Lamento sobre ruedas

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cuba2Por Yasel Toledo Garnache
Estudiante de periodismo. Universidad de Holguín “Oscar Lucero Moya”.

Viajar constituye la peor pesadilla de numerosas personas, pues trasladarse de un lugar a otro del país en ocasiones resulta difícil y los viajeros sabemos a qué hora salimos, pero no a cuál llegaremos al destino deseado. Además, los altos precios del transporte y la incomodidad de muchos vehículos entristecen a los más alegres y dañan los bolsillos.

A veces, pasamos bastante tiempo en las terminales o puntos de embarque, donde la confluencia de gente y el paso de las horas originan desesperación.

Para colmo, la organización en esos lugares no siempre es la mejor y, con frecuencia, los últimos en llegar son los primeros en irse.

No importan el compay de Granma ni la comadre de Guantánamo, que llevan más de cinco horas esperando de forma organizada la oportunidad de irse.

Los camiones particulares, gracias a la aplicación de la oferta y la demanda, han triplicado los precios de meses atrás y campean en las carreteras, pues doña Oferta manda y en un sector como el transporte siempre lo hará, porque la población necesita viajar con frecuencia y el Estado no cuenta con suficientes vehículos que permitan escoger cuál tomar.

Ante la situación actual, muchos estudiantes universitarios estamos condenados a permanecer en las escuelas bastante tiempo, sin visitar nuestros hogares, pues, a veces, trasladarse desde la Universidad granmense hasta Niquero, por solo citar un ejemplo, cuesta casi cuarenta pesos en moneda nacional, y el estipendio de sólo cincuenta, unido a los insuficientes ingresos de los padres y la necesidad de merendar en el centro de estudios, impiden gastar semejante cantidad.

Una encuesta realizada por este reportero a cien potenciales viajeros, evidenció el total desacuerdo con los precios actuales. Mientras que tres “machacantes” respondieron con un silencio, quizá porque comprenden lo injustos que son con el pueblo trabajador.

Tal vez, les parezca una exageración, pero he presenciado cómo, en horas de la tarde, los cobradores de esos “carros del infierno” solicitan veinte y hasta treinta pesos en moneda nacional, por tramos como el de Manzanillo a Media Luna, e incluso, algunos exigen que todos los pasajeros paguen el viaje completo, aun cuando vayan hasta San Francisco, ubicado a menos de 15 kilómetros del punto de salida – Si no lo hubiese visto, no lo creería.

Escenas como esa se repiten con frecuencia y algunas personas no embarcan por falta de dinero, mientras que otras, agotadas y temerosas por la proximidad de la noche, lo hacen con el lamento de que ahí va el salario de más de dos jornadas laborales.

En momentos como esos, uno se pregunta en qué parada se apeó el humanismo de los transportistas privados. ¿Acaso los precios actuales son asequibles para quienes viven sólo de su salario? ¿Acaso no debieran existir precios límites según la distancia recorrida? ¿El transporte estatal no podrá reforzar en horas de la tarde aquellas zonas de mayor afluencia de pasajeros?

Pueden ser muchas más las posibles soluciones y, en verdad, son cada vez más necesarias, porque gran parte de la población no posee respaldo monetario para pagar las exageradas cantidades de dinero que exigen algunos dueños de carros particulares.

109 COMENTARIOS

  1. Ahora lo que discrepo de tus ideas, Zayas:

    “Los mecanismos de mercado hasta ahora han demostrado ser los mas eficientes en la generación de riquezas”.
    ===
    Discreto. El mercado es el UNICO que genera riquezas… el Estado solo las redistribuye

  2. Andre dice:
    Ahora yo pensaré: los tres tipos necesitan cucharas, pero no voy fabricar una cuchara para cada uno de ellos pues hay una manera inteligente de ganarme más dinero vendiendo solo una.
    —-
    Andre, Macroeconomia 1001 (O sea , basica) Esa manipulacion ocurre en condiciones de monopolio. Las sociedades modernas penalizan los monopolios.

  3. M de J velazquez Leon, escribe hoy en Granma:

    …hay que darles la tierra a los campesinos. Pero hay que dárselas de verdad. No puede ser que después de diez años de trabajar para poner en condiciones tierras infestadas de marabú, se enfrente el campesino con la disyuntiva de que el usufructo otorgado puede ser renovado, lo cual quiere decir, evidentemente, que también puede no ser renovado. ¿Se irán miles de familias a dedicar sus vidas a una empresa ardua como es la de la agricultura si sus hijos no heredarán los frutos de su esfuerzo? El único requisito que el país debe exigir a los que reciban la tierra es que esta esté debidamente atendida y en producción.

    Es necesario, por otra parte, que el dueño de la tierra lo sea del fruto de su trabajo.
    …no puede ser que se le diga al campesino qué tiene que sembrar y que luego la mayor parte se le requise por un precio inferior al del mercado. El que trabaja la tierra debe ser dueño de decidir qué cultivará, a quién y a qué precio lo venderá. ¿Por qué se le ha de forzar a vender a un intermediario como Acopio que paga mal, tarde, incumple con la recogida de los productos y, según dicen los economistas, es responsable de que más de la mitad de lo que produce nuestra agricultura no llegue a nuestra mesa?

  4. Aquí otra vez los amigos de LJC se enojarán porque dirán que los de la contra otra vez le echamos las culpas al gobierno cubano siendo el imperialismo el culpable de todas las desgracias.
    No es la primera vez que se recurre al cuentapropismo como solución de emergencia en Cuba, pero este es inestable en un país económicamente diseñado para la centralización.
    Cuando yo vivía en Cuba a la muerte de mi padre me enviaron entre otras cosas su expediente laboral y me sorprendió que en los años 50 mi padre ganara lo mismo que me estaban pagando a mi en los 90, siendo que cuando mi padre era empleado $1 dollar era igual a $1 peso cubano y recordé que en mis bolsillos de niño se mezclaban los dimes, los nickels y los kilos prietos con las monedas cubanas, valían lo mismo, ¿Cómo si en los 90 $1 dollar costaba $26 pesos cubanos mi salario iba a ser el mismo 40 años después? Toda Cuba se ha hecho esa misma pregunta de la que se desprende otra. ¿No nos estarán estafando, a todos, a 4 ó 5 millones de trabajadores? Sencillamente es así mas del 90% del salario de cada trabajador queda en manos del estado que luego se las da de generoso y habla de educación y salud gratuita. Sean honestos muchachos, ese sistema, diseñado por el socialismo no funciona. Esto que les está pasando con el transporte va a pasar con todo, ya pasó antes en los 80 en Cuba, ya pasó en el campo socialista de Europa. Eliminar el cuentapropismo (que es lo que va a suceder otra vez) no es la solución, la solución es una sola moneda y salarios justos, aunque no les guste a los ancianos monarcas cubanos y los precios se ajustarán solos por oferta y demanda y la gente tendrá en su bolsillo lo que su capacidad le permita tener, es ley natural.

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