Apuesto por comentar en este blog sobre las vivencias de los estudiantes universitarios cubanos, sus realidades, los retos que poco a poco va imponiendo la vida. Hoy es un día feliz. Culminan a través de un Examen estatal los cinco años de la carrera. En la quietud de la noche aprovecho para escribir y reflexionar un poco sobre lo acaecido. Hoy más que nunca es un día para pensar.
En la alegría del momento se diluyen las historias de jóvenes que sin más esfuerzos que el de levantarse de la cama todos los días, o alguna que otra trifulca amorosa fueron sorteando los estudios universitarios. De ellos tendría muchas cosas que contar, porque cada vida, bien escrita da para un buen libro, pero prefiero colocar mi atención sobre un personaje singular que un día llegó al aula para arrebatarnos el sosiego y brindarnos a todos su sincera amistad.
¿Su nombre? No importa, muchos de quienes han compartido más de una conversación con él no lo conocen. Preferimos llamarlo El Guajiro, lo que nos recuerda cada vez que la dirigimos la palabra su origen campesino.