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Diaz-Canel en Nueva York
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Visita de Diaz-Canel a Nueva York: entre denuncias, enfrentamientos y polarización

por Observatorio sobre el Extremismo Político 25 septiembre 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En días recientes, dos reuniones de alto nivel de suma relevancia internacional marcaron el escenario político cubano. Primero, la Cumbre del Grupo de los 77 (G77) y China, que tuvo lugar en La Habana los días 15 y 16 de septiembre, y luego el 78 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en la ciudad estadounidense de Nueva York, que se extenderá hasta el día 26 del presente mes.

El gobierno cubano, en su condición de presidente pro tempore del G77 y China, recibió a delegaciones conformadas por más de 1 300 participantes procedentes de 116 naciones, a la vez que estuvieron representadas 12 organizaciones y agencias del sistema de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La cita fue un espacio de debate en torno a la necesidad de generar consensos sobre las inversiones globales en ciencia, tecnología e innovación en relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, además de la urgencia por reformar de modo integral la actual arquitectura financiera internacional desde enfoques inclusivos, coordinados y cooperativos.

Asimismo, la representación cubana en la AGNU, encabezada por el presidente Miguel Díaz-Canel, tuvo un papel activo en las reuniones y actividades incluidas en el programa del 78 periodo, entre ellos la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el debate central de la sesión y la reunión de alto nivel de cancilleres del G77 y China.

En sus discursos, el presidente cubano siguió la misma línea retórica que abordó en la reunión del G77 y China, con énfasis en las críticas al actual orden económico internacional y la necesidad de transformarlo; la defensa del multilateralismo; los cambios de paradigmas de la ciencia, la tecnología y la innovación, según su criterio, cada vez más enfocados en las perspectivas de los países del norte, además de la denuncia a las medidas unilaterales coercitivas por parte del gobierno de los Estados Unidos (EE.UU.) contra Cuba y otras naciones.

Durante esos días, cubanos residentes en EE.UU. coincidieron en Nueva York. Muchos lo hicieron en explícito rechazo a la presencia del mandatario en tierras estadounidenses, y otros, en apoyo a la delegación de la Isla y en favor del cese de las sanciones.

A continuación, se realiza un recorrido por la histórica presencia de la representación gubernamental cubana ante la AGNU, para posteriormente analizar los acontecimientos de fechas recientes en Nueva York.

Cuba en el foro multilateral de la ONU

Cuba es miembro fundador de la ONU y tras 1959 su presencia se hizo más activa en las sesiones y comisiones de trabajo. En 1960 trascendió el discurso más largo que haya tenido lugar hasta el momento en una AGNU, pronunciado por Fidel Castro durante 269 minutos, en el que denunció las prácticas injerencistas del gobierno de EE.UU.

De acuerdo con el político y diplomático mexicano Claude Heller, fue a partir de los años 80 cuando EE.UU. comenzó a desplegar una intensa actividad al interior de la organización en aras de condenar a la Isla y mantenerla aislada en el escenario internacional. Es así como hacia 1987, la administración Reagan introdujo una resolución sobre la situación de los derechos humanos en Cuba para condenar y monitorear su cumplimiento por medio de un relator designado.

En este sentido, para los intereses estadounidenses era necesario que el gobierno cubano «dejara de intervenir y de promover la subversión en América Latina, que dejara de constituir una base de la Unión Soviética en el continente americano, y que retirara sus tropas de Angola», según contextualiza Heller. 

Ante la politización del tema, EE.UU. inició una embestida diplomática en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas (CDH) que generó polarizaciones, pues muchos gobiernos se vieron bajo presión para pronunciarse a favor de uno u otro gobierno, lo cual dio lugar a una propuesta de enfoques más constructivos para abordar la cooperación entre Cuba y la ONU en cuanto a derechos humanos, que fue adoptada mediante la decisión 1989/113.

Sin embargo, en 1991 la caída del socialismo en Europa del Este y las presiones de EE.UU. sobre países de Latinoamérica, propiciaron que resultase aprobada la resolución 1991/68, según la cual, un relator especial sueco sería designado en territorio cubano; pero la Isla no lo permitió.

Como respuesta a estas acciones, en el año 1991 Cuba presentó en la AGNU el informe contra las sanciones y, aunque el documento debió ser retirado por presiones ejercidas por EE.UU. contra muchos países, en 1992 el alegato retornó a la ONU y, desde entonces, cada año se presenta la propuesta, que es llevada a votación, y ha contado con amplio respaldo de la comunidad internacional.

Votaciones en la ONU por el fin de las sanciones en 202

Votaciones en la ONU por el fin de las sanciones en 2022 / Foto: Loey Felipe-ONU

Hasta el momento, el gobierno cubano no ha dejado de participar en los debates que convoca anualmente la AGNU, representado por sus altos funcionarios.

El presidente cubano en la AGNU 2023

El domingo 17 de septiembre el jefe de Estado cubano aterrizó en la ciudad de Nueva York para participar en numerosos eventos que tendrían lugar a lo largo de la semana de alto nivel en la AGNU. Previamente, había confirmado oficialmente su participación en la cita por medio de su cuenta en la red social X, antes Twitter.

Su agenda inició con una reunión a puertas cerradas en la mañana del lunes con la miembro de Cámara de Representantes por el Partido Demócrata, Bárbara Lee, quien aboga por la normalización de las relaciones bilaterales y el cese de las sanciones contra Cuba.

En esa misma jornada, intervino brevemente en la Cumbre de los ODS, al que fue invitado como presidente pro tempore del G77 y China, en la que calificó de «extremadamente crítica» la mitad del periodo recorrido para lograr el cumplimiento de los ODS en 2030 y alertó que se incumplirán más de la mitad de las metas que han sido acordadas para esa fecha. En este sentido, instó a aplicar la agenda de cambio climático y destacó que el unilateralismo es incompatible con los acuerdos de la Organización Mundial del Comercio.

El martes, Díaz-Canel fue el sexto presidente en hacer uso de la palabra en el debate general, y centró su discurso en la demanda a una transformación profunda de la actual arquitectura financiera internacional, así como en el fin de las sanciones contra su país. El miércoles siguiente participó en el diálogo de alto nivel sobre Financiamiento para el Desarrollo, y el jueves en la reunión de cancilleres del G77 y China. En ambos abordó las mismas líneas discursivas de los discursos anteriores.

Llegada de Díaz-Canel a Nueva York / Foto: Cubadebate

Al margen de la agenda oficial de la ONU, el también primer secretario del Partido Comunista de Cuba estuvo presente en otros eventos, como en el homenaje al líder Malcolm X, la reunión que sostuvo con cubanos residentes en EE.UU. y algunos empresarios estadounidenses o de origen cubano, y en un acto de solidaridad con Cuba y Venezuela.

Reacciones ante la estancia de Miguel Díaz-Canel en Nueva York

Semanas antes de la llegada Díaz-Canel a la AGNU, se hizo pública una convocatoria de opositores cubanos residentes en EE.UU. para acudir a Nueva York a manifestarse contra la estancia del presidente en ese país y su participación en los debates del organismo multilateral. La senadora Alexis Calatallud, el influencer Eliezer Ávila y la presidenta de CubaDecide Rosa María Payá, fueron algunos de los que apoyaron la realización de las manifestaciones.

Desde el lunes 18 de septiembre, muchos residentes en ese país, detractores del gobierno de la Isla, comenzaron a congregarse con carteles y consignas frente a la sede de la Misión Permanente de Cuba ante la ONU, luego de que el jefe de Estado arribara al edificio, ampliamente custodiado por efectivos policiales neoyorquinos y el Servicio Secreto.

Las protestas de los activistas se movían indistintamente entre la sede de la Misión cubana y los alrededores de las Naciones Unidas, y encontraron cobertura periodística por parte de los medios de comunicación que transmiten desde el sur del estado de la Florida.

Protestas de cubanos en Nueva York por la visita de Díaz-Canel / Foto: Miami Herald

Frases como «¡Abajo la dictadura castrista!», «¡Abajo Díaz-Canel!», «Derechos humanos para todos los cubanos» y «Libertad para los presos políticos» se escucharon en las afueras de ambos recintos, a la vez que demandaron la realización de elecciones libres en Cuba. Asimismo, muchos manifestantes portaban carteles con los rostros de miembros de la oposición que cumplen sanciones en cárceles cubanas como José Daniel Ferrer, Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Castillo (Osorbo).

Trascendió en esta jornada la declaración que ofreció el exdiplomático cubano Joel Suárez Orozco al periodista Mario Vallejo, del canal Univisión. En sus palabras, Suárez explicó cómo se desempeñó como tercer secretario de la Misión Permanente de Cuba en la ONU en el año 2020, tras ganar una beca de la Alianza de Pequeños Estados Insulares de la ONU. Aunque trabajó en el área de cambio climático y desarrollo sostenible, denunció que el gobierno cubano le negó la posibilidad de continuar su superación profesional en universidades europeas, por lo que pasó por numerosos interrogatorios y estuvo detenido en una cárcel cubana hasta que logró salir ilegalmente del país y establecerse en EE.UU.

Según aseguró Suárez, su presencia ante la sede de la Misión Permanente de Cuba en la ONU responde a la necesidad de expresar su descontento con la falta de derechos, libertades y dignidades que sufren los presos por motivos políticos.

Por otra parte, el diario Granma publicó un artículo en el que, aunque no mencionaba directamente su nombre, llamaba traidor y desvergonzado al exrepresentante cubano por aprovechar «toda oportunidad laboral para su propio beneficio» y «sumarse al coro de la histeria reaccionaria que recibe en Nueva York […] al Presidente de la República».

Como parte de las actividades en rechazo a la presencia del mandatario cubano, se emplazó una muestra de artistas de la plástica cubanos, nicaragüenses y venezolanos en la galería de arte Blue Gallery, auspiciada por la organización de derechos humanos Freedom House, bajo el título de «Voces Silenciadas: Artistas Desafiando la Represión».

En la tarde del jueves, tuvo lugar un panel en el Hotel Knickerbocker, organizado por CubaDecide y la Fundación de Derechos Humanos en el Columbia University Club, y moderado por Rosa María Payá, en el que participaron activistas, abogados especializados en derechos humanos y expertos, en el cual se criticó a la ONU por permitir al presidente cubano asistir al evento, se denunció la situación en que se encuentra bajo arresto José Daniel Ferrer y se discutió sobre la ausencia de un poder judicial independiente en la Isla.

No obstante, la presencia de los defensores del gobierno cubano también fue notoria a lo largo de la semana. El martes 19 de septiembre, día en que Díaz-Canel ofrecería su discurso en el debate general del 78 periodo de sesiones, tuvo lugar un cruce de palabras entre ellos y los detractores, que obligó a la policía de Nueva York a desplegarse para garantizar la seguridad del sitio. 

En esa ocasión, los miembros de The People’s Forum estuvieron frente a la sede de la AGNU encabezados por uno de los líderes de la organización, Manolo de los Santos, y además de consignas exigiendo el cese de las medidas coercitivas unilaterales contra la Isla, portaban pancartas con mensajes que reforzaban esa petición. Este grupo abogó por que se cambiara la política oficial de la actual administración de Joe Biden contra la Isla.

El viernes 22 de septiembre, varios cubanos residentes en EE.UU., y estadounidenses pertenecientes a grupos de solidaridad con Cuba, marcharon en Nueva York exigiendo también el fin de las sanciones. Asimismo, el sábado tuvo lugar un acto de solidaridad con Cuba y Venezuela, organizado por la antes mencionada The People’s Forum y otros movimientos de solidaridad de EE.UU., que contó con la presencia del gobernante cubano.

Díaz-Canel en Nueva York en una manifestación contra las sanciones

Díaz-Canel en Nueva York en una manifestación contra las sanciones / Foto: Cubasí

En la noche del 24 de septiembre la embajada cubana en Estados Unidos fue atacada con dos cocteles molotov, según twiteó el canciller Bruno Rodríguez Parrilla en su cuenta oficial. «No hubo daños al personal. Se están precisando los detalles», añadió. Se desconoce aún si se trata de un acto individual o fue organizado por alguna organización opositora exiliada. 

En las respuestas a la publicación se pueden apreciar muestras de solidaridad con la delegación cubana y denuncias al acto calificado como terrorista, junto a comentarios que elogian esta acción como una vía de protesta genuina ante la presencia del presidente cubano en Estados Unidos, o se cuestionan la veracidad de la información. Múltiples cuentas también llamaron la atención sobre la ironía de que la embajada cubana sufriera un acto terrorista justo en el país que acusa de patrocinar el terrorismo al Estado que esta representa.

Conflicto, polarización y disensos

Ante un escenario de diversidad y contraposición de posturas, es oportuno un breve análisis de los ejes discursivos que siguieron los grupos en conflicto. La oposición al gobierno cubano con presencia en Nueva York, en su mayoría cubanos residentes en ese territorio, arrojó como principal estrategia, el rechazo a la presencia de Díaz-Canel en la ciudad neoyorquina.

Para fundamentar sus argumentos, los presentes se basaron en la existencia de presos políticos, principalmente luego del 11 de julio de 2021; la incapacidad del gobierno cubano para pagar las deudas contraídas con entidades como el Club de París y la ineficacia del sistema político de la Isla, dirigida por un presidente que no fue electo democráticamente, de acuerdo con una concepción de la democracia que exige voto directo y pluripartidismo.

Al respecto, dichos grupos desconocieron los efectos que tiene para la Isla la permanencia y el recrudecimiento de las medidas coercitivas unilaterales, reconocidas por organismos multilaterales como violatorias del derecho internacional, y en consecuencia, la necesidad del cese o al menos flexibilización de estas para aliviar el sufrimiento del pueblo cubano y garantizar una relación respetuosa entre Cuba y Estados Unidos.

Por el contrario, los defensores del gobierno cubano centraron sus estrategias discursivas en el cese de las referidas sanciones y en el derecho de Cuba a su libre determinación. Mientras tanto, evitaron debatir con profundidad sobre las problemáticas señaladas acerca de los presos políticos, la limitación de libertades civiles y otras violaciones de derechos humanos que siguen lastrando la relación armoniosa entre el Estado y la sociedad civil.

En adición, era evidente que —aunque estuvieron personas de origen cubano— la mayoría de los presentes en las manifestaciones en apoyo al presidente de la Isla eran nacionales estadounidenses o de otras nacionalidades, lo cual contrasta con la participación de miembros del exilio cubano en las protestas de calle, en la cual abundaban los cubanoamericanos.

Si bien las demandas de ambos grupos pueden comprenderse, continúa prevaleciendo la ausencia de un consenso y la falta de intereses y capacidades para negociarlo, ante la desestimación de un ejercicio del debate plural para llegar a puntos de acuerdo que contribuyan a analizar la situación de la Isla y a proponer marcos de actuación propicios y objetivos que tributen a la solución de los problemas internos y el bienestar de su ciudadanía.    

***

Las polémicas que generó la presencia de Díaz-Canel en la AGNU y las actividades desarrolladas en la ciudad de Nueva York evidenciaron los puntos de desencuentro y contradicciones entre los adeptos a los grupos políticos bien definidos (gobierno-oposición), cada vez más notorios, que llegan a tener momentos de crispación y confrontación en espacios físicos fuera del territorio cubano.

Más alla de que las demandas, alertas y propuestas por los representantes del gobierno de la Isla ante la AGNU tuvieron fundamento, la presencia de grupos que legitiman o deslegitiman su labor sería beneficiosa si, desde un ejercicio del debate plural, fueran expuestos, analizados y sometidos a debates respetuosos todos los argumentos de las partes que impliquen a los cubanos, donde quiera que residan y más allá de su postura política.

De esta manera, el discurso gubernamental en la escena internacional se viera reforzado, y se duplicarían los esfuerzos por contribuir al real y objetivo desarrollo de la Isla, en todas las esferas de actuación.

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25 septiembre 2023 1 comentario
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Observatorio

Del liderazgo a la mitificación, un análisis a partir de la figura de Fidel Castro

por Observatorio sobre el Extremismo Político 24 agosto 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

El pasado 13 de agosto Fidel Castro hubiera cumplido 97 años. Es habitual que, en homenaje a la fecha, las instituciones cubanas organicen actividades que recuerden el legado de su vida y obra, así como una amplia cobertura mediática por las vías tradicionales y las plataformas digitales.

En paralelo, numerosos influencers cubanos que producen y reproducen el discurso opositor también evocan el acontecimiento, reaccionando en tono de crítica o sátira a las acciones programadas por las instituciones o medios estatales cubanos.

La controversial figura del líder de la Revolución cubana sigue siendo uno de los principales ejes de polarización existente en la Isla y fuera de ella, y sobre la cual es sumamente difícil encontrar criterios o análisis que pongan en la balanza sus aciertos y desaciertos como político.

Cultura política, extremismo y polarización

En términos teóricos, la cultura política se concibe como englobadora de acciones, sentimientos, patrones de conducta compartidos y creencias que estructuran y otorgan sentido a los conjuntos de principios, normas y sistemas de ideas que regulan la conducta política de un individuo, un grupo o una sociedad dentro de un proceso político.

De acuerdo con la investigadora Mary Luz Sandoval Robayo, la cultura política está dotada de una dimensión afectiva, en correspondencia con los grados de estimación que tengan lugar entre los individuos o grupos que integran la sociedad, y una dimensión sociológica, al ser producto de extensos y complejos procesos de socialización por medio de los cuales se transmiten valores, creencias, mitos, actitudes y normas de comportamiento que asumen la ciudadanía.

En este sentido, la cultura política incluye aspectos inherentes a la cuestión política, como el grado de confianza en las instituciones públicas y gubernamentales, los niveles de participación política de los ciudadanos, las demandas al sistema político; así como otras, más enfocadas en la cultura y con incidencia en la política, como las pautas de cooperación, los roles y posiciones que asumen hombres y mujeres y los niveles de confianza interpersonal.

Cultura Política

Tomada de El Comercio

Según la académica cubana Annelys Alfonso Concepción, los grupos sociales que se identifican con la cultura política de la clase dominante reproducen sus códigos y patrones, mientras los que se oponen, también buscan la manera de legitimar la suya.

Por otro lado, Sandoval destaca que los hechos históricos que producen rupturas en las costumbres de las sociedades —como crisis económicas, desastres naturales o revoluciones sociales—, pueden traer aparejada la aparición de posturas o bien conservadoras o bien innovadoras, y podrían propiciar la aparición de formas extremas en lo político y cultural.

Cada nación está dotada de una cultura política particular atendiendo a su carácter histórico concreto, y en el caso de Cuba, esta se caracteriza por un pensamiento político heredado de los procesos de socialización, que emergió y evolucionó desde el surgimiento de la identidad cubana. Desde la historiografía más apegada al poder estatal, ese pensamiento político encontró a sus figuras cumbres en José Martí y Fidel Castro.

La figura del líder histórico en la cultura política

El concepto de liderazgo se aplica a diversas instancias de la actividad humana, pero desde hace muchos años es objeto de los estudios centrales de la teoría sociopolítica desde diversos enfoques de análisis, con génesis en el surgimiento de la sociedad de masas, la aparición de los partidos políticos y la lucha por la posesión o el ejercicio del poder.

El politólogo francés Jean Blondel afirma que la esencia visible de la política, para la mayor parte de los ciudadanos, descansa en que ella se circunscribe al recuerdo que dejan los líderes en los ellos, hayan sido o no sus seguidores ideológicos o de acción.

De este modo, aunque no se desestima el rol de las instituciones del Estado y los procedimientos jurídicos que cada nación establece para regular la vida social, la actuación de los líderes políticos es trascendental, porque juegan un papel en el desarrollo de los hechos históricos condicionados por su personalidad, los roles y las tareas que desempeñan, los valores que demuestran y defienden, así como el entorno donde sus actos tienen lugar.

Como plantean José R. Arellano Sánchez y Margarita Santoyo Rodríguez, son los líderes políticos los responsables de decidir qué hacer y cómo actuar ante los problemas y, por otra parte, son los pueblos los que crean, consciente o inconscientemente, estos mecanismos para detonar acciones sociales colectivas y promover cambios.

liderazgo

Tomada de: Degree of Thought

El investigador español Santiago Delgado Fernández complementa lo anterior cuando manifiesta que el liderazgo político implica una serie de habilidades técnicas, cognitivas e interpersonales, una relación de superioridad y una focalización de las expectativas del grupo o sociedad que se lidera para lograr credibilidad y popularidad.

Por lo tanto, el líder político puede llegar a encarnar los valores de enviado divino, como símbolo mesiánico de salvación de la sociedad terrenal, por lo cual es respetado, exaltado y alabado por sus seguidores.

A la teoría sobre este fenómeno ha contribuido la socióloga Blanca Deusdad, quien destaca que, desde el punto de vista discursivo, los líderes políticos se centran en el elemento emotivo, aunque alerta que sus palabras pueden, o bien apaciguar a las multitudes que los siguen, o bien conducir a la catarsis colectiva. A la vez, indica que «al líder político se le considera un líder apto y se lo acepta como representante», pues es aceptado y en él se deposita toda la confianza, por lo que sus seguidores «tienen una fe ciega en este, como un elemento de lucha para conseguir mejoras políticas, culturales y sociales».

El líder histórico como imagen mítica

Dentro de la teoría del liderazgo los autores contemporáneos plantean que el líder debe desarrollar un pensamiento crítico sólido, racional y objetivo, que le ayude a tomar decisiones acertadas, justas y equilibradas, a tono con los indicadores de la legalidad y la ética. Se impone que esta persona gestione sus emociones inteligentemente, en aras de que su legado trascienda, una vez que otro ocupe la posición de liderazgo.

Sin embargo, en torno al líder —sea o no político— suelen construirse relatos unificadores vinculados a su fuerza, su esperanza, sus temores, sus decisiones o sus relaciones con los otros que, por medio de los significados construidos, crean una imagen mítica de ese sujeto, a través de narrativas trascendentes del discurso oral y otorgadores de sentido a su existencia.

liderazgo histórico

Tomada de BBC

Desde el punto de vista del semiólogo estructuralista francés Roland Barthes, a este líder se asocia un conjunto de significados que se concretan en un concepto con múltiples significantes. Estos permiten interpretar la imagen mítica del líder, en consonancia con las experiencias, las identidades, las ideologías y los imaginarios sociales de los lectores/usuarios/receptores/públicos/subordinados/seguidores.

Es así como los valores y las motivaciones que se asocian a un líder por medio de los relatos que se construyen en torno a su imagen, propician que los hechos que ha protagonizado sean creídos como verdaderos, y transmitidos de una generación a otra con emotividad, a tono con el concepto aristotélico de verosimilitud.

De acuerdo con la investigadora ecuatoriana Caroline Ávila, en el contexto político «el mito siempre pertenecerá a un grupo en particular, para ello debe hacer referencia a la memoria colectiva de ese grupo». Por ello, el mito tiene como figura central a un representante de un colectivo que encarna sus valores, ideas, y doctrinas desde las referencias de la memoria colectiva.

En el caso cubano, la memoria colectiva de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI, está fuertemente marcada por el liderazgo de Fidel Castro como imagen mítica, el cual, para una parte de los cubanos, aporta significado al simbolismo del héroe salvador, de la lucha y de la revolución que garantizaría justicia social, educación, salud, vivienda y bienestar para todos, y para otros, su imagen está rodeada de un simbolismo del tirano que perpetuó un sistema antidemocrático en la Isla y es el principal responsable de los problemas que han aquejado a los cubanos.

Fidel Castro

Tomada de El Mundo

Fidel Castro fue una de las figuras políticas más importante de su época. Su largo tiempo de mandato, sus alianzas internacionales, así como su retórica discursiva lo convirtieron en un paradigma del bien o el mal, para muchos mandatarios, partidos y otras organizaciones políticas —principalmente latinoamericanas—, en dependencia de su orientación ideológica.

Su capacidad de liderazgo se puso a prueba en numerosos momentos de la historia cubana, como la Campaña de Alfabetización; el enfrentamiento a la invasión por Playa Girón; la Crisis de Octubre; la dirección estratégico-militar de las tropas cubanas en la batalla de Cuito Cuanavale, en Angola; la lucha por el retorno a Cuba del niño Elián González; la creación de alianzas en Latinoamérica, alternativas a las organizaciones hegemónicas hasta el momento; el impulso al desarrollo de la biotecnología en un momento de crisis económica en la Isla, entre otros.

A los logros políticos se le sumaron otras narrativas míticas: desde la imagen de la paloma que se posaba en su hombro mientras emitía el discurso tras su entrada a La Habana en 1959, hasta la sobrevivencia a múltiples intentos de atentados, lo cual coadyuvó a construir una imagen sobrehumana del individuo y líder político.

Fidel Castro Paloma

Tomada de El País

Sin embargo, Fidel Castro también encontró rechazo en muchos sectores de dentro y fuera de Cuba, por su política de enfrentamiento a la oligarquía cubana vinculada al gobierno de Estados Unidos e intereses financieros con empresas de ese país, así como las limitaciones y prohibiciones impuestas a quienes pensaban distinto, su renuencia a celebrar elecciones o su negativa a realizar reformas en la economía nacional luego de la desintegración del campo socialista.

Asimismo, su liderazgo prolongado lo convirtió, para el imaginario de determinadas comunidades políticas, en el principal responsable de múltiples acontecimientos negativos que tuvieron lugar en la Cuba de 1959, que provocaron fracturas en el consenso social y heridas no sanadas. Un ejemplo es el acoso y condena por parte de organizaciones del Estado a los homosexuales en los primeros años de la Revolución, o los actos violentos organizados contra quienes pretendían migrar en los años 80.

Por tales razones, Fidel Castro es una imagen mítica cuyo concepto está cargado de contradicciones y, en consecuencia, genera polarización. A nivel discursivo, esta imagen mítica proyectada por el gobierno cubano, es exaltada al extremo de deshumanizarlo, sin hablar de sus errores. Por otro lado, parte importante de la oposición lo demoniza al extremo de presentarlo como villano o caudillo, sin reconocer sus aciertos.   

Incidentes del aniversario 97 del nacimiento de Fidel Castro

En las honras fúnebres que tuvieron lugar el 3 de diciembre de 2016 tras su muerte, acontecida el 25 de noviembre, se dio lectura a la última voluntad del líder político, donde disponía que, una vez desaparecido físicamente, su nombre o imagen no fueran nunca usadas para nombrar instituciones o lugares públicos, ni se erigieran monumentos, estatuas o bustos en su memoria.

Honras fúnebres Fidel

Tomada de Onda Cero

En correspondencia, la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular del 27 de diciembre de ese año, aprobó la Ley Sobre el Uso del nombre y la figura del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz que prohíbe el culto a la personalidad del líder político. «Como expresión de la voluntad y le ética política que siempre acompañó a Fidel, se prohíbe emplear su nombre para denominar instituciones, plazas, parques, avenidas, calles y otros lugares públicos, así como también cualquier tipo de condecoración, reconocimiento o título honorífico», versa el documento.

Asimismo, se impide usar la imagen de Fidel Castro como «marca u otro signo distintivo, nombre de dominio o diseños, con fines comerciales o publicitarios», a la vez que se evitará «el uso de la figura del líder de la Revolución en el tráfico mercantil, o con fines de publicidad comercial», aunque no se limita el «uso, en actos públicos, de la iconografía e imágenes acumuladas en la trayectoria revolucionaria del Comandante en Jefe y se mantendrán fotos en centros de trabajo o de estudio, unidades militares e instituciones».

Estatua Fidel Castro Moscú

Estatua de Fidel Castro en Moscú inaugurada en 2022 / Tomada de RT

En homenaje al 97 aniversario de su nacimiento, además de los habituales mensajes de los dirigentes políticos cubanos y extranjeros en honor a la fecha, durante la semana previa al 13 de agosto se organizaron presentaciones de libros, exposiciones de fotografías y eventos que fueron cubiertos por los medios de comunicación nacionales.

A la vez, instituciones cubanas como el Centro de Estudios Fidel Castro y sedes diplomáticas de la Isla en el exterior celebraron el aniversario como un cumpleaños habitual, similar a como se hacía cuando Fidel vivía.

Sin embargo, en el espacio de las redes sociales digitales fueron difundidos mensajes que, si bien se construyeron con la intención de homenajear el nombre de Fidel Castro, hallaron respuestas por parte de los adeptos al gobierno y de la oposición.

Uno de los ejemplos más viralizados en estos espacios fue la iniciativa de la unidad comercial El Billarista, perteneciente a las Tiendas Caribe de Villa Clara, donde varias personas reproducían con sus cuerpos el nombre de Fidel a través de poses recogidas en una sola fotografía. El hecho fue calificado de ridículo por la oposición. También algunos de sus representantes residentes fuera de Cuba utilizaron la fotografía para desacreditar la figura del líder político.

Tomada de Tiendas Caribe Villa Clara

De la misma forma, un video grabado por trabajadores de una unidad comercial también de la Cadena de Tiendas Caribe, donde leen mensajes sobre el significado y el legado de la figura de Fidel, fue objeto de burlas en redes sociales, y motivo de memes del influencer Abejas Memes, en su espacio de Facebook.  

Además, el pasado 14 de agosto la cuenta de Facebook de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Matanzas anunciaba la propuesta de nombrar a Fidel Castro como el quinto descubridor de Cuba. Ante las reacciones de los ciudadanos, la publicación fue eliminada de la página. Usuarios en redes sociales —de diversas orientaciones ideológicas— denunciaron el hecho y se preguntaron si, además de violar la legislación vigente, las oficinas de los conservadores tienen potestad para tomar decisiones relacionadas con la aprobación de los descubridores de la Isla y otros simbolismos de carácter exclusivamente nacional. Días después, la Academia de la Historia de Cuba publicó un comunicado calificando la acción de «superficial, anacrónica y contraproducente», lo cual pudiera significar la ausencia de un consenso, incluso dentro de las instituciones cubanas, sobre cómo manejar la figura del líder histórico.

Por su parte, el influencer cubano residente en Estados Unidos conocido como Ultrack, en su cuenta de Facebook Ultrack Cuba, dedicó un espacio a desmontar una entrevista realizada a una trabajadora del Cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, que expresaba el significado de la figura de Fidel para su vida y la de sus familiares. Con un discurso irónico, Ultrack cuestionó cada planteamiento de la entrevistada, y promovió un discurso contrario a lo expuesto por ella, apelando a las necesidades y carencias actuales del pueblo cubano.

***

Sin dudas, la desaparición física de Fidel fue un parteaguas en la historia de Cuba más reciente, que desató mayores afecciones y desafecciones a su figura, obra y legado. En este sentido, entran en juego manifestaciones de subculturas políticas contrapuestas, con una raíz cultural común, que crean relaciones de tensión entre lo tradicional y lo transformativo.

Esta contraposición da lugar al surgimiento de conflictos en torno a la imagen del líder político, que tienen al extremismo como centro, generador de violencias verbales en los espacios digitales, asociados, de un lado, a la imposición de la fe ciega y, de otro, a la generación de desconfianza e incertidumbre, sobre la base de las situaciones objetivas por las que atraviesa el pueblo cubano.

Si bien el liderazgo político puede ser un catalizador de importantes cambios en una sociedad, centrar un sistema social en la figura de un líder nunca será una estrategia sostenible que propicie a largo plazo el desarrollo democrático en un país. Por otra parte, mitificar a cualquier figura siempre imposibilitará analizar qué elementos de su pensamiento deben ser aprovechados y cuáles han sido superados por las circunstancias o el paso del tiempo. Por un otro, toda figura política terminará su mandato en algún momento, y las estructuras del Estado deberán ser capaces de seguir garantizando la gobernanza con servidores públicos que respondan a las siempre cambiantes necesidades del contexto en el cual se desenvuelven.

24 agosto 2023 10 comentarios
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Lenier Mesa cancelado
Observatorio

Lenier Mesa ¿cancelado?

por Redacción 21 agosto 2023
escrito por Redacción

Actualización: el alcalde de Hialeah Esteban Bovo confirmó mediante su cuenta oficial de Twitter la exclusión del artista cubano en futuros eventos celebrados en la ciudad.

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El influencer Alexander Otaola anunció la presunta decisión del comisionado de Miami, Joe Carollo, de cancelar varias presentaciones del cantante cubano Lenier Mesa, luego de que se le asociara al Cayo Santa María Music Fest, celebrado en varios hoteles e instalaciones turísticas cubanas. 

Hasta la redacción de esta nota, Carollo no se ha pronunciado por sus canales oficiales acerca de la decisión. De ser cierta la noticia, llama la atención que un influencer cubanoamericano anuncie una medida antes que un funcionario, un fenómeno también presente en la isla y que parecer trascender fronteras.

Lenier Mesa cancelado

El influencer Alexander Otaola anuncia la cancelación de conciertos del cantante Lenier Mesa

El evento motivó varias campañas de boicot por parte de integrantes de la oposición, por asociarlo al conglomerado empresarial GAESA, perteneciente al Ejército cubano, ya que varios de los hoteles auspiciantes se encuentran bajo la jurisdicción de esta empresa. También causó polémicas por problemas organizativos que provocaron percances con la transportación y alojamiento de quienes habían reservado y pagado desde la Isla. 

El artista desmintió su participación en el festival y afirmó que se encontraba en la Isla por motivos familiares. No obstante, esto no evitó que se cerniera sobre él una campaña de cancelación. Mesa se ha declarado públicamente en contra del sistema político de la Isla y, además, fue protagonista del video musical Cuba Primero, también con un contenido de crítica frontal a la situación de los presos políticos del 11J.

El anuncio de la cancelación ha sido celebrado como una victoria de la campaña de boicot hacia el evento. El músico urbano no es el primero que sufre censura en Miami por ir en contra del discurso imperante en la comunidad opositora exiliada. Más allá de las razones que pueda tener para estar en Cuba, su actuación o estancia en el país nunca debería ser un impedimento para cantar en su actual lugar de residencia.

Las presiones y condicionamientos sobre artistas para que apoyen de forma acrítica y forzosa el discurso opositor, no le hará bien a la promoción de valores democráticos en Cuba. Solo traerá como resultado extender el oportunismo y la doble moral, que obliga a las personas a callar su forma de pensar por miedo a represalias. Lo ocurrido demuestra que las esencias del autoritarismo, tan criticable en el Estado cubano, están presentes en buena parte de las organizaciones y líderes de la oposición.

Sobre este tema, el Observatorio sobre Extremismo Político de La Joven Cuba, en un texto que analizaba otros actos similares, afirmaba: «Tales actitudes, lejos de propiciar un clima de libre creación en la Isla, aumentan la polarización que sirve de pretexto a los extremistas para seguir censurando. Cada vez que se responde a un acto de censura con otro, solo se consigue alejar a obras y creadores de su público natural: los cubanos, donde quiera que estén».

21 agosto 2023 4 comentarios
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Prod boya Henry Tarrio
Observatorio

Fiscalía pide condena de 33 años para exlíder de Proud Boys por ataque al Capitolio

por Observatorio sobre el Extremismo Político 18 agosto 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

El Departamento de Justicia de Estados Unidos busca 33 años de prisión para el estadounidense de origen cubano Henry (Enrique) Tarrio, ex líder del grupo extremista de derecha Proud Boys, quien enfrenta cargos de conspiración sediciosa, y cuyo caso es el más grave de entre los acusados por el ataque al Capitolio, el 6 de enero de 2021.

Si la petición se hace efectiva, sería la condena más larga dictada en el juicio masivo por los disturbios de ese día. Hasta el momento, es el fundador de la milicia Oath Keepers, Stewart Rhodes, quien ha sido sentenciado a mayor cantidad de tiempo de privación de libertad, 18 años, por similar delito, en otro caso, reportó The Associated Press.

Aunque el 6 de enero Tarrio estaba fuera de la capital estadounidense, los fiscales lo acusan de organizar y dirigir los hechos junto a otras cuatro personas, por lo que se ha convertido en la figura principal de la mayor investigación en la historia del Departamento de Justicia de ese país.

Según la Fiscalía, los asaltantes al Capitolio tenían como fin «ejercer su voluntad política sobre funcionarios electos utilizando la fuerza y deshacer los resultados de una elección democrática». Agregan, además, que «no son héroes; son criminales».

Henry (Enrique) Tarrio es fiel seguidor del expresidente Donald Trump, y ha estado involucrado en actos extremistas como la destrucción de una banderola del movimiento Black Lives Matter (BLM), tomada de la Iglesia Metodista Unida de Asbury, en Washington, en diciembre de 2020.

Respecto a Proud Boys, Tarrio ha declarado que el grupo califica de terroristas a BLM y al movimiento político de izquierda de Estados Unidos Antifa, que se posiciona contra las ideologías fascistas, racistas y de extrema derecha.

El ataque al Capitolio estadounidense es una manifestación de extremismo político que involucra a un miembro de la comunidad cubana en Miami, con génesis en los discursos de odio que comenzaron por difundirse en redes sociales, pero que luego condujeron a la violencia desatada en Washington el 6 de enero de 2021. 

Al respecto, el Observatorio sobre el Extremismo Político de La Joven Cuba ratifica su postura contra toda forma de polarización y violencia política entre los ciudadanos, impulsados por ideas extremistas, tanto dentro como fuera de la Isla.

18 agosto 2023 1 comentario
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Postironia
Observatorio

La post-ironía y el humor negro en internet: más allá de la intención

por Marcos Adrián Alemán Alonso 10 agosto 2023
escrito por Marcos Adrián Alemán Alonso

Dentro de tres meses se cumplirá un año de un acontecimiento peculiar, que en su momento generó un encarnizado debate en redes sociales, y que aún hoy es recordado por muchos, a pesar de la notable fuerza con que las aguas rápidas del internet suelen barrer la memoria. Si usted, estimado lector, estuvo activo en Twitter —ahora X— por aquellos días, muy probablemente lo recordará: en la noche de Halloween del año 2022, en la oriental provincia de Holguín, un grupo de jóvenes había decidido salir al parque con disfraces del Ku Klux Klan.

Cuando la noticia se difundió, en aquellos días de apagones y cazuelas, las reacciones fueron diversas. Por un lado, se criticó duramente la actitud irresponsable que promovía, de forma inocente o no, una imagen que entraña por sí misma el odio y la discriminación racial, en nada menos que una de las provincias donde, según el decir popular, está más presente el racismo en la Isla. Sin embargo, por otro lado, una considerable cantidad de usuarios en redes, algunos con más matices que otros, salió a defender «con todos los hierros» a los muchachos, diciendo que «solo era humor negro», y que por lo tanto lo que hicieron era completamente inofensivo.

Memes sobre el caso del KKK en Holguín

En medio de la discusión, entre reacciones de indignación y otras supuestamente satíricas, se colaban mensajes y memes que, en efecto, transmitían de forma explícita ideas con una connotación claramente racista, donde el «chiste», si era eso lo que se buscaba, brillaba por su ausencia. Es por eso que, ahora, cuando el tiempo ha bajado las pasiones del momento, podemos preguntarnos, ¿era realmente inofensiva la actitud de los muchachos, solo porque la intención era, supuestamente, la de hacer «humor negro? Y podemos ir más allá, ¿es el «humor negro» en todo momento inofensivo? Para comprender esto, primero debemos entender un concepto fundamental: la post-ironía.

post-ironía

Tomado de Bed With Social

Se denomina post-ironía al fenómeno que se produce en situaciones donde las intenciones irónicas de una acción o declaración se confunden con las genuinas, o bien, a la llegada a posiciones sinceras a partir de posturas originalmente irónicas. El término, proveniente del mundo anglosajón y popularizado por los análisis de las obras de escritores contemporáneos como Thomas Pynchon y David Foster Wallace, se utilizó en principio para definir la ambigüedad en ciertos elementos discursivos de uso creciente que van más allá de la ironía característica de la posmodernidad, especialmente en literatura, y refiriéndose a contenidos con un predominante matiz satírico. Posteriormente, la post-ironía pasó a ser considerada una característica recurrente de la cultura popular en los tiempos actuales, donde las comunicaciones, principalmente a través de internet, suelen poseer diversas capas de significación, en dependencia del medio y el público que las recibe.

En años recientes el concepto ha recibido la atención de la opinión pública, porque se ha utilizado para describir las tácticas que utilizan ciertos grupos extremistas —fundamentalmente de la «derecha alternativa», o alt-right—, para captar jóvenes y promover la radicalización en foros de internet y redes sociales. Esto último no extraña, ya que, siendo sinceros, a los muchachos de la generación zoomer, la de los famosos «nativos digitales», cuyas edades ahora oscilan entre los 13 y los 28, les suele fascinar la post-ironía, y esto se hace más que evidente en el fenómeno cultural de los memes.

Meme sobre el feminismo

Los memes son el producto post-irónico por excelencia. En un meme no hay, por lo general, mucho contexto. Para producir un meme nos basta alguna imagen y algo de texto para acompañarla, y las explicaciones sobran, pues se asume que aquel que reacciona al meme debe entenderlo partiendo de un contexto previamente conocido. Sin embargo, esto no siempre es efectivo, y como muchos memes describen fenómenos complejos de una forma excesivamente simplificada, es habitual que el espectador rellene el resto de la historia con sus propias ideas y convicciones.

Este fenómeno se da a menudo con el humor negro. Por ejemplo, un meme sobre el Holocausto y su relación con ciertos productos de aseo personal tendrá una connotación diferente para un joven cualquiera, para una persona de origen judío y para un simpatizante del nazismo. Es precisamente ahí donde reside el peligro de la post-ironía en el humor negro de internet. Si bien la imagen que ven los tres es la misma, para el primero, quien podría considerar «evidente» que nadie haría tal «broma» antisemita de forma sincera, es posible que el componente irónico prevalezca y que lo crea retorcidamente gracioso, aunque no sin cierta inocencia. Para el segundo, probablemente el meme será claramente antisemita, y podría sentirse indignado con toda la razón. Sin embrago, es el tercer caso en el que la situación se torna verdaderamente peligrosa, pues el simpatizante nazi verá sus conductas y convicciones reforzadas. Si el meme antes referido recibe una gran aceptación, el sujeto sentirá que muchos están con él, y podría utilizar esto para atraer a otros a su ideología radical, incluso a algunos de los que estaban en el primer grupo. La intención original del que publicó el meme ni siquiera importa ya: acaba de extenderse una interpretación post-irónica.

Tomada de memedroid

En honor a la verdad, a casi todos nos gustan los memes. La comunidad cubana en redes sociales, fundamentalmente en Twitter, tiene en gran estima el «humor negro», o al menos, lo que muchos de ellos llaman así. Los llamados «memeros» —cubanos cuyos orígenes pueden ser trazados hasta la vieja comunidad LINLT— recurren constantemente a él, bien sea como forma de crítica social, de desahogo o simplemente para caer en gracia. Fueron muchos de estos influencers los que defendieron la «iniciativa» de los muchachos de Holguín, aludiendo unas supuestas y puras intenciones de comedia.

Sin embargo, como se demostró en su momento, y lo que puede deducirse por las maneras en que opera la post-ironía, incluso si el objetivo era provocar risa —ya me dirán cómo— las intenciones detrás de un acto expresivo no siempre determinan sus interpretaciones y consecuencias. Una «inocente» salida con disfraces puede terminar incentivando o consolidando el racismo en aquellos que lo interpreten post-irónicamente, incluso si esto nunca pasó por la mente de los jóvenes.

De manera similar ocurre con bromas y memes machistas, sexistas, clasistas, que pueden extender estereotipos nocivos, pero cuya crítica es desestimada en nombre de la libertad de hacer humor, o haciendo alusión a cierta «generación frágil». La transgresión es parte integral de toda juventud, así como la sublevación contra «lo establecido». Si lo trasgresor es la irreverencia absoluta, y aquello que se percibe como «lo establecido» es la llamada «corrección política», todo lo políticamente incorrecto será en sí una reafirmación de la identidad de aquel que busque transgredir de esa manera. No es de extrañar, pues, que la emoción y el sentimiento de pertenencia al grupo, suelan predominar por sobre la razón cuando se abordan estas cuestiones en el debate público.

Meme sobre la llamada generación de cristal

Internet hoy está cargado de post-ironía, lo cual ha preparado el caldo de cultivo para que se extienda una nueva y peligrosa ola de irreverencia, permeada por el discurso anti-woke y el alza de ciertos conservadurismos, y presentada como una «reacción legítima» en defensa de la «libertad de expresión», que muchas veces resulta ser, de forma irónica —o post-irónica—, la libertad para atacar a alguna minoría o grupo vulnerable.

Por supuesto, no es cuestión de abandonar el humor negro, o dejar de hacer memes, pues ambos son ya una parte indisoluble y fascinante de la cultura cibernética de nuestra época. Se trata, más bien, de no tomar el camino fácil del «descargo de responsabilidad», para luego desentenderse de las consecuencias no deseadas que puedan traer la propagación ciertos discursos; pues incluso las mejores intenciones pueden ser instrumentalizadas por los verdaderos promotores de las posturas que pretendían ser satirizadas.

No tenemos de otra. ¿Memes y humor negro? Sí, gracias, pero usando la cabeza.

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Observatorio

Cultura de la cancelación y boicot. ¿Censura o lucha civil?

por Observatorio sobre el Extremismo Político 29 mayo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

Las redes sociales se han convertido en espacios de activismos, en los que usuarios forman parte de comunidades virtuales y emiten comentarios para llamar la atención, contradecir o redefinir criterios y aspectos visibles en las agendas públicas. Una de las formas más controversiales de lucha política en ellas es la llamada cultura de la cancelación, y su forma más extrema, el boicot.

El presente texto debate sobre cómo se entienden estos conceptos, sus causas y consecuencias, reflexiona en torno a algunas manifestaciones de la cultura de la cancelación en el contexto cubano y analiza la última polémica a raíz de la cancelación de conciertos al dúo Buena Fe en España.

***

El español Manuel Castells en su obra Redes de indignación y esperanza: movimientos sociales en la era de internet, indica que la política, la comunicación e internet se articulan en una nueva estructura del poder que se ha individualizado y democratizado en las audiencias, y en ocasiones resulta en la deslegitimidad de las organizaciones o instituciones políticas, surgiendo un contrapoder ciudadano emergente.

Al tener mayor conciencia de su realidad, los usuarios en redes sociales enfrentan los paradigmas del poder tradicional o hegemónico en las sociedades, visibilizando situaciones que no hallan suficiente difusión en los medios de comunicación tradicionales.

Sin embargo, el activismo en las redes sociales también puede practicar formas de extremismo, al fomentar comportamientos agresivos e incitadores al odio o la violencia, tanto en el espacio virtual como en el físico, actitudes que se convirten en su lado oscuro, con su expresión más genuina en la cultura de la cancelación.

Cultura de la cancelación. ¿Libertad o censura?

An illustration of a laptop computer with a hand and a courtroom gavel coming out of its screen.

Tomada de: vox.com

Como concepto acuñado a inicios del presente siglo, la cultura de la cancelación consiste en activar las redes sociales para retirar el apoyo a personas, grupos o instituciones por medio de ataques o descalificaciones, en respuesta a acciones entendidas como erradas por parte de algunos usuarios o comunidades políticas.

Al respecto, los académicos Edixela Burgos y Gustavo Hernández indican que, por norma general, la práctica de la cancelación ocurre guiada por las emociones y no por la razón, de ahí que, en buena parte de los casos, carente casi siempre de análisis complejos, busque destruir reputaciones y desaprobar a personas u organizaciones por expresiones y acciones puntuales o afinidades ideológicas.

En el campo de la creación artística aún sigue muy presente el debate de si resulta posible separar al autor de su obra, y si es válido, en consecuencia, limitar o eliminar determinada creación por las actitudes de su creador, sobre todo si se tiene en cuenta que quienes enjuician dichas actitudes no son autoridades competentes, sino un grupo de usuarios en redes sociales o los medios de comunicación.

Cultura de la cancelación: la intolerancia que amenaza la libertad de expresión - Punto Convergente

Tomada de: puntoconvergente.uca.edu.ar

Entre los principales argumentos para defender la cancelación sobresalen los siguientes:

  • Se asume como un arma de los grupos oprimidos ante el poder hegemónico;
  • constituye una forma viable de combatir las injusticias cuando el sistema judicial no tiene vías para contrarrestarlas o se hace su cómplice;
  • pone en agenda pública problemáticas invisibilizadas por los medios de comunicación o los partidos políticos;
  • les hace saber a los agresores que no quedarán impunes, aun cuando su estatus socioeconómico les permita corromper al sistema de justicia.

En contraste, las principales críticas pueden resumirse en:

  • Son los tribunales, y no las redes sociales o los medios de comunicación los que deben juzgar a los sujetos y organizaciones que dañan a la sociedad.
  • Las prácticas de cancelación corren el riesgo de tornarse extremistas y vulnerar derechos humanos, cayendo en el amarillismo, el escándalo y la incitación al odio;
  • pueden ser manipuladas por actores u organizaciones políticas para perjudicar arbitrariamente a sus adversarios;
  • limitan la libertad de expresión y creación al cancelar a artistas por su forma de pensar o expresarse.

Boicot, la expresión máxima de la cancelación

La expresión más extrema de la cultura de la cancelación es el llamado boicot. Este se dirige a personas, gobiernos, economías o patrones culturales, con el propósito de ejercer control social y suscitar indignación en las personas, generando acciones colectivas que obstaculicen el desarrollo de actividades de cualquier índole.

Como activismo político, el boicot emplea estrategias de propaganda y movilización para aislar al boicoteado, cuya conducta reprueban los boicoteadores. Dicha forma de cancelación se evidencia comúnmente en asuntos que provocan polarización en la sociedad, en los cuales una determinada comunidad política toma partido.

Las formas del boicot pueden ir desde la solicitud por vías legales para cancelar eventos o proyectos, la organización cívica en lo físico o lo virtual para expresar inconformidad con los boicoteados, o demostraciones más violentas como la agresión física o la destrucción de productos o instalaciones.

hinchas boicot Qatar

Campaña de Boicot al mundial de fútbol Qtar 2022 / Tomada de elserenoindiscreto.com

Varios autores[i] desde las ciencias jurídicas han analizado los riesgos de que campañas de boicot iniciadas en redes sociales o medios de comunicación evolucionen hacia actos de terrorismo y vandalismo, y reconocen que suele ser muy difusa la línea entre la expresión legítima de la inconformidad y el enjuiciamiento extrajudicial con posibilidad de degenerar en violencia.

Por otro lado, se carece de consenso al diferenciar el boicot de la censura. Algunos criterios asumen que la principal separación está en que la censura parte de un gobierno o empresa hegemónica y el boicot proviene de la lucha civil. No obstante, cuando los grupos de poder apoyan o ejercen acciones en el boicot, no hay claridad de cuán cívica es esa lucha y cuándo responde a intereses estatales o empresariales.

Por tanto, el boicot puede incluir medidas gubernamentales de aislamiento comercial hacia Estados o empresas, o acciones de cancelación hacia figuras públicas por actitudes que se entienden moralmente reprochables, desde presuntos actos de acoso o abuso sexual hasta apoyo a políticos u organizaciones.

Ejemplo de campaña de Boicot a Israel / Tomada de asociacionunadikum.org

Ejemplos de la combinación en el boicot de acciones de Estado con otras cívicas es el realizado a Israel para frenar su ocupación del territorio palestino —que incluyó aislamiento comercial por parte de varios Estados e iniciativas cívicas organizadas por comunidades políticas para evitar la compra de productos israelitas—, o los más recientes boicots hacia Rusia por la invasión a Ucrania, que además de las sanciones comerciales, ha sumado censura de los medios rusos y cancelaciones a artistas y obras.

El boicot y la cancelación en Cuba. El caso de Buena Fe

Si bien —como se mencionó anteriormente— la cancelación y la censura estatal no deben entenderse como sinónimos, sí pueden tener puntos de contacto, que en Cuba se hacen más visibles a partir de la instauración de un Estado que, al calcar varias de las prácticas del llamado Socialismo Real en Europa del Este, naturalizó la censura a artistas críticos con el sistema político.

En los primeros años de la Revolución cubana, el solo acto de emigrar era motivo de cancelación y censura en los medios nacionales, recrudecidas si el emigrado mantenía un discurso crítico hacia el gobierno de la Isla. Bajo ese principio se prohibieron en medios y editoriales nacionales las interpretaciones de Celia Cruz o los libros de Reinaldo Arenas y Guillermo Cabrera Infante, entre otros. Aunque esta política cambió con algunos, aún se registran denuncias por parte de artistas, dentro y fuera del territorio nacional, por actos de censura con motivo —si bien ya no de haber emigrado— de sus opiniones políticas.

Libertad de expresión

Ilustración: Brady Izquierdo

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Además de la censura estatal, en los últimos 60 años las organizaciones políticas y de masas —con respaldo del Estado— han organizado actos de cancelación y boicot político. Entre los más recordados están los llamados mítines de repudio ocurridos principalmente durante los años 80’s, aunque más adelante se han repetido con menor masividad —no ya hacia quienes pretenden emigrar, pero sí a miembros activos de la oposición—. En adición, son también recordadas las acciones organizadas por el Partido Comunista de Cuba ante el estreno del filme Alicia en el pueblo de Maravillas a principio de los 90’s, que consistieron en intentar llenar los cines con sus militantes.

Dicho historial de censura y cancelación por parte del gobierno cubano y sus organizaciones afines suele emplearse como argumento por activistas y grupos opositores para boicotear a figuras públicas que defienden a dicho gobierno o se niegan a criticarlo.

A partir del año 2016, con el auge del intercambio cultural entre Cuba y Estados Unidos, aumentaron las presiones para que artistas populares asumieran un discurso crítico hacia el Estado de la Isla, algunos de los cuales se retractaron de declaraciones en las que evitaban calificar de dictadura al sistema político cubano luego de que se les cancelaran conciertos; incluso, el cantante Eduardo Antonio debió pedir disculpas por subir una foto junto al conocido músico Pedrito Calvo, por ser este considerado por los boicoteadores un cómplice del gobierno.

Recientemente trascendió la cancelación en Miami de un concierto de la reconocida orquesta Van Van por sus presuntos vínculos con el Estado cubano, luego de una fuerte campaña por parte de activistas opositores como el influéncer Alexander Otaola, y las peticiones del comisionado de Miami Beach, Alex Fernández.

Autocríticas

Ilustración: Richi Herrera

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En los últimos días se ha avivado aún más la polémica sobre la legitimidad del boicot y la cancelación como estrategia política de la oposición cubana a raíz de las acciones organizadas contra el grupo Buena Fe en España. La controversia se desencadenó luego de que los activistas opositores Lucio Enríquez Nodarse y Emilio Arteaga Pérez pidieran a gritos libertad para los presos políticos en Cuba durante la presentación del 12 de mayo en Madrid, lo cual trajo que fueran golpeados por integrantes del público.

Dspués de ello, líderes y grupos de la oposición intensificaron la campaña de boicot y amenazaron con repetir el mismo proceder en próximos conciertos. A tenor de esto, algunas salas cancelaron las presentaciones programadas, según lo declarado por el cantante Israel Rojas, por no tener condiciones para enfrentar posibles actos violentos. No obstante, se llevaron a cabo otros recitales en instalaciones que mantuvieron lo programado, algunos no exentos de altercados similares al primero, como el de Torrelavega, Cantabria.

Estos boicots se acompañaron de otros actos de cancelación como la convocatoria a una manifestación, la firma de una carta pública en la plataforma Change, que pedía a las autoridades españolas suspender la gira de la agrupación, y una agresión a los vocalistas mientras se encontraban en un Burger King en Barcelona. 

Mientras las cancelaciones fueron vistas como una victoria política por los protagonistas del boicot, organizaciones afines al Estado cubano como la Unión de Escritores y Artistas de Cuba o la Asociación Hermanos Saiz las condenaron por medio de declaraciones. Asimismo, personalidades de la política cubana —como el mandatario Miguel Díaz-Canel— y otros músicos —como el cantautor Silvio Rodríguez— se solidarizaron con Buena Fe. Figuras públicas de la oposición contrarespondieron afirmando que no se trataba de censura, sino de una acción de boicot legítima dentro de las luchas civiles.

Cuba no necesita más persecución política - La Joven Cuba

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La más reciente polémica cubana redunda sobre una temática que sigue a debate en el mundo: la posibilidad o no de que la ciudadanía o determinadas comunidades políticas cancelen organizaciones, artistas u obras que les resultan ofensivos o contrarios a sus ideas.

Cabría preguntarse entonces hasta dónde son legítimas tales acciones en el terreno de lo artístico, en especial si se pone en juego la libertad de expresión, por limitar a los cancelados su posibilidad de ejercer su defensa. Al transgredir tal derecho, se desinstitucionaliza el modo de regular la justicia, máxime cuando las conductas de los cancelados (léase artistas), aunque mal vistas por los boicoteadores y catalogadas de amorales, deshonrosas o políticamente incorrectas, no puedan ser tipificadas como delitos. La cancelación por razones políticas incluye, además, el riesgo de que los grupos dominantes boicoteen a sus adversarios sin dejar espacio a la pluralidad de ideas y el debate cívico.

La cultura de la cancelación, aunque es una problemática mundial, tiende a hacerse más extrema en sociedades polarizadas y con mecanismos inefectivos para garantizar el diálogo entre las diversas posturas políticas. El Estado cubano se ha caracterizado por recurrir a la censura —en la mayoría de las ocasiones aplicada de forma arbitraria y sin consenso ciudadano— como uno de los recursos para preservar la hegemonía cultural dentro de la Isla.

Al limitarse, además, los espacios de participación y debate que incluyan abiertamente el disenso, una zona de la oposición justifica esta práctica como natural y efectiva para canalizar sus demandas, ante la ausencia de otros mecanismos formales que le posibiliten participar en la sociedad.

No obstante, cabría preguntarse, asimismo, si estos procedimientos reiterados que intentan silenciar o destruir la postura ideológica de quienes piensen distinto o no suscriben su lucha, se conservarían si Cuba transitara hacia otro escenario, en el cual esta oposición pudiera tomar decisiones vinculantes a la política.    

Is cancel culture silencing open debate? There are risks to shutting down opinions we disagree with

Tomada de: theconversation.com

Para concluir, resulta oportuno revisar la carta publicada en julio de 2020 por la revista estadounidense Harper’s Magazine —y reproducida por varios medios internacionales— con la firma de más de 150 personalidades de la cultura, de distintas tendencias políticas y procedencias, en relación con la polarización generada en el país bajo el trumpismo y las secuelas de luchas sociales inacabadas.

El texto resulta una crítica a la cultura de la cancelación y otros aspectos que ponen límites a la libertad de expresión, por lo que propone hacerles frente con la creación de espacios de debates abiertos, encaminados a la participación de grupos con posturas plurales defendidas desde la ética, que expongan y discutan sus ideas para hallar soluciones conjuntas y revertir comportamientos vinculados a esa cultura de la cancelación: «Debemos preservar la posibilidad de discrepar de buena fe sin consecuencias profesionales funestas. Si no defendemos aquello de lo que depende nuestro propio trabajo, no deberíamos esperar que el público o el Estado lo defiendan por nosotros».

Queda claro, finalmente, que enarbolar la bandera de la cultura de la cancelación constituye una forma de activismo en nombre de lo que se cree justo, mas su aplicación no modifica los modos de pensar o actuar de los cancelados y de la sociedad en general, como ha demostrado la historia.

[i] Ver «La cultura de la cancelación en redes sociales: Un reproche peligroso e injusto a la luz de los principios del derecho penal» y «El llamamiento al boicot de productos en España: ¿libertad de expresión política o conducta delic[i]tiva? Un análisis desde el Derecho público español. (O “Dime quién eres y te diré lo que te espera”)»

29 mayo 2023 9 comentarios
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Meme
Observatorio

La polarización de la sociedad cubana a través del meme

por Observatorio sobre el Extremismo Político 12 mayo 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

En los tiempos actuales, el auge de Internet ha desencadenado el consumo de formas comunicativas cada vez más orientadas a la visualidad, que encuentran expresión en los memes, considerados unidades mínimas de información y replicación cultural.

El presente texto reflexiona en torno al meme como fenómeno asociado a matrices de la cultura y también de la política, y realiza un acercamiento a los rasgos que tipifican la construcción de historias meméticas en el discurso político sobre la Isla que evidencia la polarización existente en la sociedad cubana actual.

***

El concepto de meme tiene su génesis en reflexiones que emanan del campo de las ciencias biológicas. Fue el etólogo, zoólogo, teórico evolutivo y divulgador científico británico Richard Dawkins quien acuñó el término en 1976.

De acuerdo con este autor, el meme es transmisor de hábitos, costumbres, ideas, técnicas, habilidades o informaciones que se replican culturalmente de una generación a otra, como ocurre con los genes, y por norma general, se capta por imitación (mimesis), por enseñanza o por asimilación, lo que garantiza su permanencia en un ecosistema social.

Meme

(Imagen: tomada de Memedorid)

En el contexto de Internet el meme se caracteriza por su dinamismo, pues suele variar de una cultura a otra, sin renunciar a elementos básicos en su composición como la manera en que se presenta (GIF animado, video o montaje fotográfico), la simplicidad del mensaje que transmite, la apelación a emociones (indignación, sorpresa), el carácter anónimo del creador —condición que se cumple la mayoría de las veces— y la representación de contenido humorístico. En este aspecto, es oportuno acotar que considerar al meme como una fuente exclusiva de diversión, limitaría su comprensión como mecanismo de evolución cultural integrador de distintos lenguajes.

Investigadores como el noruego Thov Reime y el español Carlos Sánchez Ramírez explican su éxito a partir de elementos como la simplicidad que le permite ser elaborado por usuarios comunes sin grandes conocimientos técnicos, la novedad que posibilita reaccionar mediante este soporte de forma rápida a fenómenos que ocurren en la actualidad, el uso de imágenes que se vuelven virales y universales y son resignificadas en cada contexto, y su facilidad para ser compartido en varias plataformas.

Memes, shitposting, polarización y discurso extremistaMeme

MemeEn el escenario político, el meme asume posturas sobre temas que forman parte del debate ciudadano, expresa opiniones, reproduce marcas ideológicas y promueve la discursión pública, a partir de estrategias discursivas como la ironía y la sátira.

Aunque tiene puntos de encuentro con la caricatura y el afiche político por ser mecanismos para el ejercicio de una libre expresión, según Laura Camas, Aída Valero y Mireia Vendrell, el meme se desmarca de convencionalismos para ampliar las dimensiones de análisis de los conflictos y crear esferas de participación que favorezcan el empoderamiento de la ciudadanía en Internet.

De esta manera, los espacios digitales en las sociedades contemporáneas están permeados del llamado antagonismo memético, una estrategia consistente en la creación de un enemigo común a través de esta forma discursiva que se viraliza gracias a la cultura colaborativa de la web, y que favorece la polarización en el tratamiendo de los conflictos que se debaten en estos espacios.

Las investigadoras españolas Elisa García Mingo y Anita Fuentes aseguran que en la actualidad se vive una guerra memética transversalizada por la ideología. En este sentido, el meme es idóneo para comprimir acontecimientos, ideas políticas e inconformidades ciudadanas en un contenido breve y efectivo, que no pasa desapercibido entre los consumidores del espacio digital.

En el discurso extremista, se entiende que el meme ha evolucionado hacia el shitposting —troleo o sabotaje de debates con contenido ofensivo— por su carácter disruptivo. En este sentido, se busca difundir doctrinas e ideologías en las comunidades virtuales, con el fin de que los usuarios se conviertan a su vez en replicadores y se radicalicen a favor de ellas.

Al respecto, el investigador español Santiago Martínez-Pais destaca que «… en función del feedback entre estos colectivos surgirán debates, alianzas y polarizaciones que contribuirán a la definición de identidades colectivas en la red, generándose en consecuencia memes con un mensaje más directo, orientado a públicos más concretos o con finalidades más explícitamente ideológicas».

Un estudioso del fenómeno del shitposting en el discurso extremista como Ait Farouk Nasser, alerta que en algunos casos, se busca difundir ciertas ideologías con el propósito de pasar a la acción, entendida como violencia verbal y física hacia las personas que no comparten sus criterios de radicalización ideológica.  

Un acercamiento a la representación memética-política sobre Cuba

La construcción del meme en el discurso político sobre Cuba presenta rasgos ligados a situaciones contextuales, pues este tipo de contenido comienza a circular casi inmediatamente después de la salida a la luz pública de acontecimientos que ocurren en el escenario público y tienen serias repercusiones sociales.

Por parte de quienes siguen una línea de crítica sociopolítica vinculada al discurso de la oposición, los shitpostings emplean personajes del gobierno que por lo general son los responsables de la toma de determinadas decisiones en el terreno político. Estas figuras suelen aparecer en una posición de ridiculización, contrario a las representaciones habituales de empoderamiento político en las que se presentan en los espacios de comunicación estatales.

De este modo, expresan las inconformidades y desaprobaciones de una parte de la ciudadanía o de grupos políticos opositores con la gestión gubernamental. Asimismo, resulta más recurrente el trabajo con la imagen del presidente Miguel Díaz-Canel, el primer ministro Manuel Marrero, el canciller Bruno Rodríguez o comandantes de la llamada Generación Histórica que continúan en activo.

MemeMeme

El tratamiento de la imagen de estas figuras políticas se orienta a construir y reforzar matrices de opinión como la ineficiencia del gobierno, la falta de liderazgo de las figuras principales, las ineptitudes para ocupar cargos políticos y sacar al país de la crisis o el control de los dirigentes históricos de Cuba a la gestión de la nueva generación.

Otra de las líneas de contenido busca enfatizar las diferencias entre el nivel de vida de los dirigentes actuales o los históricos y sus familiares en relación al pueblo cubano. Entre las figuras más memeadas por este aspecto está Sandro Castro, nieto del fallecido líder Fidel Castro, a partir de varias muestras de ostentación de lujos que han trascendido a las redes sociales.

MemeMeme

Otra tendencia en la representación memética sobre Cuba que realiza el discurso opositor se visualiza en la recreación de escenas tomadas de la vida cotidiana del pueblo cubano, que son resignificadas para mostrar las carencias existentes en el seno de la sociedad. La situación del transporte o las largas colas para adquirir alimentos o combustible son idóneas para reforzar la idea de Cuba como Estado fallido.

¿Cuán fallido es el Estado cubano?

Por otro lado, las recientes protestas que tuvieron lugar en el municipio guantanamero de Caimanera, generaron la creación de memes en respuesta a las inconformidades con la versión oficial de los hechos, vinculados presuntamente a individuos en estado de embriguez. Tales representaciones se orientan a transmitir la idea de incapacidad del Estado para autoreconocer las inconformidades ciudadanas que pueden estimular la protesta y que manipula al vincularla con el consumo de bebidas alcohólicas de los manifestantes.

Meme

Asimismo, los productores del shitposting apelan a la intertextualidad para la construcción de un discurso de confrontación en el espacio digital, a partir de la apropiación y el uso de producciones culturales como fotogramas, caricaturas, marcas o artistas que contribuyen a lograr mayor reconocimiento y expansión del mensaje que se quiere transmitir y tienen lugar procesos de reapropiación, recontextualización y resignificación de los mensajes.

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La presencia de figuras del movimiento artístico también ha sido objeto para la construcción de memes. La visita del rapero Tekashi 6ix9nine provocó varios a partir del supuesto lanzamiento de dólares desde el hotel donde se hospedaba en La Habana, y posteriormente por imágenes difundidas mientras grababa un video musical regalando dinero a algunos residentes y envuelto en una bandera cubana. Los contenidos se enfocaron en la pobreza de los cubanos y la ineficiencia del Estado para hacer frente a ciertas dificultades. Unido a esto, se insinuaba que los residentes en la Isla abandonan los tradicionalmente conocidos como «principios revolucionarios» cuando aparece un poco de moneda extranjera.

Los artistas que suelen participar en eventos políticos en Cuba, que tienen un discurso favorable hacia el Estado, o que han evitado pronunciarse en su contra, también son objeto de memes. Por lo general se cuestiona su talento y popularidad al asumir que su éxito no es real, sino que está dado por las prevendas que le ofrece el gobierno cubano como pago por defenderlo. Dicha asociación evidencia una de las formas que el extremismo político insurgente u opositor ha utilizado para cancelar a todas las figuras públicas que no suscriben su discurso.

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Por parte del gobierno, aunque la construcción de memes es escasa en comparación con los de la oposición, su análisis vislumbra que tienen dos objetivos bien marcados: 1) resaltar los logros de la Isla en distintas esferas y escenarios internacionales y 2) ridiculizar al gobierno estadounidense, a figuras de la oposición o emisores de discursos críticos y a quienes construyen un discurso de odio contra la Isla.

Para ello emplea figuras políticas de gran capital simbólico como José Martí o Fidel Castro, reforzando la vigencia de sus ideales y su liderazgo, aún cuando ambos desaparecieron físicamente del escenario político. Asimismo, usa también la remezcla de imágenes del tiktoker Khaby Lame para incluir textos reflexivos sobre la necesidad de eliminación del bloqueo estadounidense contra la Isla, mostrándolo como la principal política responsable de la crisis que vive la sociedad cubana en la esfera socioeconómica.

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Precisamente, ese carácter reflexivo que resalta como característica fundamental de los memes que construye el gobierno, repercute en la escasa creatividad, que en consecuencia incide en la ausencia del humor o la sátira como elemento que podría garantizar su replicación y viralización en el espacio digital. A diferencia de los memes de la oposición, que emergen a raíz de la toma de decisiones, acciones y discursos de políticos gubernamentales, los que reproducen la ideología del gobierno cubano tienden a un carácter más atemporal y suelen ser empleados como arma ideológica para reforzar matrices de opinión de apoyo a sus intereses.

Así lo demostró la serie de representaciones meméticas surgidas en el contexto de la pandemia de la Covid-19, cuando la Isla concluyó la fase de prueba de los candidatos vacunales Abdala y Soberana 02, las cuales a pesar de haber mostrado su eficacia, fueron blanco de ataques por parte de sectores de la oposición, principalmente fuera de la Isla -también empleando memes.

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Por otro lado, en los mensajes vinculados a desacreditar a la oposición, abunda el shitposting que enfatiza errores políticos cometidos por sus líderes, unido a la afirmación de que no tienen ideales propios, los mueve solamente el dinero y su discurso está subornidado a los intereses injerencistas de potencias extranjeras.

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Como formato de producción de sentido discursivo de las redes sociales, el meme político cubano construido tanto por el gobierno como por la oposición tiene puntos de contacto en cuanto a la simplicidad, la remezcla y la intertextualidad; sin embargo, se diferencia respecto a la originalidad, la apelación al humor y la viralización en los distintos escenarios digitales.

No obstante, en ambos se evidencia la polarización existente en la sociedad cubana, que se materializa en el uso del shitposting para descreditar a los adversarios políticos y el manejo totalmente equidistante de temáticas políticas o sociales que afectan a la ciudadanía.

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No debe perderse de vista la capacidad de movilización de los usuarios que tienen los memes en Internet, sean elaborados por los mismos políticos o por comunidades ideológicas afines. Las ventajas comunicativas de los memes deben ser aprovechadas en correspondencia con la intencionalidad y con la características de las audiencias a las que van dirigidas, en aras de evitar que sean usados en contra de los creadores en el proceso de resignificación.

12 mayo 2023 5 comentarios
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Libertad de expresión
Observatorio

Libertad de expresión, medios, manifestación y creación: un debate inconcluso

por Observatorio sobre el Extremismo Político 28 abril 2023
escrito por Observatorio sobre el Extremismo Político

La libertad de expresión sigue generando debate y polémica en el contexto cubano e internacional. Aquí se abordarán cuáles son sus límites y garantías, a partir de propuestas de organismos internacionales, el análisis de instrumentos jurídicos cubanos y las acciones que han trascendido a la agenda pública.

El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos asume la libertad de expresión como «la libertad de mantener opiniones sin interferencia y de buscar, recibir y difundir información e ideas a través de cualquier medio de comunicación e independientemente de las fronteras; ya sea oralmente, por escrito o impreso, en forma de arte, o por cualquier otro medio de su elección».

Este término se relaciona con otros derechos como la libertad de prensa, o su derivación más contemporánea llamada «libertad de medios», que presupone una regulación por parte de los Estados de los contenidos publicados, con el fin de evitar discursos de odio o desinformación, y la prerrogativa de los medios a determinar los contenidos propios de su agenda. Conjuntamente respeta el derecho de cualquier ciudadano o grupo a crear, gestionar y colaborar con medios de comunicación, así como la garantía del carácter plural de estos, lo cual, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), «constituye una condición necesaria para la diversidad de contenidos y la promoción de la igualdad de género y la inclusión social».

Otro concepto con el que habitualmente se vincula es la libertad artística o de creación, definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como «la libertad de imaginar, crear y distribuir expresiones culturales diversas sin censura gubernamental, interferencia política o presiones de actores no estatales», e incluye el derecho de todos los ciudadanos a acceder a esas obras.

Existe cierto consenso en los investigadores sobre el tema en torno a la necesidad de que los Estados impongan restricciones a discursos de odio, desinformación y mensajes extremistas; no obstante, las mayores discrepancias se centran en cómo delimitar las fronteras entre una opinión ciudadana o periodística y un contenido censurable por resultar discriminatorio, ofensivo o dañino a la sociedad.

Al respecto, el profesor uruguayo Martín Risso apunta la necesidad de establecer indicadores claros acerca de qué es censurable y qué no. Risso advierte que en la formulación de dichos parámetros es preciso evitar cualquier margen de ambigüedad que favorezca un uso partidista por cuenta de la élite política dominante.

Cuba en contexto internacional

Según el informe de la Unesco «Tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios» (2021/2022), el 85 % de la población global ha experimentado una reducción en la libertad de prensa en su propio país. El documento registra, entre 2016 y 2021, 455 asesinatos de periodistas —123 en América Latina y el Caribe—, de los cuales solo el 13% fueron resueltos judicialmente. Asimismo, el encarcelamiento de profesionales de la comunicación ha alcanzado cifras históricas.

Libertad de expresión

Tendencias en libertad de expresión y desarrollo de los medios: Informe mundial 2021/2022

En los últimos diez años, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) registró 495 asesinatos por motivos que se vinculan a su trabajo y 225 por causas sin confirmar. Los países de la región latinoamericana y caribeña con más muertes son México (81), Brasil (27), Honduras (18) y Colombia (15); mientras que en Cuba no hay casos reportados. En cuanto a los encarcelamientos prolongados, en el pasado año en LATAM y el Caribe solo se registraron profesionales de los medios en prisión por ejercer su labor en Guatemala (2), Nicaragua (1) y Cuba (1).

Según el informe del CPJ, en la Isla se mantiene en la cárcel al periodista Lázaro Yuri Valle Roca, quien
combinaba su trabajo en medios no estatales con el activismo opositor, y fue penado en 2022 por los delitos de resistencia y propaganda enemiga.

En contraste, la organización Reporteros sin Fronteras califica a Cuba como el octavo país del mundo con más limitaciones a la libertad de prensa, atendiendo a cinco indicadores relacionados con el contexto político, legal, económico, social y de seguridad. Las principales razones esgrimidas por esta organización son la existencia en la nación de leyes y normativas que impiden la legalización de la prensa fuera de los marcos estatales, sumada a presiones y ataques por parte de los organismos del Estado para que periodistas independientes desistan de su oficio o abandonen el territorio nacional.

Paralelamente, el antes mencionado reporte de la Unesco afirma que desde 2016 se han aprobado 57 leyes en 44 países que «contienen un lenguaje demasiado impreciso o castigos desproporcionados que amenazan la libertad de expresión y la libertad de prensa en Internet». Esta situación se hace más grave cuando existen conflictos bélicos como el actual entre Rusia y Ucrania.

Otro informe de la ONU alerta que la existencia de conflictos entre países vecinos es a menudo utilizada por los Estados como justificación para limitar la libertad de medios bajo la premisa de «luchar contra la desinformación». Este ha sido el argumento principal del gobierno cubano para sustentar políticas y acciones que obstaculizan la pluralidad de enfoques y de modelos de gestión de los medios de comunicación. En ello juega un papel fundamental el diferendo con Estados Unidos y la estrategia explícita sostenida por sucesivas administraciones de fomentar un cambio de régimen en la Isla.

Leyes y hechos: la esencia de la contradicción

El artículo 54 de la Constitución de 2019 refiere: «El Estado reconoce, respeta y garantiza a las personas la libertad de pensamiento, conciencia y expresión». Aunque el siguiente acápite «reconoce a las personas la libertad de prensa», aclara que «los medios fundamentales de comunicación social, en cualquiera de sus manifestaciones y soportes, son de propiedad socialista de todo el pueblo o de las organizaciones políticas, sociales y de masas». Sin embargo, no define qué se entiende por «fundamentales» y qué sistema de propiedad o gestión tendrían los «no fundamentales».

El no reconocimiento del ejercicio del periodismo fuera de los medios estatales o los extranjeros acreditados, se ha acompañado de la criminalización en el discurso público de los profesionales que trabajan en los referidos espacios, donde a menudo los presentan como «mercenarios». Asimismo, han sido objeto de detenciones arbitrarias, como le ocurrió recientemente al humorista, editor y articulista Jorge Fernández Era.

Muchos de estos profesionales denuncian presiones por parte de organismos del Estado sobre ellos y sus familiares, para que abandonen su oficio o emigren.

No obstante, si bien el Art. 56 de la Carta Magna otorga derechos de reunión, manifestación y asociación «con fines lícitos y pacíficos», aún no existe una ley que los garantice y regule, además de que en múltiples ocasiones las fuerzas policiales han impedido su ejercicio. Ejemplo de ello fue lo ocurrido a la Dra. Alina Bárbara López el 6 de abril cuando se manifestaba pacíficamente en el Parque de la Libertad en Matanzas.

En cuanto a la creación artística, el Art. 32 afirma que se promueve su libertad «en todas sus formas de expresión», para luego acotar que será «conforme a los principios humanistas en que se sustenta la política cultural del Estado y los valores de la sociedad socialista».

El debate en torno a la libertad de creación se tornó puntualmente confrontativo en la Isla a raíz del Decreto Ley 349 de 2018, que exigía a todos los creadores pertenecer a una institución estatal para hacer presentaciones públicas comerciales, y prohibía la utilización de medios audiovisuales que mostraran violencia, pornografía, lenguaje vulgar u ofensivo, entre otras contravenciones. El instrumento legal fue sumamente cuestionado y provocó múltiples protestas de artistas e intelectuales que alertaron de las posibles deformaciones e interpretaciones extremistas por parte del funcionariado.

Si bien no se conoce un solo caso de la aplicación del mencionado decreto —que tampoco ha sido derogado formalmente—, han trascendido múltiples episodios de censura a creadores por su posición política o por el mensaje de sus obras, que han provocado rupturas entre una parte de este sector y la institucionalidad cultural. La disolución de la Muestra Joven Icaic, luego de que su junta directiva se negara a censurar el documental Sueños al pairo, la aplicación de la Ley de Símbolos Nacionales al artista y activista opositor Luis Manuel Otero Alcántara —actualmente en prisión por los delitos imputados de ultraje a los símbolos de la patria, desacato y desórdenes públicos— o los impedimentos para la presentación de la antología La peor generación, son solo algunos ejemplos de censura institucional y estatal, mas no los únicos. En la presente semana, el espacio cultural El Ciervo Encantado anunciaba la cancelación por indicaciones del Ministerio de Cultura de las proyecciones de tres documentales programados en su sala, «sin explicaciones hacia artistas cuyas obras dignifican y conforman la cultura cubana», según relata la nota publicada en su página de Facebook.

Pasando al entorno digital, el Decreto Ley 370 de 2019 sobre «la informatización de la sociedad en Cuba», regula aspectos necesarios en relación con la seguridad informática, pero prohíbe «difundir, a través de las redes públicas de transmisión de datos, información contraria al interés social, la moral, las buenas costumbres y la integridad de las personas»; términos cuya ambigüedad permite una interpretación discrecional y arbitraria por parte de los funcionarios que los apliquen y su utilización
como represalia hacia las ideas disidentes.

Por último, el Código Penal cubano también muestra artículos imprecisos que pueden dar margen a la limitación de la libertad de expresión, como el 431, inciso d, que castiga «expresiones que denigren a los consejos u otras estructuras electorales y a sus autoridades», o el 124, que condena a quien confeccione, distribuya o posea propaganda que «incite contra el orden social, la solidaridad internacional o el Estado socialista».

Bajo el homólogo de este último artículo en el instrumento legal anterior, se condenó al joven Luis Robles por portar un cartel en la vía pública que pedía la libertad, el cese de la represión y la excarcelación de un activista opositor preso por desacato. Las figuras de desórdenes públicos e instigación a delinquir también fueron utilizadas para sancionar a manifestantes que durante los sucesos del 11 de julio —a diferencia de otros condenados por delitos de mayor gravedad— no tuvieron actitudes violentas contra personas ni destruyeron bienes materiales.

***

La libertad de expresión constituye un elemento medular en el desarrollo democrático de cualquier sociedad. Además de ser un derecho humano, resulta la principal arma de la ciudadanía para exigir rendición de cuentas al poder. Los Estados tienen el derecho y el deber de regular la forma en que se ejerce en aras de evitar que sea utilizada para agredir a personas o grupos sociales en situación de desventaja o socavar el orden constitucional, pero la regulación no debería tener altos márgenes de ambigüedad e imprecisión, ni ser aplicada para limitar a la ciudadanía su derecho a colocar en agenda pública temáticas de su interés, proponer reformas o expresar abiertamente
confrontaciones o discrepancias con la administración y el sistema político.

Cuando se aplican prácticas autoritarias con el fin de imponer una determinada ideología u opinión, lejos de unificar el pensamiento y suprimir el surgimiento de voces críticas, se provocan fragmentaciones y quiebres. Un contexto así es el perfecto caldo de cultivo para que la polarización y el extremismo escalen a la violencia como única forma de resolver los conflictos, que, en cualquier Estado, se manifiestan entre la administración política y las bases populares.

Como recomienda la ONU en su informe sobre la desinformación y la libertad de opinión y de expresión: «La regulación estatal de los medios sociales debería concentrarse en la transparencia, en los derechos de los usuarios en materia de debido proceso y en el deber de precaución de las empresas respecto de los derechos humanos, y asegurar que la independencia y las competencias de las instancias reguladoras estén claramente definidas, garantizadas y limitadas por la ley».

28 abril 2023 8 comentarios
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