Autoritarismo y capitalismo mafioso. La experiencia rusa
Rusia no es un modelo deseable para Cuba si el objetivo fundamental es iniciar una senda de desarrollo económico y social, y no conservar el autoritarismo a toda costa.
Rusia no es un modelo deseable para Cuba si el objetivo fundamental es iniciar una senda de desarrollo económico y social, y no conservar el autoritarismo a toda costa.
¿Quiénes van a quedar para trabajarle a la nueva clase capitalista cubana, asesorada para aplicar la solución rusa?
En la Rumanía de Ceaușescu confluyeron las peores características de la crisis del socialismo, lo que condujo al derrumbe de un régimen totalitario con derramamiento de sangre
En abril de 1989, siete meses antes de la caída del Muro de Berlín, quien sería el último líder de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, aterrizaba en La Habana como parte de su primera y única visita oficial a Cuba.
El fracaso de las reformas de Gorbachov deja, sin embargo, una gran lección histórica: la construcción de una opción política socialista solo puede ser posible en un sistema en el que prime la democracia política y la sociedad disfrute de libertades plenas.
Trascurren los días hacia el peligroso punto de no retorno en el que la tensión social mute al siguiente nivel, en tanto el circo del descrédito y la táctica de matar al mensajero no bastarán para mantenernos entretenidos.
La eterna espera y la desesperanza son el sino aparente de esta generación desarraigada, y ahí, precisamente, creo que está nuestro dinosaurio, en esa certeza y en la incertidumbre del futuro.
Los demonios de Rusia vistos a partir de dos elementos principales: la autocracia y el autoritarismo del sistema político y el retraso económico