Una polémica victoria diplomática cubana

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La noticia es que Cuba ha vuelto a recibir un apoyo casi unánime a su petición internacional en la ONU titulada «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba».

La resolución que cada año se discute en la Asamblea General de las Naciones Unidas recibió 187 votos a favor, dos en contra —los ya habituales Estados Unidos e Israel— y sorpresivamente una abstención de Moldavia. No votaron Afganistán y Venezuela, que durante varios años no han pagado su membresía en la ONU, y por tanto han perdido su derecho al voto. Tampoco votó Ucrania, por razones hasta ahora desconocidas.

Es la trigésima segunda vez que se logra esta victoria, y no sorprende que una vez más la aceitada maquinaria diplomática cubana haya conseguido un apoyo casi total, más en un momento en que Cuba sufre una combinación de crisis que tienen parte de sus causas en el amplio esquema de medidas unilaterales coercitivas que Estados Unidos impone a la Isla.

El discurso del canciller cubano en la Asamblea se concentró, como es habitual, en los efectos del «bloqueo» sobre la Isla, y culminó con un llamado en inglés: Let Cuba live in peace, dejen vivir a Cuba en paz.

Por su parte, el representante estadounidense que explicó su voto en contra. Afirmó que Estados Unidos había ofrecido a Cuba 100 mil millones de dólares en ayuda humanitaria, un dato que no tiene ningún respaldo en la realidad conocida.

El canciller cubano reaccionó en X: «Es difícil entender cómo pueden los gobernantes de ese país suponer que la comunidad internacional va a creer semejante mentira».

Rodríguez Parrilla no fue el único en cuestionar las afirmaciones del representante norteamericano. La plataforma no partidista US-Cuba Trade and Economic Council, Inc. (Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba) que monitorea la relación comercial entre los dos países también puso en duda las cifras mencionadas en la ONU por parte del Estado norteamericano.

«El embajador estadounidense menciona US$100 mil millones cuando la cifra real era US$36,563,551.00», asimismo detallaron que «la presentación del embajador Folmsbee sugiere que los US$336 millones en productos agrícolas y los US$100 mil millones en exportaciones humanitarias fueron una generosidad del poder ejecutivo, cuando en realidad estas exportaciones están autorizadas por leyes promulgadas por el Congreso de EE.UU. y firmadas por un presidente». En adición resaltaron que «es importante para el Departamento de Estado de EE.UU. ser preciso con sus datos y con su narrativa. La claridad es crucial para la diplomacia».

Pero quizás el elemento noticioso que puso una nota nueva en la cobertura mediática de este evento ya habitual —ya que cada año el apoyo de Cuba es rotundo y no hay mucho nuevo que contar— fue que el voto pidiendo el levantamiento de las sanciones le costó el puesto a la canciller argentina.

Diana Mondino ya había tenido varias contradicciones con el presidente argentino, Javier Milei, quien ha cosechado una larga lista de escándalos en el escenario internacional. Pero el voto en apoyo a Cuba fue la última razón que necesitaba Milei para deshacerse de Mondino, quien será reemplazada por el actual embajador argentino en Washington, Gerardo Werthein, hombre de Milei y de su hermana, también secretaria de la presidencia, Karina Milei.

En un comunicado difundido en redes, la Casa Rosada afirmó que: «Nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales».

Esta democión ha suscitado una cacería de brujas dentro de la Cancillería argentina, ya que Milei afirma que está buscando a todos los diplomáticos que sean enemigos de la «agenda de la libertad».

La oficina presidencial publicó una misiva afirmando que «el país atraviesa un período de cambios profundos y esta nueva etapa exige que nuestro cuerpo diplomático refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales».

Esta posición, que choca con la de varios gobiernos argentinos —cercanos a Cuba o no— en el voto en contra de las sanciones y a favor de su levantamiento, se daba por hecho, casi un trámite en la política exterior argentina. Asimismo, entra en contradicción con la política de la mayoría de las administraciones en el continente y en el mundo.

Para que se tenga una idea, de las administraciones latinoamericanas abiertamente de derechas, hasta ahora, solo el presidente Milei cuestionó la votación. Países con mandatarios como Bukele (El Salvador), Daniel Noboa (Ecuador) o Luis Lacalle (Uruguay) —este último con contradicciones abiertas con el presidente cubano Díaz-Canel—, emitieron su habitual voto en contra de las medidas de cerco económico contra Cuba.

No es el primer inaudito giro de timón de Milei, ya hace algunas semanas ordenó oponerse a la Agenda 2030 de desarrollo sostenible, que apoya hasta Estados Unidos.

Mondino es la cuarta que sale de un gabinete dirigido por los hermanos Milei y que desconfían de todo aquel que no hace exactamente lo que ellos ordenan. Ya antes renunció el jefe de gabinete, Nicolás Posse, y el de Salud, Mario Russo, aunque el total de funcionarios medios que abandonaron ese gobierno asciende a 80.

La despedida de la canciller por el voto contra las sanciones fue celebrada por representantes cubano-americanos que han hecho carrera sobre la base de promover políticas que afectan directamente a quienes viven en su país de origen.

El representante republicano de origen cubano, Carlos A. Giménez dijo en X: «Como congresista cubanoamericano, agradezco su solidaridad con el pueblo cubano. El régimen asesino de Cuba no tiene cabida en nuestro hemisferio».

Por su parte, la representante republicana María Elvira Salazar fue más lejos en su agradecimiento a Milei por despedir a la canciller. Aunque es violatorio del derecho internacional que un Estado utilice un esquema de sanciones para provocar cambios en la política interna de otro país, para Salazar la actitud del presidente argentido lo convierte en un «referente moral en este hemisferio». «Alguien que está demostrando que, con valores democráticos, con libertad, y con economía de mercado, se puede llevar prosperidad a los pueblos».

Esta noticia significa que la condena a las sanciones sigue inamovible en el escenario multilateral, lo cual evidencia la sinrazón de esta política, y el obvio daño que impone al pueblo de Cuba, que sin dudas es una violación del derecho internacional. También refleja la buena salud del dispositivo diplomático cubano internacional, que se enfoca en lograr esta hazaña diplomática de poner de acuerdo al mundo en al menos un tema y sin mayor discusión que discursos laudatorios a Cuba y su resiliencia, lo que resulta en una votación casi cerrada.

A pesar de los años de engorde de estas sanciones, y del esfuerzo denodado de diferentes generaciones de políticos, y representantes al Congreso estadounidense que han redactado complejas y abarcadoras regulaciones para impedir toda bocanada de aire a la economía cubana, abundan los que se preguntan «¿qué bloqueo?».

Lo que hoy se resume y codifica en la Ley Helms Burton, tiene acompañadas otras leyes como la Torricelli, y una larga lista de medidas y decretos que ponen límites o regulan todo vínculo entre Estados Unidos y Cuba. Desde el envío de correo directo, el acceso a cables submarinos, hasta el uso de plataformas internacionales como Zoom, o la App Store de Apple, que sin vpn en Cuba no funcionan.

El jurista experto en derecho internacional público, Ernesto Moreira, circuló un mensaje por redes sociales explicando en la práctica qué significan las sanciones.

No hay margen de error con un aparato burocrático tan organizado y estructurado con el estadounidense: existe un embargo comercial total en relación con Estados Unidos; prohibición de importaciones desde Cuba hacia Estados Unidos; prohibición de asistencia económica a Cuba y prohibición del uso del dólar para Cuba en sus transacciones internacionales, lo cual significa que la Isla debe cambiar las monedas para poder hacer buena parte de su comercio internacional; prohibición de viajes turísticos de estadounidenses a Cuba, por solo mencionar unas pocas de las que lista Moreira en su mensaje.

Según explica el jurista, las sanciones tienen un amplio alcance extraterritorial, una de las razones por las que el mundo entero rechaza este esquema que permite poner multas a bancos o compañías no estadounidenses por el solo hecho de ofrecer servicios a Cuba.

Por ejemplo, si un país brinda asistencia económica a Cuba, podría dejar de recibir asistencia económica de Estados Unidos; además todas estas prohibiciones se extienden en teoría para los nacionales de terceros países que radiquen en Cuba; cualquier barco que atraque en la Isla enfrenta una prohibición de atracar en Estados Unidos en los siguientes 180 días; el gobierno estadounidense está obligado por su propia ley a oponerse a la entrada de Cuba al sistema del FMI y el Banco Mundial, instituciones que podrían ser proveedoras de créditos y préstamos a la Isla.

Sobre la supuesta no responsabilidad de Estados Unidos en la crisis energética que vive Cuba, como afirmó la secretaria de prensa de la Casa Blanca recientemente, están activas sanciones específicas para el suministro de combustible a Cuba por entidades de terceros países.

Y por ganar en brevedad, no entramos en la sarta de implicaciones que tiene estar en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

El jurista también explicó que la complejidad y amplitud de este sistema de medidas tiene un efecto disuasorio y muchas empresas y bancos evitan relacionarse con entidades cubanas, por el peligro de ser sancionados por la Oficina de Control de Activos del Tesoro.

La principal razón que arguyen aquellos que niegan el entramado sancionatorio como quien niega que la Tierra es redonda, es que en Cuba se vende pollo o manzanas estadounidenses. No obstante, se trata de una excepción aprobada a finales de los 90 que permite la exportación de alimentos y medicinas de Estados Unidos a Cuba, pagado al contado y sin créditos. Sin embargo, las medicinas estadounidenses nunca han sido importadas por el gobierno cubano porque el procedimiento es extremadamente engorroso, y entre otras condicionantes, exige constancia de que estos insumos de sanidad no puedan ser comercializados por el gobierno cubano.

Por otro lado, recientemente se aprobó que empresarios privados cubanos abrieran cuentas en Estados Unidos, lo cual no se ha implementado a cabalidad porque también tiene una serie de limitaciones.

Persiste muy viva y larga la llamada Lista de Entidades Restringidas, que incluye a muchísimas empresas, hoteles, servicios que según los que redactan la lista pertenecen al conglomerado militar GAESA. Esto implica, básicamente, que un empresario o visitante estadounidense que respete a cabalidad esa lista tiene que pensarse en qué hotel quedarse, qué refresco tomar, o qué transporte utilizar para moverse en la Isla.

En otro orden, el giro mielista de despedir a Mondino significa también que los caminos de la extrema derecha arriban a límites desconocidos. Singularmente estas acciones tienen apoyo de voces igual de extremistas en la política norteamericana pero que se asumen como garantes de un «cambio democrático» en la Isla.

Los elogios de Salazar al presidente argentino contrastan con los múltiples señalamientos que le han hecho al llamado «libertario» porque sus políticas han afectado a las capas más empobrecidas de la sociedad, han reducido las oportunidades de estudio y han traído una oleada de protestas, que además, han sido reprimidas violentamente por la policía. ¿Será esa la democracia que pretende la congresista llevar a Cuba?

Nuestra opinión es que las sanciones deben ser levantadas de inmediato, utilizando todas las vías posibles para ahuecarlas y debilitarlas, primero porque tienen como principales víctimas a las comunidades más pobres de Cuba, y si fuese necesario ponerle imagen a esa pobreza, obsérvense los territorios rurales que sufrieron el embate de Oscar.

La razón por la que tanto administraciones de izquierda como de derechas votan a favor de la citada resolución en la ONU es porque a casi ningún Estado le conviene que se legitime en un entorno multilateral el hecho de que un país imponga medidas de cerco económico con el solo objetivo de provocar cambios en la política interna de otro, y que además, estas afecten a terceros países con limitaciones para el comercio. Se trata de una violación elemental del derecho internacional que va más allá de ideologías o afectos políticos.

Además, las sanciones, y el discurso de odio aparejado a estas aleja a Cuba de sí misma. No han logrado derrocar al gobierno, y en cambio lo han vuelto más hostil, defensivo, represivo ante un enemigo muchas veces difuso, y justificativo de la no corta lista de fallas domésticas.

El discurso extremista de línea dura que se escucha en la voz de María Elvira Salazar y en plataformas políticas que operan desde medios de comunicación e «influencers», responsabilizan al pueblo cubano de sus carencias por no levantarse contra su propio gobierno. Lo hacen además desde una cómoda distancia, y obteniendo réditos económicos y políticos por ello.

No obstante, el éxito de estas campañas en la comunidad cubanoamericana —demostrada por la más reciente encuesta realizada en la Florida—, e incluso en residentes dentro de la Isla, no puede seguirse intentando contrarrestar desde una propaganda política obsoleta, que, por demás, en no pocas ocasiones emplea las sanciones externas para justificar problemáticas de la política interna.

Urge un debate argumentado, incluso, con quienes por distintos motivos —falta de información o hastío— desconocen o minimizan el impacto del complejo entramado de medidas coercitivas. La discusión debe incluir los cambios que Cuba necesita para desarrollarse con o sin sanciones: desde una verdadera reforma a su modelo de gestión económica, hasta la inclusión de prácticas más democráticas, y de rendición de cuentas que pongan a los funcionarios en función (redundancia intencional) del pueblo. Más allá de las bienvenidas victorias en la ONU, la principal victoria debe ser entre los propios cubanos.

4 COMENTARIOS

  1. Yo no soy nadie. Pero vivo en Cuba y por ello creo que cuento, así como lo hacen otros no sé cuántos cubanos que tienen ideas semejantes y no son pagados ni por el imperio, ni por la CIA, ni somos fascistas. Solo queremos convencernos de que nos equivocamos y nos permiten el derecho de afrontar la equivocación y si estamos correctos contribuir a dirigir al país en la dirección correcta.
    Mucha ONU y mucho de todo sobre el brutal bloqueo, con embargo y sin embargo somos sometidos a un silencio sepulcral, solo se admite del que está asociado fielmente a su causa. El mundo debería considerar también esa situación porque en realidad el levantamiento del bloqueo o embargo a Cuba, no sobrepasaría la oportunidad de expresar otras formas de pensar, que no sean las clásicas mismas, que durante la historia del campo socialista botaron a manos llenas los recursos que ese campo puso en sus manos, destruyeron el pensamiento lógico de que solo el trabajo dentro de tu tierra adorna a tu país, borraron industrias y transformaron la agricultura en un cuento de marabú, nos convirtieron en netos importadores, nos repartieron medallas de destacados de la emulación socialista y al final de tanto éxito están en la ONU con Resoluciones que podrán extenderse los próximos 62 milenios y nada, no resolver nada. Ah, y son los mismos de siempre!!!!!!. Y el cubano de a pie solo en conversación de pasillo.
    Asi, el país está viviendo un intenso desangre de su población en edad laboral, emigrando a cualquier lugar, ya no importa donde, haciendo lo necesario para alejarse de la catástrofe de un país que trata de mantener la «ideología económica» y su poder politico con las siempre bienvenidas ayudas humanitarias y la mediocridad de formas económicas donde los intereses de la parte superior de la pirámide pugnan por tener su espacio en el poder, ya sea por el poder del silencio de los demás o por el invento en forma de MiPymes.
    Muchas gracias, ONU, y redacción, pero el Estado ignora el derecho de ser con sus defectos y virtudes al pueblo de todos los días.

  2. La Joven Cuba siempre pidiendo que los demás hagan, cuando lo razonable y sensato sería que los cambios los haga el régimen cubano, que es el culpable de esa situación. ¿Por qué no piden a los líderes del PCC ( a los que nunca elegimos nosotros) que den pasos hacia un sistema más democrático que garantice las libertades económicas y políticas de todos los cubanos en vez de quitarles responsabilidad y culpar a USA de todo? ¿Es USA la que decide invertir casi todo el dinero del país en hoteles y descapitalizar la agricultura o la industria eléctrica, o es el PCC?

  3. Hubo un tiempo en que en ciertos aspectos, no en todos, pensaba igual que Dingo. Hoy desde otra perspectiva y escenario he tenido que reconsiderar muchos de esos criterios en base a mi experiencia personal y lo conocido. No me extiendo en el asunto porque tengo en mente escribir un artículo de opinion al respecto desde mi punto de vista. No obstante subrayo que como miembro activo y cuasi fundador del Movimiento Cristiano Liberación, una de nuestras lineas era no apoyar esa politica de embargo. Buenas criticas y acusaciones nos valió entonces esa postura. La cuestión primera es la ética y que consiste en que una potencia extranjera tenga la potestad de decidir como enrrumbar el camino socio político de otras naciones mediante sanciones y chantajes. La segunda es lo inmoral, y esto lo he manifestado incluso en esta parte de la orilla al norte del Estrecho de la Florida, ES INMORAL clamar a un poder extranjero, aunque uno viva en sus predios, aplicar sanciones contra una nación, peor si es aquella en la que nacimos, para promover cambios a sabiendas que esas restricciones afectarán a millones de inocentes que sufrirán por ello. Y mucho más inmoral es si la acción busca provocar el hambre y las necesidades que obliguen a los afectados a lanzarse a buscar una salida a su situación, incluso a costa de su sangre (para algunos mejor porque sería la oportunidad de oro para llamar a intervenciones foráneas) y lo que llena el límite de la amoralidad es que quienes hagan esto vivan fuera de la realidad a la que pretenden aplicar las sanciones. Al menos Dingo parece que vive en ella. En cuanto a los politicos mencionados no merecen ni la mención. Personajes de esta serie real que me recuerda un viejo programa de la televisión cubana y que por su paralelismo costumbrista he denominado San Nicolás del Miameo. Saludos

  4. En los ya lejanos meses de 1960, agosto, en una tribuna improvisada en el center field del stadium del cerro, Fidel Castro le hablaba a Cuba anunciando la nacionalización de todas las empresas norteamericanas (las cubanas también) a toda voz anunciaba «compañía cubana de electricidad» y todos respondíamos «se llamaba» y así con aquella larga lista, como parte del discurso agregaba, la URSS nos comprará todo nuestro azúcar, a mejores precios, nos suministrará combustible, medios de transporte, medicinas y un largo etc. para no extenderme mucho, los americanos en buen cubano Fidel los botó de Cuba a «patadas por el c….» en buen cubano también a veces se responde «de mejores lugares que estos nos han botado y nos hemos ido» amenizaba aquel acto un joven peruano con una acordeón «si las cosas de Fidel, son cosas de comunistas, que me pongan en la lista que estoy de acuerdo con él» le pasó por la mente lo que podía significar en un futuro aquella medida, suspender todo tipo de comercio con la nación que nos vendía y nos compraba todo, donde el comercio en barco es apenas de 24 horas de distancia, y cambiar para un país donde llegar navegando emplea casi un mes, no había un marco razonable para negociaciones, las pasiones eran muchas, la ingenuidad también, el ser humano por derecho propio se equivoca, tiene ese derecho, toda obra humana no es exacta, completa, sin errores, ESTOY EN CONTRA TOTALMENTE, ABSOLUTAMENTE DEL BLOQUEO, DEL BLOQUEO, NO EMBARGO, pero ese apoyo lo voy a dar el día que el gobierno cubana representado por quién mande es ese momento, reconozca publicamente, que botar a patadas de Cuba a los americanos fue un error que le ha costado a los cubanos sangre, sudor y lagrimas, a los dirigentes no, que sirva de ejemplo para la historia, y para que en 700 años los que dirigen los destinos de una nación, los destinos de millones de seres humanos, no se dejen llevar por pasiones a la hora de tomar decisiones que puedan afectar el bienestar y la salud de millones de seres humanos.

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