José Martí en “Palabras de Otros”.

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El post de ayer, “Palabras de Otros”, generó un debate que puede dar cabida a muchas opiniones. Por su pertinencia y el análisis balanceado que ofrece esta visión invitamos a participar al apóstol de nuestra independencia, José Martí.

 

La verdad sobre los Estados Unidos

Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos. Ni se debe exagerar sus faltas de propósito, por el prurito de negarles toda virtud, ni se ha de esconder sus faltas, o pregonarlas como virtudes. No hay razas: no hay más que modificaciones diversas del hombre, en los detalles de hábito y forma que no les cambian lo idéntico y esencial, según las condiciones de clima e historia en que viva. Es de hombres de prólogo y superficie–que no hayan hundido los brazos en las entrañas humanas, que no vean desde la altura imparcial hervir en igual horno las naciones, que en el huevo y tejido de todas ellas no hallen el mismo permanente duelo del desinterés constructor y el odio inicuo, –el entretenimiento de hallar variedad sustancial entre el egoísta sajón y el egoísta latino, el sajón generoso o el latino generoso, el latino burómano o el burómano sajón: de virtudes y defectos son capaces por igual latinos y sajones. Lo que varía es la consecuencia peculiar de la distinta agrupación histórica: en un pueblo de ingleses y holandeses y alemanes afines, cualesquiera que sean los disturbios, mortales tal vez, que le acarree el divorcio original del señorío, y la llaneza que a un tiempo lo fundaron, y la hostilidad inevitable, y en la especie humana indígena, de la codicia y vanidad que crean las aristocracias contra el derecho y la abnegación que se les revelan, no puede producirse la confusión de hábitos políticos, y la revuelta hornalla, de los pueblos en que la necesidad del conquistador dejó viva la población natural, espantada y diversa, a quien aún cierra el paso con parricida ceguedad la casta privilegiada que engendró en ella el europeo. Una nación de mocetones del Norte, hechos de siglos atrás al mar y a la nieve, y a la hombría favorecida por la perenne defensa de las libertades locales, no puede ser como una isla del trópico, fácil y sonriente, donde trabajan por su ajuste, bajo un gobierno que es como piratería política, la excrecencia famélica de un pueblo europeo, soldadesco y retrasado, los descendientes de esta tribu áspera e inculta, divididos por el odio de la docilidad acomodaticia a la virtud rebelde, y los africanos pujantes y sencillos, o envilecidos y rencorosos, que de una espantable esclavitud y una sublime guerra han entrado a la conciudadanía con los que los compraron y los vendieron, y, gracias a los muertos de la guerra sublime, saludan hoy como a igual al que hacían ayer bailar a latigazos. En lo que se ha de ver si sajones y latinos son distintos, y en lo que únicamente se les puede comparar, es en aquello en que se les hayan rodeado condiciones comunes: y es un hecho que en los Estados del Sur de la Unión Americana, donde hubo esclavos negros, el carácter dominante es tan soberbio, tan perezoso, tan inclemente, tan desvalido, como pudiera ser, en consecuencia de la esclavitud, el de los hijos de Cuba. Es de supina ignorancia, y de ligereza infantil y punible, hablar de los Estados Unidos, y de las conquistas reales o aparentes de una comarca suya o grupo de ellas, como de una nación total e igual, de libertad unánime y de conquistas definitivas: semejantes Estados Unidos son una ilusión, o una superchería. De las covachas de Dakota, y la nación que por allá va alzándose, bárbara y viril, hay todo un mundo a las ciudades del Este, arrellanadas, privilegiadas, encastadas, sensuales, injustas. Hay un mundo, con sus casas de cantería y libertad señorial, del Norte de Schenectady a la estación zancuda y lúgubre del Sur de Petersburg, del pueblo limpio e interesado del Norte, a la tienda de holgazanes, sentados en el coro de barriles, de los pueblos coléricos, paupérrimos, descascarados, agrios, grises, del Sur. Lo que ha de observar el hombre honrado es precisamente que no sólo no han podido fundirse, en tres siglos de vida común, o uno de ocupación política, los elementos de origen y tendencia diversos con que se crearon los Estados Unidos, sino que la comunidad forzosa exacerba y acentúa sus diferencias primarias, y convierte la federación innatural en un estado, áspero, de violenta conquista. Es de gente menor, y de la envidia incapaz y roedora, el picar puntos a la grandeza patente, y negarla en redondo, por uno u otro lunar, o empinársele de agorero, como quien quita una mota al sol. Pero no augura, sino certifica, el que observa cómo en los Estados Unidos, en vez de apretarse las causas de unión, se aflojan; en vez de resolverse los problemas de la humanidad, se reproducen; en vez de amalgamarse en la política nacional las localidades, la dividen y la enconan; en vez de robustecerse la democracia, y salvarse del odio y miseria de las monarquías, se corrompe y aminora la democracia, y renacen, amenazantes, el odio y la miseria. Y no cumple con su deber quien lo calla, sino quien lo dice. Ni con el deber de hombre cumple, de conocer la verdad y esparcirla; ni con el deber de buen americano, que sólo ve seguras la gloria y la paz del continente en el desarrollo franco y libre de sus distintas entidades naturales; ni con su deber de hijo de nuestra América, para que por ignorancia, o deslumbramiento, o impaciencia, no caigan los pueblos de casta española, al consejo de la toga remilgada y el interés asustadizo, en la servidumbre inmoral y enervante de una civilización dañada y ajena. Es preciso que se sepa en nuestra América la verdad de los Estados Unidos.

 

Lo malo se ha de aborrecer, aunque sea nuestro; y aun cuando no lo sea. Lo bueno no se ha de desamar, sólo porque no sea nuestro. Pero es aspiración irracional y nula, cobarde aspiración de gente segundona e ineficaz, la de llegar a la firmeza de un pueblo extraño por vías distintas de las que llevaron a la seguridad y al orden al pueblo envidiado:–por el esfuerzo propio, y por la adaptación de la libertad humana a las formas requeridas por la constitución peculiar del país. En unos es el excesivo amor al Norte la expresión, explicable e imprudente, de un deseo de progreso tan vivaz y fogoso que no ve que las ideas, como los árboles, han de venir de larga raíz, y ser de suelo afín, para que prendan y prosperen, y que al recién nacido no se le da la sazón de la madurez porque se le cuelguen al rostro blando los bigotes y patillas de la edad mayor: monstruos se crean así, y no pueblos: hay que vivir de sí, y sudar la calentura. En otros, la yanquimanía es inocente fruto de uno u otro saltito de placer, como quien juzga de las entrañas de una casa, y de las almas que en ella ruegan o fallecen, por la sonrisa y lujo del salón de recibir, o por la champaña y el clavel de la mesa del convite:–padézcase; carézcase; trabájese; ámese, y, en vano; estúdiese, con el valor y libertad de sí; vélese, con los pobres; llórese, con los miserables; ódiese, la brutalidad de la riqueza; vívase, en el palacio y en la ciudadela, en el salón de la escuela y en los zaguanes, en el palco del teatro, de jaspes y oro, y en los bastidores, fríos y desnudos: y así se podrá opinar, con asomos de razón, sobre la república autoritaria y codiciosa, y la sensualidad creciente, de los Estados Unidos. En otros, póstumos enclenques del dandismo literario del Segundo Imperio, o escépticos postizos bajo cuya máscara de indiferencia suele latir un corazón de oro, la moda es el desdén, y más, de lo nativo; y no les parece que haya elegancia mayor que la de beberle al extranjero los pantalones y las ideas, e ir por el mundo erguidos, como el faldero acariciado el pompón de la cola. En otros es como sutil aristocracia, con la que, amando en público lo rubio como propio y natural, intentan encubrir el origen que tienen por mestizo y humilde, sin ver que fue siempre entre hombres señal de bastardía el andar tildando de ella a los demás, y no hay denuncia más segura del pecado de una mujer que el alardear de desprecio a las pecadoras. Sea la causa cualquiera, –impaciencia de la libertad o miedo de ella, pereza moral o aristocracia risible, idealismo político o ingenuidad recién llegada, –es cierto que conviene, y aun urge, poner delante de nuestra América la verdad toda americana, de lo sajón como de lo latino, a fin de que la fe excesiva de la virtud ajena no nos debilite, en nuestra época de fundación, con la desconfianza inmotivada y funesta de lo propio. En una sola guerra, en la de Secesión, que fue más para disputarse entre Norte y Sur el predominio en la república que para abolir la esclavitud, perdieron los Estados Unidos, hijos de la práctica republicana de tres siglos en un país de elementos menos hostiles que otro alguno, más hombres que los que en tiempo igual, y con igual número de habitantes, han perdido juntas todas las repúblicas españolas de América, en la obra naturalmente lenta, y de México a Chile vencedora, de poner a flor del mundo nuevo, sin más empuje que el apostolado retórico de una gloriosa minoría y el instinto popular, los pueblos remotos, de núcleos distantes y de razas adversas, donde dejó el mando de España toda la rabia e hipocresía de la teocracia, y la desidia y el recelo de una prolongada servidumbre. Y es de justicia, y de legítima ciencia social, reconocer que, en relación con las facilidades del uno y los obstáculos del otro, el carácter norteamericano ha descendido desde la independencia, y es hoy menos humano y viril, mientras que el hispanoamericano, a todas luces, es superior hoy, a pesar de sus confusiones y fatigas, a lo que era cuando empezó a surgir de la masa revuelta de clérigos logreros, imperitos ideólogos, e ignorantes o silvestres indios. Y para ayudar al conocimiento de la realidad política de América, y acompañar o corregir, con la fuerza serena del hecho, el encomio inconsulto, –y, en lo excesivo, pernicioso–de la vida política y el carácter norteamericanos, Patria inaugura, en el número de hoy, una sección permanente de «Apuntes sobre los Estados Unidos», donde, estrictamente traducidos de los primeros diarios del país, y sin comentario ni mudanza de la redacción, se publiquen aquellos sucesos por donde se revelen, no el crimen o la falta accidental–y en todos los pueblos posibles–en que sólo el espíritu mezquino halla cebo y contento, sino aquellas calidades de constitución que, por su constancia y autoridad, demuestran las dos verdades útiles a nuestra América:–el carácter crudo, desigual y decadente de los Estados Unidos–y la existencia, en ellos continua, de todas las violencias, discordias, inmoralidades y desórdenes de que se culpa a los pueblos hispanoamericanos.

 

 

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Relación de notas.

 

José Martí “La verdad sobre los Estados Unidos.” En Patria, Nueva York, 23 de marzo de 1894.Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1975. Tomo 28. Páginas 290-294.

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19 comentarios

Luis 10 abril 2013 - 10:31 AM
Vaya, vaya, la joven fenicia les da oportunidad de comentar hoy to Lo q quieran sobre los fenicios, cojelo ahora calentico, fenicia al por mayor y a buen precio, no te Lo pierdas....... Y asi seguimos, fenicios esto, fenicios aquello y las cuestiones de la casa.......pues, confiar y esperar. Saludos, Luis
Alberto R 10 abril 2013 - 10:44 AM
A ustedes les van a cerrar el blog!! Como se les ocurre poner un escrito completo de Marti donde dice que en Estados Unidos hay cosas buenas y cosas malas???? Para el regimen cubano todo lo de USA es malo, y por ello no publican escritos completos, sino que citan las partes convenientes a su propaganda. Al paso que van van a reconocer que Marti no era marxista, desmintiendo otro de los cuentos del regimen. Me parece excelente que su publique a Marti en toda su anchura y que se debata, no sin antes tener en cuenta que aunque muchas cosas son similares, muchas otras condiciones son diferentes de las que Marti vivio hace ya mas de 1 siglo.
Raudelis 10 abril 2013 - 11:07 AM
"Lo malo se ha de aborrecer, aunque sea nuestro; y aun cuando no lo sea. Lo bueno no se ha de desamar, sólo porque no sea nuestro" !Ay mamaaaaaaaaaaaaaa!
Rey David 10 abril 2013 - 2:15 PM
Raudelis por ese camino se complican, Martí si se lee en toda su amplitud y sin sacar frases de contexto, es un demócrata, un creyente genuino de la libertad individual, un ferviente defensor de la libertad de prensa, de la libertad de expresión. Jamás se pondría del lado de una dictadura de medio siglo. Indudablemente fuera disidente y opositor al régimen, además de anti anexionista, independentista y defensor de los pobres.
Rey David 10 abril 2013 - 3:21 PM
Es por eso que me gustó mucho esa anécdota de Yoaní Sánchez cuando alguien le pregunto en uno de sus viajes si ella era cubana “de Miami o de Cuba” y ella genialmente contesto, yo soy cubana de Martí.
Raudelis 10 abril 2013 - 11:08 AM
Si Marti estuviese vivo hace mucho que habria emigrado de cuba
Chachareo 10 abril 2013 - 12:36 PM
Si Marti viviera y en contra del gobierno en la Isla,moriria nuevamente en Dos Rios y no estaria de turista por este mundo,ahi esta la diferencia y la dignidad
Raudelis 10 abril 2013 - 2:36 PM
Chacha lo que si es seguro es que Marti nunca defenderia un gobierno para cuba mientras disfrutaba de los recursos del enemigo a quien juraria combatir !Pillin!
Chachareo 10 abril 2013 - 3:09 PM
Asi mismo,igual juraria que atacara a ese gobierno disfrutando de vacaciones o de lejos criando peces tropicales
20 Minutos Cuba (@20minutoscuba) 10 abril 2013 - 11:39 AM
Igual hay muchas cosas que por el tiempo Martí nunca vivió, como es los grandes logros sociales como el seguro social, los beneficios del Medicare para los ancianos y los niños, como para madres solteras desprotegidas, los subsidios a emigrantes para estudio, techo, comida y educación, sin llegar a leyes de igualdad racial de las minorias, ya sea negro, indio o hispano emigrante, las leyes de bancarrota, las impecables carreteras sin arrugas ni baches, las grandes y generosas oportunidades que todo trabajador y habilidoso puede obtener por el simple hecho de residir, es decir en mas de 3 siglos posterior a su articulo hay cosas en las que USA ha avanzado pero que muchisimo. Salarios a corde con el coste de la vida, que casi ningun país puede lograr y en Cuba mucho menos con $ 30 Dolares como promedio alto en los hogares de 4 personas.
Chachareo 10 abril 2013 - 12:45 PM
Si no vivio las masacres en las escuelas
Rey David 10 abril 2013 - 1:56 PM
Yo sigo sin entender como tú permites que tus hijos envíen a tus nietos a esas escuelas, masacradas. Yo si pensara como tú hace rato que hubiera hecho algo porque mis hijos estuvieran en las escuelas cubanas gritando “pioneros por el comunismo, seremos como el Che.” No se cómo tú los sigues privando de ese placer.
Chachareo 10 abril 2013 - 3:38 PM
Cuando tenga nietos les comprare las mochilas antibalas,no se si para eso existan ninos y escuelas.Claro que estudiaran en Cuba,aqui al ritmo que van en 10 anos todos seran autistas,por que???
Carlos Leon 10 abril 2013 - 3:01 PM
Rey, lo que pasa es que lo de vivir con su familia en Estados Unidos es una farsa. Eso no se lo cree ni el caballo de Guaitabo!! como dice mi papa JAJAJAJA
Chachareo 10 abril 2013 - 3:39 PM
"las leyes de bancarrota" jijijiji
Rey David 10 abril 2013 - 12:11 PM
Acabo de leer todo y en ningún lado veo que quería Asaltar un Cuartel, como para que lo nombraran autor intelectual de ese acto. Tampoco leo que se declara socialista o simpatizante de las ideas comunistas, y eso que vivió en la época de Marx y Engels. Simplemente está dando su visión personal sobre la sociedad norteamericana, que no es perfecta y tiene muchos errores como cualquier otra. A Martí, como sucede con Bolívar en Venezuela lo han ultrajado, se le han achacado actos de los que ellos no se hubieran hecho participe y en “su nombre” se han tomado decisiones que ellos jamás aprobarían. Pero eso es una estrategia común de los regímenes totalitarios y populistas, apoderarse de sus héroes y mártires, vivir de su legado histórico como forma de hacer prevalecer una ideología que en la mayoría de los casos esos mismos hombres rechazaron en vida.
Carlos Leon 10 abril 2013 - 3:10 PM
Yo cuestiono seriamente la salida de este post. Se que el blog no es mio ni mucho menos y los autores del mismo pondrn lo que les de la gana en el pero seguir con la cantaleta de Estados Unidos ya aburre!!! La situacion mundial esta muy tensa gracias al tremendo chantage nuclear que esta jugando Corea del Norte, gran amigo del gobierno de Cuba, contra Estados Unidos, Corea del Sur y otros paises y aqui no se dice nada, ni un analisis. Se que lo que escribo no solucionara nada pero al menos me permito pedir lidiar un poco mejor con la realidad que nos rodea en Cuba y si se va a debatir sobre "lo de afuera" hay temas de mucha mas actualidad que LOS FENICIOS!!!!
Carlos Leon 10 abril 2013 - 5:56 PM
No es que el diferendo entre el Gobierno de Cuba y el de Estados Unidos no sea importante, yo no digo eso. la cosa es que es un tema mas que trillado, no solo es los post sino tambien en los constantes comentarios sobre este diferendo de parte de los que en el blog escriben a favor del gobierno cubano. Hay cosas muy importantes pasando ahora mismo en Cuba y como medio de informacion y analisis alternativo un blog como este deberia de estar mas metido en las cosas horribles que se estan empezando a ver en la isla. para muestra un solo botoncito. Miren este articulo de lo que se esta viendo a caraepalo en Cuba: http://joanantoniguerrero.wordpress.com/2013/04/09/presidente-de-economistas-cubanos-almuerza-con-moneda-dura/
 Luego tienes que oir a Diaz Canel oir decir que la prensa cubana tiene "limitaciones" cuando Cuba es un pais que se maneja a puro decretazo y no tomaria mas de un dia decretar el seguimiento de las actividades economicas (o de cualquier otra naturaleza) sin tapujos por parte de la prensa y estaria resuelto.
Raudelis 11 abril 2013 - 9:49 AM
A Marti lo han usado como les ha dado la gana sin importar la orilla en donde se encuentre el que lo usa Siempre se podra encontrar una frase de Marti (o que dicen que es de Marti) que le cuadre a cada bando o situacion.

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