Hace más de medio siglo, un grupo de jóvenes, la vanguardia política de su tiempo histórico, decidió derrocar a un tirano —Fulgencio Batista—, y enrumbar la patria hacia lo que percibían como un futuro de justicia social. Muchos murieron en ese empeño, otros fueron torturados y sufrieron prisión.
Tras el triunfo revolucionario, Fidel Castro reconoció sus méritos. No les dio privilegios, pero sí prestigio social. Hoy todo es parte de un pasado que muchos desconocen y, lamentablemente, la historia se ha repetido, porque similar a lo ocurrido con los veteranos de la Guerra por la Independencia de 1895, está resultando ahora que los veteranos de la Revolución también quedan desamparados con las pensiones recibidas.
Después de dirigirnos a todos y cada uno de los niveles correspondientes del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social y de la «Casa de los combatientes», sin que ninguno haya brindado una solución coherente y práctica, acudimos Natalia Bolívar[1], Norma Porras[2] y Gladys Marel García[3] al Presidente de la República, primer servidor público de nuestro país. Esperábamos su atención y respuesta ante la dramática situación que los actuales veteranos afrontan. Por su vocación y funciones debía conocer, a través de nuestras voces, lo que estaba ocurriendo.
Gladys Marel García
La «Tarea ordenamiento», sin dudas necesaria, ha afectado a muchos ciudadanos, en especial a los más pobres y necesitados, en su mayor parte ancianos porque nuestra población está envejecida. Se transgrede así la justicia social por la que hace tantos años arriesgamos nuestras vidas.
Los precios de los servicios públicos han subido aceleradamente, igual ha ocurrido con los alimentos, las medicinas y otras necesidades, que se venden en comercios estatales, tanto en pesos como en dólares. En ese contexto, el ingreso económico de los veteranos y combatientes, antes ya restringido, se ha visto muy perjudicado.
Las modestas subvenciones que recibíamos han sido afectadas. ¿En que se basa una decisión política que desconoce la precaria situación de ancianos que dedicaron sus vidas a trabajar en aras de lo que creían una sociedad más humanista? Para la real comprensión de lo que afrontamos es preciso explicar algunos aspectos esenciales.
Natalia Bolívar
Los veteranos y la «Tarea Ordenamiento»
La «Tarea Ordenamiento» ha ignorado tres factores relacionados con los veteranos, luchadores clandestinos y combatientes del Ejército Rebelde. Esto se evidencia en los siguientes aspectos:
- La escala básica de jubilación estipulada está por debajo del salario mínimo del país, establecido en 2100 pesos. (Ver primer resuelvo de la Resolución 29 de 2020 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social).
- La llamada Prestación Monetaria Transitoria (PMT), o sea, la Chequera del Combatiente —para los que la recibían—, se concretó de manera igualitaria, al disponer la cantidad de 1260 pesos, tanto para los veteranos como para los impedidos físicos que recibían el mínimo de la Asistencia Social.
- La Asistencia Económica Permanente, —que oscilaba entre 300 y 400 pesos—, establecida por el comandante Fidel Castro para contribuir a gastos por enfermedades, medicinas, alimentación, transporte, u otros, fue suprimida.
El personaje interpretado por Isabel Santos en el filme Clandestinos estuvo inspirado en Norma Porras.
Estas decisiones contradicen la Resolución 28 del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social que, en su primer resuelvo, establece «como cuantía de la pensión mínima por edad e invalidez total del Régimen General de Seguridad Social, y de los regímenes especiales de los Ministerios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Interior», la cifra de 1 528 pesos.
La «Tarea Ordenamiento» desconoce además el segundo resuelvo de la ya mencionada Resolución 28, según el cual «las pensiones concedidas por el Régimen General de Seguridad Social se incrementan en correspondencia con la escala siguiente»:
Si se atiende a la estructura de las pensiones y al porciento de las categorías en cada renglón, se observará que el grupo de personas que recibe las pensiones superiores a 501 pesos mensuales constituye apenas el 7.1 % del total y percibe un incremento de 1528 pesos; en tanto, al 92.9%, que son los que reciben menos de 500 pesos, no se les incrementa la cifra de 1528 pesos.
Natalia Bolivar y Gladys Marel García en la actualidad.
- Esta irregularidad se mantuvo y, a partir de la actual revisión de la «Tarea Ordenamiento» —que supuestamente atendería las dificultades que evidenció su aplicación—, se decidió pasar a los veteranos atendidos por las FAR al grupo encargado de dicha Tarea por las direcciones nacional, provincial y municipal de las «Casas de los Combatientes». De tal forma, continuó el error de no analizar de manera integral el problema y se ofrecieron diferentes informaciones contradictorias a señalar:
- Los veteranos que habían recibido, desde enero del año actual, la Atención Económica Permanente por las FAR, continuaron percibiendo la misma cantidad que en el 2020, sin incremento. Mientras, a los que la recibían por la «Casa del Combatiente» y el Poder Popular les fue suprimida.
- Esta decisión desconocía el primer resuelvo de la Resolución 28 del Ministerio de Trabajo, antes mencionada.
- A principios de marzo se les comunicó lo contrario, o sea, que la Atención Económica denegada se les pagaría a partir del 15 de marzo. Además, se les notificó que dicha asistencia sería reevaluada en noviembre, para lo cual tomarían en cuenta la «vulnerabilidad» del núcleo familiar al que pertenecían. Tocaría responder a esto que los veteranos no lucharon en la guerra como núcleo familiar.
- La Dirección Nacional de los Combatientes de nuevo reorientó volver a notificar a los veteranos, antes del 15 de marzo, que se les eliminaría la Asistencia Económica Permanente a los que recibían la jubilación y el PMT o Chequera del combatiente.
- A los que no recibían el PMT y sí la jubilación y la asistencia económica entre 300 y 400 pesos hasta el 2020, se les mantuvo la misma cantidad, sin incremento. Dicha medida provocó, en el Municipio Playa, el desacuerdo de los veteranos.
- Otra dificultad presentada en el Municipio 10 de Octubre, consistió en que el 15 de marzo, cuando fueron a cobrar en el banco metropolitano los 1260 pesos del PMT, no había dinero, lo mismo acaeció en los otros bancos del municipio.
- A esto se suma que la Dirección Provincial de la Casa del Combatiente planteó resolver la asistencia social a los familiares de los veteranos que hubieran renunciado a sus empleos para dedicarse a la atención total de los mismos. Tarea pendiente de resolver.
Estas supuestas soluciones no sólo violan los derechos individuales, de estas personas, sino que constituyen una falta de respeto y de consideración a los que, en su momento, pusieron en un primer plano los intereses patrios.
A tres meses de expresadas tales quejas y planteamientos por parte nuestra, no se ha llegado a una conclusión ni hay seguridad en los esclarecimientos y las definiciones. La solución integral del problema no debe esperar más.
Desde el punto de vista político, es preciso reconocer que los veteranos de guerra conforman un grupo minoritario por su avanzada edad. Sus miembros, ya escasos, merecen ser honrados y reconocidos de manera adecuada, tanto por su entrega a la Patria, como por el trabajo realizado durante toda su vida. Por este motivo, deben recibir una asistencia económica capaz de responder a sus necesidades, en lugar de ser considerados bajo una vulnerabilidad que, en su caso, resulta impropia por irrespetuosa. Sus edades oscilan entre los ochenta y más de noventa años. No debieran ser condenados a ser pobres de solemnidad en el ocaso de sus vidas.
Norma Porras y Gladys Marel García en la actualidad.
Consideramos que la solución de este asunto amerita un análisis particular, que debiera ser realizado por una comisión especializada capaz de tener en cuenta todos los aspectos, objetivos y subjetivos.
Fue esa la intención que nos decidió a solicitar una reunión con el Presidente Miguel Díaz Canel, el cual, —posiblemente agobiado por las múltiples tareas que afronta—, tras un mes de espera no ha podido recibirnos. (La solicitud de entrevista fue enviada el 16 de febrero del 2021, el acuse de recibo data del 17 de febrero y la nueva solicitud de recordatorio y respuesta de la fecha de reunión fue enviada el 22 de febrero del año en curso).
Tal desatención nos precisa a hacer pública nuestra situación. Los Veteranos de la Patria necesitamos ser escuchados.
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[1] Natalia Bolívar: Se integró al Directorio Revolucionario en 1955 con José Luis Gómez Wanguemert y Faure Chomón. Fue cofundadora de la organización Mujeres Oposicionistas Unidas y miembro del Buró Ejecutivo y del Grupo de acción del DR. El 18 de julio de 1958 fue arrestada (nº de presa 24837) y trasladada al Buró de Investigaciones por los coroneles Orlando Piedra y Laurent, ambos al servicio de Fulgencio Batista.
Posteriormente pasó a la clandestinidad. El 17 de noviembre de 1958, como miembro del grupo de acción y sabotaje, participó junto a Raúl Díaz Argüelles, Gustavo Machín y Amaury el Troyano, en el atentado al capitán Diéguez, jefe de la XV estación de policía de Miramar (62 y 7ma A).
Entre las actividades que desarrolló pueden mencionarse: apoyo a los asaltantes al Palacio Presidencial, alquiler de apartamentos, traslado de compañeros al Escambray, traslado y salvaguarda de armas, impresión y reparto de proclamas, asilo a compañeros en embajadas amigas, estudio de operaciones para atentados a lugares estratégicos, venta de bonos, búsqueda y envío de medicinas, suministró información vital a las jefaturas de la Sierra y el Llano. El 1ro. de enero de 1959 tomó militarmente Bellas Artes para impedir la fuga de los valores que este museo atesoraba.
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[2] Norma Porras: Ingresó en el Movimiento Revolucionario 26 de Julio entre los años 1955 y 1956. Participó, desde la segunda enseñanza, en actividades estudiantiles contra el régimen de Fulgencio Batista, y clandestinas desde 1957, fecha en que fue detenida por primera vez. Esta actividad culminó con los acontecimientos de O’Farril y Goicuría, lugar en el que, en noviembre de 1958, luego de un largo enfrentamiento con los esbirros de Esteban Ventura Novo, recibiera cuatro impactos de bala en el vientre, estando embarazada.
Fue detenida junto al resto de sus compañeros, los cuales serían torturados y posteriormente asesinados. Estos hechos fueron recreados en el filme Clandestinos. Salvó la vida y estuvo presa hasta el 1ro. de enero de 1959. Participó en la toma de los cuarteles de Columbia y San Ambrosio. Se incorporó a las filas de la policía con Efigenio Ameijeiras.
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[3] Gladys Marel García: Dirigente estudiantil en la Escuela Normal de Maestros de Las Villas contra la dictadura de Fulgencio Batista (1953-1957). Ingresó en las Brigadas Juveniles del MR-26-7 (1955) e integró la Brigada de Acción y Sabotaje La Pentarquía. En su última misión, (26/5/1957) y producto de una explosión, murieron dos de sus compañeros y ella resultó gravemente herida, prisionera y torturada. Resultó absuelta y remitida a prisión domiciliaria.
De nuevo fue presa (5/9/57) cuando se dirigía a la Sublevación de la ciudad de Cienfuegos, fue maltratada y sufrió violencia. Liberada días después, fue remitida a prisión domiciliaria. Ese mismo mes, la dirección del 26 de Julio de Las Villas y de Matanzas, en conjunto con la municipal de Yaguajay, prepararon su rescate. Operó en el clandestinaje de la provincia matancera. Fue nombrada jefa de la región de Cárdenas para preparar la huelga del 9 de abril de 1958.
Entre otros frentes reorganizó, junto a Amador del Valle, el Gallego, el movimiento obrero insurreccional, las Milicias y los grupos guerrilleros que operaron en la región, dirigidos por Enrique Hart, Jefe Militar de la provincia. Acorralada por la jefatura militar de Matanzas, Santa Clara y La Habana –el SIM, el Buró de Investigaciones, Pilar García y Ventura Novo– fue trasladada y designada miembro de la Dirección Provincial de La Habana. Ocupó la responsabilidad de Finanzas y la jefatura de las Células Revolucionarias de Base (CRB), y creó, con su ejecutivo, una red en los municipios capitalinos.
El 1ro de enero de 1959, con un grupo de milicianos y el ejecutivo de las CRB, ocupó un local donde se estableció la dirección política del Movimiento en la capital. Ha participado en misiones internacionalistas en Angola y los campamentos del movimiento de liberación en Namibia.
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