¿Formalidades protocolares por los aniversarios de la fundación de México y su independencia? ¿Acaso por coincidir con la celebración de la Cumbre de la CELAC? ¡Nada de eso! Esos menesteres protocolares los ha cubierto el canciller Bruno Rodríguez por muchos años. Entonces, es legítimo preguntarse qué fue a hacer el presidente Miguel Díaz-Canel a México, máxime cuando su país atraviesa una situación particularmente crítica. Examinemos tres ángulos que interesan por su trascendencia inmediata:
Relaciones bilaterales
1. ¿Incremento de las relaciones económicas entre México y Cuba? Altamente improbable, sino imposible. En más de seis décadas, ningún gobernante mexicano —de cualesquiera matices políticos— ha dado pasos importantes en esta dirección ni arriesgado las posibles sanciones que EE.UU. impondría.
El único que hizo un intento fue Carlos Salinas de Gortari, alentado por sectores del Grupo Monterrey que veían en la Cuba de los noventa un mercado prometedor (tras el colapso de sus nexos con la desaparecida Unión Soviética). En consonancia con tales intereses, durante su visita a Cuba el presidente mexicano prometió villas y castillos. Se anunciaron importantes acuerdos. México podría ser la tabla de salvación a corto plazo en momentos tan difíciles.
No se hizo esperar la reacción de Washington, que amenazó con toda clase de sanciones, incluyendo la suspensión de visas a empresarios mexicanos. El viento se llevó semejante movida. No es ocioso recordar que desde 1959 ocho presidentes mexicanos han visitado Cuba con idénticos o peores resultados.
2. Hoy, tras la firma del nuevo acuerdo entre México, EEUU y Canadá, en sustitución de NAFTA, el mercado mexicano se ve muy favorecido y, en consecuencia, se hace más improbable aún que AMLO arriesgue una colisión con EE.UU. e ignore el andamiaje de sanciones que pesa sobre Cuba.
Debe recordarse también que en su primer trienio, AMLO no movió una sola ficha a fin incrementar las relaciones económicas con Cuba o los niveles de cooperación bilateral. ¿Lo hará ahora? Es extremo difícil de concebir.
Por otro lado, hay dos sectores de la economía mexicana que han sido y son particularmente hostiles a cualquier operación de rescate que favorezca a Cuba: a) la industria petrolera (PEMEX), que además —según insistentes rumores en La Habana desde hace un par décadas— ha venido perforando pozos no acordados para extraer petróleo en zonas pertenecientes a la Isla; y b) La influyente industria turística mexicana, que ha visto con alarma y rechazo el ascenso de la industria turística cubana previo a la pandemia.
Venezuela
1. Es de suma importancia para la estatura político-diplomática de la gestión negociadora de AMLO como anfitrión de negociaciones entre el Gobierno de Maduro y la coalición de fuerzas opositoras, que estas culminen exitosamente. Sin embargo, en medio de los avances iniciales, Maduro anuncia ahora dos medidas que lesionan directamente el eventual éxito de las negociaciones.
Primero, la designación del colombiano Alex Saab (con rango diplomático venezolano) como integrante de la delegación venezolana. Saab está acusado de lavado de dinero en favor del gobierno de Maduro y es reclamado por la justicia norteamericana (decidida ya su extradición a EE.UU. desde Cabo Verde, donde se encuentra retenido).

El empresario colombiano Alex Saab fue detenido este 12 de junio cuando su avión hizo escala para repostar en el Aeropuerto Internacional Amilcar Cabral de Cabo Verde), en respuesta a una petición de Estados Unidos cursada a través de Interpol por supuestos delitos de blanqueo de dinero.
Segundo, una reactivación del proceso judicial contra Juan Guaidó, una de las figuras claves por la oposición venezolana en dicha negociación y que hasta hoy ha burlado todos los intentos por encauzarlo.
Cabe preguntarse: si este es uno de tus interlocutores, ¿cómo a dos meses de las elecciones pactadas se pretende encarcelarlo? ¿Torpeza mayúscula o premeditada maniobra para desarticular el campo opositor, fomentar su mayor división y debilitar sus posibilidades para las elecciones regionales, a dos meses escasos de las mismas? ¿Acaso preocupa a Maduro un desenlace electoral al estilo del reciente desastre del Gobierno Fernández-Kirchner en Argentina? Así parece, pero son acciones que dañan seriamente el proceso y comprometen, de manera muy negativa, el papel que aspira a desempeñar AMLO.
2. Es lógico suponer que el presidente de México espere lograr una contribución positiva de parte de Cuba y de su máxima autoridad, el presidente Díaz-Canel, en influir o persuadir a Maduro y su equipo de que tales acciones perjudican el proceso y frustran las aspiraciones de AMLO cuando todo parecía bien encaminado.
Desde el gobierno noruego, hasta Trudeau (Primer Ministro de Canadá), Pedro Sánchez (jefe del Gobierno español), Josep Borrell (UE), así como la mayoría de países de América Latina; todos están convencidos de que el gobierno cubano debe y puede hacer una contribución semejante, sin entender bien los límites de las autoridades cubanas en influir hoy sobre las acciones de Maduro, que, debe recordarse, no es ni remotamente Chávez. Para AMLO, esta contribución de Cuba puede ser decisiva en evitar el estancamiento de las negociaciones y conseguir que estas culminen como un importante éxito de su política exterior.
EEUU-Cuba
1. AMLO buscará, con el mayor esfuerzo posible, acercar la actual política del presidente Biden hacia Cuba a planos más conciliatorios, que supongan una contribución ante la situación de aislamiento y sanciones sobre la Isla y de esta manera, compensar los esfuerzos cubanos respecto a las negociaciones del caso Venezuela.
Cuba estaría en la mayor disposición de enrumbar su conflicto con EE.UU. hacia el diálogo y arreglos, aunque estos sean parciales o limitados. No es casual que para el 21 de septiembre, Biden visite México, donde deberá mostrar una posición más constructiva por parte de AMLO y del nuevo consenso que presentará este de parte de la CELAC.

AMLO buscará, con el mayor esfuerzo posible, acercar la actual política del presidente Biden hacia Cuba a planos más conciliatorios.
2. Semejante escenario sería el más razonable, pero no el más probable. La administración Biden continúa empeñada en el tema Cuba basada en el instrumental de agresiones heredado de Trump y su total rechazo a cualquier flexibilización que, en alguna medida, ayude al gobierno cubano a sobrevivir.
Los acontecimientos del 11 de julio dieron mayor impulso a semejante opción. La hipótesis de ver colapsar a dicho gobierno es —sin dudas—, uno de los temas que con más fuerza acarician en Washington a fin de reclamar el mérito. Por otra parte, interpretan que esta política les asegurará una victoria segura en la Florida en las próximas elecciones de medio término del 2022.
México se convierte así en una escena de múltiples expectativas político-diplomáticas de suma importancia, aunque sus resultados finales pueden dejar mucho que desear.