La Joven Cuba
opinión política cubana
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto

Ernesto Che Guevara

La pregunta debiera ser otra

por Consejo Editorial 31 enero 2018
escrito por Consejo Editorial

(Nota de los Editores: Este artículo es parte de una serie de textos a raíz del artículo ¿Dónde están los textos del Che? La Joven Cuba promueve debates de este tipo, donde diversos autores puedan abordar un mismo tema desde distintas posiciones. Si usted tiene alguna opinión distinta sobre alguno de los textos aquí publicados, puede enviarla para su publicación a jovencuba@gmail.com) 

Por: Disamis Arcia Muñoz

Concuerdo con Mario cuando llama la atención sobre la necesidad, urgente en los momentos actuales de la sociedad cubana, de asumir el pensamiento producido por el Che en torno a la transición socialista desde  las circunstancias de la Cuba de los años sesenta. Asumirlo para polemizar con él, para definir e identificar esos viejos problemas que se mantienen, enriquecer sus propuestas y soluciones, caminar unos pasos más hacia adelante en la búsqueda de esa sociedad diferente y superior al capitalismo que ha de mantener el hombre y la mujer como centro y sujeto activo de todo el proceso de transformación. Pero manteniendo el mismo horizonte del socialismo.

Más que denostar al Che-leyenda, Che-símbolo, creo que a ese mito construido desde el discurso político sobre el Che guerrillero heroico, que enfatiza en su faceta de la lucha armada, y en su potencial movilizador como ejemplo, debemos  enriquecerlo, tremendamente, con la relevancia que tiene su legado como pensador marxista, como el dirigente que, urgido por la cotidianidad y desde el bagaje cultural e intelectual que poseía se preocupó y ocupó por pensar y actuar sobre la realidad para transformarla. Los mitos también son necesarios, los símbolos tienen más fuerza movilizadora de lo que nos podemos imaginar. La cuestión está en qué conforma al mito, cuál es la esencia que lo hace “ser”, sin obviar que buena parte de ese símbolo proviene de lo que la gente le aporta, de acuerdo a lo que le impacta, le emociona, siente necesario en el contexto histórico en que comienza a gestarse.

Pero bueno, no es sobre el Che-mito que quiero hablar. Lo que me motiva a escribir son algunas inexactitudes que leo en el post de Mario Valdés, y que me parece interesante aclarar o enriquecer acerca de la suerte que ha corrido la producción intelectual del Che.

Luego de la muerte del Che en Bolivia, y durante los siguientes 12 años, más o menos, los textos que se editaron, y publicaron con frecuencia, fueron el Diario del Che en Bolivia, los Pasajes de la guerra revolucionaria, la Guerra de guerrillas, y como apunta Mario, la compilación que hizo la Casa de las Américas, a cargo de Roberto Fernández Retamar, que luego enriquecería la Editora Política con otra selección en 8 tomos titulada Escritos y discursos.

Una excepción en este panorama fue la edición reducida, no más de cien ejemplares, que se hizo en 7 tomos donde se recogieron la mayoría de los discursos, entrevistas, artículos y ensayos de Che Guevara desde su llegada a Cuba hasta su salida en 1965. Aquí se incluían, también, los artículos que escribió y se publicaron en revistas cubanas como Cuba Socialista y Nuestra Industria Económica como parte de la polémica económica de 1963-1964; así como una selección de las actas tomadas durante las reuniones bimensuales que se hacían en el Consejo de Dirección del Ministerio de Industrias. El trabajo estuvo liderado por Orlando Borrego, pero fue un grupo de antiguos colaboradores del Che de los tiempos del ministerio de Industrias quienes asumieron la meticulosa labor de revisar la prensa, recopilar archivos, ordenar y tener listo para la imprenta esos siete tomos de El Che en la Revolución Cubana. Estos son los siete tomos que se han vuelto a publicar por la editorial José Martí en estos dos o tres últimos años.

Otra excepción fueron los dos números que dedicó al Che Pensamiento Crítico, luego de octubre de 1967, donde presentaron una selección de textos suyos sobre la lucha armada en Cuba América Latina y sobre la transición socialista.

En general, toda esa producción editorial se concentró en el período que abarca la incorporación del Che a la lucha revolucionaria en Cuba, y los primeros seis años de Revolución, más, por supuesto, el diario de Bolivia.

Eso, cuando hablamos de escritos por el propio Che. Sobre él la producción fue interminable, anecdótica, hasta redundante. Pero marcada, sobre todo en aquellos años, por la huella candente que había dejado Ernesto Che Guevara a lo largo de todo el país, en fábricas, trabajos voluntarios, encuentros informales, partidas de ajedrez, discursos y programas Ante la prensa. La gente necesitaba, también, de alguna manera, mantener viva la memoria concreta de su existencia (la del Che).

Así llegamos a la década de los ochenta, al proceso de rectificación de errores, al discurso de Fidel en 1987 con aquella frase autocrítica de “si le hubiésemos hecho caso al Che Guevara”, al referirse a los derroteros de la economía en la Cuba de los años setenta y principios de los ochenta. Vinieron también, con esta autocrítica pública, la publicación de libros como el de Carlos Tablada sobre el pensamiento económico (premio Casa, creo que en 1986), el de Fernando Martínez Heredia sobre el socialismo del Che, también premio Casa, en 1989; y otros menos conocidos como el de María del Carmen Ariet sobre el pensamiento político, publicado por la editorial Capitán San Luis en 1989.

En ese momento no se sabía que existía lo que luego serían sus Notas de Viaje,  su Otra Vez; tampoco se conocía de la existencia de los Pasajes de la guerra revolucionaria. Congo. No se conocían, sencillamente, porque hasta 1984 la familia de Ernesto Che Guevara los mantuvo guardados, justo como él los había dejado en el despacho de su casa, con la orientación de mantenerlos así, antes de su salida para el Congo en abril de 1965.

En 1984 se creó el Archivo Personal del Che, compuesto por dos personas, Aleida March y María del Carmen Ariet García, quienes se dedicaron, a partir de esa fecha a trabajar en la organización, clasificación y transcripción de todos esos archivos. Dos personas.

Para no hacer demasiada larga la historia, porque lo que me interesa es aclarar dos o tres errores bienintencionados de Mario, les comento que en su gran mayoría, los textos escritos por el Che que se habían mantenido en su archivo de papeles personales están publicados en estos momentos.

Ese trabajo se ha concretado en un proyecto editorial que es fruto del Centro de Estudios Che Guevara en colaboración con la Editorial Ocean Sur, y ha tenido su correlato para Cuba en las editoriales del Instituto Cubano del Libro.

¿Cuál es la diferencia entre lo que se ha publicado por Ocean Sur y lo que se ha editado en Cuba?

Primero: que mientras Ocean lo ha hecho como un proyecto orgánico, articulado por denominador común del Che Guevara, lo que lo hace fácilmente identificable por el público, aquí en Cuba se decidió hacer por áreas temáticas, que fueron asumidas por las diferentes editoriales del ICL, en dependencia del tema que asumen. De esta forma, las Notas de Viaje y Otra Vez, los textos de juventud donde refleja las experiencias por las tierras latinoamericanas, y El Che habla a la juventud, una recopilación de discursos dirigidos a la juventud, fueron publicados por la editorial Abril; el Gran debate. Sobre la economía en Cuba 1963-1964, donde se reúnen todos los artículos –no solo los del Che- de la polémica económica, los Apuntes críticos a la Economía Política –que no son otra cosa que eso que Mario llama Los papeles de Praga-, los Apuntes filosóficos, los Pasajes de la guerra revolucionaria. Congo, las reediciones del Diario del Che en Bolivia y la edición arreglada por el propio Che de Pasajes de la guerra revolucionaria, más una antología titulada Che Guevara presente, y otras ediciones de folletos temáticos a partir de la selección de discursos y artículos del Che sobre la Revolución Cubana, la transición socialista, la lucha internacionalista y un cuarto que ahora no recuerdo, todos ellos fueron publicados por la editorial Milenium/Ciencias Sociales; América Latina. Despertar de un continente lo editó, no sé todavía por qué motivos, la Editorial Oriente. Y Evocación lo publicaron primero la Casa de las Américas y luego la editorial Unión.

Me faltan algunos por enumerar, pero tampoco quiero cansar al que llegó hasta aquí en su lectura.

Segundo: Que Ocean Sur se ha mantenido haciendo reimpresiones o actualizando las ediciones de los libros que componen el proyecto editorial, de manera que en su catálogo se mantienen todos los títulos. En Cuba las tiradas han sido de 3000 o 5 000 ejemplares a lo sumo, y luego no se han vuelto a publicar. Ese es el caso, por ejemplo, del Gran Debate, de los dos Apuntes, y hasta de los Pasajes de la guerra revolucionaria. Congo. Otros títulos como el de América Latina. Despertar de un continente, El socialismo y el hombre en Cuba, y los folletos que comentaba más arriba, se han publicado al menos dos o tres veces más.

Ahora mismo, se está trabajando en la edición de las Obras Completas, pero es un trabajo complejo, marcado en primer lugar por la propia naturaleza de la producción intelectual del Che, que no es una obra de oficina, ni de un académico sentado en su buró, es la obra diversa y dispersa, a veces difícil de localizar, contrastar y corregir de un dirigente revolucionario que en medio de la actividad política pensaba, por supuesto, y escribía. En el Centro trabajan actualmente dos investigadoras, y dos especialistas.

Una aclaración que creo necesaria, la polémica con Charles Bethelheim, no fue tal, en el sentido de identificarlos a ello dos como únicos protagonistas, sino que forma parte de ese gran debate del que hablé antes, donde aparecen además otros, cubanos y extranjeros, entre los que no se encuentra Carlos Rafael Rodríguez, porque mientras que en la realidad concreta ese polémica se llevaba a cabo a partir de la experiencia divergente del INRA (dirigido por Carlos Rafael Rodríguez) por un lado y por el otro del Ministerio de Industrias (dirigido por el Che), Carlos Rafael no escribió ni una línea polemizando.

Con todo ese trabajo, se ha conseguido que la gran mayoría de los papeles del Che que se conservaban en su archivo personal hayan visto la luz en estos últimos diez años. Creo que solo quedan algunos apuntes fragmentarios sobre historia militar, y un grupo de cartas personales (me refiero a las que enviara a su esposa) que la familia ha decidido no dar a conocer, me parece que están en su derecho. El resto está “en blanco y negro”, y no se han publicado así como así, sino que cada uno de los títulos es el resultado de la investigación, detrás hay una concepción que busca, sobre todo, dar a conocer el pensamiento del Che, por sí mismo, sin intermediarios, y de manera tal que se comprenda que no puede haber segmentaciones, que lo del Che es un sistema de pensamiento, realizado en un contexto histórico concreto, y en función de un proyecto político específico, el socialista.

Hace como dos años la Academia de Ciencias de Cuba le otorgó el premio Nacional precisamente a ese proyecto editorial, y pocos años antes, la Colección de los archivos personales del Che fue incluida (después de los manuscritos de José Martí, y el Noticiero Latinoamericano ICAIC) en el Registro Mundial de la Memoria del Mundo. Uno de los requisitos para ello es demostrar que los documentos que optan por ese reconocimiento han sido puestos a disposición de quienes se interesen por leerlos.

El sitio web del Centro de Estudios Che Guevara estuvo online hasta hace dos años, salió offline, simplemente, porque envejeció la plataforma en la que se había hecho, y están ahora intentando reponerlo de nuevo. Desde ahí se podían consultar buena parte de los textos que provienen de sus archivos.

Para consultar, como investigador, los manuscritos originales, hay que hacer lo que es usual en casi todos los archivos especializados del mundo. Presentar tus credenciales como investigador, el proyecto de investigación y las áreas temáticas que le interesa trabajar.

Me he extendido demasiado en este recorrido, pero me parece importante esta aclaración, porque más que preguntar ¿Dónde están los textos del Che? Creo que la pregunta más acuciante es ¿Qué hacer con ellos?

De nada vale lograr sacarlos a la luz si no hay, por un lado, la voluntad política para garantizar el acceso social (ya sea en escuelas, universidades, bibliotecas públicas, plataformas digitales) a su legado teórico; y por el otro, si tampoco existen personas que se interesen por leerlo, darse duro con sus textos, polemizar con ellos, y pensar, sobre todo pensar para cambiar la realidad.

(Texto relacionado: El Che no conviene)

(Próximamente: Tenemos deudas con el Che Guevara”, por René Fidel González García)

31 enero 2018 8 comentarios 224 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

El prisma Marxista y el amor martiano

por Consejo Editorial 16 marzo 2015
escrito por Consejo Editorial

MartíPor: Frank García Hernández (Especial para LJC)

“Marx se preocupaba tanto de los hechos económicos como de su traducción en la mente. Él llamaba eso un ‘hecho de conciencia’. Si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria”

Ernesto Che Guevara

 Los que hemos conversado con Fernando Martínez Heredia, sabemos que gusta de terminar recordando a los jóvenes que la Patria nos contempla orgullosa. Después del 17 de diciembre, quizá la Patria nos contempla-observa-, meditabunda y orgullosa. Meditabunda, pues se sabe compelida a uno de sus más difíciles derroteros que ha tenido desde que nos fuimos sintiendo cubanos. Orgullosa, pues se satisface en las maneras que tanto nuestra dirigencia, como la ciudadanía, ha sabido colocarse ante la historia.

Para mi generación, los nacidos a comienzos de los ochenta, el parangón ideológico se torna difuso en un mapa donde se desdibujan fronteras, no ya para consumar el sueño marxista- conste que para Marx el comunismo era un movimiento, una sociedad, nunca un Estado-, sino para imponer el de las transnacionales del capital. Estamos, por demás, marcados por el colapso del socialismo de la Europa del Este, donde la Unión Soviética tiende a ser encontrada hoy con más frecuencia en los video juegos y documentales de un exprofeso olvido histórico, o, demolida por la inquisición de los manuales, surgidos a raíz de la negación de sus líderes bolcheviques a un costo letal. Aquellos modelos que balancearon el planeta por varias décadas, estrábicos como resultaron sin excepción, y por sus estrabismo se difuminaron antes de concluir el siglo del pistoletazo de Sarajevo, produjeron, en ocasiones comprensible, una negación del marxismo y sus corrientes, ya fuesen revolucionarias o dogmáticas.

Inculpar a mis coetáneos del rechazo a ahondar en las obras de Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Gramsci o el conjunto del marxismo latinoamericano, no guarda algún raciocinio. A Lenin nos lo deformaron, a Trotsky lo excomulgaron, Rosa y Nino, quedaron aun más alejados, siendo en no pocos casos la primera sustituida por la imagen –y siempre solo la imagen- de Clara Zetkin; el otro, olvidado al punto de arribar el estudiante a niveles de posgrado en la enseñanza y ser uno de sus grandes ausentes teóricos.

El marxismo en cápsulas no es un remedio, ni santiguarse ante las imágenes de los santos patronos de la ideología trae consigo, como por obra divina, el conocimiento para discernir el camino. En cierto lugar estuvieron –siempre- los libros de los ocultados, si así no hubiera acontecido, cómo entonces unos pocos le estudiaron y a contrapelo del gusto de los dueños de la historia, los divulgaron. Andreu Nin durante la Guerra Civil Española tradujo al castellano La revolución traicionada, de Lev Bronstein; Cornelius Castoriadis creó el grupo Socialismo o Barbarie, que promovió el pensamiento rosaluxemburguista y el consejismo; Antonio Gramsci llega a los cubanos del siglo XXI gracias a cierto libro del profesor Jorge Luís Acanda; la silenciada publicación Pensamiento Crítico no hará muchos años fue antologada por su antiguo director.

Al principio está Cuba. Con Cuba está su hijo universal: el Apóstol. Existen  otros cubanos muy grandes que no los tiene la historia como ese tabaquero que donaba casi todo su salario para la causa independentista y seguía trabajando en Tampa. Está el joven quien nunca habló en la celda de tortura, quedó sordo de un oído, el lagrimal roto y hoy no tiene ni una lápida, porque no murió como héroe, sino que siguió haciendo la revolución muy de silencio. En  ambos va el espíritu de Martí, el que se ofendía cuando en el campo insurrecto le llamaban: Presidente, y hasta el cargo de Delegado del Partido Revolucionario Cubano estuvo dispuesto a poner a disposición, por entender que el orgullo de algunos otros podrían mellar “las formas que asegurarían y acelerarían su triunfo”.

 Y las obras completas de José Martí no solo las tenemos en las bibliotecas, se imprimen las ediciones críticas. No basta con las antorchas.

Con justeza se nos ha convocado a la marcha unida, no la entendamos en la pobreza de lo unánime. Contemplar orgullosos a la Patria, es sentarla a nuestra mesa de trabajo, nunca colérica y sí reflexiva, es saberla comensal de nuestro sufrido ajiaco, sin echar a un lado las especias y sentir que ni resulta lejana o inalcanzable, tal sería el gusto de los cubanos equivocados.

Que nuestro prisma marxista se construya con el amor martiano.

16 marzo 2015 82 comentarios 227 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Cómo se forma un revolucionario… antimperialista.

por Consejo Editorial 8 octubre 2014
escrito por Consejo Editorial

Un post escrito hace 4 años… pensando en el Che.

8 octubre 2014 33 comentarios 221 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Dos héroes como una ola

por Consejo Editorial 16 junio 2014
escrito por Consejo Editorial

maceoyche

Por: Julio César Pérez Verdecia. (julio.verdecia@umcc.cu)

La gente cree por lo general que su realidad, quizás por puro narcisismo, es la más compleja, dura y definitiva y, que sus batallas y pérdidas están en la dimensión estremecedora de las cosas.
Y es cierto, cada tiempo tiene su luz y su sombra, como para cada hombre su vida es definitiva y estremecedora. Sin embargo hay vidas y batallas que rozan lo inverosímil. Hoy por ser cubano entero, quisiera dedicar mis palabras a la celebración de los natalicios 169 y 86 de Antonio de la Caridad Maceo y Grajales y Ernesto Guevara de la Serna, respectivamente.

Hasta podría parecer recurrente, vanidoso; yo, simple migaja, asomado a la sacrificada vida del Titán de Bronce, a la vida telúrica del Che. Pero es que hay algunos por ahí hablando de desesperanzas y luctuosas utopías, del fin de los sueños de una revolución que es hija del colosal despertar de un pueblo.

Maceo tenía 23 años cuando se proclamaba la República Cubana en armas, luego de La Demajagua. Testigo de los debates que se desarrollaban entre los masones, acunó en su corazón patriotismo santo y viril. Por ello el joven que se inició como simple soldado y cuyo primer ascenso fue el de ser ayudante de Gómez, terminaría siendo mayor general.

Algo parecido le ocurriría al Che, joven argentino enrolado en aquella expedición cubana como simple médico, convirtiéndose por su arrojo y entereza en comandante.

Continuar leyendo
16 junio 2014 12 comentarios 200 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

24 de Febrero. El alzamiento en Matanzas.

por Consejo Editorial 24 febrero 2011
escrito por Consejo Editorial

Por Eduardo

Hoy es 24 de febrero. Como  cada año, todos los que realmente sienten que la Patria, como rezaba el Apóstol “es ara, y no pedestal”, se regocijan de sano orgullo por nuestra herencia mambisa. En un día como hoy, en que la Revolución nos llama a un nuevo combate por afianzar la independencia nacional, que ha costado al pueblo cubano ríos de sangre; no deseo hablar de los aspectos generales del plan de alzamiento más conocidos por los textos que relatan nuestra gloriosa epopeya. En mi artículo haré referencia al levantamiento independentista en nuestra provincia de Matanzas.

Como se sabe, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, incautó en el puerto de Fernandina, los vapores Lagonda, Amadís y Baracoa, cargados con las armas compradas con el aporte fundamentalmente de los obreros cubanos emigrados de Tampa, Cayo Hueso, y otras ciudades del sur de ese país. El país norteño, ya amenazaba en convertirse en el imperio voraz, que hoy pretende controlar hasta el último milímetro cuadrado de área, en este contaminado planeta. Esa ocasión fue la primera, y única vez, en que los Estados Unidos aplicaran la denominada “Ley de Neutralidad”.

Continuar leyendo

24 febrero 2011 10 comentarios 391 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Cómo se forma un revolucionario… antimperialista.

por Consejo Editorial 19 octubre 2010
escrito por Consejo Editorial
Ernesto Che Guevara y Aleida Guevara

Che y su hija Aleida

Por: Guiteras (Harold Cárdenas)

Desde pequeños, los niños cubanos tenemos como paradigma del revolucionario a Ernesto Che Guevara. En las escuelas primarias del país, es común escuchar a los pioneritos  expresar su consigna: “seremos como el Che”. Pero, ¿realmente sabíamos lo que decíamos? ¿Decirlo nos daba conciencia política? ¿Decirlo a coro nos hizo más revolucionarios o nos acercó al Che?
Desde esa edad y durante el resto de los niveles escolares se nos habló sobre los mártires, sobre las guerras de independencia y sobre la Revolución. Voy a hablar ahora de mi caso particular, pero no creo ser la excepción en mi generación, el impacto real de estos intentos por formar una conciencia en mí fue muy pobre. Pasó como pasa actualmente con algunos spots televisivos y el manejo que se hace de estos temas en relación a la juventud, una saturación de mensajes políticos que puede terminar en aversión o apatía, exactamente el objetivo contrario de lo que se busca.

Continuar leyendo

19 octubre 2010 64 comentarios 330 vistas
0 FacebookTwitterLinkedinTelegramEmail

Ayúdanos a ser sostenibles

Somos una organización sin fines de lucro que se sostiene con donaciones de entidades e individuos, no gobiernos. Apoya nuestra independencia editorial.

11 años en línea

11 años en línea

¿Quiénes Somos?

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

@2021 - Todos los derechos reservados. Contenido exclusivo de La Joven Cuba


Regreso al inicio
La Joven Cuba
  • Inicio
  • Quiénes Somos
    • Equipo
    • Historia
    • Nosotros
    • Consejo Asesor
  • Grupo de Estudios
    • Libros
    • Dossiers
  • Contacto
 

Cargando comentarios...