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medios cubanos

Manipulación política
Ciudadanía

Manipulación política entre «afectos» y «desafectos»

por Ivette García González 18 marzo 2022
escrito por Ivette García González

La manipulación política es práctica de gobierno en Cuba y ha generado un ambiente tóxico y opresivo. Este primer cuatrimestre del año sirve como laboratorio. Se han hecho coincidir varias normativas jurídicas de gran impacto para la ciudadanía, entre ellas el Código de las Familias («de los afectos» en la propaganda) y el Penal (que podría apellidarse «de, o para, los desafectos»).

Como «ejercicio velado, sinuoso y abusivo del poder», la manipulación política es antiquísima. Supone falta de transparencia y relación asimétrica de la distribución y manejo del poder. De acuerdo con el sociólogo Vega Carballo, la mayoría de las personas no suele percatarse, así pierden capacidad para racionalizar las cosas, decidir lo que más le conviene, «negociar, evadir, resistir o liberarse de la relación de poder».

El ámbito mediático es vital. Siete de las diez estrategias identificadas por Noam Chomsky, reinan en Cuba: distraer, que mantiene a los ciudadanos ocupados todo el tiempo sin espacio para pensar; dirigirse a ellos como criaturas de poca edad; reforzarles la auto-culpabilidad; mantenerlos en la ignorancia y la mediocridad; estimularlos a ser complacientes con ellas; utilizar la emoción más que la reflexión y conocer a los individuos mejor de lo que ellos se conocen.

De acuerdo con el académico Alfredo Paredes, en política la manipulación presenta regularidades. Todas se manifiestan en Cuba: una sociedad vulnerable; empleo del altruismo, el sacrificio y destino compartido; victimización y uso permanente del «enemigo superior» para «mantener el rechazo del pueblo a otras opciones» y exigir «lealtad sin cuestionamientos», de modo que la gente prefiera «rendirse antes de arriesgarse» a «enemigos más perversos»; la presencia permanente del líder; la verdad incuestionable y la trascendencia abrogándose legados de figuras históricas y populares, al mismo tiempo que usando «verdades a medias» y justificando «medidas extremas».

Manipulación política

-I-

El contexto cubano está signado por una profunda crisis, la lucha de las mayorías por la sobrevivencia, la salida en estampida de miles de cubanos hacia cualquier parte, y la represión. Esta incluye centenares de presos, juicios y arbitrarias condenas contra los participantes en las protestas del 11-J, que involucran a cientos de familias. 

En medio de todo eso concurre la fase más intensa de la actual Legislatura, en la que se han hecho coincidir casi todos los temas de interés ciudadano y solo uno de ellos —el de las Familias—, a través de consulta popular y referendo. Así, las alarmas que debieron activar el nuevo Código Penal, la nueva Ley del Proceso penal y otras normas con implicaciones para los derechos humanos, son casi inexistentes.

Algunas evidencias:

1.- Manejo del calendario legislativo aprobado en 2019 en beneficio del gobierno y contra la ciudadanía. Fueron priorizadas las leyes y normativas encaminadas a la represión, criminalización del disenso y blindaje jurídico del Partido/Gobierno/Estado. Desde 2020 ese calendario se ha variado y aderezado; según el jurista Eloy Viera, en alrededor del 65%.

De las 39 leyes y 31 Decretos Leyes (DL) previstos, a fines de 2021 se habían aprobado 19 y 74 respectivamente. De las diez leyes planificadas para 2021 solo se aprobaron cinco y se agregaron otras dos. En lo que faltó por legislar y lo que se fue adicionando, está lo indicado arriba y, como puede verse, el país funciona más en base a DL, que competen al gobierno y le evitan ser discutidos por el Parlamento. 

Durante este año se deben aprobar veintiséis nuevas leyes, entre ellas cinco pendientes y seis nuevas, como la de «expropiación forzosa»; y catorce DL, incluidos tres nuevos y dos pendientes. Varias normas importantes para la ciudadanía confluyen en el primer semestre y una desapareció. Algunas son: reclamación de derechos constitucionales, viviendas, regulación del derecho de manifestación y reunión, nuevo Código Penal, ejecución penal y migración interna, además de identidad, migración, ciudadanía y otras.

Manipulación político

Fotografía de archivo divulgada por la Guardia Costera de EEUU que muestra el momento en que varios balseros cubanos son interceptados por los guardias estadounidenses al suroeste de Cayo Hueso, Florida. (Foto: EFE)

Señalo cuatro ejemplos:

– El DL sobre comunicación social que apareció para 2022 no estuvo previsto en el calendario legislativo. Posterior a la Constitución quedó establecida la política de comunicación social, bajo el principio de que el PCC «es rector (…) traza la política general para su desarrollo y ejerce su control». Su primer objetivo: contribuir a garantizar el consenso y la unidad nacional en torno a la Patria, la Revolución Socialista y el Partido.

– El DL sobre el derecho de manifestación y reunión, programado para  septiembre de 2020,  se aplazó y luego se elevó  a rango de Ley, pero no ha aparecido más.

– La Ley de reclamación de derechos constitucionales —renombrada como Ley de amparo de los derechos constitucionales— se viene aplazando desde octubre 2020. Recientemente Cubadebate informó que aunque el Tribunal Supremo ejercerá la iniciativa legislativa, el anteproyecto circulará a los miembros del Consejo de Ministros por su especial trascendencia. La ciudadanía no existe.

– El Código Penal se actualizó (enero 2020) con la Constitución, tres leyes y siete DL. El nuevo se aplazó desde julio del año pasado y ahora se acompaña de la nueva Ley del Proceso Penal aprobada en diciembre, un año después de lo previsto.

2.- Cobertura informativa intencionada: entre la saturación, las medias verdades y el silencio. Véanse el manejo del calendario legislativo y el tratamiento de los temas, sobre todo en Televisión, Granma y Cubadebate. Ejemplo: los nuevos códigos de Familia y Penal, en abril coinciden la consulta popular del primero y la aprobación del segundo —como el resto de las leyes— en el Parlamento.

Existe una enorme propaganda sobre el primero y casi ninguna cobertura al segundo, disponible solo en el sitio web del Tribunal Supremo. El programa Hacemos Cuba le dedicó únicamente una emisión el pasado 1ro de marzo. Sin muchos malabarismos, bastó con elogiarlo, no hablar de lo que preocuparía a los ciudadanos y relacionarlo todo el tiempo con el Código de Familias.

3.- Empleo de la ambigüedad, torcedura de términos, eufemismos, densidad de los textos, argucias para endurecer, complejizar y disfrazar la opresión. Todo eso deja una amplia brecha para subjetividades y arbitrariedades de las autoridades y la indefensión ciudadana. Están presentes en las leyes y en la comunicación social oficial. Al respecto, sugiero confrontar los códigos penales y sus actualizaciones (1979, 1987, 2020) y el nuevo previsto, así como la evolución de la Ley del Proceso Penal correspondiente.

-III-

Las dilaciones y carencias mencionadas han propiciado conflictos, represión, pérdida de confianza e irrespeto y desprotección para la ciudadanía. El calendario legislativo contempla derivaciones de la Constitución, los Lineamientos y propuestas de los Organismos de la Administración del Estado. La ciudadanía brilla por su ausencia.

No es un peligro futuro, lo están viviendo cientos de familias cubanas. Recientemente Justicia 11-J denunció las irregularidades en los juicios contra manifestantes y la no emisión de sentencias a más de la mitad, incluidos menores de edad. A la sazón, Cubalex advirtió que la nueva Ley de Proceso Penal establece plazos no limitados para la firma de sentencias, lo que viola principios del debido proceso, deja muy vulnerables a los detenidos, violenta la garantía de seguridad jurídica establecida en la Constitución y contraviene las contempladas en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

La falta de voluntad política para encarar las contradicciones y la manipulación en perjuicio de la ciudadanía, están a la orden del día y no son casuales. Le han permitido al gobierno ganar tiempo, procesar la crisis política, legitimar la impunidad y continuar blindándose. Un escenario lamentable que deriva de:

– La existencia de una sociedad cada vez más vulnerable en todos los sentidos, que la hace blanco fácil de la manipulación y el inmovilismo.

– El agotamiento e inoperancia de los tradicionales canales de participación y la inexistencia de mínimos democráticos.

– La falta de independencia de los poderes en Cuba y en particular del aparato judicial, todos con un poder unificado e ilimitado.

Entre «afectos» y «desafectos» y en medio de tanta manipulación política, conviene reflexionar, advertir y debatir con posturas propositivas. Las formas de participación y reclamos ciudadanos  son mínimas y hasta ahora ineficaces. Entre ellas, los recursos de «Queja» (individuales o colectivos) ante el Parlamento parecieran ir al vacío; de inconstitucionalidad de una ley —que requiere de quinientas firmas para ser evaluada por el mismo órgano que la promulgó— y la iniciativa legislativa que exige 10 000 rúbricas de electores.

Sin embargo, sería erróneo creer que este estado de cosas se sostendrá en el tiempo. Todavía permanecen los mencionados recursos legales; desde arriba cada vez son más los desafectos que los afectos, y abajo hay más antídotos contra la manipulación y mayor conciencia cívica.

Para contactar con la autora: ivettegarciagonzalez@gmail.com

18 marzo 2022 48 comentarios
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Cuba

Publicidad en los medios cubanos de comunicación, ¿realidad posible?

por Consejo Editorial 11 diciembre 2015
escrito por Consejo Editorial

Por: Alvaro Alvarez Vergara (alvaro11592@gmail.co­m)

Desde mi entrada al mundo de la comunicación siempre me interesó lo referente a la publicidad. Por curiosidad académica o por destapar las realidades de algo “desconocido” en la sociedad cubana.

“La publicidad está asociada al consumismo, al capitalismo salvaje y voraz”. Quizá, esta retórica desempeñó su papel en un momento histórico determinado, cuando la lucha por las nacionalizaciones, la defensa de los ideales o la herencia del pragmatismo soviético marcaba el quehacer social, político y económico.

¿Por qué una herramienta tan valiosa para el área empresarial ha sido demonizada en Cuba? Siempre me hago la misma interrogante una y otra vez. Cuando trato de encontrar una respuesta convincente, me enredo en dicotomías y ambigüedades.

Aunque constituye un concepto inacabado publicidad según el diccionario es la acción que consiste en dar a conocer al público un producto, una opinión, una noticia o a una persona, con un fin determinado.

También es considerado un hecho comercial, la empresa la debe manejar para hacer conocer el producto y concretar ventas mediante el método más lógico, eficiente y económico, es una herramienta de comercialización.

Amén a definiciones y conceptos, quisiera lanzar una pregunta, ¿se hace publicidad en Cuba? La respuesta es afirmativa. Tímida, marginada, clandestina, rácana o escasa tal vez, pero se hace.

Oficialmente, existen las Páginas Amarillas de ETECSA, “Oferta” de la Agencia Cubana de Noticias (ACN), los servicios de Cubavisión internacional o Radio Taíno, por solo mencionar algunos de los sitios masivos donde pueden acudir los anunciantes. Ahora bien, “clandestinamente” circulan otros medios, hasta cierto punto más buscados, que ofrecen servicios de publicidad. Revolico o Porlalivre representan casos populares. También están los alternativos como OnCuba o las revistas que circulan en el paquete, ejemplo Vistar Magazine, Adrenalina entre otras. Es evidente que muchos negocios privados aprovechan estos espacios para darse a conocer. Pero… ¿por qué los Medios de Comunicación masiva se dejaron “robar” el protagonismo?

La publicidad también es una forma de comunicación masiva, destinada a difundir un mensaje impersonal y pagado, a través de los medios, con el fin de persuadir a la audiencia, siendo su meta el consumo de productos o servicios específicos.

La Cuba actual, esa del nuevo modelo económico, de lineamientos, de restablecimiento de relaciones y de inversión extranjera, atraviesa por constantes cambios en aras de construir lo que se ha bien denominado el socialismo próspero y sustentable. Ante la avalancha de transformaciones en el ámbito económico se descuidan otros aspectos de la realidad que pueden incidir directamente en el éxito o el fracaso.

Comunicadores sociales, publicistas, relacionistas públicos y diseñadores carecen de protagonismo, aunque crece cada vez más el interés por sus aportes.

Mattelart (1991) afirmó que “el mundo de la comunicación social depende en gran medida de los ingresos derivados de la publicidad. Si los medios de comunicación son esenciales para la sociedad actual y la publicidad es esencial para los medios, la conclusión sobre la importancia del papel de la publicidad es más que obvia”. Nada más que agregar a este pensamiento.

Los medios de comunicación sufren un deterioro considerable, en cuanto a recursos técnicos y económicos. En cada congreso de la UPEC sale a relucir la misma incertidumbre, ¿cuándo subirán los salarios? A eso añado poca disponibilidad tecnológica y falta de condiciones de trabajo en algunos sitios. Me llama la atención que en este contexto se subestime el valor de los profesionales de la comunicación.

La apertura al cuentapropismo y la inversión extranjera hace necesario que se retome el valor de la publicidad. Cooperativas no agropecuarias, propietarios de pequeños negocios, empresas extranjeras y hasta estatales, necesitan publicitar sus productos y/o servicios ante el nuevo escenario de competencias que se avecina. Pagar por un espacio en la radio, la televisión o la prensa escrita dotará a esos Medios de una inyección de capital indiscutible para mejorar las condiciones antes expuestas.

Hasta aquí he dejado clara mi postura en favor de retomar, institucionalizar y generalizar la publicidad en los Medios de Comunicación. Ahora bien, ahondar en los beneficios que ello traería, los prejuicios y hasta las formas de hacer resulta imprescindible para sustentar mi posición.

Queda claro que la publicidad es una herramienta para aumentar los ingresos de los anunciantes, es decir, por lo general la empresa da a conocer sus productos y los coloca en el mercado para que el consumidor pueda tenerlos a su alcance y por lo tanto conocerlos y comprarlos creando una mayor rentabilidad.

Si apreciamos todo desde esta óptica, los beneficios son más que consabidos para el sistema empresarial. Sin embargo, nunca significaría adueñarnos de la lógica capitalista contemporánea, esa gastadora de más dinero para crear anuncios que en generar productos, con el único fin de convencer al comprador, aumentar las demandas, el consumo y por ende, los ingresos. Épicas son las guerras entre Coca-Cola y Pepsi o ADIDAS y NIKE. Por solo mencionar un ejemplo desgarrador, el año pasado ADIDAS duplicó la oferta de patrocinio de NIKE para vestir al club inglés de fútbol Manchester United, todo un estandarte en Estados Unidos. Más de 100 millones de dólares por llevar el logo de la marca en la chaqueta. La competencia feroz donde gana el que más invierte va en contra de los presupuestos del modelo cubano de desarrollo económico y social.

En el capitalismo la publicidad crea falsas necesidades y expectativas, manipula al público, incita el consumo absurdo, construye estereotipos perjudiciales, todo con un único objetivo desmedido: vender. Ese en un mundo saturado de marcas y mercancías, donde la rivalidad por subsistir resulta cruel. Ganar dinero cómodo y rápido es una aspiración constante e induce a la pérdida del sentido común.

“Se cae en la tentación de usar en los mensajes la denigración o la imitación falaz de los rivales, la exageración o la omisión engañosas, la simple y llana mentira, las imágenes impactantes que llamen la atención y provoquen el escándalo. La publicidad se convierte en manos de quienes no respetan sus normas en una fuente de mensajes agresivos, falsos y engañosos que causan un perjuicio injustificado. Primero, a los consumidores; pero también a la propia publicidad”. (Aznar, Hugo: Publicidad y ética: la vía de la autorregulación, Revista Latina de Comunicación Social La Laguna).

Por ello, en un imaginario social donde la publicidad sea generalizada resultará indispensable adaptar los métodos de producción de mensajes. Crear competencia eficaz sin desprecios ni voracidades, sin dañar la imagen del individuo como consumidor; así como hallar el balance adecuado entre lo comercial y lo necesario.

Todo lo anterior le corresponde a los Medios y sus profesionales. El éxito dependerá, en gran medida, de formar a los especialistas necesarios para defender un modelo de práctica publicitaria acorde con nuestros rasgos políticos, económicos y culturales.

Una publicidad por los Medios masivos de comunicación deberá proponer e informar sobre bienes y servicios disponibles en el mercado nacional basado en un consumo racional.

11 diciembre 2015 62 comentarios
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