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El pasado domingo, Venezuela vivió una histórica jornada. El sufragio representa el elemento más visible del ejercicio de los derechos políticos para cualquier ciudadano y, asimismo, permite a la Comunidad Internacional constatar la salud democrática de cualquier Estado respetuoso de la Carta Internacional de los Derechos Humanos.
La labor independiente e imparcial de los oficiales, funcionarios y observadores electorales son los elementos que garantizan la credibilidad del resultado y el respeto hacia este por parte de la Comunidad Internacional, los candidatos y partidos políticos participantes, y los electores. La legitimidad de quien asume, o mantiene, el poder público político, depende de la transparencia electoral. La ausencia de cualquiera de estos elementos arrojará dudas sobre los resultados y su correspondencia con la voluntad popular.
Desde antes de iniciar el proceso, las partes se proclamaron ganadoras sin reconocer al otro la posibilidad de movilizar sus respectivas bases y obtener la victoria. El oficialismo en todo momento se refirió a que no había otra posibilidad de gobernar el país sin su continuidad. Por otra parte, la Plataforma Unitaria Democrática expresó que la única forma de perder es si el contrario hacía fraude.
Estamos conscientes de la asimetría aplicada en la observancia democrática en nuestra región dependiendo del color político y su relación con las grandes potencias. No obstante, la senda aislacionista tomada por el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro antes y después de las elecciones del domingo afectan la credibilidad del proceso. Varias delegaciones de observadores internacionales de amplio espectro ideológico fueron arbitrariamente excluidas o vetadas de entrar al territorio venezolano para certificar la transparencia de las elecciones.
De igual manera, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela ha recibido críticas de observadores invitados por el propio Consejo y organismos internacionales de comprobado compromiso democrático por no publicar prontamente los resultados del escrutinio, así como la existencia de deficiencias en el registro electoral, y el acceso desequilibrado ofrecido a los medios de comunicación. La existencia de numerosas denuncias y quejas facilitan la incertidumbre con relación a la veracidad de los resultados del domingo.
De igual manera, la expulsión innecesaria y unilateral de los embajadores de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay por el gobierno de Caracas contribuye a crear un clima de inestabilidad y división entre las naciones de la Patria Grande.
La solución de la crisis política en la República Bolivariana de Venezuela solo será posible con unas elecciones en igualdad de condiciones para los candidatos, la imparcialidad de los organismos electorales y la transparencia certificada a través de la asistencia de observadores internacionales de reconocido espíritu y compromiso democrático.
Los presidentes de Chile y Brasil y otros movimientos progresistas del mundo han expresado la necesidad de verificar los resultados, conscientes de que no solo está en juego la gobernanza del PSUV en Venezuela sino la credibilidad de la izquierda en la región. De igual manera, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, hizo un llamamiento a la «transparencia total».
La Joven Cuba se suma a los actores internacionales que piden una verificación imparcial de los resultados. En este momento, la transparencia es el camino a la legitimidad política y lo que se espera de un gobierno seguro de su triunfo en las urnas.


Ojalá y el gobierno bolivariano acepte esa revisión por el bien de todos. Si ganaron como dicen, perfecto, será que realmente los venezolanos los quieren, si no, que entreguen el poder y que se haga lo que él pueblo quiera. Pero desgraciadamente estoy escéptica, pues soy cubana y con eso creo que digo bastante, son 65 y ahí están, ¿ Que tenemos? Solo miseria, no hay nada de nada, no voy a enumerar los problemas porque no termino nunca. Yo no boté por Díaz Canel, ni por Raúl, ni por ninguno, porque nunca creí en esas elecciones. Todavía en la época de Fidel tenía la venda y creía un poco. Temo que allí sea lo mismo que aquí.
Yo no recuerdo que haya habido elecciones en Cuba y que Fidel estuviera en la boleta.
Nunca se sometió a elecciones con el pueblo,a no ser que se fuera miembro del comité central y del buró político que hacen el paripé y se unanimean entre ellos mismos.
Me decepcionas Joven Cuba. Te apresuras al hacer juicios y tomar partido del lado equivocado. Dale tiempo al tiempo, comprueba los hechos. Ojalá comprendas lo que cualquier persona común aprecia, Maduro triunfó y la derecha desarrolla su acostumbrado plan desestabilizador apoyado, estimulado y financiado por el Convidado de Piedra.
Cuando usted asegura y reafirma la victoria de Maduro. Es porque usted estaba ahi en el CNE, y vio los resultados. Si no estaba pues usted es uno más que está presenciando un Apocalipsis, donde unos y otros se atacan con sus «pruebas». A mi algo me llamó notoriamente antes de las elecciones y no dudo en expresarlo, fue el escaso poder de convocatoria de Maduro y todo lo contrario en el caso del duo Corina-Edmundo. Ya eso no complace la vista al menos. Otra cosa más antes de las elecciones uno de estos funcionarios de maduro aseguro que el sistema informático de las elecciones era seguro e independiente del resto de las redes. Y ahora desde el Centro de los Balcanes, tal vez en un submarino en el rio Varder caramba un intento de hackeo. Wao. Maduro ya tiene un buen record de más de 7 millones de emigrados. Tal vez para buscar remesas. Saludos
Suscribo todas las palabras del artículo, es más un modelo de transparencia electoral es el sistema electoral español. Donde los representantes o veedores de todos los partidos políticos tienen acceso al recuento de las actas el mismo día, , además los presidentes de las mesas electorales tienen la obligación de imprimir tres actas electorales: Una acta que se quedará por 72 horas fuera del Colegio Electoral para la comprobación por parte de la población de ese colegio electoral, 1 acta para todos los veedores (en España se le dicen observadores o algo así) y 1 acta para un representante del Ministerio del Interior acompañado por un juez/za los cuales una vez comprobado los resultados de esa mesa mediante una aplicación subirá los datos a una plataforma de tratamiento de datos centralizada. Y los resultados electorales están a más tardar dentro de las 3 horas de la misma noche electoral, es decir, sobre las 23:00 y las 00:00 ya el escrutinio va bastante avanzado. Luego los mismos partidos políticos tres días después mediante sus representantes pueden de nuevo comprobar las actas en un juzgado. La transparencia es la fortaleza que impide las dudas sobre un comicio electoral.
Coincido con ustedes en cuanto a que, «La Joven Cuba se suma a los actores internacionales que piden una verificación imparcial de los resultados. En este momento, la transparencia es el camino a la legitimidad política y lo que se espera de un gobierno seguro de su triunfo en las urnas.», hasta hoy los únicos datos mostrados en papel y en los miles de videos de conteos públicos de las actas es por parte de la oposición mostrando una aplastante diferencia en favor del oponente puesto por María Corina Machado ante su inhabilitación, pero quiero que se recuerde una idea muy a fin por estos dos gobiernos Cubano y Venezolano, y esta idea escrita nos dice,
“No importa cómo se vota ni quien vota, ni donde ni a quien. Lo importante es quien cuenta los votos.” La frase del líder ruso Stalin.
La “joven Cuba” pasándole la lengua a la bota de sus amos. Repitiendo a toda trompeta el guioncito que les sirven. Que decepción
Luis Carlos, su comentario es lamentable. La Joven Cuba no ha ratificado pero tampoco denunciado el resultado, sólo pide lo mismo que gobiernos progresistas como Brazil, México y Colombia, que se revise de manera independiente el resultado. Eso debería aclarar cualquier dudas sobre la elección. Su comentario agresivo no es propio de su preparación y experiencia. Es irónico que en lugar de buscar puntos de confluencia con nuestra revista, genere hostilidad innecesaria. Esa actitud de maximizar enemigos y minimizar intereses comunes, le ha costado mucho a la izquierda históricamente, y sigue viva en actitudes como esta. Reciba un saludo