Morir de risa
En lugar de morir de risa, las bromas de nuestros políticos, exuberantes, desinhibidas, desternillantes, lo único que nos provocan, desde hace demasiado tiempo, es puro llanto.
En lugar de morir de risa, las bromas de nuestros políticos, exuberantes, desinhibidas, desternillantes, lo único que nos provocan, desde hace demasiado tiempo, es puro llanto.