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Es un axioma fundamental de cualquier modelo económico, social y político socialista que el Estado debe proveer a todos los ciudadanos de manera universal el acceso a los servicios básicos para una vida decorosa. Si por un lado hay un principio establecido por los clásicos según el cual la producción y la distribución deben regirse por la fórmula «de cada cual según su capacidad y a cada cual según su trabajo» hay también una realidad, no todos los ciudadanos tenemos iguales capacidades ni adquirimos las habilidades necesarias para alcanzar salarios adecuados.
¿Cuáles son los servicios básicos que el Estado debe proveer? En mi opinión en la vida moderna son los siguientes: salud, educación, vivienda digna, electricidad, transporte, agua, y telecomunicaciones. Es lógico que los Estados organicen la provisión de estos servicios en empresas estatales (monopólicas o no) y que tomen las providencias necesarias para que, en la medida de lo posible, y sin sacrificar el principio del acceso universal, estas empresas sean lo más redituables posible. Sin embargo, en la búsqueda de que sean redituables no es aceptable que se sacrifique en forma alguna el principio del acceso universal.
Se puede afirmar que cuando esto no se logra hay una distorsión. Por ejemplo, si el objeto social de una empresa que presta servicios a la ciudadanía deja de ser garantizar el acceso universal, incluso a los ciudadanos de más bajos ingresos, y se convierte en obtener ganancias para así contribuir a los gastos del estado, se está distorsionando su objetivo. Tan simple y tan sencillo como eso.
ETECSA viene operando desde su creación con una distorsión fundamental. Durante los años en que la arquitectura financiera del país lo permitía, ETECSA operaba con ganancias millonarias resultante del cobro en divisa de las recargas, sobre todo a partir de la introducción en el país de la telefonía móvil y de los datos en móviles para el acceso a Internet. Eso permitió a ETECSA aportar enormes cantidades de divisas para solventar los gastos en otras esferas, posiblemente también en esferas proveedoras de servicios de acceso universal.
No siempre las ganancias de ETECSA sirvieron para mejorar o ampliar el servicio a los ciudadanos. Por ejemplo, mientras la telefonía móvil se expandía a ritmos acelerados, el servicio de internet en los domicilios (Nauta Hogar) quedó relegado y avanzó a paso de tortuga. Seguramente porque este último, por depender de cables telefónicos, requería de inversiones más onerosas.
Aquella distorsión resultó imposible de mantener después de la Tarea Ordenamiento en el 2020 cuando el peso se devaluó sustancialmente, desapareció el CUC y las tarifas se ajustaron a la nueva tasa de cambio oficial. ETECSA dejó de aportar cifras millonarias de divisas al presupuesto del estado.
El que ETECSA tenga que reajustar sus tarifas debido al cambio sustancial de las condiciones financieras en que opera es totalmente lógico. Pero si nos atenemos al principio de que el Estado socialista está obligado, como cuestión de principios, a garantizar que un monopolio de servicios públicos le brinde a la ciudadanía el suministro a precios asequibles, la responsabilidad recae totalmente sobre el gobierno. No hay de otra.


Para mi todo lo que está sucediendo en cualquiera de las esferas del país es consecuencia directa del llamado «ordenamiento monetario» , el supuestamente surgió de los lineamientos aprobados y enrriquesidos por varios congresos del partido. El que todo haya resultado así, se pudo prevenir desde antes de la implementación incluso por ciudadanos de a pie, pero que venían sufriendo desde los ’90 las nuevas distorsiones y la falta de prevención de parte de los dirigentes con respecto a las afectaciones reales a qué nos condujeron las dependencias económicas que traíamos de lustros anteriores.
En definitiva después de tantos años de bandazos, medidas y contramedidas asumidas como soluciones definitivas, solo han servido para demostrar que se necesitan cambios profundos políticos y economicos. Lo difícil es que mi generación, la de los ’50, no las disfrutará, pero solo ver cambios reales nos hará sentir bien y satisfechos. El tiempo no se perdió!
Es muy sencillo, la vida del ciudadano cubano en su país es cada día más difícil y se la complica a su familia en el exterior y mientras, el gobierno vira la espalda y cada vez respeta menos a su población. Muy triste situación 😔 😞
Si fijo el artículo de Alzugaray tocando en escencia la fórmula neoliberal de mecanismos y política que engancha todo el tratamiento de las tiendas de ventas en MLC y divisas, le sirve de punta a Cabo. Se hablaría lo mismo Pero en respuesta a ese mecanismo Anti popular de recaudar divisas.
Quiero referirme a dos aristas que van mas alla de la decision de marras de esta empresa. La primera es que como tantas otras empresas estatales, sus cuentas en divisas estan controladas por los organismos centrales correspondientes, que son quienes deciden cuanto de lo que factura la empresa se reinvierte en la misma. Esta es una de las razones por las cuales las empresas tienen dificultades financieras para pagarle a sus proveedores, reinvertir en tecnologia y/o moderizacion, etc. La segunda es que como el Banco Central de Cuba (BCC) aun no ha establecido una tasa de cambio unica y flotante que sea transversal a toda la economia y a los individuos, pues ante dicha ausencia, las personas naturales y los negocios privados se rigen por la del mercado informal, mientras que la es empresas estatles se rigen por una tasa 3 veces inferior. Esto hizo que dejara de tener sentido pagar en divisas una recarga desde el exterior cuando por menos dinero, la persona en Cuba podia adquirir la recarga en CUP. Esto (la ausencia de una tasa de cambio del CUP manejada por el BCC) es la verdadera distorsion que tiene un impacto mayusculo en la economia del pais y que a pesar de varios anuncios hechos por el Primer Ministro, no se implementado, no se conoce el plazo para su implementacion.
Ciertamente Carlos, no hay de otra. Creo que hoy queda clara la deriva neoliberal en la que se embarcó el gobierno cubano desde el comienzo del período de actualización de Raúl Castro, y culminando en la Tarea Ordenamiento y otros dislates posteriores.
Al comienzo de la actualización, por los 2010s, muchos se tragaron todo, pensando que desmantelando el universalismo, abrazando el asistencialismo y sustituyendo la noción de responsabilidad social por la de responsabilidad individual todo se iba a resolver por arte de magia. No sorprende que todo haya empeorado pues es obvio que partieron de premisas falsas. Hoy, a la luz de esta debacle sin fondo, todo se ve finalmente más claro.
De acuerdo totalmente Alzugaray… No hay ni un solo aspecto de la vida en q el cubano de a pie no se sienta diferido y aplastado. El costo político de tanta humillación es elevado. Creo q estamos en un pto de no retorno.
Todo es muy lógico, pero ¿de qué estado socialista hablas?»