El domingo presupone según las diversas tradiciones un día soleado, feriado, festivo, familiar, sin preocupaciones. Así debería ser. Pero me llega un artículo sobre las nuevas inversiones hoteleras en el Caribe, donde Cuba ocupa el tercer lugar, y podría ser una noticia halagüeña de domingo. Sin embargo, las imágenes que la acompañan, ensombrecen la noticia, y mi domingo.
Los arquitectos cubanos –principalmente— clamamos por una reivindicación de nuestros derechos profesionales –que son derechos ciudadanos— de que no se nos continúe excluyendo discriminatoriamente del diseño de los nuevos proyectos hoteleros en Cuba, principal programa inversionista del país que da visibilidad a la Arquitectura.
Por 20 años los diseños de los nuevos hoteles en el turismo de Cuba han sido aportados por el socio francés del Grupo de Administración de Empresas S.A. del MINFAR la importante empresa constructora francesa Bouygues Batiment International.
Durante esos mismos 20 años, los más talentosos, expertos, jóvenes en crecimiento profesional, nuevos recién graduados arquitectos cubanos, ni han sido elegidos, ni convocados a concurso abierto o cerrado para proponer y decidir el diseño de un nuevo hotel.
Maqueta 3D Hotel 5 Estrellas Plus. Santiago de Cuba
Ninguna instancia de gobierno en Cuba responsabilizada con el hecho de que se formen arquitectos en Cuba para luego limitarles su ejercicio y aporte profesional a su propio país, han dado razones oficiales. Cuando medimos desmotivación y éxodo, ahí incuestionablemente radica una causa.
De repente, quizás por una conducción política particular en Santiago de Cuba, salió a la luz pública la noticia de que el mayor hotel de lujo en Cuba se construirá en esa ciudad, noticia acompañada de las primeras imágenes del diseño. Para sorpresa, este lujoso nuevo hotel en la simbólica ciudad rebelde, responde a un diseño propuesto y aprobado a un equipo de arquitectos proyectistas cubanos de la empresa de diseño santiaguera, dirigido por Cesar Garrido.
En su momento –pueden hallarse en mis publicaciones anteriores— dediqué varios espacios comentados a lo que se conoce en el ámbito de la Arquitectura como MIMETISMO o reproducción de determinados objetos o sujetos tomados como referencia de la realidad para expresarlos en un edificio a través de la incorporación formal de su imagen a semejanza.
Tal es el caso de este nuevo diseño, cuya expresión asume y nos presenta como imagen la Bandera Cubana, uno de nuestros mayores símbolos patrios.
La crítica especializada es un ejercicio complejo y de un componente subjetivo polémico y cuestionable. Mas no por ello debemos privarnos de ella, como recurso de conocimiento y mejora.
No soy un crítico de la arquitectura, mi principal desempeño ha sido precisamente en el ámbito del diseño arquitectónico, incluyendo varias instalaciones hoteleras en Cuba. Pero desde la sensibilidad que nos va trasmitiendo la vivencia del proceso creativo, y desde el aprendizaje permanente que nos impone el ejercicio de la Arquitectura, deseo compartir dos criterios básicos sobre este proyecto:
La buena Arquitectura Cubana, siendo inspirada en las más diversas tendencias y estilos del momento en el mundo, nos ha legado un patrimonio construido de gran versatilidad, originalidad y autenticidad. Quizás el deseo de afianzar un genuino sentimiento patriótico, condujo a utilizar la bandera como motivo, y es válido. Pero su reproducción mimética y duplicada nos lleva a cuestionarnos sobre los valores de esa propuesta.
En nuestro clima, desde la época colonial, la arquitectura y construcciones en general, han contado con un componente indispensable de adaptabilidad climática como vía y garantía del confort habitable. De esa tradición heredada de España nos llegaron los patios interiores, por ejemplo, a los que se sumaron galerías y portales, persianería y profusos aleros, el uso de celosías y brise-soleils, la ruptura de la volumetría pura con entrantes y salientes, siempre buscando la sombra y el fresco.
Las grandes edificaciones de fachadas acristaladas muy comunes en geografías de climas templados, se ha demostrado científicamente que no son apropiadas para el nuestro. La carga térmica que deberán contrarrestar el tipo de vidrio muy costoso que se emplee, y la carga de aire acondicionado que requerirá producir, también crean un criterio de cuestionamiento bioclimático, energético, económico y de sostenibilidad.
Maqueta 3D Hotel 5 Estrellas Plus. Santiago de Cuba
Puedo estar equivocado, pero creo útil exponerlo.
Y una de las razones, es precisamente la que subyace en la cuestión: la ausencia de concursos de ideas donde los arquitectos cubanos –y extranjeros— puedan confrontar –como es práctica habitual en el mundo— la valía y excelencia de diversas propuestas de diseño.
En la posibilidad continuada de la práctica profesional y en su confrontación, se basa el desarrollo del talento y del oficio técnico-creativo, que tanto necesita Cuba.
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