Del queso y otros demonios
Un país cerrado a las oportunidades y la prosperidad, incluso desde una fábrica de queso
Un país cerrado a las oportunidades y la prosperidad, incluso desde una fábrica de queso
Cada vez más las decisiones pasan directamente de las empresas capitalistas a las agencias estatales, burlando la voluntad popular
El sector privado y el sector estatal representan distintos tipos de explotación
Solo puedo ser optimista, aunque existan tantas señales que auguren lo peor