Elecciones en Estados Unidos: ¿quién gana el 5 de noviembre?

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Nota del Editor: Este trabajo forma parte de una serie de textos que serán publicados por La Joven Cuba sobre las elecciones en Estados Unidos.

En aras de ser franco, preferiría que ganara las elecciones Kamala Harris, actual vicepresidenta, con la esperanza de que su política se inclinara un poco más favorablemente a atenuar las tensiones y restricciones que pesan sobre Cuba; algo más próximo a la truncada herencia del presidente Obama y de la que el presidente Biden —con Harris como su vice— se desentendió casi por completo.

Pero deseos y esperanzas están reñidos con el análisis frío de los hechos y las tendencias actuales, que en mi opinión hoy sugieren una posible victoria del expresidente Donald J. Trump. Para desgracia de Cuba, pues no olvidemos que su administración elevó el bloqueo al nivel de guerra económica añadiendo ni más ni menos que 246 sanciones y restricciones adicionales contra nuestro país, cuyo colofón fue reinsertarnos en la lista de países calificados de patrocinadores del terrorismo, con las pésimas consecuencias que esta inclusión supone.

Luego de que Biden abandonara sus aspiraciones a la reelección bajo fuertes presiones de muchos sectores de su propio partido —en lo que algunos han llegado a calificar de golpe de Estado interno—, la vicepresidenta Harris se lanzó a la competencia electoral por la presidencia de EEUU. Las encuestas hasta fecha reciente parecían favorecerla, pero esto ha comenzado a modificarse en favor de Trump en varios estados considerados claves para dominar el voto electoral y —muchísimo más importante— el voto del Colegio Electoral, institución profundamente anti-democrática y cuya votación, en un final, decide quién gana.

No olvidemos que, en fecha tan reciente como en las elecciones presidenciales del 2016, la candidata demócrata en ese momento obtuvo 3 millones de votos por encima de los votos de Trump, pero como él logró dominar en los estados claves, que aseguran los 270 votos para ganar, alcanzó la presidencia. 

Sobre las encuestas hay que decir que acumulan un promedio elevado de equivocaciones, sobre todo en décadas recientes. Además de estar viciadas por la selección de las muestras, cuestionarios y las interpretaciones no menos interesadas que se hacen de sus resultados. Prometiendo villas y castillos, la vicepresidenta Harris supo colocarse en una posición muy reñida —nariz con nariz, como se decía antaño en las carreras de caballos— con Trump, al punto de llegar a aventajarlo con márgenes muy estrechos en algunos estados importantes para ganar el famoso o infame —como prefiera el lector denominarlo— Colegio Electoral, pero actualmente han comenzado a reducirse en favor de Trump.

Sobre las encuestas hay que decir que acumulan un promedio elevado de equivocaciones, sobre todo en décadas recientes.

De estas encuestas, hay que señalar un rasgo sostenido hasta hoy en los temas claves de la actual contienda electoral en EEUU, Inmigración y Economía, y es que en estos dos indicadores, siempre Trump ha aventajado a Harris por amplio margen. Hasta ahora, en mi criterio ella lo aventaja solo en un tema, el aborto (además de sus promesas en cuanto a beneficios sociales), ya que enfatiza la conveniencia de volver a implantar su libertad de práctica, acorde con la ley federal —derogada por Trump— que amparaba la misma desde los años 70 del siglo pasado (fallo judicial Roe vs. Wade).

Sin embargo, Trump ha formulado una sugerencia diferente: que cada estado (recordemos que EEUU, como un Estado federal, otorga amplias facultades a cada uno de sus 50 estados) decida libremente cómo abordar y resolver este polémico tema, propuesta que ha ganado bastante terreno.

Examinemos a continuación algunos factores a favor y en contra de cada uno.

1. Kamala Harris:

A su favor: a. Haber sido senadora por California y vicepresidenta por cuatro años, lo que le asegura ser parte de la estructura de poder (establishment), con conexiones de todo tipo  en Washington; b. Ser abogada y haber sido fiscal por el Estado de California; c. Promesas en cuanto a beneficios sociales en las esferas de la vivienda, reducción por vía estatal de los elevados niveles de inflación, en la esfera de la educación universitaria y subsidios a determinados sectores sociales urgidos de ello; d. Restablecer a nivel federal la libertad y financiamiento del aborto; d. Asegura la continuación de apoyos sostenidos a Ucrania e Israel, tanto financiero como militar y político-diplomático, aunque insiste en la conveniencia del cese de hostilidades, un alto al fuego y un cierto nivel de reconocimiento a los palestinos; e. Enfatiza la conveniencia de ambos partidos (Demócratas y Republicanos) de colaborar lo más posible (el iluso llamado bipartidismo).

Promesas en cuanto a beneficios sociales en las esferas de la vivienda, reducción por vía estatal de los elevados niveles de inflación.

En su contra: a. Como vicepresidenta se le señala su co-responsabilidad con los muchos desastres de la administración Biden; b. Su directa responsabilidad en el caos en la frontera de estos últimos cuatro años (entrada masiva, caótica, descontrolada de inmigrantes por millones) luego de que Biden le asignara asumir la solución de la crisis de inmigración; c. Ser mestiza, hija de primera generación de inmigrantes y mujer, elementos que en este país siguen gravitando de manera muy desfavorable; d. Carece de credenciales de eficiencia en materia de gestión económica; nunca ha estado vinculada a ningún proyecto en esta esfera; f. En no menor medida, carece de credenciales de alguna importancia en la esfera de las relaciones internacionales o de defensa (seguridad nacional), dimensión esta última que se acrecienta con el agravamiento de conflictos internacionales en Ucrania y Rusia, Medio Oriente y el Extremo Oriente (China) y que reclamarán una especial responsabilidad y singular manejo de parte de EEUU;

Ser mestiza, hija de primera generación de inmigrantes y mujer, elementos que en este país siguen gravitando de manera muy desfavorable.

g. Algunos elementos coyunturales más recientes que pueden perjudicar sus posibilidades de ganar son: a. Su reciente visita a la frontera por primera vez, de apenas 30 minutos, mereció una declaración pública de parte del sindicato de la policía de fronteras, criticando su visita como una maniobra electoral; b. Los escándalos por corrupción que han afectado a altos funcionarios del Partido Demócrata, en primer lugar, el senador por New Jersey, Bob Menéndez y el del actual alcalde de Nueva York, Eric Adams; c. Su persistente renuencia a conceder entrevistas; d. La manifiesta despreocupación y ausencia total de Biden y Harris de los seis estados devastados por el huracán Helene, lo que ha suscitado ácidos comentarios en los medios en tanto que Trump visitaba las áreas afectadas; d. Su silencio ante la  huelga masiva de estibadores desde Boston hasta los puertos de Texas en el Golfo de México, que amenaza con enormes perjuicios para la economía estadounidense (estimada en no menos de 5 mil millones diariamente; en un mes llegaría a representar un 1% del PIB del país) así como para los socios comerciales de EEUU; e. Finalmente, habrá que medir cómo el electorado juzgará el involucramiento más reciente del gobierno Biden-Harris en la actual escalada del conflicto en Medio Oriente y cómo Trump podrá o no diferenciarse de semejante compromiso.

2. Donald J. Trump: 

A su favor: a. Haber ejercido funciones ejecutivas de primer orden como presidente (2016-2020), lo que para el electorado puede suponer una experiencia mucho más abarcadora que la de Harris; b. Su mandato es percibido en términos bastante favorables (en contraste con el del binomio Biden-Harris), tanto en términos económicos (de vuelta al proteccionismo) como de política exterior y defensa (seguridad nacional); b. Su posición contra del caos en la frontera con México, haciendo alarde de cuán restrictiva fue su política en este terreno en su etapa como presidente, incluyendo los inicios de un muro para separar las fronteras de ambos países; c. Una gestión económica más exitosa en parte derivada de su experiencia personal como empresario; e. Una considerable disminución de los niveles de injerencia directa y presencia militar en el Medio Oriente, incluyendo los acuerdos de Doha, conducentes a la retirada de EEUU de Afganistán, conjugada con acciones muy favorables a Israel, como el reconocimiento de Jerusalem como capital del Estado israelí, lo que le aseguró un considerable apoyo del lobby (grupo de influencia) judío-sionista en EEUU, uno de los sectores económicos más poderosos e influyentes en la sociedad norteamericana; e. Gestiones y con el presidente norcorearno, Kim Jung-un, así como su promesa de campaña de mediar en el conflicto actual entre Ucrania y Rusia, f. Su gestión presidencial es percibida como más favorable para una parte considerable del electorado.

Una gestión económica más exitosa en parte derivada de su experiencia personal como empresario.

En contra: a. Trump es percibido por la estructura de poder (establishment) como alguien fuera de esa estructura, una suerte de extraño y poco profesional al funcionamiento del sistema (an outsider), pese a su pasada experiencia como presidente; b. Su gobierno se caracterizó por un elevado grado de inestabilidad en su composición y funcionamiento, pues en sus cuatro años nombró y destituyó a más de 30 altos funcionarios, entre secretarios (ministros), subsecretarios (viceministros) y asesores; c. Prometió un amplísimo programa de inversiones en el mercado interno que pudo cumplir en apenas un 50%. Su política proteccionista de la industria y el mercado interno asi como de presionar a las inversiones norteamericanas en China y otros países a regresar a EEUU, se quedaron muy por debajo de promesas y expectativas;

e. La construcción del muro fue muy criticada por no pocos sectores de la sociedad y su política restrictiva redujo sustancialmente los ingresos de inmigrantes por la frontera con México; c. Los seis procesos legales iniciados en su contra y que van desde sus relaciones con mujeres hasta su responsabilidad directa en el asalto al Congreso de EEUU. Es de tomar en cuenta que Trump durante su gobierno enfrentó dos enjuiciamientos/impugnaciones (impeachment) a nivel del Congreso, pero que se frustraron por no alcanzar la mayoría necesaria de dos tercios en el Senado; d. La selección de su candidato a vicepresidente, JD Vance, sorprendió negativamente. Muchos esperaban que fuera Greg Abbot, gobernador de Texas o Tim Scott, un senador afronorteamericano por el Estado de Carolina del Sur. Vance es otro outsider, verde aún en materia política, aunque es abogado y escritor y puede influir en los importantes Estados del Medio Oeste de EEUU. Cabe apuntar entre los factores coyunturales que pueden perjudicar sus posibilidades, el escándalo reciente que ha rodeado al vicegobernador (Teniente Gobernador) del Estado de Carolina del Norte, Mark Robinson.

Los seis procesos legales iniciados en su contra y que van desde sus relaciones con mujeres hasta su responsabilidad directa en el asalto al Congreso de EEUU.

Esto último nos lleva a una observación final. Cualquiera que gane —y mi conclusión es que las posibilidades se inclinan hacia Trump— deberá considerar también los resultados en el Congreso, esto es, para la Cámara de Representantes y el Senado. De producirse variaciones favorables para uno u otro partido, así podrá gobernar con mayor o menor soltura, razón por la cual no basta solo con ver quién gana la presidencia, sino que hay que tener en cuenta cómo quedará la correlación de fuerzas en el ámbito legislativo.

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Domingo Amuchastegui
Domingo Amuchastegui
Analista político e historiador cubano

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