En este texto:
Las palabras, frases u oraciones resaltadas en azul, al hacer click en ellas, varían. cambian. se modifican a sí mismas. Hacer click sobre las palabras resaltadas en naranja hace que se expandan. expandan, añadiendo texto para complementarlas.
Imagínate cien muchachas, subiendo por cualquier camino.
Si estuvieran en Cuba:
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¿Cómo se dibuja un mapa sobre el habla?
Dondequiera que haya un problema —o sea, un territorio— puede haber una cartografía. Sea del conflicto entre dos países, de los movimientos logísticos en un teatro bélico de la Guerra Fría, o de rutas comerciales marítimas en un recién descubierto archipiélago: puede haber una cartografía.
Ahora, ¿cómo representar en un mapa asuntos abstractos?
Los espacios son zonas concretas y, por lo general, físicas. Al mapear un espacio concreto, representas las cosas que hay en él.
Por tanto, la representación de un espacio abstracto tendría que seguir el mismo precepto: ubicar los asuntos importantes que hay en el espacio, las formas principales de comunicación y movimiento en él, sus estructuras —instituciones, escuelas, corrientes—, actores —con sus respectivas zonas de influencia— y zonas de conflicto.
Por supuesto, en un mapa caben varios mapas. De un mapa sobre un concepto abstracto cupiera hacer varios que delimitaran los actores específicos y sus interrelaciones, o las palabras y espacios que tienen en común.
Tomemos el caso del espacio público. En un espacio público se mueven, invierten y venden capitales —simbólicos, culturales, políticos, sociales—, influencias —quiénes pueden hacer qué— y, sobre todo, ideas. Dichas ideas son generadas por una serie de actores disímiles: ciudadanos, organizaciones, grupos de activismo, instituciones, medios de comunicación. Como agentes representativos y, a su vez, moduladores de una agenda pública, son los medios de comunicación quienes sientan, de por sí, el escenario colectivo.
Pongamos, por el ejemplo, el tema del embarazo adolescente en Cuba.
No es un tema nuevo. Aun si su peso en el ecosistema de medios nacionales —o sea, también, dentro del espacio público por el cual Cuba se cuenta, al mundo y a sí misma— solo ha adquirido peso en la última década, adjunta a una mayor percepción de la necesidad de una agenda pública de género en el país, ha sido cubierta desde una multiplicidad de enfoques y medios, tanto los seguidores de la agenda partidista del Poder, como aquellos abiertamente opositores, con todo el espectro intermedio.
Un mismo tema, y ni siquiera se enuncia igual.
En Cuba se habla de embarazo adolescente. maternidad precoz Cubahora. embarazo en la adolescencia CiberCuba.
Si el tema lo cubriera un medio estatal, quizás escribiera esto:
«Actualmente en Cuba es notable el descenso de la tasa global de fecundidad, hecho que está acompañado de un aumento de la fecundidad adolescente, por encima de lo esperado y deseado» Prensa Latina. «Que Cuba muestre una de las tasas más bajas de embarazo en la adolescencia de Latinoamérica y el Caribe no significa en modo alguno que no debamos preocuparnos y ocuparnos de la atención integral del fenómeno» Cubainformación. «A pesar de la voluntad política de priorizar la salud y la educación sexual y reproductiva de los adolescentes y jóvenes, la maternidad precoz se ha extendido en Cuba» Cubahora. El país realiza diversas acciones, como «la prevención del embarazo en la adolescencia, la estimulación a la natalidad y la realización de chequeos médicos para la detección temprana del cáncer cérvico-uterino» Juventud Rebelde «eliminar las prácticas del aborto como un método de regulación de la anticoncepción y estimular la fecundidad con conceptos de seguridad materna y perinatal» Cubainformación «reducir abortos en la adolescencia, aumentar la venta de anticonceptivos e impartir cursos de planificación familiar» CubaSí para combatir dicho flagelo… flagelo Periódico 26…
…en cambio, si lo cubriera un medio privado, quizás sería:
En Cuba el embarazo adolescente presenta cifras verdaderamente preocupantes. cifras verdaderamente preocupantes Periódico Cubano. Dicho problema tiene como riesgos la preeclampsia, la sepsis, las anemias, el bajo peso al nacer y la prematuridad Cibercuba. la eclampsia, endometritis puerperal e infecciones sistémicas en comparación con las mujeres de entre 20 y 24 años 14 y Medio. dificultades con la lactancia, bajo peso del nacido, sobrecarga de la familia con los cuidados y riesgos de negligencia en la atención del recién nacido La Joven Cuba.
Entre los factores multicausales que lo agravan tenemos la escasez de condones y píldoras anticonceptivas en el país CubitaNow… falta de acceso a anticonceptivos, mala educación sexual e incluso situaciones de violencia familiar Periódico Cubano… falta de protección legal y familiar, bajo acceso a medios anticonceptivos, falta de educación sexual, o condiciones socioeconómicas que limitan las oportunidades y proyectos de vida El Toque…
«Actualmente en Cuba es notable el descenso de la tasa global de fecundidad, hecho que está acompañado de un aumento de la fecundidad adolescente, por encima de lo esperado y deseado». El país realiza diversas acciones, como «la prevención del embarazo en la adolescencia, la estimulación a la natalidad y la realización de chequeos médicos para la detección temprana del cáncer cérvico-uterino» para combatir dicho flagelo…
…en cambio, si lo cubriera un medio privado, quizás sería:
En Cuba el embarazo adolescente presenta cifras verdaderamente preocupantes. Dicho problema tiene como riesgos la preeclampsia, la sepsis, las anemias, el bajo peso al nacer y la prematuridad. Entre los factores multicausales — invisibilizadosen la agenda de los medios estatales— que lo agravan, tenemos la escasez de condones y píldoras anticonceptivas en el país…
…excepto…
…excepto que, ¿a santo de qué debería afectar a une adolescente embarazada que el discurso sobre ella la vuelva una cosa (barriga, irresponsable, víctima, portadora de una tasa de fecundidad)?
¿Por qué debería importarte a ti?
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Resulta curioso: cuando se habla de embarazo en Cuba, usualmente se lo sitúa en esa cuestión que ya se ha vuelto nuestro dócil elefante en la habitación: Cuba es un país cada vez más notoriamente envejecido, con un decrecimiento poblacional sostenido desde 2017, y que se produce ya de manera natural desde 2020. Los índices de fecundidad femenina por debajo del nivel de reemplazo (o sea, de la cantidad de hijos por mujer cubana para sustituir a la población que abandona el país o la vida), las bajas tasas de mortalidad infantil, la elevada esperanza de vida y los saldos negativos de la migración externa influyen directamente en el progresivo envejecimiento nacional.
Según el Informe de la tercera Encuesta Nacional de Fecundidad:
«Un análisis de la evolución de la fecundidad, medido a través de la Tasa Global de Fecundidad (TGF), específicamente del número de hijos por mujer, evidencia que desde el año 1977 no ha vuelto a alcanzarse el nivel de reemplazo, es decir más de 2 hijos por mujer. Con ello, hace más de 40 años que las mujeres cubanas en promedio dejan menos de una hija al concluir su etapa reproductiva (…) Resulta muy poco probable que bajo las actuales circunstancias se eleve la fecundidad. Una población sin reemplazo decrece, lo cual intensifica el proceso de envejecimiento».
Hay una serie dispareja de datos que influyen en los bajos niveles de la tasa de fecundidad: desde que seis de cada diez mujeres cubanas por encima de los 30 años no quieren tener más hijes, hasta que la nuliparidad —nivel de mujeres y hombres que alcanzan el final del período reproductivo sin haber tenido hijos— va en aumento, con un diferencial notorio por sexo: según la Encuesta Nacional de Fecundidad, está en 13,1%, en las mujeres, y en 24,4%, en hombres. En la anterior, realizada en 2009, estaba en 9% y 18%.
Por tanto, la tasa de fecundidad nacional es bajísima, y lo seguirá siendo.
Y, sin embargo, la tasa de fecundidad adolescente nacional está aumentando.
Veamos una serie de datos seleccionados de la tercera Encuesta Nacional de Fecundidad, realizada en 2022:
- Una de cada cuatro mujeres cubanas vivas dio a luz antes de cumplir 20 años.
- De las mujeres adolescentes —entre 15 y 19 años—, casi un tercio están casadas o en unión conyugal.
- De las mujeres adolescente casadas, una de cada seis se casó siendo menor de edad.
- De estas, una de cada cinco aproximadamente, está casada con un hombre diez años mayor que ella.
Si bien la fecundidad es, a nivel demográfico, la variable más estudiada en el país, solo en la última década hemos podido ver, a nivel de discurso público, que problemas adyacentes, como el del embarazo adolescente, adquieran alguna relevancia.
Cabe entonces preguntarse cómo los medios del ecosistema informativo cubano están informando sobre el tema: este análisis puede ser un buen indicador de cómo es visto el fenómeno a nivel de Estado-Partido-Gobierno, como también desde los grupos y colectivos no afiliados al mismo.
Para ello, realizamos un análisis del discurso mediático sobre embarazo adolescente en el ecosistema nacional, entre 2013 y 2023, mediante estilometría y análisis formal del discurso, métodos de investigación que permiten analizar el discurso mediante indicadores cuantitativos (como frecuencia de palabras); así como elementos de teoría de grafos (análisis mediante nodos —elementos interconectados— útil para el estudio de relaciones).
Para realizar el trabajo, se seleccionó una muestra de un total de 63 artículos de 31 medios de comunicación cubanos, intentando localizar todos los textos producidos sobre o con relación al tema, entre los años 2013 y 2023.
Hagamos una división fundamental. En este trabajo se divide a los medios de comunicación del ecosistema nacional según su financiamiento. financiamiento: medios de financiamiento estatal y medios de financiamiento privado, sin distinguir entre formas para obtención de recursos ni agendas editoriales específicas.
Luego, se los distingue por perfil de publicación. publicación, entre generalistas —medios que publican sobre cualquier tema posible mientras encaje en su agenda— y especializados —enfocados principal y abiertamente a asuntos o audiencias nicho, como Alma Mater o Periodismo de Barrio.
Por último, se clasifican los textos según tres grandes categorías. categorías: noticias, textos de opinión o reportajes.
Es hora ya de ver un mapa.

Volvamos a las islas.
En el mapa, podemos ver una distribución de los medios seleccionados, de acorde a una serie de parámetros establecidos, sobre la idea o la imagen de un archipiélago frágil sobre un océano (o un pantano).
De los 31 medios seleccionados para la muestra, 17 (el 54.8%) fueron identificados como financiados por el Estado, y 13 (el 41.9%) como no financiados por el Estado. De acuerdo a su perfil, 24 medios (el 77.42%) son generalistas, mientras que 7 (el 22.58%) son especializados.
Lo que primero salta a la vista es que los medios tienden a ser generalistas. También, hay el doble de medios especializados con financiamiento privado, que gubernamentales.
Según la posición que en el mapa tiene cada isla, más o menos palabras en común comparte un medio con los otros. O sea, si dos islas o más se encuentran cercanas, significa que, en sus textos, hay una gran similitud, tanto en lenguaje como en términos empleados. Por eso la irónica similitud en las posiciones informacionales de medios tan aparentemente dispares en su agenda editorial como Cibercuba —que es, sin embargo, el medio que más ha cubierto el tema— y Cubadebate. A su vez, vemos que una cantidad desproporcionada —según la muestra— de medios de financiamiento estatal dedican tiempo y textos al tema, sobre todo desde una cobertura noticiosa.
Puede hacerse una distinción: la preponderancia de Granma, Juventud Rebelde, Cubainformación, CubaSí y el Periódico Victoria se debe, principalmente, a la producción de noticias sobre el tema, relacionadas sobre todo a la cobertura de eventos específicos, como las sesiones en el Parlamento cubano donde se ha tratado el embarazo adolescente, la publicación sobre el informe de la tercera Encuesta Nacional de Fecundidad, el reporteo sobre declaraciones de especialistas de instituciones estatales al respecto y —en el caso específico de Granma— el tratamiento sobre la escasez de anticonceptivos a nivel nacional. Por supuesto, existen excepciones, como los dos reportajes de CubaSí sobre el tema.
En cambio, Cubadebate ha dedicado una serie de textos, producidos y curados por Lisandra Fariñas Acosta, analizando el tema desde un enfoque de periodismo investigativo con equilibrio informativo. También se pueden resaltar los textos de Dixie Edith Trinquete, con un enfoque de teoría de género.
Alma Mater, el único medio especializado en ocupar un rol central en la cobertura del tema, debe su posición, principalmente, a la publicación serializada de capítulos readaptados de la tesis de Laura Serguera Lío, que ahonda, entre otras cuestiones, en el embarazo adolescente y su relación con el matrimonio infantil.
La profundidad de las aguas alrededor de cada isla indica la cantidad de textos dedicados al tema. Así, por ejemplo, Rialta, que no se relaciona apenas con el resto de medios, ha dedicado dos textos que mencionan el tema, bajo la perspectiva de la producción de audiovisuales que lo abordan.
Por último, el tamaño de las islas se da por la cantidad de palabras dedicadas por cada medio el tema. Resalta el contraste entre los medios que han producido sobre todo noticias, como Cibercuba, y otros, como Alma Mater —con su serie de textos de largo formato— o CubaInformación —que republica textos— con una cantidad muy superior al respecto.
Si bien el mapa no representa todos los medios del ecosistema comunicativo cubano, sí incluye a una muestra lo suficientemente grande, tanto en número como en la relevancia pública de los mismos, como para considerarlo representativo de la cobertura nacional con respecto al embarazo adolescente.
De los 61 textos analizados:
- 34 son noticias, con un total de 23 273 palabras
- 19 son reportajes, con un total de 43 874 palabras
- 10 son opináticos, con un total de 16 720 palabras.
Del mapa podemos concluir, sobre todo, que el tema ha sido cubierto principalmente por medios de corte generalista, bajo una producción noticiosa.
Ahora, ¿qué provoca dicho comportamiento?
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Veamos cómo se ha comportado históricamente la cobertura sobre el tema en la última década.

Aquí podemos ver la cantidad de artículos dedicados por año al tema, divididos por tipo de medio según financiamiento.
La frecuencia de publicaciones resulta ser escasa. El año con mayor número de publicaciones es 2023, con 31 textos. En el extremo contrario, los años con menor número de publicaciones son 2013 (1), 2015 (1), 2017 (1). El promedio de publicaciones por año es de 6.3 publicaciones.
Por frecuencia de publicación, en los dos últimos años ha habido un salto grande y sensible en el número de textos publicados. Los picos de publicación van desde finales de 2019, mediados del 2020, inicios del 2022, y a inicios y a mediados de 2023.
Aunque la visualización asemeje un ritmo más sostenido de publicaciones, cabe recordar que gran parte de los textos publicados sobre el tema lo fueron en los dos últimos años: 16 el año pasado y 31 en el actual.
Los picos principales en la frecuencia de publicaciones son, y se deben a:
- Finales de 2019, por parte de medios gubernamentales: cobertura del Pleno del Comité Nacional de la Federación de Mujeres de Cuba (FMC).
- Finales de 2019, en medios privados: cobertura sobre publicación, por parte del Ministerio de Salud Pública, de datos sobre el alza de las cifras del embarazo adolescente.
- Inicios de 2022, por parte de medios gubernamentales: publicación en Alma Mater de serie de textos de Laura Serguera Lío.
- Inicios de 2002, de ambas partes: cobertura a partir de cifras publicadas sobre tasa de embarazo adolescente en Cuba.
- Inicios de 2023, en medios privados: cobertura sobre cifras regionales de tasa de embarazo adolescente, que ilustran la preponderancia del mismo en la región oriental del país, así como de análisis del fenómeno en general, a nivel nacional.
- Mediados de 2023, por parte de medios gubernamentales: cobertura de los debates al primer periodo ordinario de sesiones de la X legislatura del Parlamento Cubano, en especial de las comisiones de Salud y Deporte, y de Atención a la Juventud, la Niñez y los Derechos de Igualdad de la Mujer.
- Mediados de 2023, de ambas partes: el tema adquiere una relevancia frecuente por densidad de textos con misma frecuencia de aparición en ambos tipos, lo cual provoca una sucesión de textos que se encadenan sobre el tema por diversas autoras.
Los datos sugieren que la cobertura del tema, a nivel histórico, ha estado asociada sobre todo a eventos específicos ocurridos a nivel nacional, relacionados con la liberación de información parcial a la esfera pública por parte de instituciones, a las discusiones a nivel de legislativo y estructuras asociadas sobre el tema, y solo en casos escasos a una densidad de percepción con respecto al tema lo suficientemente relevante como para crear un momentum comunicativo que genere una sucesión de textos en pluralidad bajo diversos enfoques y en diferentes medios, sin importar su tipo.
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Para conocer totalmente un objeto, debemos saber de dónde sale, así como de quién. Toda una serie de trazas delicadas se imprimen sobre un objeto de acorde a quien lo origine. De igual forma, podemos comprender mejor qué nos dicen nuestros textos si analizamos su autoría.
Cabe distinguir que para dicho análisis priorizamos una asignación terciaria por género —sin salirnos de una gama binaria del mismo, atendiendo a la identidad binaria pública deducible de los perfiles de cada quien— de hombre, mujer y grupos. Con estos últimos nos referimos a los textos firmados por un medio en sí o por su redacción, en los cuales no se identifica a la o a las personas específicas a cargo del mismo.
Vuelve a resaltar el carácter informativo de la cobertura, sobre todo si tenemos en cuenta que son las redacciones las usualmente encargadas de producir noticias de corte rápido.
Un par de conclusiones adicionales, a partir de datos obtenidos de la muestra:
- De los autores nominados (hombres o mujeres), solo las mujeres escriben más de un texto.
- A pesar de que el número de textos de autoras mujeres y número de textos de redacciones son similares —23 a 18—, las mujeres tienen un número de palabras mucho más elevado —un total de 63 613 palabras, más de tres veces superior al total en redacciones.
Ahora…
¿Lo ves?
Esa escasez notoria en textos de autores hombres…
Esa ausencia relevante de textos en largo formato y de investigación…
El que sean las mujeres quienes produzcan de manera notoriamente diferenciada reportajes…
¿Ves el sesgo de género?
Existe un sesgo de género notorio y generalizado en la cobertura del embarazo adolescente en Cuba.
Cuando enunciamos «sesgo de género» en la producción de contenido periodístico enfocado en un tema, nos referimos a una distorsión en la cultura y el modelo de producción, tanto a nivel específico de medios como al nivel general de quienes producen los textos en su contexto particular y en los macro contextos culturales, sociales y políticos a los cuales pertenecen, donde:
- Se asume una perspectiva donde el tema es visto como de menor importancia por, desde un punto de vista patriarcal, concernir solo a mujeres.
- No se coloca el tema bajo sus rasgos intrínsecos (o sea, las situaciones de vulnerabilidad, violencia, pobreza, carencia de educación sexual y acceso a anticonceptivos o su disminución, que permean el hecho de que una adolescente pueda resultar embarazada) sino bajo una perspectiva machista, donde la mujer es reducida a un cuerpo y sometida a embarazo por su propia incapacidad e ignorancia.
- El tema se subordina a la perspectiva de la fecundidad nacional, lo cual recoloca a las personas afectadas por el mismo como simples barrigas potenciales con la misión de salvar a un país de su corrosión demográfica.
- Por tanto, el tema solo se vuelve de notoriedad mediática cuando instancias desde el poder comunican y deciden al respecto, y no por su inclusión en una agenda pública abierta y plural que lo convierta en factor de interés para su atención periodística.
Pudiera parecer demasiado sutil el dictaminar un sesgo de género solo por el volumen de producción con respecto al tema según su autoría. Por tanto, y como nos pareció importante seguir cavando en el agujero, decidimos explorar si de veras era real o solo un fuego fatuo que nos ensuciara el mapa.
Así, decidimos buscar qué palabras utilizaban con más frecuencia cada género.

En esta visualización, las barras representan los términos más empleados por género. A simple vista, resulta sencillo deducir que, por parte de las mujeres, existe una insistencia mayor en tratar el tema desde una perspectiva integral de género, y no solo desde el enfoque de un problema sanitario, y ubicarlo en su vulnerabilidad principal: el hecho de que un embarazo tan temprano resulta un gran problema por la edad de las personas y sus riesgos asociados para la salud. Colocan primero el triángulo edad-problema-afectadas.
La insistencia en el término «años», contrastada con la cantidad de textos, devela una preocupación marcada en diseccionar el tema de acorde a las franjas etarias involucradas en él —una comparación sencilla utilizada en varios: ahora mismo, las adolescente de 15 a 19 años tienen la misma cantidad de embarazos que las mujeres de 30 a 34 años.
En cambio, tanto grupos como hombres se enfocan notablemente más en cómo el embarazo adolescente se relaciona con la fecundidad a nivel nacional, reduciendo por tanto el tema a una perspectiva demográfica. Dicha insistencia con la fecundidad tiene ramificaciones importantes que veremos luego.
Si bien esta visualización amplía la demostración de la existencia de un sesgo de género, aún no basta, ni de lejos, para poder argumentar que existe de manera conclusiva. Luego, decidimos rastrear también el uso de palabras frecuentes según cada medio.
Y mira lo que nos encontramos:
- Se privilegia notoriamente el término «fecundidad», comparable a la centralidad del término «embarazo adolescente». Ha de notarse aquí que esto está parcialmente correlacionado con el uso de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información como fuente común de autoridad, dado que, como ya dijimos, la fecundidad es la variable demográfica más estudiada en Cuba.
- El término «género» apenas aparece.
- Solo las mujeres hablan de aborto, en solo 4 textos —dos de los cuales se dedican especialmente al aborto—. Esta omisión es sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta que no existe una cifra pública de embarazos según grupo etario-registrados por el sistema nacional de salud —o sea, no podemos saber cuántas de las adolescentes embarazadas decidieron o fueron forzadas a abortar, pues el Minsap no hace pública esta información específica—. Lo más claro que tenemos es que, de cada cuatro abortos en Cuba, uno lo realiza una mujer de menos de 19 años; que las cifras de abortos en adolescentes, según declaraciones de especialistas comúnmente citados en los textos de las muestras, son mayores que las del resto de mujeres en edad fértil, y mayores al número de nacidos vivos en embarazos adolescentes.
Por lo que vemos, pareciera que existe una ausencia remarcable de asuntos accesorios de género influyentes en el tema, así como una presencia curiosísima de «fecundidad». Tengamos claro, nuevamente, que introducir «fecundidad» como el único marco posible para hablar de embarazo adolescente, si bien es el contexto demográfico inmediato, lo reduce a una discusión sobre variables, números de partos y responsabilidad de las mujeres cubanas con la reproducción, y no con otra cosa como, por ejemplo, sus vidas.
¿Es demostrable que «fecundidad» sea en realidad un eje determinante de la cobertura mediática sobre embarazo adolescente en Cuba?

En esta visualización podemos ver las correlaciones de palabras empleadas en los textos de la muestra. Mientras más grandes sean, más se emplean. Mientras más centrales, más se emplean en relación con otras palabras.
Si bien era de esperar que «embarazo(s)» fuera la palabra más empleada y de mayor centralidad, resulta curioso como «fecundidad», nuevamente, adquiere un rol principal. Además, fijémonos en los términos con los cuales «fecundidad» y «embarazo» forman triángulos: «Cuba», «nacional», «país», «nacimientos».
Queda demostrado que «fecundidad» tiene un peso decisivo en la cobertura del tema, lo cual —debido a las implicaciones que «fecundidad» tiene— contribuye a deformarla.

Nuestra última visualización representa los bigramas de los términos «embarazo» y «fecundidad», o sea, las palabras con las que semánticamente, con más frecuencia, se relacionan en los textos de la muestra.
Son, como queda evidente, los medios de financiamiento estatal quienes más insisten en fecundidad (aunque los privados no están exentos de dicho uso), y que dicha insistencia es de tal tamaño que condiciona directamente, por su relación, el tratamiento del tema.
Quede dicho.
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Un mapa, en algún punto, termina de dibujarse. Cuando lo hace, se supone que permanezca quieto: las geografías en su sitio, las leyendas al borde.
¿Qué pasa con un mapa que no cesa?
No podemos decir que nuestros mapas sean versiones terminadas. Para empezar, en cualquier momento pudieran producirse nuevos textos sobre el tema, y nuevas islas ascender del pantano (o el océano).
Además, el mismo método de nuestra cartografía tiene sus limitaciones.
Por ejemplo:
No podemos asegurar que tenemos el cien por ciento de los casos. casos, debido a que hay sitios web que no se encuentran accesibles, como la revista Mujeres o el sitio web original de Alma Mater y Muchacha. Por tanto, si publicaron trabajos al respecto no pueden ser contemplados en la muestra aun si están comprendidos en el periodo de tiempo estudiado
El tamaño de la muestra es bastante reducido. reducido, pues el número de casos no es alto, y en estadística se entiende que mientras más amplia y estructurada es la muestra más precisos son los resultados.
Los resultados describen tendencias generales. generales, puesto que los métodos que utilizamos son de análisis estadísticos, es decir, están pensados para describir tendencias y comportamientos generales en la muestra, y es un tanto difícil adaptarlos a estudios de casos específicos. .
No pienses que los mapas que te acabamos de dar son falsos: la muestra es lo suficientemente amplia y exhaustiva como para poder afirmar, obedeciendo a estándares internacionales de periodismo de datos, que las conclusiones presentadas en este texto resistirían cualquier intento forzoso de quemarlas.
Nuestro papel tiene el color recio.
Puedes acceder a la metodología de este trabajo haciendo click aquí