¿De qué te hablaré esta vez, que ya no sepas? Voy a decirte lo obvio.
Es julio en todas partes, donde quiera que te metas. El ventilador ya suena raro por las tantas horas funcionando sin descanso, y le rocío agua a mi plantica que cuelga en el rincón más fresco de la sala porque oigo que las hojas se le secan. Hace tanto calor que no dan deseos de nada, mucho menos de salir a la calle. Pero hay que trabajar, irremediablemente, aunque lo que pagan no alcanza.

Foto: Néster Núñez
¿Qué son los tres mil o cinco mil pesos del salario que paga el Estado? ¿Qué son los doce o quince mil que te ganas sudando la gota gorda en una empresa privada? ¿Cuán rápido se te acaba la remesa que te mandan tus familiares? Y al final del mes… ¿qué hiciste, además de comer y darte algún que otro gusto?
Y yo… ¿qué puedo decirte?
Que no es temporada de quejas.
Es julio, el verano insoportable de Cuba, y tu situación económica probablemente no cambiará por ahora, digan lo que digan tu gurú favorito o las constelaciones. Así que relájate. Te lo digo a ti que me lees, y de paso me lo repito para no olvidarlo y poner, por fin, manos a la obra. Nuestros hijos están de vacaciones. O los sobrinos. O uno mismo. Vacaciones, receso, recreo…

Foto: Néster Núñez
Hace muchos años yo manejaba un bicitaxi. Es una historia normal, para nada heroica, de un padre de tres hijos que hace lo necesario para que su familia coma. Y comíamos, pero no alcanzaba para llevarlos al Todo En Uno de Varadero con sus aparatos de colores. El río quedaba cerca y nos íbamos allá a pescar mapos y a bañarnos, aunque el fondo no tuviera arena sino fango; jugábamos a la lucha en el césped, los dos varones contra mí, flaco que estaba por dar tantos pedales bajo el sol de julio o de agosto. Era una época también de apagones, calor y mosquitos. Pero en el recuerdo de los niños, ya hombres, eso no ocupa un lugar demasiado importante. Estoy seguro.

Foto: Néster Núñez
Se acuerdan de bañarse en el patio con una manguera, de aprender a tirarse de cabeza al agua, de la piscinita minúscula donde apenas cabían los tres, del pelotazo en el ojo, de la bicicleta y los patines que montaban en el barrio, cuando la situación mejoró y pudieron comprarlos. De las dos perras que tuvimos y que fueron parte de su adolescencia.
Es temporada de jugar parchís, o ajedrez o Súper Mario en la computadora, si aún existiera. De ver una peli, ir al teatro, leer libros… De jugar a las bolas, bailar trompos, sentarse en un parque nuevo. Es tiempo de pasarlo en familia, de hablar sobre temas pospuestos, de ser felices, de formar recuerdos.

Foto: Néster Núñez
Ya sabrán lo que es trabajar y que el dinero no les alcance. O peor, tal vez no estén, tal vez emigren, pero eso lindo que vivieron en familia se irá con ellos a todas partes. No hay que tener dinero en el bolsillo ni un carro parqueado en el garaje para demostrarles que los quieres. Hazles cosquillas a tus hijos, abrázalos y bésalos mientras te permitan hacerlo, que después crecen. Y toma muchas fotos, aunque no las subas a Facebook. Algún día, en el futuro, se sentarán a verlas con tus nietos.

Foto: Néster Núñez
4 comentarios
Nadie experimenta con cabeza ajena. Muchos en otras épocas pasamos por lo mismo.
El tiempo pasa, los años corren veloces y a veces uno no se percata que nuestra cabeza se está llenando de canas. Que puedo decirte que no te hayan dicho, sobre la pobreza, la soledad, los amigos que se van , el barrio que ya no es igual. Usted no está solo y quizás representes los lamentos de miles y miles de ciudadanos que no pueden aspirar a un último suspiro , con dignidad y vergüenza. Alguien una vez le dijo a un menesteroso: aguante con valor y humildad porque ya estamos en la resta final, desgraciadamente el menesteroso no llegó a la resta final . Nadie experimenta con cabeza ajena. Feliz sábado 🎈
Y si te vas, abuelo tras las huellas de tus hijos, scanea o retrata esas fotos hasta de tus bisabuelos para que las raices, lis recuerdos peeduren porque en ellis estan lis orígenes de li que somos♥️
Buen texto y mejores fotos, comparto.
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