La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto

MLC

Mercado cambiario

Mercado cambiario e inserción internacional de la economía cubana

por Mauricio De Miranda Parrondo 20 enero 2023
escrito por Mauricio De Miranda Parrondo

En los últimos días se ha observado una reducción del tipo de cambio de las divisas en el mercado informal cubano, que es por el momento el de referencia, ya que la venta de divisas en las CADECA, a un valor fijo adoptado por el Banco Central —cinco veces mayor que el precio oficial del dólar estadounidense—, no es capaz de asegurar la demanda de adquisición de moneda extranjera por parte de la población.

En el gráfico se observa también que el precio del dólar en efectivo supera el de los depósitos para su uso en tiendas en moneda libremente convertible (MLC), y mientras en el mercado mundial un euro (EUR) se cotiza a 1,08 dólares estadounidenses (USD) aproximadamente, en el mercado insular la proporción entre los precios de ambas monedas en pesos cubanos (CUP) es solo 1,018, lo que explica una preferencia por la moneda del país vecino.

Mercado cambiario

Tipos de cambio del mercado informal. (Fuente: El Toque)

Desde el 1ro de enero, tanto el EUR como el USD han perdido ocho CUP, mientras que el MLC ha perdido diez. El desabastecimiento que se verifica en las tiendas en MLC podría ser un factor que explique esta tendencia reciente, mientras que la disponibilidad de efectivo asegura una liquidez inmediata para viajar o acudir al mercado informal de bienes y servicios.

La reciente caída en la cotización de las divisas puede explicarse —entre otras razones— por el anuncio de las autoridades estadounidenses que ofrece treinta mil visas mensuales a cubanos, venezolanos, nicaragüenses y haitianos; al tiempo que se anuncia la deportación de personas que opten por entrar ilegalmente por la frontera norteamericana. El año pasado se produjo la mayor entrada de cubanos en Estados Unidos en los últimos cuarenta años, que superó ampliamente a la ocurrida en 1980 a través del puerto de Mariel.

Como he escrito en otras oportunidades, la crisis de la economía es estructural y requiere de soluciones estructurales. Una de ellas es, precisamente, la creación de un mercado de divisas transparente, con un tipo de cambio único y flexible, establecido por ese mercado y al que accedan libremente tanto las personas jurídicas como naturales.

El mantenimiento de tipos de cambio múltiples, con un tipo oficial sobrevaluado y sin fundamento económico y otro para transacciones de las personas naturales en CADECA, cinco veces más alto que el oficial pero con insuficiente oferta de divisas, lleva al mantenimiento del mercado informal de divisas, que es el único que funciona plenamente con arreglo a las condiciones de oferta y la demanda.

La actual situación genera severas distorsiones a la economía cubana. La dolarización parcial continúa segmentando los mercados, mientras que la existencia de tipos de cambio oficial y del mercado estatal que no reflejan las condiciones del mercado, están impidiendo a las empresas disponer de las señales que envía el sistema de precios relativos.

En tales condiciones no es posible adoptar las decisiones necesarias para mejorar la competividad, y tampoco se logra fomentar la producción nacional que sustituya importaciones si los tipos de cambio en que opera el comercio exterior son irreales y además sobrevaluados.

La dirigencia cubana ha priorizado históricamente mantener el control respecto a la economía y la sociedad, sobre las medidas para estimular el crecimiento y en consecuencia el bienestar de la sociedad, si estas últimas conducen al debilitamiento o pérdida de ese control. La persistencia en la utilización de mecanismos como la administración centralizada de recursos, la centralización de decisiones y los frenos sistemáticos al emprendimiento privado, lejos de favorecer al desarrollo económico lo han obstaculizado.

La economía cubana es abierta, lo que indica que depende en gran medida de sus relaciones económicas internacionales, debido a que con lo que produce no satisface las necesidades materiales de la sociedad. Sin embargo, en las últimas décadas esa dependencia se ha incrementado notablemente, toda vez que su industria está prácticamente paralizada, su sector agropecuario no satisface las necesidades alimenticias de la población ni de materias primas para el sector productivo, y depende de importaciones de combustible para responder a las necesidades energéticas de los hogares, las empresas y demás instituciones.

Cuando un sistema productivo resulta insuficiente para satisfacer las necesidades de la sociedad debe ser complementado con importaciones, pero para poder importar es necesario disponer de divisas, y para ello se necesita exportar. Si no se exporta lo suficiente para importar, resulta necesario buscar recursos externos que pueden provenir de la inversión extranjera directa o del endeudamiento externo. De lo contrario, sería necesario acudir a las reservas internacionales, en caso de que existan, para compensar los déficits externos.

Lamentablemente, los economistas no contamos con la posibilidad de analizar a profundidad la situación externa del país, debido a que la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), no publica los datos completos y actualizados de la Balanza de Pagos Internacionales. De hacerlo, podríamos obtener cifras oficiales no solo del comercio exterior de bienes y servicios, sino de las inversiones foráneas, los pagos por el rendimiento de los capitales invertidos o prestados, los movimientos del endeudamiento, así como los cambios en las reservas monetarias internacionales.

Tal opacidad suele indicar severos problemas en las finanzas externas, lo que desalienta el interés de potenciales inversionistas y estimula el de los llamados «fondos buitres», que buscan ganancias extraordinarias en el alto riesgo que pueden representar los deudores.

📌 Nota informativa de la Superintendencia del Banco Central de Cuba
👇👇👇https://t.co/R3voJm5ayr@marta_wilson@mayobrebcc@aquinbeta@RosaCantillo8@GarridoYaisel pic.twitter.com/yB7ceePkIW

— Banco Central de Cuba (@BancoCentralCub) January 13, 2023

La teoría económica en general reconoce la importancia que tiene la inversión en el crecimiento económico. Para mencionar apenas dos ejemplos: Marx decía que la acumulación de capital es la fuente de reproducción ampliada del capital; Keynes, por su parte, esbozó una teoría sobre el efecto multiplicador de las inversiones en la renta. Pero, como enseña la macroeconomía moderna, la fuente de la inversión es el ahorro, y en una economía cerrada solo es posible invertir aquello que se ha ahorrado, por lo que ambas magnitudes deberían ser idénticas.

No obstante, en realidad todas las economías del mundo son abiertas —aunque unas lo sean más que otras— porque ninguna es completamente autárquica y todas se ven expuestas a las relaciones económicas internacionales, por lo que no existe tal identidad entre el ahorro y la inversión.

Los países cuyo nivel de ahorro bruto es superior a sus necesidades de inversión —como China—, exportan ahorro al mundo en forma de inversiones o préstamos. Los países cuyo nivel de ahorro es inferior a sus necesidades de inversión —como Cuba—, importan ahorro externo, es decir, necesitan de la inversión extranjera o de los préstamos externos.

En los últimos años, la situación económica de Cuba podría resumirse en las siguientes características:

  1. Una economía en crisis, que entre 2017 y 2022 muestra una variación promedio anual del PIB de -0,7%, que es como si cada uno de esos años decreciera el PIB en esa magnitud, aunque en realidad solo decreció en los años 2019 y 2020, pero los crecimientos de los otros tres han sido exiguos.
  2. El sector productivo doméstico está colapsado. Sus más importantes ámbitos —agricultura, ganadería y silvicultura; pesca; minería; industria azucarera; industrias manufactureras no azucareras; y el suministro de electricidad, gas y agua— muestran cifras negativas en la variación del producto sectorial en la mayor parte de los años 2017-2021.
  3. Notable deterioro de la infraestructura, y subdesarrollo y escasa cobertura de los sistemas de transporte y comunicaciones.
  4. Las últimas cifras de comercio exterior de bienes y servicios disponibles (años 2020 y 2021) muestran un balance negativo, porque las importaciones superan las exportaciones y ambas decrecen. A falta de otras alternativas para disponer de divisas, las exportaciones de bienes y servicios se convierten en un límite para las importaciones, y si estas son imprescindibles para asegurar necesidades de inversión, de gasto público o de consumo, se convierten en una limitación para el crecimiento económico.
  5. Insuficiente capacidad de ahorro interno bruto, que requiere de la importación de ahorro externo. Sin embargo, la afluencia de capitales por vía de la inversión extranjera directa, e incluso por endeudamiento, está limitada por las sanciones económicas estadounidenses y por la baja puntuación que las calificadoras de riesgo otorgan a Cuba. La incapacidad del país para cumplir sus obligaciones externas, lleva a que cada vez resulte más difícil y costoso recibir recursos financieros del exterior, sin los cuales la economía difícilmente recupere una senda de crecimiento.
  6. La excesiva centralización de las decisiones y el excesivo control sobre las actividades no estatales asfixian el emprendimiento empresarial, que debería ser la fuente del crecimiento económico.
  7. Los errores de política económica han sido responsables en gran medida de la gravísima situación del país, que impacta negativamente sobre el nivel de vida de la población.
  8. La crisis económica ha afectado notablemente a la educación y la salud, que habían sido históricamente los pilares de la política social.

Informamos a la población que, en el transcurso de este mes enero, en el Hospital Ginecobstétrico Diez de Octubre, de la provincia de La Habana, lamentablemente han fallecido ocho recién nacidos con bajo peso al nacer y prematuridad.

👉https://t.co/QoLRY9uNN6 pic.twitter.com/aXVzO1BYFN

— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) January 17, 2023

Dicho esto, pareciera que desde el punto de vista estrictamente cambiario, y sin hacer referencia en este momento a todos los aspectos de la política económica y a los necesarios cambios institucionales y políticos a los que en otras oportunidades me he referido, resulta imprescindible —en mi opinión— adoptar las siguientes medidas de urgencia.

  1. Abandonar el monopolio estatal del comercio exterior y permitir el libre acceso de todos los actores económicos —con independencia del tipo de propiedad— al mercado internacional de bienes y servicios.
  2. Eliminar las tiendas en moneda libremente convertible y otorgarle al peso cubano la soberanía plena en las transacciones económicas y financieras dentro del territorio nacional.
  3. Eliminar el tipo de cambio oficial fijo, que no guarda relación alguna con la realidad económica del país; abandonar los tipos de cambio múltiples y adoptar un régimen cambiario flexible, en el que el Banco Central tenga capacidad de intervención para frenar las presiones especulativas.
  4. Crear un mercado cambiario legal y transparente, permitiendo su funcionamiento en bancos, instituciones financieras, casas de cambio estatales, así como la actividad cambiaria privada y cooperativa en forma de micros, pequeñas y medianas empresas. Al hacer transparente la actividad cambiaria, el mercado informal pierde su razón de existir y el mercado legal marcaría la evolución de los tipos de cambio y permitiría al banco central calcular una tasa representativa del mercado de referencia para los diversos actores económicos y la población en general.

Lo más probable es que con el funcionamiento de un mercado cambiario legal transparente, los tipos de cambio se muevan hacia valores cercanos al actualmente informal, lo que beneficiaría a los exportadores porque haría sus bienes o servicios competitivos internacionalmente en términos de precios o permitiría un incremento notable de sus ingresos en moneda nacional.

Al mismo tiempo resulta imprescindible que se elimine la mayor parte de las restricciones que limitan el emprendimiento, y se permita el funcionamiento de empresas privadas y cooperativas en muchas actividades en las que actualmente se prohíbe, de forma tal que el crecimiento de la actividad productiva conduzca al aumento de la oferta, lo que permitiría un descenso de los precios y un mejoramiento de la capacidad adquisitiva de la población.

En la medida en que aumente la producción doméstica y el peso cubano alcance la soberanía monetaria interna y su convertibilidad plena, sería muy probable una paulatina apreciación de la moneda nacional y, en consecuencia, un mejoramiento de la capacidad adquisitiva de la población.

Esto no es suficiente, sin embargo, para solucionar la crisis de la economía insular, que tiene en el sector externo uno de sus mayores obstáculos. Cuba debe incrementar sus ingresos por exportaciones, sustituir importaciones con producción doméstica y revertir la tendencia de deterioro de la balanza de pagos y de las reservas monetarias internacionales. Pero nada de eso se logra por decreto o mediante consignas políticas.

Con independencia de las posibilidades de incrementar los ingresos por turismo, que aún no repunta suficientemente, es imprescindible reconstruir los sectores productivos nacionales y la infraestructura. Como quiera que las fuentes domésticas de acumulación son insuficientes, resulta necesario facilitar el acceso al capital procedente del exterior por la vía de inversión directa. La legislación en tal sentido se ha flexibilizado recientemente, permitiendo incluso asociaciones de capital extranjero con empresas no estatales, sin embargo, ello no es suficiente.

No existen razones de peso desde el lado de los inversionistas foráneos para invertir en Cuba. Entre las limitaciones principales podrían mencionarse: escasa dimensión del mercado doméstico; subdesarrollo de la infraestructura de vías, medios de transporte y sistemas de comunicación; ausencia de independencia del sistema judicial cubano en caso de un litigio con las autoridades; mantenimiento de mecanismos de exclusión de derechos de la población cubana residente en el exterior, que en un nuevo contexto político distendido, y solucionado el tema de las garantías, podría invertir en el país; así como persistencia de las sanciones económicas de Estados Unidos.

Hace unos días, el profesor, investigador y ex ministro de Economía y Planificación, José Luis Rodríguez, publicó en Cubadebate un artículo en tres partes en el que analiza los problemas de la inserción internacional de Cuba a través de los años. En la segunda de ellas mencionó que Cuba había renegociado favorablemente préstamos por 54.200 millones de dólares y había obtenido un 82% de condonación, pero a renglón seguido reconoció que después, desde 2016, no había sido posible sostener el pago de la deuda restante.

Mercado cambiario

Como es sabido, esto ha llevado al Estado cubano —entre otras dificultades— a un litigio internacional relacionado con el impago de deudas adquiridas por fondos de inversión de alto riesgo en el mercado secundario. Esta situación, unida a la crisis económica y a la ausencia de datos sobre la situación de las finanzas internacionales, resultan factores que deterioran la calificación del riesgo-país y, por tanto, dificultan y endurecen las condiciones de acceso a recursos financieros frescos que son imprescindibles.

Finalmente, no parece viable que mejore la situación externa de Cuba sin que pueda acceder a organismos financieros internacionales multilaterales y regionales, como el Fondo Monetario Internacional, el Grupo del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Ello no será posible mientras se mantenga el veto de los Estados Unidos, por lo que resulta imprescindible el desarrollo de una diplomacia activa, que permita reencauzar el restablecimiento de relaciones diplomáticas y económicas normales entre ambos países y el desmonte de las sanciones económicas actuales como resultado de un proceso de negociación.

Para ello se necesitan pasos desde ambas orillas, y para comenzar, no porque Estados Unidos lo exija, sino porque lo requiere la necesidad de reconstruir la nación cubana, actualmente afectada por una fractura profunda.

El gobierno cubano debería abandonar la utilización de prácticas lesivas a los derechos humanos, como el encarcelamiento de quienes han realizado protestas; el hostigamiento o la imposición del exilio forzado a disidentes y críticos del sistema político; indultar a quienes se encuentran presos por motivos políticos y permitir el regreso al país de personas a las que se les ha impedido.

Asimismo, habilitar —mediante legislación complementaria— el ejercicio y no la restricción de los derechos que están contenidos en la Constitución; eliminar las restricciones de permanencia de ciudadanos cubanos en el exterior para conservar sus derechos y propiedades; y restablecer todos los derechos de los cubanos residentes fuera de la Isla en pie de igualdad con quienes residen en ella, incluidos el voto y la capacidad de participar activa y libremente en la vida política y económica nacional y contribuir al desarrollo del país.

No veo otra forma de reconstruir la maltrecha economía cubana, recuperar el crecimiento económico y mejorar el bienestar social que no sea en un sistema profundamente democrático, que admita el desarrollo de libertades cívicas y permita llevar a la realidad la máxima martiana de alcanzar la «dignidad plena del hombre». El camino puede ser largo y lleno de obstáculos, pero vale la pena trabajar porque se construya de forma pacífica, civilizada e incluyente.

20 enero 2023 18 comentarios 1,5K vistas
7 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Defiende

¿Quién nos defiende?

por Arturo Mesa 23 diciembre 2022
escrito por Arturo Mesa

Muchos de los aspectos que se debaten en la sociedad cubana actual tienen  que ver con el manejo de la economía por parte de las altas esferas del poder.  En ese tema ha existido mucha incomprensión sobre los asuntos que afectan a la población y, como resultado de ello, se ha optado por acusar a todas las voces críticas de ser «agentes pagados para una agenda de cambio», cuando en realidad, los primeros que no respetan los acuerdos concebidos en sociedad son los propios promotores de tales e imprescindibles cambios.

Si nos remontamos al año 2011, es válido recordar que el país realizó un ejercicio ejemplar de participación ciudadana al someter a debate público una serie de políticas denominadas «Lineamientos», que deberían significar un salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a producción y desarrollo.

Con el fin de implementar lo que allí se debatió y propuso, fue creada una comisión. La misma erró en sus acciones, como expresara Raúl Castro en su Informe Central al 8vo Congreso, al indicar que: «La Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo no logró organizar, de manera adecuada, la participación de los diferentes actores involucrados en la implementación de los Lineamientos». Sin embargo, mientras no se oficializaron sus desaciertos, las críticas que apuntaron a la Comisión de implementación, encabezada por Marino Murillo, fueron igualmente descalificadas al considerarlas malintencionadas.  

La pregunta entonces se hace evidente: ¿Quién  defiende a un ciudadano común de una acusación de ese tipo, o qué poder real tiene ese ciudadano de hacer efectivo un cambio que beneficie al país?

Bastaría leer los referidos lineamientos, desde el 240 al 254, para comprender que quienes debieron implementar cambios en beneficio del país no hicieron nada, mientras quienes criticaron tal falta de acción o enfoque fueron acusados de enemigos.  

Veamos por ejemplo el lineamiento no. 242: Elevar la eficiencia en la generación eléctrica dedicando atención y recursos al mantenimiento de las plantas en operación.  Esto fue promovido hace casi doce años —mucho antes de Trump, sus 243 medidas y la pandemia de Covid-19—, y qué ha sucedido al respecto.  

¿En qué quedó la intención de ampliar la generación eléctrica a partir de fuentes renovables de energía? ¿Dónde estuvo el verdadero obstáculo al  progreso del país? ¿Quién paga por las horas sin electricidad que hemos sufrido este año como consecuencia de no cumplir lo ya pactado. ¿Qué posibilidad de hacer efectivo un reclamo tiene una persona alejada de las instituciones de poder?  En otras palabras: ¿Quién nos defiende?

Digamos que usted piense que esas son medidas alejadas en el tiempo, y que, además, apareció una pandemia que hizo cambiar las prioridades. De acuerdo con eso, por tanto, mi siguiente paso sería acercarme un poco, hasta el más reciente texto sobre lineamientos y conceptualizaciones, presentado en junio del 2021, posterior al 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba —celebrado en abril de ese año— y titulado: «Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista.  Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el Periodo 2021 –2026».

Este nuevo texto cambió por completo la estrategia del país, teniendo en cuenta que muy pocos lineamientos del documento original quedaron intactos. Después de leerlo, podemos comprobar que las nuevas promesas comienzan a alejarse asimismo  de sus postulados.

Por ejemplo, en los aspectos relacionados con el empleo para el período 2021-2026 se concibe: «lograr que el trabajo en el sector no estatal, además de constituir una alternativa de empleo, contribuya de manera efectiva al desarrollo económico y social del país, en especial a nivel local; al encadenamiento productivo con la industria, otros sectores y actividades de la producción nacional y la inversión extranjera».

A pesar de este postulado, hoy apreciamos cómo se han eliminado beneficios fiscales para las nuevas mipymes y se interrumpe el ritmo de aprobación de las mismas, lo que perjudica desde su inicio la consolidación del emergente sector y, por ende, afecta el desarrollo económico y social del país.  ¿Y quién protege a esos futuros emprendedores y a nosotros del impacto de la no existencia de nuevas opciones? En fin, se impone nuevamente la pregunta: ¿Quién nos defiende?  

Defiende

 

Otro asunto tiene que ver con los lineamientos relativos a la política agroindustrial concebidos en el 2021. Son en total diecisiete acápites y, a la fecha, no se ha logrado nada considerable en materia de producción de alimentos, por el contrario, los precios siguen en ascenso y la escasez se mantiene. Leamos lo que enuncia uno de estos diecisiete lineamientos, el 123:

«Incrementar la producción sostenible de viandas, hortalizas, granos, frutas y plantas medicinales, la consolidación de los polos productivos y su encadenamiento con la industria, el turismo, el abastecimiento a las grandes ciudades y la exportación. Las producciones para el consumo interno de la población tendrán un enfoque territorial, integrándose con la minindustria y apoyándose en el Programa de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar».  

Si esto ha sido aprobado como política alimentaria y enfoque para los nuevos tiempos, cómo es posible que el mismo ministro de Economía asegure que este año «no pudimos darle recursos a la agricultura». Es en este punto donde comienza a irrespetarse lo concebido, la población pierde las esperanzas y surgen las bromas que tanto molestan… a los decisores.  

 En mi opinión, ha existido y aún coexiste un quiebre con lo que se concibe como política de desarrollo; es decir, no se ha sido consecuente con las prioridades estructurales, y eso nos afecta a todos. Ahora bien, lo que más perjudica es que no haya manera alguna de confrontar tales acciones desde espacios de debate que contengan una verdadera respuesta, o al menos una promesa efectiva de enmiendas.  

Otra política anunciada en la más reciente redacción de los Lineamientos, explicita que la prosperidad y el bienestar están vinculados a muchos factores, entre los que resaltan: «La consolidación y el enriquecimiento de los valores de nuestra sociedad, la justicia y equidad sociales, la igualdad de oportunidades y de acceso a las mismas, la no discriminación por cualquier distinción lesiva a la dignidad humana».

Empero, y a pesar de tal declaración, se mantienen las expulsiones de centros laborales, que lesionan la dignidad humana al privarse a las personas de sus oportunidades profesionales o de los conocimientos adquiridos durante su formación para lograr un decoroso sustento. Las acusaciones van, desde «pagados por el imperio» hasta «contrarrevolucionarios», aun cuando esas personas son las que vienen advirtiendo sobre las rupturas con las estrategias y cuando los verdaderos peligros para la prosperidad de la nación son el no respeto a lo que está recogido en tinta.  

No es posible concluir el análisis sin reconocer los daños ocasionados por el bloqueo, pero un órgano de gobierno, en cualquier esquema mundial, existe para buscar soluciones; y si aquel primer paquete de soluciones del 2011 fue borrado de un plumazo, y el más cercano en el tiempo ya va siendo incumplido ¿quién nos va a defender otros diez años de un mandato de prueba y error.

¿Quién nos defiende de los daños ocasionados por el colero, el inspector, el contra-colero y el  contra-contra colero?

¿Quién nos defiende del daño sicológico que implica afirmar que el país avanza cuando la inflación es aberrante y no cede?;  ¿Quién nos defiende de declaraciones como: «Con lo que recaudemos en las tiendas en MLC abasteceremos la oferta en CUP»?  ¿Para cuál año del actual ejecutivo —tranquilamente en el poder—, habríamos de esperar las prometidas ofertas en CUP?  

Desde el 2011 se habla de la necesidad de que Cuba deje de ser importadora neta de alimentos y disminuya la alta dependencia de financiamientos; de asegurar los programas de arroz, frijol, maíz, soya y otros granos; pero, en la cotidianidad, el precio de los frijoles no deja de subir. El asunto no es redactar, sino solucionar verdaderamente lo que se puede corregir con medios propios, o, dicho de otra manera, «emanciparnos con nuestros  propios esfuerzos». Si el tema de la alimentación no se ha resuelto en más de diez años, y lejos de eso empeora, cómo vamos a dar cumplimiento al lineamiento que habla de una «alimentación balanceada», o de la tan anunciada «soberanía alimentaria».  

Por todo expuesto, me sigo preguntando qué defensa tiene una persona que critica lo que verdaderamente importa, aunque en ello le vayan acusaciones de agente de cambio. ¿Qué posibilidades reales de trasformar la realidad puede tener un grupo de personas con conocimientos en materias económicas y que no logran ser escuchadas, mientras persisten los errores de los tenidos por confiables, que alargan colas y disparan precios. ¿En qué espacio se puede criticar la filosofía de tiendas en MLC sin ser acusado de contrarrevolucionarios mientras Katapulk repleta sus arcas extranjeras mediante la venta de cualquier producto alimenticio?  

¿No era la idea eliminar gradualmente la doble moneda y avanzar en la soberanía alimentaria? ¿Dónde está el verdadero freno al desarrollo del país? Vuelve entonces mi interrogante principal ante tanto vaivén conceptual: ¡¿Quién nos defiende?!  

23 diciembre 2022 14 comentarios 1,5K vistas
9 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Pata y panza

Pata y panza

por Jorge Fernández Era 30 octubre 2022
escrito por Jorge Fernández Era

―¿Qué me dices de la declarada guerra a las ilegalidades?

―He vivido contiendas parecidas.

―Esta va en serio. Se imponen multas de 8000 pesos.

―En una sola panadería, «según documentación primaria, se dejó de elaborar el día anterior a la inspección una producción de 3272 unidades de pan de 80 g, equivalente a 193,83 kg de harina de trigo, no encontrándose el producto ni la materia prima». Adónde van los desaparecidos, diría Rubén Blades.

―Hay cierto descontrol.

―Pon tú que esos 3272 panes los vendan a diez pesos. Impones una multa de 8000. El plustrabajo es alto.

―Hay que velar por el ser humano, apelar a su vergüenza. Tras la inspección y el escarnio público, no se mete en más líos y regresa a casa cabizbajo.

―Y con una distribución de utilidades de 24 720 pesos. Se fortalece la empresa socialista.

―Hay una «probable complicidad de algunos trabajadores» para que en una casa se almacenen 400 cartones de huevos.

―Y confabulación de las gallinas… El ministro ¿dónde estaba?

―Corriendo con la situación de las decrépitas, renuncian a su condición de ponedoras. Entre la huelga de las aves y el robo de harina, ya ni croquetas. Sin ellas la inflación se dispara, la escasez también. Se hace imprescindible ampliar, «a camisa quitada», el campo de batalla hacia especuladores y precios abusivos.

―«A camisa quitada». Suena a ropa de reciclaje.

―El Estado nos protege. El aumento exponencial de los precios en MLC es una manera de ponérsela difícil a quienes lucran con esos productos: los «pillos, lumpen, vagos y corruptos».

―La «patente corruptiva» no la tienen estos últimos. Tampoco el monopolio de los «precios abusivos que se imponen sin basamento económico alguno».

―En el Consejo de Ministros se ha presentado «un plan integral y minucioso», con «más de 40 directivas generales encaminadas a un mayor enfrentamiento al delito».

―Se aprobó también una «actualización de los proyectos contenidos en la Cartera de Oportunidades de Inversión Extranjera». El carterismo arrecia, los bolsillos del país están vacíos, el de la gente ni se diga. De la miseria es difícil hablar, porque ella, de obstinada, te toma la palabra.

―«Pocas personas pueden pagar el precio de lo que se vende de manera ilegal», ha dicho Canel.

―Las mismas que se permiten hacer factura con lo vendido legalmente.

―Recopilar información sobre los gastos e ingresos de la familia es la finalidad de la Encuesta Nacional sobre la Situación Económica de los Hogares.

―¿Y para ello hace falta un «módulo opinativo»? Así serán los gastos que supondrá ingresar esa información… y el disgusto por semejante adjetivo.

―Las estadísticas hablan por sí solas de lo que se hace por el bienestar del pueblo, a pesar de los que flaquean. Ernesto Estévez Rams los define como «ideólogos solapados del regreso al capitalismo», «portavoces de aquellos que sienten que la Revolución ya les dio todo lo que necesitaban: salud, entorno de seguridad, educación hasta lo universitario, y, en consecuencia, la ascendente movilidad social posible dentro de sus marcos».

―«Movilidad social posible dentro de sus marcos». ¿Se refiere al movimiento de los cuadros? El otrora dirigente juvenil asegura que recorría el país en bicicleta.

―«Aspiran a más», agrega Estévez, «no importa que ese más egoísta solo sea posible destruyendo el sistema social que hizo posible su existencia».

―Niega lo que expresó el presidente: «Ningún joven debe sentir que todo está hecho ya en la Revolución». La idea de Rams tuvo eco en el último «Razones de Cuba». Tengo un ronquillo en la garganta desde que vi ese programa.

―¿El que se dedicó a los medios de prensa?

―A los miedos de prensa. Oye esto: «Es el lobo disfrazado de pastor, dueño de las vidas y los destinos del resto, al que se debe obediencia y se sigue a todas partes en espera de un premio por el buen comportamiento, pero que se empeña en dar caza y castigar con el peor y más prolongado de los castigos a quienes se salen del redil».

―No me extraña que hablen así de la Revolución en las revistas enemigas.

―Ah, no, fue Canel.

―…

―Se refería a Estados Unidos.

―Cubadebate resalta que el primer secretario «compartió con los muchachos un conjunto de ideas profundas y aleccionadoras que bien pudieran ser las reflexivas palabras que diría un padre a sus hijos». La prensa independiente se burla de la alusión que hizo a la Operación Peter Pan y la supuesta supresión de la patria potestad a algunos de sus amiguitos.

―A los padres de Diaz Canel, de haberse aprobado en 1962 el nuevo Código de las Familias, les hubieran retirado la responsabilidad parental por permitir que un párvulo de dos años asista a la escuela.

―Me quedo con la prensa oficial. En sus páginas sigo a nuestros líderes. Me gusta lo dicho por Marrero: «En estos momentos no hay otro método de trabajo que no sea el Gobierno en la calle».

―«Manifestación pancífica» habría que llamarle a eso.

30 octubre 2022 10 comentarios 1,8K vistas
11 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
escasez

Katapultando la escasez

por Arturo Mesa 12 octubre 2022
escrito por Arturo Mesa

El sistema de ventas en MLC se presentó en sus inicios como una competencia a quienes viajaban a Panamá y otros lugares y traían equipos de alta gama. La lógica estatal era que las divisas se estaban fugando. Y funcionó, o tenía lógica tal lógica, pues los precios de estos artículos comenzaron a bajar y además, quienes los necesitaban no tenían que encargarlos fuera del país.

Pero de ahí pasamos a alimentos y otros bienes de primera necesidad y fue entonces cuando se enredó el partido. En primer lugar, porque no tener un aire acondicionado no le impide a una persona realizarse, pero no comer sí; y mal comer también. Mientras el Estado le apostaba a la entrada de divisas como fuera, no calculó que ni siquiera un 40% de la población las recibe y tras la actual crisis migratoria está por ver si este porciento no continúa disminuyendo.  

La promesa realizada fue llenar las tiendas de alimentos en moneda nacional con lo que se recaudara de las tiendas en divisas. Eso aún queda pendiente. No llegan productos a esas tiendas y cada vez son menos incluso en las de ventas en MLC.  

Este asunto de vender en una moneda que no es en la que se paga resulta altamente discriminatorio para muchos y una muestra fehaciente de la incapacidad del gobierno de gestionar la alimentación del pueblo, algo preocupante en un Estado que se dice «protector» y que por tanto TIENE que proveer.

Cuba no dolarizará su economía: las tiendas en MLC son necesarias pero transitorias. #SomosCuba #SomosContinuidad @MEP_CUBA https://t.co/S1987E14W4 Via @Granma_Digital

— Alejandro Gil Fernández (@AlejandroGilF) October 15, 2020

Ahora bien, en el intento de dar con una solución comienza a aparecer un nuevo sistema de ventas de alimentos que promete ser peor y someternos a muchos más años de desigualdad y pobreza.  Por todo el país se reproducen sistemas de ventas online cuyos pagos se realizan desde afuera aunque los productos se encuentran todos en Cuba.  Este sistema pudiera ser beneficioso siempre que  los productos se oferten también en moneda nacional como hacen algunos pocos sitios. Lo que abunda en estos mercados son productos enlatados, cárnicos, huevos, mariscos especias, productos lácteos, granos, cereales, así como ofertas de combos. Alguien hace un pedido para usted y en 24 horas a usted le llega la orden.  

Lo curioso es que muchos de esos productos también los podría encontrar en las tienda en MLC si los hubiere. Esto implica igualmente que mientras más proliferen estos negocios menos productos habrá, incluso en las tiendas en divisas. En una búsqueda muy superficial encontré varias tiendas que se dedican a esta modalidad y la mayoría funciona de la misma manera.

Un producto altamente demandado por la población, por ejemplo, es el yogur probiótico Labiofam, de escasa presencia en el mercado, sin embargo las tiendas Katapulk lo ofertan de manera estable a 17.96 el envase de cinco litros.  Es lógico suponer que el producto va a escasear en MLC ya que estos almacenes funcionan como privilegiados acaparadores oficiales.

En este procedimiento de ventas en línea, son varios los almacenes en donde se guardan estas mercancías y luego de activado el pedido desde afuera, alguien, adentro, recibe sus ofertas.  ¿Y por qué a nuestro parecer, este sistema es más preocupante? En primer lugar, considero que este sistema resulta más discriminatorio aún para quien no tiene a nadie viviendo más allá de fronteras que le pueda poner la orden.

En segundo lugar, si son productos que se encuentran ya en tierra deberían estar en vidrieras para que sea mayor la disponibilidad de alimentos en estos momentos críticos. Y luego, aunque el reclamo siempre ha sido eliminar las ventas en una moneda que no se posee, una parte de la población, sin tener necesariamente vínculos con el extranjero, pudiera convertir sus CUP a MLC y adquirirlos.  

Entre estas tiendas tenemos a Supermarket 23, Katapulk, Ríos Envíos, TSO Tiendas, MallHabana y otras que cuentan con logística en tierra, almacenes, transporte, personal y realizan transacciones que luego parecen perderse en el éter por lo que se desconoce si ese monto de dinero beneficia a alguien en Cuba, o retorna por alguna vía a la oferta o a las ventas a la población aunque sean en MLC.  Y aquí, una vez más, se pierde el asunto de la transparencia.  Nadie ha dado explicaciones sobre este sistema.

¿Quiénes son los beneficiarios?  Evidentemente entidades foráneas con la logística preparada para sacarle lascas a la pobreza en suelo patrio. Empresas privadas, asociadas al Estado, el que probablemente les cobra altos impuestos y ambos obtienen superganancias a partir de una segregación creada por la carencia de existencias.  ¿Burlar el bloqueo y traer productos? Dudoso, una sencilla búsqueda en internet  ofrece toda la información necesaria y, para colmo, varios de estos artículos son producidos en Cuba.  

¿A qué médico, científico, maestro o funcionario sin vínculos de este tipo con el exterior puede beneficiar un sistema así? ¿Cómo le mejora la vida a los demás si dos años después no ha aparecido el primer producto prometido en CUP?

escasez

Estanterías casi vacías en una tienda en MLC en La Habana. (Foto: Twitter/@RAFRSr)

Es aquí donde vemos  la incompatibilidad con las propuestas de medidas económicas que no terminan de cuajar. ¿Por qué no otorgar más créditos a productores nacionales para que  desarrollen sus producciones y sus ingresos se retribuyan luego en la economía doméstica? ¿Por qué no promover más inversión sobre ellos, incluyendo la extranjera? ¿Por qué no permitirles que realicen las importaciones necesarias directamente? ¿No sería más lógico que esos almacenes los gestione y los surta un productor nacional que luego garantizaría que su ganancia como importador-tenedor-gestor se quede de este lado de frontera?  

Un ejemplo encontrado recientemente: Las tiendas en MLC están llenas de productos Vima, los pedidos de Supermarket23 y Katapulk también.  En una búsqueda reciente noté que Supermarket23 tenía 105 productos de la marca Vima todos etiquetados en USD y a pagar en tarjetas de créditos desde el exterior.  Los almacenes, y por ende los productos,  se encuentran en Berroa, La Habana.

¿Quién gestiona esos almacenes y sus productos? ¿Cuánto de socialista tiene el hecho de que tales productos vayan a parar solo a manos de quienes tienen la suerte de tener un miembro de su familia que «torció camino y se perdió de El Morro?» Es decir, ¿cuánto de socialista tiene el hecho de que precisamente quienes no creyeron en el socialismo son los que hoy pueden garantizarle esos alimentos a sus familiares?

En otras palabras, los mayores pagos por alimentos  imprescindibles en estos momentos en Cuba los hacen los extranjeros.  Es como si el extranjero decidiera quién toma leche, quién come huevos y carnes y además, cuándo lo hace. ¿Cómo sonó eso?  ¿Cuántas otras posibilidades no existían de poner en manos de la población tales productos, incluyendo la venta regulada al precio que se estime económicamente viable?  

Cada vez la economía nacional parece más gestada por un niño de diez años que no logra entender las implicaciones político-ideológicas de un sistema de provisión de alimentos en USD y tarjetas de crédito para una economía “socialista”.  

escasez

Otro ejemplo.  Este mismo Supermarket23 oferta un kilogramo de langosta por 53 USD y advierte que está listo para ser entregado en donde se necesite. Esto significa que hay langosta refrigerada en todas partes de Cuba a la espera del pedido. Recientemente encontramos que en el bulevar de Santa Clara se vende el kilogramo de langosta  por 54 MLC.

En algunos otros sitios similares, usted encuentra la oferta de cinco litros de leche siempre que pague desde afuera. ¿De dónde sale esa leche que no está a disposición de la población en general ni siquiera a través de ventas controladas? Es como si la posibilidad de tomar leche la tuviesen quienes un día vieron a sus allegados partir, o quienes puedan pagar por la leche con tarjeta de crédito internacional VISA, o MASTERCARD.

¿Por qué no mejor promover que ese productor se asocie a un transportista nacional, o se encadene a una mini industria, o a un punto de venta que le surta a la población como es el caso de Lácteos Rojas en Mayabeque descrito en un texto de Cubadebate el 21 de septiembre?

Intuyo que a través de todo este sistema, el alimento que se produce y que escasea en Cuba está escapando hacia un sector de los divisa-tenientes a un precio muy alto que beneficia al intermediario privado y al Estado que propicia estos desvíos del consumo social hacia el comercio lucrativo. El gobierno se puede estar librando de la importación o producción de alimentos pero lo que no funciona es que se esté olvidando del compromiso de  proveer lo necesario en una sociedad en donde no se supone que prime el capital.  

El problema de fondo no es que otro importe, el problema es que la importación no va a atenuar la escasez, sino que la acrecienta y las ganancias se escapan a un bolsillo extranjero sin que se haya resuelto un problema medular en Cuba.  Puro capitalismo comercial, el más primitivo de todos.  

Esta es otra forma errónea de manejar la venta de alimentos y sacarlos del alcance del trabajador común. ¿Acaso no era que el dinero por el negocio de los aires acondicionados se estaba yendo hacia Panamá? ¿Hacia dónde se está yendo hoy el de la comida?

12 octubre 2022 32 comentarios 2,6K vistas
13 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
escombros

Los escombros de la continuidad

por Redacción 2 julio 2022
escrito por Redacción

En septiembre de 2021, la Empresa Municipal de Comercio y Gastronomía del municipio Plaza comenzó a reparar un establecimiento en la calle 26 esquina a 15, El Vedado, lugar en el que hace años hubo una ferretería. Dijeron que para convertirlo en una tienda donde se venderían diferentes productos a crédito.

Han pasado casi diez meses y aún no concluye el arreglo del pequeño local de aproximadamente 120 metros cuadrados. Desde el comienzo de las obras decidieron verter los escombros en el exterior del inmueble, en un área paralela a la acera de la calle 15 que coincide con la entrada de mi edificio.

Desde entonces, la montaña de escombros ha crecido para convertirse en un insalubre criadero de ratas, mosquitos, cucarachas y alimañas de todo tipo; letrina de perros, gatos y humanos; depósito de basura y hasta de animales muertos cuyo hedor nos obliga a veces a cerrar las ventanas de la casa, situación insoportable en estos meses de verano.

escombros

Hace dos semanas hablé con el administrador de la tienda, le expliqué la situación que estamos sufriendo los vecinos y le pedí que se ocupara de eliminar un foco de infección que afecta desde hace meses a tantas familias. Su respuesta no me sorprendió, pues está en la misma cuerda del tipo de explicaciones que durante más de sesenta años nos han repetido los funcionarios del Estado imposibilitados de ofrecer soluciones: «La brigada encargada de la construcción se fue y no tengo recursos para retirar los escombros,  ya lo informé a mi empresa».

Este es solo un pequeñísimo ejemplo más de cómo funciona la llamada Empresa Estatal Socialista, defendida obstinadamente por un grupo de hombres poderosos que desde sus oficinas refrigeradas y pulcras nos hablan de «continuidad», empeñados en seguir imponiéndonos un modelo disfuncional que ha hundido al país en el desastre lamentable en el que se encuentra hoy.

***

Esta queja ha sido enviada a LJC por Jorge Gómez de Mello.

2 julio 2022 7 comentarios 1,4K vistas
6 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Incertidumbre

Incertidumbre económica y volatilidad cambiaria en Cuba

por Mauricio De Miranda Parrondo 15 junio 2022
escrito por Mauricio De Miranda Parrondo

En la segunda quincena de mayo dos anuncios, uno de Cuba y otro de Estados Unidos, produjeron una breve variación de tendencia en el comportamiento de los tipos de cambio del mercado informal.

El ministro cubano de Economía y Planificación anunció la posibilidad de vender divisas a «ciertos actores económicos a un precio más alto que el oficial y más bajo que el informal». Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos decidió adoptar una serie de medidas para reversar algunas de las adoptadas por la administración de Donald Trump respecto a Cuba, entre las que destacan el restablecimiento del Programa de Permisos para la Reunificación de Familias Cubanas; ampliación de los viajes y contactos educativos entre ciudadanos de ambos países; eliminación del límite de mil dólares trimestrales de remesas familiares y autorización de remesas destinadas a emprendedores cubanos independientes.

En pocos días se observó un descenso de los tipos de cambio en pesos cubanos, tanto de la divisa estadounidense en efectivo como del dólar bancario (MLC) y el euro. El 15 de mayo estas divisas se cotizaban en el mercado informal a 115, 125 y 128 pesos cubanos (CUP) respectivamente, de acuerdo con la tasa representativa que calcula El Toque. El 31 de mayo dichos valores habían descendido a 95, 106.5 y 110 CUP, lo que significó una apreciación temporal del peso cubano de 17.4%, 14.8% y 14.1%, respectivamente. Sin embargo, en menos de quince días, las divisas extranjeras han vuelto a apreciarse y el 14 de junio se cotizaron a 100, 114.3 y 115.5 pesos cubanos.

Incertidumbre

(Fuente: El Toque)

Lo ocurrido es demostración de la influencia de las expectativas en el comportamiento de ciertos indicadores económicos en los mercados, sobre todo cuando pende sobre ellos una gran incertidumbre.

El mercado cambiario informal reaccionó brevemente hacia la baja en los precios de las divisas, debido a la expectativa a una mayor oferta de dólares en el mercado nacional por el incremento posible de remesas provenientes de Estados Unidos y por la hipotética venta de dólares por parte del gobierno. Algunos tenedores de divisas creyeron que los precios bajarían demasiado y se apresuraron a ofrecerlas; a tenor con ello, los demandantes comenzaron a reducir sus ofertas de compras. No obstante, la realidad es que no existen condiciones para que mejore el precio de la moneda cubana.

Razones de la incertidumbre

En Cuba existen múltiples razones para que predomine la incertidumbre económica. Entre las más importantes podrían mencionarse: profundo estancamiento de la industria, agricultura e infraestructura; alta dependencia y vulnerabilidad externa; inconsistencias en la política económica y falta de voluntad política para el desarrollo de una profunda reforma que conduzca a cambios estructurales; falta de garantías jurídicas tanto en el caso de litigios civiles como penales, que involucren al Estado como parte litigante; así como inmovilismo del sistema político a pesar de su incapacidad no solo para construir una sociedad próspera, sino incluso para asegurar la satisfacción de las necesidades materiales más elementales.

Otro factor de incertidumbre está determinado por el nivel de las relaciones con Estados Unidos. Ambos gobiernos parecen incapaces de establecer puentes a partir de unas relaciones maduras entre los pueblos respectivos. Por otra parte, el signo político predominante en Washington suele marcar el endurecimiento o una mayor flexibilidad en sus relaciones con Cuba.

Mientras tanto, dada la experiencia más reciente cuando el expresidente Obama produjo un cambio significativo de la política hacia Cuba, la respuesta del gobierno cubano —al menos en declaraciones de algunos de sus principales dirigentes— estuvo lejos de propiciar el deshielo y contribuir al establecimiento de un clima de cordialidad diplomática. Este factor afecta de forma inmediata las expectativas relacionadas con la migración y las remesas y, en una perspectiva más amplia, las posibilidades de una relación normal con un mercado cercano y de inmenso potencial.

Incertidumbre

Otro factor de incertidumbre está determinado por el nivel de las relaciones con Estados Unidos. (Foto: EPA / Alejandro Ernesto)

Efectos nocivos de la incertidumbre en el caso de Cuba

La incertidumbre económica genera expectativas negativas en los actores económicos, los potenciales inversionistas foráneos y la sociedad en su conjunto, eleva el riesgo país y deteriora los índices de confianza para el desarrollo de negocios.

En el caso específico de Cuba, la salida del atraso secular de varias décadas de estancamiento económico y deterioro del consenso político, requiere de cambios profundos que conduzcan al fomento del emprendimiento empresarial en un clima de libertades políticas y económicas garantizadas por un sistema jurídico que funcione adecuadamente y con independencia de las estructuras de poder.

El alto nivel de dependencia y vulnerabilidad externa de la economía insular está determinado por su deficiente estructura económica y por su insuficiente capacidad de ahorro interno. Por tales razones, el país requiere importar ahorro externo a través de inversiones directas y de remesas, que no solo estimulen el consumo sino que resulten un vehículo para fomentar el emprendimiento productivo doméstico.

En esas condiciones sería de esperar que una mayor afluencia de divisas extranjeras, por las vías antes mencionadas y por el incremento de las exportaciones de bienes y servicios, permitiera estabilizar el mercado cambiario a partir de mayor confianza en las posibilidades de mejoramiento económico y de la vida en general en el país. Sin embargo, la realidad dista de este objetivo.

La crisis actual no es solo económica, sino también política y social. Es una crisis general del sistema, que se expresa no solo en el deterioro de las condiciones de vida, sino en la pérdida de la esperanza en un mejoramiento, debido a la escasa confianza que un sector considerable de la población tiene sobre la capacidad y voluntad de la dirigencia política para producir los cambios que el país necesita. Esta situación se complejiza ante la incapacidad de la ciudadanía de cambiar esa dirigencia mediante un ejercicio electoral pacífico.

La incertidumbre y la falta de esperanza son factores determinantes para el incremento de la emigración de cubanos, que buscan cualquier opción —así sea de alto riesgo para la vida, y con un elevado costo económico—, con el fin de salir del país. Muchos abandonan propiedades y carreras profesionales. Cambian de este modo, una incertidumbre sin perspectivas por otra con posibilidades de mejoramiento.

Incertidumbre

La incertidumbre y la falta de esperanza son factores determinantes para el incremento de la emigración de cubanos. (Foto: Reuters)

La volatilidad cambiaria

La volatilidad cambiaria reciente estuvo relacionada con las expectativas generadas por los anuncios antes mencionados, no obstante, es de esperar que se mantenga la tendencia a un peso cubano fuertemente depreciado respecto a las divisas internacionales. De hecho, como ya se dijo, la tendencia se ha invertido, y si bien no ha superado los picos de depreciación alcanzados a mediados de mayo, es posible que se acerque nuevamente, o incluso lo supere, si no se incrementa la oferta de divisas, al menos por las vías tradicionales.

Los fundamentos que explican la depreciación del peso cubano son estructurales y se deben, esencialmente, a los factores siguientes: ausencia de soberanía plena de la moneda nacional, debido a la existencia de un mercado estatal que opera en monedas libremente convertibles y en el que la población cubana debe asegurar necesidades materiales elementales; inexistencia de un mercado formal de divisas regulado por el Banco Central; insuficiente oferta de divisas, debido al bajo nivel de inversión extranjera directa y a la caída de las exportaciones de bienes y servicios; alta demanda de divisas debido a los crecientes requerimientos de importación de bienes de todo tipo y la emigración creciente de cubanos, así como la seguridad que las divisas representan en tanto activos de reservas en condiciones de creciente incertidumbre.

Cuba, como cualquier nación, necesita una moneda fuerte y estable, pero ello solo será expresión de la fortaleza y estabilidad de su economía, de la confianza y credibilidad de la política económica del gobierno y del clima de negocios que se logre crear. Nada de eso se consigue por decreto, requiere de voluntad política y acciones concretas que se traduzcan en una economía generadora de expectativas de prosperidad, tanto para la población residente como para los inversionistas externos. Lamentablemente, esa no es la situación actual del país.

15 junio 2022 26 comentarios 2,1K vistas
4 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Economía cubana

Economía cubana: la serpiente que se muerde la cola

por Mabel Torres 1 junio 2022
escrito por Mabel Torres

El latinismo sui generis le viene a Cuba como anillo al dedo. La economía de la nación caribeña la convierte en un sitio, cuando menos, peculiar. Es aquí donde el salario promedio ronda los cuarenta dólares estadounidenses, cifra que, debido a la inflación, se traduce en dos paquetes de pollo e igual cantidad de leche. También es la Isla el lugar en que comenzó, en enero de 2021, una tarea denominada «Ordenamiento» con el objetivo de eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, germen de un modelo económico irregular y distorsionado.

Al cumplirse hoy un año y cinco meses del inicio de ese proceso, el país continúa enfrentando un profundo desabastecimiento y un escenario financiero con una multiplicidad cambiaria de la que no logra desprenderse. Acerca del estado actual de la economía nacional y sus principales proyecciones, La Joven Cuba dialogó con Omar Everleny Pérez Villanueva.

Doctor en Ciencias Económicas, Everleny fue profesor titular de la Universidad de La Habana por más de treinta años; se desempeñó asimismo como director del Centro de Estudios de la Economía Cubana entre 2011 y 2014, es autor de más de cien artículos y co-autor de varios libros, además de profesor visitante en universidades de Japón, Canadá, Francia y Estados Unidos, en este último ha impartido conferencias en Harvard y Columbia.

En enero de 2021 inició la Tarea Ordenamiento, ¿era impostergable o se escogió el peor momento para aplicarla?

Nosotros, desde el Centro de Estudios de la Economía Cubana, insistimos en la necesidad de unificar las tasas de cambio. Siempre se nos decía que no era el mejor momento, pero al compararlo con los dos últimos años, lo cierto es que había menos escasez, menos apagones y, con Obama en la Casa Blanca, el panorama de las relaciones Cuba-Estados Unidos era esperanzador.

La Tarea Ordenamiento se hizo en un contexto muy adverso. Sumado a todos los factores externos e internos que acechaban a la economía cubana, se añadió la pandemia de Covid-19. El mundo se paralizó y en medio de ello, el país inició una transformación profunda de su economía. No resulta muy criticable —la situación no iba a mejorar de otra manera— pero la secuencia fue errónea.  

El gobierno hizo énfasis en la esfera de la circulación y la distribución, en lugar de trabajar en el área productiva. Las primeras medidas debían ir encaminadas a mejorar la oferta de bienes y servicios con la apertura de las pequeñas y medianas empresas desde enero de 2021, y no en agosto, como finalmente se hizo. Conclusión: con una oferta de bienes y servicios deficiente, todas las proyecciones han fracasado.

Economía cubana

Recientemente el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, informó que más de cuatrocientas empresas estatales han presentado pérdidas en lo que va de año, ¿qué apuntes podemos tomar en torno a la descentralización y el papel de la empresa estatal socialista en Cuba?

Ha habido muchas confusiones teóricas a lo largo de la historia al considerar que un modelo económico socialista tenía que ser estatal. Ese fue el primer error porque hay empresas que el Estado no puede manejar, como la gastronomía y la industria ligera. En ningún lugar del mundo las empresas estatales dominan el panorama. El Estado tiene que concentrarse en los sectores estratégicos, pero persiste la negativa a la descentralización. Es inviable repartir más de lo que se produce y aquí el proceso es al revés.

Una de las medidas económicas más polémicas de los últimos dos años fue la apertura de tiendas en MLC, presentadas como la promesa de un futuro abastecimiento del mercado en CUP. ¿No supone acaso una distorsión similar a la del modelo anterior de dualidad monetaria?

La contradicción es que ni siquiera las tiendas en MLC están surtidas. En el intento de eliminar la dualidad monetaria y cambiaria, hemos terminado en un escenario financiero incierto. La situación se traduce en que debes tener dólares si quieres viajar al exterior, euros o cualquier otra divisa para poder recargar las tarjetas en MLC, y por último, el CUP para comprar en un mercado que ha caído en manos de acaparadores y redes de corrupción, compuestas, en la mayoría de los casos, por los mismos trabajadores de esas tiendas.

En la práctica se trata de un fenómeno muy difícil de controlar. Es por ello que, en lugar de intentar frenar a los coleros, hay que concentrar los esfuerzos en la descentralización y en la mejora de la oferta de bienes y servicios. Debemos dejar de atacar los efectos y atender las causas.

Durante la pandemia se ha recrudecido el bloqueo, con medidas que afectan directamente la entrada y manejo de divisas a través de las remesas, ¿qué tanto ha afectado esta crisis al país y hasta qué punto es responsabilidad interna?

A nadie le cabe duda de que el bloqueo afecta la economía y al pueblo cubanos, pero existen otros temas que no tienen que ver con las sanciones. Una vez que un producto cruza el muro del Malecón es un problema interno. Lo que sucede en Cuba remite a una cuestión política y de mentalidad híper-centralizadora, controladora de recursos e incoherente, porque quienes dirigen ahora la apertura de las mipymes son los mismos que antes las prohibían.

Todavía recuerdo reportes en el Noticiero Nacional de Televisión del año 2020 donde se satanizaba a los productores y vendedores privados, exhibidos como culpables del desabastecimiento que desde entonces enfrentamos.

El bloqueo interno pesa tanto como el externo. Al segundo no puedes modificarlo más allá de las condenas en la arena internacional, aunque hay muchas cosas que dependen de nosotros. Es cierto que Estados Unidos nos tiene en la mira, pero en la medida que Cuba abra más la economía y consiga un modelo eficiente de desarrollo, ellos asumirán que sus medidas han fracasado.

Economía cubana

DrC. Omar Everleny Pérez Villanueva :«con una oferta de bienes y servicios deficiente, todas las proyecciones han fracasado». (Foto: Mabel Torres)

Un tema cuestionable fue establecer una tasa cambiaria fija de 1 USD por 24 CUP que desconocía el papel dinámico del mercado o la crisis inflacionaria que sobrevendría…

El primer error ha sido no guiarse por indicadores macroeconómicos y la ausencia de una política monetaria. La inyección de circulante en la economía cubana ha sobrepasado todos los límites. Cuando empezó la inflación, la tasa cambiaria debía haberse situado en 30 o 40 CUP.

Sin embargo, el cálculo de la canasta básica se hizo en el orden de 1 USD por 25 CUP, que arrojaba un promedio de mil 528 pesos, de ahí que, con un salario mínimo por encima de 2 mil 100, la alimentación estaría garantizada. Si se hubieran mantenido esos precios la historia sería diferente, pero al haber dificultad en la oferta, la población ha tenido que pagar el costo que sea.

La escasez se ha traducido en un crecimiento exorbitante del mercado informal de divisas, al punto que, en octubre del año pasado, en una videoconferencia de Marino Murillo con los diputados cubanos, este afirmó que el costo de la canasta básica había subido a más de 3 mil pesos. Otro factor muy polémico fue el aumento de la electricidad. Poner un aire acondicionado durante ocho horas diarias implica, por lo menos, un gasto de mil pesos, las dos terceras partes de una jubilación promedio.

Tras enero de 2021, el Estado ha condenado a un sector de la población a una situación de mayor vulnerabilidad, porque un salario de 3 mil 500 pesos se lo tragan tres paquetes de leche. En el año 1993 sí se vendieron divisas, pero ahora se le dijo a la gente: «arréglense como puedan». De hecho, en una reunión reciente, Alejandro Gil se refirió al mercado informal como un espacio secundario, cuando la realidad apunta a que la mayoría de los cubanos resuelve sus necesidades por esa vía.

Entre las últimas disposiciones económicas figura la venta de MLC a precios preferenciales para determinados productores. ¿Implica esto un reconocimiento del error al haber fijado una tasa de cambio inamovible?

Al anunciar una tercera tasa de cambio para cuentapropistas de pequeñas y medianas empresas se echó polvo a la Tarea Ordenamiento. Si el objetivo era unificar, ¿cómo se manejarán ahora tres tasas de cambio simultáneas, la oficial, la informal y la nueva? Surge entonces el problema de la discrecionalidad y la corrupción, porque todavía no ha quedado claro qué criterios establecerá el Estado para seleccionar a unos sí y a otros no.

Estoy a favor de estimular a los privados y que disminuyan los precios, pero detrás de esta medida existe otra cuestión medular. ¿El país cuenta con divisas suficientes para garantizar la venta de MLC? ¿Sucederá como con el CUC que se siguió emitiendo sin un respaldo real? La burbuja reventará algún día o continuará la escasez de productos debido a la ausencia de dólares o de sectores que los provean como antaño hicieron el turismo o el níquel. Las medidas sectorializadas no dan los resultados esperados, sino que suponen un retroceso del mercado y nos ubica peor que antes del ordenamiento.

En otras entrevistas usted ha afirmado que debemos aprender varias lecciones del modelo vietnamita…

Yo tuve la oportunidad de ir a Vietnam y estudiar de cerca sus transformaciones. Los vietnamitas pasaron de ser importadores de arroz a uno de los mayores productores de ese cereal en el planeta. Vietnam era muy parecido a nosotros, con libreta de abastecimiento y una inflación altísima, pero los dirigentes del Partido Comunista reconocieron que la única solución para la economía era la competencia y el mercado, al punto que actualmente el 60 % de su producción recae en manos privadas.

Es importante analizar de manera crítica las medidas que implementó Vietnam porque las realidades son diferentes. El país asiático todavía tiene pendientes mejorar la salud pública y la educación, pero resolvió lo elemental: la soberanía alimentaria. La lección más grande que podemos tomar de esa nación es que son los privados vietnamitas —esos que empezaron las reformas junto con nosotros en los años noventa—, quienes hoy invierten en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel.

Economía cubana

«Vietnam era muy parecido a nosotros, pero los dirigentes del Partido Comunista reconocieron que la única solución para la economía era la competencia y el mercado». (Foto: elojodigital)

Respecto a las inversiones, en los últimos años se ha apostado fuertemente por el turismo, ¿qué opinión le merece teniendo en cuenta la crisis mundial en la que nos encontramos y los pocos recursos que se destinan a un sector medular como la agricultura?

Priorizar la infraestructura hotelera fue una buena decisión, pero el contexto actual es muy adverso para la actividad turística. Todavía el mundo está inmerso en una gran crisis, y sobre todo Europa, con el tema de la guerra y el desempleo. El nivel de ocupación de los hoteles cubanos es muy bajo y también resulta criticable el hecho de que se invierta en hoteles nuevos, si no terminan de reparar El Riviera, el Habana Libre o el Panorama, que también son estatales.

Si analizamos las inversiones hasta el año 2021 y los primeros cuatro meses de 2022, salta a la vista que la prioridad son los restaurantes y hoteles, mientras se destina muy poco a la agricultura. En 2021 fue apenas el 1,6 % del presupuesto. Este año tendremos la zafra más baja de los últimos dos siglos, porque no se va a llegar a 500 mil toneladas, si bien el consumo interno es de 700 mil. Hemos pasado de exportar a tener que importar azúcar para completar la canasta básica. Entonces, ¿cómo impulsar la gastronomía si falta azúcar?

Al final es un círculo vicioso, porque no ha existido coherencia en las políticas económicas. El turismo se recuperará, pero estamos hablando del año 2024 o 2025. De momento, la clave es invertir en aquellos sectores que realmente van a sustituir importaciones.

A partir de agosto del pasado año se aprobaron las mipymes. ¿Puede hablarse de un impacto positivo hasta ahora?

No podemos decir que haya sido un fracaso, pero todavía no ha dado el aporte que se espera, teniendo en cuenta que era un reclamo de los economistas durante los últimos treinta años. Ocho meses es poco tiempo para analizar el impacto, y a mi modo de ver hay muy pocas empresas —solo 3 mil 375 aprobadas hasta el sábado 21 de mayo, una cifra muy pequeña comparada con los 600 mil trabajadores privados que hubo. Además, fue una medida que se tomó tarde, cuando ya la crisis nos había dado en la cara con el 11 de julio.

También hay que precisar que las mipymes tropiezan con el mismo problema de desabastecimiento que la empresa estatal. Aunque diseñes el mejor modelo de negocio, si no tienes la materia prima, o debes comprarla en MLC, es difícil desplegar su potencial. Otra traba es la importación a través de empresas estatales que, a su vez, subcontratan a terceras ya radicadas en Cuba…

¿Empresas parasitarias?

Tú has dicho la palabra correcta. El Estado cubano siempre ha tenido mentalidad rentista. Le cobra el 3 % al privado por hacerle la gestión y resulta que es el mismo privado quien busca al importador y contacta con él. En definitiva, se trata de nuevos actores económicos que deben moverse en un entorno estatal que no funciona.

¿Por qué la resistencia a incluir servicios profesionales dentro de la gestión privada?

El Estado siempre ha pensado en tenerlo todo bajo su control. Además, existen intereses sectoriales. De ahí la prohibición a los agentes de viaje privados porque les crea competencia a sus propios agentes turísticos. Es inaceptable que los profesionales no puedan unirse y brindar sus servicios de manera independiente. Ahí entra en juego también la oleada migratoria que tenemos y el éxodo de profesionales altamente calificados que no ven realizados sus sueños en Cuba.

Los jóvenes de menos de cuarenta años se están yendo, lo que supone una crisis de fuerza de trabajo en el futuro. Llevamos cinco años consecutivos con tasas de crecimiento de la población negativas. En Europa se ha resuelto con la importación de fuerza de trabajo, pero supone una alternativa inviable para Cuba, porque un salario mínimo no alcanza para pagar una renta o cubrir las necesidades básicas.

Economía cubana

DrC. Omar Everleny Pérez Villanueva :«Después de haber estado treinta y seis años como profesor titular en la Universidad de La Habana puedo decir que Cuba tiene pocas opciones». (Foto: Mabel Torres)

La gestión económica cubana tiene un carácter dual que incluye al aparato civil por un lado y al militar por otro. Sin embargo, este último no puede ser auditado fuera de su propia institucionalidad. ¿Podemos hablar entonces de total transparencia en el modelo?

Es excesivo el peso que tienen los militares en la economía. El único banco que hace operaciones hacia el exterior es el Banco Financiero Internacional, controlado por los militares y debido a ello hay tanto rechazo a las transacciones. No puede haber una economía subordinada al aparato civil y otra al militar. La Contraloría General de la República funciona para la bodega, pero Gladys Bejerano no puede auditar las tiendas CIMEX de GAESA.

¿Qué medidas pudieran implementarse para disminuir gradualmente la inflación y avanzar hacia un modelo económico eficiente?

Después de haber estado treinta y seis años como profesor titular en la Universidad de La Habana puedo decir que Cuba tiene pocas opciones. En primer lugar, reitero que debe aumentar la oferta de bienes y servicios y estimular directamente a los productores. Si viene la inversión extranjera, apruébala. Si llega alguien de fuera y quiere poner aquí 20 mil dólares, permite hacerlo.

Para la gestión privada, una cuestión sin resolver es el capital semilla o préstamo inicial. Los bancos cubanos solo conceden hasta un millón de pesos en moneda nacional, pero para una persona que desee invertir en maquinaria, 10 mil USD —que es lo que representa al cambio— resulta apenas una parte ínfima de la suma que necesita… Entonces, si no existen los fondos suficientes, ¿por qué no permitir la entrada de agencias de desarrollo latinoamericanas? Asimismo, las mipymes precisan acceder a microcréditos y contar con una institución que las represente, en lugar de una subdirección dentro del Ministerio de Economía y Planificación.

El mercado demanda reanimar la exportación del níquel y la producción de alimentos. La gastronomía y el turismo dependen mucho de la agricultura. Ello debe tener una correspondencia con el perfeccionamiento de la calidad de los servicios y en ese camino juega un rol fundamental la eliminación de los monopolios. Mientras ETECSA permanezca como la única compañía, el cliente debe esperar un apagón de los datos móviles sin previo aviso.

También debemos tomar apuntes de las mejores experiencias a lo interno, por ejemplo, BioCubaFarma posee un ciclo cerrado de producción, con un aparato de comercialización propio, por lo que no depende del Estado para el manejo de divisas. Sería muy positivo trasladar ese modelo a otros sectores. Debemos entender que la competencia implica desarrollo. Necesitamos más números y menos justificaciones.

1 junio 2022 21 comentarios 4,1K vistas
11 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
Discrecionalidad

Discrecionalidad y opacidad en el mercado cambiario cubano

por Mauricio De Miranda Parrondo 16 mayo 2022
escrito por Mauricio De Miranda Parrondo

El gobierno cubano parece decidido a seguir haciendo las cosas mal. Como he escrito en varias oportunidades, la unificación cambiaria se produjo a destiempo, a una tasa de cambio sobrevaluada y en medio de una re-dolarización parcial de la economía que no condujo a la soberanía monetaria del peso cubano en las transacciones domésticas.

Ahora se anuncia un nuevo desatino, la venta de divisas por parte del gobierno a «ciertos actores económicos» a un precio superior a los 24 pesos por dólar de la tasa oficial pero inferior a los 125 pesos promedio del mercado informal para el dólar depositado en cuentas, o a los 115 en que se vende el efectivo, según la tasa representativa del mercado que publica El Toque.

El gobierno insiste en administrar centralmente la economía porque es la única forma de mantener el alto nivel de discrecionalidad que caracteriza su gestión y que institucionaliza la falta de transparencia con la que se está construyendo el mercado en Cuba, lo que constituye un camino expedito para el fomento de la corrupción.

El regreso a los tipos de cambio múltiples

El único elemento positivo de la llamada Tarea Ordenamiento fue la unificación cambiaria, es decir, el establecimiento de un tipo de cambio único. De hecho, no se produjo la eliminación de la dualidad monetaria que varios economistas reclamábamos desde hace varios años. Con esta nueva decisión que acaba de anunciarse, se abandona esa unificación cambiaria y se regresa a un sistema de tipos de cambio múltiples que hace algunos años se establecieron para las relaciones entre el Estado y ciertos productores que suministraban mercancías al sector turístico.

La mayor parte de los textos de Economía, y la experiencia práctica de la política cambiaria en muchos países, demuestran que los tipos de cambio múltiples tienen efectos económicos nocivos porque favorecen a los grupos beneficiados con un tipo de cambio «preferencial» frente al resto de la sociedad y, en consecuencia, añaden incertidumbre en el mercado cambiario. Al mismo tiempo, son una forma de extraer recursos de la actividad económica por parte del Estado.

En cualquier mercado cambiario existe una diferencia entre el tipo de cambio de compra —que es al que los bancos o casas de cambio adquieren las divisas extranjeras— y el tipo de cambio de venta, que es al que las ofrecen. Ese diferencial constituye la utilidad por la gestión de intermediación en los mercados de divisas.

En los países con mercados transparentes el diferencial suele ser muy pequeño, y en la medida en que las divisas extranjeras se vuelven más escasas suele incrementarse esa diferencia. Sin embargo, esto es algo que ocurre de forma normal en cualquier mercado cambiario. No obstante, el actual anuncio del gobierno cubano no se refiere a la intermediación, sino al uso de un tipo de cambio diferente al oficial para «ciertos» actores económicos, lo cual indica que se estipularía para algunos y no para todos, añadiendo más opacidad a la forma en que opera la economía centralmente administrada.

Discrecionalidad

Por otra parte, esta medida significa el reconocimiento implícito del error cometido al establecer un tipo de cambio oficial sobrevaluado que no tenía en cuenta las condiciones del mercado, lo que favoreció la dinamización del mercado informal en el que las divisas extranjeras se venden a un precio varias veces más alto que el oficial. Sin embargo, en lugar de corregir el error, las autoridades optan por usar su discrecionalidad para beneficiar a unos sobre otros a través de los tipos de cambio múltiples.

Mientras tanto, se sostiene una tasa de cambio oficial ficticia a través de la cual se extraen recursos a los exportadores, inversionistas foráneos, receptores de remesas y a los turistas que decidan convertir sus divisas en pesos cubanos a través de los bancos o entidades que se establezcan a esos efectos.

Soberanía del peso, tipo de cambio flexible y mercado formal transparente y unificado

Las acciones erróneas del gobierno cubano han estimulado un mercado informal muy dinámico, en el que se reflejan las expectativas pesimistas que la ciudadanía tiene respecto al futuro de la economía nacional.

Si un gobierno decide imponer precios a bienes o servicios por debajo de lo que sugiere la correlación entre la oferta y la demanda que determina el equilibrio del mercado, el resultado es la escasez en los mercados formales y la comercialización de dichos bienes y servicios en los mercados informales a un precio más alto.

Este es un hecho irrefutable de la economía, cuyo desconocimiento por parte de las autoridades de un país tiene efectos negativos para los consumidores, porque usualmente esos precios suelen ser superiores a los que habría en un mercado formal que no estuviera intervenido por precios topados. Mientras tanto, los mercados informales suelen beneficiar a quienes operan en los mismos, gracias a las ganancias extraordinarias que obtienen.

El tipo de cambio es el precio de las divisas extranjeras expresado en unidades de la moneda nacional de un país. Cuando los mercados cambiarios funcionan de forma transparente, es la correlación entre la oferta y la demanda la que establece ese precio. Si un gobierno decide intervenir en dicho proceso y establece un precio de las divisas por debajo del que asegura el equilibrio del mercado, estas desaparecen del mercado formal y se comercializan en el informal a un precio superior. Eso es lo que ha ocurrido en Cuba.

Ni estancada, ni en retroceso, nuestra economía avanza gradualmente. @MEP_CUBA https://t.co/Zp9eMOyz8r

— Alejandro Gil Fernández (@AlejandroGilF) May 15, 2022

Existen una serie de condiciones que explican el alto precio de las divisas extranjeras en el mercado informal. La primera es precisamente la inexistencia de un mercado institucional transparente, que garantice la convertibilidad doméstica del peso cubano. En segundo lugar, la incapacidad de la economía nacional de generar suficientes ingresos por exportaciones de bienes y servicios que generen mayor oferta de divisas en el mercado doméstico, lo que se agrava ante la demanda creciente de importaciones que resulta de la parálisis de la industria nacional y de los problemas que afectan a la agricultura.

En tercer lugar, la creación y defensa a ultranza de las tiendas en monedas libremente convertibles (MLC) por parte de las autoridades, elevó la demanda de divisas extranjeras para satisfacer necesidades básicas en el mercado interno. Esto, en condiciones de una fuerte escasez de las mismas constituye una razón evidente para el aumento de su precio.

En cuarto lugar, y muy relacionado con lo anterior, al no ser soberano en todas las transacciones domésticas, el peso cubano pierde valor ante la ciudadanía. Adicionalmente, la depreciación del peso cubano también es consecuencia de la nueva sangría migratoria, que resulta de la pérdida de confianza de la población respecto al futuro del país, porque las personas que desean abandonar la Isla generan una demanda adicional de divisas.

Las nuevas medidas adoptadas por el gobierno, lejos de constituir una solución al problema cambiario lo agravan, porque crean las condiciones para el fomento de la corrupción al otorgar un tratamiento preferencial a ciertos actores del mercado, fomentan la información asimétrica y añaden opacidad al mercado.

Existen países que, ante la imposibilidad de sostener un sistema monetario propio, han escogido usar las monedas de otros para sus transacciones domésticas. Tales son los casos de Panamá, Ecuador y El Salvador, que usan el dólar, y de Montenegro que usa el euro. El balboa panameño solo existe como unidad de cuenta y en la circulación de monedas fraccionarias.

Cuba usó monedas extranjeras en sus transacciones domésticas en los primeros años de la República. Solo a partir de la Ley de Defensa Económica, del 29 de octubre de 1914, estableció el peso cubano como moneda nacional, aunque el dólar estadounidense conservó fuerza liberatoria plena hasta el triunfo de la Revolución. La moneda cubana estaba atada al patrón oro a través de su anclaje nominal al dólar, y así se mantuvo hasta que con la implantación de la economía centralmente dirigida, el peso se tornó inconvertible en el mercado doméstico hasta la década de los noventa del siglo pasado.

Discrecionalidad

(Foto: Cibercuba)

En varias oportunidades he señalado que no es correcto dolarizar parcialmente el mercado porque, entre otras cosas, se dolarizan los gastos pero no los ingresos y se profundizan las brechas sociales entre quienes tienen acceso a las divisas y quienes no. Si un país requiere dolarizar debe hacerlo de forma completa.

Sin embargo, es necesario tener claro que al hacerlo se está cediendo la soberanía monetaria al país cuya moneda se adopta, y el banco central pierde la posibilidad de conducir la política monetaria. Al mismo tiempo, cuando existan choques externos y se debilite la balanza de pagos internacionales, al carecer de una moneda nacional propia no puede utilizarse la devaluación como válvula de escape de esos desequilibrios externos.

Por eso, en mi opinión, es necesario conservar el peso cubano, pero no tiene sentido hacerlo si no se le dota de soberanía total en las transacciones domésticas a través de su curso legal forzoso y fuerza liberatoria ilimitada dentro del territorio nacional.

Por otra parte, no considero adecuado que exista un tipo de cambio fijo artificial y sobrevaluado que no refleja las condiciones reales del mercado. En consecuencia, es preferible establecer un sistema flexible, en el que el tipo de cambio esté determinado por un mercado formal al que acudan todos los actores del mismo, a saber: exportadores, importadores, inversionistas, receptores de remesas y ciudadanos en general, con una banda de intervención que permita al Banco Central evitar operaciones especulativas contra el peso cubano.

No es admisible seguir adoptando medidas conducentes a crear mercados distorsionados, de los que se benefician unos mientras que la excesiva discrecionalidad y opacidad de las instituciones extractivas afectan a otros, por lo general a la mayor parte de la población. Esta es una demostración más de la urgencia de democratización de nuestro sistema político, de forma tal que la sociedad disponga de mecanismos para ratificar o rechazar la gestión de quienes gobiernan y los pueda elegir directamente.

16 mayo 2022 39 comentarios 2,8K vistas
7 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...