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Base de Supertanqueros

Alma

Un pedazo de nuestra alma

por Néster Núñez 27 agosto 2022
escrito por Néster Núñez

Hace unos días, apenas se conoció el terrible suceso en el que diecisiete personas perdieron la vida en la Base de Super tanqueros, un reclamo de la ciudadanía matancera —y cubana, incluso allende a los mares—, se compartió y comentó decenas de veces en las redes sociales: erigir un monumento al valor de esos hombres que enfrentaron el incendio.

Propongo que, a los muchachos del servicio, y a los bomberos víctimas del incendio se les haga una tarja, u obelisco, con su nombre a la entrada de la zona industrial para el que todo el que lo desee les coloque flores. Mis condolencias a los familiares. He visto las fotos… eran niños.

Adrián Socorro (artista matancero), 9 de agosto

En la raíz de esa convocatoria espontánea estaban el sufrimiento, la admiración, la empatía hacia sus familiares; el agradecimiento. Sostenidas por esos mismos valores, más adelante nuevas voces se sumaron, pidiendo esta vez que el monumento a erigir fuera costeado por la ciudadanía, y que esta sea quien decida el diseño, seleccionado entre varias propuestas, así como su posible emplazamiento.

Sin querer ser demasiado riguroso con los datos y la historia, me atrevo a afirmar que una acción así no se lleva a cabo en la Isla desde hace décadas. En los tiempos de la República era común que benefactores e instancias de la sociedad civil financiaran proyectos, como bibliotecas públicas, casas de beneficencia, y otros relacionados con la salud y la cultura.

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José Tomás Ventusa, Benefactor de Matanzas (Foto: Néster Núñez)

Más relacionado con el tema, y como un simple ejemplo de lo que se pudiera hacer, en 1899, apenas concluida la Guerra de Independencia y aún bajo la ocupación norteamericana, el periódico literario y artístico El Fígaro, lanzaba una encuesta para conocer qué estatua debía ser alzada en el Parque Central de La Habana.

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Para dar transparencia al escrutinio, la redacción de El Fígaro seleccionó un jurado integrado por distinguidas personalidades, entre los que incluyeron a Enrique José Varona y Diego Vicente Tejera. Los resultados de la votación fueron publicados en las páginas del periódico una vez cerrada la convocatoria al certamen.

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(Foto: Néster Núñez)

En 1906, un año después de inaugurada la estatua de José Martí en el referido Parque, el ilustre Dr. Ramón Luis Miranda Torres, con el apoyo de Gonzalo de Quesada y Aróstegui, encabezó también una suscripción popular para levantar un monumento al apóstol en el centro de su ciudad natal: Matanzas.

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(Foto: Néster Núñez)

Ramón Luis Miranda Torres y Gonzalo de Quesada y Aróstegui habían sido muy cercanos a Martí. El primero fue su médico, mientras que Gonzalo fue considerado su hijo espiritual, y nombrado por el propio Martí como albacea de sus documentos literarios. En 1906 el Dr. Miranda y el escultor italiano Salvatore Bueni firmaban el contrato que daría inicio a la obra.

En Cuba se creó una comisión organizadora presidida por el Dr. Miranda, en la cual estaban incluidos también el propio Gonzalo de Quesada, Carlos Trelles, Enrique Barnet y Luis Rodolfo Miranda La Rúa, comandante del Ejército Libertador.

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(Foto: Néster Núñez)

Según consta en la enciclopedia cubana Ecured: «la comisión (creada para tal efecto) logró la autorización para realizar una cuestación popular, la cual, a pesar de la penuria y miseria del pueblo yumurino, fue exitosa, contribuyendo sobre todo los escolares quienes gustosos entregaron las pocas monedas que poseían».

Más abajo, la enciclopedia cubana agrega: «El Dr. Miranda, considerando no era posible alcanzar la cifra necesaria, le escribía preocupado a su hija y le pedía de ser necesario pusiera lo que pudiera faltar de su peculio personal (el cual no era amplio) con tal de ver su sueño cumplido».

Finalmente, el 24 de febrero de 1909, se inauguró en el parque, frente al Ayuntamiento, el conjunto escultórico que todos conocemos, el más importante de toda la provincia y valioso símbolo a la cultura, el patriotismo y la libertad.

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(Foto: Néster Núñez)

Aparte de este majestuoso monumento, en la ciudad de Matanzas son escasas las esculturas, estatuas u obeliscos que glorifiquen la memoria de los que fallecieron luchando por una causa noble y de provecho público. El Panteón de los Caídos por la Defensa, donde ahora reposan los restos de los valerosos bomberos, es una estructura rectangular de escasa carga simbólica y emotiva. Muy poco, o nada, dice su diseño del sentimiento del pueblo matancero hacia los que ahí yacen.

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(Foto: Néster Núñez)

La iniciativa cívica de construir en Matanzas un conjunto escultórico acorde a la altura de los cubanos fallecidos en el incendio de la Base de Super Tanqueros se dibuja mayúscula, más si se pretende que realmente sea desde las bases y con las bases, el pueblo simple. Seleccionar un comité gestor, convocar a que los profesionales del ramo presenten sus proyectos, convocar sufragios para elegir una de las opciones, recaudar los fondos y/o materiales determinados, elegir a los ejecutores, velar por la correcta realización de la obra, por el uso pertinente de los recursos…

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(Foto: Néster Núñez)

La sociedad cubana actual necesita un reto como este. Primero, porque son absolutamente sinceras la gratitud y estima del pueblo hacia quienes actuaron como un muro de contención entre una ciudad de 140 mil habitantes y el mayor incendio que ha afectado a la Isla en su historia; como sincera y profunda es también es la consternación por las vidas perdidas.

Segundo, porque siendo un proyecto de carácter magnánimo, más que político, sentaría las bases de algo que necesitamos con urgencia: ejercitar la participación real, masiva y democrática, tan dañada en estos tiempos de crisis, creando para ello mecanismos nuevos, independientes y efectivos, que lleven a buen término lo planeado.

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(Foto: Néster Núñez)

Tercero, porque sería un proyecto popular que nos recordaría a nosotros mismos, cubanos de la segunda década del siglo XX, y a las futuras generaciones, que nuestra alma nacional continua siendo sensible, solidaria, agradecida, valiente, pese a las críticas condiciones en que actualmente vivimos.

Ya sea esculpida en mármol o fundida en bronce, los cubanos queremos ver ese pedazo de nuestra alma representado en algún lugar de la ciudad de Matanzas.

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27 agosto 2022 16 comentarios 1,7K vistas
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Matanzas

Matanzas. Radiografía de un incendio

por Alina Bárbara López Hernández 22 agosto 2022
escrito por Alina Bárbara López Hernández

Desde el momento en que se percibió la magnitud del incendio en la Base de Super Tanqueros (BST) de la ciudad de Matanzas, donde resido, urbe con el enclave geográfico más bello de Cuba, comprendí que estábamos en presencia de un desastre humano, económico y ecológico. En efecto, diecisiete personas fallecidas (entre bomberos profesionales, jóvenes reclutas del SMO y civiles), decenas de heridos y lesionados, una costosa pérdida material para el país en el peor momento posible y una afectación al medioambiente aún no esclarecida.

El sitio se ubica a orillas de la bahía, una parte de la franja de costa de unos 128 km pertenecientes a las provincias de La Habana, Mayabeque y Matanzas donde se exploran y operan pozos de petróleo. La rada, amplia y de aguas profundas, resulta ideal para que los super tanqueros descarguen miles de toneladas de combustible que se almacenan en ocho enormes depósitos, junto al pesado crudo nacional. Su destino: alimentar las termoeléctricas de Matanzas y Mayabeque y ser distribuido a diversos lugares del país mediante carros cisternas.

El incendio

Las teorías comenzaron a la par de las llamas: ¿fue o no un rayo el detonante? y tener que soportar que algunas personas  insistieran en presentarlo como 1) un sabotaje que reforzara la imagen de inestabilidad política, 2) un auto-sabotaje del gobierno, 3) o de «la mano siniestra de los medios enemigos», y dudaran de quienes presenciamos una tormenta eléctrica, breve en el tiempo pero de gran intensidad, con un incendio desatado en ese mismo lapso.

¿Era parte de la salación a la que se ha referido el presidente Miguel Díaz-Canel?, ¿el efecto de un karma colectivo como afirmaron varios?, ¿un castigo de Dios que envió sus siete plagas como aseguraron otros?, ¿o el resultado de cuanta mitología criolla o foránea distrae de la verdadera cuestión? Para nada, la respuesta era muy materialista. Sí hubo un rayo, fenómeno habitual en temporada de verano, y fallaron los sistemas de respuesta contra incendios y los protocolos de seguridad que debían evitar la magnitud del desastre.

Asegurar que falló el sistema de protección contra incendios de la BST no es tener un «prejuicio contra el gobierno», «una perspectiva amarillista que termina en especulación», y mucho menos actuar de «mala fe», como han afirmado algunas personas. La propia prensa oficial, que el primer día del incendio notificó lo ocurrido, dejó muy claro eso, más por lo que calló que por lo que dijo. Los silencios también hablan.

Un texto de Ventura de Jesús, corresponsal de Granma en Matanzas, aparecido el mismo día 5 en la versión digital de ese periódico, tras anunciar que el impacto de una descarga eléctrica provocó un incendio en uno de los tanques de combustible, informaba:

Explicó Rigel Rodríguez, director de la división territorial de la Comercializadora de Combustibles Matanzas, que inmediatamente se activaron fuerzas para sofocar el incendio y evitar que las llamas alcanzaran otros recipientes similares situados en la zona.

Con el uso, básicamente, de agua y espuma, medios especializados del Ministerio del Interior y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias se unieron para controlar y sofocar el fuego (…)

Evert Eduardo Díaz, directivo de esa propia entidad, agregó que para apaciguar las llamas fue necesario, además, acarrear agua desde la cercana bahía.

Aunque las causas del accidente están por evaluarse, al parecer se produjo un fallo en el sistema de pararrayos, que no pudo soportar la energía de la descarga eléctrica.   

Matanzas

Primera fotografía del incendio publicada por el periódico Girón.

Ni el periodista que la redactó, ni uno solo de los directivos citados en esa nota de prensa se refirió a la existencia de un sistema de protección contra incendios instalado en la BST, ni aludió a un fallo del mismo, solo del pararrayos; sí enfatizaron en el intento de sofocar el incendio por vías externas a dicho sistema de protección: medios especializados que se unieron inmediatamente, agua acarreada desde la bahía.

¿No debió asombrarles que el sistema en cuestión no funcionara? ¿Por qué hicieron mutis sobre el asunto en esas primeras informaciones? ¿Y si no se sorprendieron, era porque sabían que dicho sistema de protección no iba a funcionar llegado el caso, como en efecto ocurrió?

A partir de ahí, los medios de prensa se enfocarían propiamente en el incendio, en las estrategias para enfrentarlo, la trágica desaparición de personas en la explosión del primer día, el heroísmo de tantos, el arribo de ayuda foránea, la actitud del gobierno norteamericano… entre otros temas. Y era lógico en aquellos primeros días; sin embargo, el incendio lleva extinguido varios y ningún medio oficial ha introducido el peliagudo tema de ¿qué falló y por qué en el sistema de protección contra incendios?

Un sistema de protección que no protegió

La BST en cuestión pertenece a la Unión Cuba Petróleo (CUPET), empresa petrolera más grande del país, estatal y manejada por el Ministerio de Energía y Minas, aunque opera en conjunto con el conglomerado CIMEX (de GAESA), una cadena de estaciones de servicio en MLC.

En Cuba no existen oficinas independientes del gobierno —no estoy defendiendo que sean privadas, sino que no se supediten a este—, que certifiquen la calidad en el funcionamiento de los sistemas de protección y los protocolos de seguridad. Ignoro si es GAESA quien supervisa las inspecciones —dada su relación con CUPET, vía CIMEX— y si estas son internas como es habitual en las instancias administradas por ese oligopolio. Sin embargo, todos los lugares donde se almacenan portadores energéticos son inspeccionados y deben ser certificados asimismo por la Agencia de Protección Contra Incendios (APCI), subordinada al Ministerio del Interior (MININT).

Sobre la certificación por la Agencia de Protección Contra Incendios de productos que la requieran (PDF)

Las infracciones de los sistemas contra incendios son frecuentes en el país. En una información del 3 de septiembre de 2015, la Agencia Cubana de Noticias (AIN) daba cuenta de cerca de trescientas infracciones detectadas en ochenta y seis centros de interés económico y social de La Habana, entre ellas: «Conexiones eléctricas desprotegidas, terminales “sueltos”, tendederas o tomacorrientes sin fijar adecuadamente», además de «insuficiente número de extintores en lugares de almacenamiento de productos químicos».

Es probable que en estos años de crisis y deterioro constante de la economía se hayan incrementado las infracciones. Los sucesos del Saratoga y de la estación de Felton, entre otros, indican posibles violaciones en los mantenimientos programados y normas técnicas.

No obstante, un lugar como la BST de Matanzas —posiblemente el sitio de Cuba donde se almacenan las mayores cantidades de combustible, contabilizadas en miles de toneladas—, ubicado próximo a sitios urbanizados, algunos incluso de valor patrimonial, como el Museo Nacional Castillo de San Severino; requería un sistema moderno y eficiente de respuesta ante incendios, un mantenimiento sistemático a dicho sistema, un apego absoluto a normas de protección y protocolos de seguridad y una calificación específica para lidiar con ese tipo de siniestros, cuyas estrategias de enfrentamiento tienen particularidades.  

Los tanques construidos en la segunda mitad de los ochenta, con financiamiento y asesoría soviética, contaron con un sistema de protección contra incendios y con normas rigurosas para mantenerlo en funcionamiento óptimo. Así testimonia mi amigo Sergio Peña (Sergito), mecánico de mantenimiento que trabajaba desde 1985 en la terminal original, conocida como 320 (antigua Texaco). Él fue de los primeros técnicos de ese lugar que fueron a Kiev a pasar cursos sobre las bombas y la mecánica. Actualmente reside en Estados Unidos, donde se desempeña en la misma profesión:

«Estoy muy disgustado con todo lo que ha pasado en Supertanqueros. Allí murió Fabián Naranjo, hijo de un amigo y sobrino de otro amigo que trabajamos juntos por doce años ahí mismo desde la primera piedra. Esa catástrofe no debió ocurrir, nosotros dejamos instalado y funcionando todo el sistema contra incendios, enfriamiento y espuma.

Se arrancaba y probaba semanalmente, no en esos tanques nuevos sino en los primeros que se construyeron con las normas soviéticas de acero (…) pero además, por aquella época estaba un inspector de los bomberos, creo que de apellido Bonelli, un señor bastante mayor que andaba en un yipi destartalado, con una maletica. Él no salía de allá y varias veces paró la 320 por violar códigos, por salideros y cosas así. De la vieja guardia quedan pocas personas allí. Me duele porque nosotros trabajamos muy duro, yo con dieciocho añitos, semanas, día y noche, bombeando agua desde el muelle probando todo eso (…)».

En la inversión más reciente, que montó otros cuatro tanques, se concibió un sistema de protección mucho más avanzado. Dos personas, que por motivo de su trabajo actual o antiguas responsabilidades conocen bien la BST, y que pidieron no ser identificadas, me confirman de manera independiente que durante muchos años se respetó rigurosamente el mantenimiento programado y se hacían comprobaciones sistemáticas del funcionamiento de dicho sistema.

Ambas coinciden, sin embargo, que en los últimos tres o cuatro años hubo una disminución ostensible de los mantenimientos programados al sistema de respuesta contra incendios y de las pruebas de comprobación de su efectividad. Aseguran que los censores y el sistema de enfriamiento estaban defectuosos, las tuberías que conectaban el sistema tenían roturas, las bombas no funcionaban y el nivel del agua en las grandes cisternas no era el óptimo.

Según una de estas fuentes, existían trabas burocráticas con las empresas que debían abastecer el agua a la BST, y ello explica la escasa disponibilidad en los depósitos. La misma persona afirma asimismo que la sustancia que al mezclarse con agua provoca la espuma, se substraía ilegalmente para ser vendida como detergente líquido en el mercado negro.

Una tercera fuente, vinculada directamente a la construcción del sistema contra incendios en los tanques más modernos (los que no se quemaron), me aclara que la línea del sistema contra incendios fue interconectada con el abastecimiento del agua y la espuma que se hizo en esa inversión; es decir, los tanques incendiados databan de los ochenta pero el sistema más moderno contra incendios los incluyó también.

— De esto solo puedo decirle que hasta donde tengo conocimiento, sí se hacían las pruebas todas las semanas e inclusive los compañeros de los bomberos, la ACPI, siempre estaban arriba de eso. Hasta donde sé, cada jueves se hacía la prueba del sistema. 

— ¿Sería posible que en los últimos años se hubieran relajado esas normas?

— Totalmente de acuerdo (…) Es un tema que siempre se llevó de la mano. Por el riesgo. Ya le digo. Si había algo que llevaban al pie de la letra era el estado del sistema contra incendio.

— O sea, ¿cree usted que el abandono o descuido del mantenimiento programado sea de los últimos años?

— No lo sé, pero la verdad todo apunta a eso. El sistema estaba preparado muy bien, por qué no funcionó debe de haber sido una irresponsabilidad de alguien, es lo que pienso. Ese es un mal bien profundo que nos ha traído las dificultades. Así está Cuba entera. Es lo que tenemos, y sin nada con que trabajar se hace muy difícil evitar estas cosas. Lo más triste es las vidas que se perdieron por esa causa, que no debió pasar.

— ¿Por qué falló todo el sistema de protección ante el incendio, no solo el segmento del tanque impactado por el rayo, sino de los contiguos?

— Es difícil saberlo, eso me imagino saldrá en la investigación, puede haber sido cualquier cosa, desde una válvula que nunca se abrió hasta una irresponsabilidad.

— En varias fotos se percibe a los bomberos al lado de los cañones de agua, ¿por qué no funcionaron los cañones de agua?

— No había agua en el sistema.

— ¿Por qué?

— Es lo que tendrán que investigar. Los tanques blancos que se ven arriba de los nuevos, uno es de agua y el otro de espuma. El agua es dulce y tienen un sistema de apoyo. Le digo que el rayo también fue fuerte. Yo estaba en La Vigía y las puertas, que son grandes, temblaron como si fueran a caerse. (…) Ahora esperemos una investigación, aprender de la experiencia y honrar a esos valientes temerarios.

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Los cañones de agua del sistema contra incendios de la BST no funcionaron. En la foto, algunos bomberos junto a dichos cañones. (Foto: Periódico Girón)

Varias interrogantes emergen de estos intercambios. ¿El Ministerio de Energía y Minas puede demostrar que se efectuaban los mantenimientos programados? ¿Existen dictámenes de APCI que evidencien cuándo fue probado por última vez el funcionamiento del sistema de respuesta contra incendios?

En esta época es muy fácil constatar la veracidad de un informe. Para empezar, por la ubicación de la Base de Supertanqueros respecto a la ciudad, siempre fue visible desde muchas zonas la prueba de los cañones de agua que ahora no funcionaron. ¿Hace cuánto tiempo los citadinos dejamos de ver la imagen de los chorros cayendo?

Por otra parte, el incendio ocurrió un viernes en últimas horas de la tarde, ¿qué día de esa semana se probó el sistema? O más bien, ¿se probó el sistema en esa semana como exigían las normas y como durante tanto tiempo se hiciera? ¿Y si no se probó, quién o quiénes se responsabilizan con esa violación de protocolos? ¿El director de la BST?

¿El director general de CUPET, Juan Torres Naranjo, que acaba de ser promovido —apenas extinguido el incendio— a viceministro de Energía y Minas en lugar de estar con una medida cautelar bajo investigación? ¿El ministro de Energía y Minas, máximo responsable por ser quien dirige la instancia administradora de esa empresa? ¿Qué están premiando los que propusieron el ascenso del director general de CUPET a viceministro?

En entrevista a LJC, el arquitecto Maurys Alfonso Risco argumentaba:

«(…) si yo tuviera que participar de una investigación esclarecedora, la cual existirá sin dudas, haría hincapié en los sistemas y cumplimiento de los cronogramas de mantenimiento. He podido constatar —no solo en la Isla, también en la región—, que los incumplimientos o deficiencias en el Mantenimiento Preventivo o Proactivo son progenitores de todo tipo de desgracias en inmuebles e infraestructuras. Hay una tendencia, lamentablemente muy extendida, a centrarse en el Mantenimiento Reactivo, o sea, arreglar cuando algo se rompa».

Tal investigación, en mi opinión, debiera ser autónoma del Ministerio de Energía y Minas y del MININT —pues no se puede ser juez y parte. En ella deberían participar expertos independientes, una representación por parte de las familias que sufrieron la pérdida de un ser querido en el incendio y una representación de la ciudadanía local.

El período en que según las fuentes se debilitó la programación de los mantenimientos y se relajó la comprobación semanal del sistema, coincide con el arreciamiento de la crisis estructural, la tensa situación de pandemia y la nueva dirección ministerial. ¿Es posible que todos esos factores en conjunto hayan incidido en lo ocurrido?

Según la fuente relacionada con el montaje del sistema contra incendios, el pararrayo era el plan A, el sistema de respuesta contra incendios era el plan B, cuando ambos fallaron quedó el plan C: los bomberos.

Los bomberos

Pocas ciudades cubanas han enaltecido y preservado más la memoria de sus bomberos que Matanzas. Allí radica el primer museo de esa temática en Cuba, creado el 12 de noviembre de 1998 y denominado «Enrique Estrada». Los bomberos matanceros tienen una historia gloriosa que se remonta a la tercera década del siglo XIX. Participaban no solo en la extinción de incendios, sino auxiliaban en caso de inundaciones, derrumbes y otros servicios de utilidad.

Su actitud cívica de apoyo a los necesitados se materializó en acciones como la creación de una Estación Sanitaria para atender gratuitamente a la población que no contaba con recursos para acceder a otros centros de salud; o la fundación de un Dispensario para niños pobres que incluía un sillón estomatológico.

Leopoldo Torres y López fue el primer bombero matancero que pereció ante un siniestro, el 2 de julio de 1899. La lista de héroes se incrementaría en la madrugada del seis de agosto de 2022. 

En intercambio con el especialista en la instalación del sistema de protección contra incendios, indagué si en su opinión había existido una inadecuada percepción de riesgo por parte de los bomberos:

Bueno, yo no creo que no hubiera percepción del riesgo, más bien valentía en exceso. En parte los entiendo, los bomberos no están para atender ese fuego, para eso es todo el sistema contra incendio, y sin el arma fundamental debieron sentirse impotentes. Ellos son el apoyo para extinguirlos.

Teniendo Matanzas la mayor base de acopio de combustible en Cuba, debió tener el cuerpo de bomberos mejor equipado del país: carros modernos, mangueras de diámetro y extensiones mayores, un avión cisterna al menos, espuma y productos químicos, trajes y calzado más adecuados. Pero, sobre todo, debieron recibir entrenamiento para identificar las mejores estrategias de enfrentamiento a ese tipo de incendio. Con ese fin, bomberos matanceros y de las provincias vecinas debieron haber sido capacitados en países de la región con experiencia en el manejo de desastres similares, como Venezuela, Brasil y México.

Una publicación del grupo de Facebook Ciudad de Matanzas en Fotos explica que este incendio fue:

«(…) la peor catástrofe incendiaria a la que se enfrenta o ha enfrentado un bombero cubano, creo que nadie en Cuba estaba preparado para enfrentar un incendio de esas magnitudes, pudo alguien haber estado preparado teóricamente pero no prácticamente, era algo nuevo a lo que todos se iban a enfrentar por primera vez desde los más experimentados hasta los menos experimentados.

Cuba tampoco tenía los medios necesarios, ni los recursos que hacían falta para apagar este tipo de fuego, un fuego de estas proporciones, en el hidrocarburo, yo me pregunto si alguien alguna vez se tuvo que hacer la pregunta o hizo la pregunta de: ¿Qué haríamos si un tanque grande del supertanquero se incendiaba? ¿Cómo lo apagaríamos? ¿Qué recursos hacían falta, qué medios, qué logística, qué capacitaciones, qué prácticas, qué plan había contra ese tipo de incendio? Al parecer nunca nadie se hizo esa pregunta (…)».

Estas interrogantes finales nos conducen a una cuestión crucial: el manejo de la crisis a partir de que, ante el fallo del sistema de protección de la BST, el incendio comenzara.

La gestión de crisis ante el incendio

Lo sobrevenido en las primeras horas indica que nadie con responsabilidad de dirección y posibilidad de tomar decisiones se había preguntado en realidad qué hacer si ocurría un incendio en los depósitos de hidrocarburos de la BST.

Desde que comenzó, y hasta que acaeció la explosión que causó la muerte a las personas que allí estaban —entre ellos civiles de apoyo y soldados del servicio militar obligatorio sin entrenamiento para estar en primera línea—, transcurrieron alrededor de diez horas. Ese debió ser tiempo suficiente para que se hubieran decidido estrategias adecuadas.

Si nos remontamos a la comunicación ya mencionada del corresponsal de Granma, se menciona la intención de «sofocar el incendio» y «apaciguar las llamas», algo que pronto demostraría ser un costoso error de apreciación.

En lugar de crear inmediatamente una comisión de expertos que tomara decisiones y estableciera un mando único y un plan de acciones para instaurar las pautas que luego demostraron ser efectivas —no intentar extinguir sino controlar, no sacrificar a los bomberos infructuosamente, no permitir la entrada de personas sin preparación a la zona del incendio, erigir muros de contención para evitar la propagación al resto de la instalación de tanques, solicitar ayuda internacional—; se procedió a convocar a las autoridades y a periodistas como si aquello fuera un ciclón que pasaba.

Sucely Morfa, primera secretaria del Partido en la provincia, que había dicho en un tweet: «Autoridades, cuerpo de bomberos, MININT, las FAR estamos en el lugar», contaría después que tuvo que correr por su vida cuando la explosión del segundo tanque hasta el punto que resultó lesionada. El propio ministro de Energía y Minas se lesionó en el lugar. Hubo periodistas que narraron en detalle los momentos de angustia para ponerse a salvo en aquel infierno de llamas y calor intenso.

Incendio provocado por una descarga eléctrica en la base de super tanquero #Matanzas. Autoridades, cuerpo de bomberos, MININT, la FAR estamos en el lugar. Confianza que la situación se va a controlar #FuerzaMatanzas #Cuba #Matanzas @DiazCanelB @DrRobertoMOjeda pic.twitter.com/OCxqMxtIlx

— Susely Morfa González (@SuselyMorfaG) August 6, 2022

Un testimonio de la periodista matancera Lil Rodríguez Jiménez a Cubadebate expone con dramatismo la situación en la zona del incendio en la madrugada del 6 de agosto:

(…) llegamos después de las 4 am a la Comercializadora de Petróleo. Reemplazamos al otro equipo de prensa que estaba en el lugar. El ajetreo no cesaba. Nos dirigimos hacia una zona más cercana. Se hacía todo cuanto se podía para mitigar el incendio. Los camiones cisterna, uno tras otro, iban llegando. Junto a Melisa Blanco, periodista de Radio 26, buscaba información, dialogábamos con quienes hacían frente a aquella situación.

Nos dirigimos hacia el lugar donde se encontraba la primera secretaria del Partido (…). Caminaba y redactaba un pequeño texto para publicar que quedó a medias.

¡Corran! Gritaron. Esto se puso malo. Corrí junto a mi colega (…). El segundo tanque explotó. Sentía que los pies no me daban. Pensaba en Rigo [el camarógrafo] que tomaba unas imágenes más cerca, no lo veía. Seguía corriendo, tenía ardor en los pies producto del calor. ¡Sentía que me derretía!  

El presidente Miguel Díaz Canel había llegado a Matanzas en la madrugada del día 6. Sin embargo, no fue hasta las 9:37 am que un tweet de su cuenta, Presidencia Cuba, anunciara que en ese mismo minuto encabezaba una reunión donde impartía «instrucciones para enfrentar los daños del siniestro». Ya para entonces, hacía más de cuatro horas que diecisiete personas se hallaban desaparecidas y una gran cantidad de lesionados era atendida en el hospital. Habían transcurrido alrededor de quince desde el inicio del incendio.

#ULTIMOMINUTO: Encabeza @DiazCanelB reunión donde imparte instrucciones para enfrentar los daños del siniestro en la Base de Super Tanqueros. 

📍Se reportan hasta el momento 17 personas desaparecidas, bomberos que estaban en la zona más cercana intentando evitar la propagación. pic.twitter.com/JXoOy2yZX7

— Presidencia Cuba 🇨🇺 (@PresidenciaCuba) August 6, 2022

La prueba fehaciente que pone al descubierto a todos los funcionarios mencionados, son sus propios videos y publicaciones. Haberse presentado en aquel lugar en medio del desastre evidenció su total desconocimiento y otorgó  un aval a la negligencia.

Si el presidente, en su calidad de Comandante en Jefe, presidió una comisión casi quince horas después de comenzado el incendio, ¿quiénes estuvieron tomando decisiones desde el inicio ante lo que ya se sabía que era un desastre? ¿Existió un mando único en esa operación? ¿Se trazó una estrategia conjunta? ¿Quiénes ordenaron que el comando del aeropuerto de Varadero se ubicara directamente en una zona de inminente colapso, pues el tanque les explotó casi acabados de llegar y provocó el trágico récord de la mayor cantidad de muertes en un mismo comando en toda la historia de los bomberos en Cuba?

En lugar de que el presidente, el ministro de Energía y Minas y la primera secretaria del Partido estuvieran metidos en la zona de desastre, donde no podían aportar nada, debieron estar desde muchas horas antes atendiendo al criterio de bomberos expertos, que desde las redes sociales alertaban del peligro y de las erróneas decisiones asumidas. Se demoraron además en solicitar ayuda y asesoría internacional, y cuando lo hicieron fue sin la perentoriedad que el caso requería.

Incompetencia, improvisación y precariedad, bajo un halo de patético triunfalismo, son rasgos que han distinguido a este gobierno; un gobierno que dura cuatro años ya, casi los mismos que según las fuentes se relajó el sistema de mantenimientos y de control efectivo en el sistema de protección contra incendios de la BST.

No importa que tales falencias se revistan de conceptos ampulosos, como el de resistencia creativa, es evidente que se está actuando erróneamente en todos los ámbitos de gobierno: desde el económico, que ha condenado a todo un pueblo, hasta el manejo de desastres, que ocasionó la muerte a muchas personas, entre ellas algunos jovencitos en la flor de su existencia.

De modo que es momento ya de que los medios oficiales y el gobierno expliquen cuándo comenzará a funcionar una comisión investigadora que determine claramente y con transparencia lo ocurrido. Es un derecho estar informados según la propia legislación cubana.

Matanzas

¿Quiénes ordenaron que el comando del aeropuerto de Varadero se ubicara directamente en una zona de inminente colapso, pues el tanque les explotó casi acabados de llegar y provocó el trágico récord de la mayor cantidad de muertes en un mismo comando en toda la historia de los bomberos en Cuba? (Foto: Periódico Girón)

El derecho a la información

Un jurista con gran experiencia en temas ambientales me explica que la BST está bajo un régimen de licencia ambiental. Esa base ha sido inspeccionada  por las autoridades ambientales en muchas ocasiones. Todos esos documentos tienen que ser públicos y se deben exigir a las autoridades. Los ciudadanos de esta ciudad no podemos ignorar el peligro latente en esa zona si, como todo parece indicar, no se están respetando los protocolos y normas establecidas para su funcionamiento seguro.

Esas instalaciones tienen estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgos, obligado por la Defensa Civil; por otra parte, sin las certificaciones de la Agencia de Protección Contra Incendios (APCI) esa base no podía operar, pero para emitir esas certificaciones se debía comprobar el funcionamiento adecuado del sistema de protección ante incendios.

Los documentos sobre su funcionamiento deben ser públicos según el Decreto ley no. 309 «De la seguridad química», publicado en la Gaceta Oficial no. 15, Edición Ordinaria, el 20 de marzo de 2013, que en su artículo 1 explicita como objetivos: «Proteger la salud humana y el medio ambiente de los efectos adversos que se derivan del manejo inadecuado de los productos y desechos químicos peligrosos, a partir del ordenamiento e integración de las actividades nacionales en materia de Seguridad Química», y «Contribuir al cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por el Estado cubano en materia de Seguridad Química».

Dicha norma dedica la sección quinta al importante asunto De la Información y la Participación Pública. Específicamente en el artículo 22: Sobre el derecho de información, determina: «Toda persona natural y jurídica tiene el derecho a recibir información sobre la naturaleza y los riesgos que representan el manejo de los productos químicos peligrosos a lo largo de su ciclo de vida, así como las medidas de seguridad a adoptar en caso de emergencia química».

La ley obliga. Una ciudad y un país esperan por los resultados de la investigación. Como ciudadana matancera exigiré que la ley sea cumplida.

22 agosto 2022 34 comentarios 4,1K vistas
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Ejército

El Ejército, la República y el Socialismo

por Alexander Hall Lujardo 19 agosto 2022
escrito por Alexander Hall Lujardo

El incendio ocurrido en la Base de Supertanqueros de Matanzas desde la noche del 5 de agosto de 2022, superó las fuerzas y capacidades de los cuerpos de bomberos pertenecientes al Ministerio del Interior, tanto en su adiestramiento como en la disponibilidad de tecnología para rebasar los efectos destructivos del siniestro, un hecho sin precedentes en la historia reciente de la Isla.

Entre los fallecidos figuran varios adolescentes que se encontraban en cumplimiento del servicio militar obligatorio. Según los familiares de las víctimas, algunos de ellos apenas recibieron una preparación que no superaba los quince días. Sin embargo, fueron enviados a la zona del desastre a pesar de ser un hecho que desafiaba la capacidad de los más aptos profesionalmente para enfrentar una eventualidad de tal magnitud. La muerte de los inexpertos profundiza el infortunio de sus familiares y potencia en la esfera pública el debate sobre la abolición del ejército.

Resultan sobradamente conocidas las alternativas de las familias de clase alta —mediante la corrupción económica y el tráfico de influencias— para evitar que sus hijos pasen por tan exigente periplo. Ello provoca que en las unidades militares estén asignados mayormente aquellos descendientes que provienen de sectores humildes, quienes pierden su vida o sufren lamentables accidentes en períodos de paz.

Eso resultaría evitable con una preparación responsable, así como mediante la instauración de milicias alejadas de prácticas nocivas a la integridad humana. Tal concepción sería enteramente consecuente con los ideales socialistas que el gobierno dice defender. Además, optimizaría los recursos destinados a la defensa del país, al fomentar valores populares en la instrucción de bases formativas que se deben sustentar en la preparación no definida por el abuso de poder, actualmente llevado a cabo por una gubernatura acostumbrada al método de ordeno-mando.

En tal sentido, el presente texto establece un recorrido sobre la abolición y/o democratización del ejército entre diversas corrientes del pensamiento socialista, que en caso de abogar por su mantenimiento, poseen una concepción distanciada de toda idea despótica en torno a la funcionalidad de su proyección republicana.

La abolición del ejército en la tradición del pensamiento socialista

Las fuerzas armadas han servido como herramienta de las burguesías nacionales para acometer procesos bélicos encaminados a la expansión y reproducción del capital, cuya maquinaria deshumanizadora fue calificada por el economista David Harvey como proceso de acumulación por desposesión, llevado a cabo por los países del Norte mediante relaciones desiguales de intercambio. Se establece así una continuidad en las prácticas originarias que dieron lugar al actual sistema capitalista mundial.

Ejército

David Harvey en su despacho de la City University of New York (CUNY) (Foto: Abel Albet)

La instauración obligatoria del servicio militar tiene su génesis en la modernidad, bajo el mando imperial de Napoleón Bonaparte, según refiere el intelectual republicano/socialista Antoni Domènech en su obra El eclipse de la fraternidad (2004). Este edicto generó un profundo malestar entre las clases bajas en Francia a inicios del siglo XIX, al socavar las bases fraternales y populares del republicanismo en función de los intereses de la burguesía.

Las ideas de Marx sobre la abolición del ejército fueron contundentes en sus análisis de la Comuna de París, para la conformación de una sociedad basada en la primacía de preceptos igualitarios. Ellas fueron plasmadas en su libro La guerra civil en Francia (1871), cuando afirma: «…El primer decreto de la Comuna fue la supresión del ejército permanente para sustituirlo por el pueblo armado».

Vladimir Ilich Lenin, en su obra El Estado y la Revolución (1917), aseveró que la abolición del ejército era una de las premisas del régimen socialista como paso necesario para el cese de los antagonismos de clases, al tiempo que pondría fin a la maquinaria burocrático-militar, responsable del sostenimiento de las elites sobre las masas desposeídas. En uno de sus pasajes expresa:

«El ejército permanente y la policía son los instrumentos fundadores de la fuerza del Poder estatal. Pero ¿puede acaso ser de otro modo? (…) Se forma el Estado, se crea una fuerza especial, destacamentos especiales de hombres armados, y cada revolución, al destruir el aparato estatal, nos muestra la descubierta lucha de clases, nos muestra muy a las claras cómo la clase dominante se esfuerza por restaurar los destacamentos especiales de hombres armados a su servicio, cómo la clase oprimida se esfuerza por crear una nueva organización de este tipo que sea capaz de servir no a los explotadores, sino a los explotados».

Mientras la socialdemocracia europea apoyó el militarismo nacionalista en la disputa de dimensiones imperiales que ocasionó el desenlace de la I Guerra Mundial, Lenin había manifestado la voluntad de acometer la extinción del Estado —fiel a los preceptos del marxismo—, con el propósito de quebrar la esencia fundamental de su poderío. Al respecto planteó:

«La burocracia y el ejército permanente son un parásito adherido al cuerpo de la sociedad burguesa, un «parásito» engendrado por las contradicciones internas que desgarran a esta sociedad, pero, precisamente, un parásito que «tapona» los poros vitales (…) merece especial atención la profundísima observación de Marx de que la abolición de la máquina burocrático-militar del Estado es «condición previa de toda verdadera revolución popular».

El decursar de la primera revolución proletaria del siglo XX, sin embargo, condujo a la burocratización del Estado, al predominio de jerarquías en el ejército y a su sostenimiento como mecanismo represivo junto a los órganos de Seguridad. De esta forma, el régimen ruso evolucionó hacia la instauración de formas opresivas en sus relaciones de producción predominantes.

Este hecho permitió que algunos especialistas lo calificaran como «imperialismo», debido a: sus intereses expansionistas, que coartaron las libertades democrático-civiles en los países del este europeo; sus pactos de distribución territorial con el régimen nazi-fascista y el socavamiento mediante las armas de movimientos populares como los de Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968), en contra de la soberanía nacional y el principio de «libre autodeterminación de los pueblos».

El giro que adoptara la nomenklatura bolchevique con su influencia en las esferas de poder se consolidó entre 1927-1929, cuando el terror estalinista optó por liquidar toda esencia revolucionaria. Las últimas batallas de Lenin, hasta su muerte en 1924, se concentraron en quebrar el poderío burocrático de la maquinaria política que él mismo había contribuido a establecer.

En esa dirección se encaminaron los esfuerzos de León Trotski antes de que fuera deportado de la URSS. El insigne revolucionario había sido clave en la fundación del Ejército Rojo y un ferviente partidario de su democratización, tiempo antes de que degenerara en feudo de aristócratas distanciados de todo interés de representación social.

Ejército

León Trotski da un discurso a soldados del Ejército Rojo.

El teórico marxista Tony Cliff, partidario de una concepción socialista «desde abajo», de forma que el control de los medios de producción estuviera en manos de la clase trabajadora, en su obra Capitalismo de Estado en la URSS (1947), analizó el fenómeno del militarismo como una de las más plausibles expresiones de su carácter reaccionario, al afirmar: «el fortalecimiento del Estado ruso, su totalitarismo creciente, solo puede ser el resultado de profundos antagonismos de clase y no de la victoria del socialismo».

Cliff era defensor del principio democratizador en las fuerzas armadas como forma de evitar los abusos de poder, la corrupción y el tráfico de influencias en la institucionalidad uniformada, cuya garantía más certera encuentra mayor viabilidad con la instauración de un cuerpo representado por las bases populares. En tal sentido, expresó:

«Los mandos, los comisarios políticos y aquellos que tenían autoridad en el ejército rojo, empezaron a aprovecharse de sus nuevos puestos en beneficio propio. Trotski les lanzó fuertes críticas; el 31 de octubre de 1920, por ejemplo, en una carta dirigida a los Consejos Militares Revolucionarios de Frentes y Ejércitos, condenó el uso, por las autoridades, de coches oficiales “para elegantes fiestas, ante los ojos de los agotados soldados del Ejército Rojo”. Habló furioso de los mandos que se visten con extrema elegancia mientras los luchadores andan semidesnudos, y denunció las juergas de mandos y comisarios».

El Ejército, la República y el Socialismo en Cuba

El triunfo del proceso revolucionario cubano en 1959, estuvo signado desde fases tempranas por las contradicciones de la Guerra Fría. La inviabilidad del liderazgo nacional en acometer vías sustentables para garantizar la independencia económica ante la hostilidad del imperialismo estadounidense, provocó que la Isla quedara vinculada al bloque conocido como «campo socialista», aunque estudios posteriores de economía política aseveran que ese régimen jamás existió al interior de las fronteras de los países que se identificaban bajo dicho signo político, encabezados por sus Partidos Comunistas.

En los referidos modelos se impuso una concepción que defendía el precepto de partido único de vanguardia, y denostaba los principios de representatividad republicanos, considerados como burgueses. En la praxis, tales fundamentos tributaron al anquilosamiento del aparato burocrático-militar de matiz excluyente, expresado tanto en la deficiente participación política de la ciudadanía como en la falta de transparencia de la gestión pública e impunidad de sus cuadros. Así, se echaban al vacío los postulados de la Ilustración sobre los que se sustentan las bases democráticas del republicanismo.

En los denominados modelos del «socialismo real», existió una amplia expansión de las relaciones monetario-mercantiles, predominio del trabajo asalariado bajo una hegemonía sustentada por la propiedad estatal (no socializada) sobre los medios de producción, relaciones verticales de dominación económica, cooptación de los intereses de la clase trabajadora y diversos sectores de la sociedad civil bajo lógicas autoritarias, como analizó el teórico italiano Antonio Gramsci, sumado a una enajenación del fruto del trabajo por parte de los productores.

Ejército

Antonio Gramsci

De igual forma, se establecieron irresolubles conflictos en el campo arte-política que limitaban la plena realización humana —advertidos por notables exponentes del socialismo, como Rosa Luxemburgo—, la extensión de patrones desarrollistas altamente contaminantes que no fueron capaces de generar bienestar social, la represión hacia otras tendencias o corrientes de pensamiento, la instauración de una economía militarizada que sirvió como mecanismo de vigilancia interna, así como la adopción de estrategias intervencionistas en estados vecinos.

Esta realidad ha conllevado a que numerosos autores consideren a tales sistemas como sociedades en las que predominó un régimen «capitalista de Estado» (Tony Cliff), de carácter posrevolucionario/prehistórico (Inmanuel Wallerstein), con un fuerte matiz burocrático (Ernesto Che Guevara), anti-popular (Ernest Laclau), negacionista del marxismo (Herbert Marcuse), con expresiones neo-feudales en su estructura sistémica (Alan Touraine), que demostraron su inviabilidad en establecer ciclos de reproducción de las riquezas bajo formas institucionalizadas eficientes (Michael Lebowitz), lo que condujo al fomento de un mercado paralelo altamente referencial (Eric Hobsbawn).

Por ende, la abolición del ejército en el imaginario político de estos modelos no estaba concebida de acuerdo a los preceptos socialistas. Su existencia era condición necesaria para el mantenimiento de oligarquías que transitaron hacia sistemas neoliberales encabezados por las propias figuras que decían defender los preceptos del «comunismo», aliados a las fuerzas del capitalismo y traicionando los ideales emancipatorios que movilizaron a sus pueblos en defensa de las causas de los oprimidos.

En Cuba, la instauración de milicias voluntarias sería el mejor antídoto contra los anhelos intervencionistas de cualquier nación extranjera y frente a los abusos del poder estatal, que en el caso antillano presenta además escandalosas evidencias de corrupción en su empresariado militar. De igual forma, el actual diseño ofrece escasa preparación técnica a los reclutas y resulta incapaz de sembrar valores humanistas entre los soldados, debido al bonapartismo predominante en su oficialidad, lo que suele transformarse en expresiones de rebeldía por parte de los subordinados.

La adopción de esta forma de ejército reduciría la ocurrencia de hechos lamentables ante la irracionalidad de las órdenes superiores y haría más eficientes los recursos defensivos, al instaurar una mentalidad descolonizada en las tropas dispuestas al sacrificio de sus intereses de clase, contrario a los designios de las autoridades estatales. Dicha proyección está en consonancia con los preceptos del republicanismo socialista y las ideas marxistas, alejada de toda visión oligárquica de la democracia que caracteriza a la actual dirigencia política, revestida de un falso ropaje «progresista y popular».

19 agosto 2022 34 comentarios 2,4K vistas
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Víctimas

Víctimas, mártires y héroes

por Mirta Casañas Díaz 17 agosto 2022
escrito por Mirta Casañas Díaz

El que calla otorga, había oído decir a mis abuelos, mis padres, mis profesores, y lo asumí siempre como un reto. Sin embargo, tengo más de veinte papelitos con posibles títulos de artículos para este medio y hasta hoy no había salido de mi mutismo, impuesto por múltiples razones. Una de ellas: detesto la violencia aunque sea verbal y no puedo evitar que me depriman los criterios ofensivos, intolerantes y vulgares de todos aquellos que se consideran dueños de la verdad absoluta, que obvian el papel de la crítica y la autocrítica como herramientas de perfeccionamiento humano y social y pisotean a la pobre dialéctica, ubicada hoy en el rincón más oscuro de la memoria.

Además, deploro la forma en que maltratan a nuestro idioma, en un país donde no hay analfabetos;  en que el grado de escolaridad promedio de los ciudadanos de más de veinticinco años asciende a 11,5 y en una población de 11,27 millones de habitantes se ha graduado más de un millón de universitarios. Las redes sociales me han develado múltiples facetas de una Cuba que no conocía.

Me duele Cuba, dijo Lezama una vez y se ha convertido en una frase recurrente, que asumo sin pudor ni miedo. Me duele Matanzas porque en ella nací y a ella me debo. Y me duele cada víctima de la injusticia, el despotismo, la lucha por el poder, la arrogancia y la crueldad; sin pretender agotar todos los apelativos que pudiera agregar y que convierten al ser humano en víctima de otros y de determinadas circunstancias en cualquier rincón del planeta. Porque eso somos, ciudadanos de un planeta cuya supuesta especie superior lo ha ido destruyendo como resultado de su ambición.

Matanzas se estremeció en la noche del viernes 5 de agosto, cuando un rayo impactó uno de los tanques del llamado Supertanquero, situado en la zona industrial. Detrás del sonido, las llamas iluminaron la ciudad, seguidas del humo negro que, como fantasma, asumía la dirección del viento. La catástrofe inimaginable, para quienes los tanques estáticos en el borde de nuestra hermosa bahía eran solo una imagen de identidad, se convirtió en un hecho.

Víctimas

(Foto: Néster Núñez)

Entonces, por qué no entender que los muertos son víctimas, primero que todo de determinadas circunstancias, que supongo queden esclarecidas con las investigaciones pertinentes y que de ellas se deriven las acciones para enfrentar cualquier fenómeno similar.

Todo lo vivo tiene su ciclo, pero a ninguno de ellos le correspondía el final. Y si bien los accidentes irrumpen en el ciclo natural de la vida, es también sabido que pueden evitarse, porque detrás de todo lo casual hay una causa, o una cadena de causa-efecto, si aplicamos la dialéctica. De eso se trata, de enfrentar la realidad, de eliminar escollos, de aprender, para transformar y mejorar.

Ser una víctima implica la muerte como resultado de alguna acción o suceso, pero también cuando se ha recibido un daño o perjuicio. No toda víctima es un héroe o un mártir, pero todos los mártires han sido víctimas. El mártir es una víctima que muere o padece por defender sus creencias y convicciones, mientras el héroe se distingue por haber realizado una hazaña, extraordinaria si requiere mucho valor. Por tanto, se puede ser al mismo tiempo, una víctima, un mártir y un héroe. Los dos primeros están relacionados necesariamente, sin embargo, se puede ser un héroe sin ser víctima.

No pretendo convertir un suceso tan dramático en trabalenguas, ni hacer un análisis lingüístico pormenorizado de los términos. Solo deseo resaltar que la intolerancia y el esquematismo nos han llevado al extremo de manipular hasta el significado de las palabras y minimizar las consecuencias de las acciones humanas, cuando debiera ser a la inversa.

El análisis crítico de lo acontecido es el único consuelo que pudieran tener esas familias que perdieron a un ser querido. Las frases e imágenes de triunfalismo hieren su sensibilidad y la del pueblo, de todos los que saben que la vida no se recupera, que el dolor por ello no se mitiga con palabras. El momento es de exigir responsabilidades, de  ofrecer disculpas y condolencias y no de cantar Victorias.

17 agosto 2022 30 comentarios 1,8K vistas
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Incendio

¿Qué falló en la Base de Supertanqueros de Matanzas?

por Redacción 12 agosto 2022
escrito por Redacción

El incendio de grandes dimensiones originado el viernes 5 de agosto en la Base de Supertanqueros de Matanzas dejó sobre la mesa varios cuestionamientos. Luego de que un rayo impactara en uno de ellos y originara una suerte de efecto dominó del siniestro hasta comprometer un cuarto tanque, la calidad constructiva y el mantenimiento de los contenedores del crudo figura como el punto de partida de cualquier análisis al respecto.

Con el objetivo de despejar las principales interrogantes en torno al diseño de estos envases y los factores constructivos que deben tenerse en cuenta para evitar incendios, La Joven Cuba dialogó con el arquitecto cubano Maurys Alfonso Risco, asociado internacional del Instituto de Arquitectos Americanos, que se ha desempeñado como consultante de la OPS en temas relacionados con el mantenimiento de instalaciones de salud. Asimismo, trabajó como profesor del Departamento de Construcciones de la Universidad de Matanzas entre 2008 y 2012 en disciplinas de Conservación y Mantenimiento de Edificaciones.

Experto Supertanqueros

Maurys Alfonso dialoga con La Joven Cuba sobre las características de los tanques incendiados. Foto: Cortesía del entrevistado

Máster en Administración de Empresas, Alfonso fue consultante de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en una evaluación para generar estrategias de mejoramiento de los sistemas de transporte en las economías en desarrollo del Caribe Oriental. Desde 2013 maneja una consultoría de Ingeniería y Arquitectura en las Antillas Menores.

¿Qué características de diseño suelen presentar los tanques destinados al almacenamiento de petróleo de manera general?

Un tanque para almacenamiento de petróleo no es más que un contenedor que debe cumplir estrictas normas para el almacenamiento de líquidos inflamables, donde las normativas para la seguridad son de especial observancia.

Estos tanques no suelen ser diseñados por cualquier compañía de diseño que proyecta hoteles, viviendas o infraestructura civil; empresas muy bien establecidas, por lo general en países altamente desarrollados se encargan del diseño e incluso la construcción, compañías estas con certificaciones internacionales y descomunales sistemas de control de la calidad.

La construcción de todos los tanques, y para los distintos hidrocarburos y sus derivados a almacenarse, deben basarse en las normas establecidas por el Instituto de Petróleo Americano (API), conocidas como Normas API, los códigos y estándares de ASTM (American Society for Testing and Materials), NFPA (National Fire Protection Institute), STI (Steel Tank Institute), entre otras. Estas normas y estándares se encargan de regular los procedimientos y materiales de fabricación, protección contra corrosión, protección contra incendio, pruebas de hermeticidad, almacenamiento de líquidos, instalación, boquillas, refuerzos, operación y detección de fugas.

¿Qué tipo de tanques se ubican en la zona industrial de Matanzas y cómo están diseñados?

Los tanques que se ubican en la base de Supertanqueros de Matanzas, en la zona industrial de la ciudad homónima se construyeron en etapas, una buena parte durante los últimos años de la década del ochenta, con financiación y asesoría de la Unión Soviética.

Los tanques poseían una capacidad de cincuenta mil metros cúbicos. Foto: OnCuba

Entre 2008 y 2012, como parte de los acuerdos del Tratado del ALBA, Cuba y Venezuela crean una firma conjunta, PDVCupet S.A para la construcción de ocho súper tanques de planchas metálicas ensambladas en el lugar, de cincuenta mil metros cúbicos de capacidad cada uno y unas dimensiones de setenta y cuatro metros de diámetro y cerca de veinte de altura, hasta el tope del domo, separados entre ellos cerca de treinta metros.

El domo geodésico, que no es más que una cúpula, representó un hito tecnológico para el país, donde se habían realizado pequeñas incursiones experimentales con esta tecnología, como es el caso de un tanque de agua en la CUJAE.

PDVCupet S.A contrata para el diseño de los domos a la firma VACONO Aluminium Covers GmbH, compañía alemana con vasta experiencia y reconocimiento global desde hace más de un siglo, certificada por la ISO9001 de 2015, líderes en la construcción de domos geodésicos de aluminio para tanques que cumplen o exceden la norma API 650.

Estos domos son estructuras rápidas de ensamblar, idóneas para cubrir grandes espacios donde influyen potentes cargas horizontales de manera económica, un 25% menos costoso que una cubierta típica.

La firma VACONO declara entre sus ventajas que estos domos no necesitan mantenimiento, todos los componentes son resistentes a la corrosión, a los rayos ultravioletas y a la degradación del ozono. Este diseño elimina la necesidad de colocar estructuras de soporte interiores que evitan la penetración del techo flotante y reduce las emisiones de vapor.

PDVCupet S.A contrata para el diseño de los domos a la firma VACONO Aluminium Covers Gmb. Foto: Sitio web de Vacono

¿Qué elementos suelen tenerse en cuenta en la construcción de dichos envases para evitar incendios?

Esta pregunta llevaría una respuesta gigantesca, trataré de sintetizar.

La protección contra incendios se divide en pasiva y activa, no solo para depósitos de hidrocarburos, esto aplica a toda infraestructura, incluso en edificaciones.

La protección pasiva se basa en manejar los riesgos para impedir el inicio de un incendio (prevención). No implica ninguna acción sobre el fuego, pero elimina su propagación, ejemplo de ello son los cubetos de contención, muros cortafuego y trincheras, sistemas de pararrayos entre otros.

Dentro de la pasiva, vale destacar la rigurosa y compleja instalación de pararrayos en tanques de líquidos inflamables y combustibles. El Instituto de Petróleo Americano (API) revisa y reevalúa constantemente estos sistemas, debido a que un tercio de los incendios en depósitos de hidrocarburos son provocados por relámpagos, según estudios de Lighting Eliminators & Consultants Inc.

En tanques con techo fijo, como el caso de los de Matanzas, la instalación de pararrayos debe regirse por la API 2003. Esta norma considera que los tanques están auto protegidos si cumplen lo siguiente:

—Si tienen un espesor de fabricación del techo de 3/16” (4.8mm)

—Todos los elementos del domo están atornillados o soldados, para que exista una continuidad eléctrica.

—Las tuberías que entran al tanque metálicas, conectadas con continuidad eléctrica al tanque.

—Todas las aberturas de vapor o gases se sellan o se les prevé un sistema de protección.

La protección activa, por su parte, busca limitar los efectos del siniestro mediante sistemas de protección construidos según la instalación y las normativas requieran. Implica toda la actuación directa sobre el fuego, engloba todo el conjunto de sistemas instalados para detectar el incendio, alertar sobre él, señalizarlo y extinguirlo. Los tipos comunes de sistemas de protección activa se basan en la supresión por agua, mediante gases o polvo; sin embargo, el agua es el elemento extintor principal y ahí me detengo, debido a inquietudes múltiples y teorías sobre la idoneidad del empleo de agua como elemento de supresión del incendio y devastación de una batería de cuatro tanques del puerto de Matanzas.

Debe señalarse que la utilización de agua es el método más común, económico y eficaz por su poder de enfriamiento y sofocación. Por solo citar una característica, el agua cuando se evapora aumenta su volumen entre 1 500 y 1 700 veces, por lo que consigue desplazar el aire que rodea al fuego.

Por regla de obligatorio cumplimiento, estos tanques presentan sistemas de monitores, o potentes cañones de agua instalados en los muros del cubeto. Además de boquillas de agua y vertedero de espuma en la corona de los tanques que se activan automáticamente al detectar un incendio o son activados desde el puesto de mando. 

 

Asimismo, se tiene muy en cuenta la protección contra la propagación de incendios a tanques vecinos. Para esto se utiliza una técnica llamada cuartos de anillos, que permiten refrigerar, o enfriar, en termino más popular, tanto el tanque incendiado como sus vecinos, esto evita, o está diseñado para evitar, que la radiación emitida por el tanque afectado aumente la temperatura de los contiguos.

También son de obligatorio cumplimiento los sistemas de espumas. Todos los depósitos verticales que almacenen productos inflamables o combustibles deben protegerse con sistemas de suministro de espuma física para extinción de incendios. Esta espuma es un compuesto de menor densidad que los hidrocarburos por lo que al sistema verterlas dentro del tanque siniestrado flota sobre la superficie liquida e impide el acceso de oxígeno, evitando su mezcla con los vapores inflamables producidos. Básicamente la espuma se forma por un espumójeno, agua y aire.

La espuma es utilizada en diversos escenarios para contener el avance del fuego. Foto: Maxi Seguridad

De acuerdo con su perfil profesional y área de estudio, ¿cuáles son sus conclusiones en torno a lo sucedido desde el pasado viernes en la ciudad matancera?

Bueno, las conclusiones, en este caso muy personales, serían las siguientes. En efecto, el incendio fue provocado por un rayo, hay constancia de esto y testigos de pronunciada actividad de descargas eléctricas. Sin embargo, esto produce una duda en quien está ajeno a tales conocimientos. La respuesta es un SÍ rotundo, un rayo puede vulnerar los sistemas de protección por muy bien diseñados, certificados y mantenidos que estén. De hecho, sucede más de lo que pudiera pensarse.

Según publicaciones especializadas, de los 480 incendios reportados en depósitos de hidrocarburos en el mundo, como media entre 1951 y 2003, la tercera parte se debió al impacto de descargas eléctricas.

Otro estudio, conducido por dieciséis compañías de petróleo, descubrió que cincuenta y tres fuegos de sello, de cincuenta y cinco, eran causados por el relámpago, y concluyó que el rayo es el recurso más común de ignición.

Como resultado, el API ha publicado un documento llamado API RP 545, Prácticas Recomendadas para La Protección contra el Relámpago para Tanques de Almacenaje de Líquidos Inflamables y Combustibles. Se espera que este documento se haga un estándar en el futuro.

Sobre la magnitud alcanzada en el incendio de Matanzas existen dos factores:

1- ¿Dónde se inicia el incendio? Esto ocurre en el último tanque de esa batería de cuatro, quedando los otros tres hacia el este, a favor de los vientos, que se reportaron bastante fuertes. Por capricho de la naturaleza, o por la causa mística que se le quiera dar, el rayo afectó a este y no al del extremo oeste, donde hubiera sido muchísimo más fácil controlar y sofocar un incendio de esta magnitud.

2- Mecanismos de Protección Activa. Para mí, en lo particular y desde la distancia, es donde se enreda el asunto. ¿Qué falló en los mecanismos de supresión y control en una base de Supertanqueros de esa magnitud? Las noticias no han sido claras ni con suficiente organización o coherencia, como es común en la Isla.

En relación a la aparente lentitud con que ha sido controlado el incendio, nada más lejos de lo normal. Una vez que semejante volumen de este tipo de sustancias se incendia, con una magnitud que sobrepase la capacidad de acción de los sistemas activos de primera respuesta, o por el fallo de estos, es prácticamente imposible sofocarlo y la práctica más común es dejar que el combustible se consuma, tratando de controlar su expansión. Ese es un proceso que puede tomar varios días, en dependencia del volumen de líquido combustible.

La práctica más común ante el sobrepaso de los sistemas de respuesta, es dejar que el combustible se consuma. Foto: Periódico Girón

Existen en la historia similares situaciones donde se ha demorado más de cinco días en sofocar el incendio, esto en países del primer mundo con todas las tecnologías y recursos disponibles.

Concluyendo, y dadas las características de estas instalaciones y los distintos sistemas de protección que las integran, si yo tuviera que participar de una investigación esclarecedora, la cual existirá sin dudas, haría hincapié en los sistemas y cumplimiento de los cronogramas de mantenimiento.

He podido constatar —no solo en la Isla, también en la región—, que los incumplimientos o deficiencias en el Mantenimiento Preventivo o Proactivo son progenitores de todo tipo de desgracias en inmuebles e infraestructuras. Hay una tendencia, lamentablemente muy extendida, a centrarse en el Mantenimiento Reactivo, o sea, arreglar cuando algo se rompa. En casos como este, cuando se rompe, Cuba queda en jaque mate, porque los daños humanos, materiales y medioambientales, son irreparables.

Como quiera, creo que los matanceros debemos gratitud a quienes viabilizaron las ayudas, a los dignísimos bomberos que lo dieron todo, algunos incluso la vida —como esos muchachitos, que no debieron estar donde se necesitaban en verdad bomberos profesionales—, para rescatarnos de peores consecuencias.

A los médicos, ambulancieros, personal de la salud, que hace maravillas con nada y en condiciones bien difíciles. Al personal del Instituto de Recursos Hidráulicos, ingenieros, ejecutores, paileros, choferes de pipas. No debe pasarse por alto la solidaridad entre cubanos de a pie, quienes han sufrido dantescamente los acontecimientos sin dejar de brindar alojamiento al necesitado, transporte gratuito a víctimas y familiares, así como miembros del sector privado que han dado soporte a la logística, llevando algo más de alimento a quienes, a las puertas del infierno, les devolvieron la sonrisa del cubano grato, al que ya no le queda tarea de Hércules o plaga de Egipto por pasar.

12 agosto 2022 34 comentarios 5,4K vistas
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