La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica porque destruye los cerebros.
Noam Chomsky
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Un día y dos acontecimientos pueden ejemplificar el extremismo y la manipulación política en los medios oficiales cubanos. El día es el cuatro de agosto; los sucesos, las protestas del 11-J y la convocatoria de la UJC a la caravana del jueves cinco.
El extremismo político supone la ubicación espacial de las opiniones en los puntos más alejados del ámbito social de consenso. Se identifica según ideologías, métodos y procedimientos, aun cuando sea distinto el ideario político.
En Cuba ha tenido raíces institucionales durante más de medio siglo, por eso ha impregnado a la sociedad, es complejo y difícil de solucionar. Hoy se ha transnacionalizado y sus discursos sirven para justificar e incitar a la violencia y, dentro de Cuba, para mantener el poder y legitimar la represión. Con tales fines, intentan reforzar/confrontar al poder creando —que no formando—, la opinión pública.
El fenómeno mediático es global. La manipulación busca «controlar sutilmente (…) a la sociedad, impidiendo que sus opiniones y actuaciones se desarrollen natural y libremente». Sus mecanismos se facilitan en Cuba porque el Partido/Gobierno tiene el monopolio de los medios masivos y libertad en las redes sociales.
Aquí se verifican las estrategias definidas por Noam Chomsky y las cinco reconocidas como más usadas en lo político: estrategia de la distracción; dirigirse al otro como criatura de poca edad; utilizar la emoción más que el raciocinio; mantener al otro en la ignorancia y la mediocridad, y enredar, confundir y movilizar con el uso del lenguaje.
No se trata de izquierda/derecha, capitalismo/socialismo; se trata del poder. Por eso, prácticas registradas en Guatemala, Chile y otros países —criminalización de las protestas sociales y lavado de imagen de las fuerzas represivas y judiciales, por ejemplo— también se perciben en Cuba.
Medios oficiales y política
La televisión cubana es la máxima expresión negativa en ese ámbito. El cuatro de agosto exhibió, en horario estelar, el programa Las razones de Cuba con el audiovisual «Detrás de la guerra del golpe blando». El mismo aparece en la plataforma Youtube y motivó ciento veinticuatro comentarios.
El material presenta una fuerte carga de violencia y victimización para condicionar «respuestas» políticas. Reproduce matrices de opinión oficiales que van desde el negacionismo hasta el extremismo político en diversas formas. Su énfasis apunta a los peligros del «enemigo» y la posible intervención, lo que omite declaraciones hechas por la parte contraria de la emigración y el gobierno estadounidense.
Según el programa, el 11-J fue parte de un golpe blando desde EEUU y una operación de redes sociales que, además, amplificó lo ocurrido. A tenor con esto, las causas se presentan externas y lo señalado como crisis interna también obedece a ellas.
En el minuto 9.11 (de 14.37) se presentan convenientemente supuestas evidencias de vínculos terroristas en EEUU-protestantes en Cuba. Los mensajes de WhatsApp no tienen fecha y los testimonios muestran contactos posteriores al 11-J. Intentan infundir temor/indignación en los receptores, demostrar el condicionamiento externo y convencer del peligro para la soberanía.
Con toda intención se ocultan las posturas moderadas y se focalizan en las del extremo, tanto en las de dentro del país como del exterior. Solo presentan imágenes de actos vandálicos para criminalizar la protesta, justificar la represión, desviar la atención, manipular y conseguir apoyos.
En los comentarios se reproducen los códigos del material, acompañados de consignas y minimizando la represión en Cuba frente a la de otros países. Se ofende y descalifica a los emigrados que opinan sobre la Isla. De ellos aparecen críticas a medios oficiales, a la manipulación y la dependencia a las remesas.
Adicionalmente, Granma y Cubadebate merecen un comentario.
El órgano oficial del PCC publicó ese día dos textos de interés político: uno de Iroel Sánchez y otro basado en una entrevista a Teresa Amarelle, secretaria general de la FMC y miembro del Buró Político del Partido.
El primero, con estilo triunfalista, manipula los hechos del 11-J y los equipara con el Maleconazo. De ese modo, criminaliza las protestas, exalta la figura de Fidel y valoriza la convocatoria de la UJC. Los seis comentarios al texto lo respaldan con expresiones extremistas y consignas tradicionales.
El segundo sigue igual línea, pero enfocada en ratificar que «las mujeres cubanas siempre estarán al lado de la Revolución» y que son una ONG «pero eso no quiere decir que estemos en contra del Gobierno ni de la dirección de la Revolución (…)».
Cubadebate por su parte, divulgó información sobre la marcha de las investigaciones ante las protestas del 11-J. Este texto se dirigió a calmar ansiedades populares, mostrar el supuesto buen manejo de las detenciones y procesos penales, y valorar las quejas y denuncias del pueblo como expresión de confianza en la Fiscalía.
La convocatoria de la UJC en otros medios
Sus consignas reprodujeron prácticas de manipulación que intentan aparentar legitimidad y mayoría y vestir el lenguaje político con estrategias retóricas y «frases humo» que juegan bien con la psicología de las masas y son efectivas para convocar.
Telesur replicó la convocatoria y la presentó con dos objetivos: 1) contra la subversión y el golpe blando y 2) «para agradecer» la solidaridad con Cuba; sin embargo, no aparecieron reacciones. El mayor impacto que tuvo ocurrió en medios independientes e internacionales y también en las redes sociales, donde fue severamente criticada.
En Twitter, de los cincuenta comentarios, solo dos fueron de respaldo. Los otros indicaban la irresponsabilidad e incoherencia de realizar ese acto en medio del pico de contagios por Covid-19.
Así sucedió también en Facebook. Aunque en la página UJC NACIONAL no se puede observar porque es privada, se compartió en el grupo Utopía revolucionaria donde recibió diecisiete comentarios críticos.
Lecturas críticas para el cambio
Lo examinado sugiere una insuficiente capacidad del Partido/Gobierno para manejar la crisis y la urgencia de eliminar el extremismo político y la manipulación en el discurso oficial.
Se necesita democratizar el espectro mediático. La subordinación al poder político convierte a los medios en sus voceros. Estos concentran o distribuyen, según convenga, las estrategias de manipulación de las masas; reproducen y saturan con mensajes del mismo cariz y funcionan como factores de movilización política.
Lo reflejado en este análisis sugiere igualmente reflexionar sobre algunos presupuestos:
1.- Se perdió frescura, vitalidad y espontaneidad popular en apoyo al gobierno. Las organizaciones articuladas con este, incluyendo a la UJC, se atribuyen una irreal representación nacional. Y padecen los mismos síntomas: burocratización, separación de sus bases, subordinación acrítica al gobierno y reproducción de tácticas, métodos y estilos caducos.
2.- Amén de campañas del exterior, cada vez más cubanos dentro y fuera de Cuba perciben que el Estado y los medios mienten, desinforman, manipulan, tuercen derechos, no socializan reclamos populares sino mensajes de interés del gobierno y mantienen un estilo triunfalista nocivo para el país. Ellos y el discurso oficial viven y muestran otra Cuba.
3.- Hoy priman la falta de inteligencia política y valoración del contexto para encarar los desafíos del disenso y la fractura de la sociedad cubana. Lo examinado evidencia la poca capacidad del Partido/Gobierno y organizaciones afines, para calcular el costo político de la represión, el voluntarismo y la incoherencia. La convocatoria a la caravana fue errática y pudo rectificarse. Cuba estaba rompiendo récord de contagiados y fallecidos por Covid-19 en esos días y los que han seguido.
El derecho a la comunicación no es de medios ni gobiernos, es de los pueblos. No habrá solución al problema de Cuba si no se encara en su real dimensión; si no se enfoca la mirada hacia adentro; si se sigue pretendiendo engañar a todo el mundo todo el tiempo, y si se continúan estimulando desde el poder el extremismo político y la manipulación que tanto dañan al país.
Para contactar a la autora: ivettegarciagonzalez@gmail.com