Señala mecanismos de participación que garanticen el poder popular sobre la toma de decisiones políticas, la transparencia institucional, gobierno abierto y rendición de cuentas
Desde el 27 de Octubre son públicos los datos preliminares de esta primera etapa de elecciones Generales. El 82.05% de los ocho millones 451.643 mil electores inscritos habían votado para esa fecha. 91,79 % fueron validas, 4,12% entregadas en blanco y 4,07 % anuladas.
¿Qué resultados tenemos aquí?
- 1 millón 517.069 cubanos inscritos no fueron a votar (por una causa u otra) en esta primera etapa.
- 6 millones 934.573 de esos más de 8 millones de cubanos continúan votando (de manera libre y consciente) y mantienen la estabilidad política del país.
- 285.704 de esos cubanos que votaron dejaron sus boletas en blanco.
- 282.237 de esos cubanos llenaron mal sus boletas (ya sea a propósito o por no entender bien las reglas de elección de candidatos).
La mayoría de los cubanos prefieren mantener la gobernabilidad aprendiz de socialista mientras se construye un país económicamente sostenible. Ahora, ¿cómo mejorar nuestra democracia? O mejor aún:
¿Por qué 1 millón 517.069 cubanos inscritos no fueron a votar en esta primera etapa?
¿Por qué 285.704 cubanos dejan a conciencia boletas en blanco?
¿Por qué 282.237 cubanos llenaron mal sus boletas?
No tengo datos ni encuestas oficiales para responder esas preguntas, pero me atrevo a sugerir algunas ideas. Un porciento de ese más de un millón y medio de personas (sumando a los que no votaron, los que dejaron las boletas en blanco y los que llenaron mal las mismas) no fueron a votar porque prefieren caer en anarquía antes de seguir con el actual gobierno, y otros de ese porciento de cubanos no fueron a votar (o llenaron mal sus boletas) por causas ajenas a su voluntad.
Cuando pensemos en estas dos problemáticas debemos tener en cuenta la existencia de muchísimas personas que aportan a la sociedad cubana, la mayoría de las veces de manera semi-altruista, y todos aquellos dirigentes competentes con los que contamos. Es decir, mientras el pesimismo inunda a muchos, hay otros yendo a trabajar todos los días, los hay madrugando en el colegio electoral y la amplia mayoría sigue yendo a votar. Pero sería ingenuo no ver esto como un llamado de atención así que debemos:
- Materializar políticas de desarrollo sostenible autóctonas y realmente socialistas.
- Perfeccionar los medios de difusión masivos con los que cuenta la Revolución, buscando un mayor acercamiento al pueblo.
- Habilitar espacios donde las personas de forma voluntaria (o anónimamente) puedan dejar sus criterios de cómo mejorar el sistema para quienes no votaron por razones de fuerza mayor, puedan hacerlo en el futuro.
La fascinación de la prensa extranjera con un porciento de la sociedad cubana que no fue a votar y resulta ínfimo en comparación con el abstencionismo en muchos de los países que nos critican, es risible. Nosotros, a concentrarnos en las razones por las que hubo cubanos ausentes, y a pensar en los que sí fueron, que sigue siendo la amplia mayoría y toca darles cada vez más razones para apoyar el único camino a la soberanía que ha conocido este país.