La cuestión racial, en las penumbras de la sociedad cubana

Getting your Trinity Audio player ready...

Hace unos meses, durante una reunión de amigos en casa, estuvimos conversando acerca del racismo y los prejuicios raciales en nuestro país. Uno de ellos —de piel blanca— en forma genuina preguntaba: «¿Existe racismo en Cuba?», y se respondía a sí mismo: «No caballero, aquí no hay eso».

Al escuchar esta expresión quedé sorprendida, fue difícil asimilar que alguien esté convencido de que en Cuba no existen barreras raciales, siendo un problema que me afecta a diario, como joven negra. Pero como mi amigo también piensan  muchos otros cubanos.

Aquellas personas que no pertenecen a la raza negra, difícilmente entiendan la experiencia de vida de los afrodescendientes. Incluso en la sociedad contemporánea, donde ya no se condonan la esclavitud y la trata de personas, ser negro aún resulta complicado. Actitudes como las que sufren los negros que huyen del conflicto armado en Ucrania, desplazados por autoridades que dan preferencia a ciudadanos de piel blanca, demuestran que el racismo todavía corre por las venas de nuestra sociedad.

Los prejuicios están latentes y afectan la vida de negras y negros en todo el mundo, quienes vivimos cada relación social a través de un lente racial cargado de prejuicios y estereotipos; sin embargo, tal fenómeno puede resultar aún más problemático en un contexto en que la cuestión racial se considera superada y se llega a invisibilizar.

La Revolución cubana desde sus inicios tuvo un carácter humanista, enfocada en resolver las desigualdades y dificultades sociales existentes, y así fue con el problema racial. No obstante, a diferencia de otros fenómenos —como el rol de la mujer en la sociedad—, el tratamiento del racismo quedó rezagado y, de forma progresiva, se convirtió en un tema tabú y en apariencia solucionado. En consecuencia, aún la discriminación racial y la situación económica y social del negro permanecen insuficientemente abordadas.  

A pesar de sentirme libre y segura en mi país, a lo largo de mis veintitrés años he tenido continuas experiencias discriminatorias que me permiten afirmar la persistencia de prejuicios raciales en nuestra sociedad. Y aunque los afrodescendientes en Cuba generalmente no somos víctimas de macroagresiones, o actos y expresiones racistas explícitas y violentas; las mismas han sido remplazadas por microagresiones, es decir, ofensas breves y cotidianas, manifestadas de forma verbal, conductual o ambiental; sean voluntarias o involuntarias, y expresadas a través de humillaciones e insultos raciales negativos.

Cuando muchos piensan la cuestión racial en Cuba, tienen como punto de referencia el racismo sistémico, la encarcelación masiva, la brutalidad policial y los crímenes de odio en otras latitudes geográficas; circunstancias que juiciosamente los medios internacionales y nacionales han condenado durante años. Es cierto que la brutalidad policial, así como los crímenes de odio, raramente se ven en nuestra sociedad, en la medida en que ocurren, por ejemplo, en Estados Unidos. Sin embargo, ¿es esto señal de que los negros y negras vivimos en un país que no distingue la raza? Rotundamente, no.

Cuestión racial
La brutalidad policial, así como los crímenes de odio, raramente se ven en nuestra sociedad, en la medida en que ocurren, por ejemplo, en Estados Unidos. (Foto: Getty Images)

Afirmar que en Cuba se ha llegado a una época posracial, invalida las experiencias de aquellos que son marginados. He escuchado en numerosas ocasiones a personas que anulan mis vivencias como joven negra cuando aseguran que los blancos no tienen privilegios, y que al menos en nuestro país no existen manifestaciones racistas.

En Cuba coexisten discriminación racial, racismo estructural, y prejuicios raciales, arrastrados durante años sin ser apropiadamente tratados y solucionados. Los blancos continúan siendo el referente y ostentan las más altas posiciones económicas y de poder en un país donde los afrodescendientes nunca dejaron de estar en segundo plano.   

Desde pequeña me percaté de que era diferente. Ser una niña de primaria y escuchar como otros jóvenes, al salir de la escuela, me gritaban «Negra», como ofensa, hizo que cuestionara mi color de piel y me marcó por el resto de la vida.

El bullying es un fenómeno horrible que lamentablemente muchos niños, niñas y jóvenes experimentan en su vida. Sin embargo, sufrirlo a costa de tu color, con tan poca edad, te revela que tu piel no pasara? desapercibida, sino que tendrá un rol protagónico en tu vida.

Alguien muy cercano me comentó hace poco, cómo a causa de las burlas en su secundaria y en la calle dejó de mirarse al espejo durante largo tiempo. Esta anécdota me alertó sobre cuán impactante resulta que utilicen tu color de piel para ofenderte; demuestra que la sociedad actual aún considera que ser negro es una «desgracia», o se iguala a ser feo o bruto, en fin, a ser inferior al blanco.

Desde la infancia, los niños y adolescentes adoptan pensamientos y conductas aprendidas en su entorno familiar. Te das cuenta cuando escuchas las burlas hacia el pelo afro de las niñas negras, o como aún lo llaman: «las pasas»; cuando las llaman «feas» porque no tienen un color de piel claro y su pelo no es lacio, o cuando muchos no las encuentran atractivas porque en ocasiones en sus casas se les dice: «Aquí no me traigas una novia negra».

Los niños no nacen racistas, ni con prejuicios instalados en sus mentes de forma automática. Dichas expresiones y conductas se escuchan y se aprenden en la familia, el barrio, la escuela, los medios de comunicación y las redes sociales.

También, como alguna vez debí soportar, muchas niñas y hasta niños negros sufren los daños del llamado desriz de potasa u otro producto químico para lacear el cabello. Y es que, de seguro ha escuchado o ha sido partícipe de la categorización del «pelo bueno» de los blancos y el «pelo malo» de los negros. Hasta a mí a veces se me va, aunque trato siempre de corregirme. Claramente, no hay pelos buenos ni malos, sino de diferentes texturas y cuidados.

Cuestión racial
No hay pelos buenos ni malos, sino de diferentes texturas y cuidados. (Foto: Negolution)

Siempre hago esta analogía: la piel blanca es conocida por ser muy sensible a los rayos solares y requiere muchos más cuidados, mientras que la piel negra es más resistente al sol; sin embargo, nadie se refiere a la piel blanca como mala, ni a la negra como buena, simplemente son diferentes.

Que aún se intente denigrar los rasgos afrodescendientes, resulta vergonzoso. Estas denominaciones, —surgidas en época de la esclavitud, cuando los blancos colonizadores se designaron como la raza superior— continúan transmitiendo estereotipos y frases racistas de una generación a otra.

Desrizar el pelo es consecuencia de la denigración hecha al pelo afro y rizado durante años. A pesar de que actualmente vemos a más niñas, adolescentes y jóvenes aceptando su cabello natural, muchas aún buscan sentirse valoradas por una sociedad que las considera no deseadas por tener el pelo afro, la nariz ancha, los labios gruesos y la piel oscura. El laceo del pelo es resultado de prejuicios enraizados en nuestra comunidad, y fue una forma que los afrodescendientes encontraron para encajar y acercarse a los estándares de belleza del blanco.

Crecer con estos estándares crea en personas negras complejos hacia su raza, que las alejan de la belleza y fuerza que tiene nuestro color. Pasamos cada día escuchando frases, chistes y presenciando comportamientos negativos que progresivamente afectan la psiquis, autoestima y dignidad de los afrodescendientes; y en efecto, logran que nos creamos inferiores. Es importante que hagamos saber a nuestros niños y niñas, que ser negro es bello; debemos hacerlos sentir valorados y enseñarlos a aceptarse sin importar lo que sugieran los estándares sociales.

Desde pequeños, muchos afrodescendientes se convencen de que su color de piel es una desventaja, y a la vez aprehenden los prejuicios y estereotipos hacia su propia raza. Es de esta manera que vemos negros con prejuicios hacia otros negros, pues han internalizado el racismo presente en la sociedad.  

Casi de manera absoluta puedo afirmar que un niño blanco nunca recibirá ofensas relacionadas a su color de piel, al contrario, se le atribuirán de inmediato todas las cualidades que aún se asocian como inherentes a las personas blancas. Los blancos ya tienen ganadas las cualidades buenas, los negros nos las tenemos que ganar, pues somos juzgados instantáneamente en base al color de piel.

Existe otra microagresión con la que los afrodescendientes debemos lidiar. Ya es normal para muchos negros el saber que tenemos que trabajar y estudiar el doble, pues son diversos los estereotipos a romper en el ámbito escolar y profesional. A lo largo de mis estudios, siempre estuve entre los mejores alumnos, no obstante, sentía que al ser negra tenía que estudiar un poco más y ser más disciplinada.

Primeramente, numerosos profesores tienen prejuicios y asocian con frecuencia la inteligencia y el buen comportamiento a los estudiantes blancos; mientras, los estudiantes negros están sujetos a expectativas y prejuicios que deben romper. En ocasiones, sentía mucha presión, pues si no alcanzaba buenas notas sabía que algunos profesores no me verían a mi, sino a mi raza. Por estas situaciones pasan no pocos afrodescendientes, que detentando cargos y responsabilidades sienten que deben representar a la raza y saben que de no cumplir con las expectativas, el resto dirá: «¡Tenía que ser negro!»; y eso es lo que no queremos que digan.

Cuando un negro comete un error o tiene un mal comportamiento, muchos no lo toman como una acción individual, sino que se lo atribuyen a la raza. Esto es lo que cargamos a nuestras espaladas; los estereotipos que durante años se han construido.  Si no eres una persona de color, seguramente no has lidiado con esta experiencia, tu raza no habla más de ti que tu persona.  

El racismo y los prejuicios raciales en Cuba subsisten en determinadas frases que oímos a diario. Seas hombre o mujer, si tienes una pareja blanca, seguro has escuchado: «Oye, tú si ganaste», «Vaya, le hiciste un favor a tus hijos», «Tú si adelantaste la raza», «Fuiste inteligente» o «Qué suerte la tuya».

Asimismo, si te destacas en el ámbito escolar o profesional, desde luego has escuchado: «Oye, tú debes ser blanco por dentro», «Tú si eres un negro de verdad» o, como me dijo mi director en el preuniversitario: «No, pero tú por dentro eres rubia de ojos azules», haciendo alusión a mi disciplina y buenos resultados académicos.

Cuestión racial
Si te destacas en el ámbito escolar o profesional, desde luego has escuchado: «Oye, tú debes ser blanco por dentro». (Foto: Kaloian Santos)

O si eres negro con facciones y rasgos de blanco, te han halagado diciéndote: «Es un negrito de salir» o «Eres linda para ser negra», como en diversas ocasiones me han comentado.

En conclusión, te halagan si tu pareja es blanca, si tus hijos no salieron negros como tú, e incluso, si te acercas a sus estándares de belleza. ¿Pero es esto realmente un halago? No creo que deba agradecer a nadie que me diga que adelanté la raza, ni que soy una «negrita de salir» porque tengo «facciones finas o de blancos». Al contrario, me siento indignada, irrespetada, por comentarios y frases que continúan poniendo a la raza blanca en lo alto de la pirámide social, mientras que el negro queda en segundo plano.

Los negros no tenemos que adelantar la raza. Si mi hijo es tan negro como yo, seré tan feliz como si no lo fuera, me sentiré orgullosa de su raza y haré que también se sienta así. No es una desgracia heredar la piel negra oscura, el pelo afro y la nariz ancha.

Por otro lado, si soy buena en mi trabajo y en la escuela, si soy disciplinada y respetuosa, no es porque nací blanca por dentro, pues en realidad soy tan negra por dentro como por fuera. La inteligencia y buenos logros son consecuencia del estudio y sacrificio de cualquier persona, son cualidades que no están asociadas a color de la piel alguno, ni blanco ni negro.

Aún resulta difícil para la sociedad cubana relacionar cualidades buenas con los afrodescendientes. Esto se traduce en los estereotipos asociados a una persona negra. Todavía muchos se asombran cuando comento o saben que soy licenciada en Derecho, trabajo como modelo, domino el idioma inglés, no tuve un hijo con diecisiete años, y tampoco soy revendedora. Si fuera blanca, quizás la reacción sería diferente y no causaría tanta sorpresa.

Y es que la sociedad mantiene una visión reduccionista de las personas negras; aún las ven como delincuentes, trabajadores sexuales o de escasa educación. Un ejemplo cotidiano es cuando están acompañados de un extranjero blanco, y de forma inmediata e inconsciente, las personas a su alrededor y hasta los agentes policiales relacionan al afrodescendiente con la prostitución. Cuántas veces no ha sido inquirido por las autoridades un negro acompañado de extranjeros; y solo luego de demostrar su nivel de educación y trabajo logra evitar la detención.

Esto me hace recordar la publicación en Instagram que realizara una influencer negra colombiana sobre su experiencia cuando viajó a Cuba con su esposo blanco. Ella comentaba lo mal que se sintió en cada lugar al que iba, las miradas discriminatorias y la falta de atención, pues a la hora del servicio siempre se dirigían a su esposo, al asumir que por ser negra y estar acompañada de un blanco, él era el proveedor. No les pasaba por la mente que pudiera ser su esposa, y una mujer independiente y trabajadora.

En muchos casos nuestro color de piel nos impide alcanzar metas y establecer relaciones deseadas. Aún vemos como el mundo del ballet clásico es predominantemente blanco, no imagino cuantos niños y niñas negros quedaron sin sus sueños realizados.

En la mayoría de los centros de trabajo o negocios, estatales y privados, e instalaciones turísticas, los negros continúan ocupando los trabajos peor remunerados, con pocas excepciones. No es casualidad que todas las trabajadoras de limpieza o los custodios sean afrodescendientes, mientras los gerentes y jefes son blancos. Cuando voy a algún establecimiento gastronómico, sobre todo privado, siempre noto que las dependientas, bartenders y personal que atiende al cliente, son blancos.

La representación de los afrodescendientes en el arte cubano también es clave para reflejar y luchar contra los clichés raciales. Los artistas expresan la realidad que les rodea a través de su arte, sin embargo, también deben romper barreras y construir nuevos paradigmas sociales. El arte influye en la personas y puede impactarlas de forma positiva, o negativa. Es por esto que la representación importa.

Cuestión racial
Victor Patricio Landaluze, «Día de los Reyes en La Habana,» ca. 1860s–1880s. (Foto: Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana)

Las pieles negras deben estar representadas en el cine, la televisión, la música, la moda…, de manera tal que se rompa con los estereotipos raciales y se deconstruyan los prejuicios. El arte no ha de reafirmar los clichés que existen, sino que debe servir de facilitador en la lucha contra el racismo.    

El racismo no es un tema que se aborde con frecuencia en los medios de comunicación en Cuba. Incluso, en el cine y la televisión no se trata a fondo y, cuando se hace, se limita a las dificultades de una pareja interracial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que ser negro, y las dificultades que esto conlleva influye en la vida cotidiana, el trabajo, la familia, los comentarios que escuchamos en la guagua, la cola, el taxi y hasta en la escuela.

Se necesita instaurar más espacios mediáticos donde se confronten con frecuencia, de forma íntegra y honesta, los conflictos de los afrodescendientes. De manera clara, se deben develar las disímiles formas en que se manifiestan los prejuicios raciales en Cuba.

La forma en la que concebimos a los afrodescendientes en los medios es realmente influyente en los espectadores, quienes de manera inconsciente asimilan la imagen que se proyecta de una persona negra. En especial la mujer negra «prieta», como muchos le llaman, carece de representación en videos musicales, películas, teleplays, series y programas de televisión. Son numerosos los videos musicales en los que la presencia de protagonistas negras de piel oscura es casi nula; vemos modelos blancas y mulatas de pelo rizo, o «pelo bueno», pero muy pocas veces negras oscuras.

Resulta decepcionante que incluso directores y artistas negros opten por reafirmar los estándares de belleza tradicionales, al anular la representación de mujeres afrodescendientes. Como modelo, he vivido contadas experiencias en las que mulatas o blancas sean preferidas sobre negras con afro. Por lo general, entre muchas modelos blancas y mestizas suelo ser la única negra, cual forma de cumplir con la cuota de negritud. Por el contrario, con clientes extranjeros los modelos negros y mestizos abundan, pues para ellos somos la representación de la cubanía.

Aunque en las series y programas televisivos nacionales se observe mayor presencia de afrodescendientes, todavía se opta por actores y conductores blancos, mestizos o negros con rasgos físicos considerados «finos». De la misma forma, los audiovisuales, perpetúan muchos estereotipos contra los que hemos luchado durante tanto tiempo. Aun cuando aparecen personajes negros en la televisión y el cine, casi nunca son protagónicos o de interés romántico, sino secundarios, en papeles de apoyo, o como delincuentes y marginados; en fin, que en pocas ocasiones desempeñan papeles importantes.

Recuerdo cuando Disney anunció una versión de la película animada La sirenita Ariel cuya protagonista sería negra. Muchas personas blancas que conozco alegaban que con ello arruinarían su infancia. No logro concebir el nivel de ignorancia y egocentrismo de tales individuos, que piensan que esto se trata solamente de ellos y su infancia.

Esto demuestra cuán internalizado tenemos, como sociedad, que la raza blanca sea el referente, al punto de que esas personas nunca pensaron que mi infancia y la de muchos niños y niñas afrodescendientes sí pudo estar arruinada, pues crecimos viendo casi la totalidad de las princesas, barbies y héroes blancos, y ninguno fue de piel negra y pelo afro.

Considero que este tema ameritaría mucha atención, pues la representación es muy importante e influyente, y en Cuba aún tenemos que lidiar con la forma arquetípica en que concebimos al negro en el arte. Y es que la sociedad es diversa, y esa variedad debe verse personificada. La industria cultural tiene que contribuir a la inclusión del afrodescendiente, con el objetivo de superar la idea del blanco como referente cultural casi exclusivo.

El racismo y los prejuicios raciales sí existen en Cuba. Se hace necesario visibilizar en todos los ámbitos, la situación de los afrodescendientes. Resulta clave instruir sobre este fenómeno a los niños y jóvenes en todos los niveles educativos, las comunidades y familias en todos los territorios del país.

Los medios de comunicación y las manifestaciones del arte han de servir en el proceso de transparencia del tema. Las instancias de poder deberán manejar la cuestión racial de manera genuina y no como estrategias y estadísticas a cumplir. La sociedad cubana debe despertar y reconocer que el racismo es un problema social aún presente, si queremos construir una nación verdaderamente justa e igualitaria.     

21 COMENTARIOS

  1. Excelente escrito. También pueden buscar una seguidilla (no sé si sea el término adecuado) de Alexis Díaz-Pimienta que toca el tema: «En Cuba nadie se racista» se llama.
    En lo personal hace años que no veo una telenovela cubana, ni lo haré hasta que los protagonistas sean negros o mestizos. Cuba es un país mestizo, por tanto, los protagonistas que por lo general se utilizan, y su entorno, no me representan ni me siento identificado con ellos.

  2. El racismo en Cuba si existe, lo he visto en los dos sentidos; del blanco hacia el negro y viceversa. Nunca he entendido el eufemismo del término «afrodescendiente», hay blancos, mulatos y negros, o es que da miedo decir la palabra negro?. Saludos.

    • Nuestro abarcador mestizaje es una realidad palpable. De q razas hablan entonces??? Cuando TODOS asimilemos esto, no se tratará mas el tema. Nuestros jóvenes lo lograrán..

  3. Mi estimada Laura, perdona que no me haya leído todo tu artículo por cuanto creo conocer suficiente sobre el tema.
    Antes que nada déjame avisarte que por lo general a las personas les desagrada mucho leerme por cuanto no me ando con tapujos en lo que digo. Es un hecho que existen prejuicios que cada vez más se van superando. Todavía recuerdo cuando veía en las calles caminando separados a algunas parejas entre norteamericanos blancos con mujeres asiáticas jóvenes y bellas, fueran tailandesas, japonesas o chinas, mientras que en la privacidad de las paredes de su vivienda las «amaban» con la mayor intensidad. Los hombres heterosexuales blancos siempre han sido más dominados e influenciados por los prejuicios del «qué dirán» las personas que lo que lo han sido las mujeres y los homosexuales, los que siempre han estado en la vanguardia para romper con ellos.
    Yo estuve un tiempo en una relación con una mujer negra (que no era bonita en lo más mínimo) con la que me daba los mejores besos. Pero no podía evitar el no sentirme incomodo caminando con ella de mano por las calles. Hay cosas por las que hemos de esperar que vayan cambiando con las nuevas generaciones. También recuerdo de lo mucho que le molestaba a los negros ver a un blanco con una mujer negra bonita, quienes con frecuencia eran provocados para irse a una pelea a puñetazos en la calle; si la negra era gorda y fea, eso no les importaba, pero si se trataba de una negra bonita, hacían comentarios en voz alta para incitar al blanco a que les hiciera alguna reclamación. Es cierto que también a algunos blancos les molestaba ver a una mujer blanca con un negro feo. Y si digo negro feo es porque si se trataba de un negro hermoso y elegante no les molestaba; lo que les molestaba era el aspecto nada refinado que tenía el negro con el que estaban saliendo. Sin duda alguna todavía esos «prejuicios» permanecen hasta cierto nivel. Supongo que si tú tienes hijos tampoco te gustaría ver a tu hija con un tipo de aspecto sumamente vulgar. Pero hay mujeres a las que esos tipos le gustan pues les activan su erotismo como en la historia de La bella y la bestia. Sin embargo es posible que tú no quisieras ni que lo trajera a la casa. Más que racismo lo que existen son discriminaciones y prejuicios. Cuando uno escoge en el supermercado señalamos a la carne, a las frutas o las verduras con mejores apariencias; sí vamos a adoptar a un gato o a un perro escogemos el que no aparezca más lindo o atractivo. Hay cosas en las que naturalmente nosotros no somos tan altruistas, aunque existen excepciones las que -cuando se dan- las he notado mucho más en los blancos.

  4. Cada vez que veo este tema en LJC digo lo mismo: el racismo es difícil de eliminar en cualquier sociedad donde haya más de una raza.
    Lo único que puede funcionar es la existencia de leyes que registren y sancionen el racismo en cualquiera de sus manifestaciones porque de la mente de un racista es casi imposible borrar eso que lo hace sentirse superior y por lo tanto tender a manifestarlo de palabras o hechos.

    • Efectivamente, en los países en los que hay un porciento alto de personas de diferentes razas siempre hay tensiones entre ellas; si en un país africano un 1% de la población es blanca, no hay problemas, igualmente sin un país europeo hay un 1% de población negra tampoco hay problemas; los problemas surgen cuando hay poblaciones en las que un 5% o más sea de una raza diferente a la de la mayoría, sobre todo en los países mi mayoría blanca tratan de beneficiar a las minorías negras, como es el caso de los Estados Unidos, donde los negros están acaparando muchos de los mejores trabajos. Por ejemplo en Miami puedo observar que en los sistemas de transporte, todos (Y si digo todos no estoy exagerando) los operarios de los trenes y autobuses son negros o negras, así como también los empleados en los servicios correos y en la mayor parte de las oficinas del gobierno. Eso es algo que uno no necesita de ser un buen observador para poder notarlo. Y por supuesto los blancos están muy disgustados con ésta situación.

  5. Un tema concurrente y lo seguirá siendo por muchísimo tiempo. No puede decirse que en Cuba haya racismo institucional, al menos en lo legislado, pero en la población subsiste y como alguien apuntó, en ambas vertientes.

    Algo tan arraigado como incorporado en la idiosincrasia popular. Para colmo, los principales directivos o figuras que enarbolan la defensa de la cultura afro y la reivindicación del negro, tienen su pareja blanca, rubia o con un franco “adelanto” como gusta llamarse: atras, ni para coger impulso. La picaresca y la doble moral en estado puro.

    Para rematar, la política oficial de promover a altos puestos en la administración pública a personas por el color de la piel y no por su capacidad, mérito y talento, hace muchísimo mas daño pues se hace evidente el mal desempeño de esas personas, pues para rematar, peor no pueden haberlos escogido. Los casos sobran y por el momento, ni una excepción que defienda el disparate.

  6. La cuestión racial y la discriminación en Cuba, como en muchas otras latitudes, es un problema esencialmente cultural, de educación y en cierta medida, también jurídico.
    La costra y lastre que han dejado siglos de esclavitud no han sido eliminadas ni superadas y afectan mucho tanto a «blancos», como a «negros»: afectan a toda la sociedad.
    En Cuba, sobretodo después del triunfo de la Revolución Cubana, se ha avanzado mucho en este tema, incluso en el ámbito cultural y educativo, y las leyes contemplan sanciones para actitudes y actos racistas.
    Sin embargo, persisten las tradiciones racistas en las relaciones interpersonales, incluso en relaciones y tratamientos oficiales en las que sutilmente, cuando no abiertamente, se hacen presentes discriminatoria mente, dañando la dignidad y autoestima de las víctimas.
    A pesar de la existencia de cuerpos normativos sancionadores de tales acciones y actitudes, muy pocas veces la justicia se hace presente o se divulgan para contribuir a la observancia del tratamiento humano, digno y justo para con las personas «no blancas». Es cierto que poco se hace en el oficialismo por superar la cultura racista, para no admitir la verdad de perogrullo sobre la persistencia del racismo en nuestra Patria, como tanto ocurre en la comunicación social oficialista sobre nuestros desastres económicos, políticos y sociales creando una falsa imagen de lo que es Cuba, para «no dar armas al enemigo» y barren la suciedad bajo la alfombra.
    Justamente ese es mi preocupación con el nuevo Código de las familias, al que considero muy avanzado en nuestro tiempo, pero la no existencia del Estado de Derecho en nuestro país y por tanto, la exigencia jurídica por su incumplimiento, no van a posibilitar que superemos los conceptos atavicos ancestrales -que son esencialmente construcciones y estereotipos culturales- acerca de las familias, el matrimonio, las preferencias sexuales, la responsabilidad parental, etc. y por tanto, suceda con el código de las familias, lo mismo que con la discriminación racial.
    Las leyes deben exigirse para contribuir a la superación cultural y educativa de la sociedad. Si no se exige su cumplimiento por miedo a descontentos populares por su exigencia y aplicación, entonces, el acometido de esas leyes será nulo, como nulas son actualmente las garantías de los derechos constitucionales bajo el falso «abuso de los derechos constitucionales».

  7. Simplemente mi punto de vista. Haber vivido mucho significa haber visto mucho, opino sobre lo mucho que he visto.
    Laura, lo que dice es verdad, eso pasa. Es mi creencia que el gobierno NO fomenta el racismo, las discriminaciones cualquiera estas sean es cuestión de gente vs gente.
    Las instituciones cubanas generalmente No discriminan por el color de la piel, digo generalmente porque si lo han hecho y ha sido para favorecer al negro sobre el blanco, por aquello de balancear y que después no digan, me consta. Comentan que pasó con Arnaldo Tamayo que en igualdad de condiciones el tono de su piel fue decisivo. Racismo puro.
    Aunque las instituciones no discriminan las personas que trabajan en ellas subrepticiamente pueden hacerlo y de echo lo hacen, no solo favorecen a personas de su color preferido, sino favorecen a la joven linda sobre la fea o la vieja, imposible atajar esas actitudes.
    Es cuestión de amor propio ya de adultos molestarse u ofenderse por valoraciones de otros individuos.
    Conozco a dos hermanas desde niñas (ya son madres con hijos en la universidad) que sufrieron acoso institucional, humillaciones y castigos no por negras sino por ser Testigos de Jehová, sus padres por sus creencias no les permitían ser pioneras ni saludar a la bandera ni jurar querer ser como el Che. A esas niñitas todas las mañanas frente al matutino la directora las obligaban a ponerse las pañoletas en contra de su voluntad y se las quitaban cuando todos los demás niños se habían ido, no obstante repetirse el martirio días tras día, sus padres continuaron mandándolas a clases, esto que narro ocurrió en pleno siglo XX en la Cuba revolucionaria. Al paso del tiempo se casaron, ahora son mujeres de bien, buenas madres y buenas esposas, no están amargadas, pero no creen en las buenas intenciones de la revolución, no son federadas ni cederistas, no votan, no por religiosas, porque ya no lo son, sino porque aprendieron en carne propia lo que son capaces de llegar a hacer algunas personas amparadas en su nombre.
    Una que ellas a cada rato ve a una profesora guía y siente que la mujer aparta los ojos avergonzada. Nadie se ha disculpado con ellas

    • si usted ha visto mucho,yo tambien y le cuento……los comunistas no discriminan a nadie si estos piensan o dicen que piensan como ellos y son obedientes.,disenan una sociedad asi y no les importan los derechos de nadie,negro,banco,gay porque ellos no creen en los derechos,en su demente mundo no creen en diversidades y lo consideran desviaciones,claro que esas ninas estan danadas,tienen que estarlo o alcanzaron la meta disenada para ellas : son habitantes sin opiniones , sin querer meterse en problemas y buscando sobrevivir,pues eso son los cubanos : sobrevivientes a una situacion de indefencion y abuso desde que nacen..Si el PVV dice y repite que no hay racismo,pues no lo hay.Ante esta situacion,es mejor para ellos no alborotar mucho,pues la represion y la carcel es un derecho de todos y,como dice Rafael Hernandez,un tanque pensante de la «Revolucion» : los de izquierda no critican a los revolucionarios,sino a la contrarevolucion,al bloqueoy al los Yankys.Yo se que a los que fueron parte de la Horible Maquinaria,les es muy dificil cargar con su culpa,pero en verdad vivir bajo la represion totalitaria comunista ,claro que dana y ahi estan los «hombres nuevos» con cien caras y como el Buscon,orillandose y escapando,para resolver su problema. El Paradigma comunista es sin fronteras,sin genero ni razas: quieres progresar: se comunista o hazte el bobo !!Por favor,no piense que no estan danadas !!!

  8. En mi época la mayoría de los cantantes de renombre era de raza negra o descendientes de esta, tenemos el caso de Vicentico Valdés, Beny More, Pacho Alonso. Rolando Laserie, Moraima Secada, Elena Burke, Enrique Garrido y muchos más, que en estos momentos no vienen a mi maltratada memoria. Todos tuvieron cabida en la radio y la televisión nacional . Ahí está el caso de Celia Cruz que traspasó las fronteras para convertirse en una estrella, pese a su color, de fama internacional. Existe el famoso » choteo» cubano de frases como alguien que hacía algo malo y le decían: tenías que ser negro.
    Para concluir, debo decir que mi mejor amigo era de raza negra, íbamos al cine, jugábamos en el parque, disfrutábamos de la playa y nunca tuvimos frases que atentaran por el color de su piel, siempre un mutuo respeto. Pasarán cientos de años, pero
    siempre en la mentalidad del cubano, existirá la frase, en forma de broma hacia la gente de color.Desde la guerra de Independencia venimos arrastrando los problemas raciales. Ahí está el problema que surgió entre Antonio Maceo y Flor Crombet, incluso tuvieron que aplazar un duelo hasta que terminara la guerra, cosa que ninguno llegó a ver. Aunque me salgo del tema, pero creo que hay problemas más graves, como son la miseria, represión y la falta de las libertades individuales.
    Con un nuevo gobierno se pueden promulgar leyes que enfrenten estos problemas, pero siempre con el beneplácito del pueblo. Gracias.

  9. Ponga su piel dura, Laura, que la discriminación nos alcanza a todos. Con cuatro abuelos españoles y una madre también española, yo me considero con todo el derecho, a considerarme blanco. En la Secundaria, las chicas decían que yo, desnudo, debía parecerme a una botella de leche (eso no me convertía en su preferido). Yo he sido discriminado por cubanos por ser: gusano; demasiado blanco para Cuba; por ser cubano (el gerente cubano del negocio no quiere cubanos, quiere indios); por no ser negro; por no ser gay; Por no ser negro de USA; por no haber nacido en USA; por feo ; por ser marielito. He salido con una negra y he sido perseguido por negros, y tratado irrespetuosamente por blancos . Ya se ha dicho por ahí, que «cuando un indio se pone una corbata discrimina a los demás indios,» y yo le diría que esto aplica a otros muchos, no sólo a los indios.

  10. Saludos estimada Laura, articulo abarcador y completo que ilustra el estadio del racismo en Cuba. Le tengo a usted y los foristas varias preguntas, consideran que el racismo en cuba es una acción institucional del infame estado partido gobierno, es una intención e indicación de este a las estructuras de poder e institucionales, es acaso una estrategia del fallido invisibilizar este prejuicio, si es así díganlo abiertamente, es su derecho, le tengo como ejemplo otros prejuicios tan perjudiciales y que son ampliamente ignorados mediaticamente por todo tipo de publicantes, existe la homofobia y muchos cubanos sabemos de elencos y colectivos artísticos donde si no eres homo o trans no te aceptan y si te aceptan por tu calidad, te la ponen tan dura que tienes que irte, otra, violencia de genero la cual es inaceptable pero… hacemos de la vista gorda cuando las madres golpean a sus hijos, tanto en público como en privado, la última, conocemos de negocios privados donde prima como requisito único el estatus económico del asociado y su aporte económico, no se si conocen que es la discriminación positivo, les instó a interiorizar su concepto y a pensar pq este fallido estado no ha tenido necesidad de aplicarla, les dejo una anectota, no les voy a facilitar mi color de la piel, pero tuve un bisabuelo mambi, que murió en la batalla de peralejo, era blanco, acomodado y judío y prefirió combatir y morir bajo las órdenes de maceo y Guillermon iiky no de Calixto García, blanco e incluso del judío y expedicionario Jordán, ssben la razón, sencilla cuando existe prestigio y liderazgo y una causa justa y común se acaban todas las barreras algo de lo que adolece nuestra sociedad actual, deshumanizada, estratificada según su estatus socio económico y disfrute del poder. Pase usted un buen día, los foristas y gracias de antemano a la joven cuba

  11. Totalmente de acuerdo, no solo por ser su amiga y compañera de trabajo. Solo por ser de piel oscura en todos los ámbitos he tenido que vivir amargas experiencia raciales. He tenido hasta que abandonar mi trabajo en un programa de televisión simplemente porque a una persona que tenía la capacidad de ‘mandar’, por así decirlo, no quería ‘negras’, como lo dijo en ese momento. Soy una de las personas que no pudo cumplir sus sueños de se bailarina de ballet clásicos por su color de piel y aun continúo teniendo esas miradas incómodas sobre mi por tener una relación interracial. Y como dice Laurita, como cariñosamente le digo, se asombran al saber que soy Licenciada en Cultura Física y Deporte con las mejores calificaciones, modelo profesional y tengo un negocio propio de peluquería, eso con tan solo 26 años, sin hijos y sin ser revendedora. Hasta mi familia ha tenido que soportar comentarios incómodos. Mis padres por ser Glorias del deporte, es normal para ellos tener amistades extranjeras, cosa que para la vista de los demás por tener la piel oscura nos encasilla en una forma de ‘jineterismo’. Si fuésemos de piel blanca no pensaran eso. Pero no, somos ‘orgullosamente negros’ y damos gracias a dios porque amamos nuestro color de piel.

    • Gle Oviedo acepte mi mas sincera admiracion. Gente como Usted son los que enaltecen a las razas, comunidades y pueblos a los que pertenecen al reconocer y encarar los problemas. Si sus padres ganaron en competencias deportivas, la que usted gana dia a dia, tambien merece una medalla.

  12. Ivan electrón libre, esta sociedad que tan bien usted describe es producto de la revolución, 64 anitos mondos y lirondos para ella sola, ya no hay rezagos del pasado achacable a otro sistema social. Su abuelo pudo escoger libremente al lado de quien combatía, bien por el y por todos los que pudieron hacerlo. Esta generación no tiene la posibilidad que tuvo su abuelo.
    Particularmente no creo en los resultados positivos que en la práctica se obtendrán con el código de familia por muy adelantado que esté a su tiempo y por mucha propaganda positiva que de él se haga, segura estoy que los fallos favorables a posibles demandas quedaran condicionados a si el querellante es revolucionario y el otro no, siempre ha sido así, con o sin código, no sé por qué va a cambiar ahora si hay manifiesta declaración de continuidad,
    Para mí que el código de la familia y las discriminaciones raciales y de género, son puros divertimientos para que nos halemos los pelos unos a otros, y dejemos en segundo plano lo más importante. ¿A que llamo más importante? Al desastre de vida, a la infra vida que llevamos los cubanos, con el dólar a 165, con la única esperanza en ciernes que para diciembre disminuirán los apagones, no queda otra que sentarnos a esperar que países amigos nos socorran, nos presten o nos regalen. No hay mas.

  13. Todo lo que dice el artículo es muy cierto y lo digo por experiencia propia que es igual que la de la autora. Hay un racismo cultural que no ha sido bien atendido. Muchos de los «blancos» (pues muchos que se dicen blancos en Cuba no lo serían en los USA, por ejemplo) no lo ven, porque no lo sufren en carne propia.

    • Para no redundar: suscribo lo que ha escrito el forista ESTEBAN.No tolero las conductas discriminatorias de ningun tipo.Son.abominables. Cuando he ejercido la docencia he tenido formidables estudiantes negros procedentes, ademas, de otras provincias. Hace algunos años sufro » el racismo de regreso», el de muchos negros a los blancos y las blancas como yo.En esta practica estas personas de piel negra me discriminan favoreciendo a otros como ellos y haciendo caso omiso de mis derechos. No tengo que decir lo triste y absurdo que ello resulta, puesto que esta vendetta , esta espiral de odio no llega a buen puerto. Gracias , Laura.

  14. Buen articulo .. pero respetando su posicion .. sobre que pruebas concretas basa ud esta afirmacion?
    ..
    “ Es cierto que la brutalidad policial, así como los crímenes de odio, raramente se ven en nuestra sociedad, en la medida en que ocurren, por ejemplo, en Estados Unidos.”

    • En cuba cuando necesitan de la brutalidad utilizan la policia y la SE. Los enmascaran un poco con brigadas paramilitares y gente oportunista y agresiva que siempre estan dispuestos a abusar del que esta debajo cuando pueden.
      Acaso no llama violencia al HUNDIMIENTO DEL REMOLCADOR 13 DE MARZO ?.
      Acaso no llama violencia a los MITINES DE REPUDIO ?
      Acaso no es violencia expulsar, deportar o incluso amenazar con hacerlo a un individuo POR PENSAR O EXPRESAR DIFERENCIAS?
      Acaso no es violencia UTILIZAR NINNOS EN MITINES POLITICOS Y ACTITUDES TOTALITARIAS?.
      LOS ARRIBA MENCIONADOS NO OCURREN, POR EJEMPLO, EN LOS ESTADOS UNIDOS CON LA FRECUENCIA Y LA IMPUNIDAD QUE OCURREN EN CUBA

Deja una respuesta

Laura Rivalta
Laura Rivalta
Licenciada en Derecho de la Universidad de La Habana

Más de este autor

Descubre más desde La Joven Cuba

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo