Precios estables, pero hoteles vacíos y casas por construir: ¿qué nos dicen los últimos números de la economía cubana?

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Esta semana fueron noticia varios temas relativos a la economía cubana y la publicación de cifras que dejan un sabor agridulce.

La primera es parcialmente positiva. En abril de 2025 la inflación interanual del mercado formal cubano alcanzó el 18.57 %, por tanto, aunque hay ascenso de los precios, es la primera vez desde el inicio de la pandemia que esta cifra no excede el 20 %. Con respecto al mes anterior los precios solo subieron un 0.4%.

Para medir la inflación interanual se compara el nivel de precios de un mes con el mismo mes del año anterior. La nueva tasa contrasta con el 20.62 % reportado en marzo de 2025 y está muy por debajo del 32.33 % de abril del año pasado.

Pero detrás del titular persisten tensiones de fondo. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) recuerda que más del 90 % del ingreso familiar se destina a la canasta básica que sirve de base al IPC, lo cual deja un estrechísimo margen a las familias para el esparcimiento, el ahorro o las inversiones a largo plazo.

Y no es para menos, aunque los precios se mantuvieron más o menos controlados, los reportes indican que, por ejemplo, en La Habana la libra de arroz se mueve entre 180 y 341 CUP, cada huevo fresco puede alcanzar los 100 CUP y un pan redondo suave puede llegar a 58 CUP. Por tanto, los productos siguen estando sumamente caros en comparación con el salario medio estatal que no sobrepasa los 7 mil pesos en el sector empresarial, el más privilegiado.

Según las estadísticas oficiales, los productos que más aumentaron de precio fueron el aceite comestible, el pan redondo duro, el tabaco, el boniato y la manteca de cerdo; y bajaron la papa, el tomate, el pimiento, los huevos de gallina y el frijol colorado.

Inflación Cuba
Fuente: ONEI

Cabe destacar que algunos de estos productos, como el aceite comestible, tienen precios topados, pero se comercializa en el mercado informal violando el tope, por lo cual la estadística oficial pudiera ser engañosa en la recogida de su precio.

Al agrupar por categorías de gasto, el IPC muestra fuertes disparidades: «Bebidas alcohólicas y tabaco» lidera con un salto interanual de 144.63 % aunque se redujo en un 4.63% con respecto al mes anterior. El otro renglón que tuvo una reducción con respecto a marzo fue el de «muebles y artículos para el hogar», pero solo de un 0.33%. Siguiendo con la inflación interanual el renglón de «Restaurantes y hoteles» aumentó en 24,58 %, «Bienes y servicios diversos» en 18,67 %, y «Alimentos y bebidas no alcohólicas» en 17.26 %. En contraste, «Salud» y «Comunicaciones», ambos solo garantizados formalmente por el Estado apenas rozan el 1%.

IPC Inflación Cuba economía
Fuente: ONEI

Parte de esta desaceleración de la inflación podría deberse a la relativa estabilidad de divisas en el mercado informal. Aunque el euro lleva semanas oscilando entre 380 y 385 CUP, el dólar permanece anclado alrededor de 370 CUP y el MLC flota en el entorno de 260 CUP.

Sin embargo, esta noticia aparentemente positiva viene acompañada de otras no tan alentadoras.  La caída del turismo, que ya se había avisado en la reunión del Consejo de Ministros, fue vista en números esta semana y los resultados son muy preocupantes, teniendo en cuenta que fue a este renglón al que se le apostaron todas las cartas en los últimos años.

Los más recientes datos oficiales confirman que el sector no logra remontar la crisis, pues los tres primeros meses de 2025 han registrado una caída de 11 puntos porcentuales en la ocupación hotelera con respecto a igual período del año anterior. La ONEI reveló que ese índice se situó en apenas el 24.1 % en un trimestre que corresponde a la temporada alta.

Hasta el mes de marzo se recibieron en 759,641 viajeros y 571,772 visitantes internacionales, que, con respecto al igual período en el año anterior, representa un 77.3 % y 70.7 % respectivamente.

Vistantes a Cuba
Fuente: ONEI

Entre enero y marzo todos los grandes mercados emisores mostraron retrocesos. Canadá, todavía el principal proveedor de visitantes, perdió el 31.8 % de sus llegadas interanuales.

La Comunidad Cubana en el Exterior —segundo origen en importancia y termómetro del vínculo familiar— se contrajo un 20.4 %, de 75,235 a 59,896 viajeros.

Punto aparte merece la Federación Rusa, pues, a pesar de las facilidades brindadas a este mercado —que debería tener más incentivos que trabas para decidir vacacionar en la Isla que acepta sus tarjetas MIR— sufrió el desplome más severo de todos: 50.1 %. Por lo cual, el aliado exsoviético quedó en cuarto lugar, paradójicamente, por debajo de Estados Unidas cuyos arribos también decrecieron, pero en un 15.6 %.

Igualmente, entre los viajeros procedentes de los principales mercados de Europa occidental el retroceso en el primer trimestre es notable: Alemania se contrajo 22 %, España 30 %, Italia 28.6 %, Francia 23.9 % e Inglaterra 69.8%. México, el país latinoamericano mayor emisor de turistas, se contrajo en 20.9 %, y Argentina un 3.7%.

Visitantes a Cuba
Fuente: ONEI

Solo unos pocos mercados turísticos ofrecieron alivio en el trimestre: Turquía creció un 32.8 %, Perú 20.2 %, China un 18.0 %, Panamá 16.1 % y República Checa 4.7 %. A pesar de ello, todos estos destinos crecientes, en su conjunto, solo aportaron en 2025 un 4% del total de turistas, por tanto, el volumen es insuficiente para contrarrestar la caída de los mercados tradicionales.

Los efectos también se notan en el informe. Las instalaciones turísticas ingresaron unos 10,610,255,800 pesos menos que en igual período del año anterior, lo que representa un decrecimiento 17.9 %.

Ingresos instalaciones turísticas
Fuente: ONEI

En casi todos los renglones relativos al turismo hubo decrecimiento de ingresos: la recreación cayó aproximadamente un 36 %, el alojamiento un 27 %, la gastronomía un 21 %, el comercio minorista un 20 % y el transporte un 4 %. Solo la categoría etiquetada como «otros» subió ligeramente, alrededor de 0.5 %.

En cuanto a los motivos de viaje, el ocio continúa dominando con cerca del 96 % de las llegadas, mientras que el turismo de eventos —promovido desde las altas esferas como vía de diversificación— sigue siendo testimonial: no llega ni al 0,05 % del total con solo 237 visitantes registrados.

Ingresos instalaciones turísticas
Fuente: ONEI

Pero el turismo no fue el único renglón en que las cifras confirman la crisis. Esta semana salieron a la luz los nuevos datos sobre la construcción de viviendas del pasado año. Según la ONEI, a lo largo de 2024 se terminaron apenas 7,427 casas, frente a las 16,065 de 2023, lo que supone un desplome de más del 50 %.

Con ese resultado, el programa habitacional apenas cumplió el 55 % de la meta anual—fijada en 13,492 unidades— y quedó por debajo de los registros de los peores años la crisis de los 90, como subraya el economista Pedro Monreal.

De las 7,427 viviendas terminadas en 2024, apenas el 37 % (2,756) fueron entregadas por el Estado, mientras que el 63 % restante nació del esfuerzo directo de las familias. En otras palabras, por cada vivienda estatal culminada en 2024 se levantaron casi dos por iniciativa familiar. En 2023 el Estado entregó 6,205 viviendas y la población levantó 9,860 por esfuerzo propio; en 2024 esas cifras se hundieron a 2,756 y 4,671, respectivamente, lo que supone un desplome del 55.6 % en la construcción estatal y del 52.6 % en la autoconstrucción familiar.

La provincia de Holguín lideró los datos de construcciones con 1,281 viviendas terminadas. En contraste, el municipio especial Isla de la Juventud ocupó el último lugar, con solo 39 domicilios edificados en todo el año. La capital estuvo lejos de estar entre las más destacadas, con solo 454 edificaciones para vivir, a pesar de que acumula un fuerte déficit habitacional.

Sin embargo, a partir de ahora, quien quiera construir por esfuerzo propio tendrá que pagar más: el Gobierno casi duplicó el precio mayorista del cemento, de modo que la tonelada del P‑35 ensacado sube de 2,809 CUP a 4,573 CUP, la presentación a granel pasa de 2,444 CUP a 3,936 CUP y el cemento blanco salta de 3,856 CUP a 6,417 CUP.

La medida, vigente desde el 14 de mayo y aplicada por la estatal ECOCEM, se justifica como un paso para «eliminar el subsidio» que habría costado 961,000 millones de pesos en cinco años y para reconocer «costos reales» de clínker, yeso y bolas de acero.

El alza llega apenas un día después de estrenar un nuevo Sistema de Precios de Construcción y Montaje, el cual limita las utilidades privadas en obras públicas, mediante una normativa que unifica las bases de costos, con el fin declarado de «corregir distorsiones» y «optimizar el presupuesto». Se aplicará de inmediato a los proyectos en curso cuyo financiamiento no quede comprometido y será obligatorio en la planificación y contratación de 2026 en adelante.

Por las declaraciones a la prensa de los directivos implicados y escándalos que han trascendido en otros medios, el objetivo del mecanismo de control conocido como PRECONS III es evitar «presupuestos inflados» por parte de constructoras privadas a acciones constructivas y de reparación contratadas por entidades estatales, que muchas veces derivan en formas de corrupción.

Quedará por ver si los privados aceptan esta fórmula, si realmente está ajustada a los costos reales, y si se aplicará a todas las entidades en las que participa el presupuesto del Estado, como lo son también las constructoras extranjeras.

Estas noticias significan algo ya sabido, e incluso reconocido por las autoridades, pero que en números fríos se ve más claro. El modelo turístico implementado en la Isla resulta inoperante, y el Estado se está retirando de sectores clave como el de la construcción de viviendas.

Sobre todas estas informaciones —y casi en tiempo real— opinó el experto Pedro Monreal en sus redes sociales, que funcionan como un auténtico observatorio económico de la Isla. Primero saludó la «tendencia a la moderación de la inflación», pues el alza mensual de los precios en abril fue apenas 0,4 %, «el incremento más bajo desde 2023». Sin embargo, recordó que «la estadística oficial subvalora la inflación en Cuba».

Monreal enlazó ese matiz con un diagnóstico más severo: en un contexto de «restricciones de oferta, principalmente de alimentos», la aparente contención responde también a «pobreza masiva por compresión de la remuneración del trabajo» y al auge de ventas en divisas «que no inciden en el cálculo del IPC». A falta de datos recientes sobre producción agropecuaria, sugirió que la caída de algunos precios de alimentos —como puede ser la papa— se debería a «una oscilación estacional de oferta», no a una mejora estructural.

El economista amplió el foco hacia la inversión y la producción de alimentos. Subrayó que el plan de inversiones 2025 prioriza sistemas de riego, pero sin incluir la «industria agroquímica, en ruina», recordando que la inversión agropecuaria fue «apenas 1.6 % de la inversión total».

En materia de vivienda, calificó la situación como «crisis habitacional de tipo estructural»: en 2024 se construyeron casi tres veces menos casas que en 1992, «5.5 veces menos que hace 40 años y 15 veces menos que en 2006, el año pico».

Viviendas construidas en Cuba  de 1985 a 2024.
Elaborado por Pedro Monreal

Finalmente, Monreal también comentó el turismo: la ocupación hotelera de apenas 24 % en el primer trimestre revela una utilización «peor que la de 2024» en un período que suele ser el pico de visitantes; en su opinión, otro síntoma de que el modelo actual «no genera la tracción necesaria para reactivar la economía».

El turismo sigue siendo uno de los grandes puntos de debate entre los economistas cubanos; nadie entiende la sobreinversión en hoteles que siguen vacíos. El doctor Omar Everleny en estas páginas ya sentenció a esta industria como «una locomotora sin vagones», y agrega que «el desarrollo ha descansado en un modelo de crecimiento extensivo», con bajos estándares de calidad y pocos encadenamientos productivos, que necesitan de demasiados viajeros para ser rentables.

Everleny subraya lo absurdo de «seguir concentrando el plan inversionista en nuevos hoteles» y advierte que, sin cambiar de estrategia «no se logrará el papel de arrastre que se le asignó al turismo». Para ello propone diversificar la inversión hacia la industria extrahotelera (restaurantes, parques temáticos, espectáculos) y permitir que actores privados formalicen agencias de viaje propias, entre otras medidas que no han sido aplicadas, ni siquiera debatidas.

Opinamos que si bien la desaceleración de la inflación es una buena noticia, los otros indicadores siguen dejando mucho que desear. Cada vez que sale un informe de la ONEI, por más que se encuentre —como una aguja en un pajar— una cifra alentadora, la gran mayoría conduce a la preocupación, en el mejor de los casos.

La caída del turismo confirma lo que vienen diciendo expertos, periodistas y ciudadanos informados durante muchos años. Se trata de un renglón inestable, al que no deben apostarse todas las cartas, más en un contexto como el cubano, hostigado por medidas unilaterales coercitivas externas que desalientan a los viajeros.

Sin embargo, en estos números hay que ver más allá. El decrecimiento del mercado de países de la Unión Europea puede verse directamente influenciado por la limitación que puso la Casa Blanca a quienes viajen a la Isla, que quedarán excluidos del programa conocido como ESTA, el cual permite a los ciudadanos de la mayoría de los países de Europa Occidental entrar al territorio norteamericano sin visas.

La reducción de la llegada de cubanos residentes en el exterior puede tener múltiples factores; desde la reunificación familiar completa, lo cual trae como consecuencia que quienes viven fuera pierdan la motivación principal para viajar al país, hasta las medidas antinmigrantes tomadas durante la administración Trump que pudieran generar cierto miedo dentro de la comunidad cubana a salir de su país de acogida.

Sin embargo, una reducción del 50% del turismo ruso no puede justificarse con las decisiones del vecino del norte. Los rusos no tienen nada que perder si vienen a Cuba; incluso, en teoría es un destino más amigable que otros países occidentales que les han cerrado las puertas por la guerra de Ucrania. Hasta pueden pagar con sus tarjetas en la Isla. Entonces ¿a qué se debe esta caída abrupta?

Parafraseando el refranero cubano, no se puede estar en el hotel sin ver las casas. Muchas de las principales razones que hacían a Cuba un destino atractivo han ido desapareciendo. Aunque las instalaciones hoteleras tienen plantas y por tanto no sufren los cortes de electricidad, calles vacías y apagadas, lugares cerrados, una disminución de la oferta cultural, un personal desestimulado por los bajos salarios, poca oferta de producto nacional… tienen mucho que ver con que los viajeros estén prefiriendo otros destinos que sí se han recuperado luego de la pandemia. Y la caída de otros renglones vinculados al turismo como la recreación, la gastronomía o el comercio confirman esto. Ninguna locomotora camina sola si los vagones no son reparados y conectados.

No significa renunciar al turismo, sino desarrollar un modelo en el cual los sobrados hoteles se encadenen con el resto de los renglones, y para ello, una diversificación de las inversiones es urgente, y sobre todo, resolver la crisis energética, en la cual deberían estar concentradas todas las inversiones.

Sobre la vivienda hay poco más que decir, las cifras confirman la retirada del Estado, y por tanto, el abandono a las tantas personas que hoy no tienen un techo donde vivir. Quienes tienen dinero para construir lo hacen y quienes no, viven albergados, hacinados con la familia en lugares sin condiciones, ocupando espacios públicos…

Todos los caminos conducen a lo mismo, el agotamiento del modelo socioeconómico, que cada vez es más incapaz de generar ingresos y garantizar protecciones básicas a las personas más empobrecidas. ¿Cuántos más números rojos harán falta para empezar su reforma?

1 COMENTARIO

  1. Excelente artículo. Un análisis objetivo de cifras brindadas por la ONEI. No se puede tapar la luz del sol con un dedo. La supuesta contención de la dinámica inflacionaria parece más bien responder a una reducción de la demanda solvente en un umbral de precios q ya resulta inalcanzable para una gran mayoría. En lo tocante a construcción y turismo las cifras corroboran lo q está a la vista de todos.

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