Destituciones políticas en 2024

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El año 2024 estuvo marcado por una serie de destituciones y cambios significativos en altos cargos del gobierno y el Partido Comunista de Cuba (PCC). Estas modificaciones, que abarcan desde ministerios hasta direcciones provinciales y municipales, reflejan intentos de ajustes en medio de una severa crisis económica, social y política en el país.

Entre los movimientos más notables está la destitución en febrero del entonces ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández. La noticia se dio a conocer de manera inusitada a través de un comunicado del presidente cubano Miguel Díaz-Canel, en el cual expresaba que «la dirección de nuestro Partido y Gobierno nunca ha permitido, ni permitirá jamás, la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad».

Sin aportar más información, la nota aseguraba que Gil incurrió en «graves errores» durante su gestión. Presuntas faltas por las que está bajo investigación penal y no se han esclarecido los hechos hasta la fecha. Este es el mayor cargo político investigado por corrupción en más de una década en Cuba.

Su puesto fue ocupado por Joaquín Alonso Vázquez, exministro presidente del Banco Central.

En el mismo mes, se produjo la «liberación por renovación» de Elba Rosa Pérez Montoya como ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), cargo que desempeñó durante 11 años. El Dr.C. Eduardo Martínez Díaz, hasta entonces presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, asumió la nueva responsabilidad.

Pérez Montoya fue nombrada posteriormente embajadora de la República de Cuba en el Estado Plurinacional de Bolivia.

También destacó la remoción de Manuel Santiago Sobrino Martínez, ministro de la Industria Alimentaria, reemplazado por Alberto López Díaz, quien anteriormente se desempeñaba como gobernador de Villa Clara.

Según la publicación oficial, «a todos los compañeros liberados de sus respectivos cargos se les reconoció el esfuerzo y la consagración en el desempeño de tan altas responsabilidades».

Recordemos que los términos «liberar» o «movimiento de cuadros» suelen emplearse como eufemismos para referirse a la remoción de un alto funcionario.

Otros ministerios no estuvieron exentos de cambios. En Comercio Exterior, Roberto López Hernández y Ana Teresita González Fraga, viceministros, fueron relevados en enero. La información oficial explicaba que era «parte del proceso de renovación de cargos en las estructuras del gobierno» y felicitaba a ambos funcionarios por «la excelente labor desempeñada». No obstante, las «liberaciones» sucedieron luego de darse a conocer los resultados negativos en términos de inversión extranjera durante el 2023.

Una de las razones de esas deficiencias radica en la demora para la aprobación de proyectos, la burocracia excesiva y otras taras que enlentecen el proceso; dificultades que limitaron la capacidad del país para atraer capital extranjero, afectando negativamente el desarrollo económico en un contexto de creciente crisis.

Los reemplazos incluyeron a Óscar Pérez-Oliva Fraga como viceministro primero y a Carlos Luis Jorge, exdirector de Inversión Extranjera.

En mayo, el Consejo de Estado relevó a Ricardo Cabrisas de su puesto como ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (aunque permaneció en su rol como viceprimer ministro), y decidió que el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera fuera encabezado por el hasta entonces viceministro primero, Oscar Pérez-Oliva Fraga.

Cabrisas ocupa el cargo de diputado en el Parlamento cubano y ha sido integrante del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Fue la principal figura en las negociaciones de la deuda externa de Cuba con acreedores extranjeros, especialmente con el Club de París.  

Otro de los que cayó este año, para sorpresa de muchos, fue el viceprimer ministro Jorge Luis Perdomo Di-Lella, demovido por «errores en el desempeño de sus funciones», según se anunció en una breve nota en el Noticiero Nacional de Televisión. Nuevamente, la información no detalló cuáles fueron los errores que llevaron a la destitución del viceprimer ministro más joven de Cuba, de 53 años, considerado cercano al presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez y promovido por él.

En su lugar, fue designado Eduardo Martínez Díaz, quien había asumido como titular del CITMA.

Además, durante 2024 el Ministerio de Cultura de Cuba sustituyó en sus cargos de viceministros a Fernando Rojas y Kenelma Carvajal Pérez. La nota publicada apuntó que se trataba de una «liberación por renovación». En su lugar, ocupan estas responsabilidades Lizette Martínez Luzardo, quien fungía como directora general de Políticas Culturales, y Lillitsy Hernández Oliva, anteriormente presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas. Con relación a las nuevas funciones de Fernando Rojas, el comunicado refirió que fungiría como asesor del ministro de Cultura. Mientras, a Kenelma Carvajal «le serán asignadas nuevas tareas por el Comité Central del Partido».

Cambios en el liderazgo provincial

A nivel provincial, también se registraron múltiples relevos. En enero, Beatriz Johnson Urrutia asumió el liderazgo del PCC en Santiago de Cuba, sucediendo a José Ramón Monteagudo, quien ejerció el cargo durante 25 meses.

Otros cambios incluyeron a Liván Izquierdo como primer secretario del PCC en La Habana, luego de relevar a Luis Antonio Torres Iríbar. Recordemos que Iríbar afrontó durante su mandato la pandemia de covid-19, las manifestaciones del 11 de julio de 2021 y la severa crisis económica que afecta a la capital. Antes, había estado en Guantánamo y Holguín.

Por otro lado, en Las Tunas, Walter Simón Noris tomó el lugar de Manuel René Pérez Gallego, y en Holguín, Joel Queipo Ruiz reemplazó a Ernesto Santiesteban. Queipo Ruiz se desempeñaba como miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Económico Productivo.

Por otra parte, Alexandre Corona, gobernador de Cienfuegos, renunció por «errores en su gestión». Aunque no se especificó de qué deficiencias se trataba, medios de Miami y usuarios en redes sociales señalaron, sin aportar pruebas ni fuentes confiables relacionadas con el caso, que su renuncia forzada habría sido motivada por acusaciones de corrupción.

Asimismo, en Las Tunas, el gobernador Jaime Ernesto Chiang Vega y su vicegobernador Ernesto Luis Cruz Reyes fueron cesados de sus funciones debido a «violaciones en el ejercicio de sus responsabilidades». Eduardo Walter Cuelí fue designado provisionalmente como gobernador.

Una de las sustituciones más sonadas fue la de la contralora general de Cuba, Gladys Bejerano, quien permanecía en el cargo desde hacía 14 años. El cese se dio a conocer sorpresivamente en una intervención en la Asamblea Nacional del Poder Popular, donde el presidente cubano afirmó que, tras el análisis del Buró Político del PCC, se determinó el cambio como parte del «proceso de renovación natural de los cuadros».

El cambio se dio en medio de la polémica suscitada a raíz de una entrevista ofrecida a la agencia española EFE, en la cual la funcionaria calificó el caso de corrupción del ex viceprimer ministro Alejandro Gil como una «traición» y aclaró que la investigación no partió de la Contraloría General. Bejerano añadió que el conglomerado empresarial GAESA no está bajo la supervisión de la Contraloría debido a su «disciplina y organización superior», lo que provocó una ola de críticas.

Crisis y cambios políticos: ¿renovaciones reales o simple fachada?

En definitiva, en 2024 se registró un número notable de cambios en altos cargos políticos del país, entre gobernadores, vicegobernadores y primeros secretarios provinciales del PCC. En la mayoría de los casos, no se han comunicado las razones de las destituciones.

Aunque recientemente se aprobó en Cuba una Ley de Comunicación y una Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública destinadas a fomentar la transparencia en la gestión pública, las autoridades continúan anunciando cambios en cargos de alto rango sin proporcionar las razones detrás de estas decisiones, ni explicar en qué consisten los «errores en el desempeño» que se les atribuyen.

Es cuanto menos cuestionable la voluntad real de promover la transparencia y el acceso a la información en un contexto donde estas decisiones impactan directamente en la vida pública y la percepción ciudadana del gobierno.

No se concibe cómo altos funcionarios pueden incurrir en «errores» reiterados sin que sus superiores lo detecten a tiempo, lo cual pone en evidencia la falta de supervisión interna y la ineficacia de los mecanismos de control en la administración pública. Invariablemente, surge la pregunta de si los altos cargos destituidos son realmente los únicos responsables de estos problemas. ¿Se trata de un patrón de errores individuales o hay una tendencia que resulta en la condena de unos, mientras otros son tolerados?

Estos movimientos se han originado en un contexto de agravamiento de las condiciones de vida de los cubanos, debido a la inflación descontrolada, la severa crisis energética y un consecuente aumento del descontento popular. Aunque el gobierno presenta dichos cambios como parte de una política de renovación de cuadros, los relevos no van a la raíz de los problemas. La llamada «política de cuadros» debería garantizar no solo la idoneidad profesional, sino también la confiabilidad de quienes asumen responsabilidades públicas.

Por más loables que sean los esfuerzos por combatir la corrupción, estos pierden empuje cuando se ven empañados por el secretismo y la falta de comunicación transparente hacia la ciudadanía. Ocultar los detalles de los hechos y limitar la información a fragmentos ambiguos no solo debilita la credibilidad del proceso, sino que también crea el escenario propicio para la especulación, las noticias falsas y la desinformación.

Mientras tanto, la población sigue enfrentando las consecuencias de las ineficiencias institucionales y la falta de soluciones concretas a sus problemas cotidianos. Lamentablemente, las sustituciones de funcionarios no han logrado revertir el deterioro generalizado en el país.

Veremos qué trae el 2025.

4 COMENTARIOS

  1. Si la política es no decir nada, la gente aprende a no creer en nada ni en nadie.
    Como nadie los elige, nadie se siente responsable y les da igual Dios q un Caballo.
    Si todos son designados, q asuman los q los asignan.
    Quienes responden por las responsabilidades colaterales o es q ya no se aplican, hasta q nivel se llega en esos análisis.
    Ya nadie quiere hablar de nepotismo. SERA Q NO EXISTE?
    No vi a Polanco en el «listado de los movimientos»?
    Que falta el cascabel o el gato.
    A
    Hace falta y un análisis similar con los jefes de empresas con aire de Gentil Hombre algunos cuadrando la caja, será q se acabó la burguesio o aparece una nueva burguesia a la hay que ponerle apellidos p q nombres ya sobran.
    Quie sabe donde se acaba el igualitario y comienza la desigualdad maldita de la mayoría humide y Revoluciunaria q nunca se fue, se va ni se irá.
    O se amarran el cinto o le bajan los pantalones, y habrá a quien le de placer pero a la mayoría humilde le duele.

  2. La teoría de los continuadores.
    Mirar la tv, pararte en una esquina del Vedado es suficiente para ver al timon de los veiculos del estado a los q van asumiendo cargos a los q han aspirado mucho tiempo,sin mucho interes por prepararse, entregarse,sufrir por la mayoria y mucho menos sentirse culpables de nada, algo asi como darle una navaja a un mono y esperar a q se afeite y verlo venir a salpicarte de sangre porque se ha degollado,quien tiene la culpa, el q le dio la navaja pero ya está lleno de la sangre con la q lo baño en su huida, son la camada q soñó y quiere los cargos para los q no se preparo en el fragor de la lucha cotidiana, sino q asendio por la cuesta menos agreste,»política de cuadros» se párese al nuevo estilo de trabajo, q son una astraccion q jamás se logra describir, concretar porque no pasa de ser una retórica formal y burocrático q se concreta en la voluntad de los decisores en tránsitos cortos por cargos de plenos poderes q embilecen y no dan chance a otra cosa q a la mala selección y al error continuado.
    Asumen los que quieren pero no saben, ni pueden con lo que le designan para no hablar del contenido profundo por dar todo por triunfar (SENTIDO DE TRANSITORIEDAD INFINITA, Q SE HACE FINITA CON FRECUENCIA Y PASAN DE UN CARGO A OTRO SIN DEJAR HUELLA UTIL ALGUNA)
    INTEGRALIDAD TOTAL(NO EXISTE MAS QUE EN EL LÉXICO, PORQUE SE CONCIBE INFINITA)
    INCONDICIONALIDAD, CONFUNDIDA ( DEBE SER CON LA CAUSA Y NO CON QUIENES DESIGNAN)

  3. Cuando corrió la causa No uno donde cayeron aquellos militares, el juicio se hizo en horas, cuando el caso de la lancha donde terminaron los juicios en fusilamiento mas rápido no pudo ser. En el caso de Gil el 2 de febrero de 2024 fue removido. Mucho cacareo al principio y un silencio casi ensordecedor por los resultados de la investigación después: Mas nada. Será casualidad.????? Una investigación de casi un año. Contra y recontra. Eso no da ua sensación de gato encerrado y está oscuro y huele a queso, como muchas de las otras modalidades discrecionales de estos gobernantes.

  4. Cuba vive un glosario de calamidades cotidianas que afectan seriamente al ciudadano de a píe, esos que se supone deben ser los principales actores y beneficiarios en una sociedad que proclama la equidad, el premio al esfuerzo, y la conducta y vida digna de y para sus integrantes sin distingos de ninguna especie
    Apunto, porque lo creo objetivo e innegable, que una parte de la responsabilidad de este trágico panorama recae en la permanente hostilidad y el redoblado cerco económico y financiero proveniente de nuestros prepotentes vecinos del Norte.
    La otra parte del desastre porque, también es objetivo e innegable, se deriva de la incapacidad, el dogmatismo, el voluntarismo, la burocratización, los caprichos, el empoderamiento malsano, y la ya desembozada corrupción que campean en los estamentos oficiales del país, y la conversión de la economía en un coto cerrado donde medran y se enriquecen los que se supone asumen el poder a nombre del pueblo, junto a sus proles y la comparsa de allegados e incondicionales que les siguen la corriente.
    Es, dije ya una vez, una tormenta perfecta que pudre la vida nacional de cabo a rabo, y que ya va cobrando importantes espacios en la actitud y la conciencia patriótica de no poca de nuestra gente. Y esa es otra pérdida, la moral y ética, que se suma a la falta de todo lo material, y que se siembra en las neuronas del individuo e influye negativamente en su conducta y sus principios. Muerte doble, en dos palabras.
    Y es duro. Hace unos días leía la “Declaración del Gobierno Revolucionario” sobre la decisión de Donald Trump de reingresar a Cuba en la lista de países que apoyan el terrorismo”.
    Documento que, como si el tiempo y las circunstancias no hubiesen cambiado radicalmente, no se diferencia en nada de los que nos hemos acostumbrado a escuchar por decenios en los más disímiles contextos.
    ¿Pero de qué Gobierno Revolucionario se habla hoy? ¿Acaso un poder genuinamente revolucionario promueve castas, engendra y cría hijos privilegiados, insolentes, intocables y soberbios? ¿Acaso aplaude el verdadero revolucionario los negocios turbios, bien apuntalados y alejados de todo control para sí y sus familias y allegados? ¿Crea corporaciones millonarias donde nadie “puede tocar”? ¿Usa un revolucionario cabal los recursos del país para que sus “chicos” y parientes recorran el mundo en vacaciones pagadas por el deprimido erario nacional, cursen estudios por años en el exterior, y los entrometan en periplos y gestiones internacionales oficiales como si fuesen funcionarios de la nación? ¿Desdeña el revolucionario el diálogo y la crítica constructiva y decente, y responde con la brusquedad, la indiferencia y el silencio impuesto a los criterios ajenos por decentes que sean? ¿Y a esa viciada estructura de poder es a la que hay que salvaguardar del enemigo imperialista?
    No sé si cuando redactan tales exhortaciones a partir de actitudes oportunistas, demagógicas y caza-ingenuos, recuerdan tales amanuenses que ya en 1962, ante miembros de la Seguridad del Estado, Ernesto Guevara exigía perseguir con saña a los que, haciendo uso de sus cargos y responsabilidades a cualquier nivel, se entregasen a la corrupción y el negociado. Esos dijo claramente el Che, son tan enemigos como los que ponen una bomba y se dan al sabotaje, porque con su falsedad y desidia matan la fe de la gente en la Revolución.
    Y mi gran temor y zozobra por estos días es que -frente al prolongado desafío externo que ahora retoma fuerza- el desencanto, la desconfianza, el repudio, y la decepción que concita una dirección política fallida e impopular, propicien que mucha de nuestra gente no discurra de manera meridiana entre lo que debe y lo que no debe defenderse ante la amenaza existencial que se cierne sobre la patria…y del peor y más ruinoso de los desenlaces la responsabilidad esencial será de quienes bajo banderas abjuradas ripiaron sin miramientos la posibilidad de hacer una verdadera República “con todos y para el bien de todos.”

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