Una leyenda urbana

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Lo primero que ves es el casco amarillo de constructor, viejo y sucio, y debajo del casco, adentro, a un hombre que vende jabas de nailon. Si necesitas alguna te acercas, siempre desde arriba, porque tú estás de pie y él sentado. También porque eres tú el que paga. Estiras el brazo acercándole el billete, cosa de no aproximarte más de lo necesario, y recibes la bolsa blanquísima donde guardarás tus compras. Él quizás te dé las gracias. Tú responderás «Por nada», y te alejarás sin haberlo mirado a los ojos, restregándote la nariz inconscientemente.   

Entonces, Marcial Carmelo García Vázquez continuará en aquel quicio ganándose la vida del modo en que pueda, y tú, yo, usted, ellos, ellas, nosotros, vosotros, ustedes, retomaremos la vida donde la habíamos dejado antes de desviarnos a comprar la jaba. Si nos cuesta enfrentar su mirada es quizá por temor a ver, en esa miseria evidente, el fracaso de nosotros como como individuos, la frustración del país completo. Y, sin embargo, de Carmelo se dice, entre asombro y duda, que es millonario. Que vive así porque le da la gana.

Leyenda
(Foto: Néster Núñez / LJC)

La primera vez que me le acerqué fue para preguntarle si eso era verdad. Lo que me dijo fue que se ha pasado la vida entera trabajando. Fue cortador de caña, aunque no de los largos, y estuvo en la hilandería Bellotex y en la tenería de Matanzas, que ya no existe.

Pasó por la terminal marítima del puerto como estibador. Allí sí se destacó cargando sacos, fue jefe de brigada y se ganó, en los ochenta, aquellos estímulos que daba el sindicato en los hoteles de Varadero. Después fue barrendero. Los cien metros de calle los pagaban a 19 centavos. Él limpiaba de arriba abajo las vías Milanés, Medio y Río. Ganaba muchísimo dinero. Una parte la guardaba.

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

Lo interrumpo, veo el momento de insistir: ¿eres o no millonario? Si respondiera con un Sí tal vez me nazca una esperanza. Una posibilidad: no todo está perdido. Si él lo logró… Después me digo que esa misma idea es la que sostiene la leyenda urbana. La necesidad de creer en un futuro mejor. La fe en una vida próspera… Detengo la cadena de pensamientos y busco en el móvil una foto que le hice hace más de tres años.

«Cuando aquello recogía latas vacías de refresco y cerveza, y las vendía como materia prima», me dice. «Y antes de eso, cargaba lavadoras y refrigeradores desde la tienda hasta la puerta de tu casa», rememora. La foto no aparece: Instagram no abre. La conexión está de madre por estos días. La conexión no: Etecsa. Me pide que otro día se la enseñe, y sigue:

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

«Esa fue una época buena. Ahora las cosas están muy caras. La situación muy mala. El carbón mismo te vale cien pesos el saco. Tres o cuatro días te dura. Si es marabú, mangle blanco o guayabo, que aguanta un poquito más, pero no mucho más tampoco. Ni el cedro ni el pino, que son una boronilla. Ah, y la mata de guao.

Ayer yo gasté 235 pesos. Me habían cogido una libra de mortadela en cien pesos, que aquello no era mortadela ni nada. Me la comí así mismo, fría y todo, porque se me echa a perder y gasto los cien pesos, pues no tengo refrigerador. Y que yo critique no quita ni excluye que sea revolucionario.

Aquí hay sus cosas, porque hay mucha gente que no entiende de la Revolución, que hacen esto y hacen lo otro, y lo que están es haciendo daño. En definitiva, cuando el pueblo se una y se enfrente a la situación es que el pueblo va a ir adelante. Es el pueblo el que lo hace todo. La unión del pueblo es lo que va a hacer todo. El pueblo es el que se va a virar y va a responder por el bien de él, no por el bien de ningún mequetrefe de estos que están metidos aquí y allá haciendo cosas que no tienen que hacer.

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

Y como te digo una cosa te digo la otra. Esto no lo tumba nadie. Y el día que lo intenten tumbar, a mí me tienen que matar. Prefiero dar mi vida antes de verme en las manos del capitalismo. No quiero saber del capitalismo ni p… nada de nada. Y tengo familia en el Norte. Un hermano mío que es el que me sigue en edad. Él se fue por sus gustos y sus cosas porque le gustaba el sistema capitalista, se fue para mejorar su economía. Vino dos veces a mi casa de visita y le dije: de política, a mí no me digas nada. En primera es mi hermano, es mi sangre».

Cada vez que nos encontramos, Carmelo me dice «Mi amigo», y de inmediato saluda con un gesto alegre para que lo fotografíe. Le he tomado cariño. Las jabas que necesito se las compro a él. Le regalo los tabacos de la bodega o algunos cigarros. Pero lo que más le gusta es conversar. Siempre está solo.

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

Lo veo y me siento junto a él en el quicio, huyéndole a una ratonera artesanal que tiene a su lado. Son estos primeros días del año 2023. «Las jabas están perdidas —me dice—, no hay en ninguna parte». Normalmente las compra a tres pesos y las vende en cinco. Los domingos, día de feria agropecuaria, son los mejores, significan un respiro para el resto de la semana. Luego cambia y me habla sobre la máquina de hacer ratoneras…

Yo, sin embargo, pienso en la muerte del ratón que tiene hambre y sale de noche a robar la comida que dejaste fuera. Cómo será menos dura la muerte, si agonizar durante horas por el efecto del veneno o morir de una vez por un golpe que te parta el cuello o el cráneo. Y de ahí mi mente salta a la eutanasia, el derecho a morir con dignidad. A la vida que llevamos tú, yo, ustedes, nosotros, estos y aquellos.

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

Pero entonces, por suerte, el amarillo intenso y sucio del casco de Carmelo me regresa a la realidad. Le pregunto de dónde salió. Él dice que hace años lo tiene, pero no se acuerda ni cuándo fue la primera vez que se lo puso, y que una vez le salvó la vida. Un viento fuerte arrancó una teja de zinc del techo de su casa y voló directico para donde él estaba. Con la punta le cortó encima de la ceja derecha. «Si no llego a tener el casco, me raja en dos la cabeza».

Tú siempre estás solo. ¿Tienes amigos? ¿Con quién hablas? ¿En qué piensas todas estas horas que estás aquí sentado? ¿Qué pasó con tu vida? ¿Cómo llegaste a esta situación? ¿Qué hiciste el fin de año? Indago.

«El 31 lo pasé aquí mismo. Compré tres raciones de congrí y tres de yuca en La Cuevita, y un pepino de un litro y medio de cerveza dispensada. Pero qué va. Cuando esa yuca se juntó con la cerveza, el estómago se hinchó y el alcohol dijo aquí estoy yo y me emborraché completo. Fui a mi casa y me acosté hasta el otro día. Y así. Me levanté otra vez y vine a trabajar».

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

Está jubilado por enfermedad y cobra mil setecientos ochenta y pico de pesos mensuales. Poco más de diez dólares. Termina hoy su jornada sin agregar casi nada a esa cuenta. O no hay muchos ratones en las casas o la gente se está buscando gatos que los alejen. Lo que sí hay es muchas ratas en las instituciones estatales.

Carmelo mete en el saco la ratonera y los bolígrafos que vende, se incorpora como puede, camina lentísimo, intentando no arrastrar el pie malo. «Es un problema de nacimiento que después se me complicó por unos tendones…».

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

La fe en la vida próspera… y Carmelo millonario.

«No me arrepiento por lo que he hecho ni por lo que me falta por hacer. No me arrepiento jamás. ¡Jamás! Si lo único que he hecho es trabajar como un caballo para poder vivir. Y nunca le robé a nadie».

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(Foto: Néster Núñez / LJC)

18 COMENTARIOS

  1. Desgraciadamente cuantos «Millonarios» se ven cada día por las calles de las grandes ciudades Cubanas, cuantos «lo único que he hecho es trabajar como un caballo para poder vivir. Y nunca le robé a nadie» y hoy, y al final de sus vidas, buscan una pincha que les calce en algo la magra pensión de sobrevivencia que los aplasta en vida. Cuántos vi en el Vedado escarbando en los tanques de basura que acabo de regresar de 4 días en la capital de todos los Cubanos, y no teme una foto de esa parte fea de la vida, porque me da vergüenza mostrar a donde se ha llegado y dejar para la posteridad el fracaso social en que ha devenido un sueño compartido, ver obreros indios tirando concreto en el nuevo hotel en construcción en B y 3ra, y muchos jóvenes cubanos de camareros, parqueadores y buscándose la vida, justo al lado en el emporio de negocios privados que incluye el famoso negocio «de Robertico».
    Leía las entradas del profesor Mesa lago de estos días, por otro lado el artículo Banca-rota del profesor Triana Cordovi, y salír todos esos días a sentir cómo el más feo de los capitalismo monopolista de estado se ha ido imponiendo, ha dejando profundas huellas y demarcado una supervivencia al límite para una inmensa mayoría, hundiendo el país en una anomia que ofrece como única solución PARTIR, arrastre a la emigración a mis dos hijos de manera natural, hoy cada día es más común que sean los hijos los que arrastren a la emigración a sus envejecidos padres.
    Personalmente creo como Marcial, con su casco amarillo, cuando nos dice «cuando el pueblo se una y se enfrente a la situación es que el pueblo va a ir adelante. Es el pueblo el que lo hace todo. La unión del pueblo es lo que va a hacer todo. El pueblo es el que se va a virar y va a responder por el bien de él, no por el bien de ningún mequetrefe de estos que están metidos aquí y allá haciendo cosas que no tienen que hacer.»

    • Excelentes crónicas de vida…Quisiera que siguiera mostrando su trabajo y así deleitarnos con las innumerables historias de vida de miles de guerreros de la calle. Muy interesante su trabajo… Mil felicitaciones por ello!!!

  2. Buen texto y buenas imágenes que nos muestran la realidad de la Cuba de hoy, irreconocible para el que se fue hace unos años e insoportable para los cubanos que la sufrimos en carne propia.

  3. Yo sé que Carmelo morirá sin ver cumplidos sus sueños y como él son miles, los que estan en esa situación. Un viejo refrán nos recuerda : Que el que por su gusto muere la muerte le sabe a Gloria. He ahí el triste ejemplo de lo que puede hacer un sistema en el ocaso de la vida de un hombre honesto y trabajador expuesto a la más extrema de la miseria. Saludos a Carmelo, Dios le dé salud y fuerza para que siga adelante y sus sueños se cumplan.
    Hay una cosa real y es que no solo de pan vive el hombre.

    • El pobre Carmelo si en realidad no vendiera sus baratijas creo que se moriría de hambre. Conozco a muchos que se han desmayado en las colas para alcanzar un mendrugo de pan.
      Si no me equivoco ya el pueblo Cubano pasó la fase de extrema pobreza, sobre todo esos infelices que no tienen un familiar en el extranjero que les envié una remesa para ir sobrellevando la situación. Pienso también que no hay peor ciego que el que no quiere ver en vez de estar observando » palabritas ‘ que se salen del carril.

  4. Dice que primero muerto que verse en manos del capitalismo, el que nunca lo vivio, ni lo vio ni lo vera, porque ahi donde se le ve, no tiene edad para recordar nada del capitalismo ni ha vivdo en el jamas. Posiblemente cuando nacio ya habia un individuo prometiendo un futuro de glorias que nunca se cumplira.
    Creo que esa es la unica defensa que le queda para no acabar de conscientizar su vida fracasada.
    No creo que sea tan viejo. A esa edad hay muchos aqui que se levantan todos los dias manejan a su trabajo donde ganan el dinero que el no gano el en su vida y de paso aportan a la sociedad y de paso, suman un poco a su futuro retiro mientras pueden, o le ponen un poco mas a la casa, o para comprarse el ultimo carro.
    No se lo digan a Marcial que todavia vivira una pila de annos mas su vida de buscon.

  5. Hermosas fotos, hermosa y triste historia.
    Pobre Carmelo que prefiere verse muerto que caer en las manos del capitalismo ¿en manos de quien cree que está?
    ¿Comprenderá Carmelo que al dar su vida por esto garantiza el modo de vida de los mequetrefes y lo que es peor la de otros Carmelos?.
    A diferencia de Carmelo no entiendo a la revolución y menos a los que dicen ser revolucionarios y menos aún al gobierno que dice ser continuidad. No creer y no entender no me hace una mala persona ni confundida ni odiadora. No ser revolucionario no significa ser contrarrevolucionario por mucho que por conveniencia quieran ligar una cosa con otra.

  6. Todos tenemos un poco de Carmelo en la vida. Gracias por compartir su historia y muchas gracias a La Joven Cuba por cada artículo es un recordatorio de que el cambio depende de nosotros.

  7. Nuestro presidente, en un acto de honestidad poco comun, nos recordo que muchas de las decisiones que toma la direccion de La Revolución «dan risa».
    Por ejemplo:
    1.- Tenemos una ley de seguridad alimentaria pero no tenemos alimentos.
    2.- Tenemos un Ministerio de la Pesca pero a pesar de ser una isla larga y estrecha, con muchos pueblos costeros, no tenemos donde comprar pescado.
    3.- Vamos a aprobar una ley de la industria ganadera y no tenemos ganado.

    Otro par de cosas que dan risa:

    La Revolucion se hizo para terminar con la explotación de la clase obrera y hoy la clase obrera es mas explotada y peor pagada que en cualquier otro tiempo de nuestra historia. Al extremo que tienen que comprar sus productos de primera necesidad en moneda extranjera.
    Los mismos que explotan a la clase obrera son los encargados de protergerlos de la explotación.

    La unica manera de defender a los militares que nos gobiernan de por vida es repitiendo consignas. Como si los cubanos fueramos decendientes directos de los papagallos.

  8. Canel pide a los universitarios cubanos que sean ‘rebeldes’, para defender al régimen, propone incluir la vida y obra de Fidel Castro en los programas de Historia de Cuba.

    __
    ¡,Coñóo!

  9. Conozco a Carmelo, no me lo creo diciendo esas palabras del reportaje, tal vez es que las dijo de otra manera y se encargaron de literaturizarlas o crearon un romance al rededor del personaje principal, en fin, Carmelo es mucho Carmelo, que bueno que no te contó porque no tiene esposa o si lo hizo que bueno que no lo pusieron. De todas maneras es un personaje de la ciudad que poco a poco se va llenando cada día más de ellos…

  10. Yo si creo que debe incluirse la vida y «obra» del Sr de los cielos, para que a nadie se le olvide lo que pasa con los mesias.
    Y me causo mucha gracia una frase en Cuba que me contaron que se repite
    La tarea de Ordenamiento segun Diaz Canel: «Raul Ordena y Yo miento»

  11. El único comentario que se me ocurre es repetir algo ya dicho: Los pueblos tienen lo que se merecen. Carmelo, como parte de ese pueblo, tiene lo que se merece. Felicidades pues, Carmelo. Puedes estar seguro que ya se divisa, allá en el horizonte, el futuro luminoso que hace más de seis décadas te prometieron. Mientras tanto, disfruta el muy merecido bienestar que la «revolución» te ha garantizado.

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Néster Núñez
Néster Núñez
Fotógrafo y escritor matancero

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