Dos mujeres en casa
Acostumbrados como estábamos a un humor de estirpe costumbrista, arraigado en la tradición del vernáculo y la picaresca, o bien con masivas dosis de sátira política, no es de extrañar que cuando, allá por los años ochenta, irrumpió en los hogares cubanos la sitcom Man about the house (Un hombre en casa), el humor que rezumaba no satisfizo el paladar de todos. A fuer de justos, había otras razones además de las diferencias entre el ingenio británico y el latino: para empezar, la realidad que reflejaba la serie nos era esencialmente ajena.