La Joven Cuba
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apatía

La apatía

por Consejo Editorial 17 febrero 2015
escrito por Consejo Editorial

desgano_cubaPor: Guillermo Carmona (guillito314@gmial.com)

Propongo una situación hipotética: Un grupo de amigos disfrutan de un partido de fútbol. Es el final del juego. Las tensiones por la inminente victoria o derrota del equipo preferido cercenan las uñas y arrancan los cabellos. La programación se interrumpe. El locutor anuncia el acontecimiento político de la década, algo así como el fin del bloqueo o que se encuentra reservas de petróleo en grandes cantidades bajo la plataforma marina cubana.

¿Cuántos de ellos no virarán la cabeza y maldecirán la hora en que le detuvieron el partido?

¿Cuántos jóvenes enarbolan las banderas con fervor en los actos patrióticos o asisten a ellos sin que su expediente peligre o que exista un incentivo cultural?

¿Cuántos buscan los informativos de los medios de prensa cubanos para conocer la realidad del mundo que gira bajo sus pies?

Francis Scott Fitzgerald, escritor americano de entre guerras, al definir a su generación expuso: “Somos una generación que al llegar encontramos todas las guerras combatidas, todos los dioses muertos y toda la fe en el hombre perdida”. Tal vez por habilidad cíclica del tiempo o la superposición de épocas, describe los ánimos abúlicos de nuestra propia generación, aquella que nació en los años más crudos del periodo especial pero que no guarda conciencia del caos y las penurias de la situación.

A la mayoría, nuestros padres nos protegieron. Y nosotros con los lentes de la inocencia solo observamos escondites, en los apagones y pelotas de piedras y gaza y muñecas de trapo, ante la escasez de juguetes.

En los primeros años reclamamos a un niño del cual repartieron fotos en la escuela, pero nunca entendimos hasta tiempo después por que lo reclamábamos. Sufrimos cuando nos quitaban los muñequitos, los mismos de cada día y la mayoría de factura soviética, para transmitir las Tribunas Antiimperialistas.

Luego llegaron los cinco héroes y los recordábamos a cada momento, fuera un matutino, un desfile o el mural del aula; aunque aun no comprendíamos la frase martiana “trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras” y con ella la batalla ideológica.

¿Si desde pequeños nos alimentan de política y patriotismo, por qué algunos la rechazan?
Apatía: La apatía es la falta de emoción, motivación o entusiasmo. Es un término psicológico para un estado de indiferencia, en el que un individuo no responde a aspectos de la vida emocional, social o física.

¿Dónde surge esa apatía, la tenemos con nosotros desde siempre en algún gen extraviado o la arrastramos desde niños?

“Todas las guerras combatidas, todos los dioses muertos”. Los barbudos al triunfar traían con ellos una serie de necesidades y por su causa surgieron arquetipos como el hombre nuevo. Hacer revolución, desbaratar desde los cimientos las retrógradas instituciones y valores republicanos. Tres décadas con sus altos y bajos transcurrieron en la lucha por el mantenimiento del socialismo, a menos de noventa millas del norte revuelto y brutal, y de vez en cuando con autobloqueos y mentalidades poco dialécticas.

A principios de los noventa cuando cae el campo socialista y nos destetan de la Unión Soviética, se necesita aplicar una política pensada para tiempos de guerra, lo que desencadena el período especial. No solo la industria y la economía se afectaron, sino casi cada rama del vivir de los cubanos.

La pérdida de valores. ¿Qué antivalores nacieron en su seno? Si antes nos amenazaba el extravío de la individualidad en la búsqueda de la unanimidad socialista; ahora una acentuación de ella, hizo recogerse en grupos más pequeños, la familia y uno mismo. Era imposible hacer revolución sin un plato de comida en la mesa o a luz de las velas como los colonos españoles.

Ahí llegamos nosotros, gestados gracias al suplemento de carne especial que se le daba a las embarazadas; y crecimos de a poco, a la vez que el país salía del bache. Ahora nos piden que continuemos lo iniciado en los 60, que seamos el hombre nuevo.

Nuestra memoria histórica es reducida. No tenemos paradigmas, ni grandes planes que forjen una ideología a seguir. La ideología cada cual la arma por su parte, sin una matriz rectora; y muchos solo se apartan del camino. No nos toca seguir viejos senderos, sino construir los atajos.

Aunque parte sea nuestra responsabilidad, también la conmutación de directivas en el país pueden potenciar un cambio más rápido y efectivo; por ejemplo rejuvenecer los medios de comunicación y evitar la sobresaturación y la mono tematización. Darle nuevos aires a las organizaciones encargadas de forjar la conciencia política (OPJM, UJC, FEEM), con la conformación de proyectos y responsabilidades para los más jóvenes; y de esa manera fomentar virtudes creadas por el esfuerzo propio. Queremos actuar porque lo creemos así, no simplemente por actuar.

¡No a la apatía!

17 febrero 2015 41 comentarios 226 vistas
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Cómo se forma un revolucionario… antimperialista.

por Consejo Editorial 8 octubre 2014
escrito por Consejo Editorial

Un post escrito hace 4 años… pensando en el Che.

8 octubre 2014 33 comentarios 221 vistas
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Los que son

por Consejo Editorial 4 abril 2013
escrito por Consejo Editorial

los que sonPor: Jorge Morales

Siempre que converso con miembros de la izquierda latinoamericana, quedo impresionado por la cantidad de elementos que mencionan respecto a nuestra realidad, que nosotros vivimos y ellos quisieran para sus países. Me impresiona su manera de abordar nuestros problemas pero siempre subrayando nuestra soberanía y libre albedrío. Estos amigos ven en la esencia de la Revolución Cubana un punto medular para el desarrollo de nuestros pueblos.

Me alegra mucho que amigos de otros lares sean capaces de tener semejante claridad respecto a nuestro país y me preocupa mucho que, conversando con algunos dirigentes políticos (laborales y estudiantiles) estos no sean capaces de elaborar un discurso propio sobre la realidad que los rodea. En los distintos trabajos en los que he laborado muchas personas rehúyen de los cargos políticos en una muestra de apatía política total.

Tengo un amigo que hace un tiempo ingresó al partido, le pregunto qué le motivó a ser miembro y me cuenta que le hicieron una especie de encerrona porque su núcleo tenía que crecer con jóvenes y si decía que no podía “meterse en candela”. Parece ser que no todos los que están son y estoy seguro de que no todos los que son están. Existen muchos revolucionarios sin carnet. Mi amigo no podía decir que no porque creían él y algunos compañeros suyos, que decir que no a semejante proceso era renunciar de por vida a una posibilidad de futuros viaje laborales. Percepción que puede ser gravísima para una organización tan fundamental para el futuro de nuestro país.

Tengo otro amigo que labora en una empresa en perfeccionamiento muy preocupado por el movimiento sindical, con el que no tiene identificación alguna, al punto de que le parece más cercano a la administración que a la organización. El sindicato se afana demasiado en su funcionamiento interno de reuniones y cuotas mensuales y descuida en ocasiones su razón de ser. Por supuesto que no se comporta de la misma manera en todos los lugares y depende mucho de las personas que estén al frente de esta organización en su empresa, pero evidentemente algo va mal ahí.

Un amigo muy revolucionario y de izquierda participó hace muchos años en una reunión nacional de una organización juvenil, donde quedó muy disgustado por la desinformación que sobre la realidad cubana y mundial tenían muchos de los participantes. Me comentaba que incluso algunos habían ido (lo manifestaban claramente) a comer, divertirse y ligar. Estas necesidades humanas en si no son malas pero ir en representación del estudiantado cubano a solo pensar en esto, duele, pero duele mucho. El resultado puede ser trágico y simbólicamente peligroso, mi amigo al final se alejó de la dirección de la organización y se convirtió en un escéptico de la misma. Perdimos ahí a un revolucionario que aunque no ha dejado nunca de serlo ya no contribuye como podría hacerlo. ¿Cuánta gente buena habremos perdido por las mismas razones?

Una amiga de mi hermano es la secretaria del partido en su trabajo, es muy buena con los temas organizativos y la documentación pero no tiene ni idea respecto a temas políticos. Ella misma me contaba que veía el noticiero nacional o el periódico cuando tenía que presentar algún informe en su núcleo, o para saber el clima, pero nada más. Este caso es preocupante pero lo que más me intriga es la actitud de sus compañeros, ¿no habrá alguien más capacitado? ¿Acaso la militancia no implica la necesidad de informarse y participar activamente en nuestra realidad?

Debemos buscar que en nuestras organizaciones sus miembros sean proactivos con la realidad, donde no impere el verticalismo sino que se generen debates e ideas desde bien abajo (Raúl lo ha dejado bien claro). Hay que quitar esa máscara que muchos han utilizado para estar en determinados centros o posiciones, se debe lograr que la militancia política no sea vinculante a cargos ni a centros de trabajo. Los que no son verdaderamente revolucionarios medran a costa del trabajo del resto y esto solo provoca desaliento en las personas.

Que tenga nuestro pueblo tantos elementos como los que tiene la izquierda latinoamericana para apoyarnos. Saber qué tenemos de bueno y reconocer con franqueza lo malo. Y con las organizaciones es simple: que solo estén los que son y que todos los que son quieran estar.

4 abril 2013 86 comentarios 269 vistas
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El contrato social en Cuba

por Consejo Editorial 30 marzo 2011
escrito por Consejo Editorial

Por: Harold Cárdenas Lema

“Nuestras controversias parecerán tan raras a las edades futuras,

como las del pasado nos han parecido a nosotros.”

Rousseau

 

En el año 1762 Rousseau publicó El Contrato Social, un texto del que se dice fue incitador de la Revolución Francesa. En este se abordaba la libertad e igualdad de los hombres bajo un Estado instituido por medio de un contrato entre este y las masas. Dicho modelo se ha mantenido hasta la actualidad y en nuestro caso adquiere matices y particularidades que lo hacen digno de análisis.

El contrato se basa en una relación armónica entre la masa humana que conforma al Pueblo y el Estado como ente que ostenta el poder más o menos centralizado. Esta relación siempre estará condicionada por muchos factores, siendo uno de los más importantes la respuesta sistemática a las necesidades sociales y la capacidad de este para trazarse nuevas metas que se cumplan realmente, no que queden en vagos proyectos olvidados por el tiempo. El nivel de gestión de un gobierno también dependerá de la presión popular que se haga sobre este, si se deja al libre albedrío de las personas que ocupan los altos cargos y no se hacen compromisos económicos y políticos específicos que permitan medir los éxitos o fracasos, se corre el peligro de que el Estado de por sentada la fe depositada por el Pueblo.[1] Es entonces cuando los errores se suceden unos a otros con celeridad y surge el peligro de que, independientemente del carácter altruista del Estado y el proyecto que este lidere, las masas pierdan la confianza política en sus líderes.

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30 marzo 2011 51 comentarios 415 vistas
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El oficio de ser joven

por Consejo Editorial 6 diciembre 2010
escrito por Consejo Editorial

La Joven CubaPor: Harold Cárdenas Lema

♫♫ Cuando te cante dolores,
ponte atento al silogismo
pues derivará en amores,
aunque no suenen lo mismo♫♫
Buena Fé

Siempre que escribimos algo lo hacemos por una necesidad de compartir nuestras ideas, nuestros puntos de vista y esclarecer mitos o tergiversaciones (muy comunes en el caso cubano). Yo personalmente lo hago para exorcizar mis demonios, criticar lo que me parece incorrecto y arrojar luz sobre las sombras. Me parece que el país necesita fortalecer un pensamiento crítico de su realidad; no la crítica destructiva, impositiva y maliciosa que se nos hace desde el exterior, pero sí una que se contraponga a los rezagos de periodismo mediocre y apologético que lamentablemente persisten en nuestra prensa. Siempre me ha parecido irónico que sea el presidente del país el mayor promotor de la crítica.

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6 diciembre 2010 224 comentarios 424 vistas
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Cómo se forma un revolucionario… antimperialista.

por Consejo Editorial 19 octubre 2010
escrito por Consejo Editorial
Ernesto Che Guevara y Aleida Guevara

Che y su hija Aleida

Por: Guiteras (Harold Cárdenas)

Desde pequeños, los niños cubanos tenemos como paradigma del revolucionario a Ernesto Che Guevara. En las escuelas primarias del país, es común escuchar a los pioneritos  expresar su consigna: “seremos como el Che”. Pero, ¿realmente sabíamos lo que decíamos? ¿Decirlo nos daba conciencia política? ¿Decirlo a coro nos hizo más revolucionarios o nos acercó al Che?
Desde esa edad y durante el resto de los niveles escolares se nos habló sobre los mártires, sobre las guerras de independencia y sobre la Revolución. Voy a hablar ahora de mi caso particular, pero no creo ser la excepción en mi generación, el impacto real de estos intentos por formar una conciencia en mí fue muy pobre. Pasó como pasa actualmente con algunos spots televisivos y el manejo que se hace de estos temas en relación a la juventud, una saturación de mensajes políticos que puede terminar en aversión o apatía, exactamente el objetivo contrario de lo que se busca.

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19 octubre 2010 64 comentarios 330 vistas
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