París 2024: el gris de un deporte y una nación fraccionados

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Los Juegos Olímpicos de París 2024 han dejado para Cuba y su deporte muchas lecciones. Desde el orgullo y el dolor servidos en una misma mesa, la bandera y las legiones de talentos nacionalizados que en definitiva brindaron su mejor versión bajo otros galones, hasta lo incierto y la desesperanza, y el anhelo de ese salto que debe dar el país para salir de una crisis que lo sumerge cada vez más en niveles sin precedentes.

El triple salto materializó un hito al tener cuatro finalistas y copar el podio de saltadores cubanos, lamentablemente ninguno en representación de su país nata
El triple salto materializó un hito al tener cuatro finalistas y copar el podio de saltadores cubanos, lamentablemente ninguno en representación de su país natal. Foto: ItaliaTeam / Getty Images / FC Porto

El salto de Jordan Díaz, Pedro Pablo Pichardo, Andy Díaz; pero también el de Yasmani Acosta, Wilfrtedo León, Melissa Vargas, Loren Berto Alfonso, Enmanuel Reyes Pla… y tantos otros. En la ciudad Luz fueron 21 los deportistas nacidos y formados en Cuba los que cambiaron su casaca por la de otra nación que los acogió y les brindó mejores garantías para el desarrollo de una carrera deportiva que puede antojarse tan fulgurante como efímera.

Además, los saberes de 49 técnicos que en representación de 30 naciones se encargaron de prestigiar los conocimientos adquiridos, en su mayoría en una época dorada empolvada en el olvido, y que hasta los albores del siglo XXI nos hizo merecedores del cartel de potencia deportiva mundial.

Lo cierto es que la actividad del músculo en Cuba, lejos de ser ese movimiento contundente que involucraba a miles de practicantes en todos los rincones de la Isla, por disímiles razones se ha convertido en una actividad nucleada, con costes que muchos padres no se pueden permitir para sus hijos, y en la cual no siempre el de mayor talento logra coronar sus potencialidades al máximo en su entorno. Eso, si antes no decide continuar con su evolución en otros lares más atractivos y con condiciones reales de crecimiento mucho más favorables.

Bajo la influencia de distintas variables, toca hurgar en lo acontecido en París y la realidad presente y futura que deja ese performance, independientemente de que el lugar 32 alcanzado en el medallero general de la cita (2-1-6) nos situó como segundos de Latinoamérica y el Caribe, por detrás de Brasil (3-7-10) país que justamente cerró la veintena de naciones de vanguardia Siendo realistas y a tenor de la situación existente en Cuba, el rendimiento en suelo parisino conserva algo de decoro.

El análisis

Ahora en la capital francesa ni siquiera disciplinas de alto calibre como el judo y el atletismo pudieron despedirse con una presea. En el caso del denominado deporte Rey, algo que no acontecía desde la lejana edición de Tokio 1964, tres finalistas y una escasa decena de puntos fue en definitiva el rendimiento de los cubanos.

Mientras, el judo, desde la mera clasificación de solo cuatro exponentes, avizoraba un rocoso camino hacia el cáliz de las preseas, con el que coqueteó Andy Granda (+100 kg), avalado por su quinta plaza.

Qué decir del boxeo, ese llamado buque insignia histórico, con más de la mitad de las 86 medallas de oro que exhibe el país en citas bajo los cinco aros, y que apenas pudo hacerse de uno de los dos títulos con los que se despidió la mayor de las Antillas de suelo parisino en los puños de Erislandy Álvarez (63.5 kg).

Erislandy Álvarez (63.5 kg) salvó al boxeo del hundimiento en París
El joven Erislandy Álvarez (63.5 kg) salvó al boxeo del hundimiento en París con su cetro y es una carta de relevo en una disciplina que ha mermado su poder de fuego olímpico. Foto: Ricardo López Hevia.

En contraposición, varios púgiles cubanos en representación de otros países se abrieron camino al podio a fuerza de puños, además de timoneles de la Isla moviendo los hilos de escuadras exitosas.

Los ejemplos más contundentes los hallamos en los 92 kg, donde Loren Berto Alfonso alcanzó plata para Azerbaiyán y fue entrenado por el también antillano Pedro Roque; Enmanuel Reyes Pla logró el bronce con el respaldo en la esquina de Ernesto Aroche y Esteban Cuéllar, ambos nacidos y formados en la Isla; y Javier Ibáñez (57 kg) se colgó bronce por Bulgaria al mando de Joel Soler.

Otros preparadores con saberes aprendidos en la Isla pusieron su grano de arena tras los éxitos de boxeadores en París: el experimentado Enrique Steiner ha tenido peso en los tres cetros de los uzbekos; al tiempo que Pedro Luis Díaz, y los prestigiosos Raúl Fernández y Julián Cedeño, dictan consejos a los púgiles de Argelia y la selección femenina de China, por ese orden.

A ellos se suman en esa propia disciplina Armando Hernández (República Dominicana), quien logró par de medallas de bronce, y Luis Mariano González, capaz de saldar dos subtítulos y un bronce con Francia.

Partimos del boxeo justamente como ejemplo más significativo, por lo que ha representado tradicionalmente en el accionar de delegaciones de la Isla en citas multideportivas, sea cual fuere el nivel de estas.

A París se llegó con el tanque de oxígeno a medio llenar. Una delegación de 62 deportistas, en definitiva 61 debido a que el velocista Shainer Reginfo abandonó la concentración en España amén de estar lesionado, tenían el listón elevadísimo puesto por las autoridades deportivas del Inder: participar en 16 deportes e intentar mantenerse entre los 20 primeros escaños del medallero. Una quimera si se analiza objetivamente, debido a los elevadísimos criterios de eficiencia a los que deberían someterse los nuestros para alcanzar entre 4-5 preseas áureas, las necesarias para recalar en esa ubicación.

Cabría preguntarse: ¿cómo sería posible alcanzar dicho propósito con lo difícil que resulta en la actualidad cumplir en Cuba con un ciclo olímpico de preparación a tono con las exigencias de una actividad devenida en megaindustria sumamente lucrativa?

¿Cómo colarse en finales o acceder a la discusión de preseas si en muchos casos los propios procesos clasificatorios y escenarios de confrontación previos demandan un volumen de inversión, infraestructura y esfuerzos que ni el Inder como Institución rectora, ni el Estado cubano, están en condiciones de permitirse en medio de una de las crisis más profundas en todos los órdenes?

¿Cómo llegar a París y exhibir los mejores performances, si el hecho de retener el talento en el país se ha convertido en un verdadero calvario?

¿Cómo garantizar la transición generacional dentro del deporte en la Isla cuando se atraviesa por la oleada migratoria más profunda desde el 1 de enero de 1959, y demográficamente hablamos de una población cada vez más envejecida?

Despedida de Mijaín López
Con el legendario quinto oro, Mijaín López Cuba dijo adiós a las últimas bazas de una generación deportiva de éxito. Foto: TUDN.

Esas son algunas de las interrogantes para las cuales ni el Gobierno, ni el organismo rector del deporte tienen respuestas precisas, que puedan considerarse al menos alentadoras a corto o mediano plazo. Como tampoco las tienen para muchas otras situaciones igual o más preocupantes dentro de una Isla en la cual parece que el grueso de la población ha quedado abandonada a su suerte.

Cabe señalar que, en función de la recta final de la preparación olímpica de la preselección cubana, a inicios de 2024 el gobierno anunció que elevaría en un 27 % la partida presupuestaria destinada al Inder, lo cual según informó el diario deportivo oficial Jit se traduciría en más de 1,750 millones de pesos cubanos (aproximadamente 73 millones de dólares, al cambio oficial). Dicho monto pretendería cubrir la celebración de campeonatos nacionales y otros certámenes de envergadura contemplados en la ruta crítica hacia París, así como la recuperación de instalaciones deportivas.

Para tener una idea más exacta acerca del presupuesto destinado al desarrollo del deporte, en el 2023 y según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), la partida presupuestaria que recibieron las esferas de Cultura y Deportes ascendió a 1,806.7 millones de pesos (75.3 millones de dólares), que significaron apenas el 1.9 % del total de la inversión estatal.

Una investigación realizada por la revista Forbes en el año 2015 arrojó que Brasil con 842.4 millones de dólares era entonces el país de América Latina y el Caribe que más dinero invertía en el deporte, un monto que los atletas brasileños se han encargado de justificar a base de rendimientos, pues con 19 preseas (3-7-9) comandan el medallero entre los países de la región con su escaño 17; en tanto Cuba (2-1-4) recala en el puesto 27.

Resumiendo, resulta en extremo difícil sostener en la actualidad el deporte cubano, esfera considerada como una de las grandes conquistas de la Revolución y que hoy muestra síntomas de desmoronamiento.

Con una infraestructura tanto competitiva como de medios de entrenamiento en no pocos casos obsoleta, precariedad alimentaria y de suplementos, derivada de la notoria crisis económica que enfrenta la nación, aderezada con los efectos del bloqueo que por más de seis décadas ha impuesto la administración de Estados Unidos a la Isla, y los disímiles subterfugios que realiza el Inder para encarar los respectivos procesos de clasificación e inscripción de atletas en escenarios competitivos y de fogueo necesarios, es como si de manera perenne hablásemos de «Quijotes embistiendo molinos».  

Yarisleidis Cirilo, en Paris 2024
Preservar el talento de la nueva hornada de atletas como la canoísta Yarisleidis Cirilo, y proyectar el futuro deportivo de la nación, una de las grandes incógnitas del Inder en la actualidad. Foto: Ricardo López Hevia.

Metamorfosis de contexto

Mencionábamos que el deporte, como nunca antes había sucedido desde aquellos preceptos lúdicos promulgados por el Barón Pierre de Coubertin, ha adquirido el carácter de megaindustria en extremo lucrativa, y ya no solo hablando a nivel de los estratosféricos contratos que perciben los futbolistas, basquetbolistas o peloteros, por solo mencionar tres de las disciplinas que además de contarse entre las que más dinero desembolsan, también se consideran entre las más atractivas en el entramado global, sobre todo el fútbol y el baloncesto.

De cara a descorrerse las cortinas en la ciudad Luz, el presidente de los Juegos Olímpicos, Tony Estanguet, declaró en rueda de prensa que se habían invertido en la preparación de estos 4,500 millones de euros, 220 millones más que el presupuesto previsto. Sin embargo, se preveía que la cita parisina dejaría unos 9,000 millones de euros en concepto de beneficio económico neto.

Otro elemento para nada despreciable es cuánto desembolsa cada país a sus campeones y medallistas olímpicos. A nivel de federaciones en París, la World Athletics (atletismo) y la IBA (boxeo) fueron las únicas dos que ratificaron darían 50,000 y 100,000 dólares, respectivamente, como premio a los campeones. No se trata de hacer comparaciones insalvables, pero sí de poner en contexto un considerable premio al esfuerzo destinado durante todo un cuatrienio.

A ello se suma lo que muchos países prometieron a sus ases y ocupantes de podio, relación encabezada por Hong Kong con botín de 768,000 dólares para cada monarca. En definitiva dos títulos, al igual que Cuba, fue la foja del país asiático, solo que a los titulares de la Isla se les concedió tras Tokio 2020 la cifra de 8,000 dólares, sumado a un estipendio vitalicio mensual que varía según el tipo de medalla obtenida: 300 dólares para el oro, 200 para la plata y 150 para el bronce.

Debe añadirse además el hecho de que en la Isla se carece de una política de patrocinio para con los deportistas, más allá de ciertos convenios sostenidos por el Inder y alguna Federación, como la de atletismo, y marcas deportivas de relieve; o convenios de otorgamiento de becas a tono con el talento indiscutible de determinados deportistas para establecer bases de entrenamiento extrafronteras.

A este fenómeno de remuneración cabría agregarle una elevada inyección de capital en tecnología de punta y capital humano por parte de disímiles naciones para impulsar el desarrollo del deporte, fundamentalmente en aquellas disciplinas en las que ostentan mayor poderío o niveles de crecimiento acelerados.

En París hubo muchos técnicos de otras naciones al frente de los seleccionados nacionales de un país que no era el suyo de origen. El clavados, la natación artística, el boxeo, el tiro con arco, el atletismo, y la gimnasia artística y rítmica, se cuentan entre las especialidades con mayor incidencia de esta cuestión.

Todas esas variables hacen que el repunte o evolución que necesita el deporte cubano se convierta prácticamente en una misión imposible, máxime cuando el flujo migratorio asociado a esta actividad se produce cada vez desde edades más tempranas, sin importar en ocasiones las capacidades reales que posea un atleta determinado para alcanzar el estrellato en otras latitudes, aun disponiendo de todos o la mayoría de los medios necesarios para patentar su crecimiento.

Escapar de la precariedad y los obstáculos, sin temor a la incertidumbre que les pueda deparar el nuevo destino, se convierte cada día más en palabra de orden para los deportistas, fundamentalmente movidos por la razón de mejoría económica, incluso si esto significa renunciar a su carrera.

Judo Cuba en Paris 2024
Toca interiorizar que el deporte en Cuba ha dejado de ser una actividad masiva, y en consecuencia ha disminuido notoriamente sus niveles de calidad de antaño. El judo, sin medallas en París, fue uno de los ejemplos dolorosos. Foto: La Demajagua.

El puntillazo

París ha sido otro contundente gancho al mentón del movimiento deportivo cubano. La imagen del podio de premiaciones en el triple salto masculino copado por Jordan Díaz, Pedro Pablo Pichardo y Andy Díaz me hizo nadar entre corrientes de orgullo y desilusión. Es esa una imagen que considero cada día se repetirá más ante mis ojos y los de millones de cubanos. 

Cuba no está en estos momentos en condiciones de dar el salto, ese de «más de 18 metros» tan necesario para revertir una realidad preocupante, no solo en la esfera deportiva, sino como nación toda. Ya no resulta tan trascendental el haber protagonizado la actuación más discreta desde México 1968. Puede que incluso siga perdiendo capacidad para incluir en las selecciones nacionales a aquellos hijos que manifiesten la disposición de seguirnos representando, más allá de no establecer sus cuarteles generales de preparación y evolución al amparo del Inder y en territorio cubano.

París deja muchas lecturas; el deporte sangra y será difícil poder colocar suturas en cada una de sus múltiples heridas.

8 COMENTARIOS

  1. Discrepo de esta opinión suya,

    “En la ciudad Luz fueron 21 los deportistas nacidos y formados en Cuba los que cambiaron su casaca por la de otra nación que los acogió y les brindó mejores garantías para el desarrollo de una carrera deportiva que puede antojarse tan fulgurante como efímera.”

    Ellos no CAMBIARON DE CASACA para nada, aprovecharon las oportunidades que les ofrecen otras naciones, porque todos siguen siendo Cubanos que no encontraron espacio en la delegación Cubana, les pregunto, alguien puede asegurar que fueron llamados a participar por Cuba y negaron su participación, inclusive la mayoría después de lograr sus triunfos expresaban su formación y entrenamientos de alto rendimiento en las escuelas deportivas de Cuba, si la delegación hubiese sido de 62 + 21, una Cuba de todos y por el bien de todos, la posición en el medallero hubiese estado entre los 15 países del mundo.

    Exactamente lo mismo ocurre en toda la sociedad Cubana, y en todas las direcciones que intentes buscar incluir, admitir, incorporar en vez de la siempre salida gubernamental de excluir para “conversar” solo con los afines. Desde la no inserción en el desarrollo económico del país de los emigrados por los muy conocidos y debatidos tabúes y retrancas que imposibilitan un normal proceso de inserción para con su isla, en las investigaciones y estudios de maestrías y post grado de los miles de jóvenes que salen a formarse y posteriormente ofrecer sus conocimientos en el extranjero, Cuba esta partida en dos por un gobierno que no acepta sus propios fracasos, por un partido Comunista que por ser único sigue apostando por quedarse en el poder de significativamente cada día menos Cubanos.

    A mí, como a muchos miles, no me robaron el cerebro para venir a trabajar y aportar a la sociedad Canadiense, mas bien me deje robar junto con mi familia para salir de una sociedad que ya +20 años atrás mostraba su continuo fracaso de ofrecer a su pueblo, prosperidad y tranquilidad de un futuro mejor.

  2. Discrepo de esta opinión suya,
    “En la ciudad Luz fueron 21 los deportistas nacidos y formados en Cuba los que cambiaron su casaca por la de otra nación que los acogió y les brindó mejores garantías para el desarrollo de una carrera deportiva que puede antojarse tan fulgurante como efímera.”
    Ellos no CAMBIARON DE CASACA para nada, aprovecharon las oportunidades que les ofrecen otras naciones, porque todos siguen siendo Cubanos que no encontraron espacio en la delegación Cubana, les pregunto, alguien puede asegurar que fueron llamados a participar por Cuba y negaron su participación, inclusive la mayoría después de lograr sus triunfos expresaban su formación y entrenamientos de alto rendimiento en las escuelas deportivas de Cuba, si la delegación hubiese sido de 62 + 21, una Cuba de todos y por el bien de todos, la posición en el medallero hubiese estado entre los 15 países del mundo.
    Exactamente lo mismo ocurre en toda la sociedad Cubana, y en todas las direcciones que intentes buscar incluir, admitir, incorporar en vez de la siempre salida gubernamental de excluir para “conversar” solo con los afines. Desde la no inserción en el desarrollo económico del país de los emigrados por los muy conocidos y debatidos tabúes y retrancas que imposibilitan un normal proceso de inserción para con su isla, en las investigaciones y estudios de maestrías y post grado de los miles de jóvenes que salen a formarse y posteriormente ofrecer sus conocimientos en el extranjero, Cuba esta partida en dos por un gobierno que no acepta sus propios fracasos, por un partido Comunista que por ser único sigue apostando por quedarse en el poder de significativamente cada día menos Cubanos.
    A mí, como a muchos miles, no me robaron el cerebro para venir a trabajar y aportar a la sociedad Canadiense, mas bien me deje robar junto con mi familia para salir de una sociedad que ya +20 años atrás mostraba su continuo fracaso de ofrecer a su pueblo, prosperidad y tranquilidad de un futuro mejor.

  3. Francamente, hay otras cosas bastante más importantes que cuantas medallas logró Cuba en París 2024. Primero hay que ocuparse de la economía y de reformas al sistema político, antes que lamentarse por logros deportivos. Obviamente esas medallas del pasado eran una ilusión basada en cosas que no podían mantenerse. En el 2024 Cuba gana las medallas que cualquier país de su tamaño normalmente gana. Lo anterior era un tigre de papel, claramente insostenible.

  4. Yo pienso que con la crisis tan terrible que está pasando nuestro país,es sinceramente para no haber asistido a las Olimpiadas,es un gasto enorme en llevar atletas a juegos y olimpíadas en un país que no hay ni para la canasta básica y que representa para los cubanos una medalla,mejoraria el nivel de vida de nuestra población??. Antes si se podía dar ese lujo ya que la URSS mantenía con dinero y recursos pero ahora qué?. De que sirve el orgullo y chovinismo si se está pasando necesidades

  5. El deporte es un reflejo de la sociedad, por eso no me sorprende. Lo que si fue en extremo revelador es la aparicion cada vez mas frecuente de nacionales compitiendo bajo otras banderas. Eso en si, no es nada nuevo. Lo nuevo fue ver en diversos eventos como compitieron con atletas representando a Cuba y en la mayoria de los casos (excepto la honrosa excepcion de Mijain), fueron superados. El caso mas emblematico fue el de los saltadores de triple salto, pero no fue el unico.

  6. Más allá de todo el análisis que se haga… Lo que yo me pregunto y pienso es cuan importante es el renglón de deporte de cara a competiciones internacionales en un país como Cuba..
    No hay recursos ni para garantizar la alimentación del país como para estar pensando en el deporte internacional para seguir dando imagen de que?
    Y cuando hace años Cuba ocupó un lugar destacado en las competencias internacionales, tampoco debió haber sido una prioridad.. Pq se dedicaban recursos que realmente no teníamos.. Y se priorizaba de cara a dar la imagen de la Cuba perfecta que no existía realmente.
    Y para colmo, el deporte, como todo lo demás, súper regulado y controlado a nivel gubernamental con montón de restricciones para los deportistas que por eso se largan a otros países..
    La esencia es para que nos sirve tener más medallas o menos en un país que se está cayendo a Pedazos hace muchos años y seguir alabando ese falso patriotismo…..
    los llamados logros de la revolución deporte educación y salud han sido en sus mejores momentos falsos logros pq siempre fueron subvencionados primero por la urss y ahora ya ni se sabe como, sólo de cara a dar la buena imagen de la mal llamada potencia cubana.
    A ver si nos centramos en lo que de verdad hace falta cambiar en Cuba para que el resto de las cosas, Sea deporte o cualquier otra, funcionen con calidad y sean un verdadero resultado del desarrollo de las fuerzas productivas, con libertad y no de subvenciones caritativas que nos tienen mareados con esa falsa concepción de desarrollo y patriotismo barato.

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Harold Iglesias Manresa
Harold Iglesias Manresa
Periodista, perseguidor de historias, y amante de los deportes en cualquier latitud

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