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Bandera

Lo que aprendí con el caso Alcántara

por Giordan Rodríguez Milanés 16 marzo 2020
escrito por Giordan Rodríguez Milanés

La detención gubernamental de un artista de la plástica en Cuba por “actos denigrantes contra la bandera”, nos obliga a reflexionar sobre los cambios ocurridos en la sociedad cubana.

Los símbolos son objetos a los cuales adjudicamos cierto valor según la perspectiva de los sujetos que los usan.  Lo que pueda haber de sagrado en los símbolos depende de nuestra interpretación individual y la conciliación social de su significado. Por mucho que un artista pretenda reconfigurar el significado que le adjudicamos a un objeto, tal empeño no es posible hasta que un sector de la sociedad concilie y legitime esa trascendencia.

No voy a entrar a discutir si lo que hace Luis Manuel Otero Alcántara es arte o no. Si arte es toda creación humana que provoca en otros una respuesta que supera lo utilitario, entonces el arte es relativo a los grupos o sectores sociales que lo interpreten como tal, más allá de que lo acepten las instituciones o no.

En alguna medida, en Cuba la mayoría hemos sido afectados por los manuales soviéticos de estética que, durante todo el siglo XX, nos enseñaron en escuelas y universidades. Allí el arte tiene un componente axiológico insoslayable en su función social: debía  contribuir al “trabajo político-ideológico”. Visto desde esa óptica, defecar acompañado de la bandera sería, efectivamente, una aberración y no un performance, entendida la bandera como símbolo sagrado de la Patria. En tal caso, el performance de Alcántara sería eso, una aberración, no un delito. Solo una aberración, como algunos consideran las parafilias y excitarse con la imagen de un blúmer de Marilin Monroe, pero por eso no juzgamos  a nadie, que yo sepa. Y menos en Cuba, donde un violador de perros anda suelto y feliz por las calles de La Habana a pesar de las constantes denuncias de los animalistas.

Si llegamos al punto en que parte de la sociedad cubana entiende que el arte no debe auto-limitarse en aras de cumplir el componente axiológico de su función social. Si hemos llegado al punto en que un sector de la juventud entiende que la bandera no es un símbolo sagrado como para no ir a defecar con ella. Si llegamos al punto en que un grupo de dirigentes no puedan notar cuándo la bandera está al revés durante semanas. Nada de eso lo vamos a resolver con detenciones, juicios, escándalos y encarcelamientos.

Tampoco el resto de  la sociedad  tiene por qué quedarse inerte ante quien, con la intención que sea, mancille los símbolos patrios. Pero no es con prisión o con regalarles un “héroe” a los serviles del imperio de turno como vamos a lavar la afrenta, si la hubiera. Y más allá de que Luis Manuel Otero Alcántara sea un artista o no, que su performance clasifique como obra artística o no, quienes decidieron juzgarlo lo único lograron fue convertirlo en el “héroe” que nunca ha sido.

 ¿Dónde estudió Alcántara? ¿En una primaria en un barrio blanco de Miami? ¿En una secundaria privada con hijos de los fascistas del Partido Republicano? Si fuera un testaferro del odio y un mercenario: ¿ante los ojos de quiénes se hizo tal? Aquí el problema es cuántos  jóvenes cubanos tienen una interpretación del arte que soslaya su función social axiológica, o que la asume desde otro sistema de valores. Esos jóvenes son resultado de nuestro sistema de enseñanza, de una educación nacionalizada e institucionalizada, son también resultado de la Revolución. Y es menester encontrar un código, un canal de comunicación con ellos.

Hoy es Alcántara, mañana será otro.

¿Los vamos a encarcelar a todos? ¿Ha resuelto alguna vez la cárcel asuntos de la espiritualidad, suponiendo que estuvieran distorsionados sus modos de expresarse? Lo he dicho muchas veces estos últimos días: la historia que no se cuenta desde el amor, te la cuenta tu enemigo desde el odio. El artista que no incluimos desde el amor, lo usa tu enemigo para el odio y contando con nuestra propia exclusión.

Durante demasiado tiempo los ideólogos en el poder pretendieron que son las instituciones culturales estatales las únicas que pueden legitimar la trascendencia simbólica de un objeto. Que son las instituciones artísticas o académicas estatales las únicas que jerarquizan la obra de arte y su impacto semiológico. Siguen brutalmente equivocados, tanto que ni siquiera se dan cuenta y siguen cometiendo error tras error. De tal modo, un decreto cinematográfico pretende que sea una especie de tribunal de entendidos el que decida si un proyecto conducirá o no a una obra de arte, o si tal fulano es creador o no.

Seguimos con un obsoleto sistema de castas y vanguardias organizadas en la UNEAC, la AHS, etc.… Un sistema que ya no le funciona a los ideólogos y menos al país. En Manzanillo, por ejemplo, nombraron Historiador de la Ciudad a un profesor sin una investigación acreditada, sin un libro publicado o escrito sobre la historia local. Y lo nombraron por encima de un miembro de la Academia de Historia de Cuba, de la UNEAC  y de la UNHIC, con una docena de libros y una enciclopedia sobre tales temas. ¿Por qué? Porque a uno lo consideran políticamente correcto y al otro lo consideran hipercrítico.

Los “delimitadores de cualquier nacimiento” no se dan cuenta que estamos llegando a un punto de no retorno, al sustituir la educación en valores con la represión sutil o explícita de esa rebeldía que crea toda revolución. Deberían mandar a los ideólogos del poder para la caña y promover a personas proactivas, dispuestas al diálogo y comprender la razones del otro, que también podrían ser las razones de Cuba. De hecho lo son.

16 marzo 2020 37 comentarios 410 vistas
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pasaporte

Deporte y pasaporte

por Osmany Sánchez Roque 30 agosto 2016
escrito por Osmany Sánchez Roque

El deporte en estos tiempos es un pasaporte. Desconsoladamente un atleta español reconoce ante la prensa que “ Mi sueño de toda la vida ha sido convertirme en campeón de España y, sinceramente, acabo de desecharlo”. La nacionalización del cubano Orlando Ortega acabó con su sueño. Otro declara tajante que “Esta es una forma de comprar medallas baratas que está muy de moda, pero que nadie se engañe: el atletismo español no está mejor por esta plata”.

La carta pública de un grupo de atletas españoles mostraba su inconformidad con las crecientes nacionalizaciones de atletas en España. En el 2014 fueron 7 y en el 2015 ascendieron a 10. Alrededor de un 30% de los atletas españoles de pista que participaron en Río 2016, nacieron fuera de España.

No es un hecho aislado. El equipo de balonmano de Catar estaba compuesto por atletas de 11 nacionalidades -el equipo está compuesto por 14- y en total casi el 60 % de la delegación de ese país nacieron y se formaron en otros países.

Otro de los que se lanzó a la caza de atletas foráneos es Brasil,con más de 200 millones de habitantes. De los 542 atletas inscriptos por el Reino Unido en Londres 2012, 61 eran nacionalizados o con raíces inglesas pero que vivían en otras partes del mundo. Al final de las 65 medallas obtenidas por ese país, 24 fueron ganadas por los “importados”.

El deporte se ha convertido en un negocio y al mismo se le dedican millones de dólares. Los países más desarrollados tienen la ventaja de tener el dinero para comprar un atleta o para poner a su disposición la más alta teconología.

En medio de todo esto, Cuba se mantiene entre los primeros, y como eso le duele a algunos!!!. Me quieren convencer que el movimiento deportivo cubano está en crisis porque Brasil con sus más de doscientos millones de habitantes, sus 600 millones de dólares destinado a la preparación de sus atletas en el ciclo olímpico y sus importados quedó por encima de nosotros.

Jamaica también quedó por encima de Cuba, con todas sus medallas en el atletismo ¿Tiene más desarrollo su movimiento deportivo que el nuestro? Por supuesto que no.

Solo un tonto se atrevería a decir que todo está bien. La suma del éxodo de algunos atletas, los efectos de la situación económica y también los errores cometidos han provocado que ciertamente nuestro deporte tenga que “ponerse las pilas” para no seguir perdiendo terreno.

El escenario es cada día más complejo pero el talento está, y es lo principal. Eso no se puede hacer con pasaportes.

30 agosto 2016 137 comentarios 713 vistas
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Los ingleses ocupan Matanzas

por Consejo Editorial 30 enero 2013
escrito por Consejo Editorial

Por: Osmany Sánchez

Hace casi 250 años desde que los ingleses se retiraron de Cuba después de ocupar una parte de la isla durante poco menos de un año, pero desde hace unos meses hay indicios de que regresaron y de manera solapada la están ocupando de nuevo. Al menos a Matanzas la tienen ocupada y quien lo dude que camine por sus calles y por sus tiendas para que vea en cuántos lugares aparece la bandera europea.

En zapatos, pulóver, mochilas o gorras podemos encontrar la bandera inglesa. No sé para los demás pero para mí amante de las películas de espionaje- se trata sin dudas de una invasión, claro que no la tendrán fácil los invasores pues en el camino encontrarán una feroz resistencia, sobre todo de Canadá. Quien lo dude que monte en una Yutong en Matanzas y cuente cuantas banderitas canadienses encontrará pegadas encima del parabrisas.

Esta invasión de marcas y símbolos no es nueva pero en los últimos tiempos ha alcanzado dimensiones épicas y los combates se desarrollan en cada esquina, en cada cuadra. Que jóvenes cubanos lleven con orgullo esas banderas en sus ropas o en su cuerpo es preocupante pero lo es aún más que luzcan con orgullo o ingenuidad- ropas alegóricas al FBI o a la CIA.

Hace un tiempo conversaba con un estudiante aquí en la Universidad sobre este tema y le preguntaba porqué llevaba ese pulóver, si no le preocupaba su significado y me dijo que no, que gracias al FBI se habían capturado asesinos en serie como Ted Bundy o Charles Manson. Esta sin dudas era una respuesta preparada, pero no me convence pues como cubano, pienso primero en todas las acciones criminales llevabas a cabo contra nuestro pueblo por el FBI. Puedo estar equivocado pero no puedo evitar pensar así.

Recientemente estuve en una reunión en la que uno de los presentes refiriéndose a este tema lo denominaba: símbolos extranjerizantes. Confieso que me llamó la atención escuchar esa frase pues la consideraba extinguida ya en estos tiempos. El problema no es que sean extranjerizantes sino que muchos jóvenes prefieran usar símbolos que no representan nuestra identidad. Quizás parezca lo mismo pero no es igual, al menos para mí.

Los emigrados cubanos prefiero pensar que una mayoría- extrañan muchísimo su tierra y llevan atributos que se la recuerdan. He escuchado anécdotas de algunos que tienen colgada en su cuarto una bandera cubana, algo que ni soñar hicieron en Cuba. Esa es una realidad sin embargo la paradoja está en que cuando vienen a Cuba le regalan a sus familiares y amigos pañuelos con banderas americanas o cintos con enormes hebillas en forma de hoja de marihuana o de dólar.

Tratar de frenar esta invasión de símbolos extranjerizantes en la frontera es imposible por lo tanto hay que enfrentarla en el terreno y la mejor fórmula es la de promover nuestra identidad. Algunos me dirán qué bonito descubrió el agua tibia pues si bien todos sabemos que esa es la forma lo que nos falta es el contenido.

¿Dónde podemos encontrar una bandera cubana para ponerla en la oficina o en nuestro cuarto? ¿Dónde encontrar un busto de Martí, Mella, Guiteras, José Antonio, Che o cualquier otro patriota nuestro? ¿Por qué se venden sólo en divisas y bien caros por cierto- los pulóver con la imagen del Che?

Podemos seguir a la defensiva con esta ocupación extranjera o podemos crear una estrategia que fortalezca la identidad nacional mediante los símbolos nacionales. Habría que considerar si estaremos pecando de excesivo puritanismo al limitar demasiado el uso de esos símbolos, siempre que estos no se utilicen de manera o en lugares irrespetuosos.

Lo cierto es que estamos necesitados de alegorías que fomenten el patriotismo porque mientras los ingleses sigan invadiendo Matanzas, Pepe Antonio y los que defendieron Guanabacoa en 1762, se estarán revolviendo en su tumba.

30 enero 2013 139 comentarios 304 vistas
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El Pie Forzado

por Consejo Editorial 15 junio 2010
escrito por Consejo Editorial

Por El Poeta

Siempre será la bandera
de los cubanos izada
en el asta consagrada
y verde de una palmera.
Cuba de firmeza entera
crece ante cada latido
de un pueblo culto y unido
que con dignos ideales
abona las principales
arterias que lo han nutrido

Somos un pueblo de fe,
de verguenza, de moral,
de un amor espiritual
que sobre el alma se ve.
vamos a seguir de pie
defendiendo esta nación,
porque por la convicción
que nos cruza por la mente
el pueblo cubano siente
suya esta revolución.

15 junio 2010 9 comentarios 250 vistas
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