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Florida

Obama (1)

De Obama a Biden… ¡y lo que viene!

por Domingo Amuchastegui 17 diciembre 2021
escrito por Domingo Amuchastegui

Nadie se llame a engaño. La culminación tardía de las negociaciones conducentes al restablecimiento de relaciones entre Cuba y los EE.UU. en la etapa final de Obama representó una excepción pasajera que tomará muchos años en reactualizarse o repetirse.

Al calor de los indicios y señales de una diplomacia secreta y de las tendencias que derivaban de semejante proceso de normalización, hubo no pocos avances de importancia para Cuba. Los miembros del Club de París —grupo de países acreedores del grueso de la deuda externa insular, que venía arrastrándose desde los años ochenta del siglo pasado— acordaban suprimir más del 85% de dicha deuda (11 mil millones de dólares), equivalente a 8 mil 500 millones.

Por otro lado, un creciente número de grandes corporaciones de EE.UU. exploraban las posibilidades del mercado cubano; casi un millón de norteamericanos visitaban la Isla junto a más de 600 mil cubano-americanos. Diversos estudios estimaban que, de continuar este proceso de normalización y restablecerse el turismo, no menos de 3.5 millones de turistas norteamericanos elegirían el destino Cuba.

Se suscribían veintidós acuerdos de cooperación de cara al futuro en diferentes campos entre La Habana y Washington. Tenía lugar lo nunca visto desde 1959: un presidente norteamericano (Barack Obama) visitaba Cuba y se expresaba libremente. En el horizonte no pocos avizoraban la hipótesis de llegar, finalmente, a la supresión del bloqueo (embargo) más prolongado y dañino en la historia impuesto a un pequeño país. El emergente sector privado en Cuba veíase beneficiado de mil maneras diferentes (mayores clientelas a los paladares, a las casas particulares al estilo de B&B, a medios de transporte privados, guías y otros sectores).

Para las elecciones que se avecinaban en país norteño en el 2016, los dos candidatos —Hillary Clinton por los demócratas y Donald J. Trump por los republicanos—, se pronunciaban favorablemente respecto a la continuación de dicha normalización. Ayudantes de Trump visitaban Cuba en dos ocasiones con vistas a explorar las potencialidades de negocios. Nada parecía sugerir una paralización del rumbo constructivo iniciado; mucho menos una catástrofe de las proporciones y complejidad que tendría que enfrentarse a muy corto plazo.

Entonces llegó Trump, que no solo se disoció de sus propias palabras y de la ruta positiva iniciada por su predecesor, sino que puso en práctica un sinfín de acciones agresivas en todos los órdenes y que configuró una arquitectura de guerra económica —muchísimo más allá de los componentes del viejo bloqueo— integrada por unas 242 medidas que echaban por tierra los pasos iniciales de Obama. Como parte de esas acciones, decidió aplicar el Capítulo III de la Ley Helms-Burton —que ampara las reclamaciones sobre propiedades expropiadas y nacionalizadas en Cuba— lo que trascendía al ámbito de la extraterritorialidad con amenazas y sanciones a países relacionados con la Isla en términos de negocios e inversiones.

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Trump puso en práctica un sinfín de acciones agresivas en todos los órdenes y que configuró una arquitectura de guerra económica. (Foto: Lynne Sladky / AP)

Tal ángulo fue claramente rechazado por la Unión Europea (UE), pero, de cualquier manera, enfrió, inhibió y desanima todavía los proyectos de negocios, comercio e inversiones de sus países miembros hacia Cuba. Parecido expediente intentaron Trump y sus sucesivos asesores de seguridad nacional y política exterior aplicar a Venezuela y su alianza con la Isla, asumiendo que la caída de una conllevaría la de la otra.

Era lo nunca visto. Nadie trate de disminuir o restarle importancia al peso de ese factor en la agudización de la crisis existente. No se trata del viejo estereotipo de echarle la culpa al imperialismo por todos nuestros males; se trata de deslindar claramente la enorme responsabilidad de EE.UU. respecto a los errores e insuficiencias internos. Baste un ejemplo: decía un tiempo atrás un conocido estadista latinoamericano que cualquier gobierno enfrentado a semejantes agresiones no duraría ni seis meses…

Parecía un golpe de suerte la derrota electoral de Trump y la victoria de Biden en el 2020. No pocos se entusiasmaron con semejante triunfo. Era el vice-presidente de Obama; en su equipo de política exterior y seguridad nacional se contaban figuras que —con Obama— habían participado de los inicios del proceso de normalización. La idea de un regreso al rumbo interrumpido por Trump prevalecía entre muchos y no les faltaba base para el entusiasmo; debería prevalecer una tal consistencia. El desarrollo de los acontecimientos vendría a probar lo errado de tales cálculos.

Biden y su equipo no solo no retomaron el rumbo iniciado por Obama, sino que han mantenido intacta la guerra económica y la arquitectura más completa de agresiones que ha pesado sobre Cuba, añadiéndole algunas de su cosecha y desechando las muy modestas promesas que en ese terreno había hecho durante su campaña electoral.

A lo anterior se añade que en todas las encuestas realizadas entre norteamericanos, las dos terceras partes se pronuncian por una normalización de relaciones, pero la mayoría de sus representantes y senadores siguen ignorando esta realidad. El número de congresistas norteamericanos que favorecen una normalización sigue siendo una minoría muy por debajo del 50%. Incluso, entre los trumpistas los ha habido que se manifiestan a favor del comercio y los negocios con Cuba. ¿Cómo se explica esa incongruencia?

A escala de Washington ha predominado y predomina todavía la noción de la incompatibilidad del caso cubano respecto al sistema interamericano que ellos hegemonizan y manipulan. Se continúa culpando a la Isla de todas y cada una de las manifestaciones de protestas, conatos de violencia política y victorias electorales calificadas de izquierda que vienen en ascenso por América Latina.

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La derecha chilena y continental culpó al gobierno cubano por las protestas que sacudieron ese país. (Foto: El Comercio)

Con las etapas Trump y Biden se refuerza la percepción de que el gobierno cubano tiene que llegar a su fin y que —a diferencia de otros momentos— está en su fase terminal. Los sucesos del 11 de julio han reforzado en medida absoluta esa noción.

De ahí que tanto republicanos como demócratas concluyan que (a) deben continuar semejante rumbo agresivo y (b) Washington no debe hacer cosa alguna para mejorar las relaciones, pues ello supondría un alivio a los problemas y tensiones dentro de Cuba, lo que le permitiría sortear más eficazmente su crisis interna. No menos importante es la manera en que ambos visualizan la importancia de la maquinaria electoral cubano-americana en la Florida, con sus veintinueve votos electorales, y cómo ello influirá en las próximas contiendas electorales. Este es el pensamiento rector hoy en Washington, sin distingos partidistas.

Y si miramos hacia delante, hacia hipotéticas variaciones favorables futuras, un escenario tal no existe hoy ni se verá en largo tiempo. Todo lo contrario. Los desastres y desventajas que caracterizan a la administración Biden, tanto en política interna como exterior, parecen confirmar los pronósticos que auguran a los republicanos (y dentro de estos al núcleo duro del trumpismo) recuperar la mayoría en el Congreso —seguro en la Cámara de Representantes; casi seguro en el Senado—, en las elecciones parciales o de medio término que tendrán lugar en el 2022, así como en las presidenciales del 2024.

Nada bueno nos deparan las próximas elecciones del 2022 y 2024. No pueden ni deben albergarse esperanzas en esa dirección.

17 diciembre 2021 52 comentarios 2k vistas
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Fin de las remesas, listas rojas y más COVID

por Resumen Semanal 25 octubre 2020
escrito por Resumen Semanal

¡Muy buenas! Esta semana ha sido noticia que, debido a las nuevas sanciones impuestas por la administración Trump a varias empresas estatales cubanas con vínculos directos con las Fuerzas Armadas del país, a partir del próximo 27 de noviembre no se podrán enviar remesas a Cuba desde los Estados Unidos.

Por otra parte, en su particular cacería de brujas, el influencer cubano-americano Alexander Otaola elaboró una “lista roja” donde incluyó figuras públicas que, según su criterio, eran afines al gobierno cubano. El objetivo del youtuber sería que a todos los integrantes de su lista se les impida la entrada a los Estados Unidos.

También ha acaparado titulares que el rebrote de casos por COVID-19 se ha intensificado en varias provincias del país. Pinar del Río, una de las más afectadas, se convierte en la nueva capital pandémica.

Somos La Joven Cuba y este es nuestro resumen semanal de las agendas pública y mediática del país.

***

Cero remesas, cero recargas, cero, cero, cero… Esto decía -más bien gritaba- hace unos meses el influencer cubano Alexander Otaola. Un reportaje del Noticiero de la Televisión Cubana, emitido en varios espacios informativos, se ha encargado de recordar hasta el cansancio aquel “parón” convocado por el youtuber, una de las voces más fuertes e influyentes de la ultraderecha cubana en Miami.

La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro dio a conocer, el viernes 23 de octubre, una nueva medida que restringirá casi en su totalidad el envío de remesas a Cuba. La determinación final será publicada el 27 de octubre, y pasados 30 días entrará en vigor. O sea, a partir del 27 de noviembre no se podrán realizar envíos de dinero hacia Cuba desde los Estados Unidos, al menos por los canales autorizados.

Las sanciones del gobierno estadounidense van dirigidas directamente a la contraparte de Western Union en la isla, la empresa cubana FINCIMEX, presuntamente vinculada con GAESA, el emporio económico controlado por las FAR.

Hace varias semanas, el 29 de septiembre, el gobierno estadounidense había anunciado un paquete de medidas que restringían el envío de remesas hacia Cuba, pero la evolución del proceso deja en claro que el objetivo es reducir a cero los envíos de dinero al país.

Las remesas son una de las principales fuentes de ingreso de muchos cubanos, pues alrededor de 700 mil familias se benefician directamente de ellas. No es casual que estas medidas de recrudecimiento lleguen justo en la recta final de la campaña electoral en Estados Unidos. Es difícil entonces no pensar que son un intento para atraer el voto de la comunidad cubano-americana en favor de Trump, que una vez más se alía con el sector más radical de la diáspora cubana.

***

La fiebre persecutoria y represora de tiempos pasados se ha fortalecido en los círculos más radicales de la emigración cubana en Miami. El nuevo viene de la mano de Alexander Otaola quien, como habíamos dicho anteriormente, es una de las voces más fuertes de la ultraderecha cubano-americana.

El hombre de Trump en Miami

Emulando las famosas listas negras de Joseph McCarthy contra el comunismo en los años cincuenta, el youtuber elaboró un listado donde incluyó a figuras públicas cubanas, que a su criterio, están vinculadas directamente con el gobierno de la Isla. A esta recopilación de nombres le llamó “lista roja”, posiblemente porque el rojo es un color con el que se identifican los comunistas, irónicamente también es el color del partido de Trump.

Nada nuevo hasta aquí: es solo el enésimo intento creado por el influencer en su programa de YouTube, Hola Ota-Ola. Lo preocupante del tema viene a raíz de una breve entrevista que le concediera hace unos días el presidente Donald Trump, durante la cual, Otaola le habló sobre su lista y el millonario neoyorkino, con total naturalidad, le pidió que se la hiciera llegar a través del congresista Mario Díaz-Balart.

Entre otros, la lista incluye a personalidades cubanas de diversos sectores como los músicos Haila María Mompié, Maykel Blanco y Alexander Abreu; el locutor del NTV Rafael Serrano, el meteorólogo José Rubiera, el opositor Antonio Rodiles, el cineasta y escritor Eduardo del Llano, entre otros. Varios de estos nombres desarrollan sus carreras al margen de cualquier tendencia política, mientras que algunos incluso han sido muy críticos con el gobierno cubano. Entonces, ¿cuáles son los criterios que maneja Otaola para incluirlos en su lista roja? Posiblemente ni él tiene una respuesta más allá de su paranoia que no busca otra cosa que seguidores para su canal, lo que se traduce en dinero para su bolsillo.

Algunos de estos “miembros” han respondido al youtuber desde sus redes sociales.

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Aproximadamente dos semanas después de decretada la Fase 3 en La Habana y la Nueva Normalidad en casi todas las provincia del país, la situación epidemiológica ha empeorado de manera preocupante. En la semana que finaliza se han registrado 364 nuevos casos, con elevada incidencia en las provincias de Ciego de Ávila, Sancti Spíritus, La Habana, Artemisa y Pinar del Río.

Esta última muestra un escenario especialmente preocupante, pues, con varios eventos de transmisión, ha registrado 185 casos esta semana, más de la mitad del total de los casos registrados en Cuba en ese período. Ante este panorama, desde el Grupo temporal de trabajo del Gobierno se informó que Pinar del Río regresará a la fase de transmisión autóctona limitada.

Igual de preocupante es el evento de transmisión ocurrido en el municipio de Caimito, en Artemisa, donde se registraron 19 casos el pasado viernes. Sobre este evento en particular no han trascendido muchos detalles desde los medios oficiales. En sus canales de Telegram y WhatsApp, LJC actualiza diariamente las cifras de COVID-19 en el país.

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Una comentario breve para finalizar:

El próximo 28 de octubre se celebrará el V Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, según informó el Secretario de la Asamblea, Homero Acosta en el espacio televisivo Mesa Redonda del pasado viernes.

La agenda para ese día prevé analizar la liquidación del presupuesto del Estado en el año 2019. Además, se someterán a debate cuatro proyectos de ley: Ley del Servicio Exterior, Ley de Organización y Funcionamiento del Consejo de Ministros, Ley de Renovación de los Elegidos a los Órganos del Poder Popular y la Ley del Presidente y Vicepresidente de la República.

Sobre este tema, LJC informará más detalladamente.

Para cualquier feedback, queja o sugerencia, recuerde que puede interactuar con nosotros en nuestro canal de Telegram: ➡️https://t.me/lajovencuba

Somos @LaJovenCuba

25 octubre 2020 16 comentarios 878 vistas
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trump

El hombre de Trump en Miami

por Arturo López-Levy 21 octubre 2020
escrito por Arturo López-Levy

Después de proclamarlo un “hombre de gran reputación” y recibir el halago “Tú eres el hombre” (así se decía de Batista el día del golpe de estado)- el presidente Donald Trump, depositó su bendición y manto sobre el nuevo líder que quiere para el exilio cubano de derecha: “Tú también eres el hombre”, “pásale la lista a Mario”- dijo el presidente Trump a Alex Otaola.

Por el tono de jolgorio montado en el programa en que se transmitió la entrevista, la lista parece ser la obra magna de un grupo de vigilantes, con los nombres de artistas, intelectuales, reguetoneros, y cantantes, a los que habría que bloquear el ingreso a los Estados Unidos, por no querer sumarse a la cruzada macartista que se ha montado el alegado ex dirigente sindical de Radio Progreso.

“El hombre de los americanos” -así llamaban a Manuel Artime en el Miami anterior a la invasión de Bahía de Cochinos. Quizás aquel intelectual católico, que trabajó con Humberto Sorí Marin en la reforma agraria, fue el primero que disputó ese título después de 1959. La idea de Robert Kennedy, Frank Bender o Donald Trump es escoger a su cubano favorito, el talismán alrededor del cual todo el anticastrismo se debe agrupar.

Si lo escogió la Casa Blanca, es el elegido. Tío Sam sabe más. ¿Cómo si no explicar lo lejos que ha llegado Estados Unidos y todas las dificultades que tiene Cuba? Si hiciese falta una nueva prueba de la pobreza y falta de perspectiva de ese razonamiento, basta ver la pendiente larga y declinante que va desde el doctor Artime al cantamañanas seleccionado por Trump el viernes pasado como su nuevo hombre en Miami.

El presidente Donald Trump, con amor de Mufasa, ha levantado al locutor en YouTube. Otaola es la esperanza redentora de la era Trump para Cuba y para Miami. Toda la historia de una manera de pensar destilada en la voz escogida por Washington para que hable por todos (cualquiera diría que ese todo es la raíz del totalitarismo). El nuevo Artime, José Elías de la Torriente, Jorge Mas-Canosa, el Moisés que Bill Clinton y los demócratas impidieron al devolver al castrismo a Elian, todos ellos fundidos en esta nueva alma camagueyana.

“Habemus Otaolus”, ayatollah con turbante, guía para el retorno a casa, hacia la Cuba prometida, a la maravilla de país que había antes de 1959. Esa Cuba que la revolución -ese “accidente” como lo llama Marco Rubio, del que solo Fidel y Raúl Castro tienen responsabilidad- nos interrumpió.

Mezcla explosiva de tres tradiciones: Savonarola, Roy Cohn y Chucha, la cederista. Foto: Alex Otaola/Facebook

El nuevo Savonarola que nos ha salido -y mira que los cubanos hemos producido Savonarolas a diestra y siniestra, con ático y balcón a la calle- ha ofrecido hacer una “lista roja” para “asesorar” al presidente. No quiere nada para él, solo pide que le quiten a los demás todo lo que se les pueda quitar. Como su antecesor florentino, aquel cura bañado de masas creyéndose Dios, que agitaba multitudes contra los Medicis y derribaba las estatuas patrocinadas por estos de Boticelli, Leonardo y el joven Miguel Angel.

Otaola quiere un arte comprometido con su causa. Todo lo demás al fuego. Él es continuidad y va por más. Ha dicho varias veces que no se puede ser neutral, “hay que joderse” y joderle la vida a los demás.

“You too” le ha contestado Trump cuando Otaola ha suspirado en el lenguaje camagueyano de Shakespeare: “You are the man”. ¡Así le dijo al presidente norteamericano! ¡Choteo que se perdió Jorge Mañach! Trump y Otaola -o al revés según la jerarquía- son tal para cual, alfa y omega, principio y final. Otaola el magnífico -“chisme, chisme, la gente quiere chisme”- dice Trump que es un tío de reputación. Hay rumores que desde el viernes, Mike Pence no se pierde una directa suya.

Son los revolucionarios descontentos con la revolución que trasmiten las alegrías de cada caravana y festival anticomunista, las nuevas tribunas abiertas. “No entiendo nada” -canta Interactivo- “¿esto es Miami o esto es la Habana?”. No cubano decente, no te escapaste de la doble moral, la intransigencia y el choteo. Estás aún en el lugar de siempre, casi en la misma ciudad y con la misma gente. Lo único que ha cambiado es el signo ideológico de su soberbia.

¡Pasen señores! Pasen al show de Roy Cohn en versión camagüeyana. Al fin puede descansar el abogado de Trump, ayudante del senador McCarthy, perseguidor de homosexuales, siendo homosexual el mismo. Roy Cohn y McCarthy dejaron un legado de cacería de brujas e inspiraron el debate en el Congreso, con testimonio del embajador Earl Smith, sobre quién “perdió” Cuba.

Si Cuba se perdió es porque era de Estados Unidos, por lo menos del embajador Smith.  Esa isla donde “el embajador norteamericano era la segunda persona más importante detrás del presidente, y muchas veces la primera” fundó este Miami anticastrista radical.

Cuba, traicionada por los liberales norteamericanos, que están conspirando en el gobierno profundo, en el “cuarto piso” del Departamento de Estado, en el New York Times con Herbert Matthews, en Hollywood con Robert de Niro, Meryl Streep (actriz “sobrevalorada de segundo rango” según el presidente Trump) y Danny Glover, en la academia que está “cundida de izquierdosos”, creyentes del cambio climático, el sistema de salud de cobertura universal, la ideología de genero y el lenguaje “políticamente correcto” donde a los afro-descendientes (así le dicen a los negros) hay que tratarlos como si vinieran de un lugar equivalente  a Europa.

Dice Juan Manuel Cao, que ese Estados Unidos lleva un siglo traicionando el anticastrismo, “desde antes de Kennedy”, incluso antes de Castro,  “desde Franklin Delano Roosevelt”, que ante el auge comunista y los soviets contra Machado no usó la enmienda Platt.

A esas tradiciones, digan lo que digan los libros de historia de Estados Unidos sobre el daño del macartismo al prestigio y la democracia estadounidense, se suma  ahora el “comparte, comparte, comparte”, la agitación y propaganda aprendida en Radio Progreso. Hay camisetas que activan a la juventud cansada de que le pongan patrones de buena conducta, de las que hacía gala el exilio histórico con sus graduados de Belen y Lourdes. Sirven para movilizar a los recién llegados que aprendieron bien la doble moral de soldados de la revolución, “de frente y luchando”. Se trata de cambiarles el software ideológico en dirección contraria, pero sin tocar el hardware del choteo, la irresponsabilidad y la doble moral totalitaria.

Allí están los slogans #tocameelpito y #hayquejoderse, con el parón para pisotear libertades que son estrictamente individuales y decretar “lo que todos debemos hacer”. Esa mala manía de pensar y hablar en plural sin contar con uno: no remesas, no viajes, no ayudas, ni a la familia ni a nadie. Es la fuma de la caldosa cederista de la “compulsión social” de la que hablaba el comandante para los inadaptados: Así se tuerce el brazo a los de “conducta impropia”.

Pregúntenle a Gente de Zona cómo ha tenido que entrar por la horca caudina. “Abajo la dictadura” para poner el sellito “Esta es tu casa Otaola”. De allí, a la plaza para gritar con Mike Pence: “Vuiva Quiuba Libre”. Así entra el hombre nuevo a la sociedad del Miami macartista: “atildados, comedidos y obedientes”. Aplaudiendo siempre.

“Braaavooo”- dice el anfitrión de la catedral del chisme, #chismezone que llega a la bajeza infame de acusar de ladrón por 250 000 dólares a un prisionero enfermo, que no se puede defender, detenido en Cuba, en juicio que el gobierno no ha explicado públicamente en ninguna parte. Nadie escapa de la lista roja.

¿Qué más respaldo podría querer Otaola? Tiene a Trump para su tejemaneje, traducido por Díaz-Balart, que lo ha proclamado el más grande luchador por la libertad del hemisferio. Es la guinda del cake de un programa para el odio entre cubanos, por el que desfilan una entrevista a Luis Almagro (vaya embarcada que le dieron a la OEA) mezclada en la misma pantalla con bretes y mensajes robados de un adversario masturbándose, “mami que rica tú estas”. Luego llega el director para Cuba de USAID y su perorata sobre cuanto avanza el “freedom de Cuba” se mezcla con groserías por cuanto brete hay en la farándula cubana.

Y siempre mucha persecución, acoso y odio. A artistas, al profesor Carlos Lazo que no le responde, a gente simple y hasta a sus propios admiradores. Se levanta como los sicofantes de la antigua Grecia y después del cafecito en La Carreta o El Versalles, se pregunta a lo Iroel Sánchez: ¿a quién voy a denunciar hoy? Vive de eso.

Votar por Trump es votar por Otaola. Foto: SBS News

Se cuenta que en la guerra civil posterior a la revolución de 1959, Fidel Castro orientó alzar falsas bandas bajo liderazgos de agentes propios para atraer a las mismas a aquellos que quisieran sumarse a la oposición armada al gobierno. Con esta mezcla de Savonarola, Roy Cohn y Chucha la del CDR, como “el hombre” de Trump para Cuba, no le hubiese hecho falta. Con enemigos como este, no se necesita amigos.

Trump ya tiene su “hombre” en Miami. Votar por Trump -en términos cubano-americanos-es hoy votar por Otaola. Si a ud le gusta el brete, la lista roja, el bloqueo, el parón para que Cuba explote de hambre y desesperación, vote por Trump. Si cree que el anfitrión de la catedral del chisme es la mejor representación de la comunidad cubano-americana, levántese temprano antes del 3 de noviembre, y vote por Trump. Él es su candidato.

21 octubre 2020 30 comentarios 2k vistas
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De medidas económicas y concesiones políticas

por Resumen Semanal 17 octubre 2020
escrito por Resumen Semanal

¡Muy buenas! Hoy dedicaremos nuestro resumen a hablar sobre las medidas de reordenamiento económico anunciadas en el espacio Mesa Redonda por el jefe de la Comisión de Implementación de los Lineamientos, Marino Murillo y por Alejandro Gil, ministro de economía.

Por otra parte, también ha sido noticia que la prensa estatal criticó duramente esta semana al dúo musical Gente de Zona, a raíz de varias declaraciones emitidas por sus integrantes, donde entre otras cosas, tildan de dictadura al gobierno cubano. Las presiones de la derecha cubanoamericana a los artistas cubanos para que tomen posturas radicales respecto al Partido Comunista, habían funcionado ya con Orishas, Descemer Bueno y ahora Gente de Zona.

                                                                        ***

Mucho ruido y algunas nueces. Así describió en LJC el economista Mauricio de Miranda a la intervención del ministro Alejandro Gil en la Mesa Redonda (MR). Los temas tratados por el espacio televisivo en sus emisiones de lunes, martes y miércoles se presuponen de vital importancia para el futuro económico de la nación, y por ende, de millones de personas dentro de la isla.

https://jovencuba.com/mucho-ruido-algunas-nueces/

Siempre es difícil medir el pulso popular, más en una sociedad que parece estar -desde hace algún tiempo- cada vez más polarizada. Sin embargo, da la impresión de que las medidas anunciadas dejan mucha incertidumbre en una parte importante de la ciudadanía.

La emisión del lunes de la MR estuvo dedicada a informar sobre los elementos fundamentales de la Estrategia Económica y Social del país, dejando para el otro día el plato principal, la unificación monetaria y cambiaria, desde hace años uno de los principales temas de la agenda nacional. En este aspecto se centrará nuestro resumen semanal.

La primera presentación sobre el proceso de ordenamiento monetario comenzó con un hecho relativamente significativo. Luego de algún tiempo, reapareció en una comparecencia pública la figura de Marino Murillo Jorge. El que fuera ministro de Economía y Planificación se había convertido en la cara visible de las reformas aprobadas en 2011, y después de su “liberación” del cargo, prácticamente desapareció de la palestra pública… hasta esta semana, un hecho que ha disparado todo tipo de rumores.

Entrando más en tema, la unificación monetaria y cambiaria, así como la modificación del sistema de subsidios y gratuidades y la transformación de los ingresos de la población (salarios, pensiones y prestaciones de la asistencia social) serán las principales directrices del nuevo proceso de ordenamiento económico, según dio a conocer Murillo Jorge en su intervención.

Por su parte, el ministro Alejandro Gil reconoció el lastre que representa para la economía cubana la dualidad monetaria. Aunque reconoció que “la eliminación de la dualidad monetaria y cambiaria por sí misma no solucionará mágicamente todos los problemas acumulados en la economía cubana”.

Por su parte, Murillo Jorge advirtió que devaluar la moneda y subir los salarios traerá consigo un efecto inflacionario. Todo dependerá de si el país es capaz de aumentar considerablemente la oferta de bienes y servicios para limitar las consecuencias que pudiera acarrear la inevitable inflación.

“El problema está en lograr que el crecimiento de los precios no sea mayor al diseño de la subida de los salarios, porque sería una inflación por encima de lo diseñado. Independientemente de las señales del mercado, las propias características de la economía permiten crear condiciones para que esto no ocurra”, agregó.

                                                                   ***

Al parecer, el repentino cambio de postura política de Orishas y Descemer Bueno ha provocado una suerte de efecto dominó en otros artistas. En las últimas semanas, el popular dúo cubano Gente de Zona (GDZ) también se ha sumado a las declaraciones contra el gobierno de Cuba, llegando a afirmar que en la isla había una dictadura, y que si antes no habían hablado era porque se sentían atrapados entre la incertidumbre y el miedo.

Al igual que con Descemer Bueno, llama la atención el cambio de postura de los integrantes de la agrupación. Hasta hace unos meses, tanto Descemer como GDZ sufrían boicots de la derecha cubana de Miami, por ser presuntamente afines al gobierno de la isla. La campaña en su contra, que amenazaba sus presentaciones musicales en Estados Unidos, al parecer tuvo éxito.

Por otro lado, los medios partidistas cubanos no han tardado en responder las declaraciones del multipremiado dúo de reggaetón. M. H. Lagarde, uno de los principales ideólogos de la estrategia gubernamental en las redes, arremetió con dureza en un artículo publicado en CubaSí, medio dirigido por el propio Lagarde. Entre otras cosas, el periodista tilda a GDZ de indignos y cobardes, al ceder ante las presiones de la ultraderecha cubana. El artículo fue compartido por Mariela Castro en su cuenta de Facebook, acompañado de un fragmento del texto.

Este viernes 16 de octubre ya era Cubadebate quien publicaba un artículo criticando al dúo. Firmado por José Ángel, el texto, más abarcador, utiliza argumentos muy similares a los que utilizara Lagarde hace algunos días.

 ***

Para cerrar:

El equipo de verificación de datos de El Toque se hizo eco de una noticia falsa divulgada a través de las redes sociales que tiene su origen en un trabajo publicado el 17 de enero de 2017 por el diario Juventud Rebelde sobre la Operación Peter Pan. El texto era ilustrado con una foto que nada tenía que ver con el hecho. Aunque la versión digital del periódico cambió recientemente la instantánea, la edición impresa de ese día demuestra el error cometido en Juventud Rebelde.

elTOQUE verifica: No, esta foto no está relacionada con la Operación Peter Pan

17 octubre 2020 7 comentarios 906 vistas
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verdades

Las verdades difíciles

por Harold Cardenas Lema 3 junio 2020
escrito por Harold Cardenas Lema

La mente humana es un órgano para descubrir verdades, no falsedades

Solomon Asch

El espacio público cubano ha devenido en un ecosistema de grupos que creen e intentan representar a la mayoría. Por consiguiente, el debate político nacional es un espacio tribal donde los grupos interactúan poco entre sí y se conforman con alimentar a su base de seguidores. Si las dinámicas grupales juegan un rol tan importante, dediquemos unas líneas al comportamiento humano y su capacidad para discernir verdades de falsedades.

En 1951 el psicólogo Solomon Asch hizo un ensayo de percepción visual en el Swarthmore College. A grupos de ocho estudiantes Asch les fue mostrando una tarjeta con una línea recta, luego otras tres líneas llamadas A, B y C. Una de estas era del mismo tamaño que la recta original, las otras dos eran más largas o cortas. Cada alumno debía identificar qué línea tenía igual tamaño a la original. Lo que ocurrió todavía es objeto de estudio en la psicología social.

Experimento de Asch

En la primera y segunda ronda de tarjetas todos coincidieron en identificar el tamaño correcto. En la tercera empezó el engaño. Antes de comenzar, siete participantes habían recibido instrucciones de responder correctamente en las dos primeras rondas y luego responder erróneamente pero en grupo en la mayoría de las 15 rondas siguientes. El verdadero sujeto del experimento, el octavo alumno, sería siempre de los últimos en responder. El objetivo del ensayo era medir cuántos individuos cambiarían una respuesta obvia por adaptarse a un grupo.

Después de un inicio en el que las respuestas eran unánimes, el sujeto del experimento veía confundido cómo sus colegas seleccionaron una recta mayor o menor que la correcta. Ante la mirada de los colegas que esperaban su respuesta, en el 75% de las ocasiones el sujeto respondió al menos una vez junto al grupo de forma incorrecta, a sabiendas de que estaba mal. La necesidad individual de encajar en el contexto alteró significativamente la respuesta.

Al hacer las mismas preguntas a otros sujetos de forma individual, el margen de error fue del 1%, los errores ocurrían sólo en un contexto de presión social. Las razones para este comportamiento deliberado fueron el miedo a ser ridiculizados (influencia social normativa), la duda inercial de creer a la mayoría antes que a sus propios ojos (influencia social informacional) y el confiar a ciegas en la opinión mayoritaria. La modificación de la conducta y distorsión del juicio personal en el estudio realizado. Imaginen esto en una realidad marcada por burbujas ideológicas.

Este experimento no es infalible. Entre sus problemas metodológicos podemos citar una muestra limitada, con sujetos de similar composición social. Además, aunque no sabían de qué trataba el estudio, sabían que era un ensayo científico. Aún así, demostró cómo no es posible entender el comportamiento humano sin ver a las personas en su contexto grupal. El conformismo, la presión grupal y el temor a la desaprobación social, son cadenas invisibles en nuestro comportamiento. Cuba merece un análisis más profundo, pero intentaré citar dos ejemplos cercanos.

Siempre es aventurado clasificar las filas revolucionarias en Cuba. Para ilustrar esta idea distinguiremos dos grupos: los incondicionales al poder político actual (no la revolución) y la izquierda revolucionaria que apoya el socialismo, más a pesar del periódico Granma que gracias a él. Por razones que ameritan otro análisis, los primeros disfrutan de un respaldo oficial que no tienen los segundos. Por razones obvias, tienen un acceso y control de los medios masivos que no gozan los segundos. Hoy me referiré al primer grupo, que el Che Guevara calificara como dóciles al pensamiento oficial, la mayoría de los cuales viven al amparo del presupuesto público.

Hace unos años el Partido Comunista cubano llegó a una encrucijada: creaba diques de contención al debate y apostaba a una autodenominada vanguardia escogida bajo criterios de incondicionalidad, o avanzaba un pensamiento crítico que alimentara la cultura política nacional sin temer a sus contradicciones. Desde el momento en que Raúl Castro dejó de mencionar la búsqueda de un cambio de mentalidad, el segundo camino murió prematuramente. Al primer grupo de incondicionales la dirección del país lo amparó en su ardua tarea de exigir obediencia al segundo, bajo acusaciones de centrismo, progresismo y otros ismos por venir.

Por su protagonismo, Iroel Sánchez es un funcionario de gobierno que a menudo se identifica con este primer grupo.

Ayer el señor Iroel Sánchez dedicó parte del día a encender su grupo de seguidores tomando un texto mío del 19 de Marzo, sin reparar en el contexto de esa fecha. Como fue publicado antes de contar con el conocimiento actual sobre la pandemia, el cálculo de la tasa de mortalidad tenía un error que se corrigió inmediatamente con una nota editorial al final del texto, como es el estándar periodístico. Sin embargo, el señor Iroel Sánchez no sacó fotos ayer al texto publicado en LJC desde marzo: buscó en su buzón de correo la cifra original y la resaltó para maximizar el uso político que quería hacer de ella.

En un experimento de exponer verdades difíciles a un grupo tribal, doy más detalles. El día anterior a mi texto había muerto la primera persona por coronavirus en la Isla. El día siguiente, la cifra de contagios pasaba de 11 a 16, un aumento de casi el 30% en 24 horas. Como dijera el Dr. Fabiano Di Marco en el New York Times el 17 de Marzo sobre la situación en Italia, “es difícil de entender que cada familia tendrá un familiar o amigo que morirá, esa es la situación… es una guerra”. Los modelos de predicción para América estaban marcados por la experiencia inicial en Asia y Europa, la alarma (y no el pánico) era justificada.

El día 20 Cuba cerró finalmente fronteras y comenzó su exitosa campaña contra la pandemia. Una semana después contrasté incluso los errores de la administración Trump con los aciertos del presidente Díaz-Canel. Eso Iroel no lo vio, pero 300 personas lo apoyaron en mi Facebook. 

Las acusaciones simplistas siempre tendrán las de ganar ante explicaciones complejas y lograrán encender a una base fiel- pregúntenle a Trump. El grupo de agitación y propaganda cercano a Iroel lo apoya sin comprobar la acusación, porque viene de uno de los suyos e imaginan que beneficia las preferencias políticas del grupo. Ante un asesinato de reputación en Internet siempre habrá una disyuntiva: si respondes, dignificas al atacante con una respuesta; si callas, otorgas la razón al otro. Sin entrar en el juego de las ofensas, esta transgresión es importante para desnudar las agendas que hay detrás de cada campaña grupal.

Todavía en el experimento de Asch no había premios para ajustarse a la opinión del grupo. En el contexto cubano sí que existen incentivos para seguir ciegamente a esta tribu y sus portavoces que han secuestrado la voz gubernamental. Cuando un sujeto del experimento en el año 51 respondía un error, no era para garantizar condiciones materiales o el sistema de premios que brinda un grupo aliado al poder. Y premios hay en las dos orillas, veamos el próximo grupo.

Alexander Otaola es un emprendedor del entretenimiento político en la Florida.

Con un programa de televisión que rebaja el debate ideológico al reparterismo más vulgar, Otaola aprovecha las esperanzas de quienes desean un cambio político en Cuba y creen que la emoción de su tribu lo hará llegar. La teoría del último impulso, le llamé en un texto anterior. Para su activismo cuenta con el apoyo de una administración estadounidense que no ha logrado cumplir una sola de sus prioridades en política internacional, pero aporta dinero. De hecho, la promoción de un cambio de régimen en Cuba quizás le sea más beneficioso que un verdadero cambio.

En el ecosistema de medios opositores que promueven el macartismo floridano, no abunda el profesionalismo. Tampoco en los programas de televisión que lo reciben. La idea, al parecer, no es superar la propaganda burda que hace el periódico Granma, sino emularla desde el otro extremo. Que la democracia liberal estadounidense no le sea suficiente y se sume a la derecha radical dice mucho de los valores democráticos del nuevo exilio cubano en Miami. No podría concebirse un incentivo peor para convencer a los cubanos de cambiar su sistema político: abracen el trumpismo.

En estos días Estados Unidos vive protestas sin precedentes motivadas por abusos policiales a la comunidad afroamericana. Otaola acusó al Partido Demócrata de estar detrás de la manifestación ciudadana en las calles. Unas semanas atrás el celebrity de Internet me mencionó en su programa, algo que posiblemente intimide a algunos y excita a su grupo. Su comentario tenía tantos errores que no me interesó demasiado. A su incitación al odio y amenazas físicas de sus seguidores sí le dediqué más tiempo en los canales correspondientes. Ahora, ¿qué posibilidades hay de que sus seguidores se cuestionen su compromiso democrático?

El artículo que molestó al señor Iroel tuvo más de 10 mil reacciones en Facebook, positivas en su mayoría. La Joven Cuba es un medio en crecimiento, esa es la razón de su denuncia, no una cifra en un texto. Otaola sabe que para establecer un pensamiento único en la Florida necesita hegemonía sobre el resto de las voces cubanas en Estados Unidos, por eso ataca la diferencia. Por su naturaleza tribal, más allá de los grupos radicales a los que ambos predican, no convencerán a nadie más. En cambio, la posibilidad de acoger varias líneas de pensamiento en La Joven Cuba y concebir un país que no divida a los cubanos por sus preferencias políticas, es una verdad difícil de silenciar.

El poder de un grupo viene no solo de la cantidad de personas que lo integren, sino de su unanimidad en contraposición a opiniones disonantes. Cuando dicha unanimidad se destruye, su control se reduce significativamente. Hubo personas en el experimento que no cedieron a la presión grupal, mientras más confianza tenían en sí mismos, menos se dejaron presionar.

El experimento de Asch tiene un último detalle. Cuando introdujo un segundo sujeto en el grupo y eran dos respondiendo correctamente. Cuando el sujeto inicial del experimento no tuvo que decidir solo entre una verdad evidente y la presión de su grupo social, el total de respuestas incorrectas disminuyó de un 37% a un 5%. Si los cubanos han tenido que escoger entre la línea larga de un modelo autoritario y una línea corta de república bananera, como si no hubiera una opción más lógica para el interés nacional, ¿qué pasaría si los acompañamos en su decisión? ¿Qué pasaría si a pesar de las presiones tribales escogemos una línea que no llega ni se pasa en la que todos tengan cabida?

3 junio 2020 33 comentarios 1k vistas
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yadira

Yadira Escobar: Cuba is unique

por Yassel Padrón Kunakbaeva 11 enero 2020
escrito por Yassel Padrón Kunakbaeva

Yadira Escobar is a young Cuban-born activist based in Florida. The daughter of Reinaldo Escobar, who had to leave the island as a political exile after spending time in prison, Yadira has always been committed to the Cuban issue. Her field of activity has been wide-ranging. She has been a visual artist, a writer, a blogger, and above all an activist for dialog between Cubans and for the normalization of relations between Cuba and the US. This stance has earned her the rejection of the more reactionary elements in the Cuban-American right. Recently, she has caused controversy by entering the race for the Democratic candidacy in Florida’s 25th Congressional District.

Bearing in mind the history of your family, why do you defend reconciliation among Cubans and the normalization of relations between Cuba and the US?

I grew up dealing with the conflict between what my family went through and the love for my native country. Homeland and migration marked by the cold war were a complex setting, but I was educated with certain moral principles that helped me understand how necessary reconciliation is between Cubans divided by ideologies which today have lost all touch with reality.

I want to solve as many problems as I can through fraternity, because too many times I’ve seen misunderstandings make things worse when there could have been an easy solution. When you love a person, you appreciate them and the feeling of fraternity prevails, so you start to really listen, because you want to reach an agreement, not to defeat an opponent.

Only when we get rid of negative inheritance and cultivate fraternity and friendship may we tackle our national problems with objectivity. We are dogged all the time by external strife and animosity, but prejudices can be eradicated with education and spiritual maturity. In a more general sense, I would like it if it wasn’t an eventual global catastrophe or a devastating famine after the Third World War that made us bring down our arrogance and cooperate for the common good, for that is the most likely scenario if we continue down this path, back to traumas we hide, but never defeated; such as fascism, the unhealthy concentration of capital in only a few hands, racism, etc.

On a smaller scale, among friends and relatives, I’ve been able to verify that when you value people first and foremost, it doesn’t matter what idea they bring, because you trust them and their will, even when they hurt you with harsh criticism or a slight in their treatment. If they are mistaken, you try to persuade them, make them see your version of the truth, and even if you’re certain about a concrete fact, like, let’s say, a mathematical equation, you are willing to concede, because you simply don’t want to hurt them.

For me, reconciliation among Cubans is a moral high ground which has a lot to do with the normalization of relations between the United States and Cuba. It’s not normal that two neighboring countries with cultural bonds can’t have healthy relations. The Soviet Union doesn’t exist anymore, but the United States does. Therefore, the United States should make an extra effort not to give the poor impression of sticking to old policies as the sole survivor of that ideological battle.

Empirical information can be a useful tool and, far from dangerously idealizing socialism or capitalism, I know their deepest shames, so I’ll be able to realistically contribute to an answer, because both systems need to be reformed in order to meet social demands. Both peoples would benefit when, once and for all, the governments of the US and Cuba talk to each other with mutual respect, but that will only be possible when we’re able to shed that entire well-to-do class which parasitizes our pain and profits from our tears. Change begins with unmasking all those who perpetuate discord. Once we all understand who the enemies of peace and prosperity are, we’ll be able to get rid of the biggest obstacle.

Taking stock, what do you think are the results of the cultural exchange experience? Why does it have so many enemies?

Cultural exchange failed because doing good is difficult. As a species, we are our worst enemy and we often work against our own well-being just to see the other person fail. You know, gouging one eye to see the other person go blind. That very ambitious yet beautiful project found an enemy in anyone who felt threatened by a change to the lucrative status quo. It was also disowned by conservative voters intimidated by the Obama presidency, since they viewed the arrival of Cuban musicians as an ideological invasion. I respect that fear some have of a supposed invasion, because it’s often an honest fear, although I know it comes from the propaganda of those with media power in the community. It would be coherent then that from Miami they would respect the sovereign decision of Cubans in the island to live as they wish, although we have always practiced some interference in Cuba (my own short-wave radio show could be interpreted as interference in Cuban affairs). But even so, I understand that feeling of loss of space.

For centuries our species went to war for wells of drinking water, fertile valleys and fishing areas, so we must behave with extra sensitivity when we mean to involve others in an exchange which should be mutual. The cultural exchange tried to overcome stages, but the cold war is still being fought, and disinformation fuels discord. The political right in Miami criticizes some Cuban musicians for their ideological statements in the island, and fights to keep them from having concerts here, demanding at the same time that other musicians sponsored by the big record labels (not necessarily the best) and openly against the Cuban State go play concerts in Havana. I still haven’t seen a Cuban musician from the island come to Miami with subversive lyrics against the American republic in their repertoire, or who sings Willy Chirino-like songs anticipating the crumbling of the American system. I tried to participate in the exchange, but when I asked for the travel permit, the State Department replied that it was forbidden to negotiate with the enemy, and although the artistic authorities I talked to in the island assured me they wanted to help make the exhibition of my paintings happen, they certainly obstructed the project by asking me to contact the bureaucracy to obtain countless permits and pertinent documents which, since I was born in Cuba, were unnecessary. In short, bringing together those who don’t get along for so many serious reasons will take political will and ethical courage, so we can apply a basic sense of justice in finding what benefits peoples instead of governments.

Yadira, are you a communist? What comes to your mind when they use that label against you in Florida?

No, I’m not a communist. They don’t usually ask me that question, they rather state it as a fact, and in the liberated age when anyone can identify with anything, even the other sex, they insist on denying us freethinkers our ideological identity. When they accuse us of being communists, even though in some cases we may be advocates of the free market and sort of reformists of capitalism—the most dangerous enemy of the orthodox communist—it’s really not a condemnation of Marxism-Leninism, because those leading the witch-hunts against anything that looks red have rarely read Das Kapital, don’t know what Keynesianism is or don’t understand the concept of dialectics. Like in the time of the Inquisition, it’s about detecting any dangerous activity which introduces the habit of questioning sacred tenets and may set off a wave of challenges to the power that seeks to control our minds. They put the label of communist on anyone who criticizes what’s wrong and, after advocating something better, urges others to do the same—it’s a dangerous infection which has been penalized in the United States since the past century. Being a communist is seen as being fundamentally anti-patriotic.

That simplism means to silence transverse proposals which do not remotely encourage taking over the means of production or establishing the dictatorship of the proletariat. Those who have even become estranged from their own families because they feel little soldiers fighting a bogus advance of communism are worthy of compassion. With pragmatism, I can say we, as citizens of this republic, would benefit from having some attractive communist power that would force neoliberalism to make concessions in our favor so we remain quiet; since the worst thing in a relationship is that they take our affection for granted. If I were a communist, I would shout it at the top of my voice with pride, because as a public figure I’ve never minced my words, but it shows you how intolerant our environment is when I’m attacked for wanting to improve the living conditions of the majorities living within capitalism. They fear a reformist and they call her a revolutionary or a communist, because they actually want total control.

Is there political intolerance in Miami?

This question allows an expansion on the previous topic. If someone with my personal history and public statements is turned into the most hated witch who must be expelled from the country she lives in, often by people who aren’t even American citizens, then, what real space is there for the true communists who have a right to exist? Is it the crushing censorship of a stake for them to burn at?

My socialist friends are beautiful people with a vast political culture and, even though I may not agree with them about the type of future society we must build, I trust their criticism because they are the ones with a clearer view of the shortcomings of the present, and we will never know how monstrous the current world order would be without that socialist finger pointed at legal abuses. In contrast with other urban locations in the liberal coast, here we have significant Hispanic migration with ultra-conservative convictions, which is therefore strongly anti-communist (anyone on the left of Margaret Thatcher), and they keep Miami bogged down in anachronistic intolerance, in a modern city with beaches, cosmopolitan tourism and night clubs.

There’s a right to freedom of expression, but exercising it is a show of individual courage, because the law is dead letter if, in practice, so many members of our community feel intimidated when they speak. The elders let you know that they are afraid to say certain things which are outside the accepted discourse and the young shrug it away when they accept they must shut up if they wish to keep their jobs. There are even ultra-conservatives who ask me to think about future consequences for me in South Florida because of my statements. Although fatal biology will make the more radical previous generations retire, the environment will not favor the free exchange of ideas provided that new people are recruited to defend the intolerance of the past. With that ‘new’ campaign to economically asphyxiate our family members on the island by denying the charity of remittances, we see an attempt to recycle the old hatred and resentment for the general population that we know will not bring social changes, but poverty and suffering. Putting pressure on or blackmailing those in the island so they make the change that us expatriates refused to make by leaving, is cowardly and irresponsible. In contrast with the inhumane policy of confrontation I’ve seen fail, I promote peace and dialog, because there’s been enough war between us.

What made you vote for Trump in the 2016 election?

I’ve been advised to run in this election campaign for 2020 as a ‘progressive republican’ because, in addition to defending a strong social net that may rescue anyone who falls down and needs our help getting up, I hold traditional values hijacked by the conservative right in the social and economic realms. My vote for Trump is one of the reasons why the Democratic Party has made efforts to disown me, because in the era of extreme polarization, flirting with the other side is seen as high treason. Donald Trump was the outsider who, with a populist discourse, appropriated the typical causes of the working class, which has been ignored by the most elitist leaders of the Democratic Party. He promised to purge corruption in Washington DC, but then, although he hasn’t gotten us involved in any new wars, he has allowed himself to be advised by old hawks who do believe in a change of regime. Because, although it’s positive that he’s dared to speak with the Korean leader, for example, moving the American troops out of Syria to abandon the Kurds and thus continue the war in Yemen, where more than 100,000 people have died, is not really changing the course of our policies.

He will obviously be the Republican candidate, because, although the party disowned him, they have no choice. However, I will not vote for him this second time around, because he broke crucial campaign promises, he further divided the country and he has assaulted the rule of law by operating with total irreverence, as we saw in his recent scandal with Ukraine. It’s clear to me that, even though he didn’t come from the political swamp, he brought his poor business practices to the White House. Instead of exclusively focusing on improving the United States as any sensible patriot would, he has failed to be a committed leader, and we continue to waste billions of dollars in actions which benefit the few to the detriment of the many. We are increasingly closer to the next recession or the next major war, and I don’t think we have the resilience of previous generations to resist without the most sacred pillars collapsing, such as individual liberties or the rule of law. Yes, empathy has fallen by 40% in the young, and the vast majority of the population is unable to raise even $400 in case of an emergency without asking for a loan. We are not prepared for tough times, when people reveal their true colors.

Yadira, you’re a Sephardic Jew. How has your religion influenced your way of being and your political stances? What’s your opinion on the behavior of the State of Israel in the voting against the blockade on Cuba?

Although I believe in the separation of Church and State, the education I received inevitably sentenced me for life to keep a balance between the left and the right, and not to let the wealth or poverty of someone cloud my judgment. The concept of tikkun olam—the reparation of the planet so the Creator will no longer hide His face in rejection of our crimes—is the perfect example of an early education. If God’s mercy is infinite, holding grudges from our inferior human condition is reprehensible, and imperfect beings should do everything in their power within the short framework of the miracle of life in order to help their neighbors. Authoritarianism abuses others with an immature arrogance that ignores how fragile we are, and that utilitarian mentality may serve an ambitious young man as long as he doesn’t fall sick. We need a perspective in life which benefits all members of our society, to integrate the strong and healthy, but also the less fortunate, and we are all a defective product of sorts.

The Old Testament is always seen as merciless because it’s brutally honest, for if you sin, you will certainly be punished, but that internal pressure drives you to being an increasingly better person, since you’re the owner of your decisions, and not a victim of inevitable misfortune. We cannot forget either that these ancient laws were extremely civilized at that time of human sacrifices. My religious upbringing instilled individual strength into me to defend my principles without the approval of the majority, which is many times wrong or becomes organized to persecute you. And I’m an optimist, because I think the Messiah is yet to come, so the hope of a better world (caring and peaceful, where love and respect reign) is set on the future, and with our good community actions we may speed up its coming.

Life is a gift. Most of us have more than we deserve. There’s nobility in each person, but present-day culture seeks to boost our evils, because our selfishness moves the economy, and when you are truly a person of faith, you can do more good on your own than the heavy machinery of institutionalized religion. The State of Israel is weak, no larger than the Miami-Dade County I live in, and its extreme right capitalizes on the population’s fear of a rain of missiles. But it’s very regrettable that, Israel being a country under the sanctions of the Arab world—their natural neighbors—, they do not sympathize with the similar Cuban situation when they support sanctions on them. We’re talking about money and realpolitik, so that solidarity vote with the United States will not change, because it’s about survival, since only economic independence makes us free, and without those millions of American dollars, their economy would collapse. And if the extreme left seized power, by the force of democracy Israel would disappear vote by vote. So that’s why I cannot support the right of Palestinians to return, but a two separate states solution instead.

When you think of Cuba, what comes to your mind?

Cuba is the materialization of memories so distant that they were almost forgotten dreams already, so it will never lose that unreal quality. And this is not idealization, since those first six years were dark with persecution and absolute marginalization. Cuba is a rebel island in the Caribbean paradise, from which you can make the rich and powerful tremble with mirages, bravado and even wooden tanks, and I’m deeply proud of my origin. There’s relative peace and prosperity in other countries, but because of our misfortunes and victories, we have been forced to outdo ourselves, and as a result of adversity, we make flowers grow in the swamp.

I don’t know what it’s like to be normal or to live under the radar, and on a national scale we always stand out for good or bad reasons, because we are either geniuses or the most stubborn. From afar, and surrounded by foreigners, you may get—it’s not a guarantee—a better vision of what Cuba is, and even our frivolous things, what’s mundane or lessened for the world, describes a country with everything against it, and yet evolving with hundreds of special things, and in it up to the neck.

Cuba is its past; those who now live with its ghost and those who apply their minds to the challenges of the future. For me, the Pearl of the Caribbean is complaining among friends while waiting in line to buy something subsidized, in slippers, but with culture, and leaning against some architectural jewel turned into a center for free studies that attracts left-wing tourists in need of replenishing their energies to face the injustices of the current neoliberal globalization. Cuba is aluminum rocking chairs, Soviet memories and royal palm trees. Cuba is unique and it shouldn’t lose its spiritual nature.

What are you expectations regarding the government of Miguel Díaz-Canel?

Cuban democracy is imperfect, as they all are. Governments always do things wrong, but since it’s a poor country, it cannot pay for a glamorous public relations campaign, as other do, and there are still elements I cannot support, because they are direct consequences of self-isolation and the ideological narrow-mindedness born out of the state of emergency. Cuba is under permanent attack, and it’s normal that it should defend itself, but the price of defense is high.

I don’t doubt someone like me would frequently have serious confrontations with the government, when I see that the traditional homemade problems are now joined by external issues such as the appearance of selfish and cynical behaviors, in addition to the destructive use of strong drugs, when that was practically unheard of before. As any country, it has—and should have—its own model. Within my support for the self-determination of peoples there’s space to criticize and condemn what so many people are already being paid to denounce, that it’s not really ‘specialized labor’.

I understand that the Cuban people mostly loved Fidel, and the passing of time will only make that memory stronger and more romantic, but Raúl Castro got the difficult historical mission of making the transition to an economy more focused on efficiency than on ideological loyalty to the revolutionary principle, and for many people that meant the loss of their government jobs and the bitter, albeit necessary appearance of social differences. For the lost generation, it must have been very hard to see how one couldn’t live with as much dignity as before. The equality Fidel Castro fought so hard for was hopelessly weakened for economic reasons, and the marginal elements—and even the lumpen proletariat—reached the peak of their glory aided by the black market and crime. The more skillful members of the government and communist bureaucracy moved to Miami, adapting to new narratives and trying to inherit the privileges of the old anti-Castro right, with little success.

If you’re raised in capitalism, you can perfectly be a good person within the market, with your contradictions and everything. But if you said from a very early age that you’d be like Che Guevara, because personal profit is a product of the exploitation of man and you had a comprehensive education of rejection to the market, and you take the bold leap of supporting the opposite discourse, you can get to be a heartless subject of regression to the old-style man without the hindrance of bourgeois morals. You become a subject without ethical checks, like the one that formed the pack which tore down the social order after the fall of communism in the East. I’m still worried about the idea that Cuba might be going through the same scenario that, in Russia or Eastern Europe, paved the way for the horrors those peoples endured when they were left unprotected against private capital and the totalitarianism of the right, which even forbid the formation of communist parties and the use of Marxist symbols.

Díaz-Canel has managed not to be vehemently hated by Miami, because since the beginning he was presented as a powerless puppet of the communist party by the private media and the federal entity Radio y TV-Martí. So far, that’s an achievement after all, because the Cuban government must be quite busy with the aggressions of Trump, a fascist Bolsonaro in Brazil, a coup in Bolivia and the anti-Cuban actions of extremists in Nicaragua and Venezuela.

My grandfather recently underwent an operation with a sophisticated laser machine in Camagüey, but afterwards I learned that there were difficulties with the necessary antibiotic because of the economic war waged against Cuba. If all the modest sources of income go away, there won’t be enough to even turn on the respirators for patients. Governing in times of economic bonanza is easy, because people don’t feel their usual wastefulness, but the burden of being responsible—no matter how convened the distribution of responsibilities might be, it’s a heavy burden—with everything stacked against him… Díaz-Canel at least hasn’t allowed Cuba to become a failed state, so in Florida we can be thankful we don’t have a new wave of desperate rafters threatening the order or the economy, or famine affecting our families in the island. It’s very regrettable that the opening of Obama didn’t coincide with Díaz-Canel, for we will never know what would have happened between those two reformists with regards to political freedoms, regional cooperation and diplomacy in the service of our rapprochement.

What made you run for the Democratic candidacy in Congress?

There’s a lot of weight in coming from a family with a long tradition of political participation through generations. It’s an invisible heritage that predisposes you to be militant in advocating your principles. I’m running as a Democrat because we have a strictly bipartisan model, but if they—and the press—don’t leave me alone and insist on attacking me, as established castes do everywhere, I’ll keep going in spite of their resistance. If the people want it, we’ll do this with or without the Party.

I’m running because I want to serve my community, and give them the chance of choosing representation that’s real and free from anti-democratic elements, since I’m only taking contributions from individuals and not accepting corporate money. We cannot hope that professional politicians will fight tooth and nail for our interests if they are paid by corporations, because, although they get nowhere without our votes, they are aware that those millions of dollars make them know. Essentially, there are only two types of candidates, the ones who speak directly to voters and the ones who spend the whole day on their phones with rich donors and thus raise funds for publicity.

Being realistic, it can’t be done without money, but that’s something we have to fix if we really want to be a better country, where everyone is able to reach the most humble version of the American dream. Enough with covering or condemning what’s wrong from journalism or activism without trying to fix our reality in America. The Internet—though it’s hijacked by information monopolies— is a double-edged sword we will use to bring civil forces together in the same way that the hybrid and highly international fascism of today is doing.

Anything to say to the readers of La Joven Cuba?

The message you ask for the readers of La Joven Cuba will be read by the vast Cuban community spread throughout the world, and I’ll use this opportunity—if you’ve had the interest of reading this far—to ask you a favor: change your mind about something. It might seem silly, but it’s very gratifying and very freeing to allow someone to help you have a different view of something that used to be unquestionable. It’s the only way to grow, not only in our spirit, but also with others.

(Translated from the original)

11 enero 2020 0 comentario 1k vistas
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yadira escobar

Yadira Escobar: Cuba es única

por Yassel Padrón Kunakbaeva 7 enero 2020
escrito por Yassel Padrón Kunakbaeva

Yadira Escobar es una joven activista de origen cubano radicada en La Florida. Hija de Reinaldo Escobar, quien tuvo que abandonar la Isla como exiliado político, luego de sufrir prisión, Yadira siempre ha estado comprometida con el tema Cuba. Su campo de acción ha sido muy amplio: artista plástica, escritora, bloguera, y sobre todo activista por el diálogo entre cubanos y por la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU. Estas posiciones le han ganado el rechazo de los elementos más reaccionarios de la derecha cubanoamericana. Recientemente, ha causado polémica su lanzamiento a la carrera por la candidatura demócrata para el Congreso, en el distrito 25 de La Florida.

Teniendo en cuenta la historia de tu familia: ¿por qué defiendes la reconciliación entre cubanos y la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU?

Crecí lidiando con el conflicto entre lo que sufrió mi familia y el amor a la tierra donde nací. Patria y emigración marcadas por la guerra fría fueron un escenario complejo, pero fui educada bajo ciertos principios morales que me ayudaron a entender lo necesaria que es la reconciliación entre cubanos divididos por ideologías que hoy han perdido contacto con la realidad.

Quiero solucionar la máxima cantidad de problemas posibles con la fraternidad, pues he visto que demasiadas veces por mal entendidos las cosas empeoran cuando pudieron haber tenido una fácil solución. Cuando quieres a una persona, la estimas y se eleva el sentimiento fraterno, de manera que empiezas a escuchar de verdad, porque quieres un arreglo, no vencer a un oponente.

Solo cuando nos deshacemos de las herencias negativas y cultivamos la fraternidad y el compañerismo es que podemos enfrentar nuestros problemas nacionales con objetividad. Arrastramos todo el tiempo broncas y animosidad ajena, pero los prejuicios pueden ser erradicados con educación y madurez espiritual. Quisiera en sentido más general que no fuera una eventual catástrofe global o una devastadora hambruna después de la tercera guerra mundial la que nos obligue a bajar la soberbia y sentarnos a cooperar por el bien común, pues ese es el escenario probable si seguimos en este camino de retorno a traumas que ocultamos, pero nunca vencimos; como el fascismo, la malsana concentración de capitales en pocas manos, el racismo, etc.

En pequeña escala, entre amigos y familiares, yo he podido comprobar que cuando valoras una persona ante todo, no importa con qué idea te venga, porque confías en ella y su voluntad, incluso cuando te hiere con una crítica severa o un descuido en su trato. Si están en un error, tratas de persuadirlos, de hacerlos ver tu versión de la verdad y aunque estés convencido de algún hecho concreto, digamos, una ecuación matemática, estás dispuesto a concederles una victoria, porque sencillamente no quieres hacerles daño.

Para mí, la reconciliación entre cubanos es una avanzada moral que tiene que ver mucho con la normalización entre Estados Unidos y Cuba. No es normal que dos países vecinos y con vínculos culturales no tengan una relación sana. La Unión Soviética ya no existe, pero Estados Unidos sí, por lo tanto Estados Unidos debe hacer un esfuerzo extra para no dar la mala imagen de parecer estar aferrado a la vieja política como único sobreviviente de aquella batalla ideológica.

La información empírica puede ser una útil herramienta y lejos de idealizar peligrosamente al socialismo o al capitalismo, les conozco sus más ocultas vergüenzas, así que podré de forma realista contribuir a una respuesta, porque ambos sistemas necesitan ser reformados para satisfacer las demandas sociales. Ambos pueblos se beneficiarán cuando de una vez y por todas los gobiernos de EE.UU. y Cuba se relacionen con mutuo respeto, pero eso solo será posible cuando logremos liberarnos de toda esa clase acomodada que parasita nuestro dolor y lucra de nuestras lágrimas. El cambio comienza por desenmascarar a todo aquel que perpetua la discordia. Una vez que todos entendamos quiénes son los enemigos de la paz y la prosperidad, podremos deshacernos del más serio obstáculo.

Cuando haces un balance, ¿qué resultados crees que ha tenido la experiencia del intercambio cultural? ¿Por qué tiene tantos enemigos?

El intercambio cultural falló porque es difícil hacer el bien. Como especie, somos nuestro peor enemigo y obramos muchas veces contra nuestro propio bien con tal de ver al otro fracasar. Ya sabes, sacarse un ojo con tal de ver al otro ciego. Ese proyecto tan ambicioso, pero bonito tuvo por enemigo todo aquel que se sentía amenazado por un cambio al lucrativo status quo. También fue repudiado por los votantes conservadores intimidados por la presidencia de Obama, pues visualizaban la llegada de músicos cubanos como una invasión ideológica. Yo respeto ese temor de algunos frente a la supuesta invasión, porque muchas veces es honesto, aunque sé que surge a partir de la propaganda de los que tienen poder mediático en la comunidad. La coherencia sería que desde Miami se respetara la soberana decisión de los cubanos en la Isla a vivir como ellos desean, pero aunque siempre hemos practicado cierta injerencia en Cuba (mi propio programa radial de onda corta pudiera ser interpretado como injerencia en Cuba) pero aun así, comprendo esa sensación de pérdida de espacios.

Durante siglos nuestra especie fue a la guerra por pozos de agua dulce, valles fértiles y zonas de pesca, así que debemos conducirnos con especial sensibilidad a la hora de pretender involucrar al otro en un intercambio que debe ser mutuo. El intercambio cultural intentó superar etapas, pero la guerra fría sigue en pie y la desinformación alimenta discordias. La derecha política en Miami critica a ciertos músicos cubanos por sus declaraciones de carácter ideológico en la Isla y lucha para que no hagan conciertos aquí, exigiendo sin embargo que otros músicos patrocinados por las grandes disqueras (no necesariamente los mejores) y abiertamente enemigos del estado cubano vayan a dar conciertos en la Habana. Todavía yo no he visto un músico cubano de la Isla que venga a Miami con un repertorio que tenga letras subversivas contra la república estadounidense o que cante “ya viene llegando” (el derrumbe del sistema estadounidense). Yo intenté participar en el intercambio, pero cuando pedí el permiso para viajar, el Departamento de Estado me respondió que estaba prohibido negociar con el enemigo y aunque las autoridades artísticas con quienes consulté en la Isla me aseguraban querer ayudar para que se diera la exposición de mis cuadros, ciertamente obstaculizaron el proyecto al pedirme que me dirigiera a la burocracia para obtener infinitos permisos y papeles pertinentes que como nacida en Cuba, no eran necesarios. En fin, acercar a quienes por tantas razones serias no se llevan, tomará voluntad política y coraje ético, para con un elemental sentido de la justicia, buscar lo que beneficia a la gente y no a los gobiernos.

Yadira, ¿eres comunista? ¿Qué viene a tu mente cuando utilizan ese argumento para acusarte en La Florida?

No, no soy comunista. No suelen preguntarme eso, más bien lo aseguran y en la era liberada donde cualquiera puede identificarse con lo que sea, hasta el otro sexo, a los libre-pensadores, siguen insistiendo en negar nuestra identidad ideológica. Cuando nos acusan de comunistas, aunque seamos en algunos casos promotores del libre mercado y seamos como reformistas del capitalismo el enemigo más peligroso del comunista ortodoxo, realmente no se trata de una condena al marxismo-leninismo, porque quienes andan en caserías de brujas para apuntar a todo rojo, no suelen haberse leído el Capital, saber lo que es el Kenisianismo o entender el concepto de la dialéctica. Se trata de como en la época de la Inquisición, detectar cualquier actividad peligrosa que introduzca el hábito de cuestionar cosas sagradas, puede desencadenar una ola de desafíos al poder que pretende controlar nuestras mentes. Se le llama comunista a todo aquel que critica lo mal hecho y tras abogar por algo mejor, incita a que otros hagan lo mismo—es un contagio peligroso que desde el siglo pasado de viene penalizando en Estados Unidos. Ser comunista es visto como ser fundamentalmente anti-patriótico.

Ese simplismo pretende silenciar propuestas transversales que ni remotamente predican el tomar los medios de producción, o establecer la dictadura del proletariado. Son dignos de compasión quienes andan alejados hasta de sus propios familiares por sentirse soldaditos luchando contra un ficticio avance comunista. Siendo pragmática digo que, nosotros como ciudadanos de esta república nos beneficiaríamos si existiera alguna atractiva potencia comunista que obligara al neo-liberalismo a hacer concesiones en nuestro favor con tal de mantenernos tranquilos, pues lo peor en una relación, es que tomen nuestro afecto por sentado. Si fuera comunista, lo gritaría a voz de cuello con orgullo, pues como figura pública jamás he tenido pelos en la lengua, pero te muestra cuán intolerante es nuestro entorno cuando se me condena por querer mejorar las condiciones de vida de las mayorías viviendo dentro del capitalismo. Temen a una reformista y le llaman revolucionaria o comunista, porque en realidad quieren el control total.

¿Existe intolerancia política en Miami?

Esta pregunta permite una expansión del anterior tema. Si alguien con mi historia personal y declaraciones públicas es convertida en la bruja más odiada que debe ser expulsada del país donde vive, demasiadas veces por gente que ni es ciudadana Americana, entonces ¿Qué espacio real queda para los verdaderos comunistas que tienen derecho a existir? ¿La aplastante censura de una hoguera?

Mis amigos socialistas son bellas personas con una vasta cultura política que aunque no concuerde con ellos sobre qué tipo de futura sociedad debemos construir, confío en sus críticas porque son quienes más claro ven los defectos del presente y nunca sabremos lo monstruoso que sería el actual orden mundial sin ese dedo socialista condenando los abusos legales. En contraste a otros sitios urbanos de la costa liberal, aquí emigran muchos hispanos con convicciones ultra-conservadoras y por lo tanto fuertemente anti-comunistas (cualquiera que queda a la izquierda de Margaret Thatcher) que mantienen a Miami media hundida bajo una intolerancia anacrónica en una ciudad moderna de playas, cosmopolitismo turístico y discotecas.

Existe el derecho a la libertad de expresión pero ejercerlo es gracias a nuestro individual coraje, porque la ley es letra muerta si en la práctica tantos miembros de nuestra comunidad se sientan intimidados a la hora de hablar. Los más mayores te dejan saber que tienen miedo de decir ciertas cosas que se salen del discurso aceptado y los jóvenes se encojen de hombros al aceptar que deben callarse si desean conservar sus empleos. Incluso, hay sus ultra-conservadores que me piden que razone las consecuencias para mi futuro en el Sur de la Florida por mis declaraciones. Aunque por la fatal biología las anteriores generaciones más radicales se retiren, el entorno no favorecerá el libre intercambio de ideas siempre tanto se reclute gente nueva dispuesta a defender la intolerancia del pasado. Con esa “nueva” campaña por asfixiar económicamente a nuestros familiares en la Isla al negar la caridad de las remesas, vemos un intento por reciclar el viejo odio y rencor a la población general que sabemos no traerá cambios sociales sino pobreza y sufrimiento. Presionar o chantajear a los de la Isla para que hagan el cambio que nosotros en la emigración nos negamos hacer al irnos, es cobarde e irresponsable. En contraste a la inhumana política de confrontación que he visto fracasar, yo promuevo paz y diálogo porque ya basta de guerra entre nosotros.

¿Qué te llevó a votar por Trump en las elecciones de 2016?

Me han aconsejado a que me postule en esta campaña electoral para el 2020 como “progresista republicana” porque paralelamente a defender una fuerte maya social que rescate a todo aquel que caiga y necesite nuestra ayuda para levantarse, sostengo valores tradicionales secuestrados por la derecha conservadora en el plano social y económico. Mi voto por Trump es una de las razones por la cual el partido Demócrata se ha esforzado en repudiarme, porque en la era de la extrema polarización, coquetear con el otro bando es visto como seria traición. Donald Trump era el outsider que con un discurso populista, se apropió de causas típicas de la clase trabajadora que ha sido desplazada por la dirigencia más elitista del partido Demócrata. Prometía purgar la corrupción en Washington DC, pero luego, aunque no nos involucró en ninguna nueva guerra, se ha dejado aconsejar por los viejos halcones que sí creen en el cambio de régimen, pues aunque es positivo que se atreva a hablar con el líder coreano por ejemplo, mover las tropas estadounidenses fuera de Siria para abandonar a los Kurdos y así continuar la guerra en Yemen donde más de 100,000 personas han muerto, no es cambiar el rumbo de nuestras políticas en realidad.

Será obviamente el candidato Republicano, pues aunque ese partido lo repudió, no les queda más remedio, pero no volveré a votar por él esta segunda vez, porque violó cruciales promesas de campaña, dividió al país más aún y ha atentado contra el estado de derecho al operar con irreverencia total como vimos en su reciente escándalo con Ucrania. Me queda claro que aunque no vino del pantano político, llevó sus malas costumbres de los negocios a la Casa Blanca. En vez de enfocarse exclusivamente en mejorar Estados Unidos como lo haría un patriota sensible, no ha sido un capitán comprometido y continuamos despilfarrando miles de millones de dólares en acciones que benefician a los pocos a costilla de los muchos. Estamos cada vez más cerca de la próxima recesión o próxima gran guerra y no creo que tenemos la resiliencia de generaciones anteriores para resistir sin que se quiebren pilares más sagrados como las libertades individuales o el estado de derecho. Sí, la empatía ha disminuido en un 40% en los jóvenes y la vasta mayoría de la población no puede ni reunir $400 en casos de una emergencia sin pedir dinero prestado, no estamos preparados para los días malos, donde la gente revela sus verdaderos colores.

Yadira, eres judía sefardita. ¿De qué manera tu religión ha influido en tu manera de ser y en tus posicionamientos políticos? ¿Qué opinión tienes de la actuación del Estado de Israel en las votaciones contra el bloqueo a Cuba?

Aunque creo en la separación de Estado y la iglesia, inevitablemente la formación que me dieron me sentenció de por vida a guardar un equilibrio entre la izquierda y la derecha y de no dejar que la riqueza o pobreza de alguien pervierta tu juicio. El concepto del tikkun olam —la reparación del planeta para que el Creador no oculte más su rostro en rechazo a nuestros crímenes— es el perfecto ejemplo de una temprana enseñanza. Si la misericordia de Dios es infinita, guardar rencor desde nuestra inferior condición humana es condenable y un ser imperfecto debería hacer todo lo posible dentro del corto marco del milagro de la vida para ayudar a su prójimo. El autoritarismo abusa de los demás desde una arrogancia inmadura que desconoce cuan frágiles somos y esa mentalidad utilitaria puede servirle a un joven ambicioso siempre tanto no caiga enfermo. Ante la vida necesitamos una visión que le sirva a todos los miembros de nuestra sociedad para integrar a los fuertes y sanos, pero también a los caídos, que todos nosotros somos una especie de producto defectuoso.

El antiguo testamento es visto siempre como despiadado por ser brutalmente honesto, pues si pecas, ciertamente serás castigado, pero esa presión interna te empuja a cada vez ser mejor persona ya que eres dueño de tus decisiones, no una víctima de una inevitable fatalidad. Tampoco podemos olvidar que esas antiguas leyes fueron extremadamente civilizadas en aquella época de sacrificios humanos. Mi crianza religiosa me infundió una fuerza individual para defender mis principios sin contar con el reconocimiento de las mayorías que muchas veces se equivocan o se organizan para perseguirte y soy optimista, porque creo que el Mesías aún no ha llegado, así que la esperanza de un mundo mejor (solidario y pacífico donde reine el amor y respeto) está puesta en el futuro y con nuestras buenas acciones comunitarias podemos acelerar su llegada.

La vida es un regalo, la mayoría de nosotros tenemos más de lo que merecemos, hay nobleza dentro de cada persona, pero la cultura actual busca potenciar nuestro mal pues nuestro egoísmo mueve la economía y cuando eres una persona de fe de verdad tú solo puedes hacer más bien que una pesada maquinaria de religión institucionalizada. El estado de Israel es débil, no más grande que el condado de Miami-Dade donde vivo y su extrema derecha capitaliza el temor de la población frente a la lluvia de cohetes, pero es muy lamentable que siendo Israel un país sancionado por el mundo árabe —sus naturales vecinos—, no simpaticen con la misma situación cubana al apoyar las sanciones. Estamos hablando de dinero y real política así que ese voto solidario con Estados Unidos no va a cambiar, porque se trata de sobre-vivencia, ya que solo la independencia económica nos hace libres y sin esos millones de dólares estadounidenses su economía colapsaría y si la extrema izquierda tomara el poder, por la fuerza de la democracia Israel desaparecería voto a voto, así que por eso no puedo apoyar el derecho al retorno de los Palestinos sino la solución de dos estados separados.

Cuando piensas en Cuba, ¿qué viene a tu mente?

Cuba es la materialización de memorias tan lejanas que ya eran casi sueños olvidados así que nunca perderá esa cualidad irreal y no es una idealización, pues esos primeros seis años fueron oscuros, de persecución y marginación absoluta. Cuba es una isla rebelde en el Caribe paradisíaco desde donde puedes hacer temblar a los poderosos con espejismos, guapería y hasta tanques de madera y estoy profundamente orgullosa de mi origen. Hay paz y prosperidad relativa en otros países, pero por nuestras desgracias y victorias, nos hemos visto obligados a superarnos y producto de la adversidad sacamos flores del pantano.

Yo no sé lo que es ser normal o vivir bajo el radar y en escala nacional, siempre nos destacamos para bien y para mal, porque o somos genios o los más tercos. Desde lejos y rodeada de extranjeros, puedes obtener –no está garantizado— una visión más clara sobre qué es Cuba y aun nuestras superficialidades, lo mundano o disminuido para el mundo describe un país con todo en su contra, pero evolucionando con mil cosas particulares, con el agua al cuello.

Cuba es su pasado, quienes viven ahora con su fantasma y los que le meten cabeza a los retos del futuro. La perla del Caribe es para mí quejarte entre socios esperando en la cola para algo subsidiado, con chancletas, pero culto y recostado a alguna gloria de arquitectura convertida en algún centro de estudios gratis que atrae turistas izquierdistas que necesitan tomar energías para enfrentarse a las injusticias de la actual globalización neoliberal. Es balances de aluminio, memorias soviéticas y palmas reales. Cuba es única y no debe perder su naturaleza espiritual.

¿Qué expectativas tienes respecto al gobierno de Miguel Díaz-Canel?

La democracia cubana es imperfecta como todas…Los gobiernos siempre lo hacen mal, lo que al ser un país pobre, no puede pagarse una campaña glamurosa de relaciones públicas, como lo hacen otros, y existen todavía elementos que no puedo apoyar por ser consecuencias directas del encerramiento y la estrechez ideológica hija del Estado de excepción. Cuba está bajo ataque permanente y es normal que se defienda, pero el precio de la defensa es alto.

No dudo que alguien como yo tendría serias confrontaciones con el gobierno con frecuencia cuando veo que a los tradicionales problemas hechos en casa, se le han ido sumando cuestiones ajenas como el surgimiento de conductas egoístas y cínicas además de el uso destructivo de drogas pesadas cuando eso prácticamente ni se conocía antes. Como cada país tiene y debe tener su propio modelo, dentro de mi apoyo a la autodeterminación de los pueblos, hay espacio para criticar y condenar lo que ya le pagan a tantos para cumplir esa función, que no es muy “especialización laboral”.

Entiendo que el pueblo cubano mayoritariamente amaba a Fidel, y con los años esa memoria solo se hará más fuerte y romántica, pero a Raúl Castro le tocó la difícil misión histórica de hacer la transición a una economía más enfocada en la eficacia que en la lealtad ideológica al principio revolucionario y eso significó para muchos la pérdida de sus trabajos estatales y el amargo, pero necesario surgir de las diferencias sociales. Para la generación perdida, debió ser muy duro ver cómo ya no se podía vivir con tanta dignidad como en años anteriores. La igualdad por la que tanto luchó Fidel Castro se fue debilitando sin remedio por una razón económica y los elementos marginales e incluso el lumpen-proletariado alcanzó su mayor gloria montado sobre el mercado negro y el crimen. Los más hábiles dentro de la burocracia estatal y comunista se mudaron a Miami adaptándose a nuevas narrativas y tratando de heredar los privilegios de la vieja derecha anticastrista con muy poco éxito.

Si te crías en el capitalismo, puedes perfectamente ser una buena persona dentro del mercado con tus contradicciones y todo, pero si desde que eras pequeño decías que ibas a ser como Che Guevara, porque el lucro personal era un producto de la explotación del hombre y tenías una formación íntegra de rechazo al mercado, y das el atrevido salto de apoyar el discurso contrario puedes llegar a ser un despiadado sujeto del retroceso al viejo hombre sin las trabas de la moral burguesa. Un sujeto sin frenos éticos como el que formó parte de la jauría que destruyó el orden social tras la caída del comunismo en el Este. Me sigue preocupando la idea de que se esté produciendo en Cuba el mismo escenario que en Rusia o Europa del Este preparó el camino a los horrores que vivieron esos pueblos al quedar desamparados frente al capital privado y al totalitarismo de derechas que hasta prohibió la formación de partidos comunistas y el uso de símbolos marxistas.

Díaz-Canel ha logrado no ser odiado vehemente por Miami, porque desde el principio fue presentado como indefensa marioneta del partido comunista por los medios privados y la entidad federal radio TV-Martí. Eso es un logro después de todo por ahora, porque bastante ocupado debe estar el gobierno cubano frente a las agresiones de Trump, un Bolsonaro fascista en Brazil, un golpe de Estado en Bolivia y las maniobras anticubanas de los extremistas en Nicaragua y Venezuela.

Recién operaron a mi abuelo con una máquina sofisticada de láser en Camagüey, pero luego me enteré que había dificultades con el antibiótico adecuado producto de la guerra económica que se le hace a Cuba. Si todas las humildes entradas de dinero se cierran, ya no habrá ni para encender las máquinas de respiración artificial para los pacientes. Gobernar en tiempos de bonanza económica es fácil, pues el mismo derroche de siempre la gente no se lo siente, pero la carga de ser responsable —por muy colegiado que sea el repartimiento de responsabilidades es una carga pesada— con todo en su contra, Díaz-Canel por lo menos no ha permitido que Cuba sea un Estado fallido, así que desde la Florida, podemos estar agradecidos a no tener una oleada nueva de balseros desesperados que amenacen el orden o la economía, ni una hambruna que sufran nuestros familiares en la Isla. Es muy lamentable que la apertura que Obama no coincidió con Díaz-Canel , ya que nunca sabremos lo que se hubiese producido entre esos dos reformistas en cuestiones de libertades políticas, cooperación regional y la diplomacia al servicio de nuestro acercamiento.

¿Qué te llevó a lanzarte por la candidatura demócrata para el Congreso?

Pesa mucho venir de una familia con una larga tradición de participación política a través de las generaciones, es una herencia invisible que te predispone a ser militante a favor de tus principios. Me he postulado como Demócrata ya que tenemos un modelo estrictamente bipartita, pero si ellos en vez de dejarme en paz –al igual que la prensa— se encaprichan en hacerme la guerra tal y como reaccionan las castas establecidas de todas partes, pues continuaré a pesar de su resistencia. Si el pueblo lo desea, haremos esto con o sin el Partido.

Estoy corriendo, porque quiero servir a mi comunidad, darles el chance de poder escoger una representación real y libre de elementos anti-democráticos ya que solo estoy tomando contribuciones de personas naturales sin aceptar dinero de empresas. No podemos esperar que los políticos profesionales defiendan a capa y espada nuestras interesos si son pagados por corporaciones, pues aunque sin la participación de nuestros votos no llegarán  a nada, ellos saben que gracias a los millones de dólares, se dan a conocer. Esencialmente solo hay dos tipos de candidatos, los que hablan directamente con los votantes y los que se pasan el día entero al teléfono con donantes ricos y así recaudar fondos para la publicidad.

Siendo realista, sin dinero no es posible, pero eso es algo que tenemos que arreglar si realmente queremos un mejor país donde todos puedan alcanzar la versión más humilde del sueño Americano. Basta ya de cubrir o condenar lo mal hecho desde el periodismo o el activismo sin intentar arreglar nuestra realidad en Estados Unidos. Gracias al Internet —aunque esté secuestrado por monopolios de la información— es una espada de doble filo que usaremos para unir fuerzas ciudadanas tal y como lo está haciendo ese fascismo híbrido de nuestra época que es muy internacionalista.

¿Algo que decir a los lectores de La Joven Cuba?

El mensaje por lo tanto que me pides para los lectores de la Joven Cuba será leído por la vasta comunidad cubana dispersa por el mundo y aprovecho la oportunidad –si han tenido el interés de leer hasta este punto— para pedirles un favor: cambia de idea sobre algo. Parecerá una bobería, pero es muy grato y muy emancipador permitir que alguien te ayude a ver diferente algo que era incuestionable. Es la única forma de crecer no solo con nuestro espíritu sino junto a los demás.

7 enero 2020 22 comentarios 885 vistas
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absurda

Una pretensión absurda y criminal

por Yassel Padrón Kunakbaeva 30 abril 2019
escrito por Yassel Padrón Kunakbaeva

Cuentan que el pueblo de París, allá por la primera mitad del siglo XIX, contempló sin grandes traumas y con sentido del humor, la Restauración Borbónica que siguió al largo ciclo revolucionario. Los representantes del Antiguo Régimen regresaron a Francia con la idea de retrotraer el país al estado de cosas previo a la Revolución. Sin embargo, sus intentos de regresar a los viejos hábitos, pelucas incluidas, fueron pasto para las burlas de la plebe parisina: las calles se llenaron de chistes. Desde el punto de vista legal, la Restauración no le pudo hacer más que retoques al Código Napoleónico.

El afán restauracionista, típico de los vencidos en un proceso revolucionario, es por eso uno de los deseos más absurdos y quiméricos que pueden existir. No obstante, ya decían Hegel y Marx que la historia se repite dos veces, una vez como tragedia y otra como farsa. Ahora, en tiempos posmodernos y de post-verdad, estamos asistiendo a la farsa de la farsa, la farsa al cuadrado. Me refiero, por supuesto, al espectáculo de John Bolton en Miami: su discurso frente a los mercenarios compota de la Brigada 2506. Fue el último grito de guerra de un exilio que, al parecer, es el único grupo político que queda en el mundo que pretende llevar a cabo una Restauración.

Esta farsa me parece tan farsa porque, entre otras razones, los paladines contrarrevolucionarios no se han conformado con las acciones violentas y desestabilizadoras, sino que han codificado legalmente su plan de Restauración. Eso es la Ley Helms-Burton, especialmente su título III. Se han encargado de que una ley del país más poderoso e imperialista del mundo, todos saben cuál, describa con lujo de detalles el camino por el que Cuba va a volver a las manos de sus propietarios de la época de Batista. Y ahora amenazan con sanciones y castigos a todas las empresas del mundo, para que no se atrevan a ir en contra del destino trazado.

¿Es que las mentes de estos exiliados están nubladas por la creencia en el Destino Manifiesto y en la Doctrina Monroe? Los EEUU son una nación muy poderosa, pero no puede trazar el rumbo del proceso histórico. La Revolución no la sacó Fidel de debajo de un sombrero, fue el resultado de las injusticias y las contradicciones de la República Neocolonial. Esa Revolución ocurrió, produjo cambios enormes, para bien y para mal, y nada va a conseguir que el reloj del tiempo dé vuelta atrás. Por eso, su pretensión es absurda.

Una Revolución nunca puede ser totalmente revertida porque parte de los cambios que introduce son precisamente irreversibles

Pero se trata de una pretensión criminal. Lo que dice la ley Helms-Burton, es que los cubanos de hoy, Estado y sociedad civil, no tienen derecho a lo que tienen, ni a sus propiedades ni a los recursos del país. Es como si dijeran que vivimos en un país robado. De concretarse la Restauración, según dice dicha Ley, todo volvería a sus legítimos dueños, tierras, edificios, infraestructura y hasta hospitales. Ahora algunos dicen, en un tono bajo porque ni ellos mismos se lo creen, que van a respetar las viviendas: Consuelo falaz y ridículo.

Quieren desconocer las vidas que hemos vivido durante sesenta años. Quieren que el olvido se trague todas nuestras experiencias, nuestra realidad, nuestros sentidos. Quieren llegar aquí triunfales, levantar su tienda, lanzar sus fuegos artificiales, lanzar al anonimato a los cubanos de la isla. Tres días para matar: ¿lo recuerdan?

Sin embargo, su pretensión es tan absurda, que el efecto que tendrá será el contrario al que esperan. Porque, al poner a los cubanos en la obligación de decidir entre la realidad que tienen y la total destrucción y vaciamiento de su realidad, optarán por seguir con lo que tienen. Los cubanos de la isla seguirán con el Partido Comunista, pues será la única forma de seguir existiendo.

El que escribe estas líneas, como muchos otros jóvenes cubanos, se desespera diariamente con las acciones del Estado Cubano, se deprime, se decepciona, por momentos se pregunta si la Revolución tiene aún salvación. Pero, al ver los enemigos que acechan desde la otra orilla, vuelve a la convicción de que hay que seguir defendiendo esta bandera hasta las últimas consecuencias.

No nos engañemos. Ellos no atacan al Estado Cubano por sus errores y horrores. Ellos atacan a la Revolución Cubana por lo que ha hecho bien; y porque el odio ha ennegrecido sus corazones. John Bolton, gringo imperialista, que se alimenta de un odio que no le tocaba pero que ha asumido por puro furor asesino, es el vocero que se merecen.

30 abril 2019 27 comentarios 396 vistas
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