Los olvidados, los que se quedan

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Jóvenes de segundo año de medicina estudian en el pasillo del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas "Victoria de Girón". Jueves 11 de Octubre de 2007, Playa, Ciudad Habana, Cuba. Foto: Calixto N. Llanes/Juventud Rebelde
Foto: Calixto N. Llanes/Juventud Rebelde

Por: Harold Cárdenas Lema

 Son tiempos de fetichismo con el socialismo tropical cubano. Hay preguntas que hacen eco en todas las esquinas de esta isla y confieso que me tienen cansado. ¿Por qué se van los jóvenes cubanos? ¿Piensas irte también? ¿Qué pasará en un país sin juventud? Las respuestas son obvias: emigrar es su derecho, hay muchos que aspiran a hacerlo pero también otros que se quedan a conciencia. Aun así, molesta bastante que el protagonista hoy en día sea el emigrante y no quienes se quedan a construir el futuro de Cuba.

Lo olvidados entonces somos los enraizados, los que quedamos aquí en este país cargado de contradicciones. Eso tiene que ver con otras actitudes, como aquella amiga de antaño que regresó el otro día y quería enseñarnos a utilizar Facebook porque “este país es un atraso”. O los que piensan que en Cuba quedan los que no tienen oportunidad de marcharse, reduciéndonos a una suerte de perdedores. Esos y otros mitos circulan todos los días, dando una visión simplificada de este país según la cual todos nos queremos marchar. Y no es así.

Conozco muchos jóvenes que les iría bien en otras tierras pero se quedan en Cuba porque los mueven fuerzas mayores. Muchos desconocidos que hacen bien anónimamente, muchísimos que trabajan cada día por un salario simbólico y son los héroes olvidados de este país. De esos no escribe casi nadie, es más fácil visibilizar a supuestos “ganadores” o preocuparse por el desangramiento migratorio y no por la solución para terminarlo.

¿Por qué se van los jóvenes? Muchas razones, entre ellas la ausencia de un paradigma del éxito que sí tuvieron nuestros padres y nosotros carecemos, que toca construir. Quizás la respuesta para esto sea precisamente visibilizar, ¿a quiénes? A los que se quedan.

Por otra parte, el éxodo del 2016 no es el mismo que la crisis de los balseros en 1994. Aquello fue una respuesta ante la escasez más cruda que hoy en día ya no es tan así. ¿Qué pasa entonces? Por alguna razón en los momentos más duros del Período Especial el consenso nacional soportó embates que hoy no podemos superar. ¿Por qué? Quizás porque el proyecto de nación estaba más claro en ese entonces, porque existía el liderazgo carismático de Fidel Castro como mecanismo de unidad o sencillamente porque creíamos que era posible un regreso a la estabilidad de los años 80.

El día que aceptamos que no había un regreso posible, desaparecieron los paradigmas y las certezas. Nuestra incapacidad de generar un consenso y enviar señales claras sobre el rumbo del país o sobre cuál es el plan gubernamental para nuestro futuro, provoca el desaliento y la mirada hacia alternativas foráneas. Parte de la emigración cubana es también responsabilidad nuestra entonces como proyecto de país incapaz de generar un mayor consenso.

En el extranjero tengo a todos mis amigos de la infancia menos uno, que quizás se marche pronto también. Allá están mis compañeros de aula, mis novias y si quisiera hacer una reunión de clase, sería más fácil hacerlo en Miami que en mi ciudad natal. La empatía con el emigrado es inevitable porque con solo un par de giros en el destino cualquier de nosotros pudo haber sido uno de ellos. Aun con su participación y apoyo, el futuro de esta isla tienen que decidirlo los que viven dentro. Irónico entonces que esos sean los grandes olvidados en esta historia, los que se quedan.

Para contactar con el autor: haroldcardenaslema@gmail.com

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143 COMENTARIOS

  1. No creo que exista ninguna causa que justifique la discriminación de ningún cubano, mucho menos por su lugar de residencia. Qué diría Martí ante semejante planteamiento? Por un problema elemental de principios me niego a ello. Todos los cubanos tienen los mismos derechos o deberían tenerlos, tal y como rezan todas nuestras Constituciones. Otra cosa me resulta inaceptable, por mucho que nos moleste a los que residimos en Cuba. Hasta yo he caído en la tentación de creerme con mejor derecho a muchas cosas por no haberme ido y me he descubierto cuestionándome a mí misma. Emigrar no es una acción o un derecho que al ejercerlo deba traer ninguna consecuencia lesiva a ningún derecho de ningún cubano.
    Tampoco creo que los que nos quedamos somos ni mejores ni peores que los que emigran. Ejercemos un derecho al igual que ellos. No creo, tampoco, que seamos ningunos “olvidados” ni que los emigrantes sean “los recordados”, ni que irse o quedarse es un criterio para descalificar a nadie. Por Dios, esas absolutizaciones me enferman! Hay olvidados y recordados dentro y fuera de Cuba. Hay cubanos felices e infelices, frustrados y realizados, con más o menos recursos, con actitudes libres y esclavas, que aportan mucho, poco o nada al desarrollo del país, buenos y malos cubanos, tanto dentro como fuera de Cuba y como dice la canción de Buena Fe, todo el mundo cuenta.
    También creo que hay responsabilidad compartida por TODOS en relación con lo que pasa en Cuba que no nos gusta y que podemos cambiar y no lo hacemos; demasiado a menudo, todos, los que se van y los que se quedan, nos olvidamos de la máxima martiana de que los derechos se ejercen, no se piden ni se mendigan, ni se lloriquea por ellos.
    Creo también que, a pesar de las nuevas realidades que no nos gustan y que enfrentamos ahora y cuyas causas tiene decenios de surgidas; hoy la sociedad cubana se parece más a lo que desea la mayoría de los cubanos y poco a poco vamos despertando del letargo en el que estábamos sumidos a causa del Estado-Papá y asumimos con mayor realismo los nuevos desafíos, conducidos por el genio de Raúl, quien no deja de sorprenderme y de quien me confieso admiradora.
    No creo que ningún tiempo pasado fue mejor, ni que el futuro será perfecto o exento de problemas, conflictos, contradicciones ni desafíos. Creo, con Mujica, que no hay victorias ni derrotas absolutas, que lo único absoluto es el cambio y la necesidad imperiosa de luchar, solo los que dejan de luchar son los derrotados. Tendremos que seguir luchando, siempre, una y otra vez y aportando lo mejor de nosotros, tratando, aunque no siempre lo logremos, de ser mejores.

  2. Yo sueño con una Cuba inclusiva donde todos seamos vistos de igual a igual, donde la opinion del Elpidio Nacional valga tanto como la del Mario exiliado, donde prime la tolerancia y la concordia social.

    Una social democracia plural con programas sociales que protejan a los de menos recursos, que cada obrero reciba un salario acorde a su trabajo y sobre todo que exista un sistema impositivo donde cada ciudadano sepa que sus impuestos serviran para financiar los programas sociales del gobierno y no como existe ahora un pseudochantaje de salud/educacion gratuita cuando tu recibes un salario de miseria.
    Preguntemosle a un obrero si sabe lo que es el salario bruto y el salario neto, preguntemosle entonces a un economista que responda sobre las deducciones en las nominas de pago. En esta vida no hay nada de gratis y el estado es incapaz de hacer milagros sin tener una fuente de ingresos proveniente de los salarios. SE han estado pagado impuestos ocultos durante toda la vida y nos han chantajeado con los servicios gratuitos

    Un gobierno elegido por el pueblo para administrar y responder ante el pueblo por sus errores Y no una casta de enchuflados vitalicios al poder que se creen con la prerrogativa de decidir y hablar en nombre de todos cuando realmente viven y administran el estado como una finca particular. Esto sin hablar de los hijos y nietos que todos vemos a diario restregarnos en la cara las riquezas de las cuales disponen.

    Aqui nunca hemos tenido socialismo (eso es para los discursos que por suerte se hacen mas raro cada dia) AQUI lo que hemos tenido es una religion llamada Fidelismo.

    Yo respeto por igual al que se ha ido como al que ha decidido quedarse porque para eso son sus vidas y cada individuo es libre para tomar sus propias decisiones.

    Harold tienes tus 10 y muchas muchisimas gracias por propiciar este espacio de debate pero aun me choca la categorizacion de algunos que son incapaces de debatir sin ofender a quien opina diferente, no menciono nombres para no darle protagonismo.

    Les deseo un buen miercoles a todos, de verdad que es el dia mas atravezado de la semana.

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