La unificación cambiaria y la reforma de precios y salarios

El peso cubano aún no recupera su soberanía plena como moneda nacional porque no cumple con las funciones del dinero en todo el territorio (Foto: Jorge Luis Baños/IPS)

Finalmente, a partir del día 1 de enero de 2021 se producirá la tan dilatada unificación monetaria y cambiaria que, en la práctica, significa que desaparecerá el llamado «peso convertible» (CUC) y se establecerá una tasa de cambio única de 24 pesos cubanos (CUP) por dólar (USD), que es la tasa de cambio de compra que ha existido entre el CUC y el CUP desde la implementación del primero en 2004.

En realidad, ésta no será una unificación monetaria total porque con la apertura de las tiendas en moneda libremente convertible (MLC) se mantiene la dolarización parcial de la economía y la segmentación del mercado doméstico de ciertos bienes que sólo se venden en dichas tiendas usando depósitos bancarios en esas monedas. Así las cosas, el peso cubano aún no recupera su soberanía plena como moneda nacional porque no cumple con las funciones del dinero en todo el territorio, no tiene curso forzoso ni fuerza liberatoria ilimitada.

Por esta razón, en mi opinión, se mantiene la situación de dualidad monetaria entre el peso cubano y las monedas libremente convertibles permitidas para realizar estos depósitos y que se resumen en el dólar estadounidense porque, a fin de cuentas, las otras –euros, libras esterlinas, dólares canadienses, francos suizos, etc.– son convertibles en esa moneda y es en dólares que se establecen los precios de esos productos en dichas tiendas.

La tasa de cambio

La tasa cambiaria anunciada de 24 CUP por un dólar estadounidense indica que el régimen cambiario será el de un tipo de cambio fijo oficial, es decir, se devalúa la moneda nacional en 24 veces y el nuevo tipo de cambio queda fijo hasta que dicha tasa oficial se modifique. Este régimen cambiario implica, en la práctica, el establecimiento de un «anclaje nominal», donde el peso se mantendrá fijo respecto al dólar y variable frente a las demás monedas, siguiendo el curso de la moneda estadounidense.

Para expresarlo con un ejemplo, en el día de hoy 1 USD equivale a 0,8225 euros (EUR), por lo que, de mantenerse ese tipo de cambio entre esas monedas, 1 EUR sería igual a 29,18 CUP. Si un día después, 1 USD se cambiara por 0,81 EUR, entonces 1 EUR equivaldrá a 29,62 CUP. Es decir, la tasa de cambio del peso con el dólar será fija, pero con las demás monedas libremente convertibles será variable en la proporción en la que cambia el valor del USD respecto a ellas.

El adoptar esta tasa significa que el gobierno ha optado por mantener la paridad de 1 USD igual a 1 CUC, puesto que esta es la tasa oficial que existe en la actualidad, pero en la cual no se encuentran dólares para la venta. Por esta razón, ha surgido un mercado subterráneo en el que un USD se cotiza entre 1,50 y 1,90 CUC, esto es entre 36 y 45,60 CUP. Y podría seguir subiendo en la medida en que se profundice la escasez de divisas.

El mercado subterráneo aparece cuando en los precios no se reflejan las condiciones del mercado. De la misma forma que se pueden transar bienes en el mercado subterráneo, se transan monedas.

Esta mayor devaluación en el mercado subterráneo se debe a varias razones, entre las que se destacan: 1) la escasez de oferta de USD en el mercado oficial que no se refleja en un cambio en los precios y 2) en la excesiva emisión de CUC, rompiendo la anterior «caja de conversión», según la cual cada CUC que circularía en la economía nacional representaría a un dólar en las reservas del país.

Así las cosas, la tasa cambiaria oficial adoptada por el gobierno es, frente a las condiciones del mercado, una tasa de cambio sobrevaluada y esto es un error de entrada. Una tasa de cambio sobrevaluada significa que la moneda nacional vale más de lo que debería valer y eso afecta la competitividad de las exportaciones y abarata las importaciones, por lo que no se solucionaría plenamente los problemas que llevaron a adoptar la medida de devaluar que, dicho sea de paso, debió adoptarse hace muchos años.

Es muy difícil determinar cuál debería ser el nivel adecuado de la tasa de cambio, pero la teoría económica sugiere que tendría que estar en torno a las condiciones de equilibrio que permitan establecer los precios relativos que conectan a la economía nacional con la economía internacional. Pero la economía cubana tiene muchísimas distorsiones de precios, debido al sostenimiento por mucho tiempo de una tasa de cambio oficial totalmente irreal, a causa también a la segmentación de los mercados y, en consecuencia, por la desconexión de la economía nacional con la internacional.

A falta de esto, lo recomendable habría sido adoptar un tipo de cambio que se acercara a las condiciones del mercado actual, tal y como ocurrió cuando se crearon las CADECA, después de superarse la gravísima devaluación del peso en el mercado negro cuando el dólar estadounidense llegó a valer entre 120 y 130 pesos cubanos a principios de los años noventa del siglo pasado.

Con la escasez actual de divisas y con la imposibilidad por parte del Estado de ofrecer dólares estadounidenses a 24 pesos cubanos, lo lógico es que aparezca un mercado paralelo en el que el dólar se cotice a un valor mayor. Entonces, seguimos en las mismas, los dólares se canalizarán hacia el mercado informal en lugar de dirigirse a los canales del mercado formal.

En esas condiciones puede crearse un diferencial considerable entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio del mercado negro, que beneficiará a los operadores de este último y creará nuevas distorsiones.

Por otra parte, para establecer un tipo de cambio fijo en un sistema de «anclaje nominal» es necesario que existan condiciones macroeconómicas que permitan que ese tipo de cambio esté económicamente fundamentado y esto es, entre otras cosas, una inflación moderada en torno a la del país emisor de la moneda de referencia; un tipo de interés cercano al tipo de interés del banco central del país cuya moneda es la referencia; así como que los precios relativos permitan conectar a la economía nacional con la economía internacional y, en consecuencia, con ese tipo de cambio se asegurarían tanto la convertibilidad interna como externa de la moneda nacional.

Si la convertibilidad interna se rompe al tipo de cambio establecido por escasez de oferta de la divisa extranjera, quiere decir que ese tipo de cambio no es el adecuado.

En las condiciones de la economía cubana, habría sido preferible colocar un tipo de cambio de partida más alto y en torno a los niveles en los que está en el mercado paralelo e irlo ajustando hacia la baja en la medida en que la economía mostrara signos de recuperación en términos de crecimiento, así como a partir del mejoramiento de su nivel de inserción internacional y siempre siguiendo la tendencia del mercado.

Los precios, los salarios y las pensiones

Además del anuncio relacionado con la nueva tasa cambiaria entre el dólar y el peso, se promulgaron varias normas legislativas, tales como decretos-leyes del Consejo de Estado sobre la implementación del llamado ordenamiento monetario, sobre el cálculo del sistema de pensiones y de subsidios a la seguridad social, modificaciones a la Ley del Sistema Tributario, establecimiento del arancel de aduanas para las importaciones sin carácter comercial y otras normas legislativas.

También, decretos y acuerdos del Consejo de Ministros sobre precios y tarifas, sobre la modificación de la Ley de Seguridad Social, entre otros; así como resoluciones del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para establecer el nuevo sistema de salarios y de pensiones.

El espíritu de las normas responde a la lógica de una economía centralmente administrada en la que los precios y los salarios son establecidos por la autoridad de gobierno central y no por el mercado. Así, por ejemplo, se establecen los precios máximos de acopio de una amplia gama de productos agropecuarios, también los precios minoristas de la casi totalidad de la canasta básica alimenticia de la población.

Se anunció que se mantendrían temporalmente subsidios a ciertos bienes relacionados con dietas de personas enfermas y de niños pequeños, a pesar de que se anuncia que la lógica de los subsidios es orientarlos a las personas necesitadas y no a los bienes que adquiere toda la población, lo cual es una medida correcta.

Se estableció una nueva escala salarial compuesta por 32 niveles que van desde 2.100 pesos (87,50 USD) a 9.510 pesos (396,25 US), con ciertos pagos adicionales por formación académica postgraduada –maestrías y doctorados– o por «condiciones laborales anormales». Adicionalmente, se ajustaron los niveles de pensiones de los actuales jubilados y que quedan entre 1.528 y 1.733 pesos, valores que están por debajo del salario mínimo, aunque se multiplican por entre 3,5 y 5,5 veces respecto a los niveles actuales.

La realidad es que desde los noventa del siglo pasado se acumuló en Cuba una considerable brecha entre los niveles de ingreso promedio de la población y los niveles de precios de los bienes necesarios para la vida, y los aumentos salariales que se han producido a lo largo de estos años en reformas parciales no han compensado esa brecha.

Por otra parte, la fijación estatal de precios y el establecimiento de topes máximos no garantizan que no se produzca inflación, porque este fenómeno que es uno de los desequilibrios macroeconómicos que más afecta directamente a la población, no solo se manifiesta a través del incremento de los precios, sino también a través de la  escasez de bienes en los mercados formales, mientras que en los informales aparecen dichos bienes con precios considerablemente más altos, lo cual se vivió en Cuba ya durante el llamado Período Especial.

En las condiciones actuales, en las que se aumentarán los salarios a la inmensa mayoría de la población ocupada, que son las personas empleadas en el sector estatal, se eliminarán subsidios y se aumentarán los precios de la canasta de bienes y servicios a tono con el nuevo nivel del tipo de cambio oficial, pero con una escasa oferta de bienes agropecuarios e industriales, lo más probable es que suban los precios de todos los bienes y servicios que no se ofertan en los canales estatales, porque también aumentan considerablemente costos muy importantes como la energía o la fuerza de trabajo empleada, para poner solo dos ejemplos básicos.

Lo más grave de la situación de un aumento generalizado de precios que supere el incremento de los ingresos es la vulnerabilidad de la población de bajos ingresos, en la que no solo están las categorías de trabajadores cuyas labores son de menor complejidad, sino también la totalidad de las personas jubiladas, cuyas entradas están alrededor de lo que se calcula como la «canasta básica».

Entre estas últimas personas se encuentran profesionales de alto nivel de formación, científicos, artistas, educadores, técnicos, obreros calificados, muchos de los cuales han trabajado 25-30 años o incluso más y quienes, además, aportaron como generación, una alta cuota de sacrificio personal en el proyecto revolucionario.

A estas personas se les ha debido ajustar esa pensión a las condiciones en las que se jubilarían quienes en la actualidad se desempeñan en las funciones que ellos cumplieron en el tiempo en el cual tuvieron una vida laboral activa. No es lógico que esas personas se vean necesitadas de asistencia social cuando deberían recibir ingresos adecuados a su trayectoria laboral.

Lo que falta

Estas reformas estaban identificadas como imprescindibles desde hace mucho tiempo, mucho antes de que la dirección política del país las incluyera en los lineamientos de política económica y social en 2011. Pero desde la fecha en que su necesidad fue reconocida por los dirigentes hasta que se implementen habrán pasado diez años. En todo este tiempo se han agudizado los problemas estructurales de la economía cubana y también se ha enrarecido el contexto internacional.

El recrudecimiento del bloqueo estadounidense, los efectos devastadores de la pandemia, así como los problemas estructurales de un sistema económico que no funciona adecuadamente, colocan al país en el peor momento para realizar cambios que, como se dijo, resultan imprescindibles.

Adicionalmente, el gobierno no adopta las medidas necesarias para estimular el crecimiento de la producción. Lo que se ha anunciado hoy afecta a la esfera de la circulación, pero no asegura un aumento de la producción de bienes y de servicios, y su insuficiencia es el principal problema que tiene la economía cubana y esto no se soluciona con llamamientos ni con consignas, sino con medidas económicas.

La liberación de las trabas que frenan la expansión de las fuerzas productivas no puede ser una consigna sin contenido real. Estas medidas podrían resumirse en las siguientes:

1) adopción de una profunda reforma en el funcionamiento del sector agrario, sin topes de precios de acopio, de forma tal que los campesinos y demás trabajadores del sector encuentren estímulos suficientes en el aumento de la producción y el mejoramiento de los rendimientos;

2) estimular el emprendimiento empresarial a partir de la autorización a la formación de microempresas, pequeñas y medianas empresas sin restricciones de tipos de propiedad y de gestión;

3) la adopción de una reforma de la empresa estatal conducente a su autonomía económico-operativa;

4) eliminación de los monopolios estatales del comercio exterior, de la banca y las instituciones financieras, del comercio minorista y mayorista, y de los servicios de comunicaciones, entre otros de forma tal que la actual escasez de recursos del Estado no frenen su desarrollo;

5) creación de un marco legal adecuado para estimular la inversión extranjera directa y, especialmente, la de emprendedores cubanos residentes en el exterior;

6) concentrar la labor del Estado en la conducción estratégica de la economía desde el punto de vista macroeconómico y en la regulación del mercado, para evitar sus fallas sin que ello signifique reemplazarlas por el excesivo control que asfixia el emprendimiento.

Mientras no se aborden las reformas necesarias que conduzcan al incremento de la producción de bienes y de servicios, será prácticamente imposible salir del estancamiento en el que se encuentra la economía cubana.

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17 comentarios

tony crespo 11 diciembre 2020 - 10:15 AM
DE BUENAS INTENCIONES ESTA LLENO EL INFIERNO.... .profesor: si el estado adopta las 6 medidas sugeridas por usted que son lógicas y funcional significa que renuncia a su papel implícito en la nueva constitución en que el PCC es la fuérzales dirigente de la nación e implica su DESAPARICIÓN como poder gobernante y esa perdida del poder absoluto NO lo va permitir la dirigencia actual aunque signifique la ruina de lo poco que queda de país funcional. Por tanto se prolongará el estado actual como ÚNICA forma de mantener el poder absoluto del PCC...recuerde de lo que se trata no es de economía sino del poder absoluto y como conservarlo sin ponerlo en peligro cueste lo que cueste al resto de la nación ellos lo saben que están jugando con fuego y se pueden quemar
dario45666 11 diciembre 2020 - 10:16 AM
claramente explicado,......sin una moneda fuerte,con respaldo material,ligada a la realidad del mercado,solo el dinero es papelitos....sin aumento de la productividad,incentivar a los productores,inversion extranjera en ramas productivas ,competitivas y liberacion de los mercados,asi como una tasa de coversion variable,todo es papelitos y bla,la.......
Livio Delgado 11 diciembre 2020 - 10:35 AM
Excelente resumen de lo ya definido por llegar en unos días y de las acciones tambien urgentes y vinculantes que se han dejado sin definición ni acción, muy de acuerdo con sus puntos de vista. En cuanto a la tasa de cambio fija sobrevalorada del peso cubano se necesita un poco de tiempo para que el cúmulo de cambios económicos re escriban las nuevas relaciones económicas comerciales de los ciudadanos y el estado como ente regulador, pero sigo pensando que lo que se haga o no en los próximos 3 meses en la producción agropecuaria en su campaña de frío que aporta más del 70% de la producción total anual y la agroindustria acompañante, definirá si la crisis alimentaria y la inflación galopante de precios de los alimentos no deriva en otras crisis más estructurales que complique más aún el ya complicadisimo día a día de los cubanos.
Mauricio De Miranda Parrondo 11 diciembre 2020 - 5:54 PM
Yo creo que la crisis estructural existe hace rato.
Sebastian 11 diciembre 2020 - 10:52 AM
Yo soy brutisimo en asuntos monetarios. Me compré el libro "Mercado de monedas para tontos", y se me quedó trabado en la garganta. Por ahí anda tirado. Pero yo me pregunto cómo es posible que Cuba, que tiene una economía que es improductiva, valore el dólar a $24.00 pesos. Irak, lleno de petróleo: 1190 dinares por dólar; Argentina: 82.20 pesos por dólar; Dong de Vietnam: 23,129.00 por dólar ( no en balde dong en Inglés significa caca de res). En Cuba sólo veo voluntarismo: Esta es mi finca y aquí tus dólares valen 24 pesos. Habría que probar el peso cubano en un mercado de dinero para saber su verdadero valor.
tony antigua. 11 diciembre 2020 - 11:43 AM
Fasten belt.
Miguel Ángel mesa 11 diciembre 2020 - 2:25 PM
A mi humilde criterio, todo lo planteado está muy bien, sólo que, a mi humilde criterio, para el criterio de los que implementaron y defienden este "ordenamiento" estos planteamientos, aunque sean los mas sabios del mundo, significan NADA. Que el peso este sobrevaluado y se corre el riesgo de q una buena parte de los dólares no llegue al Estado, eso se resuelve persiguiendo a los q cambien de manera ilegal, meterlos presos con buenas condenas, total ya se había hecho antes de despenalizar el dólar, allá por el 1994 y por su puesto, no podría faltar, exponerlos en el ntv, para q periodistas como Hugo den rienda suelta a su imaginación. Que hay peligro de inflación? Resuelto con lo mismo del caso anterior. Así todo lo que se pueda desviar tendrá una "represariosa respuesta", así funciona aquí.
Miguel Ángel mesa 11 diciembre 2020 - 8:38 PM
Perdonen, en mi comentario me refería a periodistas como Humberto López.
Lyliut 13 diciembre 2020 - 2:15 PM
Mejora no la veo por ninguna parte, ok, subirán los salarios pero los productos también y a una suma desorbitante. Cuando a mi entender, hay más demanda que oferta los precios se disparan y no alcanzarán los papelitos que nos dan como salario para cubrir todas tus necesidades, porque solamente corriente, gas, teléfono, canasta básica que no es tan básica, no son todas las necesidades de un ser humano con una vida meramente decente, necesitamos vestir, asearnos, salir, esas pequeñas cosas que nos ayudan a sobrellevar las cargas que desgraciadamente cargamos hace más de 60 años. Nada, que este cambio solo va a favorecer a algunos, otros, veremos como meros espectadores lo que nunca podremos alcanzar
Obinisa 11 diciembre 2020 - 3:26 PM
excelente su texto. le agradezco por compartir sus consideraciones. en lo personal, me resulta siempre muy gratificante ver que mis ideas y consideraciones están en línea con aquellos que conocen mucho más que yo sobre la materia. no soy economista ni me dedico porfesionalmente a ese campo. pero sí soy una persona interesada en múltiples temas, tanto más, cuando atañen a custiones esenciales para la vida como individuos y como sociedad. y esta es una de ellas. una vez más le agradezco por publicar sus comentarios y así compartirlos con todos nosotros.
Gus 11 diciembre 2020 - 4:51 PM
Ganar tiempo y Cuba seguirá igual. Cuba es un calco del sistema soviético y durante el proceso de desaparición de la URSS, cariñosamente llamado "desmerengamiento" por Fidel Castro, quedó demostrado hasta el cansancio que el Sistema no es reformable. Es decir; es esa bazofia improductiva que tenemos en Cuba hace 62 años o es capitalismo. Cuba está transitando hoy tortuosamente por su propio desmerengamiento tropical, pero al final tendremos que aceptar que como ya se ha dicho: el socialismo es un pésimo paréntesis entre capitalismo y capitalismo. Llámenle como quiera: sistema de mercado, liberalismo, neo lo que sea, pero es capitalismo. Lo otro no sirvió, no funcionó en ninguna latitud, para ninguna raza o idiosincrasia. No funciona. Es así.
Roger 11 diciembre 2020 - 6:10 PM
Pero el elefante en el cuarto no lo menciona, la militarizacion de la economia como estan reguladas por el gobierno.
Carlos 11 diciembre 2020 - 10:15 PM
Pero más allá de lo especulativo, la realidad es que detrás de la “buena noticia” de los aumentos que vendrán en breve, se esconde la tragedia de los despidos. A lo cual se sumará el descalabro de los nuevos precios que, muy distante de lo que fue prometido, se incrementarán en más de seis veces. Un ejemplo concreto son los nuevos valores del arroz, los frijoles y los huevos “normados”, es decir, los que “tocan por la libreta”, sin hablar del gas licuado cuyo aumento está rondando muchísimo más del 200 por ciento de su precio original de 7 CUP. En fin, que cubanas y cubanos entraremos al 2021 con un panorama laboral y económico de los peores en la historia de Cuba, en un escenario de conflictos sociales agudizados, en creciente efervescencia, y con un régimen dictatorial sin líderes a seguir, que se desmorona por días, en franco declive y que, de manera poco realista y torpe, se resiste a las reformas y, para colmo de males, emplea los recursos de los cuales dispone en blindarse en el poder mediante la fuerza bruta y los efectismos populistas. Saludos.
Julio González 12 diciembre 2020 - 3:58 AM
Nunca me publican los comentarios. Será porque no escribo lo que el equipo editorial de este sitio quiere q escriba. LJC se jacta de ser transparente y q quepan en su haber varios puntos de vista. Y después dicen que Cubadebate y Granma
Consejo Editorial 12 diciembre 2020 - 3:14 PM
Estimado Sr. González: Le pedimos que revise el modo o la vía que está usando para mandar sus comentarios. Nosotros no le hemos censurado ninguno, este es el primero que recibimos. Un saludo.
El Catalán 14 diciembre 2020 - 8:37 AM
Certero el análisis en cuanto a determinar que la tasa de cambio de 24 CUP no es la tasa de equilibrio. Otro elemento no comentado es la nueva tarifa eléctrica. Que es en resumen el futuro detonante, de la inflación. Y lo más interesante del artículo. Es el reconocimiento de que NO ES EL MOMENTO MAS OPORTUNO POLÍTICAMENTE HABLANDO DE APLICAR ESTE PAQUETE DE MEDIDAS. El profesor de Derecho Administrativo Garcini. Siempre dijo que todo Acto Administrativo tenía que tener un CRITERIO DE OPORTUNIDAD. OPORTUNIDAD POLÍTICA. Los economistas son los arquitectos de los sueños. Ya se encargarán otros de implementar los aciertos o los disparates.
Unificación cambiaria, reforma de precios y de salarios – Mauricio de Miranda Parrondo 14 diciembre 2020 - 6:00 PM
[…] Publicado en La Joven Cuba, 11 de diciembre de 2020. https://jovencuba.com/unificacion-cambiaria-reforma/ […]

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