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expulsión

Derecho

El Estado de Derecho no va a ser el imposible cubano

por Redacción 24 octubre 2022
escrito por Redacción

El caso del Doctor en Ciencias Jurídicas René Fidel González García —profesor privado de su condición en la Universidad de Oriente después de que el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, le revocara la categoría de profesor Titular y la de docente universitario, con el argumento de que había perdido prestigio social por realizar publicaciones en las redes sociales y en distintos medios y sitios digitales—, es uno de los más importantes casos de exclusión de docentes por motivos políticos ocurridos en Cuba en los últimos años.  

Los hechos, ocurridos en 2016, desencadenaron un proceso de reclamaciones sobre violaciones de la legalidad y denuncias de presuntos actos delictivos ante la Fiscalía General de la República. Que algunas de estas denuncias estuvieran dirigidas contra un miembro del Consejo de Estado, puede explicar que el órgano encargado de velar por la legalidad en Cuba dejara de tramitarlas.

Desde entonces, y durante años, el ex docente ejerció sistemáticamente el derecho constitucional de Queja y Petición ante la Fiscalía para restablecer el debido proceso y la legalidad. El último de esos ejercicios de derechos, ante el silencio del órgano encargado de velar por la legalidad en Cuba, fue hecho ante el Presidente de la República, Miguel Mario Díaz Canel, e iba, por esa razón, dirigido contra la propia Fiscalía General.

A pesar de que el Presidente de la República, en respuesta a esa última queja, indicara la atención por parte de la Fiscalía, ello nunca sucedió. Tal violación de un derecho constitucional ocurrió estando en vigencia la Constitución del 2019. Con la entrada en vigor, en el verano de 2022, de la Ley de Amparo de los Derechos Constitucionales, el profesor, autor entre otros libros de Ciudadanía, República y Revolución: los desafíos de la ciudadanía en Cuba, ha continuado su lucha.

La Joven Cuba lo entrevista con el fin de que este caso, y sus más recientes cambios, sean de amplio conocimiento por parte de la ciudadanía, la opinión pública y los profesionales de la esfera jurídica.

***

¿Cómo sucedieron los hechos que desencadenaron su separación de la Universidad de Oriente?

Yo creo que no se puede hablar de hechos que desencadenen la cancelación de mi condición de profesor universitario. No hay tales hechos. Yo era en ese momento profesor en activo, que cumplía con sus funciones docentes, estaba evaluado de Excelente consecutivamente, ocupaba además responsabilidades en el proceso docente educativo como profesor principal de año —es decir, era un funcionario nombrado por la rectora mediante Resolución— y profesor guía. Era también miembro de tribunales de categorías docentes y del Consejo Científico de la Facultad de Derecho.

Lo segundo es que no se me expulsa de la Universidad. En realidad, se me priva de la categoría de profesor Titular y de la condición de Profesor por una causal legal que se refiere a la pérdida de prestigio. Esta causal está regulada en el Reglamento de Categorías Docentes, tanto en el vigente en aquel momento como en el actual.

Los profesores, como otras profesiones, tienen que gozar de un prestigio. El problema es que en mi caso no solamente gozaba del prestigio, más cuando además ocupaba esas responsabilidades, sino que la revocación se hizo violando todo el procedimiento que la norma jurídica establece. Tampoco es que tuvieran otra forma de hacerlo, no podían en mi caso someterse a cumplir el procedimiento sin evadir el obstáculo que tenían enfrente: precisamente mi prestigio como docente y educador.

Una categoría docente que se otorga mediante rigurosos ejercicios pedagógicos, metodológicos y científicos, no se revoca de cualquier manera. Existe también un procedimiento para revocarla, mucho más por una causal tan subjetiva. Se presentan hechos, se da conocimiento a las partes, se permite presentar pruebas y descargos a ellas, se nombra un tribunal para conocer del caso.

Todo eso fue violado en mi caso, y lo que se hace no es público, ni legal y mucho menos transparente. Lo que sí existe es un proceso de persecución que proviene de Marta Mesa Valenciano, rectora en aquel momento. Ella indica crear una comisión en la Facultad por mis publicaciones en La Joven Cuba, Rebelión y Sin Permiso. Cuando se me comunica, lo rechazo, digo que no voy a hablar con nadie, que esto se tiene que discutir, por su naturaleza, en el Partido; y entonces, a lo largo de dos o tres meses, se crean dos comisiones partidistas que analizan mis artículos y concluyen que su contenido no supone ninguna violación.

Derecho

Martha del Carmen Mesa Valenciano, presidenta de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional del Poder Popular. (Foto: ANPP)

La rectora, que es la que promueve todo, se frustra. Dos comisiones seguidas y de distinta composición concluyen, dictaminan, que no hay problemas con el contenido de mis artículos. Lo hace además el pleno de los militantes, es un tema de consenso. Este es un hecho que no puede ser negado. Entonces ella opta por usar el procedimiento de revocación de categorías docente de una forma muy burda e ilegal, y le solicita al ministro de Educación Superior quitarme la categoría docente. Es por eso que, una vez el ministro dicta una Resolución favorable a esa petición y en la que de paso declara ilegalmente que no es apelable, acudo por primera vez a la Fiscalía.

Esta, como institución, debe velar por el cumplimiento de la Ley, de la legalidad. Toda esta historia es la de un profesor que le dijo a sus estudiantes: «Tranquilos, ellos tienen que respetar la Ley». Eso es lo que enseña un profesor de Derecho en cualquier parte del mundo. No tiene sentido otra cosa. Lo que he hecho durante más de seis años ha sido por no defraudar a mis estudiantes, por hacer valer el respeto a la Ley, porque sea real lo que les enseñaba junto a mis otros compañeros de claustro como profesor de Derecho.

No es algo que se haga por vanidad, o por resentimiento; se hace por coherencia y consecuencia, por compromiso con ellos, a lo que enseñamos en las facultades de Derecho de todo el país: que no hay nada ni nadie por encima de la Ley; que la Constitución, el respeto a los derechos, y la justicia son bienes públicos y preciosos.

Toda esta lucha porque las instituciones y funcionarios del Gobierno y el Estado Cubano respeten las leyes que están obligados a cumplir, es realmente para mí una clase, una que de forma terrible y costosa, sacrificando mucho, he impartido durante estos años. Yo no lo veo de otra forma.

¿Qué respuesta recibió de parte de sus alumnos y otros compañeros de trabajo?

Ellos, mis alumnos y compañeros, han estado ahí todo el tiempo. Algunos eran muy jóvenes, cursaban el segundo año de la carrera, y cuando les llamaron para firmar una presunta declaración de la FEU en la que yo era descrito como algo terrible —un recurso al que había acudido la rectora ante la imposibilidad de que el claustro de la Facultad y los militantes la secundaran— se negaron. Los presionaron, les dijeron que yo era un agente de la CIA, que era un mercenario —todo esto está explicado en Mercenario y Solo la verdad es revolucionaria, publicados en La Joven Cuba y replicados en otros medios— y ellos rehusaron firmar aquella infamia.

Ese documento lo elevaron al Ministro con las pocas firmas que lograron obtener, pero resultó ser un texto secreto, que fue escondido: el Partido de la Facultad lo solicitó y tardaron tres meses en dárselo, no tenían el valor de mostrarlo por la repugnante carga de mentiras que contenía.

Entonces serían mis alumnos, junto a estudiantes de otras carreras y universidades, y profesores de muchísimo prestigio; los que casi tres años después —frustrados ante la inacción de la Fiscalía a mis denuncias y ejercicios del derecho de Queja y Petición—, quienes escriben una carta al presidente Miguel Díaz Canel y se la envían por Twitter. Fueron los ya graduados, ellos deciden que ningún estudiante en activo la suscriba por las represalias que se pudieran tomar. Son personas de extraordinarios valores, muy nobles, pero también excelentes profesionales.

Por enviar esa carta al presidente, que nunca recibió respuesta, fueron entrevistados por la Seguridad del Estado y funcionarios de las instituciones en las que trabajaban. En dichas entrevistas volvieron a insistirles en que yo era un agente de la CIA, un mercenario, en ese mantra de descrédito que han repetido como si una mentira pudiera ser real por el solo hecho de decirla.

Los muchachos no desistieron, no se doblegaron a pesar de ello. Haber contado con su apoyo ha sido un privilegio para mí. No sé cuántas veces su sensibilidad y respeto ha sido mi único sostén. Lo que he hecho hasta hoy es por no defraudarlos, a su dignidad y decencia. Creo que es lo que hace un Profesor. No se puede enseñar valores, principios, y luego defraudarlos.

Derecho

Universidad de Oriente

¿Por qué se tildó de manipulador por la Universidad de Oriente el uso del término «expulsión»? 

Es una forma de decirlo, de expresarlo. Pero hay que tener en cuenta que pasaron cosas increíbles. Entre el personal de seguridad y protección de la Universidad, la administración circuló durante un tiempo fotos mías para impedir que entrara al centro. Saber eso fue asombroso para mí. Nunca más volví. El Día del Educador todavía van los antiguos estudiantes —han pasado seis años ya— a mi casa, e incluso me visitan estudiantes actuales, o me envían solicitud de amistad en las redes sociales y me escriben, me consultan.

Pasaron otras cosas. Funcionarios del Partido intentaron en varias ocasiones que se me expulsara de la UNEAC y también de la Unión Nacional de Juristas de Cuba. Hay una historia precedente en Cuba que explica lo que ocurre con alguien cuando es acusado, o colocado en una situación como la que yo he enfrentado; pero también hay experiencias, claves para resistir sin amargarse, sin ser derrotado.

La resistencia frente a la arbitrariedad y el despotismo; frente a los desastres que recurrentemente han causado entre nosotros la intolerancia, el oportunismo y el extremismo, es un legado que otros te dejan, y uno puede nutrirse de él. Las cosas cambian. Personas muy decentes y honradas se opusieron a los intentos de expulsarme de esas organizaciones, a las que aún pertenezco.

No han cesado esos intentos, pero ellos hasta ahora no han cedido, y es admirable para mí. Las personas que practican la decencia como forma esencial de coherencia personal, de sus valores, suelen ser la mayor parte de las veces irreductibles en cuestiones como estas. Eso lo sé por ellos, han sido mis profesores, y no son pocos.

¿Cuáles considera que fueron las mayores incongruencias del proceso?

Las de base ya las expliqué. Son las violaciones que comete la que en aquel momento era la rectora, o que se cometen por indicaciones de ella y luego el ministro avala. Ahí hay también presuntos delitos de falsificación de documentos públicos, de abuso de autoridad, etc. Yo presenté denuncias de ello ante la Fiscalía. No fueron nunca respondidas, y mi apreciación no era como parte afectada. Soy un profesional del Derecho, hago un examen de los hechos. Cuando denuncio es porque la única forma en que es posible hagan ciertas cosas es cometiendo delitos.

De modo que cuando, por ejemplo, una persona afirma cuestiones que causan un perjuicio, que tienen una consecuencia jurídica, como las acusaciones de mercenario, ocurre un delito. Es cuestión de tener testigos de que esa difamación acaece en un momento, y que ello resulta en un daño. Lo mismo pasa cuando se extraen documentos de un expediente, hay un delito de falsificación de documentos. Todo eso aconteció.

Eso es inobjetable, pero debe ser probado en juicio, mediante un proceso penal. Para iniciarlo es que se hacen las denuncias. Por esa ética profesional es que yo hablo hasta hoy de presuntos delitos, o de presuntos delincuentes. No basta con creerlo, tampoco con tener pruebas y testigos, eso debe ser probado ante un Tribunal. Otra cosa es que el órgano que las recibe y debe sustanciarlas en un primer momento, como la Fiscalía, ni siquiera las responda, o las archive escandalosamente.
Lo que hice fue presentar recursos legales en la Fiscalía contra las ilegalidades cometidas por la Universidad y el ministro, y luego múltiples ejercicios del derecho de Queja y Petición en la medida que los diferentes niveles de la Fiscalía de la República hacían silencio, hasta llegar a la fiscal general y luego al presidente de la República.

DerechoCada uno de los ejercicios del derecho de Queja y Petición que ejercí durante estos años —en los que describía las violaciones de la legalidad que habían sucedido, o que se incorporaban a medida que cada nivel jerárquico hacía silencio—, presentaba como única petición que fueran respetados el debido proceso, la legalidad y la Constitución. Eso fue lo violado. La respuesta fue el silencio. Y es algo grave. La última de esas violaciones del Derecho de Queja y Petición ocurrió en vigencia de la Constitución del 2019, en cuyo cuerpo están planteadas unas garantías constitucionales frente a esas violaciones de derechos por parte de funcionarios.

Lo difícil fue descubrir que para mantener la arbitrariedad se violaría luego cuanta ley o principio ético hay en Cuba. Es algo muy difícil de asumir que entre tantas personas, y ahí hay cuadros y funcionarios de todo tipo, no exista alguien que diga: «esto está mal», o «no vale la pena tanto descrédito para ocultar o avalar un hecho que es, por los métodos que se emplean, despreciable para cualquiera».

Estos años han sido sin querer un muy duro test de nuestras instituciones, de su funcionamiento; también de los valores y prácticas que pueden imponerse contra los valores y prácticas que como sociedad declaramos válidos y deseables. Yo recurrí a todos los niveles de la Fiscalía. En Provincia, en la Fiscalía General, a la propia fiscal general, Yamila Peña Ojeda; y cuando ella también hizo silencio, ejercí el mismo Derecho de Queja y Petición que había sido violado por todos ellos ante su superior jerárquico. La fiscal general es una subordinada del presidente de la República.

El acuse de recibo de la oficina de la Presidencia a ese nuevo ejercicio de derecho fue explícito en la orientación que hizo de que se enviara a la propia Fiscalía.
Esto último, aunque difícil de entender para muchos, es un procedimiento normal en Cuba: las denuncias de los ciudadanos son enviadas al mismo órgano que es denunciado. El propio órgano que viola un derecho constitucional, tal como es el caso, no va a ir en contra de su propio acto. Así y todo, uno puede creer que van a respetar al presidente, a su investidura. No es lo que ocurre. La respuesta nunca llegó. La fiscal general, o cualquier otro funcionario del órgano, jamás respondieron.

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Entonces uno está frente a una situación arbitraria e ilegal, que es amparada primero por el silencio institucional y luego por violaciones de derechos constitucionales. A un ciudadano sin conocimientos del Derecho le puede resultar incomprensible, y sin dudas demoledor, pero para un jurista es inadmisible. Hay en todo esto evidencias de la prevalencia en nuestra sociedad de una cultura cuyas prácticas y sistemas de valores son refractarias al Estado de Derecho, y que le adversan.

¿Qué posibilidades le ofrece a su caso la Ley de Proceso de Amparo de los Derechos Constitucionales?

La Ley de Amparo de los Derechos Constitucionales es una plataforma jurídica para la defensa de los derechos frente a violaciones de los mismos. Está por ver su eficacia real. Se puede asumir que hay factores normativos y extra normativos que afectan su eficacia. Esto es campo de estudio para la Sociología del Derecho.

En nuestro caso pesa, más allá de la profesionalidad y capacidad de jueces y abogados, lo reciente de su aprobación, la sensibilidad política real o asumida que, como esta, tendrán algunas demandas contra violaciones de los derechos constitucionales, y las interferencias que ello pueda generar. Todas son cuestiones que podrían limitar su eficacia.

Yo he tenido que esperar a que el mandato constitucional de hacer esta Ley fuera cumplido por la Asamblea Nacional del Poder Popular, lo que ocurrió mucho después del período de tiempo que la Constitución mandataba. Ha sido muy difícil asimismo encontrar un abogado dispuesto a asumir la representación legal de un caso que es objeto de la protección y garantía constitucional ante una violación de derechos por el presidente de la República y la fiscal general. Es algo de sentido común, al menos en Cuba, entender la reticencia de muchos profesionales de la abogacía a ser parte de una demanda dirigida contra el presidente de la República.

Y sin embargo, este es un caso muy elemental en que un derecho constitucional fue ejercido ante un funcionario que delegó en otro y no veló porque se cumpliera su mandato. No es un capricho. Es una cuestión técnica. Existen pruebas muy sólidas y es además un caso público y notorio. Es tema estrictamente legal, que no debería tener mayores implicaciones —para los implicados  y para todos los ciudadanos— que el de reafirmar la institucionalidad, validar el Estado de Derecho, el debido proceso y la igualdad de todos ante la Ley.

El Estado de Derecho es algo más que una declaración constitucional. Tiene que serlo en tanto meta de muchos de nosotros, de nuestras luchas históricas por alcanzar la justicia toda y la dignidad del hombre de la que hablara José Martí, no depende de un momento de su desarrollo y expansión. Todo ello es cuando más una circunstancia. El Estado de Derecho está planteado por sobre su estado actual de realización, como meta es un horizonte de los ciudadanos. Es algo que se puede posponer, aplazar, pero pertenece por completo a los ciudadanos, a sus sueños y esperanzas, y tendrá que ser, y afianzarse. No es, no va a ser, el imposible cubano.

¿En qué estado se encuentra la demanda por violación de derecho constitucional cometido por el presidente cubano Miguel Díaz Canel y la fiscal general Yamila Peña Ojeda?

Presunta violación. Establecer jurídicamente la existencia de una violación deberá ser parte del fallo del Tribunal Supremo Popular, de su Sala de lo Constitucional. Me preguntas y no te puedo responder con exactitud. Desde el día 7 del presente mes hay un contrato de servicios jurídicos firmado con un Bufete habanero. Ello entraña una obligación jurídica.

Derecho

El abogado actuante me leyó el núcleo duro de la demanda, la mayor parte de los argumentos jurídicos que se esgrimen, el análisis de los hechos en que se funda. Por lo que me ha comunicado, no la ha presentado aún ante el Tribunal Supremo por estar siendo objeto de revisión; ¿de quién y por qué? no lo podría afirmar con seguridad.

Las comunicaciones con él han sido muy espaciadas a partir de cierto momento y ahora mismo no hay ninguna. Después de tantos años de un silencio oficial que me colocó en estado de indefensión ante violaciones muy burdas del debido proceso y de mis derechos; es casi inevitable que mi familia no mire con angustia y mucha preocupación esa incomunicación actual, de la que difícilmente se le pueda responsabilizar a él.

En mi criterio, es obvio que ya es conocimiento de las autoridades cubanas y de sus instituciones, pero si una demanda de este tipo supone una disyuntiva para alguien, no es para mí. No se debió llegar jamás a esto. La soberbia no es nunca el camino y hay que aprender a asumir las responsabilidades. El Gobierno tiene una responsabilidad con el respeto del Estado de Derecho, pero tiene también todo el poder para interferir y lograr desestimar una demanda de este tipo si lo entiende, es la realidad. No hay honor, ni decencia, ni legitimidad alguna, en usar ese poder.

Yo solo soy un profesor de Derecho que no abandonó su clase, que no bajó la cabeza ni renunció a lo que enseñaba a sus estudiantes.  Ese es todo mi prestigio. Ojalá que mañana no tenga que escribir con dolor lo que ya una vez escribí ante el silencio y las violaciones de instituciones y funcionarios cubanos: «violamos la Constitución, ¿y qué?».

24 octubre 2022 19 comentarios 3k vistas
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Opinión

El peligro de tener una opinión. Otro caso de expulsión políticamente motivado

por Arturo Mesa 28 marzo 2022
escrito por Arturo Mesa

En el año 2006, como guía de turismo, me vinculé con la Agencia Amistur, radicada en la Habana. La misma se dedica a fomentar vínculos de solidaridad con Cuba a través del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Allí trabajábamos con distintos mercados que se pronunciaban a favor del levantamiento de las sanciones del gobierno norteamericano, por la devolución de la base naval de Guantánamo y el retorno de los Cinco héroes. Fueron épocas complejas, pero se logró un considerable avance en las relaciones con los Estados Unidos y un importante apoyo de la comunidad internacional.

Muy pronto empecé a realizar trabajos con grupos de gran especialización e importancia, que incluían altas personalidades de la vida política estadounidense. Paralelamente diseñaba programas específicos para la agencia e impartía cursos de adiestramiento a los nuevos guías sobre temas de historia, cultura e interpretación patrimonial. Participé además en ferias de turismo y logré atraer a diversos tour-operadores y clientes.  

Al comenzar la pandemia, dicha empresa se desentendió totalmente de los casi cincuenta guías que allí laborábamos. Es justo aclarar que no éramos trabajadores fijos, nuestros contratos eran por operaciones, pero, por otro lado, teníamos una relación de exclusividad que nos limitaba para relacionarnos con otras empresas, e igualmente conformábamos un grupo cerrado y fijo para el trabajo de los programas.

Opinión

Campamento Internacional Julio Antonio Mella, Caimito, Artemisa. Campaña de Solidaridad con Cuba.

Es bueno señalar asimismo, que todas las otras entidades de turismo, ante la compleja situación generada en el sector por la Covid-19, hicieron  diversas propuestas laborales a sus trabajadores, cualesquiera que estas hayan sido.  

Entonces, en mi desempleo forzoso, comencé a publicar textos sobre el manejo de la economía, los errores cometidos internamente, la manipulación mediática, el justificacionismo y el peligro que todo ello conlleva para el sistema. Varios de esos artículos aparecieron en este mismo espacio. No tengo conciencia de haber ofendido una sola vez, de haberme hecho eco de una fake news o compartir matriz de opinión subversiva alguna. Todos los análisis fueron propios.

Aun sin contenido de trabajo, propuse a la empresa nuevos cursos de superación, programas para el regreso del turismo y colaboré de manera voluntaria con traducciones que eran necesarias. Al regresar el turismo, si bien de forma limitada, esperaba volver a ser contratado, lo cual no ocurrió. Ante ello, decidí solicitar una explicación.  

El día 25 de marzo fui convocado a un encuentro con la nueva gerencia de Amistur, en la persona del Sr. Alfredo Díaz Fuente. Estaban presentes también la abogada de la institución y el gerente de operaciones.  La intervención fue iniciada por el Gerente General, que alegó como motivo de mi exclusión mis: «frecuentes ataques a la Revolución», con el consecuente secuestro del término que suele hacerse por parte de quienes se creen «continuidad».  

Opinión

Trabajo voluntario con colegas de la agencia.

Naturalmente reaccioné ante la frase, pues de eso se trata todo: de no admitir la crítica, de considerar que hay un grupo selecto autorizado exclusivamente a emitirla, de que la misma se haga en los espacios oficializados y por los canales pertinentes.

Estos son tiempos en que se convoca a la ciudadanía a participar para impactar sobre los problemas que nos agobian. El mismo espacio televisivo Con filo acababa de asegurar que son tiempos de «contribuir soberana y creativamente con el proceso» y, además, constantemente se sugiere que todos tenemos cabida en la sociedad, sin importar el color de la piel, el credo y cualquier otro tipo de discriminación lesiva a la dignidad humana.  

De la misma forma, nuestra Constitución asegura que somos una sociedad organizada «con todos y para el bien de todos». El código del trabajo nos dice que todos tenemos derecho a un empleo y que el mismo ha de ser la fuente principal de ingresos y satisfacción de necesidades. Entre tanto, el presidente del Tribunal Supremo, Rubén Remigio Ferro, ha expresado que «cuestionarse lo que se está haciendo no constituye delito», y que «las opiniones diversas, incluso de sentido político, lejos de constituir delito constituyen un derecho CONSTITUCIONAL» (con énfasis en el término constitucional).  

Opinión

En el cementerio Santa Ifigenia, Santiago de Cuba, con sindicalistas de los Estados Unidos.

Bajo tales condiciones, en momentos difíciles para la izquierda y para la credibilidad política y subsistencia económica del modelo cubano, ¿cómo van a explicar quienes dirigen el movimiento de solidaridad, que en Cuba una persona sea expulsada —el término exacto fue: «prescindimos de sus servicios»—, por sus análisis públicos y fundamentados sobre la gestión de la economía del país?  ¿Cómo van a explicar que en una agencia que se presenta como promotora de la solidaridad y el socialismo, cincuenta trabajadores quedaron durante dos años a la espera de una opción de empleo que nunca llegó, mientras el país aseguraba a viva voz que en Cuba nadie quedaría desamparado?  

Resulta indignante que en momentos en que se reclama iniciativa y participación, se haga gala de la doble moral que lleva a expulsar trabajadores comprometidos, por haber argumentado que las tiendas en MLC son un gran disparate —y lo son—, y que constituyen una enorme injusticia social.

Mi expulsión ocurre en circunstancias en que, incluso guías de esa misma agencia se han aventurado a cruzar las duras aguas del río Bravo ante el agravamiento de sus condiciones de vida, que pasan tanto por el modelo ineficaz, el criminal bloqueo, como por el infructuoso reordenamiento que pende sobre nuestras cabezas sin que veamos la luz ni aparezcan propuestas medianamente esperanzadoras.

Opinión

Península de Guanacahabibes, con estudiantes de los Estados Unidos.

Es triste que sigan ocupando puestos de dirección personas «confiables» con escaso conocimiento de sus esferas y con nula sensibilidad y humanismo, en un contexto en que el llamado tiene que ser a la creatividad y a la unión para establecer nuevos compromisos con los que aquí estamos, con los que nos hemos quedado.

Mis conclusiones al respecto son muy similares a las expresadas por el señor Michel E. Torres Corona, que el 26 de marzo, en un texto publicado en Granma aseguraba: «Un revolucionario puede transformarse en elemento reaccionario si no avanza a la par de su tiempo, si no tiene “sentido del momento histórico”, si se ve sobrepasado por otros más revolucionarios, a los que comience a ver como enemigos, si se burocratiza».

28 marzo 2022 58 comentarios 4k vistas
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Represalias (1)

¡No a las represalias laborales por motivos políticos!

por Redacción 25 octubre 2021
escrito por Redacción

A Sr. Miguel Díaz Canel Bermúdez, primer secretario del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República de Cuba;

a Sr. Ramón Saborido Loidi, ministro de Educación Superior;

a Sra. Arelys Falcón Hernández, Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos;

a la comunidad universitaria cubana:

La vorágine de acontecimientos que a raíz de las manifestaciones del 11 y 12 de julio en Cuba han alcanzado mayor visibilidad, cuenta ahora con un nuevo suceso: la separación de un profesor universitario de su centro de trabajo como represalia por su proximidad al grupo Archipiélago y el apoyo a la Marcha Cívica que se anuncia para el 15 de noviembre.

El pasado 19 de octubre el ingeniero químico David Alejandro Martínez Espinosa, profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos fue convocado por Arelys Falcón Hernández, rectora de dicha institución, para comunicarle la decisión de hacer efectiva su separación del cargo por, según le manifestó, hacerse eco de noticias falsas sobre el acontecer nacional y criticar al sistema político y sus dirigentes, amén del reproche expreso manifestado verbalmente por su pertenencia al precitado grupo nacional y su apoyo al venidero acto cívico previsto para el mes próximo.

Represalias (2)

David Alejandro Martínez Espinosa

Las personas firmantes rechazamos de forma categórica el actuar de la institución docente por considerarla contraria al Derecho, ya sea este el abstractamente existente como el incorporado en el Ordenamiento Jurídico positivo. La Resolución 109 del 2021 de la Rectora de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, que formalizó la separación del cargo, invoca fundamentos de derecho de forma genérica, imprecisa, relativos a «causales de índole moral» o «pérdida de ideología en la revolución cubana».

Igualmente, nos hacemos eco de las diversas críticas que desde diferentes espectros de la intelectualidad cuestionan la pertinencia e interpretación de la Constitución de 2019 esgrimida por el aparato estatal, la cual deviene excluyente y arbitraria, materializándose en actos tan lamentables como el que mediante la presente se condena.

Un documento que se dice abocado a la vertebración de un Estado de Derecho debe ser reinterpretado de forma progresiva y progresista, haciendo hincapié en los justos valores contenidos en los artículos 31, 41, y 54 que definen al trabajo como un derecho; interpretado esto acorde a la doctrina de los derechos humanos y el principio de no discriminación, para hacer efectivo el postulado del último artículo invocado que consagra la libertad de manifestación y conciencia.

Quienes suscribimos esta declaración invitamos al resto de la ciudadanía que se sienta identificada con lo aquí fundamentado a que la firme, y a las autoridades competentes, a que rectifiquen la actitud que vienen sosteniendo y tomen las medidas pertinentes para revertir los perjuicios provocados por las decisiones tomadas contra el profesor David Alejandro Martínez Espinosa y aquellos que guarden similitud en cuanto a causas y efectos.

(Quien desee firmar deberá dejar en los comentarios su nombre y apellidos, profesión y número de documento de identidad)

Suscribimos a los veinticinco días del mes de octubre del 2021:

  1. Adel Iván Machado Hernández – Licenciado en Cultura Física y el Deporte. CI: 89111507867.
  2. Adriana Fonte Preciado – Escritora, columnista, estudiante de ciencias de la religión y médica. CI: 97120302410.
  3. Alejandro Báez García – Licenciado en Pedagogía-Psicología. CI: 98101507084.
  4. Alejandro R. Ramos Ramos – Estudiante de Doctorado en Física. CI: 92022527866
  5. Alexander Hall Lujardo – Estudiante de cuarto año de la carrera de Historia, Universidad de la Habana. CI: 98112708287.
  6. Alexei Padilla Herrera – Comunicador social e investigador. CI: 85090508063.
  7. Alexis S. García Somodevilla – Escritor, editor y traductor. CI: 64102926320.
  8. Alfredo González Crespo – Ingeniero en Telecomunicaciones y electrónica. CI: 81100801028.
  9. Alina B. López Hernández – Historiadora, ensayista y editora. Coordinadora general de La Joven Cuba. CI: 65073002210.
  10. Álvaro García Fojo – Profesor retirado. CI: 46042924822.
  11. Amalia Echemendía Fernández – Estudiante de segundo año de Artes Visuales del ISA. CI: 00100766974.
  12. Amaury E. de la Fuente Luzardo – Estudiante de Ingeniería Nuclear (UH). CI: 01041278166.
  13. Ana Leyva Dehesa – Periodista, Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. CI: 88112736656.
  14. Andrés Dovale Borjas – Profesor Consultante de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, Jubilado. CI: 43102308268.
  15. Armando Pérez – Licenciado en Ciencias Biológicas. CI: 53022400728.
  16. Arquímedes Camejo Almarales – Profesor de Psicología en la Universidad de Holguín. CI: 92110943308.
  17. Arturo Mesa Imberno – Traductor e Intérprete. CI: 68010300761
  18. Aurora Calderón Fumero – Estudiante de tercer año de la carrera de Letras. CI: 96072109931.
  19. Carolina C. Barrero Ferrer – Licenciada en Historia del Arte. CI: 86100704873.
  20. Cesar Álvarez Fraga – Estudiante de cuarto año de la carrera de Educación artística. CI: 99070205704.
  21. Daniel A. Espinosa Prieto – Estudiante de tercer año de la carrera de Medicina, Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas. CI: 94081441821.
  22. David Alejandro Guerra Gómez – Licenciado en Historia, estudiante de Derecho por la Universidad de Holguín y profesor. CI: 93020619721.
  23. Dmitri Prieto Sámsonov – Estudiante de doctorado en Antropología Social. CI: 72121924141.
  24. Eduardo Carmelo Cusidor – Arquitecto y trabajador por su cuenta. CI: 58052817162
  25. Eduardo Muñoz Meireles – Profesor de Lenguas extranjeras. CI: 95090829629.
  26. Elizabeth Blázquez Fernández – Estudiante de la carrera de Economía. CI: 95030328891.
  27. Ernesto Gutiérrez Leyva – CI: 94030544341.
  28. Ernesto R. de Armas Montero – Estudiante de Ingeniería Informática. CI: 95031528923.
  29. Eva Odalys Martínez Serrano – Licenciada en Bioquímica (UH). CI: 62010302816.
  30. Fabio Miguel Quintero Pérez – Estudiante de cuarto año de Periodismo CI: 99100104264.
  31. Frank García Hernández – Sociólogo e historiador. Miembro del Comité Editorial de Comunistas. CI: 82072808688.
  32. Gabriela Amador Fajardo – Estudiante de Ingeniería Industrial (Cujae). CI: 96090609971.
  33. Geysel Bosch Gálvez – Doctora en Medicina, Máster en Urgencias de Pediatría. CI: 77050710557
  34. Hamed Oriol Toledo Torres – Estudiante de quinto de Filosofía. CI: 94031929308.
  35. Héctor L. Calas Roque – Estudiante de cuarto año de Comunicación Social, Universidad de La Habana. CI: 92052931061.
  36. Heriberto P. Verdecia Galan – Ingeniero en Máquinas Computadoras. CI: 62112016242.
  37. Hermes Trujillo González – Ingeniero Eléctrico. CI: 60080600228.
  38. Ianela Rodríguez Quintero. Licenciada en Letras. CI: 90122420478
  39. Ivette García González – Historiadora, profesora e investigadora. CI: 65121412274.
  40. Jairo Arostegui García – Licenciado en Historia y profesor en la Universidad de La Habana. CI: 95101831305.
  41. Joel D. Pérez Medero – Estudiante de cuarto año de la carrera de Bioquímica, Universidad de La Habana. CI: 98062907084.
  42. Joeluis Cerutti Torres – Máster en Física y profesor en la Universidad de La Habana. CI: 92031300108.
  43. Jorge Alfonso Pita – Estudiante de cuarto año de Comunicación Social y fotorreportero
  44. Jorge Enmanuel Pérez de Zayas – Estudiante de Economía (Universidad de Holguín). CI: 01063048822.
  45. José A. Esteve Santos – Estudiante de cuarto año de Medicina, Universidad de Ciencias Médicas de Las Tunas. CI: 98022617209.
  46. José A. Santiesteban Ricardo – Ingeniero en Telecomunicaciones y Electrónica. CI: 95081244406.
  47. José González-Cueto Vila – Ingeniero en Control Automático (UCLV). CI: 68110602986.
  48. José Leandro Garbey Castillo – Estudiante de periodismo. CI: 95091549167.
  49. José Manuel González Rubines – Periodista, profesor y editor de La Joven Cuba. CI: 94030325705.
  50. Juan A. Esperón Díaz – Profesor en el Instituto Superior de Arte. CI: 5510053606.
  51. Juan Escandell Ramírez
  52. Julio Antonio Fernández Estrada – Jurista y profesor. CI: 75091501927.
  53. Katherine Fonte Rivero – Estudiante de la carrera de Veterinaria. CI: 00112066916.
  54. Kianay Anandra Pérez – CI: 97100508614.
  55. Leonardo M. Fernández Otaño – Doctorante en Ciencias Históricas. Universidad de La Habana. CI: 92021337103.
  56. Leonardo Romero Negrín – Estudiante de Licenciatura en Física. CI: 99101408344.
  57. Liliam Ojeda Hernández – Egresada del Instituto Superior de Arte. C.I. 83081027256
  58. Lisbeth Moya González – Escritora y periodista. Miembro del Consejo Editorial de Comunistas Blog CI: 96082212493.
  59. Livio Arturo Delgado Ordoqui – Ingeniero Mecánico (CUJAE). CI: 62120401689
  60. Luis Daniel Fernández Monzón – Psicólogo del GBT#2 Municipio Cruces. CI: 83120911621.
  61. Manuel Figueredo – Ciudadano cubanoamericano
  62. María L. Expósito González – Periodista. CI: 97022602417.
  63. Mario Gines González – Técnico Medio en Informática. CI: 72100312842.
  64. Mario J. Valdés Navia – Historiador, ensayista e investigador. Articulista de La Joven Cuba. CI: 61013002628.
  65. Mauricio De Miranda Parrondo – Economista cubano. Doctor en Economía Internacional y Desarrollo. Profesor Titular e Investigador de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia.
  66. Mauro Díaz Vázquez – Estudiante de cuarto año de Periodismo. CI: 99122206189.
  67. Miguel A. Hayes Martínez – Economista, escritor y editor de La Trinchera. CI: 95112506860.
  68. Miguel Ángel Mesa Andarcio – Ingeniero en Control Automático. CI: 62052700725
  69. Orlando J. Martínez – Economista retirado. Cédula: 0151901113.
  70. Pedro Sosa Tabio – Estudiante de cuarto año de Periodismo – 98072007705.
  71. Raúl A. Leiva González – Estudiante de tercer año de la carrera de Letras. Universidad de La Habana. CI: 99091706901.
  72. Raúl Escalona Gutiérrez – Máster en Matemática Aplicada. CI: 94091928126.
  73. Raúl Prado Rodríguez – Director de Fotografía y Licenciado en Derecho. CI: 86040804824.
  74. Reinier Díaz Vega – Actor. CI: 91041222264.
  75. Roberto Ramos Mori – Diseñador, artista visual y activista LGBTIQ+. CI: 75043001444.
  76. Roger A. Grau Ricardo – Licenciado en Historia e investigador. CI 94101329943.
  77. Rolando Pablo López Reyna – Trabajador contratado. CI: 69030239723.
  78. Rolando Velázquez Fonseca – Médico. CI: 93051919861
  79. Senén Alonso Alum – Investigador literario. CI: 97012302502.
  80. Teresa Díaz Canals – Profesora, ensayista. CI: 57041100773.
  81. Ulises Padrón Suárez – Licenciado en Letras, activista afroLGBTIQ+ y editor. CI: 87112907088.
  82. Yaili Rodríguez Valdés – estudiante de cuarto año de Ciencias de la Información (UH). CI: 99013102814.
  83. Yamil Rodríguez Guzmán – Técnico de Acceso y Posicionamiento mediante cuerdas. CI: 94101234465.
  84. Yasmín S. Portales Machado – Escritora, crítica literaria y activista LGBTIQ+. CI: 80030606995.
  85. Yosvany Quesada García – Licenciado en Economía. CI: 94012337940.
25 octubre 2021 65 comentarios 4k vistas
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reacciones

Cinco reacciones a una Declaración

por Redacción 2 octubre 2019
escrito por Redacción

Bueno, me doy cuenta de que algunos artículos de René Fidel los leí y creo que incluso publiqué (así que debo estar en llamas, menos mal que no soy catedrático)… (Silvio Rodríguez, Segunda Cita)

 

Esto confirma las acusaciones del profesor y el enquistamiento de las autoridades. Quienes ven en la incondicionalidad una virtud en lugar de la muerte de las revoluciones, no han estudiado historia ni están a la altura de ella. ¿Mandarlo a una biblioteca? ¿En serio? Como a los intelectuales depurados en los 70? Provoca vergüenza ajena este intento de sofocar un reclamo ciudadano, pero no funcionará y habrá René para rato. El tiempo juzgará como hizo con el Quinquenio Gris (Harold Cárdenas Lema, Facebook)

 

Esto, lejos de mostrar evidencia de causas suficientes para la retirada de la categoría docente y la sanción a plazas de menor nivel, no es más que lo dicho siempre: cuando el derecho a debatir o disentir de manera profesional es limitado por un estado, caemos en un monopolio ilegítimo de la censura.

El marxismo señala que el desarrollo y la superación de los estadios precedentes sólo eran posibles cuando el sistema entraba en contradicciones insuperables. Así ocurre ahora. La democracia, término tan mal estudiado en Cuba, no concluye en el voto ciudadano. Tampoco en la prensa nacional. Qué lástima por la universidad de Oriente aunque no le queda de otra a su consejo directivo que seguir los postulados del MES.

Mella debe estar revolviéndose cuando ve fracasada la libertad de cátedra, la autonomía universitaria y el derecho a la opinión sincera. (Leduan Ramírez, Facebook)

 

Declaración de la Universidad de Oriente sobre la invalidación docente del doctor René Fidel González García, provoca que decenas de revolucionarios, luchadores antimperialistas y patriotas cubanos y latinoamericanos, se interesen por los artículos publicados por René Fidel en La Joven Cuba, Rebelión, entre otros sitios (…) 

Ahora los artículos de René Fidel, por los que la Universidad de Oriente le invalidara su condición de profesor, están circulando en la blogosfera y las redes sociales entre académicos, profesores, e intelectuales de formaciones ideológicas diversas. Probablemente, se está produciendo con mayor fuerza que nunca el movimiento de pensamiento crítico y debate que los represores ideológicos de René Fidel quisieron evitar al expulsarlo de su claustro y proponerle una plaza de acomodador de libros en una biblioteca, más o menos como le hicieron a Ambrosio Fornet hace unos 40 años durante el denominado Quinquenio Gris.

Y que la gente piense, aunque discrepe entre sí, ya es una gran victoria del doctor en Ciencias Jurídicas cubano, más allá de que el gobierno le de una respuesta a sus reclamaciones, o no, o respete la letra constitucional o no. (Giordan Rodríguez Milanés, Facebook)

 

Me gusta mucho una frase de Memorias del subdesarrollo que dice así: “Yo he visto demasiado para ser inocente, ellos tienen demasiada oscuridad en la cabeza para ser culpables”. La reciente respuesta de la UO a René Fidel deja mucho que pensar. Por supuesto que una universidad tiene derecho a quitarle la categoría a un profesor que incurra en conductas dañinas. Pero que estas personas consideren los artículos de René Fidel como una conducta dañina e irresponsable solo habla de su falta de capacidad para la tolerancia y el enfrentamiento civilizado de las ideas.

El estalinismo tiene un nombre errado, habría que llamarle autoritarismo mediocrático, porque una de sus principales características es el empoderamiento de tremenda cantidad de gente bruta. Estoy convencido de que solo personas mediocres pueden creer que una ideología se defiende guardándola con celo en un lugar alto, a salvo de toda duda, crítica o cuestionamiento.

Cuando una persona ha leído y ha bebido de las más variadas fuentes de la historia universal, o al menos ha sido educada en el respeto y la claridad mental, ve las diferencias del pensamiento como algo natural y necesario, y sabe que una idea se defiende en el debate, en el discurso, no apartando al que te cuestiona.

La declaración de paso ofende a Rebelión y Sin Permiso, medios que subsisten como valladares de la izquierda internacional. ¿Por qué el claustro de la UO no rebatió a René Fidel en esas mismas tribunas, si su pensamiento era tan contradictorio y confuso? ¿Acaso las consideran tan sucias?

Durante muchos años, hemos vivido en la imposición de un pensamiento único, reforzado por una mentalidad de colmena que abarca a toda la institucionalidad. Es cierto que no siempre las diferencias y choques llegan a situaciones como la de René Fidel. Pero esta respuesta muestra que no podemos conformarnos con pedir un poco más de tolerancia o el ataque a ciertos intolerantes. Debemos forzar un nuevo paradigma de sociedad abierta a la diversidad de pensamiento, que promueva el pensamiento libre e independiente, sin que nos detenga la existencia del conflicto con los EE.UU. (Yassel Padron Kunakbaeva, Facebook)

2 octubre 2019 18 comentarios 677 vistas
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profesor

Esteban Morales sobre el profesor René Fidel

por Esteban Morales Domínguez 24 septiembre 2019
escrito por Esteban Morales Domínguez

El Dr. Esteban Morales Domínguez sumó su apoyo a la carta enviada al Presidente de la República por un grupo de graduados y profesores de la Universidad de Oriente y de la Universidad de Holguín Oscar Lucero.

Yo sufrí algo similar, pero no albergo ningún resquemor ni resentimiento al respecto. Y como sabrán, el Cro. Raúl Castro se encargó de solucionar el asunto, a quien le estoy muy agradecido. Pues hizo justicia, lo que me reafirmó aún más en el convencimiento de que la injusticia no tiene cabida entre nosotros. Como ahora tampoco la tendrá.

Y eso es lo que reclamamos todos. De manera insistente y sin ceder terreno.

Si se ensañaran con los firmantes de la carta, solo habría que arreciar la pelea, pues nunca podremos darnos por vencidos en esta situación, dado que resulta evidente para mí que se trata de una injusticia, lo cual no es permisible.

Mis notas en Facebook han sido muy duras, incluso las dirigidas al Ministro personalmente. Creo que bien pudo haberse quedado callado si no podía hacer otra cosa. No la infamia que cometió.

Si permitimos cosas como estas, habría que cerrar nuestras universidades, como ya lo he expresado también. Así como indicado mi posicion, de que cualquier nivel superior al de la Viceministra que asuma una posicion similar, como ha tenido lugar con el Ministro en la mas reciente Mesa Redonda, debe ser objeto tambien de nuestra crítica intolerante y más aguda.

Lo único en que debemos poner cuidado, es mantener la pureza revolucionaria del grupo que reclama, evitando que ningún oportunista del otro lado del espectro ideológico quiera sacar provecho de estas contradicciones entre revolucionarios.

Por lo demas, cuenten conmigo y mantenganme al tanto de cualquier acción que deseen realizar.

Con esta nota, como ya he expresado, pueden dar por firmada la carta de mi parte.

Saludos revolucionarios.

Un abrazo.

Dr. Esteban Morales Domínguez

24 septiembre 2019 15 comentarios 789 vistas
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El discreto encanto de la tontería

por Harold Cardenas Lema 18 abril 2017
escrito por Harold Cardenas Lema

Expulsar alguien de la universidad porque no sea revolucionario se asemeja a los actos de repudio a las “Damas de Blanco”: Nunca han funcionado, son moralmente cuestionables y generan un problema mayor; su artificialidad lastra la reacción real de la sociedad y dan una imagen de país represor. Si existe un consenso en contra, ¿por qué hacerlo?

En la UCLV han expulsado una muchacha por pertenecer a una organización contraria al Estado. De un golpe han logrado dos cosas difíciles: crearle un mártir a la oposición y generar empatía hacia ellos. Ahora, la mayor victoria política de “este movimiento” en lo que va de año, pareciera ser cortesía de la FEU, pero no lo es. Conociendo cómo funcionamos en Cuba, la medida debe haber contado con un padrinazgo superior, el visto bueno de otras organizaciones que debieron ser más responsables.

En las universidades siempre hay gente a favor y en contra, pero nunca se expulsa a nadie sin una indicación superior. Los lazos personales que se forman entre los jóvenes de estas instituciones, van más allá de la política. Expulsar uno de ellos, es el mismo absurdo que cuando debíamos sancionar simbólicamente a quien emigraba del país, una orientación impopular y tonta que debimos soportar hasta que cayó por su propio peso. ¿Cuánto demorará en eliminarse este otro absurdo?

La Revolución cubana se planteó desde un inicio dar iguales oportunidades a todos y terminar con el sistema previo que marginaba amplios sectores populares. Si nos planteamos marginar a los que tienen otros credos políticos, ¿acaso somos mejores que ellos?

El mejor sistema político no es el que niega el anterior, sino el que lo supera. Si el socialismo cubano se planteó superar la exclusión del capitalismo, ¿acaso esto no incluye a las universidades? Puede parecer contradictorio pagarle los estudios a quien reniega de tu sistema, pero de ahí nace precisamente una autoridad moral superior.

El encanto oculto de medidas absurdas como esta, es que cuando se hacen siguiendo las reglas, traen más premios y promociones que sanciones. Gritar irracionalmente, repetir consignas vacías, mostrar mano dura y ser bien dócil, es a menudo el camino del éxito.

Cuando se aplica el axioma de que la universidad es solo para los revolucionarios, algunos creen estar cumpliendo con su deber, cuando en realidad están dañando instituciones. En Cuba el acceso a la universidad es un derecho de todos, hacer marginaciones políticas solo provoca el rechazo silente en los estudiantes, y provocando esto será muy difícil formar revolucionario alguno.

Siempre habrá los que no comulguen con las ideas socialistas, muchos de ellos se gradúan en nuestras universidades sin esconderlo demasiado. Hoy se sanciona a una muchacha que lo expresa abiertamente, quizás el problema sea ese entonces, el decir lo que otros saben ocultar hasta graduarse. Pongamos un nuevo slogan entonces en los centros de altos estudios: “sea hipócrita por cinco años y podrá ser un disidente culto el resto de su vida”. ¿Es ese el país que queremos construir?

Sobre este tema, los más disciplinados guardarán silencio por no tener “todos los elementos”, los más críticos lo usarán para sacar ventaja política y el resto observaremos a la oposición anotarse un tanto no por mérito propio sino por una política absurda. Las expulsiones universitarias no son cosa nueva, el slogan de la marginación ha funcionado mucho tiempo bajo el radar de la opinión pública, creando más problemas de los que soluciona.

Expulsar alguien de la universidad porque no sea revolucionario es como quitarle la libreta de abastecimientos a una “Dama de Blanco”, una tontería que pretende escamotear derechos conquistados para todos. Quienes ganan con esto son los críticos del socialismo, que ahora tienen un símbolo, una campaña más y un tanto a favor del desaliento. Por favor, alguien explique a los que trabajan construyendo ideología en Cuba, que la universidad pertenece a los revolucionarios desde el 59, pero hoy más que nunca debe estar al alcance de todos.

18 abril 2017 234 comentarios 874 vistas
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chinea

Carta abierta de Hugo Chinea Cabrera a Leonardo Padura

por Hugo Chinea Cabrera 15 mayo 2012
escrito por Hugo Chinea Cabrera

(La siguiente carta la escribió quien fuera Jefe de la Sección de Cultura del Departamento de Ciencia, Cultura y Centros Docentes del Comité Central en respuesta a la cuarta parte de la entrevista que nos concedió Leonardo Padura)

“Discúlpame, Padura, que te tutee en este texto pese a que no nos conocemos personalmente. Acabo de leer esta entrevista, y me dio un vuelco el corazón cuando me veo mencionado como regañón de periodistas del Caimán Barbudo. Fui durante los años de 1973 a l984, Jefe de la Sección de Cultura de un Departamento que entonces llevaba la denominación de Departamento de Ciencia, Cultura y Centros Docentes del Comité Central. Se trató de una estructura nueva -a semejanza de la existente en el otrora campo socialista- cuya función era la de ser órgano auxiliar de la dirección del Partido.

Nunca fui jefe de un departamento que en aquellos tiempos no existía.Durante mi desempeño como funcionario del aparato auxiliar del Partido, nunca cité a persona alguna, periodista o creador, de ninguna esfera de la vida cultural de nuestro país, para recriminarle oficialmente de algo. No estaba entre nuestras atribuciones. Mucho menos de organismos e instituciones dependientes de la estructura de la UJC., a quien correspondía, si era el caso del Caimán Barbudo, cualquier asunto.

No me explico de qué manera entonces mi nombre aparece en esta entrevista, nada menos que citado por ti, cuando yo ni siquiera he tenido la satisfacción de estrechar tu mano ni de conversar contigo alguna vez y mucho menos participado en un regaño por tu labor ni en el Caimán ni en sitio alguno. Ni contigo ni con nadie.

 Tú y yo no nos conocemos personalmente, menos tú a mí; más yo a ti sí, porque al menos he sido lector simpatizante de tu obra (aunque seguramente no habrás leído nada mío), tanto de tus textos desde el periódico Juventud Rebelde, hasta las novelas. Incluso comparto muchas de tus apreciaciones -en medio del fuego que cruzan sobre tí los dos bandos-, respecto a los problemas actuales que aquejan al país y en los que es preciso vencer o de lo contrario perecer en manos de nuestros enemigos jurados de ahí enfrente.

Antes de trabajar en el Partido, yo provenía de la revista Cuba Internacional, de la que fui su director. Antes, redactor de la Redacción Cultural de Prensa Latina. Antes, profesor de Economía Política y Filosofía Antes, un muchacho más que militó en las filas clandestinas del 26 de Julio y se fue al Escambray en diciembre de 1960 como miliciano del Bon 315 de Santa Clara en la lucha contra los bandidos. Y un ratico antes de eso, un simple trabajador de un concesionario de la Internacional Harvester Co. Hoy atesoro la Distinción por la Cultura Nacional, un Doctorado Honoris Causa de la Universidad Simón Bolívar, de Colombia, dos premios literarios de la UNEAC, en cuento, varias publicaciones más y mi licenciatura en Sociología.

Te digo todo esto porque soy solamente uno más, cualquiera, como tú mismo, que viniendo de esa enorme multitud del pueblo estuvo, como estoy, dispuesto a todo por servir y defender la justicia que la Revolución trajo consigo, en la que me formé y hoy respaldo su labor reformadora, para mejorar nuestro socialismo.

Cada coyuntura vivida en estos años precedentes, así como ésta, tiene sus características y también sus exponentes en una larga fila. Citar un solo nombre, de los tantos con quienes dices tropezaste, merece al menos no solo que valga la pena, sino también veracidad suficiente para calificarlo, tanto para bien como para mal. Solo me cabe pensar que fue una confusión tuya, o un gazapo, o una manipulación intencionada del periodista autor de la entrevista para vincular al Partido. Algo de esto o parecido, ya que otra cosa me parece improbable de parte tuya cuando ni siquiera nunca nos hemos visto las caras.

En calquiera de los casos, espero la reparación del equívoco en el mismo medio en que se produjo la publicación de tu entrevista y aparece envuelto mi nombre en representación del Partido en un suceso que en absoluto tiene que ver conmigo. He preferido dirigirme a ti, primero, para una reparación del asunto en esa misma prensa u otra que estimes pertinente, antes de hacer mi reclamo, más que justo, en medios tan públicos como la entrevista tuya que ahora mismo circula en la red.
En espera de tu respuesta,
Fraternalmente: Hugo Chinea Cabrera.

Nota: Luego de esta ausencia de señales por parte del destintario, ahora acredito que puedo decir más. Digo, como otros muchos compañeros, que debemos distinguir la altura e integridad de Intelectuales prestigiosos que si se vieron afectados en una infeliz coyuntura, superada con creces, y si embargo no se han prestado a ninguna prensa ni a sus manipuladores de siempre, haciendo la diferencia.

Parece más útil e importante ocuparse de lo que está pasando ahora, la reforma de nuestro socialismo, que hurgar en más de 30 años atrás. Es táctica trillada de cierta prensa enredar viejos asuntos negativos con la actualidad en su afán por desacreditar.”

Tomado de: SuperCuba

15 mayo 2012 181 comentarios 703 vistas
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Julio Antonio Mella: la lucha continúa

por Consejo Editorial 27 septiembre 2011
escrito por Consejo Editorial

Mella nos enseñó que la ortodoxia es uno de los mayores peligros de una Revolución, preferimos ser como él: poco ortodoxos.

Por: Harold Cárdenas Lema

Dicen que antes de morir ves pasar toda tu vida ante tus ojos, espero sea cierto, así tendríamos al menos algo de perspectiva sobre el mundo que vamos a abandonar y cuál ha sido nuestra huella en él. Tengo 25 años y 10 meses de vida, la misma edad que tenía Mella cuando murió asesinado en el DF mexicano. Un cuarto de siglo parece mucho pero en realidad es bastante poco tiempo en una vida. Si hiciera un balance de cuál sería mi legado a mi muerte quedaría muy insatisfecho, no es el caso de Julio Antonio Mella.

Mella vivió una vida multifacética, creó organizaciones y órganos de prensa revolucionarios por doquier, conoció a varias de las principales figuras del universo comunista de la época y de una u otra manera todos los que le conocieron tuvieron que tomar partido a su favor o en su contra. Con sólo 20 años hizo una huelga de hambre que movilizó el país a su favor (cosa rara en la época tratándose de un comunista) y obligó al tirano Machado a liberarlo y sufrir así una derrota pública, posiblemente la primera hasta entonces.

Si tuviera algo que criticarle, creo que sería precisamente lo que más admiro de él, su espíritu de sacrificio y total entrega a la causa revolucionaria, que por una parte lo convirtió en un adversario formidable y por otra lo llevó a descuidar a su familia y de manera indirecta su esposa e hija, quienes tendrían que sufrir las mismas penurias económicas que él. Mella tuvo que enterrar en un cementerio mexicano a un hijo que le nació muerto, tuvo que cavar la tumba él mismo y obviar cualquier tipo de funeral por carecer de fondos suficientes, todos sus bienes estaban  dedicados al Partido.

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27 septiembre 2011 129 comentarios 469 vistas
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