Miembros del Consejo de Estado y de Ministros, del Buró Político del Partido y de la Asamblea Nacional, acompañados por la oficialidad de mayor graduación de nuestros cuerpos armados, se presentaron junto a sus familiares más cercanos y algunos parientes muy queridos, como voluntarios para cada una de las fases investigativas del candidato vacunal Bos Taurus I, contra el mortal virus. Este hecho es un ejemplo del espíritu de sacrificio de aquellos sobre cuyos hombros hemos depositado la carga de conducir nuestro proyecto de país.
Hasta ahora solo se explora la vía de administración oral del fármaco, guarnecido con papas y vegetales a discreción, y acompañado de dosis generosas del producto de la fermentación alcohólica del zumo de la uva, preferiblemente importado de España o Francia.
La eficacia de este fármaco, durante su última fase experimental, fue probada en voluntarios a quienes se dividió en dos grupos: al primero se le administró una dosis diaria de quinientos gramos per cápita durante seis décadas, tiempo durante el cual se siguió atentamente el efecto producido en los sujetos y sus descendientes; al segundo, conformado por miembro de organizaciones de masas, se le administró un placebo y se ha intentado mantener una estadística de su efecto en los sobrevivientes.
Nuestros especialistas también trabajan simultáneamente en otros candidatos vacunales. Aunque lo hacen con toda calma, exhiben nuestra fortaleza científica y ofrecen la esperanza de que el pueblo llano será inmunizado contra este flagelo de la humanidad cualquier día de estos.
***
Este texto pertenece a nuestra columna dominical de sátira política.