Hablemos sobre Poniente. Cuando me enfrento a un producto de alto perfil de la industria cultural del mundo capitalista, trato de evitar dos peligros. Uno es la ingenuidad (creo que tengo ese bastante controlado) y el otro es caer en la crítica paranoica, pues me recuerda esa idea nietzscheana, según la cual la crítica es el arma preferida de los odiadores de la vida. Trato de no ver el capitalismo como ese sistema cerrado donde todo elemento es solo una pieza del mecanismo de dominación.
La verdad es que el modo de producción capitalista es complejo. Un sistema en el que se superponen diferentes tendencias: unas refuerzan la dominación, otras tienen efectos liberadores. Una obra de arte, por el impulso hacia la universalidad, puede trascender las determinaciones que le impone el papel apologético y afirmativo de la cultura en las sociedades de dominación. Por eso surgen buenas obras de arte incluso en el seno de la sociedad más capitalista.
Sin embargo, algunos productos culturales no traicionan su estirpe. Caen, tanto desde el punto de vista formal como de contenido, en los más burdos vicios de la industria cultural. Ese es el caso, por ejemplo, de la última temporada de Game of Thrones (GOT).

Elenco de Game of Thrones en su última temporada
La popular serie, que alcanzó la fama por la consistencia de su trama, por el vigor de sus personajes, por su realismo político tan bien logrado, tuvo un final de espanto. Y eso ocurrió cuando, casualmente, los guionistas no tuvieron ya un apoyo en los referentes literarios de Canción de Hielo y Fuego. En ese final se pusieron de manifiesto todas las taras del establishment cultural occidental, y la magnitud de la crisis por la que está pasando.
En primer lugar, confirmó lo que ya hace algún tiempo es un secreto a voces: se están quedando sin ideas, por lo que tienen que apoyarse en la literatura. El paradigma hollywoodense, con su búsqueda de espectacularidad a cualquier precio, está completamente agotado. No genera ideas y tampoco es capaz de manejarlas. Una vez que los guionistas de GoT tuvieron las manos libres para desencadenar el show, la calidad de serie cayó en picada.
El éxito de GoT siempre estuvo en su mesura, en la calma con la que hilvanaba sus tramas. Por razones de presupuesto, entre otros motivos, la HBO decidió sacar la última temporada en solo seis capítulos. El resultado: metieron La Habana en Guanabacoa, las transiciones de los personajes resultaron artificiales, ficticias, las tramas se cerraron con apresuramiento. Más que capítulos de una serie, algunas entregas parecieron películas con cierre propio, lo cual venía a cortar el suspense necesario en una obra hecha para la televisión. Etcétera.
Pero, si estuvieron mal desde el punto de vista formal, peor fue el tratamiento del contenido. La serie siempre se caracterizó por su realismo político, mostrando entresijos del funcionamiento del poder en las sociedades de dominación. Incluso, y en eso estuvo parte de su atractivo para muchos, mostró el despliegue y las contradicciones internas de un proyecto de rebeldía contrahegemónica, en la trama de Daenerys Targaryen. Pienso, sobre todo, en el modo magistral en que se desarrolló la saga de Mereen.
En esta última temporada, sin embargo, la historia de Daenerys es hecha pedazos por los guionistas, con una saña y de una manera tan burda, que hacen descender la serie al nivel de la propaganda negra de la Guerra Fría. Se nos muestra una inorgánica transformación de la rompedora de cadenas, la heroína que liberó a los oprimidos en la Bahía de Esclavos y que pocos días antes había antepuesto los intereses generales del mundo a los suyos, en la guerra contra el Señor de Noche, en una villana genocida y fascista.

Daenerys Targaryen en el último capítulo de Game of Thrones. Foto: HBO
Es como si nos quisieran dar un mensaje claro: todos los que tratan de cambiar el mundo, los que quieren romper la rueda, los revolucionarios, a fin de cuentas, son populistas que terminan en el fascismo. Con ese viraje, GoT parece estar haciendo la tarea, cumpliendo con un viejo designio de la industria cultural: desmoralizar y desmovilizar a los que luchan por un mundo mejor, a los soñadores, a los enemigos del status quo.
Y no es que esté mal en sí mostrar la degeneración de una utopía o de un proyecto de liberación. A fin de cuentas, es algo que pasa. Algo real, un sufrimiento y un pasado con el que tenemos que cargar los revolucionarios de todo el mundo. Lo imperdonable es mostrarlo de este modo caricaturesco, propagandístico. En la victoria de Danny no hubo matices. Nos mostraron el triunfo de la Revolución como se lo imaginan los reaccionarios: No aparece por ningún lado el desgarramiento retrospectivo de un Lenin, ni el profundo amor y la ternura de un Guevara; el tío Ho es relegado al olvido.
El mensaje ideológico de la serie es claro: el poder es capitalizado por un conjunto de burócratas moderados
El trono ni siquiera termina en manos de Jon Snow, Tyrion trata de vender como resultado de la revolución el surgimiento de un sistema de monarquía electiva. Es la autocomplacencia de nuestro Occidente conformista y mediocre hablando. En lugar de “la imaginación al poder”, tenemos “la administración al poder”. Para colmo coronan al Cuervo de los Tres Ojos, Bran el Tullido, para sublimar con mística boscosa el aparato de la dominación burocrática y aburguesada. Ese fue finalmente el uso para un personaje que tenía mucho potencial, pero que no pintó nada en toda la serie.
Esta última temporada está plagada de errores y aristas cuestionables. Sin lugar a dudas, se trata de un producto de bajísima calidad que nos hace cuestionarnos qué hemos hecho en los últimos ocho años de nuestras vidas. Pero quise tratar este ángulo de la cuestión, pues me parece sumamente interesante cómo la serie más vista, la de más calidad, aquella que ha marcado la vida de toda una generación, pone su granito de arena en la consolidación de un sentido común reaccionario. No hay espacio para soñar en Poniente.
Yo, de cualquier modo, me voy con Torgo Nudho a la isla de Naath, aunque algunos expertos en Canción de Hielo y Fuego me cuenten que se trata de un paraíso lleno de mariposas tóxicas.
(Para leer más de Yassel Padrón Kunabvaeva)
11 comentarios
la serie quedo a deber para mchos fans que la seguian desde hace muchos anos, errores cinematograficos (el cafe en la mesa y un pomo de agua en el ultimo capitulo) asi como el guion dejaron a miles en desconcierto. Recien escuche mas o menos un par de dias que HBO planea sacar un serie sobre los caminates blanco q quizas como para darle continuidad al desastroso final de GOT. Tambien habia un pagina donde miles firmaron para que la ultima temporada se volviera a realizar. La serie ene genral ha cosechado exitos por sus anteriores temporadas pero esta ultima si quedo a deber para muchos. Saludos
Me encanta que aparezca Juego de Tronos en LJC. Cuando entro en FB en la magnífica página que administra el autor del post, curiosamente a la derecha sale normalmente un Grupo cubano en esa red social que aborda el tema de la serie que acaba de finalizar su octava y última temporada. De forma gratuita, hace poco tengo la posibilidad de ver la primera temporada y he visto varios capítulos, siete u ocho… y no he quedado enganchado. Me gustaron mucho Los Soprano, Mad Men, Berlin Station, dos temporadas de True Detective…. y poco más….
No creo que recupere la serie… y ahora busco algo…pero me cuesta encontrar una serie “redonda”.. Ayer vi el primer capitulo de Big Little Lies y tiene un reparto de primera y la segunda temporada que empieza en unos días, contará con la actriz Meryl Streep que se une a las muy buenas actrices del trio protagonista….
Los post sobre libros, películas, cultura en general son siempre bienvenidos.
El Grupo abierto, Juego de Tronos Cuba, tiene 33.000 miembros… ¡Curioso dato que dice bastante sin decir nada¡
https://www.facebook.com/groups/2286161664959817/
El final de la serie sin dudas no está a la altura de lo antes visto, pero en mi criterio por razones de realización artísticas y no ideológicas.
El autor pretende que la ficción corrobore la utopía y cuando no lo hace y refleja la realidad, entonces acusa a la ficción de reaccionaria.
Dice el autor: “El mensaje ideológico de la serie es claro: el poder es capitalizado por un conjunto de burócratas moderados”
Mensaje ideológico, que por mas que le pese al autor, refleja lo que en los últimos 100 años ha sido la degeneración de la utopía en “socialismo real”; aunque le duela que no se reconozcan el sublime “desgarramiento retrospectivo de un Lenin, ni el profundo amor y la ternura de un Guevara”.
Pero a fin de cuentas, aunque lo critique y etiquete como reaccionario, el autor no deja de reconocer que “el mensaje ideológico” es real y que lo que hasta ahora conoce la historia es que, como regla, las promesas de la utopía, casi sin excepciones, no se cumplen, sino que degeneran:
“Y no es que esté mal en sí mostrar la degeneración de una utopía o de un proyecto de liberación. A fin de cuentas, es algo que pasa. Algo real, un sufrimiento y un pasado con el que tenemos que cargar los revolucionarios de todo el mundo”
Rey el mago se me adelantó. Iba a decir casi lo mismo. Y además agrego que el arte tiene muchas lecturas y no debe verse solo el mensaje que la Utopía de los proyectos sociales revolucionarios pueden degenerar en sistemas despóticos y crueles, eso, mal que nos guste, es una realidad que ha ocurrido muchas veces; podemos, sin embargo, pensar que los autores, con este golpe demoledor a los espectadores, con en el que nos roban el final feliz que muchos esperaban, nos alerta que debemos proteger la Utopía, y salvar el proyecto revolucionario, porque los individuos, aún cuando en algunos momentos se han sacrificado por él, suelen correr el peligro de caer en debilidades propia de los humanos y trocar su aspiración por el bien común en soberbia. Nos alertan que los hombres o mujeres, pueden perder el rumbo y creerse dueños de la verdad y la razón, y que los que no piensen como ellos son enemigos que necesitan ser exterminados, sean tres o sean cientos o miles… Eso es lo que se puede entender también con este final de la serie. Y a mí me parece más justo si creemos en esta lectura, puesto que la mayoría de los seguidores están en contra del giro de los acontecimientos y de la evolución que sufrió la muchacha de los dragones, lo que quiere decir es que todo el mundo hubiera deseado que pasara otra cosa y que la líder revolucionaria Daenerys, hubiera gobernado como reina absoluta y buena de los Siete Reinos. Eso era lo “bueno” eso era lo “justo” así que la serie nos está diciendo que las revoluciones son buenas y justas, pero al final, en un giro inesperado nos advierten que tambien hay que tener cuidado, porque las revoluciones pueden malograrse…
La serie me recuerda unas cuantas cosas … los que antes de llegar al poder prometieron democracia pero …. después de obtener el “trono” se convirtieron en lo que tanto criticaron …… los que prometieron verde pero al final dieron rojo … que prometieron que no harían pero al final lo hicieron …. al final el poder y el deseo de mantenerlo los corrompió tanto serán recordados por la historia como lo que no quisieron se jamas.
Es muy triste la manera en que se denigra a las personas que sueñan, con un mundo mejor, admitiendo claro que la extrema utopía sin razonar es perjudicial, yo opino simplemente que ni capitalismo, ni comunismo! Aunque también debo admitir que soy más un utópico que un capitalista me gusta la ideal del socialismo en si solo que le faltan algunos ajustes a sus formas! Lastimosamente el ser humano no puede abandonar el yo por un Nosotros.
Bye: javieralejandrogarcia99@gmail.com
La culpa es de Trump
Daenerys pasó de defensora de los oprimidos a opresora cruel. Es un clásico inspirado en la vida real. Y un problema para los miles de padres que le pusieron Daenerys a sus hijas.
Que bueno. No he visto ni uno de los capítulos de la tan afamada serie. Más de lo mismo.
Interesantes los comentarios 5 y 6 pero en mi caso específico seguí y disfruté la serie porque siempre la tomé como puro entretenimiento y no como un documento político , no veo porqué éste análisis típico mas de la Mesa Redonda que de la calidad de la serie . Y las actuaciones ? Las inmejorables locaciones , cuidado del vestuario , efectos especiales , dirección de arte . Qué de los 7 años que disfrutamos de un magnífico producto , no valen nada ahora porque el final ( Que tampoco me gustó ) no es políticamente correcto ? Pues los inconformes deberían exigirle a Telesur o la TVC su propia versión políticamente a su gusto .
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