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GAESA

Habana

La Habana: híbrida y enchufable

por Néster Núñez 27 mayo 2023
escrito por Néster Núñez

Un híbrido enchufable es la solución perfecta. Te da la autonomía eléctrica que necesitas para tus trayectos diarios y la flexibilidad del motor de gasolina para viajes más largos)

De Matanzas a La Habana los carros particulares cobraban mil pesos el pasaje, y a esa hora de la tarde (2:00 p.m.) ya no había camiones. Pero una guagua que iba de Varadero al aeropuerto José Martí paró enseguida y fui turista mientras duró el viaje: buena música, no reguetón y, con aire acondicionado incluido.

Antes de bajar en el Parque Central, el chofer avisó: “Son cincuenta pesos por persona”. Casi hago por pellizcarme, por si era un sueño, y cuando vi que era real hasta pensé en dejarle propina, pero me dije que los canadienses o los argentinos que recogería tendrían mejor economía que yo. Bastó el solicitado billete de Máximo Gómez más un bien sentido: “Gracias, chofe”, y puse el pie derecho en la acera, para que la suerte no se fuera de mi lado.

HabanaNo voy a negarlo: antes, yo iba directo al Capitolio. Claro, uno no iba así, al pecho, sino con esa cautela del que no quiere que sepan que vienes de una “provincia del interior”, que eres un guajiro, vaya. Me encantaba el señor de la cámara vieja sobre el trípode, el que se metía debajo de la tela negra para hacer su magia, su química, y entregarte luego unla foto de bastante mala calidad y aún mojada.

Esta vez, primero, no vi a ningún fotógrafo de esos. Y segundo, no quería no distraerme de las cosas prácticas por las que había ido a la capital de todos los cubanos, a la Poma, como se decía en mis tiempos. Tenía que ir al Cerro a arreglar unos lentes, y de paso, conseguir comida más barata. La idea era ir a La Cuevita, porque allí venden de todo, según me dijeron. Estuve como tres minutos decidiéndome bajo la sombra de los árboles frente al Teatro Nacional, y terminé por hallar el equilibrio: paseo y comida para lo que quedaba de tarde. Los lentes en El Cerro serían para el otro día.

Habana

(Cuando la autonomía eléctrica del Santa Fe Híbrido Enchufable se acaba, se activa el modo híbrido, lo que te permite utilizar el motor de gasolina, el motor eléctrico, o ambos. Ve hasta donde lo necesites…)  

La Habana tiene esto del Morro, los hoteles nuevos, muchos más negocios que en otras provincias… pero la mayor parte de la gente que vive allí pasa el mismísimo trabajo que el resto de los cubanos. El cigarro que venden en la bodega no es el Popular feo de la fábrica de Holguín, sino el Popular azul, con filtros, que parecen de juguete por serlo chiquitos. Y hay esos módulos de pollo, picadillo y salchicha todos los meses; más gas de la calle en muchos barrios; y las “gacelas” que siguen surcando con su amarillo de taxi el gris sucio de buena parte de la ciudad, parece que son como si fueran de petróleo.

Y muchos más almendrones. Y muchos más edificios en ruinas. Ah, y Gaesa y la Revolución están levantando el hotel más alto de Cuba. Pregunto y un constructor me responde que ya llegaron al tope. Cuarentaiún pisos, creo que dice. Aspiran a llenarlos de turistas algún día, o si no, ¿para qué lo construyen? Para un cochero por la Catedral, el negocio está bien malo. “Se hace alguito, pero nada comparable a antes de la pandemia. El que te diga otra cosa te está mintiendo. Hazme caso, que yo soy viejo en esto”.

Habana

Hay más banderas cubanas que en otras ciudades. Y más grafitis. El conjunto escultórico dedicado a Antonio Maceo no está rodeado de cercas de hierro, como el de José Martí en el Parque de la Libertad de Matanzas, y por eso unos adolescentes juegan allí como si estuvieran en la mismísima Expocuba o en el parque Lenin.

Habana

(MÁS GRANDE. MEJOR. PREPARADO PARA EL FUTURO. Con su increíble diseño, el Santa Fe Híbrido enchufable está listo para conectarse y ofrecerte una gran gama de servicios inteligentes)

Hablando otra vez de la gente de La Habana: normales. Ni más oscuros ni más lindos ni más feos que el resto de nosotros. Es más, ni se les ve en las caras que estén a punto de protestar por cualquier cosa. Transporte hay mucho menos que antes, se nota en La Rampa, por ejemplo, casi vacía a las cinco de la tarde. Y hay perras colas en los servicientros, o no, si total, están desabastecidos. Y los habaneros tranquilos, sentados en las aceras sentados conversando mientras conversan con los vecinos o buscando igual que yo el lugar de la comida más barata. Cerveza encontré en muchas partes, incluso importada, a ciento cuarenta, la importada. Eso es como a 75 centavos de dólar, dado el cambio actual. ¿Qué estaba hablando?: La Habana sí tiene su talla.

HabanaUna señora me ve con la cámara y pregunta si yo mando a concursos. Le doy un poco de muela para ver por dónde viene y lo que me dice es que tiene una foto que gana en cualquier parte. Está sentada en el quicio de su casa con la bisnieta y una vecina. Me muestra el celular. Es María de Las Mercedes, su bisnieta. “Faltaba un mes para que naciera y mira ya como empujaba”. Sonríe ella. Le digo que tremenda foto, que me la mande por WhatsApp para ver qué se hace.   

Habana

En fin, que recorrí en esos dos días unos cuantos municipios: Habana Vieja, Centro Habana (los amigos que me alojaron viven en un cuarto en El Vedado), Plaza, El Cerro y… Marianao. Allí vi la prosperidad con mis propios ojos, que casi se quedan bizcos: estaban vendiendo ciruelas, como diez o doce en un pozuelo plástico, y no estaban ni tan siquiera maduras. A lo que me refiero es que no fui a Miramar ni a los otros repartos de la gran alcurnia, y aun así conseguí queso blanco a 450 pesos (¡me ahorré 50! En mi ciudad está a 500 la libra).

Lo otro que novedoso que vi fue un Hyundai Santa Fe cogiendo carga en una de esas casonas venida a menos, en la mismísima Centro Habana. O no sé si me llamó más la atención la escalera de mármol, la estatua que perdió la cabeza o los sofisticados adornos que algún día también terminarán destruyéndose, al paso que vamos.

HabanaEsto tampoco voy a negarlo: lo del Hyundai tuve que googlearlo, porque vi el cable pero no estaba seguro de que fuera un Híbrido enchufable. Y sí, confirmado. En España cuesta 48 860 euros. No quise ni buscar el precio en Cuba porque, total, dicen en las redes que ya hay un Tesla de más de 100 000 circulando por las calles de la Poma.

Una última cosa, a modo de chisme. Alguien hoy está jugando con el catao aquí en mi barrio. Han cortado la corriente tres veces en lo que escribo esto, y la batería de mi backup no sirve desdeya hace rato. Voy a buscar en Google a ver si algún compatriota inventó una PC que funcione con petróleo. La verdad, no me asombraría. Hubo algunos que sacaron gasolina del plástico ahí mismo, en el patio de su casa.  

Habana

27 mayo 2023 2 comentarios 549 vistas
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Control tigre

Hay que cabalgar el tigre

por Mario Valdés Navia 5 mayo 2023
escrito por Mario Valdés Navia

-I-

Cuando los sijs indios decidieron luchar por una sociedad sin castas, libre del numeroso panteón de dioses y demonios de la religión hindú que gobernaba sus vidas de manera asfixiante, tuvieron que imponerse al dogma de que: «El que monta a un tigre, no puede descabalgar». En su lugar, proclamaron que: «Hay que cabalgar el tigre», domarlo y llevarlo por buen camino.

Mil años después, entre los refranes populares convertidos en mitos fundadores de la Revolución Cubana se encuentra: «Esto no lo tumba nadie, pero no lo arregla nadie tampoco». Aunque puede interpretarse como reflejo del apoyo popular al Gobierno a pesar de sus desatinos, o un reconocimiento a la eficacia de su aparato represor, siempre me ha parecido un argumento falaz para justificar la eternización del grupo hegemónico en el poder.

Continuidad

(Foto: APF)

Siguiendo con los adagios, prefiero este atribuido al mismísimo Albert Einstein: «No podemos resolver problemas con el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando creamos ese problema». Un pretendido nuevo modelo civilizatorio que no muestre sus ventajas en lo económico y político, difícilmente podrá imponerse en los demás planos de la vida social de manera definitiva.

Sin un programa de gobierno creativo, flexible, sustentable y fiscalizado por la ciudadanía, que garantice elevados y sostenidos índices productivos y una vida cada vez más democrática, sus éxitos podrán ser grandes y sorprendentes coyunturalmente, pero, al ser efímeros, estará condenado a desaparecer más temprano que tarde. La soberbia, intolerancia, y en ocasiones ignorancia, de los grandes decisores no es apropiada para estos menesteres.

Si se trata de un gobierno de vocación socialista, donde la burocracia alta y media tiene la potestad de usufructuar la riqueza colectiva que el pueblo le ha confiado, es imprescindible establecer mecanismos reales y efectivos de control popular capaces de abortar esta tendencia. Varios han sido los proyectos diseñados para hacerlo realidad, pero los resultados han sido infructuosos. Repasemos algunos de ellos y analicemos qué podría hacerse para lograrlo en nuestro contexto actual porque los cubanos, como los sijs, hemos de cabalgar al tigre.

congreso

El VIII Congreso del PCC tuvo como idea central la continuidad del proceso (Foto: AFP)

-II-

El triunfo de la Revolución de Octubre no llevó al poder a los soviets de obreros, campesinos y soldados, sino a un gobierno minoritario y omnímodo, el Comisariado del Pueblo, que pronto aplastó a cualquier otro oponente político, aun a los que hicieron la sublevación junto con ellos (eseristas de izquierda, mencheviques revolucionarios, anarquistas). Luego, se volvería contra sus propias disidencias internas (Oposiciones Obrera, de Izquierda, Unificada, etc.) y las extinguiría sin escatimar coerciones y violencias de todo tipo.

En sus últimos escritos, Lenin insistía en crear la Inspección Obrera-Campesina, organismo independiente del Gobierno que fiscalizaría las acciones de la burguesía y la burocracia. Con la llegada de Stalin y sus apparashicks al Poder, Trotsky comprendió tempranamente que la misión de la Inspección cambiaba y se volvía imprescindible: «Pasaron del control sobre la burguesía a la administración de la propiedad nacionalizada. De la administración obrera, al dominio de la burocracia. El nuevo control obrero significaría control sobre la burocracia.» Debería ser el paladín del pueblo ante la burocracia usurpadora, pero jamás lo fue en ningún país de vocación socialista.

Foto: Sputnik Mundo

En países capitalistas donde el movimiento obrero y progresista adquiría determinadas cuotas de poder, como en la Cuba de los años treinta, se crearían instituciones tipo Tribunal de Cuentas, entidades fiscalizadoras superiores estructuradas como un órgano colegiado responsable de investigar y juzgar la regularidad de las cuentas y gestiones financieras públicas. Sus expertos estaban facultados para realizar la auditoría contable y financiera de todos los sujetos económicos con independencia del Gobierno, aunque la efectividad de este mecanismo para eliminar la corrupción nunca fue alta.

En Latinoamérica, su equivalente son las Contralorías Generales de la República. Con más o menos autonomía en su gestión, estas instituciones han terminando plegándose casi siempre a los poderes del Estado, o llevando a cabo una labor quijotesca que logra desenmascarar determinados negocios turbios, pero es incapaz de eliminar la corrupción como fenómeno consustancial al sistema.

La metástasis de la corrupción en varios países ha llevado a la instauración de verdaderos Estados mafiosos. En estos, una parte importante del PIB se crea por vías ilegales y turbias, lo cual permite a los grupos oligárquicos delincuenciales hacerse con grandes cuotas de Poder y subordinar al Estado/Gobierno a sus fines expoliadores.

-III-

Tras el triunfo de la Revolución el control público sobre el Gobierno, que antes se mostraba inefectivo, ha sido casi nulo. Ante la prevalencia del poder Ejecutivo sobre el Legislativo y el Judicial ─ establecido en la poco mencionada Ley Fundamental de 1959─ pocos resquicios quedaron para fiscalizar públicamente a los cuadros administrativos. En sectores esenciales para el país y conflictivos jurídicamente como las relaciones agrarias, las demandas ciudadanas contra el INRA y luego el MINAGRI ni siquiera irían a los tribunales; habría que resolverlas dentro del ministerio.

Transformaciones

Fidel junto al doctor Osvaldo Dorticos, ministro Encargado de la Ponencia y Estudio de las Leyes Revolucionarias, firma la Ley de Reforma Agraria, el 17 de mayo de 1959. (Foto: Sitio Fidel Soldado de las Ideas)

La inspección y el control populares sobre la burocracia quedaban en el limbo de los documentos y declaraciones de principios, pero ningún mecanismo práctico empoderaba a la sociedad civil para hacerlo. Las quejas a las autoridades y los anónimos con denuncias de casos aislados serían atendidos a discreción de los propios organismos partidista/estatales ─es decir, se cocinarían en su propia salsa─ y las excepciones no se pasarían por alto.

En la posterior fecha de 1973, a raíz de un valiente fallo de la Sala de Asuntos Constitucionales favorable a artistas y escritores que habían sido parametrados, se eliminó la potestad del Tribunal Supremo de Justicia de decidir sobre la constitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, cuando fueren objeto de controversias entre partes. Este fuero, que provenía de la Constitución de 1901 y fue ampliado por la del 40, nunca más se ha devuelto al sistema de justicia ni siquiera en la Constitución 2019, a pesar de ser ampliamente solicitado en la consulta popular.

Derecho

(Foto: BBC)

En lugar de alguna forma de inspección popular acorde con el carácter supuestamente socialista del Estado, en 1976 se creó el Ministerio de Auditoría y Control para «perfeccionar la vigilancia sobre los bienes patrimoniales públicos». Más de treinta años después, en 2009, con el pretexto de que «su jerarquía era asimilable a la de otros ministerios lo cual mermaba la autoridad de sus decisiones en el orden funcional», la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) promulgó la ley No. 107/09 «De la Contraloría General de la República de Cuba».

Su creación se correspondía con los postulados de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (2003) que Cuba firmara en 2005 y ratificara en 2007. El nuevo órgano se encargaría de: «ejercer la más alta fiscalización sobre los órganos del poder público, la administración de su patrimonio y la prevención y lucha contra la corrupción administrativa». Aunque se subordina únicamente a la propia ANPP y está estructurada verticalmente en todo el país, en la práctica depende del presidente de la República, quien le encomienda hasta a quién inspeccionar.

Para demostrar su falta de potestades para combatir la corrupción de cuello blanco y poner orden en el desbarajuste económico nacional, basta saber que sus inspectores no pueden fiscalizar ninguna entidad perteneciente al holding GAESA. Esto se debe, no solo a que sus principales empresas y el conglomerado en sí están inscriptos en otros países, sino porque, al ser considerado oficialmente como parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, sus acciones están protegidas de la fiscalización civil por el manto del secreto militar; aun cuando estas entidades no produzcan, importen o comercialicen armamentos, sino otros bienes y servicios que consumen habitualmente la población civil y el turismo.

negros

(Foto: Cibercuba)

Como los sijs indios del medioevo vencieron al tigre teocrático hindú, los cubanos tenemos la misión histórica, no de destruir o ignorar a la burocracia, pero sí de reducirla al mínimo, someterla al control popular e impedir la eternización del empoderamiento del tigre del burocratismo. Ese camino pasa por la fiscalización popular del Gobierno/Partido/Estado mediante una versión moderna de la Inspección Obrero-Campesina bolchevique, o algún tipo de defensoría efectiva del Pueblo.

Solo una institución colegiada, legalmente constituida con poderes supra administrativos y autonomía individual, obligada a rendir cuentas públicas solo a la máxima instancia del Estado —la Asamblea Nacional del Poder Popular— podrá limitar los excesos y trapicheos de los elementos todopoderosos de la oligarquía burocrática con la propiedad pública y otras riquezas nacionales, y retrotraerlos a sus legítimos dueños y usufructuarios: los elementos populares de la nación, honestos y emprendedores, tanto de la Isla como de la diáspora.

5 mayo 2023 6 comentarios 1,2K vistas
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Marx

Política económica cubana vs Marx

por Mario Valdés Navia 10 noviembre 2022
escrito por Mario Valdés Navia

Quizás no exista pensador más citado a nivel mundial que el judío alemán Karl Marx. Es que sus dos aportes principales al pensamiento: la concepción materialista de la historia y la teoría de la plusvalía, garantizan su presencia tanto en las disciplinas sociales y humanísticas como en las científico-económicas.

Su obra cumbre, El Capital, fue considerada entre las más importantes del milenio anterior y es una de las más estudiadas en las facultades de economía. Sin embargo, en Cuba sus ideas son poco conocidas, en las publicaciones de los últimos treinta años apenas es citado y referenciado, y sus concepciones económicas son olímpicamente ignoradas en la política económica y social del Gobierno/Partido/Estado, a pesar de la declarada adhesión al marxismo que se refleja incluso en la Constitución.

¿Será que su ideario económico decimonónico ya no funciona en el actual contexto?  ¿Existe una estrategia económica del PCC que supera las ideas de Marx y responde mejor a las necesidades de nuestra época? ¿Cuáles son los elementos de política económica cubana que han trascendido los postulados de la economía política marxista y qué impactos ha provocado su aplicación?

-I-

El Capital (1867) es una de las investigaciones científicas más escrupulosas jamás realizada, y su objetivo: explicar el mecanismo esencial de la explotación capitalista, fue logrado con creces. A partir de los aportes de los ingleses Adam Smith y David Richard, Marx explicó el mecanismo de funcionamiento de la economía mercantil en su etapa de apogeo: el capitalismo.

Al hacerlo, dejó sentado que el modo de producción burgués era la forma superior de economía lograda por la humanidad y que solo desaparecería cuando agotara todas sus posibilidades de desarrollar la producción para la obtención de ganancias a partir de la usurpación capitalista de la plusvalía.

Entre los elementos básicos del capitalismo que Marx destaca como superiores a los anteriores modos de producción se encuentran: carácter mercantil de la producción que subordina a todas las demás esferas; libre circulación de las mercancías, incluyendo la fuerza de trabajo; libre competencia que genera el fomento científico-técnico y la diferenciación de los productores; existencia de una superpoblación relativa, en forma de ejército de desempleados, que presiona a la baja los salarios e incrementa las ganancias; democracia burguesa, que extendió las libertades individuales de carácter jurídico/político a toda la ciudadanía.

Para que este régimen funcione, Marx señala un problema económico cardinal: la realización de las mercancías, es decir, su venta final que permita reponer todos los costos de producción y circulación y obtener la plusvalía. Este problema genera otros dos: las crisis económicas cíclicas de superproducción, que destruyen parte de la oferta para equilibrarla con la demanda; y la llamada cuestión de los mercados. Esta última determina  la sobreexplotación (colonización) de los pueblos atrasados por las grandes potencias para extraer sus recursos de manera expedita y vender sus productos ociosos.

Si el capitalista no logra vender las mercancías (bienes o servicios), no podrá recuperar los elementos de capital que invirtió a riesgo inicialmente y no podrá reproducir el capital, por lo cual se detendría todo el ciclo económico. Esos elementos a reproducir inexorablemente, aunque en ciclos diferentes, son: infraestructuras (almacenes, carreteras, puentes, redes de comunicación), edificios, maquinarias e instrumentos; materias primas, combustibles y lubricantes; y la mano de obra asalariada.

Esa reposición es obligatoria en cualquier sociedad mercantil que pretenda reproducirse, sea capitalista o un gobierno que se proclame socialista y pretenda construir una nueva sociedad. Al menos eso decía Marx, y todos los economistas y políticos —capitalistas y socialistas—, estuvieron conformes; hasta que llegó la Revolución Cubana y consideró posible superar a Marx y lograr una economía a voluntad del grupo de poder, sin realización de las mercancías ni reproducción del ciclo económico.

Marx

(Imagen: La Izquierda Socialista)

-II-

Con las teorías de transformación social ocurre lo mismo que con los planes de batalla. En cuanto suena el primer tiro se desmoronan y es preciso comenzar a readecuarlos a las nuevas situaciones para lograr la victoria. Ni los bolcheviques ni los maoístas lograron aplicar a pie juntillas sus planes de construcción del socialismo. Los primeros, tras varios intentos de reformas (Lenin, 1920; Kruschov, 1956; Gorbachov, 1985) naufragaron en las contradicciones de la Guerra Fría y, sobre todo, en las internas, propias de su inoperante modelo estatista-burocrático.

Los chinos, aún después de los errores y horrores del maoísmo (1949-1978), y sin abandonar su régimen autoritario, fueron capaces de experimentar con un nuevo modelo: el socialismo de mercado, que les permitió adoptar senderos más expeditos para acercarse al ideal de una sociedad medianamente próspera para las mayorías. Vietnamitas y laosianos han seguido ese camino a partir de sus peculiaridades nacionales.

En Cuba, la tendencia predominante ha sido la de inventar a partir de sucesivas improvisaciones, sin aplicarle mucho pensamiento científico. Actuar voluntaristamente sobre la base de dos principios azarosos: fe en la palabra de los líderes superiores; y posibilidad de encontrar y explotar financiamientos externos para el crecimiento sin desarrollar fuentes endógenas sustentables. Una negación absoluta del legado del primer revolucionario cubano, el Padre Félix Varela, quien no solo «nos enseñó primero en pensar», sino que también advirtiera: «el error no consiste en cometer errores, sino en insistir en ellos».

Desde los años sesenta hasta hoy, de manera continua y sistemática, los postulados económicos marxistas han sido ignorados, negados en la práctica —aunque adoptados oportunistamente en el discurso— y supuestamente superados por políticas económicas forjadas y aplicadas a partir de disquisiciones y decisiones que parecían brotar de mentes alucinadas o de «la universidad caprichosa de las nubes» (Marx).

Entre ellas se encuentran varias que, a pesar de su falta de resultados, duraron años: estatización de las tierras no distribuidas a los campesinos tras la Primera Ley de Reforma Agraria (1959); ciclo antiazucarero, industrialización acelerada y diversificación agrícola (1960-1963); expansión azucarera sin precedentes, auge monoproducción y monoexportación (1964-mediados 80); paso a una economía de servicios mediante acuerdos gubernamentales y desmantelamiento de los sectores agro-industriales (2002-2018).

A esto se suman medidas tomadas en determinado momento y que ya pocos recuerdan el por qué. Entre ellas: retiro del Banco Mundial (1960), pues la política económica de dicho organismo «está lejos de ser efectiva» para la economía cubana que estaba siendo encauzada «de acuerdo a un plan definido»; constitución de los Órganos Nacionales de Acopio, especializados por productos (1962); Segunda Ley de Reforma Agraria (1963), que eliminó el capitalismo agrario y elevó la propiedad estatal al 70% de las tierras cultivables; etc.

Marx

“Soy marxista leninista y lo seré siempre”, asegura Fidel en esta página del periódico Revolución, órgano del Movimiento 26 de julio. (Foto: Archivo)

Peor aún son aquellas políticas que pudieran clasificarse como eternas, a las que se apela una y otra vez como panaceas que nunca funcionan, entre otras: medidas restrictivas, no expansivas, para equilibrar administrativamente la oferta y demanda (racionamiento, colas, precios topados); subidas de salarios y pensiones sin respaldo productivo; y usurpación centralizada para otros fines de los fondos de reposición y acumulación de las empresas, condenándolas irremediablemente a la obsolescencia tecnológica y la descapitalización.

En sentido general, las políticas económico-sociales han tendido a la ampliación de la brecha entre la oferta y la demanda, debido al crecimiento de la demanda efectiva de la población por el incremento del empleo, los ingresos y una distribución más equitativa de estos por una parte y, al unísono, la reducción de la oferta de bienes y servicios de otra por ineficiencia, baja productividad, gastos excesivos y balanza de pagos deficitaria.

El resultado en los últimos tres decenios es la reducción de los niveles de consumo reales y la libre distribución de bienes, lo que apunta hacia más inequidad y menos justicia social y resulta contrario a lo proclamado en la estrategia de desarrollo humano establecida y al contrato social entre el pueblo y sus gobernantes.

Respecto al legado de Marx, quizás lo más negativo es el desprecio al significado que el pensador otorgaba a la realización de las mercancías. Con una economía manejada de modo idealista y voluntarista, más con criterios ideo-políticos que económicos, se creyó posible garantizar la reproducción mediante mercados cautivos, tanto nacionales (consumo regulado) como internacionales (acuerdos gubernamentales).

Lo peor es, que aun cuando desapareció el campo socialista y Cuba logró superar los peores efectos del Período Especial, estos pseudo-principios quedaron como axiomas imperecederos en la política económica-social.

Incluso, en el último decenio, cuando la economía pasó a estar controlada por una Empresa-Estado (GAESA) que la gestiona en su beneficio particular, estas prácticas se mantienen casi incólumes. Muestra de ello es el novedoso sistema de las tarjetas MLC —aparente sustituto cubano del crédito comercial— mediante el cual los compradores nativos que las poseen tienen que entregarle las divisas en efectivo a los bancos de las empresas comercializadoras antes de comprar las mercancías y servicios.

El resultado lógico es que estas empresas se interesen muy poco por la realización efectiva de las mercancías que hacen el favor de comprarles en el exterior —y también a productores nacionales— a sus generosos, forzados y molestísimos clientes. El viejo problema marxista de la realización de las mercancías parece haber sido resuelto administrativa y compulsivamente por el férreo monopolio de GAESA y sus servidores en la dirección de la economía y la sociedad.

Pero cuidado, un mecanismo como este solo puede funcionar en medio del más estricto control de las finanzas, producción, circulación y consumo que una empresa haya conseguido jamás. La Real Compañía de Comercio de La Habana (1740-1757), con tanto o más poder que GAESA, intentó hacerlo y a los diecisiete años renunció por las grandes pérdidas que tenía. El rey y los oligarcas de entonces comprendieron que dejar hacer a los productores y cobrarles los correspondientes impuestos era más eficaz y eficiente económicamente que tratar de controlarlo todo para beneficio de su gigantesco  oligopolio.

Aquellos no podían haber leído a los clásicos de la economía política capitalista porque aún no habían surgido, pero eran mentes capaces de innovar sus mecanismos de expoliación en pos de rentabilizar mejor sus inversiones. Los actuales han ignorado hasta los postulados más generales de Marx, su supuesto mentor. Con sus pseudo-invenciones de política económica están matando a la gallina de los huevos de oro de manera cada vez más acelerada. 

10 noviembre 2022 36 comentarios 1,7K vistas
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Libertad

El viento fresco de la libertad

por Mario Valdés Navia 17 octubre 2022
escrito por Mario Valdés Navia

Un fantasma recorre Cuba, el fantasma de la libertad. Ni alisios húmedos y calientes, ni frentes fríos continentales, azotan tan fuerte en estos tiempos como esa brisa constante, llena de zozobras, que sopla a todo lo largo del archipiélago. Cuando en determinados sitios surgen áreas de alta presión —apagones, hambre, encontronazos con la policía—, aparecen súbitas mangas de viento en forma de cacerolazos, manifestaciones, tánganas y consignas voceadas a pleno pulmón, que suelen incrementarse en momentos de oscuridad.

Si los miles de protestantes fueran pagados realmente con dinero del Imperio, hace rato que el valor del USD se hubiera depreciado en todo el país y hubieran quebrado los fondos del Gobierno estadounidense para fomentar la subversión. ¿Será la falta de mantenimiento a las termoeléctricas lo que ha lanzado a miles de cubanos y cubanas de todas las generaciones a las calles a protestar? Si ya tuvimos un 11-J en 2021, ¿cómo le llamamos a esto que anda recorriendo el país a ritmo de reality show: el Otoño Turbulento de 2022? ¿Cómo explicar lo que está pasando en la Siempre Fiel Isla de Cuba?

-I-

Los regímenes totalitarios parecen fáciles de etiquetar cuando el clasificador se atiene a rasgos muy generales: Estado omnipresente; líder carismático; partido único; clases sociales convertidas en masas; ficción ideológica; violencia física y/o simbólica contra todo tipo de oposición o disidencia; enemigo externo al que achacar todos los males. Pero estos elementos no bastan para comprender cabalmente, y mucho menos transformar, un país totalitario. Es preciso analizar cada nación con los lentes que lleva.

En cada caso concreto, estos rasgos adquieren multiplicidad de matices y suelen aparecer tan metamorfoseados por el contexto histórico-cultural de la época, que se torna casi imposible distinguirlos de otros modelos autoritarios, como dictaduras caudillistas y tiranías militares, quienes también coartan las libertades individuales. Cuando se trata de países donde estas son parte de la tradición política, el totalitarismo parece brotar espontáneamente de la propia historia nacional.

La creadora de la teoría del totalitarismo, la filósofa, historiadora y politóloga judía alemana/estadounidense Hannah Arendt (1906-1975), aseguraba que solo había conocido dos regímenes totalitarios: la Alemania de Hitler y la URSS de Stalin. En su escueta lista ni siquiera incluía a la Italia de Mussolini, debido a la ausencia en ella de lo que llamaba dominación total y su instrumento por excelencia: el Terror Total.

Libertad

Hannah Arendt (Foto: Museum of Jewish Heritage)

Aunque los epígonos de Arendt abrieron el espectro de regímenes totalitarios a todos los continentes, en el caso de Cuba suele abusarse de la supuesta influencia soviética al dar por sentado que se estableció un Estado a imagen y semejanza del estalinista. Basta un vistazo a la primera década de transformaciones revolucionarias para comprender que las limitaciones a las libertades individuales se manifestaban a la par que las contradicciones con el gobierno soviético en aquella etapa del llamado socialismo cubano (1960-1971).

Desde el triunfo del 1ro de enero de 1959, el Gobierno Revolucionario Provisional (GR), instaurado tras la victoria del Ejército Rebelde y la huelga general antigolpista, adoptó la forma de una dictadura militar con un ropaje civilista apenas disimulado. Las condiciones primigenias para ello fueron determinadas tempranamente: entrega por el presidente Urrutia a Fidel de su facultad de Comandante en Jefe de todas las fuerzas de Aire, Mar y Tierra de la República (2-1-1959) y aprobación por el GR de una nueva Ley Fundamental que le atribuía al Consejo de Ministros potestades legislativas (7-2-1959).

A partir de ese momento, el GR hizo y ejecutó las leyes —de hecho, es algo que no ha cambiado en esencia hasta hoy. El presidente quedaría como figura decorativa. Cuando el 16 de febrero del 59 se designó a Fidel como Primer Ministro, en sustitución de José Miró Cardona, este asumió a condición de: «tener el control directo de la política general».

Apenas habían transcurrido los primeros meses de 1959 y ya el estatus quo anterior al golpe de Estado del 10 de marzo ha quedado desmantelado en medio de la vorágine revolucionaria: cerrado el Congreso de la República; cesantes los funcionarios electos, sustituidos por comisionados designados por el GR; creados los Tribunales Revolucionarios; y establecidos organismos supraestatales como el INRA, capaz de ir más allá de la letra y el espíritu de la propia Ley de Reforma Agraria que le dio origen.

En mayo de 1959 Fidel afirmaría que la Revolución no era: «ni capitalista ni comunista […] entre el capitalismo que hambrea al pueblo, y el comunismo que resuelve el problema económico pero suprime las libertades […] nuestra revolución no es roja, sino verde olivo, el color del Ejército Rebelde que surgió del corazón de la Sierra Maestra».

Sin embargo, la liberación de la tiranía de Batista y el inicio de una profunda revolución social encarnaban ya en una dictadura militar de corte bonapartista, donde el líder adoptaba medidas de amplio beneficio popular y el pueblo le entregaba facultades omnímodas para conducirlo sin cortapisas, según su voluntad. Era el inicio del fin de la libertad ciudadana, principio rector de la República y valladar más seguro para evitar la creación de un Estado totalitario.

Libertad

Manuel Urrutia Lleó, Fidel Castro y otros miembros del gabinete del primer gobierno revolucionario de Cuba. (Foto: Archivo / Cubadebate)

-II-

A pesar de la decadencia económica sostenida, las oleadas migratorias y los altibajos políticos de medio siglo de Revolución en el Poder; nunca como hoy se había puesto en aprietos internamente al modo de gobernanza establecido desde 1959 por el Gobierno/Partido/Estado. Ni siquiera la debacle del modelo estatizado durante el Período Especial, ni las tímidas reformas iniciadas en 2008, modificaron tanto la correlación de fuerzas internas hasta llegar a las actuales protestas y enfrentamientos callejeros —aun en modo golpizas inmisericordes de un solo lado.

Las condiciones para la brega libertaria popular se han agudizado desde 2019. De ellas, tres me parecen cardinales: falta del líder carismático con el que la masa había sellado un peculiar e intransferible contrato social; entrega de la economía nacional a los intereses particulares de grandes accionistas nucleados en un consorcio empresarial de origen militar (GAESA), en detrimento de todas las demás esferas; y acelerado deterioro de la actividad económica y el nivel de vida, crisis demográfica y despoblamiento acelerado, sin que el Gobierno/Partido/Estado haya tomado ninguna medida eficaz para revertir tan funestas tendencias.

Por otro lado, un grupo de factores concomitantes están propiciando estos aires de libertad que frotan las mentes de cubanos y cubanas y, cual lámpara de Aladino, despiertan sentimientos, valores y actitudes que aparentaban estar muertos cuando solo dormitaban. Entre ellos: el fin de la ficción ideológica totalitaria a partir de la pérdida del monopolio de la información masiva por parte de los medios estatales; aproximación entre la población de la Isla y los emigrados, e incremento de los nexos en ambas direcciones; posibilidad de comunicación en tiempo real con el resto del país y del mundo a través de las redes sociales por datos móviles.

Todo parecía indicar que el carácter cerrado, esotérico y hasta mitológico de que hacían gala la dirección cubana y su estilo de gobernanza hasta la primera década del siglo XXI, contribuía decisivamente a mantener la ficción ideológica en gran parte de las masas, aún en tiempos de Internet, condición sine qua non para garantizar la supervivencia de su poder omnímodo.

No obstante, al convertirse la telefonía celular en un lucrativo negocio de GAESA se aceptó la posibilidad de obtener cuantiosos ingresos oligopólicos con la extensión de los servicios digitales y las redes sociales. Ello dio al traste con aquellas reticencias comunicativas y abrió las puertas a un potente flujo libre de información. Como bien saben los políticos inteligentes, este es un factor capaz de disolver cualquier mito, leyenda, o precepto ideológico fosilizado en la mente colectiva durante décadas, por el simple recurso de la confrontación de evidencias y la erosión del adoctrinamiento.

Libertad

Desde el 2019, cuando la tiranía de GAESA empezó a engullir más aceleradamente la economía nacional, y la crisis de los servicios profesionales al exterior se agudizó ante las medidas de arreciamiento del bloqueo del presidente Trump; la crisis estructural del socialismo estatizado y burocrático tocó fondo y, al no poder revertirse, entró en metástasis. Cada día que pasa sin que se instaure un nuevo modelo de desarrollo: mixto, participativo, abierto a todos los cubanos y al mundo, es un día más de muertes, migraciones y estrés para la población de la Isla.

Mientras el Gobierno/Partido/Estado y sus medios oficiales intentan mantener la ficción ideológica, la ciudadanía parece haber hecho suyas las palabras del Maestro: «O se habla lo que está en el país, o se deja al país que hable». Él, que tanto predicó y organizó para evitar que el despotismo se instaurara en la república cubana, también advirtió: «La libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio».

Cada día son más los cubanos y cubanas que deciden seguir el apotegma martiano desde el lugar, carácter y posibilidades de cada uno. En protestas callejeras, artículos científicos, posts en redes sociales, aulas y cátedras, paradas de ómnibus y sobremesas familiares. Como siempre pasa durante la crisis de los regímenes totalitarios, la liberación será, en primer lugar, un acto volitivo personal que se hará cada vez más colectivo.

Es vencer los propios miedos, sobrepasar las circunstancias y trascender la jaula de los estereotipos, ideologías y mitos que ensombrecieron nuestro entendimiento temporalmente. Los frescos aires de la libertad soplan cada vez más fuertes y son capaces de disolver cualquier niebla totalitaria.    

17 octubre 2022 34 comentarios 2,6K vistas
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Modo de producción

El modo de producción remesista/importador

por Mario Valdés Navia 21 septiembre 2022
escrito por Mario Valdés Navia

En el acto de clausura del Primer Congreso de Alfabetización (5/9/1961) Fidel, refiriéndose a los profesionales que abandonaban el país ante el agravamiento del conflicto con EE.UU. y el establecimiento del socialismo, afirmó:

«[…] a esa gente hay que quitarle la ciudadanía porque esa gente algún día va a mendigar aquí, a las puertas de este país que la dejen regresar […]. Cuando esa gente se indigeste de yankismo y cuando esa gente esté cansada de desprecios y de malos tratos, y cuando esa gente esté cansada de la idiosincrasia de los amos imperialistas, llegará el día en que vengan a tocar aquí todos esos técnicos, a las puertas de este país, ingenieros, arquitectos,  médicos, profesores, pidiendo que los dejen entrar, y ese es el momento en que nosotros tenemos que ser duros (APLAUSOS) y yo creo sinceramente, nosotros sugerimos, y somos partidarios, de que seamos duros con esa gente.

Es decir que a esa gente le digamos: “No, ustedes dejaron de ser cubanos hace mucho rato, porque cuando nuestro país estaba luchando contra el extranjero explotador, contra el extranjero agresor, contra el extranjero poderoso, ustedes se fueron a lamerle las botas al amo extranjero poderoso” (APLAUSOS). […] No, cubano no es el que nació aquí, cubano es el que ama este país, cubano es el que lucha por este país, cubano es el que defiende este país».

Mucho ha llovido desde entonces y las filas de los que se fueron siguen engrosando día a día con los que se van. Más aún, el dinero de los emigrados constituye una de las fuentes principales de ingresos —sino la principal— de la economía cubana. ¿Cómo se ha llegado a este retruécano histórico, en que los que supuestamente iban a mendigar su regreso a los que se quedaron, ahora son los que les ponen recargas, compran comida y llevan a veranear a Varadero, o a Punta Cana?

De hecho, se ha creado un modo de producción sui generis, no capitalista ni socialista; no productivo-exportador ni de servicios; sino remesista e importador.

-I-

Las remesas constituyen una expresión de la globalización económica actual  junto al trasiego de capitales, bienes, servicios, trabajadores e insumos semielaborados. Sin incluir a China, ellas constituyen la principal fuente de ingresos externos de los países de niveles de desarrollo medio y bajo. En 2021, los que más recibieron a nivel planetario fueron: India, México, China, Filipinas y Egipto. Hasta junio de 2022, los tres que más lo hacían eran: Nigeria, Alemania y Bangladesh.

Modo de producción

(Tabla: La República)

El panorama es muy distinto en cuanto al papel de las remesas en el PIB. Los países donde tuvieron más participación en 2021 fueron: Líbano (54%), Tayikistán (34%) y Kirguistán (33%). Sin embargo, para los grandes receptores que son a su vez naciones desarrolladas —como China, Alemania y Francia—, representan menos del 1%.

En América Latina y el Caribe (LATAMEC) fue donde más crecieron las remesas en 2021: 25,3% (131 000 millones de USD) y casi todos los países reportaron incrementos de dos dígitos por la recuperación del empleo en USA. Los mayores receptores fueron: México (51 594 millones), Guatemala (15 296 millones) y Dominicana (10 402 millones). Para países de menor desarrollo, como Haití, Honduras y El Salvador, las remesas constituyeron más del 20% del PIB.

El costo promedio de enviar USD subió un 6% en 2021 a nivel mundial —el doble que el año precedente—, y 5,6 para LATAMEC. No obstante, para Cuba, a partir de las sanciones de Trump a FINCIMEX, el costo para el envío de remesas mediante plataformas digitales y mulas escaló hasta un astronómico 30-40%.

Cuba no es de los países que más remesas recibe, ni en el mundo ni en LATAMEC; pero su monto y papel en la economía son decisivos y, a la vez, difíciles de conocer. Como el Gobierno no emite informaciones oficiales al respecto, es preciso remitirse a cifras de otras fuentes. El Departamento de Estado estimó que, desde 2012 hasta 2016, las provenientes de EE.UU. promediaron entre 1400 y 2000 millones de dólares anuales. Según Havana Consulting Group, en 2019 ascendieron a 3128 millones, para caer en  2021 a solo 1084, a contracorriente de la tendencia alcista predominante en LATAMEC.

La cifra de 2019 aportada por Havana Consulting Group colocaba a las remesas como segunda fuente de ingresos en divisas, solo detrás de los servicios médicos y por delante del turismo y el níquel. Asimismo, superaba el valor total de las importaciones de ese año. Además, a las remesas monetarias habría que sumarle el valor de las llamadas remesas en especie, esas que identifican a los viajeros hacia la Isla en cualquier aeropuerto por la cantidad de bultos que portan.

A ellas se añaden igualmente los envíos postales y los que entran subrepticiamente mediante mulas, equipajes diplomáticos y de funcionarios y tripulaciones en barcos y aviones.  A pesar de la carencia u opacidad informativa, existen disímiles evidencias que permiten abordar el tema y revelar su papel en la crisis actual.

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A las remesas monetarias habría que sumarle el valor de las llamadas remesas en especie, esas que identifican a los viajeros hacia la Isla en cualquier aeropuerto por la cantidad de bultos que portan. (Foto: Yamil Lage/AFP)

-II-

Tras dos décadas de abierta confrontación entre Cuba y EE.UU., que incluyó altas dosis de violencia, física y simbólica; a fines de los años setenta se efectuaron los primeros contactos entre el Gobierno y un grupo de personas representativas de la comunidad cubana en el exterior, bajo el título de Diálogo 1978.

Aquel encuentro formó parte del período de distensión iniciado con la llegada de J. Carter a la presidencia, y con la apertura de las respectivas Secciones de Intereses. Además de la liberación de unos 3600 presos políticos en Cuba, hizo posible que los cubanos residentes en el exterior, no incluidos en la lista de terroristas del Gobierno, pudieran visitar la Isla y reencontrarse con familiares y amigos. El acuerdo trajo consigo el retorno —en modo visitante VIP— de miles de comunitarios. La jerga popular aseguraba que los gusanos se habían convertido en mariposas.

Con la crisis y reestructuración económica del Período Especial, reformas de Raúl, administración Obama y reanudación de las relaciones diplomáticas; el factor emigración, visto en todas sus interacciones, cobró cada vez más importancia para la economía insular… hasta que llegó Trump en 2017.

El argumento que esgrimió para limitar el derecho de los ciudadanos y residentes a enviar remesas a Cuba: «Cada país debe vivir de lo que produce, no de las remesas», es falso. Como se ha explicado antes, estas forman parte de la práctica cotidiana de la economía mundial actual, en particular las remitidas desde los EE.UU. hacia LATAMEC. Pero, cuidado; no es sano para la seguridad nacional de ningún país crearse un modo de producción que dependa en lo fundamental de las remesas y las visitas de su población emigrada. Y eso precisamente es lo que ha ocurrido en Cuba.

El problema principal es que la política del Gobierno/Partido/Estado, en lugar de encaminarse al fortalecimiento de los productores nacionales (estatales, cooperativos y privados), y del peso como moneda propia; ha fortalecido cada vez más la dependencia del país a las remesas, el turismo y las importaciones. Esto ha ocurrido tanto en el sector productivo como en el consumo doméstico.

Un vistazo a las medidas tomadas en los últimos tres decenios da fe de esta predilección. Desde que en agosto de 1993 se decretara la despenalización de las divisas extranjeras y la dualidad monetaria se enseñoreara en el mercado cubano, el Gobierno comenzó a implementar vías ineludibles para recolectar la totalidad de las remesas. Al control de los envíos mediante la Western Union, otorgado a empresas de CIMEX, como FINCIMEX, se añadieron las casas de cambio (CADECA); una extensa red de tiendas revendedoras, en USD, de productos importados; y la apertura de cuentas bancarias en esa misma moneda. La adopción al año siguiente de un avatar nativo del USD: el Cuban Currency (CUC), vino a consolidar tales medidas.

Modo de producción

La creencia en que la obtención de divisas extranjeras mediante remesas y los viajes a Cuba de los emigrados ha de ser el ingreso primordial de la economía insular es un mal muy grave. (Foto: Jorge Rey/Getty Images)

De todos los males que el mantenimiento prolongado de la dualidad monetaria y la pluralidad cambiaria trajeran consigo, uno de los más graves es la creencia en que la obtención de divisas extranjeras mediante remesas y los viajes a Cuba de los emigrados ha de ser el ingreso primordial de la economía insular. Este mito devino objetivo principal de la política económica, al cual debieron supeditarse todas las demás actividades político-económicas, sociales y culturales de la nación.

Con ese fin, se consolidó un encadenamiento productivo infalible: remesas/turismo de emigrados/comercio interno (minorista y mayorista) en MLC, controlado por una superentidad empresarial de origen castrense —GAESA—, cuyos ingresos no son accesibles al público ni auditables por las autoridades estatales al estar protegidos por el secreto militar.

Este nuevo modo de producción, parasitario y dependiente de las importaciones y asociaciones con extranjeros, terminaría por opacar —y/o arruinar— al resto de las actividades económicas, a excepción de los servicios profesionales en el exterior mediante contratos gubernamentales, o producciones únicas como el tabaco.

La concentración de los esfuerzos e inversiones públicas en esta megaempresa ha desmantelado la economía civil, y entre sus víctimas, directas o indirectas, se cuentan: agroindustria azucarera, pilar de la identidad nacional; ganadería y sus derivados; agricultura; minería; industrias básica y ligera —menos la biofarmacéutica que goza de un esquema propio de reproducción—; infraestructura general; fondo de viviendas y edificios públicos; gastos sociales (salud, educación, cultura, deportes, recreación, seguridad y asistencia social) y administración pública.

Entre los daños colaterales de esta política se incluye el incremento de la deuda externa. La prioridad otorgada a los gastos e inversiones en el sector remesista/turístico/comerciante, tornó ineficaces los exitosos procesos de renegociación con importantes acreedores foráneos, condonación de deudas anteriores que varios países hicieron a Cuba a raíz del fracasado deshielo con EE.UU. (2014-2017), y los sacrificios hechos por el pueblo a partir del 2015 para pagar, en tiempo y forma, las nuevas obligaciones.

La más aberrante de las prácticas de GAESA es la de emplear el fondo de acumulación —proveniente de sus ingresos por la vía de las remesas, turismo y comercio cautivo— para la creación de nuevas capacidades hoteleras; en un ciclo cerrado empresarial de producción/ahorro/inversión que no ha tenido en cuenta los intereses nacionales en otros campos. Ni siquiera en medio de la crisis pandémica, con el incremento de la tasa de mortalidad y el creciente despoblamiento del país, se modificó tan funesta tendencia.

El pueblo cubano es muy trabajador, creativo y emprendedor para tener que soportar por secula seculorum ser esquilmado impunemente por un oligopolio ineficaz e incompetente, dueño de un mercado obtenido no por su éxito competitivo, sino por decisión del Poder. Si las instituciones del Gobierno/Partido/Estado —incluyendo al propio MINFAR— no  ponen en su lugar a este holding que desangra las fuentes productivas de la nación —tanto en el archipiélago como en el exterior—, tendrá que hacerlo la sociedad civil, antes de que termine por colapsar el país.

21 septiembre 2022 31 comentarios 2,6K vistas
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Dulce

Dulce Ambición

por Jorge Fernández Era 3 julio 2022
escrito por Jorge Fernández Era

―Así que siguen dándonos cuatro libras por la libreta. ¡No joda, jefe! Ahora hay que espantarse la mitad de azúcar prieta.

―Obvias que el azúcar crudo es producto de la evaporación del jugo de la caña. Sufre un procesamiento químico menos invasivo y, por tanto, conserva los nutrientes. Nos están alimentando más.

―Ese aporte extra de nutrientes frente al blanco refinado es prácticamente irrelevante, solo superado en irrelevancia por la cantidad de libras de azúcar que obtenemos de la cuota normada.

―Cuota normada que se mantiene a pesar del costo del endulzante en el mercado internacional. ¿Sabes a cuánto estaba la libra en mayo según Cubazúcar, empresa del Ministerio del Comercio Exterior y de Inversión Extranjera?: en el rango de 18,57 a 19,21 centavos de dólar la libra, con tendencia al alza.

―No tanto como en el mercado informal, donde se alza ya a unos 80 pesos, equivalente a 80 centavos norteamericanos. ¡Cualquier bolsa de valores tiembla ante nuestra bolsa negra!

―Eso acabará muy pronto. «El sector azucarero tiene suficientes potencialidades para revertir la involución tecnológica que hoy sufre». Lo ha dicho el presidente en una plenaria con los productores y representantes del Ministerio de la Agricultura y Azcuba.

―¡Haz Cuba, y si no puedes hacerla, retírate!, apuntaría yo de haber estado allí… Quizás lo esté llevando recio, ya no tiene ni asesor.

―…En esa reunión se examinaron los desafíos que tiene ante sí esta estratégica esfera. El primer secretario planteó que para salvar al sector que durante siglos lideró la economía nacional y superar los retos actuales en la industria agroazucarera es imprescindible hacer las cosas de manera diferente.

―Sí, la última zafra fue la más baja en más de cien años. Estamos haciendo las cosas diferentemente peor.

―La compleja situación está motivada en buena medida por los nocivos efectos del bloqueo estadounidense.

―Claro, porque fue George W. Bush quien cerró 70 centrales azucareros hace veinte años, con la Tarea Alvar O’Rey Noso.

―Pues mira, por primera vez el estudio y las universidades se abrieron como fuentes de empleo.

―Ja, y a partir de aquella histórica decisión pasamos de un producto interno bruto a un «producto interno inteligente».

―¿Quién iba a predecir que dos décadas después, camino a la prosperidad de la nación, el azúcar alcanzaría más de 500 dólares la tonelada?

―Gobernar es prever. Lo dijo Martí cuando se consumaban zafras superiores a estas molidas trapicheras de pleno siglo XXI.

―¡Bueno, ya!… que el apóstol dijo también que el amor a la patria no es el amor ridículo a la hierba que pisan nuestras plantaciones de caña, así que ponte a pensar en soluciones para salvar el único ingenio que queda con vida en el municipio. Si nos cae el vice Jorge Luis Tapia, va a cogerme como material de estudio para plantear que «el director tiene que ser el primer cuadro extensionista».

―¿Y eso qué es?

―Imagino que ser un cuadro en toda la extensión de la palabra. Si deseas que te consideren como tal en la próxima visita del Gobierno, propón al menos, como subordinado, una solución a la carencia de recursos en la zafra, a los «veintidós problemas de orden objetivo y subjetivo que lastran su quehacer».

―Fácil: se eliminan las cuatro libras motivo de discusión al inicio de nuestro intercambio matutino, y se le distribuye a cada núcleo una arroba de caña. La familia tendrá que responder por la diversificación de ese núcleo primario de desarrollo endógeno que ponemos en sus manos. Exigiremos más adelante que cada consumidor, para recibir lo que le toca, tendrá que sembrar y entregar al menos el doble de posturas de caña recibidas el mes anterior.

―La idea no es mala. Ahora mismo calculo, por lo bajito, la cantidad de petróleo que nos ahorraremos si la caña va directo del surco al mostrador de la bodega y del mostrador de la bodega a la economía de plantación. Vamos a tener «más exportaciones, más satisfacción, más bienestar para los trabajadores, más desarrollo del país y, en fin, más socialismo».

―Eso es lo de menos.

―¡¿Cómo que lo de menos?!

―Lo del combustible digo. ¿Se imagina cuánto guarapo podrán tomar nuestros niños para llegar con nuevos bríos a su escuela? Canel dijo que la trascendencia de la industria azucarera como parte intrínseca de nuestra historia, cultura e identidad implica en lo adelante producir, a partir de todos los usos que brinda la caña, alimentos, ganado, autoconsumo, frutales, madera, módulos pecuarios, alimento animal, acuicultura, materiales de la construcción…

―Y azúcar, ¿no?

―Ya usted pide demasiado.

3 julio 2022 15 comentarios 2,K vistas
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Mañana

¿Y mañana…?

por Luis Carlos Battista 2 julio 2022
escrito por Luis Carlos Battista

El nubarrón no deja de cubrir a Palacio. Hoy se anunció la inesperada muerte del General de División Luis Alberto Rodríguez López-Calleja y la noticia no puede llegar en peor momento para el sistema político en La Habana. No es mi objetivo analizar la vida y obra del finado, sino las consecuencias del deceso.

GAESA, del cual el general era timonel, controla un porcentaje sustancial de la economía de la Isla. Aunque se creó con el fin de hacer auto-sostenibles los organismos de represión del Estado, últimamente su rol se habría expandido para ocupar un papel predominante en el sector empresarial isleño. Virtualmente, GAESA controla o tiene intereses en todos los renglones rentables de la economía cubana.

El poder es elástico. Quienes hoy lo detentan, mañana no necesariamente lo harán. Desde el 2018, ha existido una tripartición de poderes à la cubaine. Por un lado, el sector político-partidista lo encabeza Miguel Díaz-Canel como presidente de la República y primer secretario del PCC. El sector militar aún lo conserva la vieja guardia, los de la Sierra; y el sector económico estaba liderado por el general López-Calleja y su equipo, entre los cuales se puede destacar a Manuel Marrero. La ausencia de una de las figuras de este triunvirato hará necesario un rebalance de poderes.

Si hubiese un beneficiario del poder que detentaba el finado, podría ser por lógica el actual Primer Ministro. Manuel Marrero, en su anterior rol de ministro de Turismo, controlaba el principal sector económico de la nación. Elevado a administrador del Estado cubano tras la aprobación de la nueva Constitución, está al tanto de las finanzas del gobierno como ningún otro dirigente, al tiempo que cuenta con la anuencia de Raúl Castro y el estamento militar.

Esta noticia ocurre precisamente cuando los números no pueden estar más rojos. Los países de la región pelean por cada centavo de la escasa inversión extranjera disponible, el turismo es prácticamente inexistente y la emigración se agudiza. Según algunos datos, desde octubre del 2021 más del 1% de la población cubana ha llegado a los Estados Unidos. Con una población económicamente activa en decrecimiento, el país va en picada. Como consecuencia, la dependencia de Cuba a la deuda exterior se vuelve más agónica. No solo para los nacidos, sino para los que están por nacer.

Como observador, es interesante lo que sucederá con GAESA. ¿Será despedazada o veremos a otro tecnócrata heredar la silla ejecutiva? Como patriota, poca importancia tiene. El futuro de Cuba no lo va a rescatar un conglomerado estatal con estados de cuentas ocultos al ciudadano, ni dirigentes en oficinas donde la rendición de cuentas sigue siendo un mito.

* Este texto en su párrafo 4 mencionaba incorrectamente que el Primer Ministro Manuel Marrero fue oficial en activo de las Fuerzas Armadas, fue corregido a petición del autor.

2 julio 2022 16 comentarios 1,9K vistas
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Empresa

De la empresa estatal a la empresa-Estado

por Mario Valdés Navia 23 junio 2022
escrito por Mario Valdés Navia

Indagar en los orígenes de los extremismos políticos y fenómenos de radicalización que tipifican la sociedad cubana conduce inexorablemente al mundo de la economía. El establecimiento de un sistema económico estatista, planificado y gestionado de manera centralizada y vertical, trajo consigo un torrente de experimentación voluntarista, basado en dogmas ideológicos, consignas radicales y promesas de futuro.

Elemento distintivo en este proceso han sido los cambios en el sistema empresarial a partir de fundamentos más ideo-políticos que económicos. Esas lluvias trajeron los actuales lodos, en tanto el sujeto principal de la economía cubana no es la empresa socialista —como reitera el discurso oficial—, sino una supra-entidad concreta: GAESA, que actúa totalitariamente como una verdadera Empresa-Estado.

El afán por superar la competencia y anarquía de la producción en el sistema de libre empresa, estuvo presente desde el inicio del proceso revolucionario. Sin saber cómo hacerlo, pero con poder para intentarlo una y otra vez según el método de prueba-error, el Gobierno/Partido/Estado ha impuesto formas variopintas a la empresa estatal hasta derivar en el todopoderoso holding oligopólico actual.

 -I-

En agosto de 1960, la Ley de Nacionalización de las Empresas Extranjeras marcó la primera incautación masiva de la gran propiedad capitalista en Cuba. Incluyó los monopolios eléctrico y telefónico, dieciocho refinerías, treinta y seis centrales azucareros, sesenta y una empresas textiles, once cines, trece grandes comercios y otras empresas.

En septiembre de ese año se nacionalizó la banca norteamericana (Bank of Boston, City Bank y Chase Manhattan). En octubre, tras la prohibición de exportaciones a Cuba —excepto comida y medicamentos—, dictada por el  gobierno de EE.UU., nacionalizadas las restantes 166 empresas estadounidenses. Asimismo, serían intervenidos forzosamente los bancos cubanos, el resto de las corporaciones extranjeras y 382 grandes firmas de capitalistas criollos (industriales, comerciales y de transporte).

Las empresas cambiaban de nombre y eran dirigidas por un interventor —por lo general un joven oficial del Ejército Rebelde, o cuadro del PSP—, asesorado por un consejo de obreros seleccionados y los pocos ingenieros y técnicos que quedaban. Los insumos estadounidenses se sustituían paulatinamente por soviéticos y se trataba de mantener el flujo productivo normal.

La visión de la economía socialista cubana funcionando como una gran empresa la planteó el Che al ser nombrado ministro de Industrias (1961). De esa forma, pretendía establecer un método socialista de gestión que superara el modelo de capitalismo periférico existente, a partir de aprovechar el amplio bagaje de experiencias y saberes acumulados por las filiales criollas de grandes monopolios estadounidenses.

Al respecto afirmaba:

En la parte técnica, nuestro sistema [el de financiamiento presupuestario (SFP)] trata de tomar lo más avanzado de los capitalistas y por lo tanto debe tender a la centralización. Esta centralización no significa un absoluto; para hacerla inteligentemente debe trabajarse de acuerdo con las posibilidades. Podría decirse, centralizar tanto como las posibilidades lo permitan […] No podemos tener una General Motors que tiene más empleados que todos los trabajadores del Ministerio de Industrias en su conjunto pero sí podemos tener una organización, y de hecho la tenemos, similar a la General Motors.

empresa

Ernesto Che Guevara en el desempeño de su cargo de ministro de Industrias. (Foto: Granma)

Para ello estableció dos tipos de empresas: las nacionales consolidadas —por diferentes ramas— y sus respectivas fábricas. En todas, la estructura de dirección, simple y ejecutiva, era la misma: un director y tres jefes de departamentos: Económico, Producción e Intercambio. A ellos se añadían, el Sindicato y el Consejo Técnico Asesor.

Su diferencia principal con el tradicional sistema soviético de cálculo económico (CE), imperante en los demás sectores, estaba en la concepción de la empresa. Según el Che: «Mientras para el sistema de financiamiento presupuestario una empresa es un conglomerado de fábricas o unidades que tienen una base tecnológica parecida, un destino común para su producción o, en algún caso, una localización geográfica limitada; para el sistema de cálculo económico, una empresa es una unidad de producción con personalidad jurídica propia».

Pronto, las empresas industriales consolidadas y grandes propiedades agrarias comenzaron a mostrar una tendencia decreciente de la producción y la productividad del trabajo, achacable tanto a problemas extraeconómicos (bloqueo, gastos de defensa, éxodo de especialistas, etc.) como a factores ligados a la falta de motivación interna y errores en la gestión.

El desbarajuste productivo, éxodo de clases medias —más de 200,000 profesionales, directivos, técnicos, empleados y obreros calificados entre 1960 y1962—; disparidad de formas de gestión y agotamiento de los stocks acumulados, hizo que en 1963 el PIB cayera al 0,2% y la zafra disminuyera hasta 3 882 500  TM, la  más baja del país hasta el Período Especial —¡aunque ocho veces mayor que la de 2021!

Para superar las diferencias entre el SFP y el CE, Fidel implantó un nuevo sistema: el Registro Económico (1965-1975). En este se negaba el uso de relaciones monetario-mercantiles entre las empresas y la contabilidad comercial. En su lugar, se promovían las gratuidades, horarios de conciencia y trabajo voluntario.

Unido a ello, en 1968 se lanzó una radical Ofensiva Revolucionaria, mediante la cual se estatizaron forzosamente todas las pequeñas empresas privadas urbanas —unas 57 600—, lo que incluía a tiendas minoristas de alimentos y productos industriales, pequeñas fábricas (chinchales), restaurantes populares (fondas) y demás producciones y servicios personales o familiares, hasta los limpiabotas. Cuba pasó a ser el país de la comunidad socialista con el mayor volumen de propiedad estatizada: 100% en las ramas principales; excepto en la agricultura, donde ascendía al 70% del suelo cultivable.

El extremismo económico llegó a su clímax entre 1969 y 1970, etapa en que todos los recursos nacionales se volcaron a la realización de una zafra de diez millones de toneladas, versión antillana del Gran Salto Adelante de Mao. El funcionamiento del  sistema empresarial prácticamente se detuvo ante el drenaje de mano de obra, insumos y  producciones para las necesidades de la zafra, como si de una guerra se tratase.

empresa

«Viva la victoria del método revolucionario del presidente Mao».

Los efectos desastrosos de esos errores de idealismo obligaron al Gobierno Revolucionario a adoptar el modelo soviético y aceptar la llamada «división socialista internacional del trabajo». Según los intereses del CAME, se asignó a Cuba el rol de suministradora a gran escala de tres productos primarios (azúcar, cítricos y níquel) para la comunidad socialista, a cambio de un tropel de mercancías y servicios provenientes de aquellos países a precios subvencionados.

Tras años de esfuerzos y privaciones de todo un pueblo por obtener la independencia económica, se volvía al viejo paradigma plantacionista de los tres monos —productor, exportador e importador—, con niveles de dependencia exterior mucho mayores que los alcanzados en la Colonia y la República. No obstante, las relaciones preferenciales con la URSS y el CAME permitieron a la Isla obtener pingües ingresos y mantener artificiales niveles de consumo durante casi dos decenios.

La industrialización derivó hacia grandes empresas nacionales y provinciales, como los complejos agro-industriales azucareros (CAI), que revivieron los bateyes y las comunicaciones; industrias transformadoras; grandes fábricas con materia prima importada y una vasta de red de talleres de mantenimiento industrial, transporte y fabricación de partes y piezas.

En la misma medida en que se extendía el nuevo Sistema de Dirección y Planificación de la Economía basado en el CE, el consumo familiar se fue ligando indisolublemente a los ingresos personales y empresariales, lo cual reproducía una de las contradicciones del sistema económico soviético: Estado vs empresas. Frenar la autonomía empresarial y devolver la hegemonía absoluta al poder central sería uno de los objetivos de la llamada Rectificación de Errores y Tendencias Negativas (1985-1989).

Tres acontecimientos trascendentes para el mundo empresarial ocurrieron en 1987: creación del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB); inicio del Sistema de Perfeccionamiento Empresarial del MINFAR; y creación del Contingente Blas Roca, abanderado de una supuesta fórmula donde los factores de movilización política se vincularían con una apropiada racionalidad económica.

El CIGB, como empresa socialista de alta tecnología, impulsó la creación de otros centros de investigación/producción (Biocubafarma) y los éxitos mundiales de Cuba en campos de la biotecnología médica y farmacéutica. Como forma de organización empresarial socialista constituye el mayor éxito histórico de la empresa socialista.

Con la llegada del Período Especial (1990) hizo su entrada un nuevo sujeto económico: el capitalismo de Estado. Aunque nunca es mencionado por ese nombre en el discurso oficial, sino por el de sus formas empresariales (mixtas, asociaciones, concesiones, sociedades mercantiles), ese cóctel entre propiedad estatal y capital trasnacional no puede catalogarse de otra forma.

Con el tiempo, los socios han estrechado su relación hasta conformar un extraño dúo, que ya no parece ser de compañeros de viaje sino de hermanos siameses en completa hibridación. Así, desde arriba, la sociedad socialista se va convirtiendo en su contrario: un capitalismo de Estado que explota a las clases trabajadoras desde su triple condición de propietario, patrono y comerciante.

El botón de muestra de este sector es la publicitada Zona Especial de Desarrollo del Mariel (ZEDM). Inaugurada en 2013 como supuesta punta de lanza y eslabón más dinámico de la economía cubana, su funcionamiento ha sido demasiado lento. Hasta 2019 solo había recibido 2,300 millones de dólares en inversiones de una treintena de países y contaba con cincuenta negocios aprobados (veintinueve extranjeros, doce empresas mixtas, dos asociaciones internacionales y siete de capital cubano), aunque solo veintiséis estaban operando.

En 2011 se aprobó la liberalización y ampliación del trabajo privado personal y familiar (TCP). Desde entonces, comenzó a entrar al país a través de las remesas una cantidad inmedible de inversiones con el objetivo de ser fuente primaria de financiamiento a negocios privados.

Como contrapartida, en el sector estatal se adoptaron medidas centralizadoras bajo el paraguas de una nueva etapa de transformaciones. La más importante fue la creación de las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (OSDE), mediadoras entre los ministerios y la empresa con el pretexto de separar las funciones estatales de las empresariales y adecuarnos, supuestamente, a lo que se hacía en el mundo.

La nueva estructura empresarial tendría niveles de control: Junta de Gobierno/ OSDE/ Empresa/ Unidad Empresarial de Base (UEB). Esta última es la única creadora de valor y carga con los enormes costos de todo el andamiaje administrativo mencionado, que den ser pagados por el consumidor final. Su principal efecto fue la multiplicación de la burocracia, al convertirse las OSDE en mini-ministerios y frenar la autonomía empresarial al reducir a las fábricas, centrales y hoteles a la categoría de simples UEB.

Sin embargo, el nivel de extremismo económico es tan elevado que en un mercado desabastecido, creciente solo en divisas foráneas y con precios fuera del alcance del ciudadano común, uno de los problemas mayores de las empresas estatales son los enormes superávits de muchas de ellas. En los dos primeros meses de 2022, 479 empresas estatales reportaron utilidades por encima del 150%.

-II-

Al tiempo que se ignoraban las propuestas de medidas para estimular los sectores privado y cooperativo e impulsar la empresa estatal —restitución del peso como medio de circulación único; eliminación de las OSDE; derechos de exportación e importación libres de la explotación de entidades monopólicas; paso del comercio interior y exterior a manos de empresas estatales autogestoras, cooperativas y cuentapropistas, etc.)—, un Leviatán empresarial crecía en la sombra y engullía  todo lo que produjera amplias ganancias en divisas.

Desde que se implantó el bloqueo estadounidense, el Gobierno Revolucionario intentó burlarlo mediante operaciones económicas encubiertas. Tales prácticas crearon amplios márgenes para la corrupción y el desvío de recursos entre sus ejecutantes, cubanos y extranjeros. Las más conocidas fueron las Causas 1 y 2 de 1989, que terminaron con el fusilamiento de héroes militares, prisión del ministro del Interior y cuasi absorción de esa poderosa institución por el MINFAR.

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Arnaldo Ocho durante el juicio de la Causa 1. (Foto: OnCuba)

Al ocurrir la apertura a la circulación del USD y crecer los intercambios con la emigración, el control de las remesas fue entregado a la corporación CIMEX SA, creada en 1978 en Panamá por la inteligencia cubana. Para hacerlo, se instituyó Financiera CIMEX SA (FINCIMEX, 1984). Otra empresa, Havanatur SA, se encargaría de los viajes de los exiliados a Cuba. El mercado interno dolarizado también estaría controlado por CIMEX.

En 1995, se organiza el holding GAESA (Grupo de Administración Empresarial, SA), al que se otorgó el control de docenas de grandes empresas en varios de los sectores más rentables en divisas: Cubanacán (turismo), Gaviota, SA (hotelería), Servicio Automotriz, SA (alquiler de coches para turistas), Tecnotex (importación-exportación  de tecnologías  y servicios), Agrotex  (agricultura),  Sermar (astilleros), Geocuba (cartografía), etc.

Los negocios de GAESA irían ampliándose desde el período centralizador iniciado en 1999 (reducción de asociaciones mixtas, eliminados los negocios inmobiliarios extranjeros, disminuidas las empresas cubanas autorizadas a realizar operaciones directas de comercio exterior, reavivada la animosidad hacia el trabajo privado, etc.). En 2006 absorbió a CIMEX (inmobiliarias, bancos, restauración, gasolineras, supermercados y almacenes). 

Durante 2009, el Gobierno decidió extinguir el grupo CUBALSE y asimilarlo a CIMEX. De ahí se beneficiarían distintas empresas de GAESA al transferírsele, entre otros activos, la red de estaciones de gas Oro Negro, arrendadoras de autos, y una naviera con destinos regulares a Centroamérica y el Caribe.

GAESA desplazó en 2011, mediante un pago millonario, a la multinacional italiana TELECOM ITALIA del floreciente negocio de la telefonía celular cubana. Un año después, el Gobierno otorgó a ETECSA los derechos del servicio de la telefonía celular para las comunicaciones móviles terrestres hasta 2036 y la autorizó, hasta 2023, a abonar el cinco por ciento de sus utilidades netas al Estado cubano en pesos cubanos, no en dólares.

Igualmente GAESA pasó a dirigir, en 2013, la recién creada ZEDM, la más importante inversión extranjera efectuada en la Isla en el período revolucionario. Construida por el grupo brasileño Odebrecht, es uno de los puertos más modernos de la región y enclave decisivo en las relaciones comerciales, actuales y potencialmente futuras, con los EE.UU.

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(Foto: La República)

En 2017, la referida mega-corporación asumió al grupo Habaguanex, de la Oficina del Historiador de la Ciudad, con su vasta red comercial del Centro Histórico de La Habana, área privilegiada para el turismo y los cruceros. Al año siguiente, ETECSA habilitó los servicios de navegación por zonas wifi,  Nauta Hogar y datos móviles desde los celulares. Aunque el precio continúa siendo uno de los más caros del mundo, el país se ha convertido en uno de los que más rápidamente ha crecido en la navegación por Internet en los últimos años.

La ampliación de la cantidad de internautas ha hecho crecer asimismo el acceso a información no controlada por el Gobierno/Partido/Estado y contribuido a crear espacios de debate sobre los asuntos cubanos en el ciberespacio. En ellos, la esfera económica ocupa un lugar primordial.

Uno de los temas recurrentes en el último trienio es el creciente fondo de inversiones dedicado por GAESA a la construcción de hoteles, aun en medio de la pandemia, lo que contrasta con la crisis en los demás sectores de la economía nacional.

¿Será que los intereses particulares de maximización de la ganancia de esta supraentidad se hallan por encima de las necesidades de la nación? La falta de información pública sobre sus finanzas y operaciones y la imposibilidad de controlarla por entidades civiles, incluyendo la Contraloría General de la República, hacen difícil responderlo con evidencias.

Por demás: ¿es GAESA una entidad del MINFAR o una empresa de capital privado? No está claro. Sea civil o militar, estatal o privada; el extremismo de constituir y privilegiar una supraentidad empresarial que controle las esferas más rentables de la economía cubana, va más allá de cualquier experimento socialista anterior. Según se observa, constituye un oligopolio in extremis que se multiplica, parasitando el corpus nacional a partir de privilegios monopólicos, que afectan tanto al resto del sistema empresarial como a  la inmensa mayoría de cubanos y cubanas, residentes dentro y fuera de la Isla.

23 junio 2022 23 comentarios 2,9K vistas
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