Cuba y sus ventanas rotas

“Para regenerar una sociedad honesta, educada y cívica, comencemos arreglando nuestras propias “ventanas rotas”

Fernando Hugo Rossotti

A juzgar por los reportajes de operativos policiales en el NTV, la responsabilidad atribuida a los ciudadanos por el rebrote de la COVID-19, el fenómeno de coleros, acaparadores y revendedores, y el alto porciento de personas en edad de producir que no lo hacen al menos por vías reconocidas legalmente, los cubanos somos, casi por naturaleza, contrabandistas, irresponsables y vagos. Además, hay que regañarnos y mostrarnos a diario, con intención profiláctica, imágenes de los éxitos de los órganos represivos.

Algunos colegas han llegado a asociar el fenómeno del mercado negro actual con el comercio de rescate o contrabando en la Cuba del siglo XVI, como si fuera algo tradicional en este país, o que estuviera en el ADN de los cubanos. Intentan restar importancia a la responsabilidad del Estado amplificando la del ciudadano. Pero lo que se verifica en ambos tiempos es que: 1) las condiciones materiales y las políticas gubernamentales son las que obligan a los ciudadanos a semejantes prácticas y 2) el comercio ilegal se convierte en un mecanismo de resistencia ante prohibiciones absurdas y abusivas impuestas por el poder y la prolongación de enormes carestías.

Si a eso se suma la burla y el “!Estás en Cuba! o “¡Esto es Cuba!” como respuesta cuando alguien se asombra o no comprende determinadas actuaciones incívicas, el cuadro es alarmante.  Significa que este es un país donde reina el más absoluto relajo, no hay normas ni límites y todo vale. El interlocutor se queda en ascuas, no capta el mensaje, o peor, cree que el equivocado, o el que está desfasado, es él.

¿Somos en realidad los cubanos, contrabandistas, vagos e irresponsables, o son características negativas de la sociedad cubana que se han moldeado en la Isla durante las últimas décadas? Fijémonos en estas tres paradojas.

  1. Los mismos cubanos que aquí infringen muchas normas ciudadanas, cuando emigran trabajan para sacar adelante su proyecto de vida, lo logran en gran medida y ayudan a los que se quedan.
  2. A pesar de las limitaciones, ¿no son los cubanos admirados en muchas partes del mundo? Solo observemos el tamaño del país y en cuántas posiciones internacionales está. No el gobierno, lo que es obvio y más conocido, sino su gente, los cubanos residentes en cualquier parte, con roles importantes en universidades extranjeras, instituciones bancarias, científicas, ahora mismo para la producción de la vacuna de Oxford contra la COVID, por ejemplo. Pregunte a cualquier turista lo que más aprecia de Cuba y verá que hablará de este pueblo.
  3. ¿Cómo encaja ese cuadro de extrema laxitud en la Isla, con que el país tiene una de las mayores poblaciones penales del mundo, una parte no despreciable sin antecedentes y otra que está bajo la injusta e increíble figura de “conducta pre delictiva”. Algunas piezas no encajan.

¿Cuándo y cómo llegamos al punto de convivir casi con naturalidad con el hecho de que quien vende en el agro le robe al cliente en la pesa un mínimo de media libra, y luego también lo haga en el cambio? O lo que ya es el colmo: que cuando como doliente reclamas al vendedor, en general nadie se solidariza y más bien sale quien lo defiende a pesar de que será la próxima víctima. ¿Cuándo y cómo llegamos al punto de que tanta gente, estando en el lado de las víctimas, justifique todo eso diciendo que el otro “también tiene que vivir” o que “está luchando lo suyo”? ¿Cuándo y cómo llegamos al punto de acostumbrarnos a vivir, al menos en La Habana, rodeados de escombros y suciedad? Es necesario ir al fondo.

Habría mucho que analizar, pero dado que son fenómenos de la psicología colectiva, propongo una reflexión sobre algunas causas, apoyada en una interesante teoría de la ciencia.

Teoría de las ventanas rotas y tolerancia cero para pensar el país…

La “teoría de las ventanas rotas” luego dio origen a la política de “tolerancia cero” (1994) y tuvo su origen en uno de los experimentos sociológicos más interesantes del siglo XX. Fue en 1969 cuando el  psicólogo estadounidense Philip Zimbardo, profesor de Psicología Social en la Universidad de Stanford, lo puso en práctica. Primero impactó en la Criminología, pero rápidamente su aplicación se extendió a todas las esferas y desde hace años es parte del discurso político en España, EEUU y América Latina.

El objetivo en 1969 era estudiar las conductas de las personas en situaciones aparentemente obvias. Se dejaron abandonados dos autos idénticos en las calles de dos sitios muy diferentes: el Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York y Palo Alto, una rica y tranquila área de California. Rápidamente el del Bronx comenzó a ser saqueado de todo lo que servía e incluso destruidos sus restos. El de Palo Alto, sin embargo, se mantuvo intacto.

Cualquiera diría que no hacía falta experimento pues el resultado es lógico. Estamos acostumbrados a asociar el delito con la pobreza y a que en un barrio rico hay más control de seguridad pública. Por eso lo más interesante del experimento fue su segunda parte.  Los investigadores rompieron el vidrio de una de las ventanas del auto de Palo Alto. ¿Qué ocurrió? Exactamente lo mismo que en el Bronx.

¿Cómo se explica semejante resultado? ¿Cómo la simple rotura de una ventanilla desató el robo, la violencia y el vandalismo hasta reducir el auto de la zona rica al mismo estado que al del barrio pobre? ¿Cómo el vidrio roto pudo desencadenar todo aquello en una zona segura y sin conflictos sociales?

Los analistas llegaron a la conclusión de que la pobreza no es la causa de tales fenómenos de vandalismo. Que tiene más que ver con la psicología, el comportamiento humano y las relaciones sociales. Según Fernando Hugo Rossotti, el cristal roto en un auto abandonado “(…) transmite una  idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que todo vale nada.” Cada nuevo ataque que sufre el auto confirma esa idea hasta que las agresiones son cada vez peores y termina en un estado de caos.

Trece años después los criminólogos James Q. Wilson y George Kelling desarrollaron otros estudios del mismo corte, que derivaron en la “teoría de las ventanas rotas”. Enfatizaron que una sociedad o un país que exhibe signos de deterioro sin que se tomen a tiempo medidas para corregir el fenómeno, está transmitiendo un mensaje de que el asunto no le importa a nadie. La mente humana interpreta que se trata de un territorio sin ley y todo está permitido. Así, se favorecen males sociales que provocan la degeneración del entorno, propiciando incluso que personas respetables, que en condiciones normales no cometerían actos censurables, también asuman comportamientos incívicos.

Wilson y Kelling plantearon otras dos cosas relevantes y asociadas: 1) “si se cometen pequeñas faltas (…) y (…) no son sancionadas, entonces comenzarán a desarrollarse faltas mayores y luego delitos cada vez más graves” y 2) “Si los parques y otros espacios públicos son deteriorados progresivamente y nadie toma acciones al respecto, estos lugares serán abandonados por la mayoría de la gente (que deja de salir de sus casas por temor a la delincuencia)”. Pero esos espacios que la gente abandona los ocupan los delincuentes y marginales de la sociedad.

Otros dos ejemplos son muy sugerentes. Uno, si se deja basura en una esquina y no se retira, muy pronto se irá acumulando más basura, con el tiempo la gente acaba dejando allí sus jabas de basura hasta llegar un día a asaltar un auto o romper un foco del alumbrado público. Dos, si una persona va terminando de comer algo por la calle y no hay un cesto cerca para botar el papel o el recipiente, de  seguro mirará al suelo, y si ve que hay más basura tal vez ni lo piense y arroje la suya, pero si está todo limpio, seguramente lo piensa mejor. Significa que la no reparación inmediata de un daño emite a la sociedad el mismo mensaje que una ventana rota. Por tanto, si se quiere evitar que eso ocurra, es preciso arreglar la ventana en el menor tiempo posible.

Los experimentos psicológicos relacionados con las conductas sociales se consideraron desde entonces muy útiles para mejorar la convivencia y la seguridad en las ciudades. También para los comportamientos en ámbitos más privados como la familia. Ahí los desperfectos y malos hábitos llevan al deterioro de las relaciones interpersonales, que a la larga se trasladan a la sociedad y viceversa. Según Rossotti, se llega fácil a “la descomposición de la sociedad, la falta de apego a los valores universales, la falta de respeto de la sociedad entre sí, y hacia las autoridades (extorsión y soborno) y viceversa, la corrupción en todos los niveles, la falta de educación y formación de cultura urbana, (…) un país con ventanas rotas, con muchas ventanas rotas (…).”

Los autores de los 80′ pusieron énfasis en un mecanismo de prevención básico: arreglar los problemas cuando aún son pequeños. Los pequeños síntomas de degradación del lugar y la acumulación de pequeñas faltas pueden llevar a transgresiones mayores y a una escalada de ruptura de códigos de convivencia, que conduce finalmente al caos. Pero eso también significa asumir las realidades y soluciones de modo integral o sistémico.

La prevención no solo se asegura reprimiendo contravenciones simples -no pagar la guagua, arrojar basura al piso, escandalizar, orinar en la calle, usar la impresora de la institución para imprimir trabajos personales, no respetar los horarios de entrada y receso en el trabajo, etc.-, sino creando previamente condiciones que obstaculicen las infracciones y ofrezcan una mejor convivencia, esto es: colocar cestos de basura en la vía pública, emplazar baños públicos en zonas céntricas al menos, reparar desperfectos materiales de zonas afectadas, vender equipos informáticos o facilitar emprendimientos en ese orden, garantizar salarios acordes al trabajo, etc. De esa forma se evita la propagación de conductas incívicas, que como se vio en el ejemplo inicial, se pueden suscitar en diversos sitios y en cualquier estrato social.

También ocurre cuando las normas no están claras u ofrecen tanta flexibilidad que favorecen el desorden. Las pérdidas no son solo de elementos tangibles, sino de fenómenos más complejos y graves que atentan contra la transparencia, legitimidad y sostenimiento de un modelo social: la corrupción, uno de los más graves y con mayores tentáculos que corroen la sociedad toda.

De modo que la expresión “ventana rota” es símbolo de otras muchas respuestas incívicas, que degeneran en descomposición de la sociedad, falta de apego a los valores universales, falta de respeto de la gente entre sí y hacia las autoridades, alrededor de las cuales se crea un ambiente de extorsión y soborno y a la inversa. Es la corrupción en todos los niveles, la corrupción como estado mental, la falta de educación y formación de una cultura ciudadana. Todo eso muestra un país con numerosas ventanas rotas. ¿Culpa del ciudadano, o de quienes regulan y dirigen la sociedad desde el Estado?

En todos los escenarios en que desde mediados de los 80, se ha implementado la teoría de las ventanas rotas, los resultados han sido positivos. Luego siguió en 1994 el impulso a la política de “tolerancia cero”, expresión que si bien sugiere a primera vista una solución autoritaria y represiva, en realidad se enfoca en la prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad y bienestar ciudadanos. No alude ni a linchar delincuentes ni a una policía prepotente, porque de hecho, ante los abusos de autoridad también se exige la tolerancia cero. Se trata de “(…) crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.”

Allá tendremos que llegar porque este pueblo lo merece, pero de momento…

 Tenemos una sociedad enferma y con muchas ventanas rotas.

A transgredir todo lo que haga falta, o todo lo que se pueda, no se llegó de pronto. Es muy complejo el asunto porque está instalado en la mentalidad, no de la colonia ni de la república burguesa, sino del modelo de socialismo que adoptamos y nuestros aportes. Ocurrió por las distorsiones de mecanismos que forman parte del orden social necesario en cualquier sociedad. Es difícil, pero incluso cuando se quiere enfrentar, como ha ocurrido recientemente, no se va a la raíz. Los infractores nunca son de las élites del poder, que es donde verdaderamente está la peor corrupción, sino en los delitos comunes de gente del pueblo, que el queso, las cebollas, el café, etc… Pero ya las redes sociales dan mucha información, así es que la gente sabe. Entonces la dirigencia pierde autoridad moral. Así no se sostiene un proyecto ni se reparan ventanas rotas.

Las raíces son profundas. No pasamos de lo privado a lo social sino a lo estatal, con el supuesto de que todo es de todos, lo que es un absurdo, no es de nadie o es de las élites que controlan el poder político y económico desde el Estado, que se convierte en el gran monopolio. Otro detalle. Por lo menos desde los años 70 recuerdo que cuando la escuela requería pintura, esa tarea le tocaba al padre del alumno que trabajara en una empresa que la tuviera. Lo mismo si había que reproducir materiales escolares, etc.. Si trabajabas en un comedor obrero, tenías el azúcar resuelto porque podías llevarte de allí al menos eso. Si tenías dinero y una buena relación con el carnicero, este te vendía por fuera y a mayor precio, de la carne racionada que hubiera recibido del Estado para la población de la zona. Y por último, curioso que de esa época nos llegue aquello de “tú  te haces el me pagas (refiriéndose al Estado), yo me hago el que trabajo”.

Así llegamos a los 90, la peor crisis. Si no había “búsqueda” (sustraer o ser beneficiado ilegal pero toleradamente con algo) pues no había vinculación al trabajo del Estado. Al menos a escala popular, quien necesitaba harina o jabón de baño, por ejemplo, tenía que comprarlo en el mercado informal y el día que hicieran un operativo policiaco y capturaran la red de esos productos, pues se quedaba sin nada. Que el Estado ya dispusiera de la harina no significaba que usted podría adquirirla, de hecho no la adquiría porque, o iba para el turismo o para las tiendas en divisa a precios inalcanzables para la mayoría.

De ahí se pasó en buena medida a callar el delito, al contrabando y los contrabandistas. A mediados de esa década de los 90, cuando casi todos de alguna forma vivíamos al margen de la ley -de tantas cosas prohibidas y los pocos productos y servicios controlados por el Estado-, el historiador Salvador Morales me decía: “me preocupa mucho lo que está pasando, ya la gente no ve  las sustracciones en los centros de trabajo como robo, ¡sino como una especie de redistribución de la riqueza nacional!!”

Treinta años después tenemos una sociedad enferma. Pareciera que la lucha por la supervivencia en medio de tantas carencias durante demasiado tiempo, sumado a la actuación de las altas instancias del poder que persisten en ejercer enérgicamente la autoridad hacia los de abajo solamente, y atacar al fenómeno en vez de la causa, nos va llevando al caos. Ojalá que el habitual triunfalismo oficialista no opaque nuestra mirada crítica para que, aun a destiempo, ciudadanos y gobierno podamos comenzar a arreglar nuestras propias ventanas rotas.

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65 comentarios

Manolo. 11 septiembre 2020 - 7:36 AM
Se sabe que los cubanos actuales cuando llegan a Miami arrastran un tiempo esas actitudes. Una persona me dijo que en su trabajo se sabia que habia un recien llegado porque comenzaba a perderse el jabon y papel sanitario en el baño. Hay un daño antropológico irreparable.
Mila 12 septiembre 2020 - 9:03 AM
No creo que sea irreparable como dice si se comienza a hacer las cosas como se debe.Tomará un tiempo, es cierto, pero resultará.Como bien dice en su comentario solo arrastran esas actitudes" un tiempo" lo que demuestra que con buenas prácticas puede lograrse.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 12:06 PM
Creo que el daño antropológico es una realidad y se puede constatar en cualquier escenario, dentro y fuera de Cuba. Pero no creo que sea irreparable, si estamos de acuerdo en que la sociedad y los gobiernos son los que regulan la convivencia, son los que ponen las normas. Cierto que lo ideal es, como han dicho los expertos, atajar los problemas cuando son pequeños, eso es resolverlos a tiempo y de modo integral, de lo contrario no funciona. En nuestro país se ha instalado, lamentablemente, la mentalidad del "a destiempo" y del "apaga fuego", y eso se nota en todo, no se repara un edificio a tiempo, a duras penas se recogen los escombros cuando se derrumba, por ejemplo. Lo peor del "a destiempo" es lo que nos pasa hoy, los problemas son graves en múltiples esferas y el fenómeno está instalado en la mentalidad, lo que hace más difícil eliminarlo. Pero si se toma conciencia de cuánto afecta al país y se trabaja por el cambio, se logra, demora pero se logra. Hemos sido, como nación, ejemplo para el mundo en muchas cosas, no deberíamos dejar que nos consumiera el caos ahora.
Luis Angel Medel Rodríguez 12 septiembre 2020 - 1:44 PM
Sin embargo algo provocó que la ventana este rota, y estoy seguro que a nadie le gusta entonces depende del tiempo que tardemos en reparar, ayudar a reparar o el tiempo que sigamos dejando la ventana igual
Ivette García 15 septiembre 2020 - 6:55 PM
Estamos de acuerdo Luis Angel, esa es la cuestión
Rosa Maria 20 septiembre 2020 - 6:40 PM
Desde hace mucho tiempo digo que se combate la consecuencia y no la causa ,estudiamos Dialectica,categorias filosoficas y no la usamos .Me uno para la reparacion de las ventanas.Excepcional su articulo.
Isaías 11 septiembre 2020 - 8:08 AM
Impresionante su artículo, Doña Ivette. Muchas gracias. Y si, tenemos una sociedad enferma debido a la pérdida de los valores cívicos. ¡A todos los niveles! Un sálvese quien pueda. El gobierno es una clase en sí y para si y el pueblo se dio cuenta que en verdad solo se le ha usado para mantener el proyecto de los que gobiernan, no el de toda la nación. Todos los vicios que tanto se le criticaron a la etapa "neocolonial" o republicana están cómodamente instalados en el socialismo. ¡Todos! La verdadera solución no puede estar en la represión ni en las crónicas amarillas de los espacios informativos oficiales, sino en el aumento del bienestar material de la población. Y ese bienestar de ninguna manera se va a lograr con el sistema/modelo que hoy rige los destinos de Cuba. Para cambiar todo lo que debe ser cambiado no se puede andar de malabares por las ramas, hay que ir a la raíz. No hay opciones. Saludos, Doña Ivette.
Rafael Perez 14 septiembre 2020 - 3:55 PM
Muy de acuerdo con su comentario y también pienso que un país donde haya perçsonas que piensahn como la autora de este artículo, no está totalmene perdido.
Big Point 11 septiembre 2020 - 8:40 AM
En Canadá, allá por el 2011, conocí a una pareja de cubanos en un Club. Los dos llevaban sendos rollos de papel sanitario...sustraídos del baño. En un momento, al comentarles que sabía que estaban acabados de llegar...se sorprendieron de mis capacidades adivinatorias. Ja. Y conocí a muchos que nunca harían, por nada del mundo, algo así.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 12:18 PM
Claro, eso es lo complejo del daño antropológico y de la mentalidad. No van a las mismas velocidades ni alcanzan la misma profundidad en todas las personas. Quien ha vivido dentro y fuera de Cuba, sabe que el estrés que se vive en la isla con las carencias materiales, alimentos y aseo,por ejemplo, hace que usted incorpore el hábito de comprar más, si puede, guardar la servilleta de un restaurante para si luego va a un baño, comer más de lo que necesita su cuerpo, etc..... Es el daño normal en el ser humano, aunque sea el más decente de los mortales. Tiene que pasar un tiempo para que su conducta se acople a la sociedad nueva y sus normas. Todo eso es variable porque cada ser humano es un mundo. Recuerdo que en los noventa era práctica (y nadie lo podía cuestionar) que sobre todo las mujeres, tanto en el almuerzo del trabajo si lo había, como si participábamos en alguna actividad donde se sirviera comida, lleváramos jabas en las carteras para recoger lo que se pudiera y llevar a casa.....Yo misma, con mucha discresión hice muchas veces lo primero, pero nunca me lancé a hacer lo segundo porque la verguenza que me daba era superior que la necesidad. Y así hubo mucha gente. Es que somos seres humanos
Raul G. 11 septiembre 2020 - 8:57 AM
Un análisis perfecto y demoledor del porque hemos llegado a tener una sociedad enferma. Es una lástima que estos temas tan evidentes no se hayan discutido en la sesiones da la Asamblea Nacional o en los Congresos del Partido y de la UJC a lo mejor los niveles de desidia y pérdida de valores no hubieran llegado a los niveles actuales. Solución a corto y mediano plazo no la veo a pesar que nuestro Presidente reconoce qué estamos haciendo las cosas mal.
Nelson 11 septiembre 2020 - 9:56 AM
Excelente!!!. Martí dijo: se necesita ser próspero para ser bueno. En pobreza resulta casi imposible ser bueno.
Victor A. Pancorbo López 12 septiembre 2020 - 2:57 AM
Nelson este artículo expresa otra verdad muy distinta a la que usted cita: incluso en la prosperidad el mal puede empezar a corroer, terminando con todo.
Juan de Marcos 14 septiembre 2020 - 7:02 PM
Excelente articulo Ivette. Honesto, valiente, constructivo y directo. Sin embargo, como en el caso del pajaro de Hesse, para "nacer, hay que romper un mundo".
Jagger Zayas Querol 11 septiembre 2020 - 10:46 AM
Este interesante e importante post debían leerlo y analizarlo quienes dirigen ideológicamente al pais. Pero comprendo que eso es pedir peras al olmo y por dos razones. Una es que no son capaces de entender nada. Solo están para obedecer al caudillo de turno. La segunda, no les interesa. Sólo les interesa mantener la "silla" y que"el tiempo se haga cargo del fin". Si cuando se autorizó el TCP de venta de productos alimenticios y -- a falta de mercado mayorista- comenzaron a revender refrescos, maltas, cervezas, cigarros, confituras, etc. procedentes de las shopping, se hubiera detenido ese modo de actuar, se habria cortado de cuajo lo que hoy son cadenas de ilegalidades, sobornos y corrupción como acaparadores y revendedores. Por supuesto, no podían combatir eso porque hubieran tenido que cerrar esa figura del TCP autorizado que era el gran triunfo del momento, aunque a sabiendas de que la harina y el queso para las pizzas salieran de las panaderías y pizzerías estatales. Tal es la superficialidad de los que adoptan las medidas en Cuba: no analizan los efectos económicos secundarios y derivados, no hay análisis integrales. Así psdacon todo. En Cuba, como dice el autor, hay muchas ventanas rotas, pero las más rotas son el respeto por la legalidad, las normas de convivencia social, el respeto por el trabajo honrado, pero superexplotado por el dueño que es el Estado que no es el pueblo!
Benito 11 septiembre 2020 - 11:28 AM
Jagger: estás en caja. Lo que me ocupa a veces, en mis horas de ocio, es encontrar una solución a lo que planteas. Y la verdad es que no se me ocurre nada. Sólo empezando de un cero improbable se podría. Pero es imposible, más que improbable. Demasiados intereses creados. Y demasiados vicios de origen.
Suarez 16 septiembre 2020 - 4:35 PM
Muy buen artículo con un enfoque científico del problema cubano, para llamarle de algún modo. Pero yo creo que a las ventanas rotas, además de las malas administraciones y corrupciones que estoy de acuerdo que han existido y existen en el estado cubano, han contribuido de forma activa el ahogo que ha vivido Cuba desde 1959. Sin que suene a discurso barato,o al menos intentando, hay muchos que con solo la.mencion ya lo encuentran inapropiado. Cuba es un país pequeño, con pocos recursos naturales, con unas posibilidades comerciales muy limitadas por el vecino a 90 millas, más el.asedio continuo económico, político y social. Creo que la escasez de los 90 fue la que empezó a "romper las ventanas" y desde entonces, desgraciadamente, nos ha tocado sobrevivir, y en esa supervivencia, cada uno de los aspectos que menciona la periodista se han arraigado en dirigentes y pueblo, "conseguir"lo que se pueda cuando se pueda, eso piensa el cocinero y también el ministro, por desgracia para nuestra sociedad. Me parece muy bueno el análisis, y como dice, creo que a los casos de corrupción del noticiero les falta un nivel más arriba, que en casi todos hay, y se deja solo a la imaginación popular, y sin asegurar si se ha operado con sanciones o no. Si hay que luchar contra la corrupción debe ser a todos los niveles, si hay que reparar ventanas, deben ser todas.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 12:30 PM
Estamos de acuerdo Zayas. Solo agrego el detalle de que la solución del problema de que los TCP empezaran a incidir en las panaderías, los productos de los Ditú y otros por la falta de un mercado mayorista, no era enfrentando a los TCP. No eran ellos el problema, era la postura de autorizarlos a existir pero sin facilitarles las condiciones mínimas. Eso genera una cadena de ilegalidades que se pueden prever, de modo que tiene que haber responsabilidad en quienes deciden al respecto. Sin mercado mayorista y deteniendo ese modo de actuar de los TCP, sencillamente no podrían existir, pero como el visible y el que lo deja a usted sin cerveza en el Ditú es él, usted cree que ese es el enemigo, pero en realidad el mal es más de fondo y es bueno tenerlo claro porque de lo contrario terminamos enfrentándonos entre nosotros mismos. Empezaría por preguntar, ¿acaso no se sabía que era imprescindibe el mercado mayorista para que la autorización del TCP no generara esos conflctos en la ciudadania??? ¿Por qué no se estableció el mayorista? Se discutió y hubo consenso desde el 2008.....!!!!
Alina Lopez 11 septiembre 2020 - 10:47 AM
Un excelente análisis de Ivette, todas las Ciencias Sociales, la Psicología es una de ellas, pueden aportar al diagnóstico y la prospectiva de los problemas sociales. Claro que somos un país con ventanas rotas, es necesario que tomemos conciencia de ello.
Alexei 11 septiembre 2020 - 11:06 AM
En su libro Internationalizing media theory (Internacionalizando la teoría mediática), el investigador John Downing dijo sobre el estado soviético, por entonces en decadencia: "El carácter draconiano y totalitario original del Estado, no así el núcleo de su estructura económica, se transforma, de cara a la población en general, en una agencia que podía cerrar los ojos ante una serie de infracciones de los códigos, los pequeños robos, e inclusive a los grandes robos de la gente de arriba, pero se mantuvo rígido como tornillo de banco, ante cualquier actividad o comunicación opositora". Es por eso que en Cuba interesa más acallar voces críticas y opositoras que frenar los crímenes económicos. Preocupa más averiguar quién pintó un cartel contra el gobierno que resolver el robo en nuestras casas. De los robos en mi casa la PNR nunca esclareció ninguno. Ahhh, pero en 72 horas daban con el autor del cartel. La llamada ofensiva contra las ilegalidades se debe a la agudización de los efectos de la crisis económica y financiera que el país vive. Cuando las arcas estaban llenas o se podían obtener créditos blandos, o negociar con los acreedores, o fluía el turismo, las ilegalidades se combatían desde el discurso y se alentaban en la práctica. Ahora que la soga aprieta también el cuello de los máximos dirigentes cubanos, despliegan una suerte de comunismo de guerra a la cubana, que busca concentrar la mayor cantidad de recursos en manos del ineficiente Estado, de modo que se garanticen la estabilidad social del país, aunque sea a base de pan, tripas y croquetas; y la manutención del nivel de vida de la elite. En Cuba las cosas cambiarán cuando el fracaso de ese modelo comience a afectar a la elite que ostenta el poder.
Camacho 11 septiembre 2020 - 3:16 PM
En el momento en que la elite vea en peligro sus privilegios, utilizará más la reprensión primero y si está ya no les da más resultado por el grado de saturación de las masas, entonces harán concesiones, para seguir su mutación silenciosa y conservar el poder a toda costa, lo cual hará que mantengan o amplíen sus privilegios dándole legitimidad. Solo renaciendo de nuevo, democráticamente desde la base, nos vamos a desprender de la élite parasitaria y bloqueadora de nuestro desarrollo como nación. Todas estas soluciones, que llegan desde arriba hoy y ofrecidas por la misma élite, o sobre la continuidad en lo mismo, nada van a solucionar, solo es entretenimiento, perdida de tiempo y camouflage de la realidad.
Benito 11 septiembre 2020 - 11:43 AM
Esperar que la elite sufra lo que le toca a "la población" es ilusorio. Hasta el más pobre de los ciudadanos reconoce y acepta -y así hace lícitos, por defecto- los privilegios de la elite. Por ahí habría que empezar. Y esa es una tarea a contrapelo de la realidad.
Azul 11 septiembre 2020 - 3:04 PM
Ivette : Estoy viendo tus " aviesas intenciones " para superar mis preferencias por los artículos de la profesora Alina. Te lo juro por la bolsa del canguro ,no lo vas a lograr. Aunque me lo estás poniendo difícil fíjate. Grande ,muy grande tú artículo. Fíjate si es así que nunca cabrá en los incordios "oficiales ". En lo único que discrepo es en lo siguiente ¿ Tú estás que aún nos quedan ventanas ? Saludos. Muchas gracias.
Alina Lopez 11 septiembre 2020 - 3:47 PM
Azul, para el equipo de LJC el estado ideal es que nuestros fieles lectores puedan compartir sus preferencias sin problema alguno entre los articulistas, de lo contrario fomentaríamos las "preferencias únicas", vade retro jjjjj saludos cordiales. Coincido, grande el artículo de mi querida Ivette.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 12:41 PM
jaj Dos cosas, Azul: 1.- Hará mal en cambiar su preferencia, a mí también me gusta más ella y la admiro muchísimo. Usted me honra al acercarme a mi colega y amiga Alina 2.- Yo creo que nos quedan muchas ventanas porque estas son de la sociedad toda y nosotros como cubanos tenemos muchos valores. El proyecto original de la Revolución, con sus aciertos y desaciertos, como toda obra humana, provocó una mutación en la mentalidad, en nuestra escala de valores, en los componentes de nuestra identidad y otras muchas cosas que nos distinguen hoy como pueblo. Creo que sabiendo usar sus fortalezas es posible reparar lo dañado. Es cierto que es mucho y que estamos a destiempo, pero Cuba lo merece.
zenon 11 septiembre 2020 - 3:47 PM
Como he medio dicho en otras ocasiones, sus articulos me parecen muy apropiados, pero algo a destiempo. Alla por el 97 o 98 sostenia discusiones con el rector de mi escuela de medicina, hablando de las ventanas rotas. Le preguntaba a dicho rector, que en su juventud revolucionaria habia sido, como tocaba, un alto dirigente de la UJC, que como esperaba que los estudiantes de medicina se comportaran en su entorno si su entorno era un edificio de becas construido a picotazos, sin areas verdes, sin cerca perimetral, lleno de caballos pastando en las inmediaciones, no teniamos teatro, ni piscina, ni siquiera un parqueo decente para bicicletas, no habian areas de esparcimiento, etc.... per no se podia reclamar nada material, ni siquiera la cerca de la beca, para disminuir los casos de violacion o acoso a las estudiantes cuando regresaban de madrugada de sus guardias en los hosptales y tenian que atravesar esos predios oscuros aledanos a la circunvalacion de Santa Clara. Como tocaba el 6to congreso de la FEU, y el slogan era "con las ideas en lo mas alto" y Hasan Perez Casabona disparaba sus taquirritmicos dicursos, pues no se podia mencionar lo material, la pobreza y miseria en que se habia ido pudriendo la escuela de medicina. El rector y sus acolitos del consejo de direccion, como mismo el gobierno de cuba, culpaba a los estudiantes de cuanto ocurria, y exigia y pedia cuentas a la FEU, acosumbrados como estaban a verla como un monigote. Ellos se habian instituido, como el gobierno cubano, en un poder colonial, donde nosotros teniamos que ser los indios o los cubanitos buenos agradecidos a la real corona que nos daba estudios "gratis" y no nos arrojaba de sus predios , a no ser que insistieramos en discrepar. Algunos de la UJC y de la misma FEU me salieron al paso, de entre ellos uno llego a cuadro del MINSAP, otro a segundo secretario de la UJC nacional, otra a rectora de una escuela de medicina, pues sabian estar calladitos cuando convenia y apoyar a los altos funcionarios de la colonia. Pues como le decia, muy bueno su articulo, empezar a enmendar ventanas crearia circulos de entalpia entre tanto desorden, pero el problema de cuba ya es otro, la ventana mas rota de toda, la que hay que acabar de cegar, para entonces empezar a arreglarla, es la del castillo desde nos miran nuestras encumbradas altezas, reyes, reinas, vireyes, condes y marqueses de la Revolumetropoli.
Alina Lopez 11 septiembre 2020 - 7:19 PM
Estimado Zenón, seamos realistas, claro que casi todos los análisis sobre Cuba son a destiempo, cuando los problemas se han saturado a sí mismos, tras años y años. Muchos pudiéramos contar anécdotas como las suyas con el rector, cuál es entonces la diferencia? Que ahora podemos difundir nuestras opiniones y análisis, debatir sobre ellos, socializarlos, eso no era posible en Cuba antes de la entrada de internet, es una realidad que no se puede evadir.
Manuel* 11 septiembre 2020 - 5:51 PM
Veo muy pesimista esta entrada. Aparecen contrabandistas, irresponsable y vagos cuando el comercio legal, la responsabilidad y el trabajo no se premian. Los cubanos son como el resto de las personas. Con los estímulos apropiados dan lo mejor de sí.
Nancy Rosa Garcia Gonzalez 12 septiembre 2020 - 11:39 AM
Comienzo con la imagen es real de este 11 de Sep,a partir de ahi es interesante leer
Atanasio 11 septiembre 2020 - 6:00 PM
Hay excepciones, siempre las hubo. Existe un grupito que pertenece a la nueva high class que ha sido criado, mantenido y vive como si viviesen en una Cuba en otra dimensión . Mansiones con sirvientes, autos, vacaciones en Europa o estudios en New York, los que jamás se codean con la plebe, ni en fiestas, ni discotecas, los que aún van a recepciones donde se toca violín y no se baila regeton. Ellos han sido educados con buenos modales y excelente dicción, saben vestir bien, comer bien, coleccionar antigüedades y obras de arte. Esa es la nueva burguesía cubana, la futura dueña de las cadenas de hoteles, plantas farmacéuticas ya puestas en diferentes países. Para ejemplos Rusia y China, donde los antiguos militantes comunistas dominan la economía y la política de esos países. Si no se crean posibilidades de desarrollo individual para todos aquellos que están conscientes cómo están viviendo veremos a Cuba convertida en otro Reino de Lesotho o una nueva Haití muy pronto.
ERNESTO 11 septiembre 2020 - 8:03 PM
Pseudociencia al servicio de los enemigos de la nación cubana. Seguiremos haciendo nuestro socialismo para que entre otras cosas puedan haber este tipo de sitios...
Alina Lopez 11 septiembre 2020 - 11:31 PM
Ernesto, qué pseudociencias? Qué enemigos?
Lian 12 septiembre 2020 - 7:21 PM
Se refiere a la *desacreditada* teoria de las Ventanas Rotas. Que sirvio para justificar el infame "stop and frisk" y otras politicas implementadas por Mike Bloomberg, cuando fue alcalde de New York. Si estamos abogando por este tipo de politicas y apoyados en teorias pseudocientificas, aplausos para LJC...
Adolfo. 15 septiembre 2020 - 12:09 PM
Alina: Eresto es una maquina de decir frases sin sentido en un foro que pretende debatir problemas reales de Cuba y del pueblo cubano. Esa es su razon de postear, por arriba de cualquier razon que se pueda escrubir aqui. Para estos Ernesto recarcitrantes, cualquier cosa que pueda ser una critica fuerte a la “Revolucion” es estar en contra de ella. No importa lo realmente revolucionaria que pueda ser una opinion. Si sienten que atenta contra lo que no le enseñaron que es politicamente correcto. Salen asi. Con esas frases que al instante dejan entender a quien lee, que estas maquinas estan programadas para eso, detras de una computadora o un telefono su trabajo no es preocuparse por *cambiar lo que tenga que ser cambiado* en pos de revolucionar por todos, para el bien y la felicidad de todos... Y no cambiar lo que tenga que ser cambiado...Para mantenerse en el poder ! No se preocupe Alina, Ernesto cumple con su obligacion. A no ser que sea uno de los que se benefician alla arribita en la cupula de los vive bien... Que tambien es posible. Mas lo dudo! A los Ernesto no les intresa cambiar ni debatir, solo cumplir con su funcion profesional. ...*Al menos en estos foros* 😉
Alexei 12 septiembre 2020 - 11:00 AM
Y con aduladores como usted, ese "socialismo", el suyo, está garantizado.
Adolfo. 15 septiembre 2020 - 1:09 PM
El socialismo de todos y para el bien de todos compatriota, asi deberia ser ... Salga a dar una vuela barrio adentro para que vea cuanta gente sale a sobrevivir c.....do pelos para lograrlo dia a dia.. Adulador de quien? No la conozco. Solo aprovecho su comentario para hacer el mio a modo conversacion. Otra maquina?.. Ernesto 2 ? Naaa!? Alguna nueva propuesta util para todos algo con lo que puedan trabajar los mas capaces ?! Por cierto donde estan? Otra corta y escueta frase? Cuba es de todos no importa como piensen hay que tenerles en cuenta. Y vale apurarnos en tratar de opinar y tratar de arreglar a ver si alguien capaz escucha y no tenemos que lidear con tener que alimentarnos de tripas o gallinas decrepitas.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 12:57 PM
¿Le parece que es pseudociencias Ernesto?, ¿en serio? Veo que no tiene usted muy bien identificados a todos los enemigos de la nación cubana. También son enemigos quienes dentro de Cuba se tapan ojos y oídos a conveniencia, o por ignorancia, para que en definitiva las cosas sigan igual y nuestro país no avance. Su comentario es el discurso del inmovilismo, que siempre busca callar a quien tiene una opinión no apologética sobre el país, o incómoda para quienes se benefician del status quo. Pero lo entiendo, creo que no es consciente de que eso es parte de las manipulaciones del lenguaje. Continúe siguiéndonos, que sobre eso escribiré en breve...
Adolfo. 15 septiembre 2020 - 11:51 AM
Atanasio dice que un nuevo Reino de Lesotho o Haity... De nuevo nada...Hace rato que en Cuba existe un feudo. Escondido tras la fachada de un estado socialista. Los hombres son lo mismo en cualquier sistema o lugar. El poder corrompe la mente en breve tiempo. Imaginemos que pasa en la mente de una persona en mas de 60 años las esferas del poder...que hace? Simple, esta gente llega a creer que tienen derechos especiales automaticos. Que estan por arriba de la ley.... Es tal y como lo describe Atanasio. Asi funciona. Los que estan en la cupula de los poderes. Saben bien que es lo que funciona enneste sistema...y lo que no, saben de la ineficiencia de las barbaridades, saben bien todo eso. Pero es mas facil tener el gusano debajo de la bota y bajo control, que arriesgarse a levantar pie y que se escape. Todos saben que es lo que hay que hacer para habrir una brecha de bienestar para los habitantes de esta isla. Pero no quieren arriesgar nada que pueda cambiar sus cómodas vidas.
Gladys Marel García 11 septiembre 2020 - 10:41 PM
Ivette muy acertado tu análisis
Gladys Marel García 11 septiembre 2020 - 10:47 PM
Ivette muy acertado análisis. Zenón en mi caso planteé este fenómeno al Cmdte Almeyda, que lo había observado durante mis 2 años en ese país Pude observar el abuso, el libertinaje y la corrupción desde el poder
Gladys Marel García 11 septiembre 2020 - 10:49 PM
Durante mis 2 años en Angola
Rafael 12 septiembre 2020 - 1:25 AM
La Joven Cuba ha ido madurando. Muy buen artículo este.
Victor A. Pancorbo López 12 septiembre 2020 - 3:13 AM
Este artículo me ha dado respuesta a una de mis más angustiosas interrogantes: Dónde estaría el origen de la carencia de principios y valores a la que hemos llegado? La pobreza? El sistema? Muchas gracias por la ilustración. Felicidades
María E Martínez 12 septiembre 2020 - 10:38 AM
Excelente artículo con un analisis detallado de la deplorable situación a la que ha llegado Cuba. Comenzó en 1959 y no se ha detenido, hoy ya no hay ni una ventana entera, todas están rotas. La corrupción, la delincuencia y la falta de civismo, educación y madurez en el país es enorme. Pobre Cuba, qué destrucción durante 61 años.
Shyri 12 septiembre 2020 - 10:57 AM
¿Cuándo fue que torcimos el rumbo? Los sociólogos tienen aquí material de estudio para su análisis. Creo que desde la misma génesis de la Revolución en el poder, se inició la lucha contra la burguesía derrotada y sobretodo, dentro de la lucha ideológica, el exterminio de sus reminiscencias pequeñoburguesas, la consigna era acabar de raíz aquellos gustos refinados, lenguaje culto, cortesía, amabilidad, etc. La conga decía: «La ORI, la ORI, la ORI es la candela, no le diga ORI, ¡dígale Candela!». Las normas de urbanidad y buenas maneras se fueron a la mierda. La chabacanería, la grosería, el lenguaje vulgar, la mala educación, el desorden, la suciedad, la gritería, la indecencia, la falta de higiene, la guapería barata, etc. se fueron entronizando en nuestra sociedad como atributos legítimos de los revolucionarios. ¿No les han contado de los cerdos criándose en las bañaderas en La Habana del Este? Esas cosas pasan en una revolución, lo que es inaudito que sobrevivan 60 años después y se tolere. Claro, las emigraciones autorizadas oficialmente por déficits de mano de obra calificada para el orden interior, en la Capital, han seguido nutriendo los barrios marginales de individuos de bajo nivel cultural, mal educados, prepotentes, carentes de una formación adecuada. Y ya aquí Dios los cría y ellos se juntan. Son las coleras y coleros, acaparadores, revendedores, guapetones, alardosos, abusadores. En fin, el mar.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 2:10 PM
Estoy de acuerdo con casi todos sus puntos de vista, Shyri. No puedo, sin embargo, dejar de pronunciarme en relación con la valoración que hace de quienes viven en otras provincias del país y vienen a radicarse en La Habana, atribuyéndoles responsabilidad por lo que ocurre en la capital. En primer lugar porque son cubanos como los capitalinos y porque lo que vale para explicar una parte del fenómeno, debe serlo también para enjuiciar el otro. En nuestras provincias hay mucho talento, que pasa las de Caín para abrirse paso por la preponderancia del centralismo habanero, como en todos los tiempos, pero cuidado, hay mucho talento!. El descuido de la educación cívica fue en toda Cuba y los altos niveles de instrucción también son una realidad a lo largo y ancho del país. A La Habana también han tenido que venir maestros y profesionales de todas las ramas.... Cada provincia tiene sus características, pero le puedo asegurar que en ellas hay más limpieza, más hospitalidad y más solidaridad que la que uno encuentra en La Habana. Para conocer a Cuba hay que salir de La Habana. Ahi van mis preguntas para que pensemos: ¿cómo puede mantenerse la limpieza pública en las provincias existiendo menos recursos y en muchos lugares hasta pobreza? ¿Por qué muchas personas que en sus provincias mantienen y respetan la limpieza pública, luego en La Habana tamibén arrojan desechos en la calle como hacen los de aquí? ¿Qué condiciones crea la capital para que realmente sea de todos los cubanos? Porque lo es. ¿Por qué la gente emigra de sus provincias hacia la capital? Otra vez la visión integral del asunto, otra vez las condiciones, a las que en este caso se agrega que el fenómeno ocurre en todas partes del mundo, pero que yo sepa, en ninguna se les expulsa. Todos los cubanos deberían poder vivir donde quisieran en su país, es un derecho. Y la capital debe tener una atención especial por su complejidad y porque tamibén debe estar lista para que los cubanos puedan ejercer ese derecho. ¿Deberíamos estar de acuerdo con las deportaciones que se hacen de gente humilde establecidas en La Habana, hacia sus provincias de origen?? Disculpe, soy habanera, pero por encima de todo somos cubanos...
Shyri 13 septiembre 2020 - 9:58 AM
Muchas gracias Dra. Ivette por su deferencia en leer y comentar lo que escribí sobre su artículo. Me siento honrado. ¿Sería yo capaz de culpar a los que emigramos a la Capital, de los muchos males que la aquejan?. ¿Cree Ud. que ignoro los sacrificios que hay que hacer para procurarse un futuro mejor en la Capital cosmopolita que se dice ser de “todos los cubanos”? A La Habana llegué con 11 años, solo y con siete pesos en los bolsillos. Aquí estudié y me gradué, formé una familia que quería fuera más cubana que habanera, pero es tan habanera como cubana. Me hice profesional y lo más importante: creo que he sido útil a mi patria. No sabré yo el enorme talento, muchas veces desperdiciado e ignorado, que hay en toda nuestra geografía. Ni el aporte que hacen los miles de personas que de todo el país y todos los sectores vienen aquí a realizar sus proyectos de vida y forjar sus familias. Estoy de acuerdo con Ud. en que nadie debía ser deportado a sus provincias de origen. Nuestro modelo no ha sido capaz de dar solución adecuada a este grave problema social, como a otros tampoco. Por último me referiré a la particularización que hice del origen de coleros, revendedores y especuladores en La Habana en Pandemia y que a lo mejor estoy equivocado. Lo cierto es que al igual que otros muchos ciudadanos, he estado observando las características de esas personas que como hordas, de día y de noche, se adueñan de las colas, irrespetan, ofenden, amenazan, intimidan e incluso agreden a los ciudadanos decentes y necesitados que no les queda otro remedio que ir a esas colas para poder comer ellos y sus familias. He observado con indignación que muchas de esas actitudes y actos reprimibles se hacen bajo la mirada cómplice de agentes del orden, soy testigo de haber visto a policías cuidando enorme cantidad de jabas con pollos, salchichas y picadillo debajo de un árbol en Playa. Me remito a un comentario que leí en Cubadebate de una señora que se quejaba de por qué la policía no actuaba contra esas “manadas” si eran tan fáciles de identificar, decía, visten igual, con bermudas, zapatos tenis, usan mochilas o maletines y tienen hasta un olorcito característico (Sic).
Ivette García 13 septiembre 2020 - 5:09 PM
A usted las gracias Shyri, por esta segunda reflexión que comparto 100%. Y me alegra mucho porque es de las cosas que más nos pueden unir o desunir como pueblo. Justo mi próximo texto tiene que ver con este tema, es algo que me preocupa hace mucho tiempo y debemos crear puentes que nos ayuden a concentrarnos en los problemas fundamentales, desde una posición unitaria.
Juanma 12 septiembre 2020 - 11:40 AM
Excelente articulo. Solo quería añadir una vivencia: hace pocos años un amigo y yo fuimos, por cuestiones de trabajo, a Basel (Basilea) en Suiza. Desde que llegamos la limpieza era tan grande que a mi amigo le daba pena escupir hasta en algún cesped. Por cierto una ciudad que tiene barrios donde los apartamentos estan pegados unos con otros y son bastante pequeños, tiene callejuelas que puedes, si extiendes los brazos, tocar las casas a ambos lados. Pero hay un silencio y un ambiente envidiables. Macetas con flores y fuentes preciosas. Desde que entras al pais, desde Francia, solo una pequeña bandera en una garita custodiada donde no siempre te paran. Sin carteles al estilo: Suiza potencia cientįfica y económica. Creo que la solución es difícil y nos tomará años, en el mejor de los escenarios. Aunque creo que todo comienza con un contrato justo con el pueblo. La constitución suiza que después lei, que se descarga fácil de internet en español, se la recomiendo a los lectores, se lee de un tirón y es más pequeña que la nuestra. Lo siento pero despuěs que lees algo así no pude aprobar la nuestra. Ah se me olvidaba, cuando llegamos a Cuba y nos tomabamos unos resfrescos en el carro que nos llevaba, mi amigo acabó el suyo y lo botó por la ventanilla. Se puso en modo Cuba! Gracias a Ivette y a Alina.
Lixandra Escobar 12 septiembre 2020 - 2:34 PM
No soy letrada como los que han escrito y puede que no pueda explicarlo tan bien como ustedes, pero mi interrogante es la siguiente:¿ y que hacemos desde nuestra parcela los demás, los que no somos gobierno,¿porque mirar siempre para el lado, y no hacia dentro?. Mucha responsabilidad nos atañe, y me siento responsable, por supuesto, aunque haga algo que no veo repetirse en mis congeneres, llamar la atención, regañar, corregir, educar, instruir, desde esa perspectiva voy haciendo mis reparaciones de ventanas, ¿a que estamos esperando?¿ a quien estamos esperando?.
Ivette García 12 septiembre 2020 - 9:28 PM
Usted se ha explicado perfectamente Lixandra. Me permito trasladarle mi opinión, porque durante mucho tiempo pensé más o menos como usted. No crea, somos muchos los que hacemos reparaciones de ventanas hasta donde podemos, o en nuestras parcelas, como usted dice, pero es que ese no es el asunto, no es una cuestión de parcelas. Lo hacemos, pero de esa manera seguimos dando soluciones aisladas y por tanto muy limitadas. !Porque hablamos de un país!! La educación cívica es también para eso que usted reclama. Se perdió, pero de todas maneras no basta, es una cuestión de la sociedad toda y nuestra influencia con ciudadanos no llega a tanto. No sé si se ha fijado que hasta de regañar la gente se cansa y termina recogiéndose. Si uno va a regañar y corregir todo lo que encuentra mal en Cuba hoy, desde que amanece, es a uno a quien le da un infarto. Por eso la iniciativa individual no basta cuando de estas cosas se trata. El Estado existe para regular los procesos y la convivencia ciudadana en un Estado nacional, los órganos represivos están para controlar el orden y en un país como Cuba donde el modelo ha sido tan estatista, tan centralizado, donde el Estado ha tenido y tiene el monopolio hasta para decidir dónde y cómo se recoge la basura o qué edificio se repara, pues con más razón todavía. Es así, no puede ser de otra manera. En otros muchos países donde no hay socialismo y los Estados tienen menos competencias, el empleo estatal y el dominio estatal sobre la economía es ínfimo, es de todas maneras al Estado al que le corresponde diseñar una política para evitar ventanas rotas y reparar en el menor tiempo posible cuando una se rompe.
Amauris 12 septiembre 2020 - 9:17 PM
Exelente artículo , muy bien logrado, Este fenómeno está tan araufagfo en la sociedad, que es normal y aceptado, es parte de la supervivencia misma, y lo peor es lo que tú dices y yo no me canso de repetir siempre atacan el problema y no el origen del mismo, y hasta hace un tiempo pence que a lo mejor era porque no se le hacía obvio lo que para mí si lo es , hasta que he comprendido y he llegado a la firme convicción que no pueden atacar el origen pirwue se atacan a sí mismo, hoy converse con un gran amigo y exelente historiador y resulta que también tiene mi mismo criterio. No les interesa, lo importante es tener a quien culpar en este caso es el pueblo, lo que realmente les interesa es mantenerse en sus puestos a toda costa..
Orlando 12 septiembre 2020 - 11:29 PM
Excelente exposición, mis humildes felicitaciones.
MUTATIS MUTANDIS 13 septiembre 2020 - 4:01 PM
Me atrevo a amenizar e ilustrar un poco, sin que nadie me lo haya pedido, con algún ejemplo, cómo los cubanos hemos ido dejando huellas desagradables por el mundo con nuestra conducta impropia, que es resultado de haber hecho equivocada interpretación de ciertas normas de conducta en sociedad, que parten del respeto al derecho de los demás. De alguna manera la imagen estereotipada fabricada por los medios yankis del cubano: guarachero, guapachoso, mujeriego, vacilador, vividor, machista, timador, vago, alardoso, titiritero, bailador, bebedor, etc., etc. Por otro lado la proletarización de los modales, gustos, preferencias culturales y estéticas con la llegada de la Revolución transformadora, puso también, no ya su granito de arena, sino sus gravillas. Encontrándome en un evento internacional en el Palacio de las Convenciones, en el apogeo del eufemísticamente nombrado Período Especial, una importante y famosa compañía productora y comercializadora de aceites y lubricantes invitó a los delegados tanto nacionales como extranjeros a un coctel de clausura en un salón de la primera planta. Aquél fue uno de los espectáculos más desagradables y denigrantes que he presenciado en toda mi vida. Era una mesa redonda enorme, tipo bufet, repleta de manjares deliciosos. Excepto caviar y boniatos había de todo lo demás, apropiado para este tipo de evento. Todo comenzó con mucha discreción y timidez, la avanzadilla se acercó en misión exploratoria y de pronto, como si un corneta hubiera tocado a degüello se abalanzó aquella caballería desbocada sobre las fuentes, armados con tenedores, platos y jabitas de nylon. Los pocos anfitriones presentes se retiraron entre asustados y avergonzados. La línea aérea panameña Copa Airlines, tiene un programa de estímulo para viajeros frecuentes, como casi todas las líneas aéreas del mundo. Ésta en particular se nombraba One Pass y como “las mulas” viajaban mucho (antes de la Pandemia) a comprar pacotilla en la Zona Libre de Colón, Panamá, muchos de ellos habían alcanzado categorías Plata, Oro y Platino , que les permitía ascender y viajar en clase ejecutiva y hacer uso del Salón VIP de la Línea aérea en el Aeropuerto de Tocumen. Allí fui testigo cuando las hordas entraron en el Salón de Protocolo y se apropiaron de cuanto alimento allí había servido: croissanes, panquesitos, panecillos, galleticas de soda, lascas de jamón y queso, minidosis de mantequilla confitura, miel. Ni las manzanas y plátanos fruta Cavendish se libraron de ser acomodados en bolsas, mochilas, maletines, carteras y hasta en los bolsillos. Y todo aquél festín piratesco o bucanero en medio de un jolgorio lleno de chusmería, malas palabras subidísimas de tono, sin respetar nada ni a nadie. Un señor, sentado en la butaca de piel al lado mío, levantó la vista de la Estrella de Panamá que leía y solo dijo contrariado: “llegaron los cubanos”. Ya en pleno vuelo a La Habana, cuando la azafata me pregunta qué bebida prefiero, le digo en mi más castizo español: Zzzumo de naranjassss, por favor.
Odalys 14 septiembre 2020 - 5:31 PM
Esa experiencias la vivi, en un viaje por CopA, es imposible de describir la verguenza ajena que senti.
Saúl Seijo 14 septiembre 2020 - 1:47 PM
Hoy descubrí La Joven Cuba, felicitaciones por sus artículos. El Experimento de las Ventanas Rotas. Stanford ha sido una universidad pionera en muchas investigaciones y los 60’ fue etapa especialmente prolífica. Que bueno que lo hayan aplicado a Cuba. Gracias por existir.
Rafael Perez 14 septiembre 2020 - 3:48 PM
Excelente análisis de una realidad que nos golpea a todos, bueno, a los de abajo.
Odalys 14 septiembre 2020 - 5:32 PM
Ivette, genial su articulo
Ivette Penso 15 septiembre 2020 - 12:35 AM
Zimbardo, ese mismo que para defender a los soldados norteamericanos que torturaban a supuestos terroristas en Guantanamo, se basó en un experimento éticamente cuestionado conocido como la Prisión de Standford. Un experimento nacido en las hordas nazis. Digame usted Sr inteligente si el problema de Nueva York se arregló de verdad arreglando ventanas. Pues basta ir mas allá de la 7ma avenida para ver los serios problemas de esa ciudad, el crimen, la droga, la prostitución. Veo que ha engañado varios con esa teoria, claro es mas fácil decir "Por que los hombres buenas hacen cosas malas" Yo diria como una sociedad mala hace cosas cada vez peores. Mire como tiene a esos tontos diciendo que se debe aplicar a Cuba.
Ivette García 15 septiembre 2020 - 6:52 PM
Ivette Penso, ser errático en un caso, si es como usted lo relata pues no conozco el experimento de Guantánamo, no significa que lo sea en el resto. No obstante, no fue Zimbardo el único que aportó a la teoría de las ventanas rotas, la ciencia avanza por aproximación sucesiva, como evidencio en el texto. Es legítimo buscar también en las teorías de diversas ciencias la explicación y hasta posibles soluciones a nuestros problemas como país, aplicándolas si es el caso, no copiándolas por supuesto. Por cierto, se trata de una mayor fundamentación de muchos de nuestros problemas actuales amparados en la ciencia, porque el sentido común también nos dice, hasta en nuestro ámbito más privado, la casa, que los problemas se resuelven mejor cuando son pequeños que cuando son grandes, cuando la corrupción es un delito y no se ha convertido en estado mental tolerado por muchos. Es preciso procurar puentes y diálogos respetuosos para que podamos ser una sociedad mejor, evitándonos expresiones infelices como la que usted emplea al final de su comentario, que no hacen más que ratificar el diagnóstico expuesto en este texto y argumentado por muchos de los foristas. !Qué pena que no le haya llegado el mensaje!!
Ivan 15 septiembre 2020 - 4:07 PM
Desgraciadamente muchos andan con las roturas de sus ventanas a cuestas y han hecho de esa aprendida lucha un modo de andar. Es muy común encontrar cubanos que ven bien tener un seguro de auto falso y una cuenta de acceso a Internet pirata porque así se han acostumbrado a vivir, cautivos de sus mentiras.
pancho 15 septiembre 2020 - 10:07 PM
Colegas, para un experimento antropologico de ventanas rotas, Cuba seria un tamaño de muestra gigantesco y necesario, ademas, para corroborar el experimento original con solo dos ventanas o cuatro con la replica q ha generado tantos argumentos...creo q hay incluir en la muestra las ventanas impecables o sin romper, muchas de ellas estan en lugares especiales
Jny 16 septiembre 2020 - 10:32 PM
Cuando tengo situaciones complejas a analizar, intento reducir a una menor escala el fenómeno, debe ser algún modelo que he leído y estudiado pero ahora no recuerdo su nombre. En estos momentos en mi apto tengo varias ventanas rotas, dígase problema con tanque d agua, pilas rotas, falta d pintura en su interior y exterior, si el ingreso por el trabajo honrado y con mi intelecto que realizo, solo alcanza para alimentación, aseo y rara vez vestimenta y calzado, lo empleo en pintura? Lo lógico sería que priorizara el tema del agua, las pilas, seguridad en rejas, que en pintura exterior, no? Qué haces cuando tienes tan poco recursos? Cómo lo distribuyes? Y en este punto tiene razón que es total responsabilidad del estado, distribuir y decidir dónde emplear los pocos recursos. Ahora, aún en la necesidad, es decoro y ética d los hombres para consigo, los suyos y sociedad, debería primar siempre. Qué diferencia hay en lo social y lo estatal? Para mí es lo mismo, es de todos, x lo tanto, lo debo cuidar más. Y cualquier acto d corrupción, robo, no es en detrimento a una persona, es a todos. Espero que todos los días hagamos buenos actos por todos. Slds
Liz 18 septiembre 2020 - 6:09 PM
Excelente articulo y muy buenas sus propuestas sociológicas, el trabajo de campo antropológico lejos de estudiar la sociedad la enriquece con sus resultados. Debería el gobierno abrirse hacia estas variantes, ver el estado de animo poblacional y las causas que generan tan precarias conductas sociales. Es lamentable que sea ya la carencia, la falta de rigor gubernamental, la corrupción y otros tantos fenómenos los causantes de la poca moral social cubana. Sin olvidar querida, que una crisis económica acarrea una crisis de valores... Ya sea en las altas esferas gubernamentales o en los cubanos de a pie.
At 18 septiembre 2020 - 11:20 PM
Mejor explicado no pueden estar fenómenos psicología-sociedad de los que siempre he tenido duda, por la forma tan "normalizada" en que están. Hoy mismo, me paso algo grave muy relacionado con el tema y esto me ha hecho reflexionar. Gracias

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