En esta extraña tregua

por Consejo Editorial
tregua

Esta inesperada venganza del planeta —momentánea, sea, pero venganza al fin— ha puesto en pausa parte de la industria global y recuperado algo de la nitidez del aire y de las aguas. Quizás sea también una oportunidad para pensar nuestras urgencias y evitar que lleguen a convertirse en males crónicos y padecimientos letales.

Sin entrar en pánico, gracias a la loable labor de las autoridades, pudimos lidiar con el riesgo. Cuando en algunas partes del mundo primó la represión, aquí lo hizo la cooperación. A pesar de algunos errores, quedó en evidencia la capacidad de servicio de las diversas estructuras del gobierno cubano; y también el compromiso de quienes sostienen dichos servicios.

Fue magnífico ver a los científicos en la televisión. Ofreciendo sus conocimientos, dando ejemplo de consagración y enorgulleciéndonos, aunque seguimos esperando un análisis sobre las consecuencias de la Covid-19 desde las ciencias sociales. Frente a la atención que han recibido los profesionales de las llamadas “ciencias duras”, salta a la vista ese vacío.

Ojalá se hiciera hábito atender voces inteligentes y evitar los ecos de consignas sin ideas propias; estudiar nuestros más acuciantes problemas además de los males del mundo. Quién sabe si ahora podríamos por fin asistir a un debate en televisión sobre las necesidades de nuestra economía, tan discutidas en espacios virtuales cuyos argumentos raramente llegan a la prensa nacional: propuestas de cambios en la organización económica, cómo aprovechar mejor la inmortal libreta de abastecimiento, o para readecuar muchas de nuestras prácticas a los dictados de la ecología, nunca sobrarían. Discusiones públicas sobre el racismo, la violencia de género o la pobreza en Cuba, tampoco.

En estos días aciagos la realidad parece haberse mudado a las redes. En Twitter y sus alrededores aparecen llamados y declaraciones, aun cuando muchos cubanos carecen de un acceso rápido y gratuito a ese mundo virtual. Es un espacio irrenunciable; pero cuando algún bendecido con conexión ultrarrápida llamó a “quemar los datos” en medio de la pandemia, más que una invitación parecía una declaración de vida en la burbuja.

Vale la pena aprovechar esta pausa para pensar en las carencias culturales de nuestros medios. El pobre o erróneo uso del idioma va dando paso a una neolengua en la que nadie pareciera reparar, un idioma donde las preposiciones son intercambiables y la concordancia no es imprescindible. La copia indiscriminada de material informativo con la inadvertida reproducción de perspectivas ajenas también nos hace ver el tamaño de la ignorancia y el facilismo acumulados.

El gobierno cubano tiene la capacidad de establecer metas colectivas cuya necesidad casi todos compartimos. Ha estado trabajando bajo presión y lo ha hecho bien, dadas las circunstancias. Aprovechemos las carencias que se nos vienen encima para ampliar nuestra perspectiva y buscar modos de enfrentar lo inevitable que, de paso, nos ayuden a mejorar nuestro futuro.

10 comentarios

Roke 3 julio 2020 - 11:25 AM

Muy buen artículo

Andrés Perdomo Guache 3 julio 2020 - 12:07 PM

Lo lamentable es que consideraciones como éstas y otras de similar corte, no se someten al debate, por parte del gobierno, para aplicar las mejores soluciones a los problemas que enfrenta el país.

Marxismo callejero 3 julio 2020 - 12:12 PM

Muy compacto, muy bueno ese escrito.

Azul 3 julio 2020 - 12:26 PM

Lamentablemente, pienso , lo que se ha hecho para contener la pandemia ,se hizo ya más que obligado por las meteduras de pata de los primeros momentos. El propio presidente lo decía ayer mismo. Esos llamados absurdos, invitando a la gente a venir al Caribe merecen el castigo más elemplar posible. Pero lo hizo una funcionaría con cierto rango. Si hubiese salido de la boca de algún medio independiente,o de algunos de los llamados “opositores ” , todavía lo estuvieran buscando.

Y no se debe soslayar que aparejado a la lucha del personal de la salud,lucha heroica,sin dudas,no se vió por ningún lado que el gobierno desplegara una política social eficaz en cuanto a materia alimentaria ni de higiene,a la altura de los desafíos ocurridos ,y peor aún,los que vendrán.

Carlos 3 julio 2020 - 12:36 PM

Miénteme que me gusta. Muéstrame lo bonito, lo bueno, lo que quiero oír, dime qué todo marcha bien, que estamos mejor que los demás, las maravillas que no existen mencionalas, me encanta ser alagado, exaltado, grande y mejor que los demás.

Me desperté, la realidad era otra.

Azul 3 julio 2020 - 12:53 PM

Harold: Disculpa que por esta vía te pregunte, pero realmente no tengo otra por donde hacerlo. Eres libre de contestar o no,pero por favor, si lo haces , que sea verdad verdadera.

¿ Qué sientes, o piensas ahora mismo,acerca del desenvolvimiento del gobierno cubano en relación a cómo nos encontramos,de cómo estamos viviendo ? Fíjate que no te hablo del personal de la salud,ese para mí es de otra galaxia. Te estoy hablando de,por ejemplo, considerar la respuesta de este gobierno en cuanto al andamiaje económico,a las limitaciones que tenemos los citadinos para adquirir los productos agrícolas, los productos industriales etcétera etcétera. Y considera también los pedidos de tantos economistas y sociólogos importantes acerca de cambios impostergables y la nula aceptación del gobierno.

Y también recuerda que no debe verse solamente en el ámbito de la pandemia. En definitiva, ésta lo único que ha hecho es subir un poquito más por encima de la línea de flotación,a la punta del iceberg. Saludos.

Castellanos 3 julio 2020 - 12:57 PM

Algo me dice que sobre “la aplastante victoria del gobierno revolucionario sobre el coronavirus” estaremos oyendo por los próximos 20 años las 24 horas del día. Será un bombardeo por tierra, mar y aire que nos va a dejar sin resuello.
Si hablaran con tanta energía y frecuencia sobre las dificultades que nos hacen la vida tan difícil a los cubanos de a pie y las vías para resolverlas de verdad, tal vez se darían los primeros pasos importantes en la dirección correcta.
Pero de esas se habla poco para “no darle armas al enemigo”, o porque el bloqueo imperialista no permite que los recursos que necesitan nuestros extraordinarios periodistas oficiales lleguen a sus manos.

Shyru 3 julio 2020 - 1:52 PM

No cantemos victoria todavía. Queda mucha pandemia por delante y requerirá de toda la inteligencia colectiva de esta sociedad y de la valentía política y responsabilidad de los servidores públicos. Las autoridades asumieron el reto y han logrado contener la propagación exponencial de la enfermedad a pesar de las primeras indecisiones. El desempeño de los trabajadores de la salud todos, ha sido heroico y extraordinario. Pero han quedado asignaturas pendientes y en la recuperación y sus distintas etapas y fases se deben repensar los aciertos y errores cometidos para que la postpandemia no se convierta en un desastre. Ya el Presidente ha anunciado la voluntad de llevar a vías de hecho y sin dilaciones todo lo que está aprobado por los últimos congresos del PCC en los lineamientos, la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista y el Plan Nacional de Desarrollo Económico hasta 2030. Todos sabemos que no es con exhortaciones y llamamientos que se aumentará la producción de alimentos, se requieren estímulos y mecanismos de sobra probados para lograrlo. El campesino no produce más para abastecer al pueblo, lo hace para vivir mejor y lo otro es una consecuencia. Ojalá no se repita, una vez más, el Gatopardismo de Lampedusa.

Jagger Zayas Querol 3 julio 2020 - 8:20 PM

Concuerdo con la autora del post en que las decisiones gubernamentales y del Partido deben apoyarse en los criterios que aporta la ciencia. Pero no solo las ciencias exactas y naturales, sino también las ciencias sociales para dejar atras las improvisaciones, las propuestas cargadas de prejuicios ideológicos y políticos sin verdaderos fundamentos y basados mas en dogmas y credos y sin la mente abierta y creadora de la investigación, la inteligencia y el saber y saber hacer, dogmas que nos han arrastrado por decenas de años.
Decía la autora: » Los graves problemas de nuestra economía no hacen de Cuba la opción más atractiva para los trabajadores del mundo.»
Pero no es ni siquiera para los trabajadores del mundo. No, no lo es fundamentalmente para nuestros jóvenes quienes emigran para ser trabajadores en otros países, realizando su aporte productivo allende los mares y pariendo a sus hijos y nietos nuestros en otras tierras, mientras que en la Patria el envejecimiento acelerado de la población, si bien por la alta esperanza de vida al nacer, también por la infima tasa de natalidad de nuestro país, que atenta fuertemente contra la reproducción y relevo de la fuerza de trabajo.
De todos los problemas, a mi juicio, este es el más grave.
No soy pesimista y he luchado como casi todos los cubanos para que nuestro país salga del atraso y el subdesarrollado a pesar del enorme capital humano y calificado creado por la Revolución, pero los modelos de desarrollo que hemos experimentado han sido un fracaso y no hemos ganado la batalla economica, creando el estado de cosas que hoy sufrimos y multiplicando la marginalidad,el salvese el que pueda, los indicios de ingobernabilidad, la malversación y la corrupción.
Tendremos después de la pandemia, una nueva anormalidad.

Antonio 3 julio 2020 - 9:15 PM

Discrepo de la redacción del párrafo final, requeriría de cambios para ajustarse a la realidad. La autora seguramente sabe que el gobierno cubano es un ente de ficción, la estructura a la que se le llama como tal no posee autonomía para diseñar ningún plan; tampoco para decidir, convocar ni movilizar. El poder reside en otro aparato bien conocido y dentro de él se concentra en un grupo muy reducido de personas. Diseñar una solución para los problemas acumulados en Cuba va más allá de un grupo selecto de “tanques pensantes”; rebasa la competencia de una reunión con los “factores” e incluso de lo que en medios oficiales se insiste en llamar “sociedad civil.
Hacer política no debería ser elaborar en secreto proyectos de documentos, hacer consultas y luego filtrarlas a conveniencia por los mismos que los escribieron. La participación debería promover el debate a partir desde inicios de un escenario más público y multifactorial. Por supuesto, la evaluación de resultados requeriría de rendiciones de cuentas de modo crítico, sin adornos ni complacencias. Las dificultades conocidas que debieron ser consideradas en el diseño que se apruebe no pueden servir de justificaciones. Las opiniones sobre lo realizado deben ser públicas y provenir de cualquier sector de la sociedad.
El secretismo no promueve la convocatoria que requieren estos momentos ni mucho menos lo que avizora el futuro. La vía de la “opinión del pueblo” dejó de ser un instrumento eficaz de información sobre lo que piensa la población.
Hay que actualizarse; tanto el escenario como los actores son otros. No estamos en momentos en los que el discurso de una personalidad carismática sobre un tema, una campaña o invocando un plan eran suficientes para provocar un estado de éxtasis colectivo de fe casi religiosa. La población es otra muy diferente en cuanto a objetivos y aspiraciones algunos de ellos, devenidos en exigencias actuales, son resultado de logros de la propia revolución.
La época de los llamados, exhortaciones, consignas y campañas se agotó. Existe cansancio en oír hablar de fortalezas, logros y resultados relevantes silenciando el paquete de problemas existente y obviando las responsabilidades de donde provienen.
Y que conste, los gobiernos yanquis son HP, pero eso me los sé y no puedo cambiarlo. Saludos.

Los comentarios están cerrados.

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