humor de quienes fungen de porteros en el Kempinski. También una buena propina te facilita un teléfono que te libra de esas contingencias, como todo en Cuba», opina Castro, quien afirma recibir remesas del extranjero, lo que facilita su acceso a servicios y ofertas imposibles para los dos tercios de la población cubana —más de siete millones y medio de habitantes— que no cuentan con este beneficio en una economía totalmente dolarizada.

    Según la carta menú del restaurante San Cristóbal, a la cual DIARIO DE CUBA tuvo acceso, los nacionales que consumen en este hotel pueden pagar en pesos cubanos en una tarifa de cambio de aproximadamente 24 pesos por dólar. Negocios privados, o cooperativas avaladas por el Estado, como la dulcería de primer nivel El Biky, valoran la moneda libremente convertible (MLC) según el precio en el mercado cambiario informal, actualmente a razón de 200 pesos por MLC, dólar o euro.

    Una joven universitaria acompaña a amistades generosas

    Dalia apenas tiene 18 de edad, la edad mínima para acceder a servicios que incluyan el expendio de bebidas alcohólicas y cigarrillos, según las leyes vigentes en la Isla. En tercer año de una carrera universitaria, y como todas las jovencitas que frecuentan el restaurante y la piscina del hotel Manzana Kempinski, está sujeta a una regla de oro: «Con la boca llena no se habla». Es decir, no es saludable hablar de negocios ni de quiénes son los «amigos» a quienes espera.

    «En la universidad, si no tienes una laptop y un buen celular con suficiente data vas retrasada en comparación con los hijos de militares y altos funcionarios del Estado. Los arreglos de mi casa, mi ropa, mis zapatos, y la comida que no nos falta es gracias a lo que puedo ganar como compañía de amistades generosas, pues con el salario de mis padres, ingenieros ambos, nos moriríamos de hambre», comenta Dalia, quien se negó rotundamente a ofrecer detalles de en qué consiste la «compañía» y solo deslizó que sus «amistades» consisten en extranjeros que frecuentan la instalación.

    «Si no aparecen amigos a quienes acompañar, pasamos un buen rato entre nosotras porque en definitiva los precios no son más caros que los de cualquier restaurante, bar o discoteca de alcurnia administrado por los particulares. Aquí me inició una amiga, que estudia en cuarto año de mi carrera. En otros hoteles las ofertas son un poco más caras, como el Packard y los hoteles nuevos que están ubicados en las cercanías de Prado. Aquí en el restaurante San Cristóbal la vista es impresionante, el servicio es excelente, la seguridad para nosotras está asegurada y cada quién sabe su papel y sus ganancias», agrega Dalia, quien evitó indicar o admitir que los trabajadores del establecimiento estuviesen implicados en priorizar, de una u otra manera, el acceso de determinados cubanos al hotel, particularmente a este restaurante y la piscina.

    Es evidente que los porteros son la conexión real con el acceso de cubanos al recinto hotelero. Identificado como Javier, un portero «le da el bate» —cerrado por capacidad— a una pareja de cubanos que pregunta si pueden subir al restaurante, mientras hace las señas convenidas a dos jóvenes cubanas que esperen para luego permitirles subir.

    «Cuando la venta a extranjeros está buena, dejamos libre acceso a los cubanos. Esa es mi indicación y yo solo cumplo, capto las señas y conservo mi trabajo y mis ganancias. En este trabajo preguntar no es bueno, eso sí te lo puedo asegurar», aventura Javier mientras su compañero de trabajo se aleja para atender a otras dos jóvenes que, luego informó, llegaban recomendadas y las esperaban arriba.

    «Si tienes suerte, o el ambiente está muerto, puedes reservar por teléfono. Eso no lo determinamos nosotros (los porteros), simplemente somos informados si determinado día y a determinada hora el acceso es libre para todo el mundo; o sea, para todos los cubanos. Y creo que estamos hablando de más», concluye mientras aparta a tres personas que recién llegaron a preguntar, para cederle el paso a dos extranjeros «acompañados».

    • Perdón no hay modo de editar lo escrito antes
      Nicolás Guillen No tenemos lo que teníamos que tener y un soldado del MINFAR con solo 12 grados de mal aprobado sus estudios y, con pésima ortografía y pronunciación , gana más que un maestro, un médico, un enfermero ,un ingeniero …o un obrero , un campesino honrado

  14. Mas unidad entre nosotros, los cubanos que sabemos pensar y amar naturalmente, sin necesitar referéndum, y buscar con esa unidad sacar del poder mal habido y mal empleado a un gobierno inepto, que no respeta la vida, la dignidad , la sensibilidad humana.

    Luis Alberto García considera “una burla” sentencia impuesta a Fernando Bécquer
    «En un país que se respete, esta burla macabra no tendría lugar», declaró el popular actor
    CubaNet

    MADRID, España.- El popular actor cubano Luis Alberto García consideró “una burla” la reciente sentencia impuesta al trovador Fernando Bécquer por sus delitos de abusos sexuales.
    Condenado a cinco años de trabajo correccional sin internamiento, se le permitirá seguir practicando “su antiguo modus operandi: del trabajo a su casa y viceversa. O sea, cantar en sitios repletos de nuevas muchachas”, destacó García desde Facebook.

    Así como señaló que cualquier país que se respete no hubiera permitido esta sentencia y que, “según dicta el Código Penal vigente en Cuba, le tocaba una sanción más dura”, pues “más de treinta muchachas sufrieron sus servilletas y su irrespetuoso, por falso, ministerio religioso Yoruba”.
    “Hablo de países en los cuales ni con todo el dinero del mundo te libras de una condena judicial”, precisó el actor de reconocidos filmes como Clandestinos, La vida es silvar y Madrigal.
    “Bécquer, como artista, ya no me interesa. Cuesta mucho, si uno tiene algo de decoro y respeta a las mujeres, a los seres humanos, seguir considerándolo como tal”, agregó el actor.
    En sus declaraciones Luis Alberto García también denunció que mientras Bécquer ha recibido esta leve sentencia, otros reciben años de prisión por “salir a la calle con un cartel o a gritar”, refiriéndose a los más de mil presos políticos del régimen.
    Tras la sentencia dictada al trovador este miércoles en el Tribunal Municipal de Centro Habana, la plataforma Yo sí te creo en Cuba, defensora de los derechos de la mujer en la Isla, calificó de “vergüenza” esta condena.
    A través de un comunicado la organización denunció: “La sentencia de cinco años de limitación de libertad para el trovador Fernando Bécquer, que fue hallado culpable de abusos lascivos por un tribunal de La Habana, es una vergüenza para cualquier sistema de justicia actual. Y a eso se le suma que los medios estatales nada han dicho respecto al caso ni se ha señalado este problema fuera de Internet”.

  15. …»observo, aterrado, la proliferación de otros textos habilitados para derrocar el gobierno cubano, no para resolver los problemas de Cuba.»
    Por qué observa aterrado, textos enfocados en resolver el principal problema de Cuba, que no son otros que ser mal gobernada y administrada por decadas por una dictadura que a robado la Libertad a nuestra nación. Amigo, lo uno sin lo otro, no se puede. No veo ninguna posibilidad de que los PROBLEMAS de Cuba, puedan ser resueltos mientras sigan gobernandonos los mismos que nos trajeron a este punto de decadencia y que a pesar de su mal trabajo, continuan y pretenden seguir en el poder viviendo a costas del pueblo.

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Juan Vilar
Juan Vilar
Escritor, director de televisión y documentalista

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