Parole humanitario, cumbre del Alba, reinicio del curso, y más noticias

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Regresa el parole humanitario con nuevos protocolos

La noticia es que el gobierno estadounidense ha restablecido el otorgamiento de permisos de viajes a través del parole humanitario, un programa implementado por la administración Biden que ofrece la posibilidad de viajar a Estados Unidos y permanecer por dos años en ese país, siempre que tenga un patrocinador calificado que lo apoye.

Los beneficiarios de este programa, dígase venezolanos, cubanos, haitianos y nicaragüenses, vieron esa puerta cerrarse cuando a principios de mes, tras denuncias de fraude, el gobierno decidió parar de tajo el otorgamiento de esos permisos.

Patrocinadores repetidos, números de teléfonos inactivos, números de seguridad social inventados y otros fraudes encontró una investigación que suscitó la suspensión temporal de esta posibilidad que muchos utilizaron para reunificarse con sus familias, o emigrar de manera definitiva.

Si bien este programa se ofrece a ciudadanos de 4 países, los cubanos siguen teniendo un privilegio que las particulariza con respecto a los demás: al año y un día puede comenzar el proceso de ajustar su situación migratoria, obtener una residencia permanente y eventualmente obtener la ciudadanía, todo gracias a la Ley de Ajuste Cubano.

Esta reanudación implicará mayores controles, informan los medios de prensa. La Dirección de Detección de Fraude y Seguridad Nacional del Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), y el Centro Nacional de Identificación de Objetivos de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) se unirán para mejorar los protocolos de investigación de los patrocinadores, aunque la idea es monitorear de cerca cómo funciona este nuevo proceso.

Según Univisión, el nuevo protocolo tendrá una estricta observancia de lo registros financieros y antecedentes penales de los patrocinadores, así como el establecimiento de investigaciones adicionales para identificar perfiles fraudulentos.

Cuando el programa fue suspendido, cientos de familias cubanas sintieron un gran peso, ya que una puerta expedita y legal para llegar a ese país se había cerrado.

Desde el comienzo de este programa más de 520.000 inmigrantes de esos países arribaron a Estados Unidos a través de aeropuertos. Al menos 110.000 cubanos también arribaron así.

Esta noticia significa que la suspensión se debió a obvios fallos de seguridad en el sistema y no a una decisión política encubierta. El potencial migratorio de esos cuatro países sigue siendo alto, y por una vía o la otra intentarán acceder a Estados Unidos, en el caso cubano, por la frontera sur, complicando así la afluencia de persona en ese punto fronterizo, generando posiblemente una crisis negativa para los demócratas en un año electoral.

No es la primera vez que el parole humanitario está en riesgo: ya un grupo de gobernadores republicanos intentaron bloquearlo a través del sistema judicial sin éxito. El programa sirve de válvula controlada y legal para las miles de personas que probablemente hubiesen intentado llegar al mismo destino de manera ilegal y peligrosa.

Nuestra opinión es que esta es una noticia positiva para la gran cantidad de cubanos que esperan reunirse con sus familias y optan por emigrar a USA ante la compleja situación económica que vive Cuba.

Si bien el programa de reunificación familiar ha sido restablecido desde La Habana, para la mayoría de los cubanos visitar Estados Unidos como en el pasado se ha vuelto imposible. En el caso de otras modalidades de viaje, son muchas las trabas para obtener visas de turismo o negocio con múltiple entrada, ya que todavía no se ofrece esa opción desde La Habana.

Por tanto, el parole se convirtió en una vía más, aunque ha funcionado de forma caótica. Algunos de los que aplicaron en el mismo mes en el que se instauró, continúan esperando casi dos años después sin respuesta, mientras a otros le ha llegado a los pocos días de hacer la solicitud. En el proceso de selección tampoco ha habido transparencia ni un criterio definido que permita saber por qué a unos se lo deniegan y a otros se lo aceptan. Quedará por ver si el nuevo protocolo resolverá este problema.

Aunque el parole es una forma de evitar que se engrosen las caravanas de las rutas ilegales, ofreciendo una opción segura, la solución definitiva a la crisis migratoria pasa por incidir en las causas que la provoca, en el caso cubano, la dura situación de carestía económica que es estimulada —además de por deficiencias internas— por las medidas unilaterales coercitivas del mismo Estado que dice acoger «humanitariamente» a los emigrantes. En ese aspecto, no hay novedad hasta el momento.

El ALBA y los desafíos de las izquierdas latinoamericanas

La noticia es que Cuba participó en la XI Cumbre Extraordinaria de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) que inició de manera virtual este lunes 26.

El encuentro sesionó en un contexto particularmente complejo para las izquierdas en la región con fuertes confrontaciones y divisiones. Una de las más visibles fue la arremetida del mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, contra Gustavo Petro y Luis Inacio Lula Da Silva, presidentes de Colombia y Brasil respectivamente, por no apoyar a Venezuela como él esperaba en el proceso electoral en el cual se le acusa a Maduro de usurpar las elecciones.

Las duras críticas de Ortega sucedieron durante la mencionada Cumbre, que tuvo como objetivo acercar posiciones en torno al tema de Venezuela y en la cual participaron los presidentes de Cuba, Bolivia y Nicaragua, además de los primeros ministros de San Vicente y las Granadinas, Granada, Dominica, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía. También estuvo presente, en carácter de invitada, la embajadora de Honduras en Venezuela.

Si bien todos los representantes mantuvieron una postura de apoyo a Nicolás Maduro, la declaración más controversial fue la de Ortega, en la cual tildó de «arrastrados» a Petro y a Lula, y los acusó de competir para ver quién representa mejor los intereses de Estados Unidos en la región, un insulto inesperado hacia dos presidentes que han defendido, a altísimo costo, la soberanía de sus países.

Petro ha respondido diciendo: «Nos ha llamado «arrastrados» Daniel Ortega, solo porque queremos una solución negociada pacífica y democrática en Venezuela. Tal insulto me permite contestarle: Al menos no arrastro los derechos humanos del pueblo de mi país y menos los de mis compañeros de armas y de lucha contra las dictaduras», en un post que ha sido ampliamente compartido por internautas y citado por medios internacionales.

Aunque ni Colombia, ni Brasil, son miembros del ALBA-TCP, son considerados parte del ala progresista de América Latina. Ambos países han llamado al respeto del Consejo Nacional Electoral y de la soberanía de las instituciones venezolanas, pero también a la publicación de las actas, a evitar la represión, así como a la paz y a la negociación.

Por su parte, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel apoyó directamente a Nicolás Maduro, y rechazó las posturas que ponen en duda los resultados electorales en el país bolivariano, no obstante, evitó referirse a cualquier otro representante de Estado en la región. 

La Cumbre terminó con una declaración muy apegada a la posición cubana de respaldo irredento a Maduro, un desenlace esperado, considerando que, además, el secretario general del ALBA-TCP es Jorge Arreaza, ex canciller venezolano, muy cercano al fallecido Hugo Chávez Frías.

Esta noticia significa que una cumbre de una organización encaminada a unir a las izquierdas en el continente terminó catapultando las divisiones entre las diferentes facciones.

El ALBA-TCP es una alianza fundada por los fallecidos líderes Fidel Castro y Hugo Chávez, que declara como objetivo «alcanzar el desarrollo integral, asegurar la igualdad social y contribuir a garantizar la calidad de vida, el buen vivir, la independencia, la autodeterminación y la identidad de los pueblos». La integran Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Dominica, Granada, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, y San Cristóbal y Nieves.

Durante los años de bonanza del chavismo, el ALBA-TCP fue un fuerte aliado económico en la Isla, apoyando directamente programas sociales como la conocida Batalla de Ideas. Actualmente, si bien se mantienen las relaciones económicas, su importancia es más simbólica y política.

Las declaraciones del mandatario nicaragüense, un hombre que está bajo acusaciones y críticas por sus prácticas autoritarias hacia la disidencia interna, e incluso represión hacia miembros del Frente Sandinista, ha potenciado las brechas entre las diferentes fuerzas de izquierda en la región en torno al tema Venezuela.

Maduro afirma que su país está recibiendo «una grosera campaña de descrédito» con el tácito apoyo de Estados Unidos. Mientras tanto, el Tribunal Supremo venezolano ha dado su veredicto, respaldando la proclamación del Consejo Nacional Electoral al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) como vencedor, por lo cual su victoria parece irreversible desde el punto de vista jurídico. No obstante, múltiples presidentes de diversas posturas políticas —entre ellos Lula y Petro— han pedido la publicación y escrutinio internacional de las actas como constancia de la transparencia del proceso; algo que hasta el momento no ha ocurrido.

Las elecciones en el país suramericano se dieron en un contexto sumamente polarizado, en medio de una crisis sociopolítica en la cual han emigrado más de siete millones de venezolanos. Brasil y Colombia, como países colindantes, han sido afectados también por la estampida, viéndose obligados a recibir numerosos nacionales que han huido de las carencias económicas y la violencia. De ahí su interés por una solución pacífica de conflicto.

En cambio, Cuba ha destacado por sus intentos —no siempre victoriosos— de mantener un bloque de izquierdas más o menos unido en la región, respetando las diferencias de cada facción, y teniendo en cuenta el peligro del auge de las extremas derechas aliadas directamente a los poderes imperiales, que ya han triunfado en países como Brasil y más recientemente en Argentina.

La Habana tiene un estrecho vínculo con Brasil, y especialmente con los gobiernos petistas. Lula y Dilma Rouseff ofrecieron acuerdos muy favorables a Cuba a cambio de servicios profesionales en el gigante suramericano. En el caso de Petro, este ha mantenido una posición de condena coherente y persistente exigiendo la eliminación de Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

Nuestra opinión es que el exabrupto de Ortega ha empañado los esfuerzos de la Cumbre como forma de diplomacia multilateral para aunar apoyos al PSUV, en medio de múltiples cuestionamientos de organismos y potencias internacionales.

Asimismo, obliga a La Habana a mantener un silencio ante ofensas tan graves como «arrastrados» o «entreguistas» dirigidas a dos gobiernos muy cercanos a la Isla. Esto también pone al descubierto la pérdida de liderazgo de Cuba, un país que solía ser protagónico en el escenario multilateral, sobre todo, en la mediación de conflictos entre las diferentes facciones de izquierda; una habilidad indiscutible del fallecido presidente Fidel Castro, que hoy no parece mantenerse en su sucesor.

Venezuela es un país clave en las relaciones económicas entre los bloques de izquierda en la región por sus grandes recursos naturales. En el caso cubano, es un importante suministrador de petróleo, un combustible fundamental para la generación eléctrica, mientras que la Isla ha contribuido considerablemente a garantizar una cobertura de salud en el país suramericano, principalmente en zonas rurales. Una posible victoria de una oposición, claramente alineada a los intereses de la derecha internacional, destruiría de facto dichas alianzas. 

Cuba ha mantenido una política exterior basada el respeto mutuo, no solo por un principio político, sino por una necesidad de impulsar relaciones provechosas en las que puedan fertilizar alternativas para sortear las restricciones económicas impuestas por Estados Unidos. El AlBA-TCP fue clave en este sentido.

Que Ortega haya utilizado su púlpito en la Cumbre, ante un coro de presidentes, para ofender a dos líderes que por diversas circunstancias han decidido no respaldar tácitamente a Maduro, no es solo un desaire al ALBA como mecanismo de integración, sino un daño a las relaciones entre países de la región, y una presión al resto de los participantes que optaron por callar.

La crisis venezolana, y las divisiones que ha generado, pone al descubierto los desafíos de las izquierdas en lograr integraciones regionales más amplias que logren trascender las rupturas entre las facciones, y que puedan ser una alternativa real ante las relaciones económicas desventajosas que impone el norte al sur.

Hoy, de las cinco principales economías de la región latinoamericana, (México, Brasil, Argentina, Colombia y Chile) cuatro son administradas por partidos que se identifican dentro del espectro de las izquierdas. Lo peor que puede hacer un organismo que busca constituirse como una alternativa progresista para las Américas es no apostar por su inclusión. 

Uniformes y maestros: los faltantes del nuevo curso escolar

La noticia es que Cuba iniciará su período lectivo en medio de «serias dificultades» y con una necesidad de 24 mil docentes, así lo reconoció la ministra de Educación, Naima Trujillo Barreto, quien recorrió el país «para identificar problemáticas».

Si bien la crisis de disponibilidad de maestros no es nueva en las escuelas cubanas, estas cifras resultan alarmantes.

Por ejemplo, en provincias como Sancti Spíritus, donde al menos 65,700 jóvenes comenzarán la escuela la próxima semana se arranca con 1,500 maestros en falta, que impactan sobre todo en la enseñanza primaria, secundaria y técnico-profesional.

Asimismo, Karenia Marrero Arrechea, directora general de Educación en La Habana dijo a Cubadebate que «al cierre del recorrido de la ministra teníamos un déficit de maestros de 426, pero, a partir de la reorganización que estamos haciendo, vamos por 236. El nivel más afectado ha sido la secundaria».

La ministra informó que algunas provincias presentan una situación más favorable, como Santiago de Cuba, que muestra una cobertura completa. Entre los territorios con mayor falta de docentes está la capital, Artemisa, Mayabeque, Matanzas, Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Camagüey.

Una de las mayores dificultades identificadas está relacionada con la distribución de uniformes principalmente por las problemáticas con el suministro de tejido. Los uniformes no están garantizados en todos los grados de enseñanza, por lo cual, se permitirá en casos excepcionales que los estudiantes asistan a las aulas con otras ropas velando «por la moderación y la mayor uniformidad posible en el vestuario».

Otro de los problemas identificados está relacionado con la disponibilidad de libretas y algunos libros para cubrir la necesidad total, lo cual ha generado debates en grupos de padres que tienen que asumir los elevados costos del material escolar.

Entre las novedades anunciadas para el nuevo curso escolar está la intención de retomar las conocidas «escuelas al campo» con múltiples defensores y detractores. «Vamos a iniciar con octavo, onceno, segundo año de la ETP, en un periodo de 15 días, donde el estudiante, además de trabajar en organopónicos del municipio, va a estar vinculado al trabajo en tarjas, monumentos», explicó Marrero Arrechea.

La buena noticia parece ser que «la base material de estudio para el tercer perfeccionamiento del sistema de educación cubano arriba en estos momentos al país», informa el medio Juventud Rebelde. Dicho programa intenta actualizar planes de estudio para hacerlos más acordes a las nuevas tendencias educativas internacionales y vincularlos con la expansión de las tecnologías de la información y las comunicaciones en el país. «Todo esto dará mayor coherencia al cambio curricular, el cual pretende una mayor flexibilidad en los métodos de trabajo», explicó la ministra.

Esta noticia significa que la migración profesional del sector educacional continúa y es probablemente de los sectores más afectados por la emigración hacia el exterior, y hacia otros trabajos mejor remunerados, probablemente ofrecidos en las formas de gestión no estatales.

Significa también que las familias cubanas tendrán que suplir parte de esa carencia, para que los jóvenes obtengan una educación básica que les permita continuar estudios. La recurrencia a los llamados «repasadores privados» está cada vez más extendida en las familias cubanas ante la ausencia de personal calificado en las aulas. Una práctica que sirvió para «reforzar» los contenidos escolares, muchas veces se ha convertido la principal fuente de aprendizaje, funcionando como una forma solapada de privatización de la enseñanza. 

En declaraciones ofrecidas a la prensa, la ministra se refirió al problema salarial, un asunto viejo que no se ha resuelto con esporádicos incrementos salariales que están lejos de suplir las necesidades de alimentación, mucho menos las de sostener una familia.

La titular afirmó que se implementarán nuevas formas de pago. «Ayudaría mucho la flexibilización de las normativas que amparan el pago por la sobrecarga docente, generada por el déficit de maestros».

Las dos vías que se han encontrado hasta ahora para mejorar el pago a los docentes son coyunturales, afirmó la ministra. Una es el pago de la antigüedad, y la otra es la Resolución 10, que otorgan flexibilidad a los territorios para mover al presupuesto para mejorar el pago a los docentes.

Tampoco se renunciará a la llamada «variedad externa», que básicamente consiste en contratar a un docente por horas para suplir la necesidad puntual en un aula. No obstante, la titular de educación aclaró que «es útil y en ella participan docentes de mucha experiencia, pero necesitamos personas vinculadas a tiempo completo con el proceso docente».

«¿Qué hay de malo en renumerar a compañeros valiosos? Pues ese es uno de los criterios sobre los que hoy estamos trabajando», concluyó.  

Aunque no hay un incremento salarial real, o universal para todos los docentes, los desafíos no serán pocos en el próximo período lectivo. En una comparecencia en el programa Mesa Redonda, Trujillo Barreto llamó a los cuadros de educación a estudiar bien las resoluciones aprobadas y a aplicar todas las variantes y flexibilidades permitidas para solucionar el problema de la cobertura docente.

El sector educacional cubano será evaluado como parte del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), un método para medir logros de aprendizaje en la región de América Latina y el Caribe.

El presidente cubano defendió la capacidad de respuesta del sector, a pesar de la profunda crisis que vive el país, y golpea especialmente a la educación, en un contexto en que en Cuba no se imprimen libros, la crisis económica afecta a estudiantes, maestros y familias.

«Nada impedirá que el 2 de septiembre las escuelas cubanas abran sus puertas a más de un millón seiscientos mil alumnos. En medio de un bloqueo económico sin precedentes, que daña sin piedad al sistema educativo, Cuba seguirá apostando por una educación de calidad para todos», afirmó en X.

Nuestra opinión es que el desafío para maestros que trabajan por bajos salarios, en lo que suelen ser deficientes condiciones de trabajo merece todo el reconocimiento y la consideración de la sociedad cubana.

Suscribimos la opinión de ex formadora de maestros Yadira Albet publicada esta plataforma en la cual se afirma: «la educación es el acto civilizatorio por excelencia. La escuela es el espacio donde ese acto se materializa y proyecta al futuro. Sin docentes, la escuela pública es solo un edificio donde se almacenan estudiantes. Sin suficientes personas que enseñen, y si estas no están bien preparadas para enseñar y acompañar a aprender, no hay educación institucional, no hay sociedad organizada, no hay ciudadanía, no hay futuro».

Hoy la educación cubana enfrenta múltiples desafíos, además de las problemáticas con la cobertura de maestros, se nota un atraso en la tecnología educativa, así como el mantenimiento de prácticas autoritarias y dogmáticas de enseñanza que entran en contradicción con estudiantes en constante exposición a múltiples fuentes de información.

A este fenómeno se le suma una realidad cada vez más dura que sufren educadores y educandos, que se entrecruza con una crisis de valores en la cual han pululado prácticas de corrupción escolar (ventas de pruebas), riñas violentas, y —aunque en menor medida— consumo de sustancias tóxicas en las escuelas.

Los sistemas educativos en todo el mundo están enfrentando una crisis de paradigmas educativos, con el auge de las nuevas tecnologías, que no solo constituyen una distracción para los estudiantes, sino que exhiben múltiples plataformas de autoaprendizaje centradas en habilidades prácticas, que han dado al traste con el desinterés por el estudio de cuestiones teóricas y reflexivas. Muchos jóvenes se preguntan hoy ¿para qué ir a la escuela si se pueden aprender habilidades de retorno rápido como diseño, programación o marketing desde casa?

Entre las prioridades del nuevo programa educativo se destaca un supuesto enfrentamiento a la llamada «colonización cultural». Habrá que ver cómo la escuela cubana podrá enfrentar dicha problemática en un país con una pirámide laboral invertida y donde su profesor gana mucho menos que cualquier trabajador del sector privado.

Injerencias electorales y agentes encubiertos: las «nuevas» paranoias de la derecha miamense

La noticia es que medios de la Florida, citando a supuestas fuentes anónimas de la inteligencia estadounidense, acusan a Cuba de una posible interferencia en las elecciones que sucederán en Estados Unidos en noviembre de 2024.

La historia que viene de hace más de un mes, ha sido noticia otra vez por la reacción que tuvo el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex) en una declaración rechazando esa acusación.

«No puede el Gobierno de Estados Unidos citar evidencia o indicio alguno, porque no existen, de que Cuba haya interferido o se haya propuesto interferir en sus procesos electorales, o que esté favoreciendo a político alguno del estado de Florida o de otro estado de ese país», afirma la nota oficial, la cual también lamenta «que el Gobierno de Estados Unidos, su Departamento de Estado y sus agencias de inteligencia no hayan descalificado la referencia directa a supuestas agencias de Gobierno en cuya autoridad parecen descansar esos artículos calumniosos».

Según un reporte del Miami Herald, el gobierno cubano posiblemente atacaría campañas específicas para afectar elecciones locales en la Florida, una creencia que parece venir de la supuesta interferencia de La Habana en las elecciones de ese estado sureño en 2022.

El Miami Herald afirma, sin ponerle nombre, link o rostro a quien ofrece esa información, que la comunidad de inteligencia descubrió que Cuba realiza operaciones para agraviar a candidatos específicos en la Florida. Rápidamente, congresistas de origen cubano como María Elvira Salazar, y Mario Díaz Balart se sintieron objetivo de esa supuesta campaña, aunque la fuente no les dijo eso de manera directa.

Cabe preguntarse qué efecto podía haber tenido esa influencia si ambos ocupan sus asientos como representantes en Washington, cuando se debe suponer que Cuba no hubiese querido que obtuvieran posiciones de semejante poder dos políticos abiertamente defensores de la política y los fondos para el cambio de régimen en la Isla, así como las «sanciones comerciales» para reforzar este objetivo.

Mientras tanto, el Minrex acusó a Estados Unidos en su declaración de ser ellos quiénes interfieren en procesos electorales: «Si no se tratara de una denuncia absolutamente infundada sobre un tema tan serio, el planteamiento provocaría asombro, pues podría interpretarse que el Gobierno de Estados Unidos ha dado un giro de 180 grados y por primera vez en más de un siglo considera inapropiado interferir en los procesos electorales de otros países».

La declaración hace referencia al largo historial de ese país de intervención en los procesos internos de países latinomericanos, y el apoyo público y financiado de facciones políticas por encima de otras. Solo esta semana ha sido noticia que el gobierno de Honduras consideró injerencista la preocupación expuesta por la embajadora estadounidense en Tegucigalpa por reuniones que funcionarios hondureños sostuvieron con el general Vladimir Padrino, ministro de Defensa de Venezuela, sancionado por Washington.

La acusación a Cuba proviene de un reporte adjunto al oficial que describe supuestas interferencias en los procesos electorales en Estados Unidos. Ambos documentos emitidos por los servicios de inteligencia describen intentos de otros países de subvertir los resultados de las elecciones en Estados Unidos durante el ciclo de 2022. En el adjunto que habla de «otros países», menciona a Cuba, afirmando que la Isla tuvo intentos en menor escala, pero más localizados o específicos que los intentos de Irán o Rusia.

El documento apunta que la Isla ha destinado fondos hacia candidatos específicos, no dice cómo ni hacia quiénes, pero resulta difícil imaginar cómo un país en semejante crisis financiera podría haber logrado eso. El texto de 2023 señala supuestas acciones, pero no explica resultados de esos esfuerzos, o los objetivos de esos esfuerzos.

El New York Times publicó un podcast reciente en que menciona los países que más probablemente intervendrían en las elecciones estadounidenses: se enfocaron en un supuesto ciberataque de Irán, y mencionan la alta probabilidad de que Rusia y China también lo intenten, ni una mención a Cuba en la casi media hora de conversación con el reportero experto en el tema.

Mientras tanto, esta semana también ha sido noticia que la representante republicana de origen cubano, María Elvira Salazar, acusó al gobierno de Cuba de utilizar la inmigración ilegal para «llenar la frontera de Estados Unidos, se beneficia del tráfico de personas, de la exportación de la oposición política, infiltra espías, y fortalece un mercado negro que los beneficia de ingreso a Estados Unidos para introducir espías en el país».

La resolución 1358 presentada por 12 representantes —republicanos y demócratas— incluyendo a Salazar, junto a su colega de origen cubano y que usa la agenda de cambio de régimen como único combustible para su carrera, Mario Díaz Balart. Los firmantes demócratas de la misiva fueron los congresistas de la Florida Jared Moskowitz, Debbie Wasserman Schultz y Darren Soto.

Ninguno de los 12 presenta evidencia concreta de las acusaciones en torno a que Cuba infiltra espías, o que se beneficia de la inmigración ilegal.

Asimismo, la petición estipula acciones como observar la relación de cooperación que tiene México con Cuba con la presencia de médicos cubanos en ese país, como parte de la revisión que se hará al Tratado de Libre Comercio entre Canadá, Estados Unidos y México. En adición, ofrece acciones concretas y declaraciones políticas para mantener a Cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo.

Hasta ahora solo se ha enviado al Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes, y no se sabe si tendría más repercusión que la alharaca mediática.  

Estas noticias significan que el ala dura de la Florida contra Cuba, con la ayuda de algunas instituciones gubernamentales, introducen una nueva línea de acusaciones que tienen como efecto empeorar las relaciones, no permitir avanzar en la creación de puentes entre ambos países, y evitar la retirada de la Isla de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo.

La nueva línea de mensaje intenta desacreditar las vías legales o ilegales para ingresar al país, y promueve una cacería de brujas hacia algunos de los nuevos migrantes, que de haber tenido un pasado público trabajando para el gobierno, corren el riesgo de ser objetivo de múltiples campañas de cancelación que buscan dar escarmientos públicos y servir a una política que se alimenta de las divisiones.   

Los servicios de inteligencia cubana en el pasado han logrado infiltrar las filas de las organizaciones opositoras extremistas, incluso han logrado reclutar a funcionarios estatales clave, algo que intentan hacer todos los sistemas de inteligencia. No obstante, en el caso cubano, esta capacidad estaba directamente vinculada al liderazgo de Fidel Castro y su proyecto político, un panorama muy distinto al actual. Si esta habilidad se mantuviera, reducir las vías de entradas de migrantes no lo evitará. 

Las acusaciones mencionadas tienen alimento en que personas ex miembros del Partido o ex altos funcionarios del gobierno cubano entran al país como parte de la estampida de cubanos que abarca múltiples sectores sociales, desde los más vulnerabilizados hasta los más favorecidos. No obstante, estas personas llegan de manera pública, no como misiones secretas.

Tan público es que se anuncia en conferencia de prensa que la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, con sede en Miami —la cual gestiona un programa para identificar a quienes han emigrado a Estados Unidos, habiendo, supuestamente, contribuido a la represión en la Isla— afirmó que en lo que va de año 115 «represores» han entrado al país, sobre todo por parole humanitario.

La conferencia de prensa fue ofrecida por activistas locales como Samuel Rodríguez, que tiene a su cargo un fondo económico para supuestamente ayudar a los presos de los sucesos del 11 de julio de 2021, y por el legislador republicano Carlos Giménez, que presentó junto a Salazar la resolución 1358 anteriormente mencionada.

Sin embargo, dichos activistas opositores califican de represor a cualquier persona integrante del Partido Comunista, fiscales o jueces que hayan llegado a Estados Unidos. En la conferencia de prensa se mencionó uno de los casos que más titulares ha generado en los últimos tiempos, el de la ex jueza Melody González, que se encuentra en Estados Unidos, y que en Cuba fue responsable de juicios en los que se condenaron a 4 personas por sus acciones durante las protestas del 11 de julio.

Nuestra opinión es que en la profunda crisis que vive Cuba, la desprofesionalización galopante de sectores clave como la salud pública, el servicio exterior, y las fuerzas del Ministerio del Interior, es difícil pensar que haya capacidad financiera, profesional y política para intervenir en elecciones en la Florida.

Por otro lado, de acuerdo a las historias que pululan en las redes sobre los ex funcionarios cubanos que emigran, luce más como un intento de reunirse con sus familias, mejorar las condiciones de vida, y escapar de bajos salarios, apagones y deficiente acceso a alimentos, que a intentos de infiltrar columnas partidistas en la Florida.

La inmensa mayoría de las figuras públicas que emigran mantienen un cuasi anonimato en su nueva residencia. Muchas incluso cambian rápidamente su discurso para adaptarse a la facción dominante. Son contadísimos los casos de aquellos que, luego de llegar a Estados Unidos, han hecho un activismo político en causas que pudieran beneficiar al gobierno cubano —como el fin de las medidas unilaterales coercitivas—, en este caso también estarían haciendo uso de los derechos de «libertad de expresión» que brinda la constitución de su país de acogida.

El pequeño escuadrón de la línea dura contra Cuba se apura en aprovechar cada hendija para ofrecer supuestos resultados a sus votantes, arguyendo que nunca la situación ha estado más dura para el régimen gracias a ellos.

Están en una carrera contra el tiempo porque cabe la posibilidad de que los republicanos pierdan fuerza en el Congreso en las elecciones de noviembre, y las locales ya no han pintado bien para Miami, donde se reeligió una alcaldesa demócrata, quien derrotó por amplia ventaja al youtuber republicano, que confirmó estar lejos de ser una verdadera fuerza política.

Esta sarta de acusaciones parece inflar el siempre hiperbolizado discurso de lo supuestamente peligroso que es el gobierno cubano para la seguridad nacional estadounidense, aunque es harto conocido que Cuba no es, en ningún sentido, una amenaza real para ese país. Incluso, funcionarios de los organismos de seguridad de ambos países han mantenido conversaciones bilaterales para enfrentar amenazas reales como el narcotráfico, o la migración ilegal.

Los vaivenes políticos de la extrema derecha en la Florida responden más a la crisis de un discurso gastado que ubica al «comunismo cubano», con una fuerza incoherente con la situación actual y el accionar político y económico del país caribeño que hace muchos años abandonó la idea de impulsar revoluciones en el continente por la lucha cotidiana de mantener las luces encendidas, el agua corriente, o el pan en la mesa.

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