Rainel Panfet, otra canasta de éxito que se nos fue detrás del banquillo

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Estar conversando con Rainel Isaia Panfet Menéndez es como realizar un viaje en el tiempo a mi época de fanático cuasi enfermizo al baloncesto. Es remontarme a la década de los 90 en una Sala Ramón Fonst abarrotada y torcer a muerte por Capitalinos, es pensar en aquellas finales de la NBA televisadas por primera vez en Cuba entre el Houston Rockets de Hakeem Olajuwon, Robert Horry, Kenny Smith, Sam Cassell y compañía, y el Orlando Magic de Shaquille O´Neal y Anfernee «Penny» Hardaway.

Pero por sobre todo es sentir que al igual que le sucede con el basket, tiene sobre sólidos pilotes los conceptos de familia, autosuperación, amistad y hacer el bien. Por eso la vida le ha sonreído y ha trazado una ruta de éxito que lo ha llevado desde títulos en el ámbito doméstico con los elencos de La Habana tanto en el masculino como en el femenino, hasta considerarse hoy día unos de los timoneles más prestigiosos en El Salvador y Nicaragua.

A esto hay que añadir el hecho de compartir en cancha con su hermano Reynier Panfet, uno de los bases más habilidosos que he visto, además de una generación de jugadores y timoneles de notorio talento y visión; y de poseer una preocupación constante por la difícil realidad por la que atraviesa el deporte en la Isla.

Así, todavía con la resaca del histórico triunfo del quinteto masculino en la ventana mundialista sobre su similar de Estados Unidos, iniciamos una enésima plática que trascendió el saludo y la preocupación habitual por nuestros seres queridos, como si se tratara de una tarde calurosa en la Mariposa del Fajardo, después de terminar un partido de la Liga Superior de Baloncesto.

¿Cómo llega el primer vínculo de Rainel Panfet con el deporte?

Somos nacidos en el seno de una familia donde el deporte estuvo presente desde la cuna. Mi papá fue por muchos años metodólogo nacional de deportes para discapacitados. Sin embargo, sus primeros pasos fueron en la recreación: Carrera de orientación, bádminton, etc… De hecho, incursionó en el ya extinto programa televisivo Maratón Recreativo (ha llovido bastante de esa fecha a la época actual).  

Así que de ahí nos llega la mayor influencia. Sin quitar que nuestra madre en su infancia practicó gimnasia artística y pues, a pesar de no haber sido larga su carrera deportiva, contamos con su total apoyo en todas las actividades físicas que intentamos realizar desde pequeños.

¿Cuándo te decides por incursionar en el baloncesto?

Mis primeros pasos fueron experimentales: judo, tenis de mesa, boxeo, béisbol: aquí me detengo porque fue mi primer deporte asumido con seriedad durante mi infancia y primeros años de adolescencia. Fue hasta los 14 años que cambié el rumbo de manera definitiva hacia el basketball.

¿Cómo fue esa etapa de jugador, desde series provinciales con 10 de octubre, hasta jugar en la Fonst o el Coliseo con afición fiel?

Mi etapa como jugador fue efímera y bastante poco atractiva. De hecho, solamente tuve una participación a nivel nacional en la categoría sub 22 que se jugaba en aquella época. Luego, en primera categoría: una incursión con los Metropolitanos en el primer Torneo de Ascenso fue mi actuación más relevante al primer nivel.

Desde aquel entonces tuve inclinación hacia la parte técnica, dedicándome a apoyar y guiar a mis compañeros sin importarme el tiempo en cancha. Nunca fue mi prioridad jugar muchos minutos y sí fue vital que los equipos donde yo participaba tuviesen los mejores resultados competitivamente hablando.

¿Consideras que esa década de los 90 fue la de mayor desarrollo en nuestro baloncesto y de mayor calidad en las Ligas Superiores?

¡Definitivamente!!! Los años 90 fueron el momento cúspide del basketball masculino, no solo por los resultados internacionales de la selección mayor, sino por la cantidad de jugadores que se manejaban en la preselección, que a veces hacían hasta cuatro equipos con diferentes atletas todos, además de la categoría sub 22 y los juveniles del CEAR Cardin en aquella época, que igualmente tributaban a dichas preselecciones.

Alrededor de 150 a 200 hombres concentrados en el alto rendimiento sostuvieron el baloncesto incluso hasta inicios de los años 2000. Sin duda alguna un trabajo destacado. Una verdadera pirámide de rendimiento deportivo.

¿Qué estructura consideras más competitiva y saludable en función del desarrollo, la condensada de cuatro selecciones regionales o la de elencos representativos de cada provincia?

Viví ambas etapas de la LSB y me siento en condiciones de dar un criterio al respecto:

La Liga de cuatro equipos concentraba la calidad de los jugadores y cumplía su objetivo de dar show porque la estructura se autosostenía con el desarrollo de los jugadores en las escuelas de alto rendimiento, provinciales y nacionales. Aun así, los equipos tenían la obligación de incluir jugadores juveniles y en alguna que otra oportunidad tenían la obligación de usarlos mínimo 10 minutos por juego. Agreguemos que se jugaba un campeonato nacional donde participaban las 14 provincias de la época y el municipio especial.

La llegada del TNA también fue necesaria y provechosa en su momento, ya que permitió expandir y vender el talento en provincias bastante poco conocidas con buenas bases de trabajo. El mejor ejemplo del éxito del TNA es el caso de Ciego de Ávila, que tuvo la oportunidad de darse a conocer a nivel nacional gracias a esta estructura. La historia hoy los recoge como uno de los más ganadores.

Hoy día, la realidad objetiva existente en Cuba debería remontarnos a la época anterior para retomar cuatro equipos concentrando la calidad, ya que las bases no son las mismas y no todos pueden sostener el desarrollo de sus equipos provinciales. Es mi modesta opinión personal. La dirección del baloncesto debe tomar cartas en el asunto si aspiran a reencauzar el camino.

¿Cuándo y qué motivos te llevaron a dar el giro de atleta en activo a entrenador?

Mi posición siempre estuvo clara dentro del deporte. Fui, soy y seré el ser más competitivo de la Tierra, sin embargo, nunca he sido aferrado a ideas absurdas y como atleta la tuve siempre súper difícil. Desde los 19 años me decidí por la enseñanza, me brotó la vocación desde bien pequeño y en la primera oportunidad asumí retos como entrenador. Esta carrera nunca termina, es infinita y seguimos aprendiendo de tantas cosas que desconocemos. Aun así, vivo feliz de haber tomado la decisión correcta en el momento oportuno y aquí estamos.

Cabe destacar que mis momentos más altos como atleta fueron siendo ya entrenador (se aprende enseñando).

¿Qué elementos positivos te dejó el contar con tu hermano Reynier, un base talentoso y de considerables habilidades? ¿Consideras que la estatura fue un hándicap para ambos en materia de aspiraciones?

Mira, la época fue hostil y agresiva contra los jugadores de baja estatura. Rey fue un tipo súper virtuoso y con talento innato. Su pasión es y será el basketball, pero los obstáculos que le colocaban eran solo sorteables con sumisión y esa no es la característica de nosotros.

Soy de la opinión que sirvió de vitrina para que comenzaran a pensar en los jugadores pequeños, sin embargo, lo intentaron utilizar como conejillo de indias para escarmentar y ejemplarizar, y salió mal.

Somos de la opinión que fuimos siempre mal vistos porque procedemos de un barrio marginal. Nos miraron siempre con recelos y nos pusieron las metas al doble o el triple de nuestras posibilidades. Cuestionamientos absurdos por un corte de cabello o una prenda de vestir, o sea, que no era suficiente con hacer la tarea en cancha.

Para un entrenador de formación en su mayoría empírica pero que transitó por todas las categorías, ¿qué te aportó cada una y cuáles son para ti las herramientas de las cuales no puede prescindir un entrenador en cada uno de estos niveles?

Todas aportaron en mi formación: El minibasket marcó los primeros pasos, definitivamente conté con buenos guías en la base, gente que me apoyó y me inculcó elementos básicos para conducir a los niños.

Los hermanos Roberto y Alejandro Infante Andux fueron pilares en abrirme paso en categorías formativas desde minibasket hasta mi incorporación a la EIDE Mártires de Barbados. Ellos son entrenadores con una carrera profesional en Ecuador desde hace varios años.

La EIDE luego condicionó el desarrollo de forma más integral. Conté con el apoyo en esa época de las ya archimencionadas en todas mis entrevistas: Amarilis González Chamizo y la súper Bárbara Bécquer, que impulsaron mi salto a las primeras categorías en el sexo femenino.

Desde el minuto uno que te sientas en el banquillo, resulta crucial comprender el juego, conocer tanto a tus jugadores como a los rivales, y saber escuchar.

Panfet consiguió cuatro títulos con el Club Santa Tecla femenino y otros dos con el masculino en la Liga salvadoreña de Baloncesto
Panfet consiguió cuatro títulos con el Club Santa Tecla femenino y otros dos con el masculino en la Liga salvadoreña de Baloncesto. / Foto: Twitter de la FSB.

¿Cuán complejo resulta dirigir elencos femeninos y dónde radican las principales diferencias respecto a los hombres?

¡El femenino es también baloncesto! La complejidad la generamos los entrenadores cuando intentamos diferenciar un sexo de otro. Es cierto que no se juega por encima del aro; de ahí en fuera todo es similar.

Mis mayores alegrías en juegos escolares fueron con el femenino, también mis mayores tristezas: en la LSBF de Cuba como Director Técnico (DT) solo pude llegar hasta un tercer lugar, pero con una temporada regular inolvidable. Ya había tenido el privilegio de participar en las dos últimas medallas de oro de Ciudad Habana en campeonatos nacionales. En El Salvador hemos levantado cinco copas de LMBF, lo que denota que dirigir baloncesto femenino no constituye un problema para mí.

Tienes la estrella de ser un DT victorioso. ¿Cuál es tu guión para conseguir semejantes resultados? ¿Quiénes contribuyeron en mayor medida a ese crecimiento como coach?

Mira, en mi filosofía de vida el éxito no es lo que seas capaz de lograr y sí lo que seas capaz de atraer. Basado en esto te puedo decir que en mi filosofía de dirección es primordial atraer la atención y el compromiso de la mayor cantidad de jugadores bajo mi mando. Involucrarlos, comprometerlos bajo reglas justas y posibles de cumplir por todos. Exigirles al 100% pero estar siempre disponible para las horas difíciles donde el apoyo del ser humano esté por encima de que seas simplemente el DT.

Me considero afortunado en este sentido por haber contado con la guía de muchas personas dentro del contexto basquetbolístico capitalino. A los ya mencionados tengo que adicionar la influencia de otros timoneles como Armando Acosta, Miguel Calderón, Alberto Castillo, Alberto Zabala, Eduardo Moya, Carmelo Ortega, Daniel Scott, Néstor Trujillo…

En fin, conté indistintamente con el apoyo de uno y cada uno de estos experimentados coaches en mi formación profesional. Me quedo con lo positivo que cada uno pudo aportar directa o indirectamente.

El salto a los principales elencos de uno y otro sexo de la capital: ¿cómo definirías esa etapa?

Definitivamente los equipos Capitalinos de primera categoría fueron mi consagración dentro del entorno nacional, ya que a pesar de haber conseguido un solo título (equipo masculino) fue mi mayor escuela formativa metodológica, teórica y práctica, debido al sistema competitivo y la planificación que se debía adecuar a él.

Las experiencias adquiridas durante la clínica impartida por la NBA en Cuba en 2015 ampliaron los conocimientos y perspectivas que Panfet poseía sobre el baloncesto
Las experiencias adquiridas durante la clínica impartida por la NBA en Cuba en 2015 ampliaron los conocimientos y perspectivas que Panfet poseía sobre el baloncesto. / Foto: Tomada de dobles y triples.

Codearte con los entrenadores de las selecciones nacionales y la clínica de la NBA en 2015. ¿Cuán influyente fueron en la adquisición de nuevas visiones y tu crecimiento profesional?

Obviamente marcó un antes y un después en mi carrera, así como la participación en la Liga de las Américas de 2016 en Barquisimeto, donde me cambió totalmente la perspectiva que tenía hasta ese momento respecto al juego.

Estuviste a punto de dirigir la selección nacional. ¿Por qué no se materializó y qué sucedió después?

Decisiones. Eso fue todo. Y sí, de ahí en adelante pude continuar trabajando domésticamente, sin embargo, se presentó la oportunidad de probarme en el exterior y ya no estaba el aliciente de la selección para dudar en asumir nuevos retos.

Lograste un título con Capitalinos en calidad de invicto durante 32 partidos. ¿Qué variables convergieron para materializar semejante resultado con récord incluido?

El invicto no se planifica. El buen ambiente dentro del team tampoco se predice, pero fue mi objetivo principal para ese torneo. Desde afuera veía clara la posibilidad de hacer algo diferente con aquel grupo de jugadores que combinaban juventud y experiencia.

El paso por el TNA nos fue dando una perspectiva de cuanto se podía lograr y por eso nuestros refuerzos fueron dos jugadores que estaban prácticamente de salida y que solo necesitaban en sus vitrinas un campeonato. Se ajustaban a mi plan, fueron el modelo que necesitaba el grupo y cumplieron más en ese aspecto que competitivamente (ese fue el primer paso).

Lo deportivo se basó en reforzar la defensa, convertir a tipos estelares y protagonistas en jugadores de rol. Con la inminente evolución de Jasiel y Karel Guzmán, jugadores como Orestes Torres, Reinier Muñiz y Castillo ya no tendrían el protagonismo ofensivo de ediciones anteriores (ni siquiera el histórico yumurino Allen Jemont lo tuvo).

Entonces el mérito mayor fue para ellos al aceptar el cambio de función y asumirla a la perfección en nuestro diseño. Otro elemento vital fue nuestro capitán y base titular Yosmel Zequeira, quien para esa fecha firmó su mejor torneo en su trayecto por la LSB. Lastimosamente jamás fue convocado a la selección nacional. Decisiones…

Panfet asegura que el invicto no se planifica, pero que en ese Capitalinos se conjugó una generación de jugadores talentosos con mucha alquimia, con una capacidad de trabajo y convicción en el triunfo enormes
Panfet asegura que el invicto no se planifica, pero que en ese Capitalinos se conjugó una generación de jugadores talentosos con mucha alquimia, con una capacidad de trabajo y convicción en el triunfo enormes. / Foto: Tomada de Trabajadores.

El Salvador, Nicaragua… ¿Cómo evalúas el baloncesto en la región centroamericana, su desarrollo y principales diferencias con el de Cuba?

Nicaragua invierte considerablemente en el desarrollo deportivo y el baloncesto no escapa a ello. El conocido torneo Carlos Ulloa es hoy en día su campeonato nacional sin inclusión de extranjeros y mueven muchísimo talento joven. Luego la LSB concentra la calidad de nacionales y suma tres importados por equipo, con una fuerte inyección de jugadores boricuas que han influido en el ascenso del nivel de los jóvenes nicas y de su liga.

Las participaciones del Real Estelí en BCL, así como las últimas presentaciones de su selección nacional en eventos internacionales hablan del salto aparejado al excelente trabajo del coach puertorriqueño David Rosario.

El Salvador aún con las limitantes físicas de sus jugadores en cuanto a talla excepcional, aspecto que hoy día incide muchísimo en el rendimiento de los equipos, es un país que se esfuerza por elevar el nivel de sus selecciones nacionales.

En el sexo femenino va dando resultados un proceso que comenzó hace siete años con el coach español Raymundo Santana, y hoy son campeonas absolutas de Centroamérica ganando de forma invicta.

En el masculino se vienen dando pasos de avance luego de que en 2015 se tomara la iniciativa de crear la LMB (Liga Mayor de Baloncesto), torneo que ha albergado a varios grupos de jugadores internacionales y donde los cubanos han escrito páginas gloriosas formando parte de equipos campeones.

La diferencia de estas dos Ligas con la LSB cubana va definitivamente de la mano de la organización y el apoyo económico. Hace unos años me refería a que no solo se trata de los salarios a los jugadores, además se necesita la inyección de recursos en logística para una buena funcionabilidad de la Liga en sentido general.

¿A qué elementos consideras corresponde el declive en el baloncesto femenino cubano a nivel regional?

La generación que antecedió a la que hoy representa a Cuba en el sexo femenino, fue formada en la época donde el sistema deportivo funcionaba bajo el concepto extinto de «pirámide deportiva». Aquellas jugadoras vivieron el proceso de Eide, Espa Nacional, y selección nacional de mayores.

Fueron campeonas centroamericanas juveniles, sub campeonas panamericanas juveniles, y sextas en el campeonato mundial juvenil. O sea, dominaron su categoría junior en el área y sobresalieron a nivel mundial. Crecieron con el sello de competitividad y triunfo que imperaba en la cultura deportiva cubana y un elemento vital a mi modo de ver: el seleccionador nacional juvenil de la época Alberto Zabala, realizó la transición junto con el grupo y ascendió a la selección masculina estando al frente de ellas.

Independientemente de esto, los colectivos técnicos eran majestuosos tanto en el CEAR Cardín, como en el Cerro Pelado. AI tiempo que la calidad técnica individual y la condición física de las atletas era la idónea en la mayoría de los casos.

Panfet considera que el baloncesto masculino cubano puede retornar a la élite de Centroamérica y el Caribe en un futuro inmediato.
Panfet considera que el baloncesto masculino cubano puede retornar a la élite de Centroamérica y el Caribe en un futuro inmediato. / Foto: Tomada del Facebook del entrevistado.

Por el contrario, el masculino cuenta con potencial no solo a nivel de talento individual sino también en dinámicas colectivas. El reciente triunfo ante Estados Unidos en las ventanas FIBA puede considerarse la muestra más sólida en más de dos décadas. ¿Cómo evalúas su estado actual? ¿Qué otras cuestiones pudieran incorporarse desde tu perspectiva para continuar con dicha evolución?

La inserción de jugadores en ligas foráneas ha cambiado el curso al desarrollo de la selección masculina. Los que incursionan en Europa al primer nivel fueron inicialmente pulidos en Argentina.

Luego sumas el retorno de jugadores que nunca debieron estar ausentes como Howard Saint Ross y Reynaldo García, y pues redondeas una plantilla que todavía puede ser mejor con la incorporación de Yoanki Menciá y Karel Guzmán.

El masculino cuenta hoy día con trabajadores extraordinarios en las categorías formativas de todo el país, esto da la posibilidad de conseguir niños de talla elevada y que cuentan con un nivel técnico adecuado para comenzar a destacar con temprana edad.

La salud del baloncesto masculino pudiera estar mejor si la LSB contara con la estabilidad que requiere, una Liga que debe ser trampolín para que den el salto los jóvenes jugadores al siguiente nivel en América.

¿Qué consideras que necesita el baloncesto y el deporte cubano en general para salir del declive que los azota desde buen tiempo?

El deporte en Cuba ha caído a la par de la caída económica del país. Si en algún momento fuimos potencia mundial y referente fue debido a que se contaba con el apoyo y los recursos necesarios para afrontar una jornada de prácticas ordinaria al estilo criollo. Todo lo contrario a lo que hoy sucede. Las instalaciones deportivas no son adecuadas, la alimentación no es equitativa con las cargas que reciben los atletas y definitivamente no se pueden pedir peras al olmo. A lo que se suman otras variables asociadas a saberes y mecanismos de dirección que no siempre son los más certeros.

¿Qué es lo que más extrañas de Cuba?

Extraño a mi familia de sangre y de crianza. Extraño la Cuba de personas alegres y campechanas. A la gente de mi barrio. Ojalá algún día podamos reunirnos todos con los que hemos tenido que dejar atrás y podamos compartir jornadas de goce, sin el sufrimiento que hoy los acongoja por tanta necesidad y carencias.

¿Qué proyectos profesionales asumes actualmente y qué sientes que te falta por lograr?

En este minuto formo parte del cuerpo técnico de la selección nacional masculina de El Salvador como asistente primero. Paralelamente dirijo al actual campeón de la liga femenina, el San Salvador BC, el cual por cierto acaba de erigirse con su segundo título en línea. Hay nuevas oportunidades de continuar creciendo dentro de mi profesión, sin dejar de la mano el estudio y la autosuperación diaria.

¿Crees que el baloncesto cubano pueda lograr reinsertarse en planos de élite a nivel regional?

Considero que es posible casi en un 100%, sin pecar de optimista o soñador. Toca seguir agrupando al mejor talento disponible e insertar estrategias de superación para el personal técnico, sin descuidar la gestión de contratación de jugadores y jugadoras en el contexto internacional.

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Harold Iglesias Manresa
Harold Iglesias Manresa
Periodista, perseguidor de historias, y amante de los deportes en cualquier latitud

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