¿Cuál es la situación objetiva hoy del ICAIC? El edificio blanco por un lado, una buena parte de los cineastas por otro. Una presidencia que parece más interesada en pequeños golpes de efecto que en transformar lo que debe ser transformado. Una Ley de Cine largo tiempo reclamada y aún incierta. Una Asamblea tal vez minada de radicalismos pero que hace gala de espíritu democrático, una paciencia admirable y un espléndido civismo.
Las declaraciones del resto de los integrantes de la Asamblea destacaron por su concisión, precisión, honestidad y firmeza. Altura intelectual y cívica como no recuerdo haber visto reunidas antes en un auditorio.